——3 años atrás. ——
—Reino de cruasán, han hecho mucho daño a mis hombres de magia yo el gran Babidi hago uso de mi magia oscura para que su reino caiga en una gran desgracia, el príncipe Gohan, la princesa Videl serán unos peces Betta, la princesa Pan ahora será un príncipe, no podrá romper el hechizo al no ser que encuentre un hombre fuerte y que la ame, sufrirán de mala suerte al igual que hambruna, todo gracias a su estúpido Rey de pacotilla Mister Satán. — Así se dijo aquella tarde 14 de marzo, tal como lo dijo el gran mago el reino cayó en guerras, hambrunas, pestes y otro tipo de desgracias.
——Actualmente. ——
Pan era entrenado por Piccolo que era padre adoptivo de Gohan, también había cuidado de Videl y de su abuela Miguel antes de que esta muriera. —Pan, deberías dejar de entrenar y ser un chico mucho mas...— Replicaba el Rey Satán preocupado que Pan encontrase el amor correcto, a lo que Pan contesta. —Abuelito, pero yo quiero ser tan fuerte como mi maestro Piccoro, sé que mis padres peligran pero seguro encontraremos alguna forma de salvarlos. —
Pan a pesar de todo era un príncipe con muy buen ánimo, era raro que estuviera decaído, claro que si lo que era de temer era su impulsividad volviéndose tsundere.
—Es un tanto obvio que debes de dejar el mal humor atrás, el príncipe vecino termino llorando de tantos guantazos que le diste. — A lo que Pan se sonrojaba, era obvio ya que aquel príncipe le había preguntado si ahora como hombre tenía pene, parecía que le importaba más el cuerpo que lo de dentro.
—Abuelo Piccoro, tu escuchaste o que me dijo y no es lo correcto era un tonto. — El Namekusei afirmo dejando a Pan brevemente, a ciertas horas siempre se retiraba era un tipo de ritual ya que no estaba muy acostumbrado a estar entre mucha gente.
—Sabes Abuelito Satán, no quiero un príncipe quiero un guerrero digno, lo veo...Un chico con cuyas acciones me enamore y no sean más que palabras. — Iba a ser muy duro en especial por que de forma breve iba a ser una relación homosexual y no la tan deseada como lo veía Pan, el Rey Satán no quiso entusiasmar a su nieto con nada ya que buscaba su bienestar.
—Tu abuela Miguel llego a mi cuando más la necesitaba, aquella mujer parecía un ángel y sabes fui muy feliz con ella hasta que murió, seguramente hubiera sido muy feliz al conocerte para saber que tiene un nieto muy valiente. — La mirada de Satán fue de esperanza, Pan no se quejo en aquel instante o algo por el estilo.
—Gracias abuelito, creo que no debo de apresurarme, se que extrañas a mamá. — El sonreía, pero era una sonrisa de aquellas fingidas como para no preocupar. —Pan, eres tan dulce. — De pronto fuimos interrumpidos por un soldado.
—Su majestad, ha llegado una bruja al pueblo y menciona que es urgente en que ambos se reúnan. — El soldado hablaba con mucho respeto, saludaba al rey como al igual al príncipe Pan.
—No es tiempo, niegue su visita a la bruja ya que no me encuentro de humor. — Pero era muy tarde, la bruja había pasado y casi daba 100 dólares a que el ni el rey ni el príncipe esperaban que fuese una bruja. —¿Quién es usted?, ¿Por qué osas entrar a mis aposentos? — Satán se posaba como atacante, pero esta negó de forma rápida.
—Soy la gran bruja Bulma, vivo en su reino vengo a darle solución al rey para que su hija Videl regrese a la normalidad, al igual que su nieto Pan. — Al rey Satán se le iba una que otra lagrima de felicidad, pues tan valiente era aquella bruja, nunca nadie les quiso dar un santo remedio para ello.
—Jojojo solo pediré un módico precio, fortuna de por vida y quizás vivir y comer como reina, sabe...Soy inmortal. — Dijo de una manera muy coqueta ante el rey, al parecer este estaba extasiado de solo pensar que su joven hija ya no iba a ser un pez colorido y peleador.
—Claro, claro lo que desees está bien pero todo debe revertirse, ¿tienes algún plan?, sabes...Quiero poner en por delante el pueblo, ya que quiero que ellos ya no sufran. — Estaba realmente con una cara de afligido, era muy honesta ya que parecía que su reino se iba a la baja, cada día escucharlos llorar y no tener una solución.
—Un plan, no...Pero hablare esta noche con usted y sin más me retiro. — Estuvo a punto de retirarse pero el rey nuevamente interrumpe. —No, no hace falta por favor trata de descansar, en la noche trataré de darle una excelente comida y hablaremos del plan. —
Continuara...