Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Poderosa Fragilidad por Sailor cosmos

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Otras cuentas:

Kuma Kuroko - Wattpad

Kuma Kuroko - Fanfiction

Kuma Eri Kuroko Aikawa-sama - Mundo Yaoi

Otros Fanfic:

Kuroko no Bascket:

Heart no Kuni no Kuroko

No me engañen...No me mientan...

Junjou Romantica:

La Nueva Emperatriz

Salvando la Esperanza

Yo un Vampiro y tu un Lobo...que importa?Te Amo!

Yo un Vampiro y tu un Lobo...Que importa? Te Amo!2: End Of Fight

Los que escribieron Cartas por 15 Años

Siempre a tu Lado

Quítate la mascara...y Muestra tu Verdadero Ser

Vocaloid

Te Amo...Aunque lo Descubri al Hacerte Daño

Kingdom Heart/Final fantasy: 

Siendo Consumido por la Oscuridad

Yuri

Mirame solo a Mi

Cars:

Amor Enfermizo

Sin Esperanza 

Amor Obsesivo

Dictament of the Soul

Yuri!! On Ice

Sencilla Posesividad

Just Once [One shot]

Corazon Acristalado

Midnight Memories
Cold Fire

Crossover

Nuevo Inicio

Udivitel'nyy

Haciendo una recapitulación de su vida... Este momento podía tomarse entre el más peligroso y estúpido de todos, porque si, en este momento él mismo se llamaba estúpido una y otra vez, pues no tenía como más definirlo. Frente a él una enorme y muy gruesa pared de nieve le impedía la salida, de cualquier manera existente, debía tener mínimo 6 metros de grosor y a menos que se decidiera a quedarse sin manos, escarbando no había forma de salir de esa cueva que a cada segundo que pasaba se volvía más fría.

A su lado derecho Makkachin dormitaba tranquilamente, como si no pasara absolutamente nada o no hubiera más nadie que ellos dos en ese espacio algo reducido, considerando lo que tenía a su lado izquierdo. Si salía vivo y se lo contaba a Yakov le metería en un psiquiátrico por el resto de la vida. A su lado izquierdo y en la misma manera que su mascota tenía un dragón... Si, un puto dragón de unos 30 o 40 metros fácilmente.

No sabía aún ni cómo se lograba mantener tranquilo con soberano animal a su lado, parecía estar en trance pero no quería tentar la suerte y que le comiera la cabeza, como si fuera un simple caramelito. Lo peor del asunto es que el reptil gigante no le quitaba la vista de encima.

—Moriré devorado, congelado, muerto de hambre... hay tantas posibilidades—se echó el cabello plateado para atrás, aunque el flequillo volvió a su rostro. Dejo de ver el muro que le impedía salir huyendo y miró al enorme dragón a su lado.

Quitando el hecho de que le mataría si le daba hambre y devoraría su fibroso cuerpo ruso, era muy, muy bello, mucho más de lo que podía verse en ilustraciones de artistas de fantasía. Su cuerpo enteramente negro con algún que otro brillo por la luz del pequeño fuego que tenía encendido, las alas grandes y acopladas a su lomo por la falta de espacio, aquel par de relucientes cuernos que parecían un cristal traslúcido y hermoso en tonos púrpuras, los ojos color caramelo clavados en su persona... Era en verdad una belleza de animal.

Esto le dejaba pensando en cómo terminó así, es decir... él había regresado tranquilamente de haberse vuelto el pentacampeón del mundo del Patinaje Artístico, vio a su perro, a su amado Makkachin de nuevo al fin, salieron a pasear al bosque –supuestamente- seguro y abierto al público para llevar a sus mascotas o simplemente hacer ejercicio. El único problema en todo esto es que Makkachin se soltó de su correa y salió corriendo, con el pobre Viktor Nikiforov atrás de él gritando, su nombre para que volviera.

¿Cómo terminó? Encontró a su perro lamiéndole las heridas a esta lagartija excesivamente desarrollada, grito como un loco y cual caricatura el montón de nieve cayó, sin embargo de no ser porque el dragón le jalo con su cola, estaría ahora enterrado vivo y en peor situación.

—No sé si... Me entiendes o algo—empezó a hablar devolviendo su mirada al dragón—Pero... Gracias por no dejar que me cayera toda esa nieve encima y me matara—soplo un pequeño mechón de su fleco—No pensé que llegaría a una situación tan irreal en un día, que pensaba estar tranquilo en mi casa luego de pasear... Jum... Tranquilo como si nunca lo estuviera, de mi casa a la pista, de la pista a casa... Solo hablo con Yakov y reporteros... Si muriera aquí quizás solo a ellos les importe, debí intentar tener más amigos—hablaba en una especie de desahogo o lamento—Alguien que se preocupara por mí y yo por el... A estas alturas supongo que ya es muy estúpido pensarlo.

—Nunca está de más querer dejar de estar solo—parpadeo repetidamente por escuchar una respuesta... más aún por escuchar algo siquiera.

—Ya me estoy volviendo putamente loco—se agarró la cabeza angustiado, un ligero bufido se escuchó de parte del animal parlante.

—Si eso quieres pensar...—se acurruco un poco más en sí mismo.

— ¡Nononono! Espera... ¿Cómo hablas?

—Que sea un animal no quita que tengo cerebro, humano ignorante—bufo.

—Pero... ¿cómo hablas ruso? —Su confusión se estaba extendiendo a la vez que su fascinación por la mítica bestia.

—No lo hablo, tú lo escuchas de esa manera pero es mi idioma natal. Al hablarte se traduce en tú cabeza para poder entendernos.

—No soy un traductor de... dragónilence—sus morisquetas causaban bastante gracia, aunque al parecer el dragón estaba bastante serio en lo que fuera que estuviera pensando.

—Idiota...—dijo negando muy suavemente con la cabeza. Quedaron un buen rato en silencio sepulcral, el dragón parecía estarse durmiendo.

—Me llamo Viktor Nikiforov... ¿y tú?—preguntó para romper el silencio y comenzando a tiritar de frío, ya debían ser las 6 de la tarde y en pleno invierno la temperatura bajaba bastante.

—Yuuri

—Es lindo... Queda muy bien contigo —le sonrió— ¿Y que se supone que haces aquí? No me dirás que hay dragones viviendo por aquí o si—preguntó espantado y una especie de burla se escuchó.

—Por supuesto que no, lo último que queremos es ser vistos por los humanos. Hace mucho nos alejamos de la humanidad y no pretendemos acercarnos a ella de nuevo—explicó con mucha calma—No estoy aquí por preciso gusto, tuve ciertas complicaciones con un idiota.

—Ya veo... —murmuró abrazándose a sí mismo para mantener el calor de su cuerpo— ¿Ha-hay más dragones?

—En mi manada son 48, cuatro embarazos y uno dará gemelos… Aumentamos en número más de lo que crees—aseguro suspirando— ¿te doy miedo?

—Considerando que no has intentado comerme y eres el triple de inteligente de lo que espere… Buena parte de mi miedo inicial a-acaba de desaparecer—admitió sonriendo, empezando a exhalar vapor frío—A-además… Viéndote mejor ti-tienes un rostro muy dulce—Yuuri abrió los ojos y de su boca salió una especie de chispa, quedando una pequeña estrella de cristal cerca de Viktor. Este lo tomó en su mano viéndolo algo fascinado— ¿Q-Que es e-esto?

—Ignoralo…—miro a otro lado avergonzado, no podía creer que de la vergüenza había hecho hasta cristal, no le diría de esto a nadie.

—Es-está bien…—lamentaba no haberse puesto el abrigo saliendo de casa, como deseaba tener esa capa protectora de Makkachin que estaba incluso boca arriba dormido al 100%

—Tienes frío ¿cierto?—preguntó, acercando la cabeza hacía Viktor, olisqueándole suavemente.

—A di-diferencia d-de ti m-mi piel n-no es ta-tan gruesa—estaba chocando los dientes y todo. Antes de darse cuenta era tomado por su ropa y alzado del suelo, terminando en medio del acurrucado cuerpo del dragón, que le cubrió con una de sus alas en una especie de cobijo—Q-que haces…

—No te voy a dejar morir de frío…—explicó recostando su cabeza en sí mismo—Deberías dormir.

—N-no por nada pero d-dormir aquí es… casi imposible que no me aplastes—el frío se iba yendo, Yuuri era en verdad cálido, más de lo que se esperaría de un reptil.

—No sería capaz de hacerte daño—afirmó pasando su hocico por la mejilla roja de Viktor debido al frío—Solo duérmete—cerró los ojos y respiro profundamente. Viktor se acomodó como pudo, la situación más extraña no podía ser.

***

—Tengo hambre…—murmuró aun acostado sobre Yuuri, no pensaba alejarse de su fuente de calor y al parecer Makkachin había pensado lo mismo, pues se había arrimado hasta el enorme reptil.

—Siempre puedes comerte al perro—comentó Yuuri mirando de forma extraña a Viktor que se ahogó con su propia saliva al escuchar soberana barbaridad— ¿Qué? Es un animal, ustedes comen muchos animales cada día, un perro va a ser lo mismo que una vaca.

—Pero… ¡NO! Es mi mascota, mi mejor amigo en el mundo, como podría pensar en algo tan horrible—miró furibundo al reptil que hizo una especie de bufido.

—Pero igual comes carne, animales que pueden ser tus amigos y viven encerrados, enfermos, tristes…—decía bostezando, la cueva tembló ligeramente por el rugido que emitió. Viktor solo frunció más el ceño.

—Estoy casi seguro de que tú también comes carne, así que no sé qué coño me estas queriendo decir—increpó al dragón que ahora acercó su cabeza hasta él, le daba un poco de miedo haberle enfadado.

—Por supuesto que como carne, podría devorarte si quisiera pero prefiero evitar la indigestión —rió—Y dime… ¿acaso no es cierto que los humanos devoran o matan incluso a quienes consideran sus amigos? Traicionarse entre sí es algo que viene impreso en la humanidad—inquirió y Viktor se quedó pensando un poco.

—Me molesta que me estés metiendo en el mismo saco que todos los demás que viven en este mundo. Algunos no son así ¿Sabes? Muchos si aprecian a quienes se mantienen junto a ellos y serían incapaces de hacerles daño—afirmaba con muchísima seguridad, una especie de gorgoteo complacido se escuchó y Yuuri acarició de nuevo la mejilla de Viktor con su hocico— ¿Ahora qué? Primero me estás diciendo sobre devorar a mi perro, llamándome como una especie de traicionero y ahora me… ¿Haces cariñito? —puso una mano en el hocico de Yuuri para apartarlo.

—No es nada Viktor—el peli plata parpadeo un poco extrañado por el gorgoteo casi permanente en Yuuri—Vamos a salir dentro de poco, no te apresures—le aseguro alzando un poco la cabeza— ¿Tienes alguna idea de que soy? Más allá de un dragón.

—Pues… que pareces salido de un cuento de hadas o de una película de Harry Potter—dijo con la mayor sinceridad, no tenía como más definirlo o no entendía del todo a qué venía la pregunta.

—Ya, en esos libros ponen que destruimos castillos, cuidamos princesas, matamos a todo lo que se nos acerque—sacudió la cabeza, tenía un poco de nieve encima por haberse recostado en el suelo—Escupimos fuego, nuestras alas son nuestros brazos… ¿Qué más me falta?

—Has leído libros humanos o… Ni siquiera entiendo cómo puedes saber todo eso si dices que no vives en este mundo—se estaba volviendo un enredo mental con la información que había recopilado hasta ahora.

—Hubo un tiempo en el que todos ocupábamos este mundo, nos dio tiempo suficiente para saber qué idea tan generalizada tenían de nosotros, aparte muchas veces venimos a ver si las cosas han mejorado desde entonces—explicó en un suspiro largo y decepcionado—Al final de cuentas no ha ocurrido.

—Lo dices como si fueran tiempos oscuros para los tuyos o cosas así—la mirada que Yuuri le dirigió le dio a entender que había acertado aquel simple comentario, con intenciones de ser chistoso—Oh… ¿Y qué dragón eres entonces? Si dices que es una idea generalizada.

—Soy un dragón de Cristal, asumo que te llaman la atención mis cuernos.

—No…—miro a otro lado, un 40% de las… 15 o 16 horas que llevaba ahí dentro había estado mirando esos cuernos que parecían brillar con luz propia, eran demasiado preciosos.

—Lo hiciste. Algunas veces los cuernos de cada uno definen que tipo de dragón es. Con sus brillantes excepciones claro está. Dragones de hielo, fuego, metal, luz, oscuridad… Hay más de los que tú te puedes imaginar ahora—aseguró acariciando a Makkachin con su hocico—Cada cual con sus virtudes y defectos.

—Eso quiere decir que tu virtud es escupir cristal como esto ¿no? —Alzó la pequeña estrella y Yuuri resoplo, a saber porqué lo hizo—Es muy hermosa… Creo que la voy a romper si me la quedo.

—Avísame si logras hacer eso—rio pasito. Viktor arrugó un poco el entrecejo ¿Acaso le veía como un debilucho que ni siquiera podía romper cristal? Se sentó en donde estaba y chocó la pequeña figura contra Yuuri, su piel debía ser gruesa, así que dudaba que lo sintiera siquiera. Después de golpearlo varias veces gruño—Que tenga escamas no quiere decir que eso no se sienta.

— ¡Porque no se rompe! —Quisquillo frustrado con el cristal en la mano, intentando verlo mejor pero en la oscuridad del lugar le costaba hacerlo—Ni siquiera parece cristal… luce como… un diamante extraño.

—Si así lo quieres ver—rio medio burlón—Pero en fin… Ya es tiempo de salir de este lugar, tengo las alas acalambradas—de la misma manera que en lo que debió ser la noche le tomo de la ropa y le colocó en el piso, empezando a levantarse, chocando inevitablemente con las estalactitas de la parte superior de aquella cueva. Viktor tomó su bolso y a Makkachin antes de que Yuuri lo pisara sin querer.

El enorme dragón que además de todo permanecía algo encorvado empezó a chocar todo su cuerpo contra el grueso muro de nieve, dos embistes bastante fuertes hicieron temblar todo el lugar, Viktor no sabía dónde meterse si algún pedazo de hielo fuera a caerle encima—El viento debió cristalizarlo durante la noche—gruñó chocando nuevamente contra el muro, otra y otra vez hasta que finalmente y cuarteándose por completo cedió, dejando ver el cielo matutino.

Apenas salió Yuuri extendió las alas en todo su esplendor dando un muy fuerte rugido para luego resoplar. Viktor que se puso delante quedó mirando anonadado las bellas alas negras con chispas azules, le hacía pensar tanto en el cielo estrellado durante el invierno, los cuernos ahora parecían ser más hermosos igual que todo Yuuri en general.

—Enserio eres una belleza—murmuró casi sin darse cuenta. La cola de Yuuri se estampó contra una montaña de nieve, que empezó a caer sobre ellos.

—perdón por eso…—murmuró avergonzado mirando a otro lado.

—Supongo que… esto es un adiós…—dijo algo incómodo sin saber que decir o hacer—Tu… te vas a tu… Mundo o lo que sea.

—Sí, Nos vamos—parecía estar sonriendo incluso al decir aquella frase.

— ¿ah?

Antes de darse cuenta Yuuri comenzó a escupir cristal a su alrededor, hasta que finalmente dejó de verlo por estar dentro de una especie de pequeña esfera sin concluir, alzo la vista para verlo por ese pequeño agujero que quedaba, dejando caer a Makkachin y su bolso. Intento guindarse pero era muy alto.

— ¿¡PERO QUÉ HACES!? —quisquillo alterado.

No le respondió al pobre humano, que estaba a punto de tener un ataque al corazón. Tomó la enorme esfera entre sus patas y alzó vuelo de tal forma que tanto Viktor como Makkachin quedaron pegados a las paredes del cristal esférico, la presión era muy fuerte y ya iban tan altos que de hecho le estaba faltando el aire. Abrazo a su perro, como temiendo morir por la locura que estaba pasándole.

Finalmente y como si hubieran atravesado algo en específico, más allá de una simple nube el aire volvió por completo a sus pulmones, tosiendo por sentir esta falta tan horrorosa. Yuuri dejo la enorme esfera en el suelo, sacudiéndose de nuevo y mojando a Viktor en el trayecto, la cantidad de gotas que Yuuri acumulo era comparable a un baldazo de agua.

—Segunda vez que hago esto en mi vida… aun no me gusta las gotas que se me pegan—gruño Yuuri— ¿Estas bien?

— ¿¡BIEN!? COMO PRETENDES QUE ESTE BIEN SI ME TIENES COMO SECUESTRADO AQUÍ DENTRO—chillo angustiado.

—Estas bien—afirmó sin darle demasiada importancia y tomando la esfera con sus patas de nuevo, alzándose en el cielo de nuevo

Viktor veía un poco extraño todo el panorama, ya que el cristal no era liso sin embargo no iba a negar que era algo precioso, le recordaba en serio a los panoramas que tenían muchas películas o juegos de video, incluso mejor por estarlo viendo en vivo.

—Yuuri para que me trajiste…—murmuró para sí mismo, pues era imposible que el otro le escuchara, sin embargo saltó hacía un lado cuando otro dragón paso al lado, increíblemente más rápido —Me van a devorar—concluyó sudando frío.

Yuuri aterrizó suavemente dejando la enorme esfera de cristal en el suelo, le era bastante extraño, una especie de pequeño valle con montañas alrededor, el dragón dio un fuerte rugido, llamando la atención de los que habían alrededor, de inmediato todos se acercaron y le hicieron una reverencia con la cabeza.

— ¿En dónde estabas? Me diste un susto de muerte—de entre todos salió un dragón de colores del atardecer, grandes cuernos y lo que parecían cuchillas en sus alas, sonaba preocupado y molesto, era bastante más pequeño que Yuuri.

—Pequeños problemas…

— ¿Y ahí que traes? —Pregunto acercándose y empezando a oler, a Viktor el corazón se le iba a salir del pecho—Es un… Humano.

— ¿¡HUMANO!? —la exclamación general no se hizo esperar, muchos ya a la ofensiva por completo. Un solo y fuerte rugido de Yuuri les obligó a quedarse quietos y en su lugar.

—Si, un humano—afirmó dando un golpe con su cola quebrando el cristal y dejando a Viktor a la vista, el pulso de Viktor no podía estar más alto, porque de ser así su pobre corazón explotaría.

—Yuu-Yuuri… sabes que nos mantenemos lejos de ellos.

—Ya lo sé, me se todas las historias, como llegamos aquí y todo ese cuento pero este no es como en las historias… sabes que siempre hay excepciones para todo—afirmaba en tono un tanto sugerente y que el otro parecía haber comprendido—Lo quiero… Es muy amable y… simplemente me gusta—afirmó chocando su cabeza contra el cuerpo petrificado del ruso.

—Jeh, aquí otra tontería de Yuuri—Yuuri alzo la cabeza, con aquella postura recta y firme que le hacía ver majestuoso por su tamaño, de entre todos sobresalió un dragón que quizás era del mismo tamaño que Yuuri, con muchos cuernos y colmillos, de alas gigantes, escamas de color negro con una especie de degradado a rojo ladrillo—No te basta con hacer lo que ya haces.

—Habla claro Jean, si tanto pretendes que te escuche—el tono duro saco a Viktor del ensimismamiento en el que estaba, obligándole a dar unos cuantos pasos atrás cargando a su perro por seguridad.

—No tienes suficiente con ser el líder de esta Manada siendo un OMEGA—resalto como si esto fuera una desgracia para él— sino que ahora también pretendes que aceptemos que traigas a un humano hasta acá… Ellos no tienen permitido poner un pie en este lugar y lo sabes.

— ¿Estás hablándome a mí de reglas cuando es por tu culpa que caí allá abajo? Habla claro en frente de todos y cuenta que tan solo me atacaste acompañado de tres más—Jean se encogió un poco en sí mismo ante el acercamiento de Yuuri hacía su persona—Y si, sea o no Omega soy el líder, duela lo que te duela y si este humano está aquí es porque así lo quiero... Estoy seguro de que no será una amenaza para nosotros.

—De hecho la amenaza para mí son ustedes… solo digo…—comentó, apretando a Makkachin que parecía igual de temeroso.

— ¡SILENCIO! —rugió Jean y volvió su vista hacía Yuuri—Que estés a la cabeza no quita que estés esperando con el culo en pompa para que te dejen en cinta.

—Jamás lo he negado, si es todo lo que tienes que decir lárgate de mí vista, ahora—ordeno, Jean se fue, con una postura muy parecida a la que Yuuri tenía—Estará bajo mi cargo, si alguien se siente realmente inquieto por su presencia o cree que le hará daño, dígamelo.

—Parece bastante inofensivo—comento una dragona –a juzgar por la voz- de color celeste con cuernos rojos.

—No será la gran cosa…—murmuro otro de color negro y franjas amarillas.

—Además solo es uno… ¿Qué mal podría hacernos?

—Si Yuuri lo trajo no nos hará daño.

—Sí, realmente no es para tanto.

Y así todos se dispersaron volviendo a lo que hacían. Yuuri suspiro y miro a Viktor que seguía en la misma posición tiesa.

— ¿Estas-?—Y cayo cual saco de papas—Debí suponerlo—suspiro tomándolo de la ropa, Makkachin quedo al lado de Yuuri con el bolso de Viktor en su boca.

—cada día haces una tontería distinta—comento el dragón amarillo caminando a su lado.

—Gracias por el apoyo Yuri, es bien recibido—dijo con notorio sarcasmo.

—Solo digo que intentes al menos permanecer con un perfil un poco más bajo, un escándalo tras otro no mejorara las cosas—aconsejaba mientras entraba a la gigantesca cueva hecha de cristal mas oscuro, entremezclado con vegetación y al fondo una casa bastante grande—Todos te apoyan excepto Jean, Isabella y Chris… No des razones para que los demás dejen de hacerlo.

—El respeto se gana, Jean solo busca el miedo de todos—dejo a Viktor sobre una cama de plantas dentro de la casa—Solo… entiéndeme… Lo siento tan extraño.

—Las almas gemelas no deberían estar entremezcladas entre mundo y mundo… Igual no es que lo pueda tirar a su muerte sin que te enfades conmigo—confesó sin darle demasiada importancia—Pero... ¿qué pasa si lo que sientes ahora es solo algo errado? Hay una verdad en lo que Jean dicho y es que tus hormonas están descontroladas por no tener un compañero.

—Lo sé... Créeme, no me equivoco, estoy completamente seguro de que él no me defraudara... es una corazonada.

—Ya... Claro...

***

Se removía en donde estaba acostando, sintiéndolo bastante cómodo y extraño a la vez pues no era su cama. Abrió los ojos lentamente viendo primeramente el techo que parecía de ¿cristal? Apurado y mareado en el proceso miró alrededor, pensando que todo lo que había pasado antes era un largo y muy extraño sueño de su agotada mente pero no, Viktor estaba ahora más perdido que antes, en una especie de pequeña casa o techo con un enorme prado de flores dentro y un sonido que caída de agua.

Poniéndose de pie y caminando lentamente salió de esa "casa", que parecía ser solo para dormir dragones por lo gigante que era, lo curioso es que a un lado había una del mismo tamaño pero con puertas y ventanas pequeñas, como si un humano viviera ahí dentro. Tomo rumbo hasta donde se podía escuchar la caída de agua, encontrándose una inmensa cascada que a pesar de su tamaño no caía con tanta fuerza, bajo esta estaba...

—Quien...—se acercó para ver con las detalle, una persona dentro del agua le daba la espalda... y las alas por decirlo de alguna forma. El cuerpo menudo, a todas luces hermoso y delicado con una proporción delgada, de un poco de grasita en algunas partes, poseía una grandes y hermosas alas negras en la espalda, una cola saliendo del coxis moviéndose lentamente de un lado a otro, manos llenas de escamas negras y lo que finalmente ayudó a dar el toque final, un par de hermosos cuernos traslúcidos salían de la cabeza de esa "persona"—Yuu... ¿Yuuri?

El nombrado volteo, dejando ver el rostro marfilado, ojos color caramelo y mirada dulce. Viktor estaba con la boca abierta de lo que veía, había respondido al nombre ¿Yuuri podía cambiar de forma? No entendía que pasaba. Lo que si paso fue que el rostro pálido del dragón se puso completamente rojo y se agacho en el agua para no ser visto, aun cuando el agua de la cascada le seguía cayendo en la cabeza. Viktor señalaba este momento como el momento más extraño y hermoso de toda su vida.

***

—Pareces tenso.

—Es por el humano—admitió el rubio de ojos verdes cruzado de brazos, sentado fuera de la cueva de Yuuri, observando si el Omega daba algún grito o pedía ayuda—No lo siento malo pero no me quiero confiar de él.

—No sería capaz de hacernos nada, medimos muchísimos más metros que el siendo dragones, tampoco tiene idea de cómo matarnos—aseguraba el pelinegro sentándose a su lado.

— ¿Y qué pasa si es un engaño? No sabemos qué clase de tradiciones les enseñan, podría saber algo y nosotros tan tranquilos—farfullaba, un ala le rodeo y atrajo hasta el cuerpo del otro—Otabek…—murmuro levemente rojo.

—Entiendo que quizás quieres evitar que algo malo le pase a Yuuri, pero el sabrá cuidarse, hasta ahora él tiene el mejor instinto de todos… Si no confías en el humano, confía en él.

—Lo hago pero es Omega igual que yo… La fuerza por sobre las emociones no es nuestra cualidad—suspiraba algo molesto de esto, Otabek solo miro en la misma dirección que Yuri.

—No permitiré que nada le pase a él tampoco, es como mi cuñado—beso la cabeza de Yuri que se puso más colorado—Además… si no fuera porque él es el líder no podríamos estar juntos—tomó la mano amarilla de Yuri, recubierta de escamas y garras largas al igual que la suya con escamas negras.

—Cierto…—se recostó de su hombro—… Gracias por entenderme

—Por supuesto que te entiendo, es la misma preocupación que yo siento por Mila, por Yuuri… Somos familia más que una simple manada entre nosotros—de la misma manera ladeo la cabeza, recostándola de la cabeza de Yuri.

—Pero… ¿Qué haremos con Jean? Usará esto para intentar convencer a todos de que Yuuri es mal líder.

—Si lo hace a tus espaldas yo me encargare, parece que cada día está más imbécil—rodo los ojos—Ya es tarde… deberíamos ir a dormir.

—Me gustaría quedarme aquí a vigilar que no salga corriendo… Quizás si lo hace pueda morderlo y arrancarle un pierna—admitió con una morisqueta pensativa.

—No creo que Yuuri se lo permita… o que las piernas le funcionen para huir—rió levemente jalándole suavemente de la mano, Yuri con un puchero se levantó y le siguió, ambos extendiendo las alas para alzando vuelo en la que ahora era su cueva compartida, puesto que ambos antes vivían aparte por separado.

***

— ¿¡COMO ES POSIBLE QUE CAMBIES DE FORMA!? PARECES UN HUMANO—quisquillaba sin poderlo entender en lo más mínimo, Yuuri seguía colorado y agachado en el agua para que no le viera desnudo, como nota aparte cubriéndose con sus alas.

—Obvio que puedo, no creerás que es fácil vivir como una enorme criatura de 40 metros o más—respondió con la cara caliente y mirando a otro lado.

—Pero… No entiendo… estoy loco—empezó a reír dándose la vuelta—Me volví loco… esto no es posible…

—Por supuesto que lo es—no volteo a verlo, aun en su monologo de haber entrado en la locura o algo por el estilo—te dije que íbamos a tu mundo a ver qué tal habían evolucionado, como crees que nos camuflajeabamos.

—¡PUES NO SE! CREÍ QUE… ¿¡Y AHORA COMO ESTAS ASÍ!? —se iba a quedar sin garganta de tantos gritos y el corazón le explotaría por tantos sustos. Yuuri ya no lucia tan… Humano, todo su cuerpo tenia escamas negras, a excepción del rostro donde había un fuerte degradado al gris permitiendo distinguir sus rasgos, en la zona de su pecho tenía una especie de cruz brillante—Q-que cosa es esa… po-por qué n-no puede ser nada normal.

—Esto me marca como el "Alfa" de la manada ¿No te gusta? —Preguntó sonriendo de forma entre coqueta y maliciosa—Como oiste antes soy un Omega.

—S-si ya lo sé pero eso que tiene—antes de retroceder Yuuri le atrapo con sus alas y rodeo el cuello del humano con sus brazos

—Quiero que seas mi alfa—explico con una mirada un tanto extraña para el peli plata que terminó recibiendo con sorpresa un beso de parte del 'dragón' de cristal que tenía ahora en frente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).