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First Time. por Watson

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Notas del capitulo:

Los más probable es que tod@s se los imaginen con el Holmes y Watson de BBC. 

Y practicamente, si. Está basada en ellos, aunque en mi imaginación sus rostros eran el de Robert Downey Jr. y Jude Law.

-¿Qué pasa Sherlock? –preguntó Watson mientras se sentaba en el sillón frente al pensativo inglés.

Su enigmática pose donde una pierna estaba cruzada sobre la otra y los dedos los tenía pegados a los labios junto a la mirada perdida, cambio a la posición en donde pedía una segunda opinión, piernas separadas, brazos sobre los codos y las manos entrelazadas sobre los labios.- Dime Watson, tu que eres supuestamente doctor.

-¿Supuestamente? –rodó los ojos ante aquel comentario, ya se estaba acostumbrando a los insultos del detective, también sabía que mayormente no eran para lastimar a la gente, solo salían como vomito verbal.

-¿Cómo se siente un orgasmo? –la seriedad en el rostro de Sherlock era innata, como si frente a él estuviera el caso del siglo. Por otra parte Watson intentaba recuperarse de su casi muerte con el té.

-¿Por qué la pregunta? –la voz le sonaba ronca al doctor, pero no por eso inentendible.

-¿Puedes creerlo? Escuche a mi hermano teniendo sexo. No creí que Mycroft tuviera esas necesidades –el alto se levanto del sillón y comenzó a caminar por toda la sala, pensando en porque su hermano mayor habría sucumbido a algo tan primitivo.

-¿Por qué no habría de tenerlas? Es un ser humano, y aunque no lo creas, tú también eres uno y tienes esas necesidades.

-No seas estúpido Watson, son necesidades primitivas, no hay porque sucumbir a ellas. –la obviedad estaba implícita en el tono del alto, de nuevo sentía que estaba hablando con un niño de 2 años que poco sabe de las cosas.

-Maslow lo ve como una necesidad básica.

-Maslow y Freud daban teorías muy erradas y todo lo basaban en el sexo. Claramente no es algo necesario.

-¿Entonces porque Mycroft lo necesita? –los pasos de Sherlock se detuvieron ante esa pregunta, de nuevo la duda de porque su hermano había sucumbido a esa primitiva necesidad.

-Está perdiendo su toque.

-O encontró a alguien que le interesa.

-¿Amor? Creí que ya habíamos hablado de eso Watson, el amor es una estupidez y pérdida de tiempo.

-No tiene que haber amor para que haya sexo. –después de haber superado la sorpresa de las dudas del menor prosiguió con su delicioso té. Era día libre y pensaba aprovecharlo al máximo, un té, un libro e ignorar a Sherlock, aunque eso último sonaba algo difícil.
Pero al verlo hurgar en libros y la computadora, sabía que tendría al menos un par de horas de paz, cuando ese hombre tenía necesidad de respuestas no se detenía hasta obtenerlas.

                          ------///------

-¡Bingo! –Watson solo pudo soltar un suave suspiro, solo había sido una hora de paz.- Creo que comienzo a comprender esto. –el alto abandonó su lugar detrás de la laptop para caminar hasta donde estaba su colega.- Pero necesito de tu ayuda –tomo al hombre de baja estatura del brazo y lo jaló hasta llegar a la habitación del dueño del departamento.

Una vez dentro, trabo la puerta con seguro, cerró las cortinas; y sobre la mesa de noche dejo una botella con contenido transparente y viscoso, todo aquello bajo la confundida mirada de doctor.

-¿Sherlock?

-Siguiendo las bases del método científico, ya me hice la pregunta, ya investigué el tema, hice una hipótesis, ahora necesito el experimento para analizar los resultados.

-¿Y ese experimento es…? –Watson seguía en el limbo sin entender exactamente qué decía el alto.

-¡Maldición, Watson! ¿Por qué haces preguntas tan lógicas? –el detective miro fijamente a su compañero y comprendió de nuevo, que la mente de los demás no funcionaba como la suya, por eso le era tan difícil convivir con otros seres humanos. Al menos el que estaba frente a él era ligeramente más inteligente que otros que había conocido y su compañía no le desagradaba. – Vamos a tener sexo.

La expresión en el rostro del doctor cambio de total sorpresa a una sonrisa y una enorme carcajada.- Tienes que estar bromeando Sherlock.

-¿Por qué habría de hacerlo con algo tan importante como lo es la experimentación? Es el punto más importante para crear conclusiones que nos lleven a un buen resultado.

-¿Te estás escuchando? Me estás pidiendo sexo ¿A mi? Un hombre, tu compañero de trabajo, un hombre. Además porque piensas que voy a aceptar. –la alteración poco a poco se notaban en el sulfurado doctor.

-Claro que me estoy escuchando y la respuesta es obvia, quien mejor para ayudarme que mi compañero, alguien a quien conozco y me conoce. No veo el inconveniente de ser hombre, si se hacen bien las cosas el resultado será el mismo de que si lo hiciera con una mujer. Pero sinceramente creo que es mejor si lo hago con alguien que comparte mí misma fisonomía, aunque en diferentes proporciones. Además, requiero de tus conocimientos como médico. –para Sherlock todo seguía sonando lógico y obvio. – Ya veo...esto te avergüenza –la descarada sonrisa que lo caracterizaba no dudó en salir, haciéndose más grande al ver como el rostro ajeno se sonrojaba.- No te preocupes, si lo que quieres es que nadie se entere, te lo aseguro que por mi boca no será.

-No he dicho que aceptaba.

-Lo vas a hacer.

-¿Me estás amenazando? –bien, necesitaba salir de esa habitación. Cosa que se vio interrumpida, Sherlock era más alto que él por lo que era más pesado y le hacía más difícil escapar por la puerta.

-No te amenazo, pero quizá a la señora Hudson no le va agradar saber quién fue el que rompió sus preciadas tazas. –la sonrisa de suficiencia no tardó en aparecer al ver que Watson desistía de la idea de escapar.

-Bien…¿Qué quieres que haga?

-Según los videos que estuve viendo…

-¿Estuviste viendo porno? ¿Mientras yo estaba sentado ahí?

-Shh, necesitaba referencias. Además no lo notaste, parecías muy concentrado en la lectura –miro al de menor estatura, analizándolo un momento y tras decidir, comenzó a desvestirse.- Quítate todo, menos la ropa interior.

El rosa volvió a aparecer en las mejillas del doctor, pero aún así comenzó a desvestirse. Muy en el fondo deseaba eso, si no fuera así, ya habría huido.

                      ------///------

Una vez ambos hombres en bóxers, fue el alto quien tomó la iniciativa, obligando al doctor a sentarse en la orilla de la cama mientras él tomaba posición sobre este sentándose en su regazo.
Holmes estaba muy concentrado en cuál debía ser el siguiente paso, mientras John moría por dentro, no podía creer que en verdad estaba haciendo aquello.

-Te ves incómodo, John. –puntualizó el alto.

-¿Tu crees? –ni siquiera podía ver al menor a los ojos.
Siguiendo lo que había visto en los videos, tomo el rostro del bajo entre sus manos y con los ojos cerrados junto sus labios con los del doctor. Un suave movimiento que pronto fue correspondido. El corazón de John latía con fuerza y Sherlock solo pudo hacer más demandante el beso, necesitaba encontrar la respuesta..

Bocas se entrelazaban, labios apenas rozándose, finalmente Watson tomo la batuta, mordiendo el labio inferior del pelinegro lo que provocó asombro en este dandole el espacio suficiente para que su lengua entrará.
Cuando ambos músculos se encontraron fue como si hubieran estado esperando eso desde hace mucho, ambos peleaban dentro de la boca ajena para tomar las riendas del asunto, ninguno cedía, pero se sentía bien.

Finalmente el oxígeno fue necesario, lo que los obligó a separarse, los labios de ambos estaba rojos y comenzaban a hincharse.

-Interesante…-fue todo lo que expresó el menor mientras veía hacia abajo; en la ropa interior de ambos se vislumbraban dos bultos que hace un par de segundos no estaban, ninguno era indiferente al cuerpo del otro.- Deberíamos deshacernos de esto, también –llevo ambas manos a la ropa interior de Watson con la intención de quitarla, siendo detenido en el acto.

-No de esta forma –tomo al detective por las caderas y lo hizo girar, haciendo que el hombre cayera en la cama boca arriba y él entre sus piernas.- Será un experimento, pero lo estás haciendo mal –la excitaciones era notable en los ojos del doctor.

Se inclinó sobre el blanquecino cuerpo y tras un suave beso en los rojizos labios, continuó el camino por su mandíbula, bajando por el largo cuello donde se entretuvo un rato, era interesante sentir como la piel de Holmes se erizaba por las sensaciones pero no demostraba nada, hombre terco.
Bajo aún más, hasta que se topó con los rosados pezones, tomo el izquierdo entre sus labios con suaves succiones y mordidas, el derecho era acariciado y con la diestra fue más abajo tocando el creciente bulto, ganándose al fin un suspiro por parte del hombre.

Sherlock tomo nota mental de lo que le estaba pasando a su cuerpo, las caricias en el cuello se sentían bien, pero no tanto como para exigirlas.
Luego sus pezones, aquellos que eran inservibles para un hombre, pero que no creyó que fueran tan sensibles. Finalmente las atenciones en su entrepierna le hicieron soltar un sonido extraño y no podía controlar del todo sus caderas.

Dejo en paz el pezon y continuó su camino hasta que se encontró la ropa interior. Aunque Sherlock seguía sin expresar algo, su cuerpo lo hacía, el bulto dentro de su ropa interior había terminado de crecer, su rostro estaba sonrojado y el sudor comenzaba a empapar y desordenar sus naturales rizos.

Cuando sintió que era despojado de su ropa interior la curiosidad volvió a él, mentalmente seguía sin encontrarle lo maravilloso, pero su cuerpo parecía pensar de otra forma ya que estaba reaccionando positivamente.

-Sherlock…

-¿Si, John?

-Deja de pensar tanto.

-Imposible, estoy en medio de un experimento, necesito estar concentrado-ah~ -el cuerpo entero del pelinegro tembló, aquella sensación era nueva. La boca de John era húmeda y cálida, pero sus movimiento lo hacían agradable, tanto que sus caderas buscaba más de aquello y John solo lo aceptaba, haciendo ruidos extraños que le hacían estremecer el estómago..

Sherlock sabía delicioso. Era lo único que podía pensar el doctor mientras más profundo llevaba el pene ajeno dentro de su garganta. Asegurándose de recorrerlo todo con su boca, lamiendo desde la base y cada vena que sobresalía del falo.

Continuo hasta llegar a los testículos y un poco más abajo. La virginal entrada se contraía con cada temblor de Sherlock.
Rozó está con su dedo índice, sonriendo al sentir como se estremecía el hombre y su entrada se contraía más.- Estoy por tomar tu virginidad ¿Cómo te sientes al respecto?

-¿Debería sentirme de alguna forma en particular?¿O deseas que infle tu ego?

Empujó el índice en la virginal entrada con la suficiente fuerza para que la punta entrará, ganándose un gemido algo doloroso por parte del genio. –Solo que seas más amable –empujó más el dedo a lo que el ano en defensa se apretó más imposibilitando un poco el movimiento; la expresión de Sherlock era de incomodidad y los dedos enterrados en el colchón solo anunciaban lo ‘mal’ que lo estaba pasando.

-De acuerdo, de acuerdo –las palabras eran atropelladas.

Satisfecho con eso, Watson retiró el dedo y tomo la botella que estaba en la mesa de noche, no tenía idea de porque el menor tenía lubricante pero las preguntas podrían venir después.- Mantén las piernas abiertas.

Sabía lo que seguía y comenzaba a dudar sobre si continuar con aquello, Watson lo había escarmentado y no había sido del todo agradable.
Aún así hizo lo que el doctor le pidió, mantuvo las piernas abiertas y las sostuvo más arriba como le habían indicado, esperando el siguiente movimiento. El cuál no tardó en llegar, haciéndolo sobresaltar en su lugar. Viscoso y frío era como se sentía, después incómodo.- ¿Seguro que es la forma correcta? –pocas veces se escuchan la inseguridad en Sherlock Holmes y esta era una de esas.

-Debes relajarte.

-Que obvio, Jo…hn –más que dolor sentía incomodidad y algo de ardor, un intruso en su cuerpo que causaban distintas sensaciones en él, se parecía bastante al ardor de la aguja entrar en su vena cuando usaba heroína.

Pendiente de las reacciones contrarias, comenzó el suave vaivén de su dedo tanto como el apretado pasaje se lo permitía. El menor se notaba incómodo, por lo que ayudándolo un poco con eso con su mano libre tomo el olvidado falo y comenzó el movimiento parecido al de su dedo.

Sherlock solo pudo cerrar los ojos y perderse en la sensación, era incómodo y dolía pero quería más, como las drogas.

Un quejido que no parecía su voz se le escapó cuando sintió otro intruso dentro de él. Watson, hurgó un poco en el interior ajeno y lo encontró, recibiendo al fin una reacción verdadera.- John…¿Eso…que fue eso?

-Querido Sherlock, déjame presentarte tu punto de placer –sobo de nuevo la protuberancia dentro del menor, ganándose un agradable gemido.- Es tu próstata. El lugar prohibido que todos quieren ignorar. –mientras más empujaba contra ese punto el cuerpo del menor más se relajaba y parecía que su mente también.

Finalmente saco los dedos del interior del pelinegro, obligándolo poco a poco a volver al mundo real.- Cambiemos de lugar –ayudó al chico y lo colocó de nuevo sobre su regazo, ya había tenido reacciones, ahora quería acciones.

De nuevo sobre el regazo de Watson, logró volver un poco del extraño letargo en el que había entrado. Miro el cuerpo bajo él, se supone que debe hacer algo. Volvió a tomar los labios ajenos en un beso profundo pero tranquilo, lenguas y alientos entrelazándose.
Sus manos bajaron por el cuerpo del hombre hasta que sintió la ropa interior, la cual no tardó en jalar hasta dejar finalmente desnudo al doctor. El pene no estaba tan duro, pero fue rápidamente solucionado con unas cuantas caricias.- El lubricante, Sherlock –aún colgado de los labios del doctor buscó a tientas la botella.

Una vez en en las manos del doctor, embarro el líquido en su falo, y tomando al menor de las caderas lo guió hasta que la punta de su pene toco la virginal entrada.- ¿Listo?

-Siempre –Watson rió por la respuesta, empujándose en el estrecho canal.

La incomodidad de los dedos no se comparaba a sentir un pene entrar en ti. Dolía y lo hacía saber encajando sus dedos en los hombros del doctor, pero aún así no lo detuvo, quería llegar al final de eso.

-Necesito que te muevas.- asintió a las palabras ajenas y poco a poco comenzó un suave vaivén, aún dolía pero los movimientos lo hacían más pasajero, además sonaban lindo los sonidos que dejaba escapar Watson. ¿El sexo es para subir el ego? Porque solo podía pensar en seguir moviéndose para escuchar al doctor caer por el placer que le estaba regalando.

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Un gemido alto hizo eco en la habitación, el de rizos se sostenía con fuerza de los hombros ajenos pues una corriente eléctrica le había recorrido el cuerpo, un movimiento en particular lo había provocado el cual no dudó en repetir haciéndolo gemir de nuevo.- Eso…se siente bien. –John estaba completamente de acuerdo.
Por las expresiones del detective podía asegurar que este había encontrado su punto. Queriendo ayudar un poco con aquello, así que tomo el pene del menor e imito el movimiento, ganándose un improperio y la imagen más sensual que había visto en su vida.

Los movimientos de Sherlock era más rápidos, moviéndose con la fuerza suficiente para que el pene dentro de él tocara su punto. Además las caricias en su miembro hacían todo más rico. Ya comenzaba a comprender.

 

Los movimientos de Holmes eran placenteros, pero necesitaba más. Aprovechando el placer el hombre los cambio de nuevo de posición. El misionero. Con las largas piernas alrededor de su cintura, su pelvis tomo velocidad. Rápido y duro, cada nuevo movimiento hacía un sonido obsceno y provocaban más gemidos por parte del receptor.

Apenas noto el cambio de posición, solo pudo enredar sus brazos y piernas en el cuerpo del doctor mientras gustoso recibía el placer que lo recorría. Todo se sentía en paz, no había tantos pensamiento yendo de aquí para allá, estaba en su castillo y todo era tan claro.- ¡Watson! –después todo fue silencio, se sentía flotar; nunca había sentido el cuerpo tan relajado y la mente tan libre.

Nunca creyó que el menor podría verse así, era sensual, etéreo, Holmes.
Así como el orgasmo del detective llego, el del doctor no se hizo esperar, recorriéndole agradablemente el cuerpo para terminar en el interior del menor en esperma caliente y blanco.

Finalmente su cuerpo no dio para más y termino recostándose en el pecho del detective.- No usamos condón.

-No es necesario, no puedo concebir.

-No lo decía por eso.

-Revise tu historial médico y estás limpio. Y Mycrof me obliga a hacerme exámenes médicos constantemente.

El silencio de nuevo reino entre ellos un momento mas. –Creo comprender porque el sexo es una necesidad.

Watson solo pudo rodar los ojos, el silencio era cómodo, pero su compañero seguía viendo aquello como un experimento más; simplemente se levantó del cuerpo ajeno y se colocó a un lado, él por su parte iba a disfrutar del agotamiento que dejaba un buen orgasmo.

-Watson. Amigo.

-¿Hmm?

-El experimento fue un éxito. 

Notas finales:

Espero les haya gustado. Dejen RW. Son hermosos.

Cuando vuelva a tener inspiración, nos vemos por aquí. 

Nos vemos pronto. XOXO


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