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Grito De Ayuda por yuhakira

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, se supone la actualizacion seria ayer, pero era el día de las madres, y toda la familia estaba en casa no hubo tiempo de nada, pero acá esta. 

Disfrutenlo.

II

 

Para cuando dieron las doce había logrado controlar mis miedos y sacar de mi cabeza la idea insensata de que Tsukishima intentaría huir. Sin embargo estando en la puerta y viéndolo acercarse a mí todo se me revolvió como un remolino en el estómago. Estaba impecable, llevaba un buzo holgado de lana color miel, un jean negro ajustado y una botas negras, la blancura de su piel relucía con fuerza dejando que sus labios de un fino rosa se llevaran todo la atención, lleva lentes oscuros que no me dejan verle a los ojos, su cabello está también finamente cortado, como si lo acabara de acomodar.

  • Hey!

  • Bokuto san buenas tardes. Como esta?

  • No tan bien como tú - fue todo lo que atine a decir un poco aturdido.

  • Se supone que eso sea una broma?.

Mierda. Se enojó. Salio del apartamento y fui tras él.

Lo alcance rápidamente, sus pasos tampoco buscaban huir de mí; cuando llegamos al auto le abrí la puerta del asiento trasero, pero rodeo el vehículo y se sentó en el lugar del copiloto, eso no estaba bien, pero inmediatamente noto mi titubeo me dejó claro que si no fuera porque no llevaba su permiso de conducción  el mismo manejaría.

  • No necesito un escolta

Eso lo tenía claro, pero mi presencia hay no depende de lo que él o yo queramos o creyéramos conveniente; le pregunte a donde iríamos y lo dudo por un momento.

  • En realidad no se a donde ir.

  • Podríamos visitar a unos de sus amigos.

  • Ha, yo no tengo amigos - dijo mordiéndose los labios - a dónde irías tú?

  • ¿yo?

  • Bokuto san por favor no tenemos mucho tiempo.

  • No se… al cine tal vez. - no era una buena opción obviamente, pero no sabia que mas decirle.

  • Solo arranca.

Empecé a conducir hacia el centro de la ciudad. El recostó su rostro contra el vidrio, observando no más el exterior sin decir nada; por un momento pensé que lo estaba imaginando pero la colonia que llevaba puesta era la misma que usaba Kuroo, me pregunto si estaba cómodo con eso, de cierto modo me sentí asqueado.

  • Quisiera ir a Sendai

Su voz se escuchó suave chocando contra el vidrio, no me hablaba a mi, no buscaba conversación, por eso no dije nada; trate de ahogar el hueco que se me hizo en la garganta.

  • Bokuto san, podría detenerse.

  • Si claro.

  • Caminare.

  • Lo siento, se que tal vez no es lo que quiere pero debo acompañarlo.

Chasqueo la lengua y pareció arrepentirse de bajarse del auto, sin embargo continuó, me limite a seguirlo un par de pasos más atrás. Finalmente se detuvo en un prado cerca a un parque infantil, el señor con el carrito de helados se acerco a el y le ofreció un helado a lo que él se negó; no lo había pensado pero lo más probable es que no llevara dinero consigo, así que le pregunte cual quería, al principio pareció querer rehusarse a que yo le comprara un helado, pero entonces eligió un vaso de vainilla y dulce de fresa, compre uno para mi de chocolate y me senté unos metros lejos de él; luego de un rato le vi llamarme.

  • Bokuto san, no quiero molestar pero ultimamente solo hablo con Kuroo san y mi mama, le agradeceria que no guardara silencio.

Se que me sonroje, note el calor inundando mis mejillas, entonces él sonrió, y me invitó a sentarme a su lado, había olvidado lo bella que era su sonrisa y la cantidad infinita de veces que escuche a Kuroo referirse a ella como lo más hermoso que había visto.

  • De que quieres hablar?

  • No lo se, no se que puedo preguntar.

  • Eres libre de preguntar lo que quieras.

  • Siempre he tenido una duda -revolvió el helado en su envase antes de mirarme algo sonrojado- tu y Akaashi… no, lo siento no es algo que deba preguntar - ¿yo y Akaashi? Que tenía que decir de los dos?

  • ¿Que?

  • Tu sabes, Kuroo san siempre ha dicho que harían una buena pareja.

Mis ojos se abrieron como platos a lo que el río a carcajadas moviendo las manos frente a mi cara casi que a modo de disculpa por haber preguntado algo indebido.

  • ¿Por qué dices eso? De verdad Kuroo piensa eso.

  • Bueno si. No solo él. Estoy seguro que le gustas a Akaashi san desde la preparatoria.

  • Oh no puede ser, si eso es cierto soy la persona más lenta de este mundo.

Volvió a reír mientras terminaba su helado, y a pesar de lo que acababa de decirme, no podía dejar de mirarlo, pensando en lo grandioso que seria verlo sonreír así por mucho más tiempo. Tal vez era lo absurdo de todas las historias que se contaban sobre él, pero desde que había entrado a trabajar en su casa no podía sacarlo de mi cabeza. Lo invite a que tomara mi mano, aun teníamos tiempo antes de tener que regresar al apartamento, el me acepto, sostuvo mi mano por el parque mientras yo caminaba un poco frente a él, sentí mi mano temblar por su tacto; había mucho que quería preguntarle, muchas cosas que quiera saber, pero seria algo imprudente por mi parte hacerlo desde ahora, tal vez, si estas salidas siguen repitiendose en algún momento podría hacerlo.

En el parque en el que estamos hay una cancha de baloncesto, de pronto sea algo infantil o algo tonto, pero lo único que se me ocurrió para distraer su mente fue algo de ejercicio; ninguno de los dos estaba vestido para tal actividad, pero el pareció divertirse cuando me quité el saco y lo deje sobre el césped luego de conseguir que unos muchachos me prestaran su balón. Arremangue mi camisa hasta los codos y lance el balón contra el tablero, encestando a la primera, venga que no solo para el voleibol soy bueno, él fingió estar impresionado por un momento antes de lanzar el balón, obviamente encestó también.

  • Si no apuestas algo esto no será divertido -advertí tratando de ponerle algo de picante al juego.

  • No creo ser contrincante para ti.

  • No seas condescendiente conozco muy bien la fuerza de tu bloqueo, estoy seguro que no te será difícil vencerme en baloncesto.

Es un contrincante fuerte debo decirlo, a pesar de que su cuerpo tal vez por el encierro se movía algo lento. Tsukishima es más alto, pero su cuerpo es más delgado que el mio, por eso fue más fácil vencerlo en batallas cuerpo a cuerpo así detuviera el balón en el aire cuando lograba lanzarlo, al final gane por una mínima diferencia, prometió que haría lo que yo le pidiera, en ese instante no supe qué pedir así que guarde mi premio para después.

Agotado se tiró de nuevo sobre el césped, ya se había quitado los lentes, y antes de acostarse completamente sobre el suelo se quitó el buzo, llevaba un esqueleto negro ajustado al cuerpo, su piel se vio mucho más blanca, y el brillo perlado de sudor sobre su pecho y su frente fue encantador. Puso ambos brazos por detrás de la cabeza y cerró los ojos mientras el viento secaba su sudor, yo permanecí sentado a su lado, tratando de que no se diera cuenta de que lo observaba, quien sabe cuanto tiempo llevaba sin recibir un rayo de sol directamente, y tal vez fue tal la sorpresa de que Kuroo lo dejara salir que en realidad no había planeado algo especial que hacer, espero esto haya sido divertido. Faltaban solo veinte minutos antes de tener que regresar a la casa, lo deje estar así por un poco más, hasta que el nerviosismo volvió a mi cuerpo, no estábamos lejos, pero cualquier contratiempo sería un problema, no quería tener que decirle que era tiempo de volver mientras el descansaba plácidamente pero no tenía otra opción. Recogí mi saco del suelo luego de devolver el balón a sus respectivos dueños, y entonces moví su rodilla para llamar su atención, abrió los ojos me miró fijamente; su mirada estaba llena de tristeza, entendía que era el momento de volver.

  • Bokuto san - respiro hondo antes de continuar- tal vez esté cometiendo un error, pero no tengo otra opción, tal vez no pueda volver a salir después de hoy.

  • Puedes decirme cualquier cosa, no diré nada - sonrió, o intento hacerlo - vamos andando o llegaremos tarde.

  • Necesito contactar a alguien.

Detuve mi paso y voltee a verlo, se veía asustado como si empezara a arrepentirse de lo que iba a decirme, así que me detuve y le di toda mi atención, el tiempo no dejaba de correr.

  • No importa quien sea, lo encontraré.

  • Sawamura san.

  • Daichi? El ex capitán de tu equipo? ¿Porque el?

  • El… -por un momento no supo qué decirme, o mejor dudo en decirme algo mas, me estaba pidiendo a gritos ayuda.

  • No importa, esta bien, lo encontraré. Volvamos.

Durante el trayecto no dijo nada más, volvió a colocarse el buzo y los lentes. Trate de calmarlo contándole anécdotas sobre las nacionales, por un momento se dejó llevar, caminaba a mi lado, estábamos a tiempo, no hubieron inconvenientes y todo salio bien.

Abrí la puerta finalizando mi última historia a la que respondió con una alegre sonrisa, yo tambien lo hacia cuando cruzamos el umbral de la puerta, y de nuevo sentí esa oscuridad pesada sobre mi cuerpo. Kuroo estaba sentado en el sofá mirando su reloj, estábamos a tiempo, era lo que me repetía, pero yo llevaba mi saco en el brazo y aún llevaba las manos remangadas, Tsukishima trato de mantener su sonrisa al verlo, buscando tranquilizarlo, pero cuando se acercó a besarlo para saludarlo Kuroo desvió el rostro para fulminar mi presencia con su mirada, luego lo tomó de la mano y lo llevó a la habitación… no supe qué pasó.

Notas finales:

Gracias por leer.

 

Yuhakira Nara.


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