Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una musa demasiado inocente por Discord Di Vongola Arcobaleno

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Rock Dog no me pertenece, solo tomé los personajes e historia para éste One-Shot

Ni sé como me quedó. Ojalá lo disfruten.

 

Notas del capitulo:

Se siente como si hace años que no escribo algo!

Ah... si es cierto...

Me habías castigado y no pude escribir en 6 meses...

Pero al fin lo hice!

Aunque... quien sabe como quedo...

-cayendo en pensamientos depresivos-

Mi nombre es Angus Scattergood.

Y soy el gato con la más buena y espantosa suerte de todas.

Seguramente han oído hablar de mí (ja, por supuesto que sí).

Pero ésta es la historia de mi… pesar.

¿Cómo empiezo?

Bueno, para hacer el comienzo corto, tengo que admitir que, cuando estaba… utilizando, a aquel perro para ayudarme a componer una canción y no perder toda aquella fama y fortuna que amaba que me rodeara, aquel día entero fue, bastante significativo en mi vida… Ahg… Era molesto después de eso. No pude dejar de parar de pensar en aquel canino todo el día… En su alegría. En su pelaje que parecía tan suave. En su curiosidad aterradoramente inocente. En su deslumbrante sonrisa... En sus ojos… ¡Eh-! ¡Bueno! ¡Ya saben lo que quiero decir! El punto es que… cuando lo vi salir de mi propiedad… aunque no sentía la capacidad de admitirlo… élsehabíavueltoespecialparami.

Ya. Lo dije. ¿Okey, compa?

Si, si… lo sé.

El gran Dios del Rock, Angus Scattergood... haciendo su música depender de alguien más… y, un perro…

Que suerte que no estoy diciendo esto en voz alta…

Después de salvar el pueblo de Bodi de los lobos y que éste se convirtiera en una estrella de Rock (un rango más bajo que el mío, por supuesto… aunque, su música sea… buena…) con sus amigos la vida tomó un extraño y nuevo camino.

Y ahora, después de que el pueblo y el padre de Bodi volvieran a las montañas y de que sus amigos a sus respectivas casas, Bodi y yo nos dirigimos a mi mansión en silencio en nuestro autobús.

Aunque estaba conduciendo, no podía evitar intentar ver de reojo al can. Se veía bastante tranquilo. Yo también lo estoy… ¡Lo estoy! ¿¡Okey, compa!? ¡Tener el corazón acelerado es signo de calma!

…Bien… solo… respira, Angus. Eres el Dios del Rock… tu mansión está cerca…

Al igual que los dulces tarareos de Bod-

¡Okey, ya, compa!

Pasaron solo unos cuantos minutos cuando al fin pude deslumbrar mi mansión a la distancia.

Solo media calle y ya…

–Disculpe, Sr. Angus... –dijo Bodi, parándose atrás mío, casi haciéndome respingar. –Sé que ya es bastante tarde y que usted a lo mejor quisiera descansar pero… ehm… ¿podría quedarme a tocar un poco en su casa? Solo unos minutos…

Qué estúpida pregunta.

Obviamente puede quedarse todo el tiempo que quiera.

–Mmm… si, seguro, compa. – dije, como si lo considerada por unos segundos.

La puerta del garaje se abrió ante nuestra llegada y estacioné mi bellísimo autobús.

Nos bajamos de él y aunque, a pesar de la hora Bodi parecía que quería salir corriendo a mi estudio, me esperó.

Fuimos conducidos a mi estudio y Bodi miraba el alrededor como si fuera la primera vez que estuviera en mi mansión.

Aunque llevamos una semana sin estar aquí.

Ese fue todo el tiempo que tarde en conseguir un escenario y ensayar la nueva canción que hicimos; básicamente gaste… mucho saldo, aunque conseguir un escenario no fue un problema para el magnífico Angus “Dios del Rock” Scattergood. Mientras tanto, aquellos 7 días nos quedamos en aquella montaña helada, al menos Bodi y yo. Darma y Germur volvieron a la ciudad… en camión.

Fue emocionante e incómodo el convivir con el serio padre de Bodi.

Llegamos al estudio, me senté en mi sillón de cuero mientras Ozzie me ofrecía agua. Negué; desgraciadamente, sin dejar de ver a Bodi.

Se había sentado en el suelo, justamente el único punto donde la habitación era iluminada, pero parecía que él brillaba individualmente, como si opacara su alrededor. Tomó aquella vieja guitarra que le regalé en un intento de reconciliación cuando… pues… lo estafé… y esas cosas…

Se veía concentrado afinándola. Cuando lo hizo empezó a tocar al lazar varias notas hasta que llegó al ritmo de la canción que tocamos hace unas horas en el concierto. No se le iba a quitar de la mente en un largo tiempo.

¿Cómo alguien que no llevo ni mes de conocer se ha metido tanto en mi vida?

Cantar y tocar a su lado, fue una experiencia tan…

No puedo dejar de pensar eso al igual que no puedo evitar observarle tocar. Él, con una linda sonrisa en la cara, aunque algo flojo…

Volteé a ver a Ozzie y me mostró un reloj. Eran las 2:30 a.m.

Obviamente el chico está tocando flojo. A ésta hora ya debería estar roncando.

–Oye, compa.– interrumpí. –Creo que ya es hora de que vayamos a dormir.

–Oh, sí.– dijo, parando de tocar y levantándose del suelo, notablemente cansado. –¿Puedo venir mañana para más clases de guitarra?

–¿¡A dónde va-!? Digo… ¿Dónde te piensas quedar?

Estoy cansado. Ese es el problema…

–He… uhm… pensaba dormirme en alguna banca en el parque.– respondió, como si fuera lo más normal del mundo.

–No. No, no, no, no, no. No puedes hacer eso, compa. – dije, caminando hacia él. –Ahora eres una estrella de Rock. Una estrella de Rock no puede vagabundear en un parque.

Bueno, aun no era una estrella de Rock completamente... a lo mejor luego llamaba Ian* o algún otro interesado para ser su manager ahora que lo pienso.

–Pero… ¿Dónde voy a dormir?

–Puedes dormir aquí.– dije, más rápido de lo que me hubiera gustado.

Pareció dudarlo, pero creo que ya se había dado cuenta que no iba a aceptar un “No” por respuesta. Por muy educado y cortés que sea.

Caminé y él me tuvo que seguir. Llegamos a mi cuarto y Bodi vio cada esquina con asombro.

–Ozzie.– llamé. –Ve a ver si tenemos ropa de la talla de Bodi.

–A-ah, no es necesario.– trató de evitar el can, aunque tarde, pues mi robótico asistente ya se había ido. –P-puedo lavar mis ropas mañana por la mañana...

–Por supuesto que no.– dije. –Es más, mañana temprano te mandaré a hacer ropas especiales de tu talla.

–Sr. Angus, eso no es nece-

–Muy bien cachorro, vamos al baño.– ignoré mientras caminaba en dirección a dicho cuarto. –Creo que tengo un cepillo de dientes extra.

Escuché su pesado suspiro y luego sus pasos tras de mí.

Intentó ocultar su impresión por la apariencia de mi baño y su inmenso tamaño (aunque nada comparado con las otras habitaciones) y saqué de unos cajones unos cepillos de dientes aun en su caja, aunque estaba ya abierta, por lo que solo saqué el de color azul y se lo di.

Tomé mi cepillo de dientes rojo y nos lavamos los dientes. No fue mucho tiempo pero cuando acabamos ya estaba Ozzie esperándonos en la puerta con algo de tela blanca sobre sus extremidades metálicas.

–Bien. Puedes cambiarte aquí dentro. Sal cuando estés listo.– expliqué mientras Ozzie le daba las ropas y yo salía del cuarto, con el robot cerrando la puerta tras de mí, sin esperar que Bodi dijera algo más.

Ozzie me entregó mi pijama, unos pantalones holgados grises con una camisa manga larga que decía en letras blancas “I´m a Rockstar.

Ahora que estaba técnicamente solo (Ozzie es callado, no interrumpirá mis pensamientos, así que no cuenta) le daba la espalda a la puerta del baño y pensé:

¿¡QUÉ CARAJOS HABÍA HECHO!? Bueno, no podía dejar al cachorro dormir en la calle como un simple vago, ¡él era una semi-estrella de Rock ahora! Y si alguien lo reconociera, podrían hasta secuestrarlo si hubiera pasado por eso.

Tenía todo esto en mente, pero mi pecho se seguía sintiendo ansioso por tener a Bodi aquí.

Inhalé.

Exhalé.

Vamos, Angus, no es para tanto…

Escuché la puerta abrirse, giré el rostro de mi posición… y no pude evitar bajar la mirada.

Bodi, con su inseparable gorro en la cabeza, vestía simplemente una gran camisa blanca con las letras en negro que decían “I <3 Angus Scattergood”. Sus piernas se encontraban al descubierto.

Miré a Ozzie enojado pero éste huyó antes de que pudiera hacer nada.

–Bien...– dije. –Ya podemos dormir…

–Si.– fue su sola respuesta mientras avanzaba frente a la cama. –Buenas noches, Sr. Angus.

Dijo para acostarse en el suelo.

–…

 –…

–¿Qué crees que haces, compa?

–Mmm, pues… voy a dormir.– dio una sonrisa nerviosa.

–Creo que la cama es los suficientemente grande para los dos, compa.

–N-no podría, Sr. Angus.– negó con fuerza. –Bueno… verá… solo he dormido con alguien muy pocas veces; era mi papá, y siempre decía que me movía demasiado al dormir.

–Ésta cama es tan grande que nunca lo sentiré, compa. Ven, vamos. – le extendí mi mano.

El cachorro parecía dudarlo, su cortesía era demasiada, luego me hartaba un poco. Me pregunto cuándo empezará a tomarme más confianza.

Extendió su brazo dudando para al fin colocar su pata sobre la mía.

Le agarré con fuerza mientras él se apoyaba en mí y se levantaba.

Quedó frente a mí, estúpido perro.

Yo no lo veo. El simplemente se cruza en mi campo de visión.

 Si, interrumpió mi campo de visión con su bobo gorro de lana, y con su desordenado pelaje, y con su gruesa figura, y con su hermosa sonrisa… y con sus lindos ojos, que parecían brillar más y más cada vez que parpadeaba.

Era… tan deslumbrante, que tuve que bajar la mirada.

Ahora mi campo visual se encontraba en mi pata derecha, sosteniendo la suya con fuerza, no iba a soltarla. Su pata era notablemente más ancha que la mía, y, aun así, le agarraba como si fuera la más fina porcelana…

–Sr. Angus…

¡Maldición! Respingué del susto…

–¿Ah? ¡Eh! Sí, claro. Vamos a dormir ya, compa. – dije, acomodando mis lentes oscuros con la pata izquierda.

¿Qué fue eso? ¿¡Quieres quedar en ridículo frente al cachorro, Dios de porquería!?

–Sr. Angus…

–¿Ahora qué, compa? – pregunté.

No iba a ocultar mi exasperación.

Es culpa de ese canino, distrayéndome con su estúpida voz, y su estúpida cara ¡y su estúpido todo!

–¿Podría devolverme mi pata, por favor?

Bajé la mirada a nuestras extremidades unidas. En tres segundos noté como, a pesar de tomar su pata con delicadeza, la mía le tomaba con fuerza imperturbable.

Después de esos 3 segundos, solté su pata como si ésta me hubiera provocado una quemadura de primer grado.

–¡Ah! ¡Si! ¡Ya lo había notado, compa! ¡Jajajaja!

¿¡Por qué estoy gritando!? ¿¡Y qué clase de risa más ridícula y patética es esa!?

Y entonces Bodi me sonríe como solo él sabe hacer. Como si no hubiera nada en el mundo. Como si no hubiera nada por qué preocuparse. Como si creara soluciones sin problemas. Como si hiciera palabras sin letras. Como si hiciera música sin sonido.

–Vamos a dormir.

No era una orden. Ni una pregunta. Ni una petición o suplica. Aún no estoy seguro de que era.

Solo asentí y ambos nos subimos a la cama y gateamos hasta el otro extremo.

Miré a mi izquierda una vez que nos acostamos.

Él estaba a, al menos, unos 10 metros lejos de mí.

Me recargué en mi lado izquierdo.

Bodi se acurrucó, con las patas cerca de su rostro y sus piernas recogidas. Parecía una gran bola peluda y adorable. Se veía tan… calientito y suave…

¡OKEY! ¡YA PARA, ANGUS!

¿¡Y PORQUÉ MI CARA ESTÁ TAN CALIENTE!?

Ugh… sentí como mis orejas se bajaban.

El can me miró de lado.

Sus ojos somnolientos a medio cerrar; frotó su cabeza en la almohada, moviendo ligeramente su gorro, dejando ver unos desordenados cabellos castaño oscuro asomándose de esté. Sonrió de medio lado, como si entendiera todo de mí, y como si eso le hiera feliz. Su sonrisa… se me hacía tan profunda a pesar de ser… tan simple.

–Buenas noches… Angus

Bodi cayó rendido ante el sueño.

Y yo…

Yo no pude dormir en varias horas.

Ni hablar… parecía que ni parpadear…

Y es que era molesto…

Los tambores incontrolables en mi pecho eran demasiado ruidosos…

 

Desperté la mañana siguiente más temprano de lo que esperaba.

Era raro.

Recuerdo haberme dormido con un olor silvestre, pero ahora el aire olía diferente.

Si… el olor de Bodi… Me recordaba a las praderas…

Si… Bodi…

Él se quedó muy tarde…

Él se quedó a dormir…

Él está dormido a mi lado…

¡BODI ESTÁ DORMIDO A MI LADO!

Inmediatamente di un saltó tan alto que casi llegaba al techo.

Mis ojos se abrieron como platos y mi pelaje se había esponjado.

Miré con prisa a mi izquierda, mi sorpresa fue tanta que ni siquiera me fijé en sí, con aquella velocidad, me habría roto el cuello.

Bodi ya no estaba.

Maldito perro…

Salí de la cama con prisa y di pisotones lo más fuertes y sonoros posibles, olvidando aquel olor diferente en el ambiente.

–¡Ozzie! ¡OZZIE!

Grité con todas mis fuerzas, notablemente furioso.

Maldito can…

¿¡Cómo se atreve a no levantarse conmigo!? ¿¡Cómo se atreve a despertarse antes que el grandioso Angus Scattergood!? ¿¡Cómo iba yo a poder observarle dormir si-!?

Llegué a la cocina y callé abruptamente.

Cocinando sobre la estufa, a lado de Ozzie, quien llevaba un delantal amarillo, estaba Bodi.

Movía el brazo derecho, evidentemente cocinando, vestido aún solo con la camisa de “I <3 Angus Scattergood”, moviendo su cola alegremente y tarareando la de “Glorious”.

En algún punto de sus movimientos en la cocina, logró verme por sobre su hombro y me sonrió de manera deslumbrante.

–Sr. Angus, buenos días. – dijo, dándose la vuelta, dejándome verlo vestido con aquel delantal rosa.

–Hice el desayuno. – dijo, sonriente y alegre, como si fuese algo trivial. – Pensé que sería una buena idea como agradecimiento, a ver si podría devolverle el favor.

No dije nada…

Creo que… no podía.

Avancé hasta la mesa, jale una silla donde caí, sentándome con desgano.

Segundos después se acercó el cachorro con un plato de Hot Cakes y un vaso de agua. Se alejó y volvió con un mantel que colocó bajo el plato y vaso, mantequilla y miel, al igual que cubiertos.

Coloqué miel y mantequilla sobre el Hot Cake, lo corté con el cuchillo y tenedor y mastiqué un pedazo, consiente de la intensa mirada de Bodi a mi persona y como su cola se movía de un lado a otro con fuerza.

–Sabe bien, compa. – dije, lo más tranquilo posible. – Por lo que te quedaras a vivir aquí y cocinaras para mí como pago.

Y no le estaba preguntando.

 

Ya habían pasado algunos meses desde aquel momento.

Cada día, ese can se iba haciendo más y más experto en el tema musical, además de que estaba empezando a enseñarle igualmente como tocar otros instrumentos.

Y cada día que pasaba… sabía que… nopodríapasarlossinél.

Okey, compa.

Hay que parar eso.

Y, usualmente Ian me… bueno, ahora nos exige una canción nueva al menos por 6 meses, aunque al parecer, la disquera está emocionada por escuchar una nueva canción del gran Angus Scattergood, y del nuevo novato del Rock, Bodi, junto con su equipo (Darma y Germur).

Él problema…

¡ES QUE NO PUEDO ESCRIBIR OTRA CANCIÓN!

Sí, es cierto.

Bodi… podría ser… una, especie de musa, para mí.

Pero, las canciones que se me han ocurrido son tan…

Tan…

No-Angus.

…Si…

Bueno, el punto es que las canciones algo tristes, y, si mi memoria no me falla, soy Angus “Dios del Rock” Scattergood. No Angus “Dios del Blues” Scatter-cursi.

¡Estúpido Bodi!

Eso pensaba, hecho una furia.

El cachorro había salido al parque a hablar con aquella cabra y la zorra, por lo que podía quejarme todo lo que quisiera a gritos con Ozzie.

–¡Es qué no lo entiendo, Ozzie! – le grité. – ¡Ya debería tener lista la canción nueva!

Caminaba a zancadas por mi estudio y con mi cola moviéndose de un lado a otro, enojado.

Ozzie me seguía por atrás, moviéndose hasta que yo me detuve al dejarme caer en mi asiento de cuero.

Suspiré; cansado.

Me froté las sienes, moviendo un poco mis lentes oscuros.

–¿¡Qué se supone que debo hacer!? – volví a alterarme. ¡Es que, simplemente no podía calmarme! ¡Éste es un problema demasiado estúpido! – ¿Qué debería hacer? ¿¡Hablar de esto con el cachorro!?

Volteé a ver a Ozzie, después de gritar aquella frase sarcástica.

Me miraba. Sus grandes, grises y brillantes ojos de hojalata me miraban.

Eso contaba como una respuesta.

–¿¡QUÉ!? ¿Si entiendes que hablaba sarcásticamente, no?

Y seguía…

–No… ¡No puedo hacerlo! ¿Sabes que ridículo sería? Además, ¿Qué haría ese estúpido can? Decir que me am-

Me interrumpí a mí mismo, con las orejas caídas.

Estoy seguro de que Ozzie cambio a escondidas la temperatura (aunque lo estuve mirando fijamente desde hace rato…) o, sino, ¿cómo explicarías el calor en mi cara?

Mejor no respondas.

Pregunta retórica.

–¿Y qué quiere que haga? ¿Una improvisada cena de lujo?

Ozzie me miró. Con aquellos ojos de lata.

Penetrando en mi alma, Leyendo mis más oscuros e íntimos secretos…

–¡OKEY, OKEY! ¡Lo haré! ¿¡Está bien, compa!?

Ozzie podía llegar a ser realmente persistente (y aterrador…)

–Bien… tú prepara lo de la cena... yo… buscaré… ropa más presentable.

Así Ozzie y yo tomamos caminos opuestos.

Eran las 9:37 p.m.

Lo sé porque chequé el reloj hace 10 segundos.

Y hace 20 segundos…

Y 30…

¡Bueno! ¿¡Qué importa la hora que sea!?

¡El punto es que ese perro bobo no ha llegado!

Mi pie subía y bajaba con prisa sobre él suelo.

Estaba parado, intentando no mirar el reloj en mi muñeca, que era cubierto por la manga de la camisa blanca de mi traje.

Un saco negro sobre la camisa blanca y una corbata con pantalones negros.

Tenía puestos mis lentes oscuros, consiente que tras de mí se encontraba una mesa pequeña (comparada con mi mesa usual en la cocina) con un mantel blanco, platos, cubiertos, un pequeño florero de centro con orquídeas y a los lados, un par de sillas (que parecían baratas…).

Segundos después escuché la puerta principal abrirse y me sobresalté ligeramente.

Bodi no gritó que llegaba ya que había regañado por distraerme con sus gritos desprevenidos cuando estaba concentrado en algo.

Escuché pasos acercarse calmadamente.

Podría jurar que estaba sudado.

Mi corazón golpeaba tan fuerte que pensé que en algún punto engañaría a mis oídos.

En la puerta de la cocina apareció Bodi.

Vestía con una camisa blanca bajo una sudadera azul y jeans (y por supuesto, su estúpido gorro de lana).

Parecía algo sorprendido por cómo me había encontrado.

–Sr. Angus ¿por qué está tan arreglado? ¿Va a venir alguien importante a cenar?

Negué con la cabeza.

Vamos Angus, di algo.

No seas patético.

–…Quería que tú y yo tuviéramos una cena formal…

Excelente, compa. Si no hubiera sido porque prácticamente ¡eso fue un susurro!

El cachorro sonrió.

–Uh, seguro. – Estúpido sistema auditivo canino. – Pero déjeme ir a ver si tengo algo más formal.

–Así estás bien. – dije inmediatamente. – No hay ningún problema. Solo… ven, siéntate.

Bodi se acercó caminando mientras yo solo daba un par de pasos para jalar una silla y sentarme en ella, con Bodi repitiendo la acción con la silla contraria.

Ozzie solo se acercó y nos sirvió la cena.

Empezó una conversación entretenida.

Es increíble cómo puedo hablar con este perro por horas…

Varios minutos entre diálogos triviales y risas, a penas y quedaban migajas en nuestros platos.

Mi barbilla estaba recargada sobre mi pata, la cual, tenía el codo sobre la mesa, mientras me perdía en los relatos de Bodi.

–…¡Y entonces Darma dijo: “Ésto es una catástrofe”!

Y él dio una hermosa risa (bueno, carcajada) y cerró sus brillantes ojos. Cuando los abrió su mirada se concentró al frente, parecía extrañado, confuso. Giró ligeramente el rostro a la derecha, luciendo adorable.

Y… sonreí.

–Sr. Angus ¿se encuentra bien?

–Ah… ¿Eh? ¡Ehjm! ¡Si! ¡Claro! ¡Por supuesto! ¡Perfectamente bien! ¿¡Por qué no habría de estarlo!?

Dios de Porquería, eso es lo que yo era…

–Eh, pues… porque está gritando…

Que imbécil…

–Sr. Angus ¿para qué era la cena formal en primer lugar? – preguntó. – ¿A caso celebramos algo?

Y, al fin, suspiré.

–Bodi… éstos últimos meses han sido tan… no sé cómo decirles.

Tenía que decírselo.

Era mi oportunidad.

–Yo… Bueno, tu presencia aquí, ha sido algo bastante grato. – no pude evitar mirarle, a sus grandes e inocentes ojos brillantes. – Y aunque tengo algunas quejas… no… es que… ah – suspiro. – Yo… disfruto de tu compañía… y de tu canto… de tu música… de tu pasión… de tu magia… de tu alegría… de tu necedad… de tu confianza… de tu hiperactividad… de tu optimismo… de tu paz… de tu pelaje… de… tus ojos…

No pude evitarlo.

Me retiré mis gafas.

Mala idea.

Aunque Bodi estaba sorprendido por habérmelos quitado, sin aquellos lentes oscuros, Bodi se veía más natural… más brillante… más hermos-

–Bodi… lo que trato de decir es que yo… que tú…

Mi pecho dolía y parecía como si no lo sintiera al mismo tiempo.

Y le miré.

A sus deslumbrantes ojos que te hacen bajar la mirada.

–Que tú…

Pero ya no más.

–Realmente…

No… más…?

Me agradas.

Si no estuviera frente a Bodi, golpearía mi cabeza repetitivamente contra la pared.

Solo bajé la mirada, suspirando.

Sabía que en algún punto de la habitación estaba Ozzie, escondido y mirándonos, mirándome, negando con su cabeza metálica.

–Y usted, realmente me gusta, Sr. Angus.

Mi cuello se levantó para mirarlo.

Tal vez demasiado rápido.

Creo que escuché un crujido.

Bodi…

Él solo sonrió.

Malnacido…

–Sí, realmente me gusta, Sr. Angus. – dijo alegre y orgulloso. – Me gusta su modo de tocar, me gusta su forma de ser, me gusta su pelaje, me gusta su música, me gusta su voz, me gusta su modo de expresarse, me gusta su sentido de la moda, me gusta su bondad, me gusta su valor, me gusta personalidad…

Él se paró.

Se acercó a paso lento hacía mí y se agachó un poco ante la diferencia de alturas al estar parado.

–Y ahora, también me encantan sus ojos. Podría decirse que me gusta todo de usted.

Mis ojos… mis ojos con heterocromia*, se abrieron como platos.

Mi mandíbula cayó ligeramente…

Bodi sonrió.

Como un maldito y desgraciado ángel.

Luego se alejó y se estiró, bostezando.

–Bien, ya me voy a dormir. – dijo, caminando a la salida. – Buenas noches, Sr. Angus. No se duerma tan tarde.

Y se fue.

Así.

Nada más.

Y yo…

Aún no podía hablar.

Solo…

Nublarme…

Y, pues, pensar… monosílabas…

Bueno… ya no… tanto…

Pero…

Él…

Ese estúpido y hermoso can…

Tuve que aceptarlo.

Que mi cara estaba ardiendo avergonzada.

Que me volví a poner mis lentes oscuros.

Que mi corazón iba a escaparse de mi pecho.

Que mi cuerpo se deslizó de la silla hasta acostarse en el suelo.

Que mis orejas estaban caídas

Que mi pelaje se había esponjado.

Que a ese perro… Yo… yo…

No, no puedo solo pensarlo.

Tengo que decírselo.

Y decírselo bien esta vez.

Me paré y una sobre mis pies corrí lo más rápido que mis enclenques piernas me permitieron. Corrí a pesar de saber que Bodi no iba a salir huyendo o similar.

Tenía que decirlo de una vez.

Llegué a nuestro cuarto, casi cayendo y me encontré con las luces apagadas y a Bodi, con su pijama de rayas azules, en posición fetal sobre la cama.

Sabía claramente que estaba dormido.

Y suspiré…

Mi oportunidad… Mi momento de valor… Se había ido…

Si puede que mañana también pueda decirle… pero…

Volví a suspirar.

Esto ya no importa.

De todos modos… Bodi ni siquiera entendió lo que dejó en mí.

Esto es…

Exasperante…

Empecé a caminar. Parecía que lo hacía a propósito que fuera tan paulatino pero… realmente no tenía ánimos, aunque menos de irme a dormir.

Caminé y caminé… en algún punto de la deriva de mis pasos escuché a Ozzie siguiéndome.

Avancé hasta aquel lugar tan especial para mí… mi estudio…

Llegué al centro de lugar, donde la luz caía más, donde Bodi me había deslumbrado tantas veces.

Tomé una guitarra, ni siquiera vi cual…

Solo… empecé a tocar... y luego a cantar…

Cuando te conocí

Yo era un tonto

Te di mi mano caprichosamente

Y mientras la tomabas me fui por otro lado

Suspiré…

Pero entonces algo paso.

Algo que nos cambió.

Tú no me dejaste ir.

Y, sin mi consentimiento… Me hiciste vivir.

Empecé a tocar con un poco más de rudeza.

¿Cómo fue?

¿Cómo pasó?

Ahora mi vida depende de vos.

Y ya no sé

Qué debo hacer

Para, de ti no depender.

Jadeé…

Y no sé, y no sé, y no sé

Como no lo pude ver.

Pero no quiero aceptar…

Está estúpida verdad…

He intenté rockear, y creo que lo estaba haciendo bien, porque esto se sentía tan… natural…

Llegaste a mi vida

Destruyendo mis sueños materialistas

Arrasaste con mi sentido común

Y lo remplazaste por pensamientos tuyos.

Y toqué…

¿Qué tiene tu piel

qué no dejo de ver?

Dedicaría mi vida a solo verte.

Y toqué…

Quiero iluminar tu camino.

Quiero brindarte calor.

Pero temo que mi simple presencia

Sea un veneno para vos.

Y toqué…

¿Qué pasó?

¿Cuándo ocurrió?

Ahora mi mundo gira a tu alrededor.

Y seguí tocando…

Y ya no sé

Qué debo hacer

Para de ti no depender

Y no sé, y no sé, y no sé

Como no lo pude ver.

Pero no quiero aceptar…

Ésta horrible verdad...

Y… me sentí tan vivo…

No tomes mi mano

O, sino, nunca te soltaré.

No me sonrías

Porque, entonces, será lo único que soñaré.

y…

Tu presencia me pierde.

Tu ausencia me ahoga.

Tu mirada me enloquece.

Y tu adiós me mata…

A la vez…

Te metiste en mi mente.

Te metiste en mi interior.

Invadiste todo.

Y llegaste a mi cora-

…Tan muerto…

No me llames.

O sino me quedaré.

No me abraces.

O nunca te soltaré.

¡Y ya no sé!

¿¡Qué debo hacer!?

¡Para, de ti no de-pen-der!

¡Y no sé, y no sé, y no sé!

¿¡Cómo no lo pude ver!?

Pero no quería aceptar…

La pura verdad…

Caí de rodillas…

Y entonces algo ocurrió…

Mis ojos ardían…

Algo que nos cambió…

Mis notas empezaron a ser más débiles…

Yo me quedé aquí…

Ya no podía cantar…

Y… sin mi consentimiento…

Estaba tan cansado…

Me enamoré…

De ser yo…

Y… empecé a llorar.

Ozzie tomó la guitarra lejos de mí, dándome la oportunidad de tirarme al suelo y llorar como el gato triste y patético que soy.

Sentí su mano metálica en mi espalda…

No quería consuelos…

Técnicamente, no había sido rechazado…

Entonces…

¿Por qué dolía tanto?

Estúpido perro…

Esto… más bien… era como un berrinche…

Como el ridículo minino que soy…

 

 

 

Volvían a pasar los días…

Tan pesados…

Es cierto que para un millonario como yo no son tan malos…

Pero tener a Bodi conmigo, a mi lado, todos los días, sin poder tocarlo, sin tenerlo entre mis garras sin…

Es como si te estuvieras muriendo de hambre y a tu lado estuviera siempre el pastel más grande y delicioso del mundo, pero no pudieras probarlo…

Bueno, horrible metáfora.

Pero… así se sentía…

Y los gritos de Ian no ayudaban en nada.

Por suerte, creo que Bodi aún no se ha dado cuenta.

Hm… que cruel de su parte…

Él, riéndose con sus amigos cuando yo anhelo ser la causa de sus sonrisas…

Ugh… Demasiado cursi…

Y aunque Bodi me admire, se siente como si aún hubiera una especie de barrera, de algo diferente, algo nuevo, de lo que no estoy permitido a experimentar…

Suspiré…

Últimamente lo hago mucho.

Estaba, como siempre, dejando que mi cuerpo se pudriera, en mi estudio.

Mañana se supone que es el último día para entregarle una nueva canción a Ian…

En estos momentos, no es algo que me importe.

Volteé a ver el reloj en la pared.

Me sobresalté al ver que eran las 11:47 p.m.

Bodi aún no estaba en casa. Estaba seguro.

Pero él nunca llegaba tan tarde.

Bueno… la verdad es que después de comer no había salir de mi estudio. Pero el can ya debería haber mostrado signos de vida.

Y nada hasta ahora.

Después de comer, solo le dije que iba a estar en el estudio. Y él…

Bodi…

Él me dio una sonrisa triste… Y solo dijo “Adios”…

¡Un momento!

Me levanté de un saltó de mi asiento de cuero y corrí lo más rápido posible hasta mi cuarto. Abrí la puerta cuando llegué, la luz se prendió sola y, sobre la cama, junto algunas prendas de ropa que le había mandado a hacer al perro había una hoja en blanco.

Decía “Perdón”.

Corrí hacia los objetos, notando que había un plumón abierto al lado y que la hoja estaba un poco goteada.

El plumón aún no estaba seco, por lo que debió salir no hace mucho.

¡Debí estar tan distraído entre mi auto-compadecimiento que no debí haber escuchado la puerta principal!

–¡Ozzie! ¡Cuida la casa!

No dejé que se me escapara antes.

No dejaré que se escape ahora.

Subí a mi autobús y salí de mi mansión, conduciendo por las calles como loco.

Estaba tan desesperado que cuando me calmé me di cuenta de la respuesta obvia.

Él debía estar en camino a la parada de camión.

Para… volver a Montaña Nevada…

Sin darme cuenta aceleré de más.

Solo lo noté al escuchar las sirenas siguiéndome.

Lo peor es que lo hacían como si detenerme estuviera entre mis opciones.

Seguí conduciendo con la policía tras de mí, pero no iba a dejarlo salir de mi vida.

No ahora. No así.

Al fin llegué a la parada de camiones.

Estacioné en un lugar desolado mi autobús y bajé de él, corriendo a la parada lo más rápido que pude.

–¡Alto ahí! – escuché a mis espaldas.

Logré ir más rápido y los perdí al pasar por una esquina.

A penas y había gente, solo una puercoespín, un gorila y un koala.

¿Qué…? ¿Dónde estaba?

Y escuché el sonido de un camión estacionándose.

El mundo se empezó a mover más lento.

Y yo con él.

Me di la vuelta y seguí corriendo.

Corrí y corrí hasta llegar al camión.

A penas, dando el primer paso para subirse había un can.

Vestido con una ropa que se me hizo bastante familiar, una guitarra hecha a mano, una vieja guitarra y un ridículo y bobo gorro de lana.

–¡Bodi!

Y el mundo siguió quieto y opaco.

Pero él no es parte de esté injusto mundo.

Él era su propio mundo.

Por eso, él pudo darse la vuelta y mostrarme su rostro sonrojado y lloroso, con los ojos ahora abiertos como platos.

Y fue una eternidad que bastó para perdernos en los ojos ajenos. Y un segundo para darnos cuenta, que no cambiaríamos esto por nada…

Al menos, en mi caso.

Bodi suspiró.

Porque yo no iba a ser el único que aumentara el calentamiento global solo con suspiros.

–Vete, Angus. – dijo, rompiendo nuestra pelea de miradas. – Yo… no te preocupes, no te molestaré más…

–¿¡Éstas loco!? – le grité. – ¿¡Qué clase de cobarde inmaduro abandona su hogar sin decirle a nadie!?

–¡Es lo mejor!

–¿¡Para quien!?

¡Para ti!

Y se quedó callado y estático, como si hubiera revelado un secreto.

Y volvió a suspirar.

–Yo… el día siguiente de aquella cena… encontré mi guitarra húmeda… – y me miró de nuevo. – Eran lágrimas, Angus. Tus lágrimas.

Ojala no se haya notado mi respingar al verme descubierto.

–Yo… ¿Fue por mi culpa, verdad? Es… –suspiró – Es por eso que debo de irme…

Me miró con lastima, como un niño que es obligado a hacer algo que no quiere.

Y ahí lo tenía, a Bodi, a aquel bobo cachorro que por órdenes de su bondad se veía obligado a darme nuevamente la espalda y subir al camión…

Por mi…

Lo siento cada día, es todo lo mismo.

Me deprime, pero soy el único culpable.

Me miró por sobre su hombro.

Lo he intentado todo para alejarme.

Así que aquí voy de nuevo… Persiguiéndote de nuevo.

¿Por qué hago esto?

…Porque… estoy harto.

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Me enamoro de ti!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Intento no hacerlo!

Y Bodi se dio la vuelta.

Me miraba con los ojos abiertos como platos…

Se siente como si todos los días permanecieran igual…

Me arrastra hacia abajo, y no puedo escapar.

¡Así que aquí voy de nuevo, Persiguiéndote de nuevo!

¿¡Por qué hago esto!?

Porque tengo que hacerlo…

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Me enamoro de ti!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Intento no hacerlo!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Haces que me enamore de ti!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Ni siquiera lo intentas!

Y le mostré cuan cansado estoy…

¡Demasiados pensamientos que no puedo sacar de mi cabeza!

¡Intenté vivir sin ti, cada vez que lo hago me siento muerto!

¡Yo sé que es lo mejor para mí! ¡Pero en lugar de eso te quiero a ti!

¡Voy a seguir desperdiciando todo mi tiempo!

Y esperaba estarle mostrando a ese perro estúpido lo cansado y harto que me tenía.

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Intento no hacerlo!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡Haces que me enamore de ti!

¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez!

¡NI SIQUIERA LO INTENTAS!

Y empecé a jadear…

Porque estaba cansado de sus persecuciones.

Y fruncí el ceño…

Porque estaba harto de las sorpresas

Y lo miré a los ojos…

Porque estaba enamorado de él…

Y vi sus lágrimas… y le vi sonreír…

Lo vi tirar sus cosas más personales… Y lo vi correr hacia mí…

Y me abrazó como él (desgraciadamente) sabe hacer.

Y, por una vez, le devolví ese raro abrazó… que me hizo feliz…

Y cuando pasaron varios segundos, él me bajó…

Y yo le besé…

Se sentía… tan… ¡Wow!

Eran como fuegos artificiales recorriendo mis bigotes.

Y supe que no lo dejaría ir.

No más.

–¡Bravo! – escuché de fondo.

–¡Judy!

Nos alejamos un poco, avergonzados, mirando a los policías, una coneja y un zorro, tras nosotros.

La coneja aplaudía velozmente mientras sus grandes ojos le brillaban. El zorro parecía querer detenerla.

Aunque… el gorila, la puercoespín y el koala* les siguieron…

Y el zorro… por… presión social, también aplaudió.

Y, después de eso, volví… volvimos a casa…

Y… loamé

Bueno… ya voy mejorando en eso.

 

 

 

Extra

Llegó el día siguiente, me levanté y, a mi lado, vi a Bodi. Se encontraba durmiendo plácidamente…

Tal vez… me sonrojé un poco al recordar lo de anoche…

Todo lo que hicimos a noche…

Me levanté, me bañé, me vestí y fui a ver qué estaba haciendo Ozzie.

De repente, sonó el teléfono.

Aquel robot que andaba buscando apareció a mis espaldas con el teléfono en una bandeja de plata.

Y… luego recordé la canción con fecha límite de… ahora.

Ian iba a matarme… de nuevo.

No quería hacerlo, pero contesté… por presión de Ozzie.

–…Hola…

No quería ser regañado.

–¡Fantástico, Angus! – escuché que gritó. –¡La nueva canción es fabulosa!

–Espera… ¿Qu-

–¡No sabía que tenías ese lado sensible, amigo! – sonaba extasiado. – ¡Prepárate! ¡En la tarde quieren hacerte una nueva entrevista por tu nueva canción!

Y colgó.

…¿Qué?

Miré a Ozzie y dejé el teléfono en la bandeja nuevamente.

Escuché el sonido de un tarareo alegre y, caminando lentamente pero sonriendo de felicidad, estaba Bodi, que mostro los colmillos en su sonrisa al verme.

–¡Buenos días!

–Eh… si, buenos días…

Me rodeó suavemente con sus brazos y yo lo hice de igual forma.

–Angus… – y se sonrojó, pero siguió sonriendo. – Es fantástica tu nueva canción…

Me dio un suave y casto beso en los labios y se alejó.

–Te haré un delicioso desayuno.

Y se alejó.

Y cuando recobré la conciencia y me pellizqué, dándome cuenta que esto no era un sueño, salí corriendo a nuestro cuarto… otra vez.

Cuando llegué agarré la radio que estaba al lado de la cama y la prendí.

No tomes mi mano. O sino nunca te soltaré” sonaba en la radio. “No me sonrías, porque, entonces, será lo único que soñaré”.

–¡OZZIEEEEE!

Notas finales:

*Creo que el sujeto que le gritaba a Angus por teléfono se llamaba Ian, pero no recuerdo.

*Heterocromia es una enfermedad de nacimiento que hace que el individiuo en cuestión tenga los ojos de diferente color. Angus la padece; tiene un ojo azul (el derecho) y otro marrón claro.

*Intenté hacer mención al final de los personajes de otras películas XD De Zootopia (Nick y Judy) y de Sing (Johnny, Ash y Buster)

La segunda canción se llama "Over and over" de Three days grace.

Espero que les haya gustado. Ya veré luego como me quedó porque estoy ocupada (con la vidaaaaa) y, pues, espero que lo hayan disfrutado.

Los amo ciudadanos... ojala lo sean - sudando frío-

Espero leerlos después!

CIAO CIAO!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).