Club Shion: 14:25
En el club más prestigioso de la élite de Japón se encontraba nuestro querido Asam Ryuichi, dueño del club Shion y otros clubes famosos de todo el país, revisando unos cuantos papeles antes de reunirse con “cierta persona”, que llegó al país hace unos momentos y que ya Kirishima se encargó de recogerla y traerla directamente hasta él mismo. También estaba su adorado esposo, quien tenía el día libre y que tendría que venir también ya que él lo llamó.
Asami tenía solamente la cabeza de encontrar al enemigo quien atacó a su amado esposo solamente para tenerlo en sus manos estrangulándolo como un simple gusano por tratar de tocarle un pelo a su ángel y lastimarlo. Aunque aún Akihito no estaba muy de acuerdo con los métodos violentos de Ryuichi, pero a él no le importaba mucho.
Su celular le interrumpió la lectura de sus documentos y mirando el número conocido de Kirishima, no pensó dos veces en contestar y llevarse su celular de último modelo al oído.
-Llegaron?
-Si señor… Estamos Abajo del edificio… Ella ha llegado perfectamente bien y en unos minutos la llevaremos con usted…
-Bien… Los espero aquí…
-A sus órdenes señor… -Fue lo último que se escuchó decir del secretario y mano derecha de Asami, antes de que este se retirara el celular negro del oído y colgase. Y cuando estuvo a punto de depositarlo sobre su escritorio, miró un mensaje que internamente lo hizo sonreír. Un mensaje de su esposo.
Espero que el motivo por el cual me mandaste a buscar sea bueno, porque sea lo que sea podríamos discutirlo tranquilamente en casa, sin necesidad de tener que ir allá especialmente luego de trabajar… Espero que el motivo de tu convocación sea serio… Te amo… Y ya estoy en camino…
Típico de Akihito cuando se molesta y lo manda a llamar sin darle explicaciones, pero le iba a llamar luego. Con esa sonrisa en la cara apagó el celular y lo depositó a un lado en el escritorio, para poder seguir con sus papeleos, pero ya que más le da, la puerta fue tocada con delicadeza pero notable, para anunciar la llegada de Kirishima con su “invitada” que vino desde lejos para poder colaborar con el problema del canadiense.
-Asami-Sama… Hemos llegado…
-Adelante… -Solo dijo en voz alta antes de mirar sus papeles y volver a su trabajo.
En ese instante, la gran puerta se abrió, dejando pasar primero la figura de Kirishima, quien estaba elegantemente vestido, con sus típicos lentes oscuros, que le daban el aire digno de ser el asistente y mano derecha de Asami Ryuichi.
-Buenas tardes señor…
-Buenas Kirishima…. –Devolvió el saludo antes de depositar los papeles y ahora mirar a su secretario. –Y bien? Dónde está ella?
-Aquí mismo señor… -Respondió el asistente, antes de mirar a la puerta y ver que pasó otra persona detrás de él.
-Je ne peux pas croire que le grand Asami Ryuichi me commande de venir après tellement de temps… (No puedo creer que el gran Asami ryuichi me mande a venir aquí luego de tanto tiempo…) –Contestó una voz femenina, de voz calmada y fina, que sonaba como lo más lindo posible.
Y no se trataba de nadie más ni nadie menos de una joven que no pasaba de los 24 años. Bajita, con una apariencia joven y de menos edad, de piel pálida, ojos dorados y más grandes que los de Asami, cabello negro y largo hasta las rodillas, amarrado de una coleta bien peinada con una pequeña moña delante, finos y carnosos labios rosas bien maquillados como el resto de su rostro. Que vestía de un elegante vestido negro con un abierto que dejaba ver toda su pierna izquierda, con unos bellos tacones rojos, sus accesorios que implantaban belleza en su físico y un olor a perfume agradable pero a la vez discreto. En todas partes lucía bien, y el parecido con Asami era enorme. Parecían hermanos gemelos.
-La ferme Sakura… (Cierra la boca Sakura…) Je ne veux pas commencer avec des discussions nécessaires avec toi… (no quiero comenzar con discuciones innecesarias contigo)
-Como quieras… Sigues siendo el hombre más aburrido de la historia… -Dijo con una sonrisa encantadora, deteniendo sus elegantes pasos frente al escritorio de Ryuichi.
-Y tú la mocosa más insoportable que he conocido…
-Así es como quieres a tu prima… Que amor… -Dijo de broma, causándole algo de gracia al mafioso mayor, quien le sonreía de la misma manera a su querida prima menor.
-Lo mismo digo de ti… -Le respondió Ryuichi en defensa.
-Disculpe que la interrumpa señorita Asami-sama… -Intentó interrumpir el momento conmovedor Kirishima.
-Diga… Kirishima-San…?
-Quiere que lleve sus maletas a su nuevo departamento ahora o espera a que nos vayamos?
-No se preocupe… Déjelas en el auto y cuando nos vayamos me acompañará a depositarlas… Muchas gracias Kirishima-san… -Respondió la joven amablemente agradeciéndole al asistente de Asami por su amable colaboración.
-Con placer Asami-sama…
-Kirishima… -Llamó el Asami mayor.
-Dígame Asami-Sama… -Respondió el asistente del líder Yakuza
-Cuando llegue Akihito me avisas… Lo mandé a buscar hace un momento y ya se encuentra en camino…
-Como usted ordene… Con su permiso me retiro… -Dijo antes de hacer una reverencia a sus dos superiores y con un agradecimiento de ambos sale de la oficina de Asami, cerrando la puerta tras su persona, para así dejar solos a la familia conversar amenamente.
-Bien Ryuichi… -Rompió rápidamente el silencio la joven de cabello largo ya sentada en una cómoda silla de cuero frente al escritorio de Asami. –Veo que aparte del porqué me mandaste a buscar tienes muchas novedades que contarme… Como por ejemplo al de tu boda, cual no pude asistir…
-Te enteraste muy rápido… Me llamaste al día siguiente luego de nuestra boda…
-Tengo mucho interés de conocer al chico… Con solo haberlo visto en una foto que me enviaste la última vez que nos llamamos, me di cuenta de que es un chico espectacular y verdaderamente un encanto… -Comentó la joven con una sonrisa adorable.
-Es un caso muy especial Sakura… Tiene un año menos que tú…
-Siempre supe que eras un pervertido… Mira que son 13 años de diferencia que se llevan… -Se burló la joven de ojos enormes.
-Eso no te incumbe… Sakura… -Corrigió Asami ya molesto.
-Claro que me tiene que interesar… Para algo quieres que cuide del chico no?
-El que vayas a cuidar de él no significa que te tengas que entrometer en su vida personal ni la mía… -Le advirtió el Yakuza mayor a la joven, que parecía estar ignorando completamente su advertencia al andar mirando al techo.
-Ryuichi… -La calló la joven de ojos enormes sin dejar de mirar al techo. –El chico no va a querer mucho que lo anden vigilando todo el día… Se sabe defender muy bien según tu…
-Él estaba muy asustado desde aquel día… Y la gente puede sospechar con mis hombres teniéndolo al asecho todo el día… Sabes que él trabaja para la prensa… Además de que no se muy bien con quién diablos me estoy enfrentando…
-Por lo visto no andas pensando muy bien con la cabeza… Y si no va a querer?
-El ya no piensa como un mocoso… Sabrá que es lo mejor para él… Necesitaré a mis hombres conmigo mientras tanto… Además siendo vigilado por una sola persona lo tendrá menos incomodo…
-Sabiendo que tienes más de mil hombres aquí, no habrá valido la pena que me llamaras desde el caribe solo para venir aquí y serle de niñera… Con tan solo 1 bastaba…
-Sakura lo que no quieres entender es que no hay nadie mejor que tú para cuidar de él… Eres experta en defensa personal y el estará más seguro contigo…
-Ryuichi… Soy una jefa de mafia como tú… No una niñera para fotógrafos imperactivos que les gusta meterse en problemas… -Dijo la joven cerrando los brazos, mientras ahora su mirada se fijaba en él.
-Nadie se mete contigo…
-Esa es otra cosa Ryuichi…
La discusión entre ambos mafiosos sobre el cuidado de Akihito estaba sin querer dar un buen resultado positivo para el Asami mayor, ya que la menor parecía no querer ceder a su petición, ya que sabía que el menor podía defenderse, y también andaba la cuestión del trabajo del fotógrafo. Además de que existía la posibilidad de que el menor no iba a aceptar a un jefe de la mafia ser su guardaespaldas todos los días hasta que se resolviera el problema con la mafia Canadiense, quien por ahora eran unos desconocidos gracias a su poca actividad dentro y fuera de su país.
La Asami menor, quería saber la verdadera razón por la cual el Yakuza menor insistía tanto del que ella cuidase de Akihito, aunque sabiendo de las circunstancias por las cuales pasan la pareja Asami, este no se debía preocupar tanto (según ella).
-Para que quieres que cuide de él?
Asami cayó un momento antes de responderle a su prima. Parecía un poco preocupado según la menor, y al parecer para ella misma, la respuesta de Asami podía ser algo verdaderamente serio, que le costara responder directamente ante la menor.
-Porque yo sé que él está seguro en tus manos… -Tan solo le respondió a la joven, dejando un enorme silencio en esa sala, que solo lo rompió el teléfono de la oficina, en donde el alta voz, Kirishima avisó que Takaba por fin había llegado y que ya se encontraba subiendo hacia su oficina.
Los dos mafiosos quedaron nuevamente en silencio, en donde sus miradas quisieron dejar dicho todo lo demás, sin tener que mover sus labios, evitando movimientos innecesarios. En donde solamente la joven se puso de pie y se desplazó a pasos elegantes y calmados hasta las ventanas de cristal de la oficina, solamente para contemplar la ciudad con esa fría mirada que caracterizaba ambos Asami restantes. Ella cruzo los brazos y terminó suspirando pesadamente.
-Bien… La seguridad de tu esposo ha quedado en mis manos…
Solo le dijo, lo que alegró internamente a Asami, sabiendo que ahora, su esposo estaría a salvo bajo las manos de su único familiar restante. Y estando satisfecho de ello, podía estar pensando con más claridad en sus asuntos y encontrar a esos malditos canadienses, matarlos uno a uno de la manera más vil y cruel posible por haber intentado poner sus asquerosas manos sobre su más preciado tesoro.
Pero luego, interrumpiendo ese silencio de muerte, se escuchó por la gran puerta de que la persona por la cual esta discusión estaba presente se encontraba tras la puerta, y luego de que se escuchase la permisión de Asami, se dejara pasar una figura masculina por la cual Asami mataba porque solamente él mismo pudiese admirarla todos los días sobre su cama, en su cocina, en donde sea, constaba conque solamente él pudiese verlo, tocarlo, amarlo…
Asami Akihito se asomaba por la puerta, caminando a pasos tranquilos hacia la oficina con un silencio de ultra tumba, al estar firmemente concentrado en saber el de porque Asami se encontraba callado, y que una mujer de negro se encontraba tras de él.