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Entre lágrimas y sueños. por Ocarino

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Notas del fanfic:

Todos los derechos reservados a J.K Rowling.

Notas del capitulo:

Todos los derechos reservados a J.K Rowling. Espero que disfruten mucho de este capítulo. 

Los nítidos recuerdos de las pútridas paredes de su antigua habitación aún acechan su mente. Los gusanos, cucarachas y alimañas eran su única compañía. Agradecía, muy para sus adentros, escucharles hacer de las suyas entre los destartalados cacharros que sus tíos echaban dentro. De esa manera dejaba de sentirse solo. Ese sonido era suficiente para acobijar su alma y sumirle en un profundo sueño.


Irónico. Ahora ese escenario era el protagonista de la mayoría de sus pesadillas.


Escucha los pesados golpes contra la madera. Puede notar como su cuerpo se eriza, le advierte que algo malo está a punto de suceder. En parte, desea que algún suceso extraño, de esos que tanto han influido en su vida, se haga presente y le saque de su ensueño.


No tiene lugar hacia donde huir. Tiembla inconsciente, sujeta con fuerza una de sus almohadas y la usa como escudo. Siente las lágrimas acumularse en sus ojos, al mismo tiempo que el chirrido de la puerta se hace presente. Una risa socarrona retumba contra las paredes, y pronto todo vuelve a estar sumido en esa terrible oscuridad.


—   Te he dicho que no tienes porqué llorar, enano. —la voz se hace escuchar por primera vez. Es gruesa, maquiavélica y, sin saber cómo, le vuelve un niño indefenso que no sabe qué hacer o cómo actuar.


—   Yo…


—   Tú no piensas. No hablas. Tú no sabes nada. —le recuerda, mientras que las enormes manos le acarician la mejilla, dejándole una horrible sensación de asco


—   Porfavor… no…


No tiene poder en ese lugar. Pese a que grite, tiemble e intente despertar a todo el vecindario, nada servirá para aplacar la ira de su tío. Al día siguiente él saldrá, aclarándole a todos que se trataba de una de sus tretas para llamar la atención. Revivirá las situaciones donde, sin quererlo, fue clasificado como un niño problema y una amenaza para la convivencia de la sociedad. Porque sí, incluso los adultos pueden ser inducidos fácilmente a cualquier cosa que ellos crean “lógica”.


Vernon le acaricia la cara interior de los muslos, trazando una caricia hasta encontrar la manera de sujetarle de la cintura. Harry chilla con fuerza, da golpes contra sus hombros y se remueve, nada conforme con lo que sucede. No tiene la conciencia suficiente para saber que aquello es una de las cosas más deplorables que puede cometer un ser humano. Sabe que está mal. No sabe hasta qué grado.


Las lágrimas caen mientras que es despojado de sus ropajes. Siente los golpes en su cuerpo, los insultos que, sin ningún tipo de piedad, su asqueroso tío suelta en medio del acto. Arde su garganta, tiene la vista nublada y sólo se derrumba contra la cama. El mayor aún sigue penetrándole con bestialidad. Respirando en su nuca mientras que pedazos de su alma se fragmentan. No le quedan fuerzas para luchar, ¿para qué hacerlo?


Y a la mañana siguiente, contempló la escena de su habitación, el único lugar seguro que tenía, ahora plagado por ese olor tan asqueroso. Se recuerda tomando lo sucio, lavándolo con sus manos mientras su corazón se encogía en lo más profundo. Y el dolor físico, esa clase de dolor no es equiparable a la sensación que le persiguió durante años. Como si todo hubiese sido su culpa.


Se levanta, intranquilo, con perladas gotas cayendo sobre su frente. Tiene el corazón desbocado, la boca seca y, se siente de nuevo como ese pequeño desprotegido. Harry echa un vistazo alrededor de la habitación. Estandartes escarlatas se despliegan desde lo más alto del techo, cayendo encima de las camas con dosel. Pequeños puntos yacían iluminados por velas, encantadas especialmente para dar consuelo en las noches más frías. Silencio. Por primera vez en todo su día, lo único que alcanza a oír son los estridentes ronquidos de su amigo pelirrojo.


Algo dentro de sí mismo le repetía, como una constante vocecita, que era diferente a todos los demás. Incluso antes de que su caballera rebelde reapareciese mágicante luego de ser cortada. Mucho antes de que la serpiente conspirase a su favor, logrando escapar de las aclimatadas paredes del zoológico. Y se aferraba con convicción a esa idea. ¿En serio deseaba convertirse en un humano gris, dentro de una montaña de grises ciudadanos? ¿En alguien como Vernon?


No puede aguantar mucho más. Necesita explorar. Porque sí, el niño de oro no tiene esa hermosa capacidad de quedarse quieto en un lugar por mucho tiempo. Mucho menos con esos pensamientos rondando en su mente. Diminutos pinchazos gélidos le hacen soltar un respingo involuntario, justo cuando pone los pies contra el suelo adoquinado de la torre. Se hace con la capa, y en menos de lo que cree, ya camina en dirección a la Sala Multipropósito.


Dentro encuentra algo que no se espera. Creyó que nadie utilizaba esa sala, una suposición bastante tonta. Y ahora le están viendo de frente. Draco Malfoy, anteriormente acomodado sobre un sofá lo suficientemente grande como para actuar como cama, deja su libro a un costado y ríe con desdén. No debió meterse allí. Maldice en el interior de su mente. Pero algo parece distinto. ¿Qué es?


 

Notas finales:

¡Hasta aquí el capítulo! Realmente no sé cuando actualizaré, intentaré ponerme en orden y, en el siguiente capítulo les diré.

 

¿Qué tal para un primer capítulo? Todas sus opiniones son importantes. <3


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