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Estrella Polar por Bell Birthday

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Notas del capitulo:

Okkkkkkk…… 12 días de retraso… lo siento ToT

Esto no quería cooperar pero bueno aquí esta.

Espero les guste.

“Violette” Moore gustaba de su trabajo, era variado y siempre hacia algo diferente, un día era recoger un paquete otros vigilar a cierto objetivo o romper huesos… después de todo eran una agencia de “seguridad”.

Pero también habían días malos. Días en que eran más oficinistas que agentes.

“Maik” y “Lady” habían fundado su lucrativa empresa “Eos” por motivos aún desconocidos (al menos para ella) y reclutaron a las personas más capacitadas para asegurar el éxito de todas sus misiones, por ejemplo “Helena” una experta en informática, “Kimi” una excelente enfermera o “Polaris” una condecorada psicóloga que se encargaba de obtener información mediante los más éticamente correctos interrogatorios.

Claro que tenía algunas desventajas como no tener horario fijo, viajar con frecuencia o no saber exactamente con quien trabajas pues solo se dirigían entre ellos con nombres clave. Pero eran solo minimiedades, cosas soportables y hasta lógicas teniendo en cuenta que les habían sacado de prisiones federales.

Los reclutaron con una tentadora oferta: identidad nueva y sueldo enorme.

¿Quién no querría que su historial criminal fuera borrado y empezar libre de pecados?

Al menos ella no deseaba pudrirse en una sucia celda.

.

.

.

.

El cielo estaba completamente despejado, ni una sola nube que bloqueara al resplandeciente sol, afuera los 35° grados absorbían las ganas que cualquiera tuviera de hacer algo productivo. Sin embargo adentro del edificio el aire acondicionado les mantenía frescos así que todos los empleados se encontraban trabajando.

O bueno, casi todos…

.

.

.

¡LADY! –Grito abriendo de un portazo la oficina de su compañera. Normalmente tocaría como una persona civilizada pero estaba cabreada, la irresponsable no había cumplido con su trabajo lo que provocaba que ella se atrasara con el suyo y por consiguiente su jefe la regañara. – ¡Ya te dije mil veces que no eres una tetera! ¡¿Y dónde carajos están los documentos que debías entregar?!

El enojo se le bajo un poco cuando un proyectil paso demasiado cerca de ella, la segunda al mando lanzaba dardos a la foto de su cantante más odiado... que por alguna extraña razón estaba autografiada.

¿Y qué te he dicho de interrumpir así en mi oficina Moore? ¿Y sobre gritarme? –La aludida tembló un poco, vale quizás ella era mayor pero Lady era quien tenía dardos a su alcance mientras ella iba desarmada. –Los papeles están en tu escritorio desde hace tres días, revisa bien.

Bufo dando media vuelta, estaba segura que mentía, había revisado cuatro veces el chiquero que era su escritorio y los hubiera visto si se encontraran ahí, pero aun así fue a su zona de trabajo solo para asegurarse.

Y… si, si estaban ahí; en una carpeta verde fosforescente bajo las galletas a medio comer que Kimi le había regalado tres días atrás. No sabía el cómo no vio el llamativo folder.

.

.

Cuando regreso a la oficina de su compañera para que firmara los documentos esta no se encontraba sola, “Helena” la acompañaba; ambas tenían sonrisas burlonas idénticas.

¿Y? ¿Estaban o no?

…sí.

¿Ves? Y tú gritándome… te acusare con Maik.

Aggg… ¿enserio, acusarme con tu “hermano”? ¿Acaso tienes cinco años? Eres imposible.

Uff ¿enserio? Y yo que como hermana considerada hice una reservación para ti y Polaris ya que hoy es su aniversario –dijo “inocentemente” jugando con un lápiz, quizá considerado lanzarlo ahora que se había quedado sin dardos. –Aunque tal vez debería dársela a Kimi y Hely, porque SI valoran lo que hago por ellas.

Violette abrió los ojos asustada, no, no podía ser cierto; busco desesperadamente el almanaque que su jefe había puesto personalmente en las oficinas harto por la poca percepción del tiempo que tenían todos en la agencia. “Lady” señalo maliciosa el calendario a sus espaldas y efectivamente era 15 de marzo, su aniversario con la experta en revueltas civiles. Si se enteraba que había olvidado su aniversario –otra vez– podía ir despidiéndose de su colección de libros y decirle hola al sofá por el próximo mes.

Esto… –carraspeo– ¿y-ya te dije que te aprecio mucho hermanita? ¿Y lo linda que eres? –la otra se encogió de hombros mientras afilaba el lápiz. –Tan linda que no dejaras a tu hermanita favorita ser cercenada y arrojada a los perros… ¿verdad?

Helena es mi favorita y ella no está en peligro…hasta donde sé –murmuro lanzando el utensilio y dando justo entre los ojos de la fotografía. –Kimi no es tan agresiva como Polaris y lo sabes.

La última frase hizo reír a la informática. Claro que no, Kimi era un algodón de azúcar gigante en comparación, un pan de Dios. Polaris en cambio era una enviada de los infiernos cuando se enojaba, se volvía una Erinia y Violette no era fanática de las serpientes. Por eso mismo necesitaba de esa reservación así que siguió tratando de apelar al lado bueno de su compañera quizás estaba de humor y se lo dejaría fácil. Quizás Helena se compadeciera y la le dejara la reservación ya que según ella tenía mucho que no salía a cenar con “Kimi”.

~o~

Tarareaba una canción mientras se dirigía a la oficina de su subjefa, le llevaba su café favorito para agradecerle lo del día anterior. Alguna deidad que se encontraba de paso escucho sus suplicas y obtuvo la reservación sin mucho esfuerzo, casualmente era en el restaurante favorito de su pareja.

¿Has visto a Lady? – Pregunto a su amiga informática que estaba ocupada hackeando comprobando la seguridad de sabrá el diablo quien.

Salió a no sé dónde con el jefe a hacer no sé qué… ya sabes que sus misiones son aún más secretas que las nuestras.

Bueno me quedo el café entonces.

Ah, espera Vi; el jefe dejo esto para ti.

Le entrego un sobre manila con su nombre clave, una misión. Mientras lo tomaba Helena aprovecho para quitarle el vaso con café y alejarse, Violette suspiro, era la mayor de todas y por lo tanto el resto actuaba como sus hermanas menores (aunque el jefe las llamaba amazonas), hermanas menores a las que encantaba molestarla ya fuera apropiándose del café o dándole las misiones que no querían tomar, las más engorrosas. Como esa, tenían que hacer de guardaespaldas de un empresario esa noche lo que significaba gente estirada que se creían paridos por el mismísimo Zeus y conversaciones banales y más huecas que las cabezas de una Barbie. Podía hacer algo más entretenido con su noche como ver películas de zombis acurrucada con su pareja –gracias a que no la había destazado por su olvido– o salir todas al centro de la ciudad para ver el teatro al aire libre pero no, trabajo era trabajo.

Dio media vuelta para ir a su departamento y prepararse para la misión. Mientras el elevador bajaba hasta el estacionamiento le escribió un mensaje a su novia, se llevaría el auto así que debería ideárselas para regresar. Por suerte trabajaban juntas y Polaris entendía que en ocasiones debía ausentarse lo cual era genial, menos peleas por posponer citas o cenas con los suegros.

“Ok. Ten cuidado, te quiero ♥”

Violette sonrió, siempre que le dedicaba esas palabras sentía un reconfortante calorcillo en el pecho.

Otra cosa que debía agradecerle a sus jefes era que gracias a ellos había conocido a su actual pareja, una psicóloga que amaba teñir su cabello de los más variados colores y con quien compartía gustos y fetiches. Distraídamente sobo su costado izquierdo aun le dolían los arañazos de la noche anterior.

~o~

Cuando abrió los ojos la luz la cegó y tuvo que cerrarlos nuevamente, tras varios intentos por adaptarse pudo mantenerlos abiertos solo para distinguir que estaba en una habitación mohosa y con el suelo mojado, cosa mala ya que de alguna manera sus zapatillas habían desaparecido y su sistema inmunológico no era muy fuerte cuando de gripe se trataba. Intento hacer memoria, ¿Cómo había terminado descalza y…esposada en una sucia habitación?

Había estado en una fiesta cuidado a su cliente, había recibido varias cartas amenazantes y el tipo estaba culeado a mas no poder pero, ella había leído las cartas y eran simple fanfarronería de una ex ardida. Se habría negado pero la paga era buena por casi nada, el cumpleaños de su novia eraba cerca y había un collar precioso que deseaba darle.

Violette no era de beber en horas de trabajo pero necesitaba una copa después del tercer tipo que intento meterle mano; si Polaris hubiera ido con ella habría tomado una botella y estrellado en la cabeza del atrevido por intentar tocar lo que le pertenecía. Así que tomo la copa que tan amablemente le ofreció un jovencito de lindos ojos miel.

Y después de eso nada.

No había nada en su memoria hasta el momento de despertar.

¿De nuevo en el mundo de los vivos señorita Moore?

Una fría y grácil voz a sus espaldas la sobresalto, por la posición en la que estaba no lograba ver quién estaba detrás pero reconocería esa horrible voz británica donde fuera: Amelia Carter. La ex obsesiva y psicópata de su estrella.

Carter –gruño molesta cuando esta se le puso enfrente, en una silla de fina madera que contrastaba en demasía con el lugar. Estaba igual que la última vez que la vio en la corte: cabello largo y ondulado teñido de rubio, ropa de marca, manicura perfecta, maquillaje milimétricamente bien colocado, cuerpo de modelo. A la chica le había dolido mucho en el orgullo que la psicóloga la hubiera cambiado por ella pero bueno, Violette nunca insulto ni se ganó la enemistad de los parientes y amistades que tenía Polaris… ni le había puesto tremendos cachos tantas veces como pudo. – ¿Se puede saber que carajos quieres? ¿Y desde cuando te dejo libre el loquero?

La respuesta llego en forma de sonrisa maligna en los labios carmines de Carter y en dolor, algo había golpeado su espalda con fuerza. Al parecer había alguien más en la que habitación, alguien que no detecto.

Alguien que latigueaba su espalda con sadismo.

~o~

Esa noche mientras su pareja hacía de niñera ella salió a recoger un “paquete” y termino en medio de un tiroteo. Después de tener el visto bueno de la enfermera fue a buscar al jefe para presentar su reporte de misión. Además de que quería preguntarle si tenía noticias de Violette ya que desde el día anterior no sabía de ella y tenía un mal presentimiento.

Polaris sonrió al ver a su jefe y a su mano derecha completamente dormidos, las ojeras que tenían eran enormes y sudaban. Salió después de bajar un par de grados la temperatura, le pediría a Helena que rastreara el móvil de su novia aunque quizás estaba siendo paranoica, nadie en ese lugar ponía especial atención al tiempo u horarios… a menos que se tratara de su pago.

.

.

Hey babe ¿qué tal? –Saludo sin darse vuelta, solo la veía reflejada en el monitor de la computadora.

Hola Helena, ¿puedo pedirte un favor? ¿Podrías localizar el teléfono de Vi? Hace mucho que no se comunica.

Claro solo dame un minuto. –Tecleo unas cuantas veces, por precaución (y por malas experiencias) todos los empleados tenían localizadores. –Está apagado… nunca apaga su teléfono –dijo frunciendo el ceño– voy a intentar encontrarlo de todas maneras…

Helena seguía trabajando mientras Polaris esperaba, la última vez que supo de ella fue por un mensaje en el que expresaba su aburrimiento pero de eso hacia horas. Minutos después llego la enfermera que buscaba a su paciente pues había olvidado sus medicamentos. Kimi pregunto qué hacían. – ¿Misión nueva, tan pronto?

No, buscamos a Vi –respondió la psicóloga mordiéndose el labio ansiosa por la tardanza de Helena.

Descuida –consoló tomando la mano de su compañera. –Seguramente está bien.

Yo no diría eso –se escuchó una voz cantarina que le helo la sangre. –Hola querida.

~o~

Kimi abrió de un portazo la oficina de su jefe sobresaltando a los que se encontraban adentro. Maik se estiro adormilado, vio a Kimi en la entrada y a otra chica levantándose del escritorio donde dormía.

¡Despierten!

Tienes tinta en la cara –murmuro burlón.

Y tu baba –replico tratando de quitar la tinta azul de sus mejillas.

¡Carajo, espabilen! –Grito desesperada– ¡Tienen a Violette!

~o~

Su pesada respiración era el único sonido en el lugar, tenía las extremidades entumidas, los brazos por la falta de circulación y las piernas por soportar su peso tanto tiempo sin descanso pero lo peor era la espalda, la sangre había dejado de brotar pero le habían dejado en carne viva. Gruño al tener cerca una cámara, Amelia había parado la sesión de azotes pero sabía que no duraría mucho, había un tipo con una daga tres metros lejos de ellas.

Salude señorita Moore… dígale hola a Fanny.

.

.

.

Amelia Carter, una leyenda entre las amazonas lo que todas aspiraban a ser. Militarmente entrenada, experta en armas y explosivos, poliglota… una Mary Sue entre los agentes.

También alguien mentalmente inestable que había secuestrado a “Violette”.

No hagas algo estúpido, la encontraremos y rescataremos solo espera. –Amelia había sido muy clara: Polaris por Violette. Si la psicóloga quería que su amante siguiera con vida debía seguir las instrucciones de Carter.

¡Mientras esperamos podría morir! –Chillo desesperada. – ¡No pienso arriesgarla! ¡Sabes perfectamente de lo que es capaz!

¡Por eso mismo, sabes que puede ser una trampa!

¡No me importa!

~o~

Cuando volvió a despertar se encontraba en la zona medica de la agencia, Kimi a su lado revisaba sus signos; Maik a su izquierda le explicaba la situación sobre Carter. Había escapado del psiquiátrico donde estaba recluida, la había secuestrado, torturado y utilizado para conseguir que la amazona de cabello azul se fuera con ella.

.

.

Sabía que lo haría, bastante predecible realmente.

Sabía que en cuanto supiera lo ocurrido olvidaría su estado e iría por Carter.

Moore.

No intentes detenerme Maik iré por ella. –Dijo cargando su arma, iría por su estrella.

Aun estas herida, ¿qué crees que podrás hacer en ese estado? Mira, sé que quieres ir y partirle la madre a Carter pero solo lograras que te maten posiblemente también a ella.

¿¡Y qué quieres que haga!?

Aguardar. –Si Maik pudiera leer los pensamientos de su empleada sabría que le estaba recordando a su progenitora. – Violette se intercambió por ti, no hagas pendejadas tú también. Un par de horas, solo espera un poco iremos por ella pero necesitamos ayuda.

¿Y quién querrá ayudarnos? –Murmuro sintiendo la culpa royéndole, “se intercambió por ti”. Por su descuido su estrella estaba en manos de una loca. Busca la mirada de su jefe sin saber si es mejor encontrar compasión, lastima o fría profesionalidad en ella; sin embargo los ojos oscuros de Maik brillan con un poco de malicia.

No te preocupes por eso, traeremos a tu amazona de vuelta.

Y Violette le cree.

~o~

 

Intenta besarla pero gira el rostro y Amelia la abofetea, no fue con mucha fuerza, no tenía la intención de dañarla pero aun así Polaris siente su piel escocer. –Te conviene mantenerme contenta Estefanía, si yo me llegara a molestar sería terrible para ti.

–Púdrete.

~o~

Las horas siguientes no puede recordarlas con claridad pero si recuerda el momento en que un escuadrón fuertemente armado llego al edificio y las órdenes del jefe.

No presto atención al camino pero si noto que mientras ella estuvo en una bodega en los muelles, Carter había llevado a su novia a una mansión en medio de la nada: el inmueble era grande, con muchos lugares donde buscar y probablemente les tomara un rato encontrar a la psicóloga pero no parecía difícil como creyeron en un principio, no se veía seguridad alguna, parecía que podrían sacarla de ahí sin mucho problema.

Sencillo.

¿Por qué parecía tan fácil?

.

.

.

Claro, Carter no era estúpida ni descuidada. Ella también había sido una amazona, previo un intento de rescate y preparo una sorpresa para los intentos de salvadores: profesionales que no detectaron hasta que los tenían encima.

De un momento a otro se desato un tiroteo que asusto a los animales del bosque. Los proyectiles les rozaban o daban en los chalecos antibalas pero no todos tenían esa suerte, algunos habían recibido impactos en las piernas o brazos; otros menos afortunados cayeron cuando una bala les perforo el cráneo. Violette no les prestaba atención, se concentraba en protegerse e intentar entrar a la casa.

.

.

.

Tubo que esquivar atacantes pero maso menos ilesa comenzó a abrir puertas y revisar habitaciones, a eso de la quinceava puerta la encontró junto a una ventana mirando cómo se desarrollaba el tiroteo a las afueras.

¡Vi! –No se veía herida más allá de unos moretones en los brazos y mejilla.

¡Rápido vámonos! –Urgió extendiendo una mano para tomar la de ella, la peli azul titubeo unos instantes pero finalmente estiro el brazo… sin embargo el sonido de un disparo evito que siquiera rozara los dedos de la otra. Violette gruño al ver a Amelia, quería meterle una bala entre esas perfectamente delineadas cejas pero en el segundo que se descuidó Carter jalo contra si a la psicóloga usándola como escudo humano. ¿Su bala la alcanzaría antes de que ella le volara los sesos a Polaris?

Baja el arma Moore, no me hagas jalar el gatillo porque la única afectada será Fanny.

–… –“Fanny. Ella odia que la llamen así” No te atreverías –espeta, sabe que Carter la quiere para si no matarla… sin embargo la risa tétrica de la rubia y la mirada suplicante de su pareja claramente decían lo mucho que se equivocaba.

Fanny querida, dile a la señorita Moore que baje su arma –clavo más su pistola en la sien de la rehén. Sin más opción que obedecer, Violette se deshace de su Glock. No sabe qué hacer, esta desarmada, sin refuerzos (ni idea de donde están sus colegas o el grupo que Maik reunió) y con la chica mala apuntándole a su amada.

Y justo cuando esta por rezarle a las deidades en las que no cree, su estrella demuestra porque es una amazona y no una princesa rosa.

Polaris estaba fingiendo debilidad mostrándose como la típica doncella en peligro pero en cuestión de segundos desarma y somete a Carter aplicándole una dolorosa llave de lucha mientras Violette toma la pistola que ha quedado a sus pies; una vez que la tiene en sus manos llama a su novia para irse de una vez. La de cabello azul impacta la cabeza de Carter contra el suelo dejándola inconsciente… o al menos eso cree pues cuando está en brazos de su amante, liberando el estrés de los últimos días ve el brillo de otra pistola que Amelia empuña con firmeza. Moore no la ve, está concentrada en sentir el calor de su novia, agradeciendo a las Moiras que este a salvo.

El impacto sería cobardemente por la espalda, quizás perfore un pulmón o peor, la columna. Su voz advirtiéndole no sería lo suficientemente rápida para que se pongan ambas a salvo así que hace lo más lógico que se le ocurre: girarlas al ver que Amanda aprieta el gatillo y que el proyectil le dé a ella.

~o~

Los pitidos de las maquinas taladraban su cansado cerebro pero prefería eso al horrible silencio que habría si la mujer que ama hubiera muerto. Llevaba horas junto a su cama, desde que saliera de cirugía, esperando que despertara. Su pulmón izquierdo fue herido pero las posibilidades de daño permanente eran nulas lo cual le alegraba porque si no fuera así buscaría la manera de traer a Carter del más allá para volver a matarla.

Hey. –Murmura con los ojos entrecerrados.

¿Cómo te sientes? –pregunta tomando su mano.

Como… –sonríe– como si me hubieran disparado.

Idiota yo llevaba chaleco antibalas. –Le reprende dándole un golpecito en la frente.

La mujer en la cama rio pero luego gimió de dolo, sus costillas no estaban para eso aun. –Fue instintivo. ¿Cómo… cómo están los demás?

…los doctores dicen que Maik recuperara la movilidad de su brazo por completo y lograron salvar el ojo de Lady. Kimi y Helena se quedaron en la base así que no sufrieron heridas.

¿Y tú?

Nah no te apures, la piel vuelve a salir. –Con cuidado traza círculos sobre sus nudillos. –Carter está muerta, cuando… cuando te disparo me bloquee pero Kimi me lo dijo, Maik le voló los sesos.

Helena arreglo que todo pareciera un enfrentamiento entre bandas y ninguno de nosotros se vea involucrado… como siempre.

… eso es bueno.

El silencio se extiende un poco mientras Polaris mira el techo reflexionando y su novia sigue haciendo círculos en sus nudillos. –Hay que hacer un pacto… no hay que intercambiarnos, tenemos que esperar al equipo cuando los ex psicópatas nos secuestren.

Hecho. No creo que haya mucho problema con eso, dudo que nos dejen hacerlo de todas maneras.

Ambas sonríen aliviadas de que ahora están bien y juntas.

Carter podía pudrirse en el infierno.

Notas finales:

¿Dudas, quejas, crucios, avadas?


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