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RinHaru week 2017 por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Y ya estoy aquí de nuevo trayéndoles mi aportación para este segundo día xD 

Era un día como cualquier otro, la temperatura era ligeramente baja sin llegar a ser fría y el sol apenas lograba iluminar un poco la costa. Habían pasado sólo unas horas después del amanecer y, aún así, la cabellera oscura ya se encontraba meciéndose con el viento en la orilla del acantilado.


Para todos era un misterio como y cuando llegaba y se iba, simplemente aparecía ahí, permanecía sentado en la orilla sin mirar ni hablar con nadie hasta partir de manera silenciosa.


La realidad era que ese chico no tenía a nadie a quien esperar o que lo esperara, sólo le quedaban unos pocos recuerdos bastante borrosos de muchos años atrás y dentro de ellos un dejo de felicidad, o al menos algo parecido, que lo hacía mantenerse ahí, como si esperara que el mar le regresara lo que ha perdido.


Poco a poco quienes frecuentaban el lugar se acostumbraron a su presencia haciendo que lentamente pasara desapercibida, salvo para cierto chico de ojos rojos que tenía apenas unas semanas de haber llegado al lugar con fines recreativos y que, sin duda alguna, estaba muy interesado en ese hombre misterioso.


Un día tomó valor y se acercó hasta donde él estaba, se sentó a su lado mirando en la misma dirección mientras abrazaba sus rodillas intentando descifrar lo que pasaba por su mente.


-Hoy hace un poco de frío ¿No? El viento es más fuerte que de costumbre y se cuela por tus huesos...-frotó un poco sus manos tras decirlo antes de dirigir su vista al azabache esperando una respuesta.


Sin embargo el otro no tenía intenciones de conversar y ni siquiera hizo el intento de mirarlo o pedirle que se fuera, se quedó ahí, callado mientras dejaba que el otro hablara sin parar intentando obtener una respuesta.


Así pasaron varias semanas en las que, día tras día, el chico se presentaba en el mismo lugar a la misma hora con la esperanza de obtener alguna respuesta, ya fuera una palabra o un simpe gesto, que le mostrara lo que el otro pensaba.


Y el de ojos azules no podía negar que, de cierta manera, ese chico tan insistente, y que en ocasiones incluso era molesto, había logrado entrar un poco en su vida y que, sin que pudiera cuando menos intentar evitarlo, lograba conseguir que se sintiera un poco menos sólo pues cada vez que empezaba a creer que perdía el rumbo a seguir la voz del pelirrojo llegaba a sus oídos, haciendo que lentamente volviera a sentirse parte de algo.


Por su parte, Rin aún se sentía un poco frustrado por no conseguir ni siquiera un pequeño avance, pero todo el tiempo que había pasado a su lado pudo notar que había mucha tristeza y soledad dentro de él y no podía evitar desear hacer que esos sentimientos desaparecieran.


-No tienes porque sentirte solo, aún si nadie está a tu lado yo estoy aquí y no pienso dejarte atrás...-su mirada mostraba seguridad, era serio respecto al tema que le planteaba y en verdad hablaba de corazón al decirle eso.


No recibió respuesta más que una pequeña mueca que interpretó como un intento de sonrisa que no lograba descifrar. ¿Acaso había pasado tanto tiempo desde la última vez que sonrió que olvidó la manera en que se hace? Era la pregunta que rondaba su mente y eso sólo provocaba que su sentimiento de querer protegerlo aumentara.


Hubiese querido abrazarlo y decir que todo estaría bien, que si necesitaba algo podía confiar en él porque no lo iba a abandonar, aunque no se atrevía a decirlo por temor a que el otro lo malinterpretara o se sintiera incómodo.


La realidad es que, por más indiferente que se mostrara cada que el chico estaba cerca, lo que en verdad sentía era una enorme tranquilidad, siempre lograba transmitirle toda esa energía que tenía y, al menos durante esas horas en que estaban juntos, la tristeza que aún guardaba se disipaba y era convertida en una especie de felicidad inexplicable incluso para sí mismo.


Y el día llegó, por primera vez pudo escuchar la suave voz del chico a su lado, fue apenas un susurro y resultó casi inaudible pero logró que los dientes afilados se mostraran como nunca antes lo había hecho y su inocente risa resonara por el lugar.


-Mi nombre es Rin, aunque no me sorprende que lo olvidaras porque no parecías muy interesado en lo que decía...-se apoyó sobre la palma de su mano mientras lo miraba-Y ahora que lo pienso, nunca me dijiste cual es tu nombre.


-Soy Haruka-evitó su mirada, aunque hubiera decidido comenzar a hablar con él e intentar abrir su mundo, aunque de manera inconsciente, aún no se sentía preparado para actuar como si fueran amigos.


-¿Te parece Haru? Es algo mucho más rápido y me gusta más-sus labios volvieron a curvarse en una sonrisa intentando contagiarla a su acompañante-¿Sabes? Ahora entiendo porque te gusta venir aquí, es muy agradable, pero creo de verdad...


Y de nuevo las palabras del más alto empezaron a salir sin medir las consecuencias o detenerse a pensar en el chico a su lado, quien lo miraba con una imperceptible sonrisa al verlo tan animado de repente.


Él no creía en el destino ni cualquier otra cosa que se le pareciera pero definitivamente estaba agradecido con quien fuera que puso a ese chico en su camino pues, simplemente luego de que entrara en su vida sin consideración, no podía imaginar cómo volvería a ser su mundo si de pronto desapareciera al igual que todo lo que antes tuvo.


 


 


_________________________________________


 


 


Un nuevo día recién comenzaba y, como ya era costumbre, se encontraban sentados observando el leve movimiento de las olas con la alegre voz del más alto contando sus historias y su acostumbrada emoción con cada palabra.


-Aún lamento que me queden sólo unas cuantas horas aquí, no sé si deba partir esta misma noche, mañana por la mañana o al anochecer...-el dejo de tristeza captó la atención del más bajo haciendo que su mirada se clavara en él.


-Nunca dijiste que estuvieras aquí sólo por un tiempo-mantenía su rostro inexpresivo intentando ocultar como se sentía en realidad, no quería mostrar debilidad y menos por algo que "No tiene nada que ver con él".


-Bueno, no te hablé de ello porque ni yo mismo me di cuenta de lo rápido que pasó el tiempo, creí que aún tendría un par de semanas para descansar.


Luego de eso el rumbo de la conversación cambió radicalmente, ninguno se sentía del todo cómodo para seguir hablando de ello y preferían evadirlo aún si eso no solucionaba nada. Sin embargo, un pensamiento rondaba la mente del pelirrojo, aún sin saber muy bien si era lo mejor.


El atardecer estaba cayendo sobre la playa, mostrando sus característicos tonos naranjas y rojizos que se fundían en el limite entre el cielo y el mar. El par había estado en silencio desde un par de minutos antes sin siquiera se capaces de mirarse.


-Creo que es hora de irnos, la temperatura está bajando-frotó ambas manos antes de intentar levantarse, a lo que el de ojos azules sólo desvío su mirada-¿Qué sucede? No puedes permanecer toda la noche aquí.


-No quiero irme...-su voz por primera vez se escuchó mucho más decidida que otras veces, haciendo que el otro se detuviera en seco para mirarlo-No quiero si eso implica que no vuelva a verte más-levantó la mirada enfrentándola a la contraria aún confundida por lo que escuchaba-Rin... Yo... No tengo nada, nunca te lo dije pero estoy seguro que lo sabes, pero no quiero perder lo único que he tenido en mucho tiempo.


-Vámonos juntos-las palabras no tardaron en salir de sus labios, tal cual como lo estuvo pensando minutos antes lo expresó mientras lo veía a los ojos-No importa si no tienes nada, te prometo que estaremos juntos sin importar qué, no dejaré que vuelvas a sentirte triste o solo.


-Yo... No sé si pueda hacerlo, no quiero alejarme de ti y aún si no tengo nada aquí es difícil iniciar en otro lugar-agachó un poco la mirada, se sentía un completo tonto pidiendo que se quedara sólo por su deseo egoísta de no perder más ni salir de su zona de confort.


-¿A qué le temes? No tienes que hacerlo, voy a estar a tu lado en todo momento, no quiero volver a ver la tristeza en tus ojos... No sé que tan difícil haya sido tu pasado, sólo quiero pensar en el hoy y lo que pueda suceder después-giró un poco, quedando de espalda al mar mientras extendía su mano frente a él-Haru, empecemos de cero, donde tú quieras; tenemos mucho tiempo y no estoy dispuesto a dejarte ir sin antes luchar.


La sonrisa se instaló en sus labios, apenas podía creer que un chico que apareció de pronto en su vida lograra influir tanto en ella al grado de hacerlo dejar de lado lo poco que aún podía quedarle. Tomó su mano con un poco de fuerza mientras asentía logrando una de las sonrisas más plenas que le había mostrado ese chico.


Antes de comenzar a caminar tras él, mientras de nuevo comenzaba a hablar contando todos sus planes y lo mucho que harían una vez tomaran un nuevo camino, giró su vista por última vez a ese paraje que había sido su fiel compañero durante varios años mientras susurraba un débil "Gracias" como despedida.


Y no es que se sintiera en deuda con el mar o que su opinión respecto al destino hubiera cambiado, es sólo que pensaba que era una forma de retribuirle el tiempo durante el que fue su acompañante y por haber sido el medio que abrió la posibilidad de que él y su nuevo compañero de aventuras se conocieran.

Notas finales:

Y nada, para escribir esta pequeña historia me inspiré en Voyage lucid de Kanako Itou, la canción me parece verdaderamente preciosa y sentía la enorme necesidad de contar algo que involucre a estos dos...

Pero bueno, espero haya sido de su agrado y mañana vendré con el tercer día nwn/


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