Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

We could be heroes por Dashi Schwarzung

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Confieso que me sentí muy frustrada al terminar éste escrito y darme cuenta de que era KagaAo en lugar de AoKaga… :( Lamentablemente ya no tenía tiempo de reescribirlo o de cambiar un poco la trama, así que tuve que dejarlo así.

Supongo que todo en éste mes me salió mal, porque se suponía que debía escribir algo para la convocatoria de fanfics del grupo AoKaga 5x10 en Facebook, la cual consistía en hacer una adaptación de una película, y yo no pude hacerlo por diversas razones u.u

 

En fin, no quiero seguir descargando mis frustraciones aquí, así que mejor lean xD (N/A: usé el título de una canción de Avicii para mi fanfic :v huehue)

De verdad espero que les guste y que pasen un buen rato leyendo c: ♥

 

            Advertencias:

—Superhéroes AU

—KagaAo

—Seirin!Aomine

—Insinuación HimuKaga            

—Insinuación KagaKuro

—Mención de KiKasa

—Sin lemon (¡Buuu!) *sólo mención*

 

..::..

.:.

.

 

 

 

No tengo poder alguno más que el de hacerte sonreír,

Mi debilidad es ver que sufras, y mi gran hazaña, es borrar esa tristeza… y de nuevo hacerte feliz.

                                                           

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

 

 

..::We could be heroes::..

.:.

.

 

 

 

 

Iba en caída libre… a pesar de que estaba consciente, su cerebro se había nublado.

Sus ojos se encontraban abiertos, pero todo, en su campo de visión, era borroso; no podía distinguir el cielo azul, mucho menos las nubes blancas que eran escasas ese día; el sol daba de lleno sobre su rostro, sin embargo, la luz no le molestaba en lo absoluto.

Seguía cayendo, desde el punto más alto del cielo, ese lugar que ninguna persona había imaginado…

 

Por fin una fuerte ráfaga de viento lo hizo parpadear y regresar a la realidad.

Miró hacia todos lados, a su alrededor no había ser viviente, tampoco algún lugar de donde él pudiera sostenerse para aligerar la velocidad en la que descendía.

—Tch… — Chistó, más que en molestia, en un poco de preocupación, pues estaba a muchos metros del suelo, cayendo a velocidad abismal, sin nada a su alrededor de dónde detenerse…

 

No podía creer que estaba en esa molesta situación… él; uno de los 6 superhéroes más fuertes del país… uno de la poderosa “Generación Milagrosa”, un grupo de élite en cuanto a superdotados se refería…

—Me pregunto si ésta altura bastará para matarme —se dijo a sí mismo, girando el rostro y mirando cómo la ciudad cada vez se veía más grande, señal de que cada segundo que transcurría estaba más cerca de colisionar contra dicha ciudad.

Pfff… cómo deseaba  tener la habilidad de volar, como un par de héroes que él conocía…

 

Por un momento pensó que esa era una buena ocasión para medir su fuerza… tal vez, entre sus poderes, yacía el don de la inmortalidad… “Deja de pensar, tonto cerebro. ¡Esto no es un juego!”. Claro que no lo era, porque si se estrellaba contra la ciudad, era obvio que el impacto podría, incluso, matar a los ciudadanos.

 

Recordó cómo había llegado a esa situación: un horrible monstruo gigante comenzó a devastar la ciudad, por lo que, sin pensarlo, cambió su identidad de un adolescente de preparatoria, a ese hombre extremadamente fuerte que era un superhéroe de piel canela y cabello azulado.

 

El mecanismo de alta tecnología para cambiar su traje se encontraba dentro de ese reloj que portaba siempre; bastaba con oprimir un pequeño botón para que cambiara ese traje negro distintivo de su escuela por un traje oscuro con rojo; ese mismo traje por el que todos los ciudadanos lo reconocían.

Dicho atuendo de superhéroe había sido diseñado por un hombre muy inteligente, de nombre Imayoshi Shouichi, pues la ropa de superhéroe tenía tecnología avanzada.

Además de ese traje, Imayoshi les había otorgado unos antifaces modernos, con los cuales ellos podían observar a su alrededor como si no tuvieran ese artefacto puesto, sin embargo, era difícil para otra persona ver directamente a sus ojos. Le llamaban el “efecto polarizado”.

Y eso no era todo: cuando un héroe se ponía ese antifaz, de inmediato podía tener la facilidad y opción de verse diferente ante todo mundo, esto era para preservar su identidad.

Entonces, era sencillo que él pudiera cambiar, holográficamente, el color de su cabello, incluso el tono de su piel.

 

“¿En qué estaba? ¡Oh, sí!”

 

Cuando Aomine llegó a la zona en la que el monstruo estaba devastando la ciudad, se atrevió a enfrentarlo; esa pelea estaba siendo pan comido, nada que el gran Sterling Panther no pudiera manejar.

Pero cuando la criatura se dio cuenta que no podía luchar contra él, desplegó sus alas, y con fuerza lo atrapó, de inmediato elevándose por el cielo, a una altura que rozaba la estratósfera.

Por suerte el héroe pudo escapar de sus garras, pero… había sido una mala idea… ¡había sido una muy mala idea! Porque ahora se encontraba cayendo a una velocidad inimaginable.

 

Los edificios y las casas cada vez se miraban más cercanos… por suerte tenía un poco de tiempo para pensar qué hacer para causar el menor daño posible, tanto a la ciudad como a los habitantes.

 

—¡¡Estoy en problemas!! — Dijo, casi en un grito, percatándose de que estaba a punto de caer sobre un edificio de una altura considerable.

 

Cerró fuerte los ojos y esperó el impacto inminente, seguro que el gobernador de la ciudad lo vetaría de ésta si algo muy malo llegara a pasar.

 

De repente, sintió un fuerte agarre en su cuerpo, y sin esperar tiempo, abrió los ojos, reconociendo de inmediato a ese tipo molesto, que no perdía ninguna oportunidad de encontrarse con él.

—Llegué justo a tiempo. —Dijo el otro héroe, presumiendo sus habilidades para volar; con su capa roja ondeando en el aire; cargando a Sterling Panther al estilo ‘princesa’ y denotando una bella y grande sonrisa en sus labios.

 

El ceño de Panther se frunció de inmediato… miró cómo el cabello negro de su ‘compañero’ oscilaba con la brisa del viento… no entendía por qué en ese preciso momento se preguntaba si aquel color de cabello era genuino o era un simple mecanismo de holograma para proteger su identidad.

—Red Nova… ¡Maldito! —Gritó, agitándose entre los brazos contrarios, que aún lo sostenían fuerte. —Si quieres adueñarte de mi victoria con ese monstro, ya puedes olvidarlo.

Bueno… en realidad sabía que Red Nova no haría ninguna cosa así, pero más valía estar seguro

—Vamos, Panther boy… no me interesa robarte esa victoria…

—¡Deja de llamarme así!

 

Después de una pequeña risa sincera, Red Nova descendió, aún con el otro chico en sus brazos y por fin lo dejó poner ambos pies sobre el enorme edificio, ese mismo en el que Panther iba a chocar minutos antes.

—Tch… no era necesario que te aparecieras…— Cruzó los brazos y evitó el contacto visual con el pelinegro.

—Tomaré eso como un ‘gracias’.

—Como quieras…— Musitó, mientras daba media vuelta, dispuesto a irse de allí.

 

No había dado ni tres pasos, cuando Red Nova lo llamó.

—¡Hey! … Panther boy… ¿Qué te parece si me agradeces con una cita? — Ignoró la boca fruncida del moreno, mientras tomaba un pequeño momento en mirar el bello cabello azulado de Sterling Panther y ese traje negro que se amoldaba muy bien a su cuerpo.

 

Red Nova le parecía bastante molesto… siempre pidiéndole tener una cita con él… siempre interesándose en él…

Ni siquiera Panther sabía por qué le importaba tanto…

No se consideraba alguien interesante… entonces… ¿Por qué uno de los 6 héroes más poderosos se había fijado en él?

—Ni loco saldría contigo. — Finalizó, sin darle mayor importancia al asunto, por fin, yéndose de aquel lugar.

 

¿Qué si le gustaba Red Nova? Claro… ese tonto pelinegro de piel bronceada le atraía; pero Sterling Panther ya tenía alguien que se había robado su corazón; una persona que no sólo le atraía, sino de quien también se había enamorado…

 

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

 

Un nuevo día…

A pesar de que Sterling Panther era un héroe muy reconocido, también tenía responsabilidades como una persona normal.
Su identidad verdadera era la de un muchacho de 19 años, de nombre Aomine Daiki, un chico perteneciente a una de las familias más acaudaladas y renombradas del país, por suerte, el hijo del matrimonio Aomine no atraía mucho la atención, pues los padres, hasta ese momento, actuaban ante todos como un matrimonio sin hijos, con el afán de preservar la identidad secreta de Sterling Panther.

 

Además de ello, cursaba la preparatoria, asistiendo a una escuela de poco renombre como lo era Seirin, más que nada porque esa escuela no atraía mucho la atención… nada mejor para pasar desapercibido.

 

También era amante de las revistas eróticas, y su modelo favorita era Mai-chan; se consideraba bastante bueno en los deportes, pero su pasión era jugar básquetbol en sus ratos libres.

Era una lástima que no pudiera pertenecer al equipo de básquet de su escuela, pues tenía bien entendido que no podía dedicarse de lleno a jugar ese deporte, debido a sus responsabilidades como súper héroe.

De cualquier forma, siempre se daba un poco de tiempo para ir a la cancha callejera y retar a varios chicos a jugar… no debía ser tan egocéntrico, pero, además de un compañero de escuela, no había nadie quien pudiera hacerle frente en su deporte favorito… era invencible.

 

 

Caminaba tranquilo por la calle, no quería llegar a tiempo a la escuela, pero si se retrasaba, sabía que tendría a su amiga de la infancia gritándole y regañándolo cual mamá; así que por el bien de sus sensibles oídos, era mejor no escuchar la voz molesta de la chica.

 

Un bostezo escapó de sus labios, y es que ir a la escuela era demasiado molesto.

Ahora podría estar en su cama, durmiendo plácidamente… pero tenía una identidad qué cuidar, y el ir a la escuela era una de las cosas que debía hacer.

 

Miró su reloj; aún tenía unos minutos libres antes de llegar a la institución, así que pensó que no sería tan mala idea detenerse en el puesto de revistas y verificar si había salido alguna publicación nueva de su adorada Mai-chan.

Saludó con cortesía al dependiente del establecimiento y de inmediato, sus orbes azulados se dedicaron a buscar la nueva revista.

 

Pero su sorpresa creció con demasía al notar que el periódico del día mostraba una fotografía interesante: Sterling Panther se encontraba en brazos de Red Nova, éste último mostraba una grande y linda sonrisa, mientras que el peliazul denotaba el ceño fruncido.

Las letras grandes en el encabezado se vislumbraban: “Sterling Panther salvado por Red Nova… se rumora un romance”

—¡¡¡¡¡¡¿Quéééééééé?!!!!!! — Gritó, sin importarle que todos los transeúntes lo miraran extraño.

¡¿Qué demonios decía ese encabezado?!

¡Por supuesto que entre ese tonto de Red Nova y él no existía romance alguno!

¡¡Malditos medios impresos que osaban escribir lo que les convenía para generar más ventas!!

 

 

 

 

 

 ~*~

 

 

 

 

 

Su día estaba siendo demasiado aburrido; aún seguía muy molesto por la nota falsa que el periódico local había publicado esa mañana, así que trató de deshacerse de ese tonto pensamiento.

Por suerte era hora del almuerzo; compró algo sencillo para comer y se sentó en una de las bancas que estaban más alejadas del comedor y de donde todos los estudiantes se reunían. No es que fuera asocial, era, simplemente, que nadie la parecía interesante… para él, entre menos amigos o conocidos tuviera, mucho mejor.

 

—¿Sólo eso comerás? — Mencionó alguien, al momento en el que se sentaba junto al moreno.

Con pereza giró el rostro, simuló fruncir en molestia su ceño; no quería que el chico recién llegado notara que, gracias a él, su pulso se había acelerado en un santiamén.

—Tch… lárgate a comer a otra parte, Kagami.

 

El mencionado hizo caso omiso y sacó de una bolsa de papel un sándwich enorme, el cual comenzó a comer con esmero.

El ceño fruncido de Daiki se desvaneció, ésta vez su mirada denotaba asombro; aún no podía creer la cantidad de comida que el pelirrojo consumía. Evitó con todas sus fuerzas mostrar una sonrisa, pues aquello no era nada típico en él, además de que tampoco quería que el pelirrojo junto a él, notara sus sentimientos.

 

—Eres un cerdo. —Musitó en un tono tranquilo, y como respuesta recibió un par de palabras que no pudo comprender, debido a que el otro chico tenía la boca llena de comida.

 

Aomine se recargó en el respaldo de la banca y tomó entre su mano un jugo, sorbiendo del popote el contenido.

Después de todo, adoraba la compañía de Kagami, sentía tranquilidad al estar acompañado de ese chico, sentía que el mundo a su alrededor desaparecía y que esa doble personalidad suya era olvidada por completo.

—Entonces… ¿Un partido después de clases? — Cuestionó Taiga, girando el rostro para mirar con sus ojos color rubí a su acompañante.

 

Esas palabras eran las únicas que hacían que en los labios de Daiki se formara una sonrisa… esa sonrisa que ya no podía desaparecer por más tiempo.

—Claro, trapearé el piso con tu cara. — Retó, sonando superior, como era costumbre.

—Maldito, ésta vez te ganaré.

Soltó una risa ante la amenaza; a pesar de que Kagami era su único rival, éste aún no lo sobrepasaba en cuando a habilidades en básquetbol; sin embargo, era el único que podía llevarle el ritmo desmedido con el que practicaba.

Ni siquiera debía pensarlo dos veces: le encantaba jugar con él; ver esa determinación en los ojos rubí, esa mirada penetrante que seguía cada uno de sus movimientos, esos saltos estupendos cuando el pelirrojo hacía alguna clavada… ese sudor resbalando por el cuello de piel bronceada… “Contrólate, cerebro… no aquí”. Agitó su cabeza, para deshacerse de las raras ideas.

 

Un pequeño silencio surgió entre ambos, Aomine se dedicaba a terminar de sorber su jugo, mientras el pelirrojo comía ese enorme sándwich.

—Estaba pensando… — Habló el peliazul, haciendo una pausa ante sus palabras, para obtener la atención del ojirojo. —…¿Por qué no estás en el equipo de básquetbol? Eres un buen prospecto…

—Oh… el gran Aomine Daiki me está diciendo que soy bueno en básquetbol… Qué halago. — El sarcasmo en su voz se hizo evidente.

—Cállate, idiota. 

 

Daiki escuchó un par de risas provenientes de la boca del otro chico; debía controlarse, o gracias a ese sonido de la risa de Kagami le provocaría un sonrojo en sus mejillas. No le importaba que Taiga se estuviera burlando de él, porque ese sonido era música para sus oídos.

—No es algo que me interese demasiado… — Por fin habló el pelirrojo, tras dejar de reír. —Tal vez me una al club el siguiente año. — Finalizó con una pequeña sonrisa.

 

El moreno asintió a las palabras y regresó su vista al frente; de alguna forma, envidiaba la fortuna que tenía Kagami de ser libre y entrar o no al club de básquetbol de la escuela; porque para Daiki no había ninguna opción…

—¿Qué me dices de ti? Contigo el equipo sería invencible. — El pelirrojo soltó las palabras tan rápidamente que al otro chico no le dio tiempo de pensar.

—Uhhh… — Musitó, tratando de pensar en alguna respuesta convincente, pero para su suerte, la campana sonó, dando por finalizado el receso, para que los estudiantes fueran a sus aulas de clase. —Debo irme, o Satsuki me reñirá. — Tan pronto dijo esas palabras, se levantó de su asiento y prácticamente huyó de allí, dejando a un confuso Kagami levantando la mano para despedirse de él.

 

 

 

 

~*~

 

 

 

 

El cielo poco a poco cambiaba de color; estaba anocheciendo, y Sterling Panther se encontraba en la azotea del edificio más grande de la ciudad; le gusta contemplar el ocaso desde ese punto, donde podía apreciar los colores infinitos que se denotaban en las nubes.

 

Su mente empezó a recordar aquella tarde con Taiga: habían jugado básquetbol, como lo venían haciendo últimamente; habían conversado un poco sobre la escuela y por último pensaron en ir a Maji Burger a comer algo, pero el celular del pelirrojo mágicamente había sonado, especificando que había llegado un mensaje de texto.

Era muy común que Kagami recibiera ese tipo de mensajes e inmediatamente después dijera un “me llegó algo importante, tengo que irme”, pero Aomine no lo culpaba, después de todo, todos tenían cosas pendientes por hacer.

 

Joder, aún no entendía qué demonios tenía Kagami Taiga para que Daiki estuviera tan enamorado de él.

Seguro que el tonto pelirrojo le estaba haciendo brujería o algo por el estilo.

 

Estaba seguro de que muy pronto aparecería Red Nova, pues éste había adoptado, desde hacía un par de meses,  la rutina de aparecer en ese mismo sitio y mantener una pequeña charla con él.

 

Aquel pequeño detalle no le incomodaba en lo absoluto, en realidad, para él era muy ameno conversar con otro superhéroe; además de que había algo en ese héroe de traje blanco y rojo que llamaba mucho su atención.

 

Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio de reojo cómo Red Nova se acercaba a él, usando sus habilidades de vuelo.

—Sabía que te encontraría aquí. — Habló el héroe de cabello negro, aterrizando junto al moreno y regalándole una sonrisa tierna.

Panther no respondió nada; le había sido tonto el comentario del otro chico, pues éste, bien sabía, que, a esa hora, él siempre podía ser encontrado en ese lugar.

—¿Leíste los periódicos locales? — Decidió cambiar un poco la conversación, recordando el hecho y haciendo que su molestia apareciera en ese momento.

—¿Uh? No… ¿Publicaron algo malo? — Respondió el pelinegro, mientras se recargaba en una barda, prestándole su atención al espectáculo del cielo que cambiaba de colores.

 

Panther no contestó al instante, sólo tomó el periódico que yacía entre su mano y lo arrojó con fuerza moderada en dirección al otro héroe, quien atrapó dicho objeto al instante.

—Esos editores idiotas…

Nova dio el último vistazo hacia Panther y desenrolló el periódico que éste le había arrojado.

No entendía qué era lo que tenía al moreno de muy mal humor, pero al leer el encabezado en letras grandes de ese diario sus ojos se abrieron en sorpresa simulada.

 

—Así que… creen que somos pareja… — Afirmó, sin despegar sus ojos de la foto impresa que el papel mostraba, en donde él denotaba una sonrisa grande.

Debía hacer una nota mental y recortar esa foto… para… fines heroicos.

—¡¡¡¿Puedes creerlo?!!! ¡¡Es una estupidez!! ¡¿Tú y yo pareja?! Pffff… es ridículo.

 

Red Nova permaneció en silencio, pero al escuchar las palabras del otro chico, la sonrisa que comenzaba a nacer en sus labios se desvaneció.

Las palabras de Sterling Panther lo habían herido de alguna forma… ¿Acaso el creer que él y Panther podrían ser pareja de verdad era ridículo?

Sus ojos nuevamente enfocaron esa foto en el periódico; sus oídos dejaron de escuchar los reclamos de Panther y su visión fue acaparada por la imagen frente a él.

 

—¡¡Hey, Nova!! ¿Me estás escuchando? — Fue el grito del moreno, el cual lo sacó de sus extraños pensamientos.

—Ahh…  Lo siento… ¿Qué estabas diciendo?

—Tch… dije que hay que demandar a éstos idiotas por difamación

—¿Tanto te molesta ésta falsa noticia?

—¡¡Claro que sí!! El que hagan creer a todos que tengo una relación contigo… ¡Es tonto!

 

Aún, a través del antifaz del pelinegro, Sterling Panther notó cómo Red Nova fruncía el ceño en clara molestia; no podía ver los ojos del otro héroe, pero ese ceño era imposible de pasar desapercibido.

Sin decir ninguna palabra, el pelinegro estiró la mano y le regresó el periódico que planeaba conservar.

—Debo irme. Patrullaré la ciudad un rato.

 

Nova no le dio a Panther ninguna posibilidad de decir algo, cuando emprendió su huida de forma veloz, arrojándose por el borde de la barda, para luego volar lejos.

Aquellas palabras habían sido dichas con suma frialdad; una frialdad a la que Aomine no estaba acostumbrado. No era extraño que el moreno permaneciera con muchas dudas y una extraña punzada en el pecho.

 

Pensó que tal vez el pelinegro no estaba de humor, por lo cual no había aceptado a bien su molestia para con los periódicos.

Era algo pasajero, tal vez al día siguiente estaría mejor.

 

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

 

Habían pasado 4 días desde la última vez que había visto a Red Nova, pero éste no había aparecido donde siempre, es decir, a la hora del ocaso.

Incluso se había encontrado casualmente con algunos otros héroes, como Absolute-Zero: un tipo con años de experiencia en los actos heroicos, y como su nombre lo indicaba, poseedor de poderes fríos, curiosamente… el hielo que emitía era de un extraño color esmeralda, algo así como amatista verde; él no sólo contaba con poderes de hielo, sino  que también era poseedor de una actitud fría, y además no temía en mostrar su rostro, olvidando ese antifaz y en su lugar dejando saber que usaba lentes y que poseía cabello del mismo color del hielo que despedía. También era compinche de otro héroe llamado Hawk Eye, uno de los pocos chicos que tenían poderes para volar.

 

Además de Absolute-Zero, también se había topado en sus rondas rutinarias con Golden boy; un héroe rubio cuya identidad secreta era conocida por muy pocos héroes, entre ellos Daiki. Este chico poseía el nombre de Kise Ryota, alguien a quien le fascinaba el modelaje, y esperaba, en un futuro, renunciar a ser héroe, para convertirse en un modelo profesional.

 

Pero después de todo, durante esos 4 días no había visto a Red Nova; se preguntaba si había sido demasiado osado con sus comentarios aquella última vez que se había encontrado con él.

De no ser así… ¿Por qué otra razón el pelinegro lo estaba evitando? Porque era obvio que Nova estaba alejándose de él a propósito.

Y lo tenía bien entendido, pues el otro héroe era siempre quien tomaba la iniciativa de encontrarse e incluso, de pedirle una cita… y aunque siempre lo había rechazado, ésta vez existía esa rara sensación…

 

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

 

Habían terminado las clases, y de inmediato se dirigió a esa cancha callejera, en la que solía ver a ese chico que lo hacía suspirar como una tonta colegiala.

Pero, siendo sincero consigo mismo… hacía un par de días atrás que había dejado de pensar un poco a Kagami, y en su lugar, Red Nova había acaparado sus pensamientos.

 

No entendía qué era esa rara sensación, y por qué siempre que intentaba traer a Kagami a su mente, el tonto héroe de cabellos negros era el que aparecía en su lugar.

 

Se maldijo internamente al comprender que estaba pensando de más… ninguno de esos dos tipos merecía sus preocupados pensamientos.

Así que dejando de lado todo lo que su cabeza formulaba, sacó de su maleta ese balón de básquetbol y se dirigió hacia la canasta, a empezar a hacer algunos tiros para calentar sus músculos, mientras su compañero de juego llegaba a la cita.

 

Tiro, tras tiro, tras tiro eran anotados.

Parecía que el básquetbol era un buen remedio para olvidarse de todo.

Pero aquella supuesta victoria desaparecería, pues a su mente comenzaron a llegar esos recuerdos de cómo había conocido a Red Nova.

Inconscientemente una risa salió de sus labios al recordar los sucesos…

Vaya que ambos habían sido demasiado estúpidos aquella ocasión:

 

 

 

 

Flashback::..

 

 

 

 

El famoso villano Blue Phantom había escapado de prisión y tan pronto como estuvo en las calles, se dedicó a robar bancos, justo a lo que estaba acostumbrado.

Este villano tenía una habilidad muy especial: podía pasar desapercibido a los ojos de cualquier ser humano, algo así como un fantasma. Además de que poseía una velocidad y agilidad muy superiores a algunos héroes, lo cual le ayudaba mucho en sus saqueos.

 

Las habilidades cambiantes de Sterling Panther eran perfectas para combatir a alguien tan audaz; y sin pensarlo mucho, asumió la responsabilidad de atrapar al villano en cuestión.

 

Después de algún tiempo tratando de conocer el ‘modus operandi’ de Blue Phantom, y de la hora acostumbrada de éste para saquear los bancos, por fin dio con él.

Eran las 2 de la mañana, y el villano de cabellos celestes llegaba hasta la bóveda del banco, donde trataba de meter todo el dinero posible en sacos, para su fácil transporte.

 

El peliceleste había sido demasiado hábil como para no activar ninguna alarma; algo que dejaba asombrados tanto a villanos como a héroes; para Sterling Panther, él era uno de los villanos de los que debía tener más cuidado.

 

—Regresarás a la celda de donde escapaste, escoria…— Habló fuerte, haciéndose notar dentro de la bóveda.

Para él no era un problema caminar por ahí, ya que sus sentidos tan agudos podían percibir esas alarmas.

 

Gracias al antifaz de Blue Phantom, no podía  mirar al villano directo a los ojos, pero por el cambio de sus facciones podía saber que el peliceleste estaba asombrado de haberlo encontrado allí.

—Panther-kun… no esperaba que fueras tú quien me encontraría.

—Eres tan predecible… ahora… ¿Quieres regresar a la cárcel por la buena, o tendré que obligarte?. — Tan pronto como terminó de hablar, se abalanzó hacia el villano, quien denotaba una sonrisa extraña en su rostro.

Pero ninguno de los dos hizo un movimiento más, ya que un fuerte estruendo los hizo detenerse.

 

La pared de concreto y acero del lugar se había derrumbado, dejando a su paso una enorme entrada que conducía hacia la calle.

El tumulto ocasionó que la alarma del lugar empezara a sonar con un ruido insistente y por demás molesto; por un momento Panther olvidó al villano al que tenía que atrapar, y su atención se centró en ese tipo de traje blanco, cabello negro y capa roja que se mostraba superior.

 

Pronto volvió a la realidad y giró el rostro para tratar de encontrar a Blue Phantom, pero como esperaba, éste se había ido tan pronto encontró una oportunidad.

—¡¡Genial!! ¡Tú, idiota! ¡Lo dejaste ir! — Gritó en enojo, intentando hacerse escuchar entre el intenso ruido de las alarmas del banco.

—¿Tú eres Blue Phantom? — Cuestionó el otro chico.

 

No evitó enarcar una ceja al escuchar la pregunta… ¿él… Blue Phantom? ¿Quién demonios era ese estúpido que había osado usar la fuerza para derrumbar una pared por demás “impenetrable” e intervenir de ese modo en su trabajo?

—¿Quién carajos eres tú? —Por fin cuestionó lo que su cerebro se preguntaba hacía algunos segundos.

—Red Nova… estoy aquí para atrapar a Blue Phantom. Y ya que eres tú el que estaba dentro de ésta bóveda, debo suponer que tú eres el villano.

 

Ahora lo entendía, ese tal Red Nova era un superhéroe… claro, debía ser un completo estúpido como para no informarse sobre el villano al que debía atrapar, tanto como para pensar que Sterling Panther, uno de los mejores héroes de la ciudad, podría ser tal villano.

 

Antes de que Panther pudiera decir algo, el pelinegro se abalanzó hacia él atacándolo, así iniciando una pelea entre dos seres poderosos.

 

Se dio cuenta de que Nova lo estaba haciendo pelear con todas sus fuerzas, y lejos de tratar de detenerlo y hacerlo entrar en razón, prefirió seguir peleando con él, pues hacía mucho tiempo que no había alguien con quien tuviera una buena e interesante contienda.

El héroe de cabello negro era demasiado fuerte, era muy rápido y conocía bastante bien las tácticas de pelea cuerpo a cuerpo… demasiado interesante para él.

 

 

 

 

 

Fin flashback::..

 

 

 

 

Recordaba que fue hasta que ambos se cansaron de pelear que la verdad había quedado clara.

Red Nova se había disculpado por actuar como un tonto, y Sterling Panther lo había reñido hasta el cansancio por haber dejado ir a uno de los villanos más importantes de la ciudad.

Después de eso Nova prometió atrapar a Blue Phantom, pero hasta ese momento, ninguno de los dos había podido seguirle la pista al villano peliceleste.

 

—Aomine… — Escuchó su nombre en una voz gruesa, que lo hizo olvidar esos recuerdos y poner los pies sobre la tierra.

Sus ojos zafiro chocaron con los orbes carmesí de Kagami, quien lo miraba con cierta preocupación al mismo momento en el que dejaba su maleta en la banca.

—Llegas tarde, tonto. — Habló para hacer parecer que nada pasaba y que el pelirrojo dejara de mostrar ese rostro atípico.

—¿Estás bien?

—Tch… sólo juguemos — Finalizó, sin querer hablar sobre el asunto.

 

Sin más palabras, ambos empezaron su partido diario.

Saltos impresionantes por parte de Kagami; movimientos defensivos de parte de Aomine; el sudor rápidamente resbalando por la piel de ambos, gracias a la temperatura cálida que abundaba en el lugar…

 

Pero Daiki no podía jugar correctamente; su mente no estaba en el juego, y Kagami lo había notado de inmediato y fue así como detuvo el juego, después de tan sólo 20 minutos de haber empezado.

—¿Qué demonios está pasando contigo? — La voz de Taiga sonaba con un poco de molestia, pues aunque él estaba dando todo de sí para jugar, parecía que Aomine no quería practicar.

 

Daiki soltó un suspiro pesado; le quedaba claro que no podía desafiar al otro chico, al menos no por ese día… su mente divagaba una y otra vez alrededor de Red Nova.

No podría estar tranquilo hasta haber conversado con el héroe de cabello negro.

—Dejémoslo por hoy. — A esas instancias no le importaba si el pelirrojo se molestaba o no; sentía esa ansiedad y esa inquietud por irse de inmediato e ir a buscar a la persona que había ocupado sus pensamientos recientemente.

—Tal vez sea lo mejor. — Caminó los pasos necesarios hasta la banca del lugar y tomó su maleta. —Últimamente has estado muy preocupado…

 

El comentario que había quedado al aire lo había sorprendido con demasía; no había pensado que Kagami notaría su reciente estado de ánimo.

Le hizo saber que aquel chico que se había ganado su corazón de verdad se preocupaba por él.

—Escucha… — Siguió hablando Taiga, ésta vez simulando rascar su cabeza, en clara acción de nerviosismo. —…sé que no soy tu mejor opción, pero… si necesitas a alguien que te escuche… cuenta conmigo.

 

Sintió cómo su corazón comenzaba a latir de un modo desenfrenado.

¿Por qué Kagami se comportaba de esa forma en ese preciso momento en el que su corazón y su cabeza eran un lío?

Sus deseos por correr hacia el pelirrojo y robarle un beso fueron acrecentando a cada segundo, pero no podía arruinar esa extraña amistad que Taiga le ofrecía en ese momento.

—Vaya, no pensé que podrías preocuparte por mí… eres tan sensible, Kagami-chan~ — Su tono en modo de broma se escuchó; hablar de esa forma fue lo mejor que pudo hacer para olvidarse por un momento de los sentimientos que el otro chico le provocaba.

 

Lo que lo pudo matar en ese preciso momento fue ver el sonrojo que se mostraba en las mejillas del ojirojo, gracias a su comentario en broma. Ni siquiera había escuchado el par de insultos que Kagami le ofreció, pues trataba de grabarse en la mente esa bella escena de Taiga con las mejillas color carmín.

 

 

 

~*~

 

 

 

Su lugar favorito era el punto más alto de la ciudad: la cima del edificio más alto, y era su sitio preferido por el simple hecho de que desde allí podía usar su súper visión y observar todo lo que acontecía en la ciudad.

Pero por más que había usado esa habilidad para encontrar a Red Nova, no había tenido éxito… tal vez el tonto pelinegro se estaba tomando un descanso de sus deberes heroicos y por esa razón no lo había encontrado… esa era la única razón que llegó a su mente; sí, eso debía de ser.

 

Siguió usando sus cualidades visuales, pero en lugar de encontrar a la persona deseada, observó a un chico rubio bastante conocido… tal vez éste podía tener alguna idea del paradero de Nova.

Miró cómo Kise Ryota caminaba al lado de otro chico de cabello oscuro y ceño fruncido, tal vez algún compañero de la escuela, o algo así… sería un problema si su acompañante pelinegro observaba a Sterling Panther conversar con Kise Ryota…

Por suerte ya se le había ocurrido un plan para no perder tiempo y hablar con el chico rubio.

 

Ambos chicos caminaban con rapidez por la calle poco transitada a esa hora, estaban llegando a los suburbios, por lo cual la gente no abarrotaba las calles, como era de costumbre en el centro de la ciudad.

—¡Date prisa o te dejaré atrás, Kise! — Escuchó cómo el pelinegro acompañante de Ryota hablaba en voz alta.

—¿Serías tan cruel, Yukiocchi? — Cuestionó el nombrado, ni siquiera queriendo escuchar la respuesta que, de antemano, ya sabía cuál era.

 

El pelinegro estaba un poco molesto, pues Kise tenía la costumbre de quedarse frente a los aparadores de las tiendas y ver cualquier cosa que allí se mostraba. Mientras Yukio sólo quería llegar rápido a su destino.

—Si vuelves a quedarte frente a alguna tienda, no te esperaré. —Sentenció el pelinegro, notando cómo su acompañante caminaba junto a él.

 

Caminaban tranquilos, pasando junto a un pequeño callejón, cuando de pronto, Ryota escuchó, con su súper oído, un ruido extraño.

—¡Shhhhh!

El rubio se detuvo frente al callejón, sin importarle que Yukio siguiera avanzando sin él.

El callejón era un tanto oscuro para la hora del día, sin embargo, sus pies se movieron por sí solos, ingresando al angosto camino, sin que sus ojos color miel pudieran observar a alguien.

Trató de silenciar ese pequeño grito que escapó de sus labios cuando sintió que su ropa escolar era jalada, sus ojos vislumbraron un flash en negro, y de inmediato sintió su espalda chocar con la pared.

—¡No tengo dinero! ¡No me golpees por favor! — Mencionó con los ojos cerrados.

—¿Qué carajos contigo? ¿No se supone que eres un superhéroe fuerte?

 

Al reconocer la voz que le había hablado, Kise abrió sus ojos, reconociendo de inmediato al chico que lo había ‘atacado’.

—¡Oh! Panthercchi, me asustaste. — Sonrió, quitando la mano morena de su ropa, y acomodando su camisa.

 

El moreno trató de pasar por alto el hecho de que Golden Boy se había asustado mucho, e incluso había rogado que no lo golpeara… ¿Qué demonios con éste remedo de superhéroe?

—Hey. ¿Has visto a Red Nova? — Cuestionó Sterling, sin siquiera preocuparse por saludar al rubio.

—Ummmm. Lo vi hace un par de días… está custodiando el distrito de Adachi. — El rubio parecía estar rememorando la ocasión en la que encontró a Nova patrullando. Vaya que Red Nova le agradaba, pero eso, obviamente, no lo diría en voz alta.

 

Sterling frunció el ceño al saber que Red Nova probablemente sí estaba huyendo de él, pues nada tenía que hacer lejos de Tokio, que era su lugar asignado para patrullar.

—Entonces… ¿Es cierto? — sorprendió Kise, sacando de sus pensamientos al otro chico.

—¿Huh? — No era para menos que Panther estuviera extrañado con la repentina pregunta.

—Que si es cierto lo que dicen los periódicos… — Denotó una sonrisa traviesa, mientras se acercaba hacia el oído de Sterling y murmuraba: —… ya sabes… que tú y Red Nova son pareja…

—Tch. ¡Eres un maldi—

—Kise…

 

Tanto como el nombrado como Sterling Panther giraron el rostro hacia la persona que los había sorprendido en ese callejón. ¡Ese chico pelinegro que acompañaba a Kise los había atrapado!

Panther se blasfemó una y mil veces por haber persuadido al rubio, pues ahora, gracias a él, seguro que la identidad secreta de Golden Boy sería revelada.

Pero antes de que siguiera pensando mil y un excusas para preservar la identidad del rubio, éste último habló:

—Oh, Yukiocchi. Perdón por dejarte solo. —Se disculpó Ryota, como si nada.

—Mmmm. Dejame adivinar… otro de tus amigos raros. — El pelinegro habló, refiriéndose al moreno, luego se acercó a la escena, con los brazos cruzados y denotando una mirada de aburrición. Claramente, no estaba impresionado de ver a Sterling Panther frente a él.

 

El moreno no sabía lo que estaba pasando… no sabía si debía huir o quedarse.

—Bueno… él es Sterling Panther. Quiso preguntarme por alguien.

—Larguémonos de aquí, Kise. Tengo hambre. — El tal ‘Yukiocchi’ no estaba interesado para nada sobre el tema, mucho menos en el supehéroe de traje negro que tenía frente a él, y sin más, dio media vuelta, dispuesto a irse por donde había llegado.

 

Había sido una escena muy extraña… parecía que se chico sabía la identidad de Kise Ryota.

—Bueno, Panthercchi… nos veremos luego. — Se despidió Kise, preguntándose mentalmente por la identidad secreta de Red Nova, a quien ni de broma conocía, más allá del traje.

Y el moreno lo dejó ir, simplemente porque tenía cosas mejores que hacer en ese momento.

 

 

Sin pensarlo dos veces trepó uno de los edificios y se dirigió hacia el distrito de Adachi, donde esperaba encontrar a Red Nova.

Usó su fuerza para saltar de un edificio a otro, sintiéndose ansioso…¿Qué es lo que le diría a Nova tan pronto lo encontrara?

Algo como “Hey, estaba paseando por aquí y te encontré casualmente” sonaría muy estúpido.

Para empezar ni siquiera entendía esa necesidad de hallarlo, de hablar con él… de molestarlo.

 

Todo era muy extraño y confuso.

 

 

 

 

Tan pronto llegó a su destino, se dedicó a buscar a Red Nova. Se preguntaba si el superhéroe estaría bien, y si tendría más trabajo que en Tokio. Se cuestionaba si a Nova le gustaba más estar en Adachi… tal vez sólo estaba pensando de más.

Sus ojos se abrieron con sorpresa y una sonrisa se denotó en sus labios cuando, estando sobre la cima de un edificio, pudo observar a Red Nova, rodeado de varios policías. Parecía que el chico de cabello negro había atrapado a un par de delincuentes, y ahora los entregaba a las autoridades.

Los transeúntes no dudaron en amotinarse para felicitar y agradecer al héroe, quien mostraba, ahora, una enorme sonrisa.

 

Parecía que Nova estaba teniendo un muy buen momento, rodeado de toda esa gente que parecía adorarlo.

No, no se sentía celoso en lo absoluto, era sólo que regresaba una simple pregunta a su mente… “¿Y si a Nova le gustaba más estar allí que en Tokio?”

 

El mal humor de Sterling Panther apareció al momento en el que reconoció a un reportero distintivo… ese chico, de nombre Himuro Tatsuya, quien se acercaba a Nova y lo tomaba gentilmente del brazo.

Ese reportero de cabello negro y un lunar cerca del ojo empezaba a portarse muy meloso con el héroe; no era la primera vez que Panther lo había observado comportarse así frente a Nova, sin embargo, sí era la primera vez que le molestaba con demasía.

 

Lo peor era que el héroe de cabello negro parecía disfrutar la atención que el reportero le otorgaba. Esas sonrisas tiernas, esa cercanía, esa atención que Nova le regalaba… era por demás molesto para Panther.

 

Decidió mirar la escena y hacer de cuenta que aquello no le importaba en lo absoluto, pero la verdad era todo lo contrario.

Ahora que volvía a ver a Red Nova, no podía acercarse a él… se sentía muy inseguro, pero sobre todo desanimado…

 

¿Qué era lo que le estaba pasando?

 

Sin querer ver más la escena, en la que los ciudadanos y reporteros seguían felicitando a Red Nova, decidió alejarse de esa zona, para encontrar la terraza de un edificio, en donde quiso descansar un poco, antes de regresar a casa.

 

Decidió sentarse en el piso, con la espalda recargada en una pared de baja altura, mientras doblaba las rodillas y recargaba su frente sobre ellas.

Estaba cayendo la noche, y por esa ocasión no le apeteció mirar el ocaso, como cada día lo hacía.

Ir a ese lugar había sido una completa equivocación… había sido un tonto en querer ir a buscar a Red Nova y conversar con él…

 

Además de eso… ¿Por qué demonios se estaba preocupando por ese idiota? ¡Ese tonto no merecía siquiera uno de sus pensamientos! Además parecía más contento en Adachi.

 

Estaba tan sumido en sus pensamientos que apenas pudo escuchar la voz que se había dirigido a él.

—¿Qué haces aquí?

¿Cómo podría no reconocer aquella voz?

Levantó el rostro y allí lo vio… Red Nova no dejaba ver su mirada, gracias a aquel antifaz; aun así, Panther pudo notar cómo el color distintivo del ocaso iluminaba su rostro, además de esa capa que volaba, mientras que sus cabellos negros bailaban al compás de la brisa ligera.

El pelinegro no se acercó, sólo permaneció allí parado, a un par de metros de distancia, y aunque Panther no podía ver sus ojos, podía decir que Nova estaba desconcertado de verlo allí.

 

Con movimientos rápidos, se levantó, haciendo de cuenta que nada pasaba y retirarse de allí tan pronto como le fuera posible.

—Ahh… eso… ummm… estaba de paso… supongo.

El pelinegro frunció la boca con incredulidad. Vaya que esa era la excusa más tonta que había escuchado.

—Ya veo. Qué lástima… y yo creí que me extrañabas, Panther boy. — Nova sonrió a su propio comentario, sabiendo de antemano que, al peliazul, no le gustaba para nada ese apodo.

—¿Extrañarte? Jajajaja. Idiota, no me hagas reír. — Claro que lo extrañaba, pero por ninguna razón lo diría en voz alta.

 

Nova no respondió nada de vuelta, sin embargo esa pequeña sonrisa en su rostro no desaparecía.

Caminó hasta el borde del edificio y dio un paso más, hasta estar volando junto a éste.

—Ven conmigo. — Mencionó fuerte y claro, extendiendo una mano, ofreciéndosela a Sterling Panther, sin saber si éste la tomaría.

 

La confusión en el moreno era clara. ¿Qué era lo que el pelinegro estaba planeando?

Pero, a pesar de sus pensamientos, no se negó; caminó hacia el otro chico, estiró su mano derecha y la puso sobre la de Nova, sintiendo cómo los dedos ajenos se enredaban en su mano tan pronto como había sido tocado.

Nova jaló lentamente la mano de Panther entre la suya, incitándolo a caminar hasta el borde del edificio.

 

Panther no se dio cuenta en qué momento sus pies dejaron de tocar el edificio, pero sí se percató de cómo una mano del pelinegro se enredaba en su cintura, sin permitirle caer.

Su mirada ahora se fijó hacia abajo, percatándose de la ciudad debajo de él. ¡Estaban volando! Era la primera vez que Panther volaba de ese modo.

 

No pudo evitar esa enorme sonrisa que se impregnó en sus labios al ver las luces de la ciudad debajo de él… era un espectáculo impresionante.

Nova pudo observar la animosidad en el rostro del otro héroe, y aunque ese estorboso antifaz no le permitía observar la mirada de asombro del chico, sabía que éste estaba fascinado con el escenario debajo de él.

—Wow. —Musitó el peliazul, sujetándose fuerte del traje blanco del otro chico.

—Sabía que te gustaría. — Fue la respuesta que recibió.

 

La mirada de Panther ahora se desvió y la enfocó en la persona que tenía frente a él; ahora se daba cuenta de la cercanía de su cuerpo con el de Nova.

El pelinegro también lo miraba, sin deshacer esa pequeña sonrisa que adornaba su rostro.

 

Nova pensó en molestar un poco al moreno, mientras cambiaba su posición a una vertical, como si estuviera acostado al volar.

—¡¡Maldito idiota!! No te muevas, que voy a caer por tu culpa. —Y como era de esperarse, Panther se aferró al cuerpo del otro héroe.

 

Ahora, Nova posó los brazos debajo de su cabeza, parecía tranquilo, como si el volar de esa forma le diera mucha paz.

Panther se aferró al cuerpo contrario, con los brazos sobre el pecho del pelinegro y las piernas alrededor de las ajenas; no le daba miedo las alturas… lo que sí temía un poco era el caer.

 

—Sabes… quería pensar que me extrañabas… creí que, al menos, podrías haber pensado una sola vez en mí. — Nova comenzó a confesarse, intentando que el tono de voz no sonara tan triste o nostálgico.

“Claro que te extrañé… y mucho”, eran los pensamientos de Panther, los cuales quería decir en voz alta. La verdad era que al peliazul le impresionaba la facilidad con la que Nova se sinceraba, mientras que a él… le costaba demasiado expresar sus sentimientos.

 

No respondió al comentario del pelinegro, él no podía considerarse como alguien que podía usar las palabras adecuadamente para expresarse, así que dejaría que sus acciones dijeran todo por él.

Con lentitud, para no caer, se movió un poco, hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del de Nova, notó cómo la sonrisa del pelinegro se desvanecía; seguro que ahora se preguntaba qué pasaba por la mente del moreno.

 

Sin previo aviso, Panther se acercó un poco más, hasta que sus labios tocaron los de Nova, en un roce romántico.

No… el moreno no quería eso… su corazón y cuerpo gritaban por un beso tierno… un beso en el que Nova le expresara todo eso que supuestamente sentía por él.

 

Pero fue el mismo Red Nova quien posó su mano en la nuca de Panther y lo obligó a besarlo, ésta vez no con un roce de labios, sino con un beso tierno.

El peliazul no se resistió al beso y dejó que la lengua del otro héroe jugueteara con la suya.

 

No entendía qué era lo que le estaba pasando; su corazón no dejaba de latir fuerte, y eso no era todo, también podía sentir sobre su mano en el pecho de Nova, cómo el corazón de éste palpitaba con frenesí.

La otra mano de Nova se detuvo sobre la espalda baja del peliazul, claramente sin intenciones de dejarlo ir.

 

El beso tuvo que terminarse cuando, sin notarlo, la cabeza de Nova chocó contra un anuncio espectacular, dejando salir un ‘auch’ de su boca tras el golpe fuerte y luego sobando su cabeza.

Si embargo, no se dio cuenta del momento en el que dejó caer a Sterling Panther, hasta que escuchó un grito fuerte.

—¡¡¡Maldito idiota!!! — Panther gritaba, al mismo tiempo que caía desde esa altura.

—Ups… — Fue lo único que musitó el pelinegro, de inmediato volando a toda velocidad para alcanzar a Panther.

 

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

           

 

Yo no poseo la habilidad de volar,

Pero a tu lado toco el cielo y abrazo las nubes.

Me has dado ese poder por el hecho de amar

 

 

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

Había pasado una semana desde que Sterling Panther y Red Nova iniciaran una relación, y el moreno estaba feliz con esa decisión. Y aunque sonara trillado o muy tonto,  no se había dado cuenta de los sentimientos que el otro héroe provocaba en él.

Lamentablemente esa relación no era muy ‘secreta’, como ambos lo hubieran querido, pues ese mismo día en el que Panther besó por primera vez a Nova, un paparazzi los fotografío, justo en el momento en el que sus labios se encontraban juntos.

Recordaba todo el escándalo que se había formado, tanto en los periódicos como en las noticias televisivas…

 

Incluso, rememoraba cómo los puestos de revistas estaban llenos de gente –mayormente de chicas– que debatían y se emocionaban por la noticia.

 

Pero aquella vez no fue como la primera… los encabezados mostraban la noticia: “Confirmado: Red Nova y Sterling Panther son pareja”, sin embargo, aquello no le molestó en lo absoluto, pues era tan cierto. Por primera vez no quería matar a la prensa y a sus editores amarillistas, aunque sí quería matar a ese paparazzi que los fotografió, ya que arruinó el hecho de que su nueva relación fuera secreta.

 

Al fin de cuentas, no podía negar que algo en su pecho tintineaba al leer las palabras ‘son pareja’ impresas en los periódicos.

 

Su relación con Red Nova era interesante; el otro héroe era interesante en muchos sentidos, y a pesar de que tenían una relación, no dejaban de tratarse como rivales, peleando por hacer su mejor esfuerzo por atrapar más criminales en un día, o incluso haciendo competencias de fuerza entre ambos.

Vaya que eran muy obstinados.

 

..::..

.:.

.

 

 

Las clases habían sido muy aburridas, nada del otro mundo en su día tan rutinario. Bueno, excepto Satsuki, quien lo había prácticamente arrastrado a clases, o de lo contrario, el moreno las evitaría.

Satsuki conocía bastante bien a su amigo de la infancia; ella era una de las tres personas que conocían la identidad secreta de Aomine, por lo cual, siempre se había preocupado por él.

Aomine podía confesar que, muchas veces, omitía información respecto a su ‘trabajo de héroe’, era eso, o escuchar los quejidos de preocupación de la chica. Satsuki se preocupaba más de la cuenta, y eso lo estresaba.

 

Y qué decir de cuando ella leyó en los periódicos sobre la relación entre Red Nova y Sterling Panther… primero se había escuchado muy intranquila, pero al final de cuentas, se convirtió en una fujoshi que se emocionaba al escuchar la verdad, dicha en propias palabras de Aomine. Y es que… ¿Cuántas veces se podía tener noción de que dos super héroes importantes mantenían una relación?

Claro que Satsuki Momoi tenía de qué emocionarse, pues Red Nova siempre le había parecido que era alguien cautivador, atrayente e interesante…

Al final de cuentas, le deseó a Aomine toda la suerte en su relación.

 

—¡Aomine! — El nombrado salió de sus pensamientos al escuchar una voz por demás conocida para él.  Esa voz que lo hacía prestarle atención al instante. —Tch. Demonios, pareces en las nubes.

—Kagami…— Musitó, deteniéndose a mitad del pasillo, claudicando en su intento de ir a dormir a la azotea del colegio, para olvidarse de la siguiente clase. Prefirió dejar pasar el comentario del pelirrojo, pues vaya que, últimamente, había estado muy distraído.

—¿Qué harás hoy? ¿Tienes tiempo para jugar conmigo? — El pelirrojo lo miró con un brillo atrayente en su mirada.

—Claro, veámonos a las 2. Trapearé el piso con tu rostro.

—Eso lo veremos, tonto. — fueron las últimas palabras de Kagami, antes de retomar su rumbo.

 

Daiki no pudo suprimir la pequeña sonrisa que nació en su rostro.

Debía confesar que… a pesar de que mantenía una relación con Red Nova, Kagami no salía de su mente…

Pero no podía hacerle eso a Nova… no podía estar con él mientras pensaba en alguien más, por lo que decidió que sería mejor olvidarse de Kagami Taiga, ya que él, en ningún momento, había mostrado interés en Daiki… al contrario de Nova, quien por un buen tiempo, estuvo persuadiéndolo para tener una cita con él.

 

Sin más pensamientos, siguió su camino, pensando en dormir el tiempo que restaba hasta que la campana sonara y todos se fueran a casa.

 

 

..::..

.:.

.

 

 

Caminaba tranquilamente a esa cancha de básquetbol callejera, donde encontraría a Kagami para jugar un poco con él.

Su mente no había dejado de pensar tanto en Red Nova como en Kagami Taiga, y es que parecía que no le era tan fácil elegir entre ese chico que desde primer año de preparatoria lo había enamorado, a ese tonto pero encantador super héroe, al que pensaba a cada momento.

Pensó que lo mejor era dejar ir a Kagami, dejar de frecuentarlo y dejar de jugar con él… su corazón quería darle todo de sí a Red Nova, y Kagami sólo estorbaba en su camino…
Sí, eso haría…

 

Cuando cruzó por la entrada de la cancha, notó que el pelirrojo ya lo estaba esperando, mientras hacía algunos tiros libres a la canasta.

Decidió no hacer ruido y se permitió observar los tiros distintivos del pelirrojo.

Le parecía que era una vista espectacular… Taiga era como un ángel que se concentraba en el movimiento del balón y que éste entrara a la canasta.

Le iba a resultar muy difícil dejar ir a ese chico que lo había enamorado.

 

—Que tiros tan patéticos, Kagami. — Mencionó Daiki, para hacerle notar al otro chico que ya había llegado, mientras caminaba un poco hasta la banca para dejar sus pertenencias.

—No dirás eso cuando te gane hoy, Ahomine.

—Reto aceptado, Bakagami.

 

Empezaron a jugar como siempre lo habían hecho, ambos daban todo de sí, y en ese partido no iba a ser la excepción.

Los movimientos de Aomine eran rápidos y sus tiros sin forma eran una joya visual, mientras que el poderío de Kagami podía sentirse a kilómetros, aunado a esos saltos tan altos que parecía que volaba…

Los partidos entre los dos siempre eran tan intensos que los dejaban agotados después de casi una hora de juego.

 

Pero, a pesar de que Kagami estaba dando todo de sí, estaba un poco desconcentrado, y esos movimientos un tanto torpes, fueron percibidos por Daiki, quien aprovechó el momento en el que el pelirrojo le hizo una falta, para detener un poco la intensidad.

—¿Estás bien? — Cuestionó el moreno, limpiando con su camiseta el sudor que resbalaba por su rostro.

 

Kagami no respondió al instante, sólo se dedicó a tomar una gran bocanada de aire, pues parecía que lo necesitaba con demasía.

—No puedo seguir jugando…— confesó el pelirrojo, ganando una mirada de sorpresa de su oponente. —… creo que… estoy muy desconcentrado.

—Si no me lo hubieras dicho, no lo hubiera notado, idiota. — Aomine mencionó con burla, dejando de lado el juego y dirigiéndose hacia su maleta, de donde sacó una botella de agua, bebiendo el contenido de inmediato.

 

Kagami aprovechó el momento para seguir al moreno, parándose junto a éste; claramente estaba nervioso y el moreno pudo sentir ese nerviosismo de inmediato.

—Aomine…— Musitó Taiga, atreviéndose a hacer la locura que su mente y corazón le gritaban que hiciera.

 

La botella que Daiki mantenía en la mano fue tirada al piso, y el agua era derramada, no pudo mover su cuerpo ante la acción tan precipitada… podía sentir los labios de Taiga sobre los suyos, en un beso inocente que hacían que su corazón palpitara como loco.

Una mano del pelirrojo estaba enredada en su camiseta, jalándolo levemente, sin dejarle posibilidad de escapar, aprovechando ese ensimismamiento del moreno.

La mente del peliazul parecía haber hecho corto circuito… Kagami lo estaba besando… ¡Kagami Taiga lo estaba besando! Ese tipo, del que había estado enamorado por más de dos años… aquel a quien había amado en secreto durante ese tipo…

 

¡Joder! Se sentía en el cielo con ese simple y casto beso.

 

Unos segundos bastaron para que Kagami, así como se acercó, se alejara lentamente, enfocando sus orbes rubíes en la mirada de completo asombro del moreno.

—Necesitaba hacerlo… — Mencionó como excusa, denotando en su rostro un sonrojo, sabiéndose correspondido, ya que Daiki, en ningún momento lo rechazo.

 

El silencio reinó entre los dos; Aomine estaba en shock al saber que había sido besado por Kagami, y fue gracias al carraspeo del otro chico que éste salió de su asombro.

—Kagami… tú… ¡Maldito imbécil! — Gritó con molestia, pero no por lo que el pelirrojo creía, sino más bien porque por dos años había estado enamorado de ese idiota, y éste jamás le dio algún indicio de que sus sentimientos fueran correspondidos, y ahora… de buenas a primeras, Taiga llegaba y lo besaba como si nada… ¡Había sufrido por mucho tiempo en vano!

 

Kagami esperó más insultos, un golpe, una patada… algo que desatara la furia de Aomine y hiciera saber que no era correspondido… sin embargo, lo que el moreno hizo fue totalmente diferente:

Aomine lo tomó con agresión de la camiseta y lo jaló hacia él, para juntar de nueva cuenta sus labios, pero ésta vez no en un beso inocente, sino en uno que le dejara saber a Taiga por cuánto tiempo estuvo esperando ese momento.

 

El pelirrojo sintió cómo su boca era profanada por la lengua del moreno, que se movía con destreza sobre la suya.

 

Ninguno de los dos chicos se dio cuenta de un par de ojos celestes que los miraban con sospecha…

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

Por primera vez en su vida tenía lo que tanto había anhelado… pero no estaba seguro de que aquello era lo mejor…

Ya tenía el amor de Kagami Taiga, sin embargo, también mantenía una relación con Red Nova; no podía pensar que estaba portándose como un patán con ambos chicos. Ninguno de ellos se merecía que Aomine jugara de ese modo con ambos…

 

Pero… ¿Podía ser válido que Aomine Daiki amara a Kagami Taiga, y que Sterling Panther amara a Red Nova?

—¡Claro! Eso suena mucho mejor…

 

¿En serio? ¿Sonaba mejor?

Cada que seguía pensando en el tema, más llegaba a la conclusión de que las cosas no debían ser así…

Se sentía tan confundido sobre lo que tenía que hacer.

Tal vez la mejor forma de sobrellevar el asunto, por el momento, era conversar con Satsuki y obtener un consejo de ella. Seguro que su amiga pelirrosada podía ayudarlo a tomar una buena decisión.

 

Pero… las cosas no habían sido tan sencillas como Daiki lo había pensado, y es que Satsuki, lejos de darle algún consejo, sólo se puso a preguntar sobre la relación que mantenía con Red Nova y con Kagami Taiga…

La chica, a cada palabra de Aomine, no dejaba de emocionarse y rodar en el piso cual niña fujoshi, haciendo un sinfín de preguntas que, lejos de ayudarlo, lo dejaron con más dudas.

 

Esa Satsuki… no había ayudado en lo absoluto.

 

“Mientras Red Nova no sepa que Kagami Taiga es tu enamorado no pasará nada…”

¡Claro! ¿Dónde se había escondido esa voz en su cabeza cuando más la necesitaba?
Aquello había sonado más convincente…

Vamos… ¿Cuántas posibilidades había de que Kagami y Red Nova se conocieran, se hicieran amigos y empezaran a hablar sobre cosas del corazón?

—Pffff. Eso jamás pasaría.

 

Tras ese pensamiento, una sonrisa se dibujó en su rostro.

Parecía que ahora estaba más convencido a no perder al héroe de cabello negro y a su amado pelirrojo.

 

 

..::..

.:.

.

 

 

Las cosas para él parecían ir viento en popa:

 

Por las tardes, después de la escuela, se encontraba con Kagami y jugaban básquetbol un poco.

Aomine no debía mencionar que, desde que ambos se hicieron pareja, esos juegos eran más entretenidos y más interesantes.

Para Aomine, nada podía comparar esa bella sonrisa que su pelirrojo novio le regalaba cada que ambos jugaban con todo lo que tenían; y qué decir de aquellos besos que el Kagami le robaba… esos besos eran tiernos pero también tan apasionados que hacía que sus piernas perdieran fuerza.

 

Pero había un pequeño detalle extraño que Daiki no había pasado desapercibido:

Muy seguido, en pleno juego, el celular de Kagami sonaba y éste no dudaba ni un minuto para disculparse con Aomine y correr a responder la llamada. Después de ello, suspiraba resignado y se disculpaba bastante con el moreno, diciéndole que debía irse y que se lo compensaría al día siguiente.

 

Era bien cierto que el pelirrojo se disculpaba llevando a la escuela comida hecha en casa para Aomine: ya fueran sus adoradas hamburguesas teriyaki, o incluso un bento de lo más detallado… pero aun así, Aomine no podía dejar de pensar en la situación…

¿Por qué Kagami se iba de esa forma tan misteriosa mientras jugaban?

 

En fin, no quería meterse en los asuntos privados de su novio; tenía bien claro que Kagami debía tener su propia privacidad.

 

 

 

Era una historia muy diferente junto a Red Nova…

Después de los encabezados en los periódicos, en los que dejaron al descubierto su ‘secreto’, optaron por hacer una dupla, que empezó a castigar a los delincuentes y a atrapar a varios supervillanos que seguían sin recibir un castigo de la ley.

Si Sterling Panther era sincero consigo mismo, debía confesar que tanto él como Nova hacían un excelente trabajo en equipo.

 

Aunque claro, también solían apostar para saber quién era el que encerraba a más criminales en un día, o quién podía atrapar a un buen supervillano…

 

El trabajo de héroe, para Panther resultaba muy motivacional al lado de su novio pelinegro.

 

Dejando el trabajo de héroe de lado, había un momento específico del día que seguía adorando, y ese era el atardecer, cuando Nova lo tomaba entre sus brazos y lo llevaba a sobrevolar la ciudad, a altos pies de altura para pasar desapercibidos a los ojos de los ciudadanos.

A Panther le encantaba mirar las luces desde esa altura, sentir el viento tranquilo golpear su rostro y percibir esas manos poderosas rodear su cuerpo… Red Nova tenía algo que lo hacía sentir una extraña pasión cada vez que éste tocaba su cuerpo o cada vez que lo besaba con ternura… Ese héroe lo volvía loco.

 

Pensaba que tal vez era porque no conocía la identidad secreta de Nova, además de que no podía ver esos ojos a través del antifaz que portaba… Eso hacía que Red Nova resultara más atrayente.

 

¿Acaso era tonto decir que estaba enamorado de ambos chicos? ¿Podía enamorarse de los dos? No estaba muy seguro, sin embargo, ambos lo hacían sentir de una manera especial, cada día, los dos, demostraban esos detalles que hacían que Aomine los adorara.

 

 

 

..::..

.:.

.

 

 

Todo, con sus novios, era miel sobre hojuelas, o al menos hasta ese momento, pues uno de sus mayores miedos se hizo realidad…

 

Era una tarde de miércoles, cuando, después de clases, Aomine estuvo esperando a Kagami justo en la entrada de Seirin; miraba cómo los alumnos, lentamente, salían de la preparatoria, algunos de ellos lo observaban con extrañeza.

Miró el reloj de su celular… su pelirrojo novio estaba tardando más de la cuenta.

 

Notó cómo todos los alumnos se habían ido… al menos los que no estaban en algún club, pues sabía que los clubes practicaban hasta tarde.

Suspiró con un poco de molestia, y de inmediato un pensamiento lo abordó:

Tal vez ese idiota ya esté practicando en la cancha”, se dijo a sí mismo.

Seguro que al tonto de Kagami se le olvidó avisarle que saldría un poco más temprano y que lo esperaría en la cancha de básquetbol callejera.

 

Y sin pensarlo dos veces, se fue de allí, teniendo un rumbo fijo.

Incluso, su mente imaginaba lo que pasaría a continuación: llegaría a la cancha, vería a Kagami jugando solo y luego Daiki procedería a culparlo por no haberlo esperado, o mínimo, por no haberle mandado un mensaje, diciéndole que se adelantaría; luego el pelirrojo se disculparía y para enmendar su error, lo invitaría a Maji Burger, donde, claro, el pelirrojo pagaría por la comida ingerida.

 

Sí, eso sonaba como un buen plan.

 

Ésta vez sonrió ante sus propios pensamientos, pues ya hasta saboreaba el perfecto sabor de las hamburgesas teriyaki para él solo.

 

Pero esa sonrisa traviesa desapareció tras cruzar la entrada de la cancha y no ver allí a su novio.

—¿Qué demonios? — Se dijo en voz alta, escaneando todo el lugar, preguntándose en dónde rayos se había metido su novio.

 

Estuvo a punto de sacar su celular y marcar a Taiga, cuando, en el lugar, un resplandor extraño acaparó su atención.

Con curiosidad se acercó al objeto que veía a lo lejos, y cuál fue su enorme sorpresa al ver que, cerca de la banca del lugar, yacía tirada una fotografía de Kagami Taiga.

 

Sin entender muy bien la situación tomó dicha foto entre sus manos; en ella, Taiga aparecía jugando básquetbol con Aomine; los dos tenían miradas de decisión y una sonrisa en sus rostros.

Decidió que le encantaba la fotografía…

 

Pero todos sus pensamientos murieron al momento en el que le dio vuelta a la foto y se encontró con un mensaje…

“Con que él es tu novio, Panther-kun… creo que le haré una visita. También serás bienvenido en el edificio abandonado a las afueras de la ciudad.

Blue Phantom”

 

 

El miedo y el desconcierto se apoderaron de él.

¿Cómo era que Blue Phantom había descubierto su identidad?

¿Cómo osó ser tan descuidado a tal grado que el super villano se había enterado de su más grande secreto?

 Y peor aún… ¿Cómo demonios osó involucrar a su novio?

 

Era obvio que su enojo comenzara a elevarse.

¡Ese maldito las iba a pagar muy caro!

 

 

..::..

.:.

.

 

 

—Así que eres novio de ese chico moreno. — Hablaba el súper villano, quien, a pesar de saber la identidad secreta de Sterling Panther, no sabía su nombre verdadero, y tendría que persuadir al pelirrojo para que éste lo mencionara.

—No sé de qué hablas. — Kagami no mostraba ni un atisbo de temor.

 

Se encontraban en un cuarto de un enorme edificio abandonado, uno de los pocos que se creían que estaba embrujado… claro que los ciudadanos eran muy supersticiosos.

Kagami había sido atado a una silla incómoda y su trasero comenzaba a doler.

Esperaba que ese asunto terminara pronto, porque… si ese villano no lo mataba, seguro que Aomine lo haría por dejarlo esperando en la entrada de Seirin.

 

—Sé que eres su novio, así que… ¿Por qué no me dices su nombre? — Insistió el peliceleste, pasando una de sus manos por la barbilla de Kagami, claramente incomodándolo.

—Tch. ¿Por qué no se lo preguntas tú? Yo no tengo nada que ver en esto.

—Vaya que tienes muchas agallas como para hablarme de esa forma… Me pregunto si sabrás quién soy. — Era obvio que la actitud del pelirrojo estaba sacando de sus casillas a Blue Phantom.

—Si no me sueltas lo lamentarás. — Finalizó con voz decisiva Taiga, regalándole al otro una mirada muy seria, por un segundo, haciendo que un extraño escalofrío recorriera el cuerpo del peliceleste.

 

La conversación murió al momento en el que la puerta de madera del cuarto fue arrojada con fuerza, rompiéndose de inmediato.

Los ojos de Phantom y los color rubí se fijaron en el recién llegado… era Sterling Panther, quien se maldecía por no haber podido hacer una de sus entradas épicas, por miedo a derrumbar una pared y que todo el edificio cayera, puesto que el inmueble se veía muy débil y deteriorado.

—¡Suéltalo! — Gritó Panther, con ese enojo, que no podía contener más, en su tono de voz.

—Por fin llegaste, Panther-kun. Aunque puedo admitir que éste chico me ha resultado muy buena compañía. — El peliceleste se posó detrás de Kagami y quiso provocar al héroe, tomando el rostro del pelirrojo y rozando la mejilla de éste con sus labios.

Aunque no podía observar la mirada de Panther, podía adivinar que éste ardía en rabia.

 

—Panther-kun… Tu novio no lo sabe ¿O sí? — El peliceleste denotó una sonrisa de burla y por la forma en la que el moreno dio un pequeño paso hacia atrás, le hizo saber la respuesta.

El héroe se notó nervioso. No podía permitir que aquel villano tonto dijera a voz alta su más grande secreto… Kagami Taiga no podía enterarse de que Aomine Daiki era Sterling Panther…

 

Sin embargo, parecía que Blue Phantom no iba a callarse pronto.

—Oi, pelirrojo… ¿Quieres saber un secreto? Seguro que te interesará. — El villano no se alejaba de su prisionero, o de lo contrario, podría perder la ventaja que tenía sobre Sterling Panther. Cuando se percató de que el moreno haría un movimiento hacia él, lo detuvo, reafirmando su autoridad. —¡No te muevas! Panther-kun, si te mueves, el chico morirá.

—Pfff. Por favor… tus poderes son tan débiles que no podrías matarme. —Kagami se burló, ganando la completa sorpresa de tanto el villano como el héroe.

—Kaga… quiero decir… noble ciudadano, no te preocupes, te rescataré y haré pagar a éste villano por lo que te haya hecho. — La voz de Aomine no se hizo esperar, mientras pensaba en las posibilidades que tenía a la mano para salvar a Taiga.

 

Blue Phantom sonreía con malicia al moreno, y a su mente, de repente llegó una idea, que tal vez podría resultar interesante para el héroe.

—Oye, Panther-kun. ¿Qué te parece si hacemos un trato? El que gane en una pelea entre tú y yo se quedará con éste chico pelirrojo. — El villano volvió a acercarse a Kagami y dejó un beso rápido en su mejilla. —Lo podría convertir en un buen secuaz.

 

Panther enseñó los dientes. Por supuesto que para nada pensaba compartir a su amado pelirrojo; y esa había sido la gota que había derramado el vaso.

¡Nadie ponía sus manos sobre aquel a quien amaba! Mucho menos si ‘ese alguien’ se trataba de un villano tan repugnante.

—¡Infeliz! — Gritó, usando de inmediato su super velocidad y arrojándose hacia el peliceleste, para acabar con el asunto de una vez por todas.

 

Tan pronto como Blue Phantom miró acercarse al héroe, supo que éste estaba cegado por la ira… ningún héroe podía pelear correctamente con tanta ira acumulada, y nadie mejor que él para saberlo con sólo una mirada.

 

El moreno trató de golpearlo una… dos, y hasta tres veces, sin embargo, sus golpes no eran certeros; era como si a Panther le pesara el cuerpo.

Phantom aprovechó la oportunidad, y en un descuido, golpeó al héroe, mandándolo al menos unos cuantos metros lejos.

—Pan comido. — Sonó triunfante el villano, mientras sobaba su mano, pues el golpe parecía que le había dolido más a él que al moreno.

—Tú… — El villano escuchó la voz a sus espaldas, sintiendo una presencia muy atemorizante; era ese chico pelirrojo, quien también denotaba sumo coraje en sus facciones. —Blue Phantom… maldito…

 

Panther permaneció allí, sobre el piso, incluso olvidó siquiera sobar su rostro adolorido, y es que Kagami Taiga había acaparado su atención completamente, no sólo la de él, sino también la del villano en cuestión.

El pelirrojo usaba su fuerza para zafarse de las ataduras que el peliceleste había colocado alrededor de él; cabía resaltar que aquella proeza no le había dado ningún problema.

 

Luego, ante la vista del villano y del héroe, la ropa de Kagami comenzaba a cambiar, dejando mostrar un traje en spandex blanco y una capa roja.

Un sonido de sorpresa se escuchó de la boca de Panther al percatarse de cómo el cabello de Taiga se tornaba negro y ese antifaz ahora cubría sus ojos.

—Qué carajo… — Musitó para sí mismo.

—¡¡Tú!! ¡Eres Red Nova! —Gritó el peliceleste, señalando al recién mencionado, sabiendo que debía escapar de allí a como diera lugar.

—Nadie… ¡¡¡¡Nadie toca a mi Daiki!!! — El grito de Nova fue tan estruendoso que podría haber hecho que las paredes temblaran.

 

Las reacciones de los otros dos chicos eran muy diferentes: por un lado estaba Blue Phantom, quien sintió cómo sus piernas temblaban ante tal grito, y por el otro estaba Sterling Panther, quien parecía que una especie de brillo en emoción lo rodeaba, por saberse tan importante en ese momento.

 

Tal y como lo había hecho Panther minutos antes, Red Nova se impulsó hacia el peliceleste, quien ya lo estaba esperando, sin embargo, no pudo esquivar el golpe que había sido dirigido hacia su persona.

Blue Phantom fue arrojado hacia la pared, luego cayó al piso, inconsciente por el golpe feroz sobre su rostro.

 

Panther no le tomó importancia al villano tirado en la esquina, su campo de visión sólo se enfocaba en Red Nova, quien aún mostraba los dientes y emanaba de él esa aura asesina.

Por un segundo, el moreno empezó a tener pensamientos lujuriosos con el otro chico.

 

Por fin salió de su ensimismamiento cuando notó que Blue Phantom no se movía ni un milímetro, y sin pensarlo dos veces, se levantó por fin del suelo y fue hasta donde el villano.

—Uhh… creo que lo mataste. — Musitó. —Oh, olvídalo, está vivo.

 

Okay… ahora, ambos estaban en una situación un tanto… extraña.

Panther se levantó y encaró al otro chico:

—Así que… tú eres Red Nova. — No estaba seguro si sus palabras sonaban con decepción o con felicidad, de lo que sí estaba seguro, era que estaba muy sorprendido por la forma en la que Kagami había descubierto su identidad secreta. —¡Idiota! ¿Por qué no te salvaste a ti mismo?

—Tch. Quería saber lo que se sentía ser la damisela en peligro.

 

Panther mudó ante el comentario tan estúpido… no sabía si reír o llorar con las tonterías que salían de la boca del otro héroe.

—Debí decírtelo antes. — Respondió Nova, para deshacer el pequeño silencio que se había formado; de inmediato se quitó el antifaz, cambiando el color de su cabello a su rojo natural.

—¡¡¡Claro que debiste decírmelo antes, tonto!!!

—Uh… creí que lo sabías… es decir… aceptaste ser novio de Kagami Taiga y de Red Nova.

 

La mirada de sorpresa y el sonrojo de Daiki ante la acusación hizo que Taiga re-pensara las cosas.

—Espera… si no sabías que yo era Red Nova… quiere decir que… ¡Me estabas engañando!

—Estúpido. ¿Cómo podría engañarte contigo mismo? — Era la mejor respuesta que el cerebro de Aomine había formulado.

—Ahhhh, sí, es cierto.

 

Era una tremenda suerte que Kagami Taiga fuera Red Nova, o de lo contrario… sería un problema.  Vaya que su mente ya se estaba cansando de pensar que él era un mal novio por tener dos amores.

Ahora entendía todo: el que Kagami, a mitad de los partidos inventara una excusa para irse; y el que no estuviera en el equipo de básquetbol de la escuela, para no llamar la atención.

 

Ahora podía entender por qué sentía cosas fuertes por Kagami Taiga y Red Nova… jamás imaginó que ambos podrían ser la misma persona.

 

..::..

.:.

.

 

 

No guardo algún secreto ni una doble identidad,

Contigo... simplemente soy yo

Contigo... no hay nada que ocultar

 

 

                                     

 

..::..

.:.

.

 

 

 

Debía confesar que, desde que se había enterado de la identidad secreta de Kagami, había podido dar todo en su relación, sin esconder absolutamente nada, y parecía que para Taiga era lo mismo. La confianza entre los dos se cimentó de buena forma.

 

Daiki se sentía tranquilo y feliz al saber que su novio entendía lo que era tener una identidad secreta y cuidar de ella; y eso no era todo, sino que, también, pasaban más tiempo juntos, haciendo equipo como Sterling Panther y Red Nova, dos héroes que se habían ganado fama por haber atrapado al escurridizo Blue Phantom, a quien nadie había podido atrapar antes de ellos.

 

Si bien era cierto que la relación de ambos héroes no era secreta, la relación entre Aomine Daiki y Kagami Taiga sí lo era, y por ello debían cuidarse el doble, para no levantar más sospechas.

 

Mientras tanto, los periódicos se habían dado cuenta de que los encabezados, en los que mencionaban la relación de Panther y Nova eran los más vendidos, –más por las adolescentes precoces –, así que aprovecharon a costa de los dos héroes, a quienes, en realidad, no les molestaba un poco de atención de esa forma.

 

 

..::..

.:.

.

 

 

 

El sol comenzaba a descender en el horizonte, y como cada anochecer, Sterling Panther y Red Nova se encontraban en la terraza del edificio más grande, donde les gustaba pasar un rato viendo la ciudad a sus pies. Pero ésta vez no estaban solos, casualmente se habían topado con Golden Boy cuando éste había decidido seguir a un delincuente desde el distrito vecino.

Como era de esperarse, ni Nova ni Panther pudieron deshacerse del otro héroe, quien les parecía, por demás molesto… siempre preguntando cosas… siempre siendo un metiche…

 

—¿Entonces ambos saben la verdadera identidad del otro? — Cuestionaba el de cabellos rubios, sin ánimos de querer irse de allí.

—Uhh… ummm algo así. — Respondió Red Nova, un poco incómodo por las preguntas personales.

—Tch. Oye Golden Boy. ¿Por qué no te vas a molestar a ese tipo con el que te vi la última vez? — Fue el reclamo de Panther.

 

El rubio parecía estar pensando en aquella vez que el moreno mencionaba, hasta que por fin lo recordó.

—¡Oh! te refieres a Yukiocchi. Él debe estar estudiando como siempre. Muchas veces me grita y me bota de su casa. Pero al día siguiente se disculpa.

Red Nova tuvo éxito suprimiendo una risa que estaba a punto de soltar al escuchar las palabras; no podía creer que ese tal Yukio, quien era novio de Golden Boy, tampoco lo soportara. Eso era mucho.

—Bueno, parece que tendremos que hacer lo mismo que hace tu novio. —Vaya, Panther no quería ser grosero, pero ese chico rubio a veces lo sacaba de sus casillas.

—¿Eh? ¿Por qué? ¿Tienen cosas pendientes por hacer? — Nuevamente la curiosidad fue la que se denotó en la voz del rubio.

 

Panther estuvo a punto de responder a la pregunta, pero un pensamiento llegó de repente a su mente; algo con lo que seguramente el rubio desaparecería en un santiamén.

Y la sonrisa traviesa del moreno no pasó desapercibida para Red Nova.

—Claro que tenemos cosas que hacer. — Empezó a comentar el moreno, acercándose lentamente a su novio, poniendo ambas manos en los pectorales bien formados de éste, haciendo que Red Nova denotara un ligero sonrojo. —Nova y yo habíamos quedado en ir a su departamento para que… él usara su súper-fuerza conmigo… — guiñó el ojo, vislumbrando que Golden Boy también se sonrojaba por la confesión. —Ya te imaginas cómo es de fuerte mi novio…

 

Golden Boy simuló toser un par de veces, pues no sabía qué decir al respecto, y justo como lo había pensado el moreno, esa fue una excusa eficiente para deshacerse de él.

—Ya veo… entonces, creo que regresaré a patrullar la ciudad. Si me necesitan pueden llamarme.

Y tan pronto como terminó de hablar el rubio, se fue, saltando de un edificio a otro, a seguir con su trabajo, al menos por una hora más.

 

—¿Lo viste, Taiga? ¡Pude deshacerme de ese idio— Pero las palabras de Panther fueron cortadas, debido a un beso apasionado que el otro chico le había dado.

—¿Entonces qué esperamos? Vamos a mi departamento. — Sugirió Nova, y, con movimientos rápidos, tomando a Panther, para cargarlo al estilo princesa y empezar a volar.

—¡¡¡Espera, idiota!!! ¡Sólo dije eso para que Golden Boy se fuera! — Por supuesto que no le era una idea tan apetecible… porque… —Además no me repongo de la última vez. Usaste tu fuerza de más conmigo. ¡Querías romperme, estúpido!

 

Lo único que Nova dio como respuesta fue una risa audible y un “lo siento, tendré más cuidado hoy”, antes de volar presuroso hacia su departamento.

 

 

 

Notas finales:


Espero que les haya gustado, desde hace mucho tiempo que tenía la idea de hacer ese fanfic de superhéroes; por fin me di el gusto xD

Gracias por sus siempre lindos comentarios que me animan a seguir escribiendo ♥
Nos leeremos pronto c:

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).