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Ni Aunque Fueras Mi Hermano por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Esta es una de esas pocas historias que escribo desde mi celular. Y esto tiene una muy buena explicación: estoy en semana de trabajos finales u.u Y esta es mi manera de evadir responsabilidades ♥

-¡Taemin!- Minho gritó, esperando a que aquel chico que huía de él decidiera detenerse y dejar que le diera sus razones.

-¡No, Minho! No te acerques a mí.- Gritó, haciendo un ademán con su mano para alejarle.

Pero Minho fue más rápido, le cogió por la muñeca y le obligó a girarse, para quedar frente a frente. Taemin tenía los ojos hinchados, sería inútil preguntarle por qué. Sabía que él había estado llorando los últimos días. Incluso Minho estuvo llorando. Le acarició con cuidado, temeroso de que se alejara, pero Taemin no lo hizo. Se quedó ahí, quieto, relajándose después de haber estado a la defensiva toda la semana.

-Te amo...- Susurró con cuidado, pero Taemin se volvió a tensar ante esas palabras.

-No, Minho...- Jadeó. -No podemos...

-¡Pero te amo!- Declaró. No iba a alejarse de Taemin, no quería.

-Somos hermanos, maldita sea...¿Por qué lo somos?- Se quebró, dejando que la vista se le nublara con lágrimas.  

Minho no pudo evitar sentirse mal. ¡Todo esto era culpa de su bastardo padre! Limpio las lágrimas del chico bonito, tratando de consolarle pero era imposible. Se habían conocido un año atrás, en la universidad. Minho estaba por graduarse de su licenciatura, Taemin ya iba a mitad de  la propia. Desde el inicio sintieron que algo les unió para siempre. Todo el mundo se dio cuenta de las chispas que volaban alrededor de ellos. Comenzaron a frecuentarse, primero fue Taemin usando de excusa el tener dudas acerca de sus materias, después fue Minho yendo a la cafetería donde el menor trabajaba. Y a pesar de sus actitudes tímidas hacia la sensación que tenían cuando estaban juntos, lograron dar el siguiente paso, empezando a salir, primero acompañados con amistades, después solos. Fue casi un milagro el día que se tomaron de las manos por primera vez. Así que todos a su alrededor celebraron el día que revelaron que estaban saliendo juntos. Había sido hermoso…

Hasta que ese día llegó…

 

 

 

-Taemin ah, ¿no hay problema alguno con que vaya a conocer a tu familia? Digo…acerca de nuestra…relación…- Minho realmente estaba preocupado, ya que conocía lo cercano que era a su familia.

-Ya te lo dije, por mi mamá, no hay problema. Ella está ansiosa de conocerte.- Se encogió de hombros, algo sonrojado. –Y de parte de mi padre, él nunca está en casa, no tiene derecho a decir con quién o con quién no puede salir.- Se paró de puntillas y besó la nariz del alto. -¿Entramos?

-Eres demasiado lindo.- Minho rio, enredando su brazo con el del menor. –Está bien, creo que es hora de entrar.

Ambos chicos entraron a la casa. No era la primera vez que Minho iba ahí, pero si era la primera en la que los padres de Taemin estarían presente. Sintió un escalofrío, como si algo malo fuese a pasar, pero trató de ignorarlo. ¿Qué malo podría pasar si estaba con Taemin? Siempre que estaba a su lado las cosas salían bien. Miró a su lindo novio, y terminó por sonreír.

-Taemin ah, ¿ya estás en casa?- Se escuchó desde la cocina. Minho supo que era la madre de Taemin. Se afianzó a él, mientras Taemin reía traviesamente y respondía a su madre, indicándole que había llevado compañía.

-Taemin…- Minho le detuvo un segundo. En serio algo no se sentía bien en toda la situación.

-Minho, estarás bien, tontito.- Le tomó por el rostro y le calmó. –Aunque, si no quieres, podrías conocerlos otro día.

-Tienes razón, estoy siendo absurdo…- No quería decepcionarle. -¿También está tu padre?

-Sí, está ayudando con la cena…No será el mejor hombre del mundo, pero cuando está en casa se comporta bien.- Bromeó.

Entonces Minho ya no quiso volver atrás. Acompañó al menor hasta la entrada de la cocina. La primera en notar su presencia fue la madre de Taemin. Sonriendo. El padre estaba de espaldas, lavando verduras, así que no volteó hasta que Minho habló.

-¿Papá?- Sabía que algo estaba mal en ir y conocer la familia de Taemin, pero todo se fue abajo cuando vio a su propio padre ser presentado como el padre de su novio. Miró a Taemin, estaba pálido.

-Minho, ¿qué haces aquí?

-Y-yo soy el novio de Taemin…

Entonces todo se quedó helado. Taemin no dudó en salir corriendo, tenía esa expresión de querer golpear a alguien que tanto le había servido con los buscapleitos en la cafetería. Pero esta vez no era una de esas situaciones. Minho le siguió, preocupado de saber qué iba a hacer Taemin. Hasta que le vio detenerse.

-Tae…- Quiso acercarse, pero Taemin le empujó. –Bebé.

-¡No!- Gritó. Él lloraba, rojo de rabia. –Siempre supe que era un bastardo, hijo de la segunda familia…Pero jamás imaginé que mi padre…tuviera otro hijo…

-Tae…- Le sostuvo por el rostro. –Él nos dejó a mi mamá y a mí hace mucho, ni siquiera se ha interesado.

-Pero eso no quita que tú y yo somos…hermanos.- Le miró directamente, alejándose. –No podemos estar juntos…

 

 

 

-Bebé.- Minho le obligó a subir la mirada. –No voy a alejarme de ti, no quiero hacerlo.

-¡Basta, Minho!- Fue serio. –No podemos.

-Ni siquiera llevas su apellido, no habría modode que alguien lo supiese si no lo decimos.- Trató de convencerlo.

-Pero eso no evita que lo seamos. Minho, esto es incesto.- Su mirada seria siempre le gustó a Minho, y lo sabía, pero en este momento no era su intención atraerle más.

-Lo sería si hubiésemos crecido juntos, pero yo no sabía de tu existencia, ni tú de la mía.- Le apretó contra su cuerpo. –No te dejaré, no me alejaré. Te amo.

-¿Cómo te hago entender que esto es más grande que nosotros?- Murmuró. –Te amo, pero no podemos estar juntos, no estaré contigo.

Entonces Minho perdió el aliento. Sabía que no encontraría la manera de convencerle, lo escuchó en su tono de voz. Estaba más que enamorado, y sabía que Taemin también lo estaba. Encontraría una manera de estar a su lado, le convencería, ya que no pensaba separarse de él, ni aunque fuera su hermano.

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-Vaya, te ves tan bonito cuando haces cuentas…- Taemin sintió como alguien le susurraba al oído. –Me provocas.

-¡Yah!- Se quejó, alejándose  de Jungmo. –Te he dicho que es asqueroso que me hables al oído.- Se encogió, temblando por la vaga y horrible sensación que sintió cruzar su espalda. –Un día de estos me conseguiré un novio para que te espante.

-Podrías convertirme en tu novio, entonces me encargaría de que nadie más te moleste.- Le picó la mejilla.

-¿En serio me dejarías de molestar?- Se giró sobre su silla, quedando de frente.

-Sal conmigo, ya verás.- Volvió a pedirle una cita una vez más.

-Acepto.

-¿Eh?- Tiempo pidiéndole una cita, y ahora Taemin simplemente había aceptado. -¿Lo dices enserio?

-No te ibas a rendir nunca, supongo que me he rendido.- Sonrió. –Acepto esa cita.

Jungmo le jaló, para poder abrazarle. Nunca creyó que ese chico le dejara acercarse más de lo que ya eran cercanos. No siempre es conveniente salir con la persona que te ha rechazado continuamente desde el momento en que le conociste; pero nada de eso le importó a Jungmo. Él había obtenido esa cita que tanto deseaba.

-Verás que no te arrepentirás.- Le tomó de las manos, haciéndose el serio. –Te haré reír mucho, e iremos a donde quieras y…y…

-Ya suéltame, hyung.- Taemin se libró de esas manos, frunciendo el ceño. Aun así no pudo evitar reír, le encantaba la emoción que Jungmo expresaba. –Tendré esa cita contigo, con la única excepción de que no seas tan empalagoso.

-¡De acuerdo!- Accedió gustoso.

-¿Por qué eres tan molesto?- Taemin rodó los ojos, soltando una carcajada. –Dios, pero presiento que me voy a divertir.- Exhaló, encogiéndose de hombros.

-Lamento interrumpirlos, chicos.- Un joven de cabello largo se sentó a propósito entre Taemin y Jungmo, quitándose los lentes de sol que llevaba. –Pero, tengo un comunicado para ti Tae: Kibum te está buscando, y está enfadado.

-Oh rayos, olvidé que iba a ir con él a comprar ropa para la obra.- Jadeó. –Mejor me quedo aquí. Gracias Heechul hyung, por la advertencia.

-Para eso son los amigos, Tae-baby.- Heechul se burló, al llamarle como Key lo haría normalmente. –Ahora, díganme, ¿qué hacían?

-Taemin al fin me dio el sí. Aceptó darme una cita.- Jungmo comentó alegremente.

-¿En serio?- Heechul realmente no pudo disimular la sorpresa en su reacción. Todo el mundo sabía que eso era un caso perdido, era imposible que Taemin le hubiese dicho que sí.

-¡Sí! Es increíble, ¿verdad?- Jungmo se notó más que emocionado.

-Sí...Bastante increíble...- Heechul rápidamente miró a Taemin, él seguía atento a las cuentas que garabateaba en un cuaderno. -Entonces, Taemin, ¿a qué se debe tal acto de caridad?

Taemin prestaba poca atención a las personas sentadas a su costado. No lograba cuadrar los datos de su investigación, con la teoría que había estado leyendo, temiendo tener que volver a repetir su trabajo.

-¿Taemin?- Heechul le llamó una vez más.

-¿Si? Ah, lo siento, debo...- Taemin miró la pantalla iluminarse con la notificación de un mensaje. -Mierda...- Masculló, revisando rápidamente lo que decía. -Key hyung viene hacia acá, y necesito terminar esto.-  Se mordió el labio inferior. –Será mejor que me vaya.

-De acuerdo.- Heechul asintió, sonriéndole con condescendencia. –Le diré que no te he visto.

-Gracias hyung.- Taemin recogió sus cosas, metiéndolas en su mochila sin miramientos. –Los veo luego.- Se limitó a decir como despedida, con los pensamientos aún puestos en su investigación.

-¡Adiós TaeTae!- Jungmo alzó la voz, despidiéndose de su cita. Rápidamente recibió un golpe en el brazo por parte de Heechul. -¡Auch! ¿Qué te pasa?

-¡Le pediste una cita a Taemin!- Heechul reclamó con enfado. -¿Qué te ocurre a ti? Taemin acaba de terminar con Minho, y lo único que se te ocurre es pedirle una cita. ¿Una cita? ¡Esos dos siguen enamorados!- Heechul le regañó rápidamente.

-Taemin terminó con Minho por algo, y fue él quien aceptó salir conmigo.- Jungmo explicó tranquilamente. -No lo estoy forzando, y si dijo que sí, es porque quiere seguir adelante.

-Taemin no se ve como que quiera seguir adelante sin Minho.- Hee frunció el ceño, desaprobando a su amigo por completo.

-¡Nadie sabe por qué esos dos terminaron! Tal vez Minho le hizo algo, o Taemin descubrió algo en Minho que no le agradó. No voy a desaprovechar esta oportunidad, sólo porque tú no estás de acuerdo.

-Sabes bien que no sólo soy yo; nadie estará de acuerdo cuando se sepa que Taemin aceptó tener una cita contigo.- Rodó los ojos, exhalando con frustración.

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Taemin reía un poco con los comentarios que absurdamente Jungmo decía. Se notaba su gran esfuerzo por hacerle reír y relajarse. Así que Taemin aceptaba ese esfuerzo, y reía halagado por el intento de aquel hombre. Jungmo realmente le había rogado por esa cita por mucho tiempo, así que no la echaría a perder con su mala actitud. Habían ido a comer a un restaurante en el centro comercial, y después a uno de esos lugares donde hay muchos juegos de máquinas, porque a Taemin le fascinaban, y eso era algo que Jungmo simplemente sabía. Taemin trató de dejar su miseria de lado, y disfrutar del día. Pero por más que intentó, y a pesar de que disfrutó en algún punto del día la cita, ver que Minho se encontraba también en el centro comercial, hizo que su corazón se encogiera con cada palpitar. Minho le había dado una mirada tan triste y dolida al ver que se encontraba acompañado, que simplemente ahora todo le sabía mal.

-Hyung...- Taemin se aferró al brazo de Jungmo. El hombre no se había dado cuenta del intercambio de miradas entre Taemin y Minho. -Me estoy sintiendo algo mal, ¿podríamos volver ya?- Jadeó, notándose sinceramente incómodo y compungido.

-¿Estás bien?- Jungmo le recogió el cabello por detrás de su oreja, para ver el rostro de Taemin despejado. -De acuerdo, sí. Te llevaré a tu casa.

Taemin se limitó a hacer una mueca, en agradecimiento, mientras su mirada se escapaba de nuevo hacia donde se encontraba Minho. Había aceptado esa cita para convencerse de que tenía que dejar a Minho atrás, pero ahora que su exnovio le había visto, sólo deseaba que Minho no hubiese notado las muestras de afecto que Jungmo le daba con tal de ganárselo.

No habló mucho de regreso, simplemente se dedicó a mirar por la venta, porque sabía que si miraba su celular, terminaría observando las fotos y mensajes que tenía con Minho. No había tenido el valor de borrar nada eso, ni de deshacerse de los regalos que él le había dado, porque en el fondo sabía que Minho tampoco lo había hecho, con la esperanza de estar juntos de nuevo. Apenas y se dio cuenta cuando llegaron a su casa, y Jungmo estacionó el auto frente a su puerta. Taemin suspiró, bajándose del auto.

-Lo siento...- Jadeó. Jungmo le había acompañado hasta la puerta. -Nos estábamos divirtiendo y...Lo siento.- Se disculpó. Tan sólo no podía dejar de amar a Minho, a pesar de saber la cruel realidad en la que vivían.

-Entiendo.- Jungmo le acarició la mejilla. -Al menos te estabas divirtiendo, y eso es bueno.- Le guiñó un ojo, sonriéndole. -Gracias por acceder a salir conmigo.

-No, fue agradable. Me arrepiento de no haberlo hecho antes...- Tal vez, de ese modo no se hubiese enamorado de Minho, y no estuviera sufriendo así de mal. -Eres buena compañía.

-Gracias, Tae. Espero que te sientas mejor.- Jungmo notó que hacer un esfuerzo más estaría mal. Le dedicó una sonrisa, haciendo un movimiento de cabeza coqueto.

Taemin se quedó en la puerta hasta ver que su amigo se subió a su auto. Después de eso cerró la puerta tras de sí, exhalando entrecortadamente. Las lágrimas salieron sin freno alguno, no podía dejar de sentir todo el amor que le tenía a Minho, aunque se quisiera detener. Se sentía pequeño, incapaz de poder sobrellevar todo lo que estaba ocurriendo.

-¿Hijo? ¿Estás bien...

-Discúlpame mamá, pero quiero estar solo.- Taemin se alejó, subiendo las escaleras con premura hasta llegar a su habitación.

Lo único que podía hacer era llorar, y no se contuvo. Pasó toda la tarde llorando, en su habitación a puerta cerrada, porque naturalmente no encontraba una salida a todo eso. No podía dejar de querer a Minho...Y no había forma en que dejara de ser su medio hermano.

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Taemin jadeó, las últimas dos semanas le tenían exhausto. Incluso ahora, sentía que ya no tenía ganas ni para asistir a clases. Sólo iba porque tampoco podía estar en casa. No había hablado mucho con su madre desde aquella tarde, porque no tenía nada que decir. Era tanto culpa de ella, como también no lo era. Y de su padre, no podía ni pensar. No quería hacerlo, porque le adoraba, pero en este momento estaba seguro que podía llegar a detestarle por no haber hecho las cosas bien cuando conoció a su madre. Lo peor de todo, era que esta situación le abría suficientemente los ojos como para llegar a pensar que su padre, de igual modo, podía tener más hijos por cualquier lado. Y a él sólo le quedaba sentirse miserable con la situación. Era un hijo ilegítimo, el vástago de la amante, que incluso había recibido más amor que el hijo legítimo. Y eso sólo lo hacía sentirse culpable, y tener sentimientos confundidos y mezclados. Amaba a Minho, pero no podía estar con él, no cuando sabía lo que su familia, lo que él mismo representaba en la vida, y la familia que Minho había dejado de tener.

Se alzó de su pupitre. Era el último en el aula desde hacía tiempo. Y ya que no había alguna otra clase en aquel salón, se había quedado un poco más con tal de evitar la realidad de afuera. Sabía que estaba mal refugiarse en sus estudios, pero era lo único seguro que ahora le quedaba. Exhaló, saliendo de aquel lugar, sólo para encontrarse que también el corredor se hallaba vacío. Mejor, así nadie le importunaría con pláticas, a las que no les pondría atención. Caminó despacio, preguntándose si algún día dejaría de sentirse así, o tan sólo terminaría por acostumbrarse.

-¡Taemin!- Esa voz gruesa le llamó desde la puerta del edificio.

Taemin se crispó al escucharle. Subir la mirada y encontrarse con Minho era lo que menos necesitaba. Pero no quería huir. Necesitaba tanto a Minho, se moría por uno de sus abrazos que le hacían sentirse tan amado y protegido. Simplemente se quedó ahí, de pie, imaginado de qué iba la conversación que tendría con aquel hombre que aún hacía que su corazón latiera con esperanza.

-Taemin...- Minho se acercó lo suficiente, como para evitar que huyera si en dado caso se daba la situación. -¿Eso es lo que quieres? ¿Salir con alguien más? ¿Acaso ya no me amas?- Minho tenía un gesto duro, necesitaba hablar firmemente con el menor.

-Por favor, no...- La voz de Taemin fue como un susurro. No quería llorar, por favor ya no más. -Minho s-sabes que...

-¡Sí! Lo sé, está mal. ¡Pero yo te sigo amando!- Se escandalizó. -¿Por qué saliste con Jungmo?

-Él me pidió una cita...Necesito olvidar lo que siento por ti...- Mordió su labio inferior, bajando la mirada.

-¿Por qué, Tae? ¿Tan poco era tu amor por mí?- Definitivamente Minho lucía dolido con eso.

-Minho, basta...- Taemin no logró controlar sus lágrimas, se sentía tan deshecho. -Lo que siento por ti está mal, y lo que sientes por mí no debe de ser.

-¡Pero existe! Nuestro sentimiento es mutuo. No voy a renunciar a ti, bebé. ¿Por qué insistes en acabar con esto?- Minho alzó la voz. ¿Qué más daba si hacían un pequeño escándalo? No había nadie presente que lo observara.

-¡Porque te deseo, Minho!- Taemin se exaltó. -Aún te amo, a pesar de saber que somos hermanos...- Se cubrió el rostro con ambas manos.

-No lo somos...- Le tomó por la cintura, abrazándole. Taemin suspiró entrecortado, hundiendo su rostro en el pecho de Minho, mientras el mayor recargaba su mentón sobre la coronilla de Taemin. - Aunque lo seamos, no lo somos. No voy a perderte, haré lo que tenga que hacer para que te quedes conmigo.

-¿Es que acaso no puedes ver que no hay nada que puedas hacer?- Taemin exhaló. -Somos un caso perdido, Minho.

-Eres de lo mejor que me ha pasado en la vida, Taemin. No me rendiré, te amo demasiado.- Le apretó contra su cuerpo.

-Yo también te amo, Minho. Por eso, te pido que no me vuelvas a buscar...- Subió el rostro, para mirarle. Estaba tan determinado a terminar esa relación por lo sano.

-No lo haré.- Pero Minho podía ser más terco aún. -No haré nada de lo que me pidas, si eso nos perjudicará.- Le tomó el mentón. -Estaré a tu lado, aunque no quieras.- Entonces se atrevió a besarle, como no lo había hecho en ese par de semanas que estuvieron separados. Había extrañado tanto la boca de Taemin, y él también parecía haberle extrañado y estar disfrutando del beso. Se consumieron en ese beso, anhelando volver a la ignorancia para poder seguir juntos.

El beso terminó, y con ello, la determinación de Taemin de alejarse se volvió más fuerte. Exhaló, separándose con suavidad del cuerpo de Minho. Le sonrió de la manera más dulce que podía, a pesar de sentirse destrozado. Sólo quería desaparecer por un momento, y poder descansar de todo lo que ocurría a su alrededor.

-Te amo mucho, Minho.- Fue sincero. –Pero esto es más de lo que puedo soportar, lo siento…- Entonces se alejó, logrando escapar de los brazos de Minho. Salió del edificio, desapareciendo de la vista del mayor.

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Minho llegó a casa de su madre, azotando la puerta, molesto. Dejó las llaves en la mesa central que había en la sala y se tumbó en el sillón. Se sentía como si no pudiera respirar, no importaba cuanto lo intentara, Taemin seguía pidiéndole que se alejara. ¡Y es que no podía! No podía dejar de pensar en Taemin a cada momento, ni imaginar que estaría haciendo cuando él no se encontraba cerca. No quería, ni podía aceptar el hecho de que eran hermanos. ¡Qué más daba! Se amaban…Le amaba, como nunca lo había hecho con alguien. Probablemente, antes de Taemin, todo lo demás fueron amores colegiales. Taemin era el amor de su vida, y no podía dejarle ir. ¡Le necesitaba como un desquiciado! Se cubrió el rostro con las manos, sosteniendo la respiración, ¡Taemin no podía ser su hermano! ¿Por qué tenía que ser así? De todas las personas que conocería en su entera vida, se tuvo que enamorar…de su medio hermano.

-Hijo, estás aquí. Me habías preocupado, no habías venido en un largo rato.- La madre de Minho se acercó en cuanto notó la presencia de su hijo.

Minho había comenzado a vivir solo en su tercer año de carrera, pero eso no le había alejado de su madre. Él solía visitarla cada fin de semana, y desde que ocurrió el descubrimiento sobre su padre, no había visitado a su madre. Y no era que no quería hacerlo, sino que no podía hacer otra cosa más que pensar que no quería alejarse de Taemin, y que necesitaba hacerle entender que no debía separarse. Necesitaba un consejo, escuchar que todo tendría arreglo, y hallar la manera de volver a estar con Taemin.

-Mamá…¿Cuándo fue la última vez que hablaste con papá?- Exhaló, mirándola seriamente.

-…La noche en que nos dejó.- Si bien, no era común que hablaran sobre el padre de Minho, tampoco era un tema que estaba totalmente prohibido. Sólo era raro que hablaran de él. –Desde entonces sólo nos hemos comunicado a través de nuestros abogados.- Torció los labios en una mueca extrañada. -¿Ocurre algo, hijo? ¿Lo viste, hablaste con él?

-Algo así…- Minho echó la cabeza hacia atrás, recargándola contra la pared. –El día que iba a conocer a los padres de Taemin.

-Minho me preocupa que hables así, ¿qué ocurrió?- Se acercó a su hijo, sin entender bien a dónde iba esa conversación.

-Taemin no quiere que me acerque a él de nuevo, mamá.- Su voz se cortó. –Y eso es algo que yo no puedo soportar, lo amo demasiado.

-¿Por qué? ¿Tú padre hizo algo que tenga que ver con la decisión de Taemin?- Se alarmó.

-Sí mamá, es culpa de papá que Taemin no quiera estar conmigo de nuevo.- La miró, tratando de decirlo sin causar tanto estrago. -Porque mi padre, es el padre de Taemin.

-Oh no...- La mueca de sorpresa que ella tenía se deformó rápidamente a una de horror. -¿Taemin es hijo de tu padre? No...

-¿Alguna vez supiste con quien te engañaba?- Minho se atrevió a preguntar, preguntándose cómo jamás salió la verdad a la luz antes.

-No...sólo sabía que eran varias...

-¡Genial! No le puedo decir eso a Taemin. Le rompería aún más el corazón.- Minho pasó sus manos entre su cabello. -¿Cómo se lo diré, si ni siquiera quiere verme?- Su voz se cortó. -No puedo hacerlo mamá, no puedo dejar de amarlo. Taemin está sufriendo, y no puedo consolarlo, porque mi sola presencia le afecta más.- Entonces se terminó de quebrar, dejando que las lágrimas bajaran por su rostro. -¿Por qué nos tocó a nosotros? No es justo, no cuando ya le amo tanto.

-¿Realmente le amas, hijo?- Mordió su labio inferior. Lucía algo ansiosa, y ciertamente la sorpresa de saber que su exmarido tenía otro hijo, que había resultado ser la pareja de su hijo, no había durado mucho. -¿Amas a Taemin así de fuerte?- Y es que ella había sido testigo de lo mucho que se querían, y se demostraban afecto.

-Sí mamá, no soportaré volver a vivir sin Taemin.- Minho fuer firme en su respuesta.

-Entonces lucha por su amor.- Le animó. -No permitas que Taemin se aleje de ti. Lo que ustedes tienen, es algo que no volverán a repetir. No dejes, hijo, que nada te separe de Taemin.

-Pero mamá, nosotros...

-Tal vez pueda...ayudar en eso...- Comentó con duda. Y, al obtener una mirada de su hijo, decidió continuar. -Minho, por favor no me juzgues...yo también cometí errores, no sólo tu padre...- Jadeó.

Minho simplemente se quedó observando con sorpresa a su madre. Ella se levantó del sofá,  desapareciendo  por un momento, sólo para regresar a la sala con un alhajero entre las manos. Minho se irguió por completo, frunciendo el ceño al ver esa caja. ¿Su madre escondía algo ahí?

-Supe por mucho tiempo que tu padre me engañaba...Pensé que algún día cambiaría, pero no fue así. Cuando me di cuenta de eso, me sentí dolida...- Suspiró. -Era muy tonta, supongo que lo sigo siendo...

-Mamá, no digas eso, por favor...- Minho se precipitó, tratando de entender a dónde iba esto.

-Yo también tuve un amante. Necesitaba sentirme querida, cuando conocí a ese hombre. Él sólo estuvo algunos meses en el país, después se fue y no lo volví a ver...- Contó.

Minho estaba enmudecido, procesando lo que había escuchado. Si bien, por mucho tiempo detestó a su padre por haber engañado a su mamá, no sentía lo mismo por ella. Tal vez era preferencia, pero entendía lo que su madre había pasado, y no la culpaba por haber tenido un amorío fuera del matrimonio. Sólo se sentía consternado, demasiado. ¿Por qué ella le decía todo esto? Sólo faltaba que ella también le confesara haber tenido un hijo de alguien que no era dj padre. Después de que esa idea asaltó su mente, la mirada de preocupación que se instaló en su rostro fue imposible de pasar desapercibida.

-Mamá…

-Minho, ¿recuerdas aquella vez que necesitaste una transfusión de sangre?- Exhaló, mirando el alhajero entre sus manos.

-Sí, papá me dio de su sangre.- Minho, definitivamente no encontraba el hilo de la conversación. Y eso le preocupaba en demasía.

-Una de las varias cosas que, de hecho, ha hecho bien.- Comentó con frialdad. –Sin embargo, para la donación, primero tuvieron que hacer una prueba de compatibilidad. Naturalmente, tuvieron el mismo tipo de sangre.- Se encogió de hombros. -Sino, no hubiese podido donarte sangre...

-Por supuesto. ¿A qué viene esto mamá?- Se movió al filo del sillón, erguido por completo y con las manos entrelazadas.

-Tu padre y yo tenemos el mismo tipo de sangre, así que realmente no había por qué hacer ese examen...Pero yo insistí.- Exhaló, abriendo la caja y sacando un sobre. -También, sin consultárselo, pedí una prueba de paternidad.

-Mamá...- Sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

-Existe la probabilidad de que no seas hijo de tu padre...- Le entregó el sobre. -Nunca lo abrí; hice la prueba porque me preocupaba que ni él o yo pudiéramos donarte sangre. Pero, cuando ya estuviste a salvo...Nunca me importó el resultado.

-No, mamá, escuchaste: ¿qué estás diciendo?- Minho se alteró. -¡No sabes si soy hijo de...- De quedó en silencio. -Eso significa que Taemin y yo...

-Si de verdad amas tanto a Taemin, no debería de importarte lo que dice ese papel.- Le sonrió. -Sé que será difícil, y este examen puede que te ayude o no, pero sea cual sea el resultado, yo sigo siendo tu madre y te apoyaré.

-...Gracias mamá...- Exhaló, mirando el sobre entre sus manos.

Se sentía conmocionado, como si le hubieran golpeado por todos lados. Ya no sólo era el rechazo de Taemin, sino también enterarse que tal vez no era hijo del hombre a quien siempre creyó su padre. Pero, eso tal vez significaba buenas noticias. Esa misma noche, ya estando en su departamento, sólo pudo pensar en los resultados que se encontraban al centro de su mesa. Su madre nunca los abrió, y no es como que eso importara, los resultados no iban a cambiar nunca. Mas no era lo que le importaba. Él, al igual que su madre, le importaría poco si decía que su verdadero padre era el duende gruñón de Dora la Exploradora. No iba a dejar de amar a Taemin, a pesar de lo que ahí dijera. Inhaló con fuerza. Sabía que el único que debía leer esos resultados era Taemin. Y así lo haría, se los daría, como una prueba de que su amor debía de ser.

Sonrió, ya sabía qué hacer. Y, aunque los resultados no fueran adecuados, no se daría por vencido. No ahora, que realmente la vida misma parecía decirle que su destino era estar con Taemin, y amarlo. Las cosas parecían brillar de nuevo, indicándole que todo saldría bien.

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Minho corría por la universidad, buscando a Taemin. Después de haber terminado su licenciatura, había sido difícil embonar sus horarios con los del menor, sobretodo porque sólo iba a la universidad las veces que tenía clases de su maestría. El resto del tiempo trabajaba, y los días libres se los dedicaba a Taemin...Al menos así había sido hasta hacía poco. Pero no tenía que preocuparse ahora, necesitaba hallar a Taemin y decirle todo, darle los resultados, y hacerle ver que no había motivo alguno para renunciar a su amor.

-¡Hey Minho!- Uno de sus amigos le saludó. -¿Qué haces por aquí? No tenemos clase.

-Onew hyung, no tiene idea de lo mucho que me alegra verlo.- Respiró, tras haber corrido le faltaba el aire. -¿Ha...ha visto a Taemin?

-Sí, creo que fue a la fuente central…- Miró hacia atrás, de donde venía. –Iba con Kibum.

-De acuerdo, gracias hyung.- Minho respiró fuerte, volviendo a tomar compostura.

-Minho, ¿qué vas a hacer?- Onew frunció el ceño al ver que su amigo se dirigía a donde le había indicado.

-Haré que Taemin vuelva a ser mi novio.- Sonrió, apretando aquel sobre que llevaba entre las manos.

-Oh…Fighting!- Onew le apoyó. Era simple, todos sabían que esos nunca debieron separarse.

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Taemin miraba las notas en su libreta, de nuevo concentrando en lo que había escrito en clases, repasándolo como si no lo hubiese entendido desde que revisó el temario y estudió ese tema por gusto. Ignoraba por completo lo que su amigo comentaba con tanto entusiasmo.

-¡Tae-baby! Hazme caso.- Key le zarandeó por los hombros. –Me has estado ignorando toda la mañana.

-Lo siento, hyung…Necesito prepararme para mi examen.- Jadeó, cerrando su libreta.

-¡Ja! Por supuesto. Vamos, ambos sabemos que no estás estudiando.- Se cruzó de brazos. –¿Quisieras ya hablar de lo que te tiene así? No puedes quedarte callado, cada día te ves peor.

-No…No es algo que se arregle, aunque lo hable…- Jadeó. –No tiene solución.

-Todo tiene solución.- Le aseguró, dándole una palmada en el hombro.

-¡Taemin!

Ambos chicos miraron de donde venía aquel llamado. Minho lucía muy opuesto a como Taemin lucía, tanto que Kibum no pudo hacer otra cosa que mirar a Taemin con cara de todo tiene una solución.  Taemin exhaló, rindiéndose antes de tiempo. No tenía ganas de huir, ni siquiera estaba interesado en hacerlo. Simplemente se quedó quieto, mirando detenidamente como a cada segundo Minho se encontraba un paso más cerca.

-Tae, necesito hablar contigo.- Minho le dedicó una mirada fuerte.

-Yo…- Taemin mordió su labio inferior, mirándo rápidamente a Kibum mientras inventaba una excusa para negarse. –Lo siento, estoy haciéndole compañía a Key hyung.- Fue educado al momento de rechazar.

-Taemin…- Minho exhaló. Había olvidado que Taemin realmente estaba negado a la situación que estaban pasando. –Por favor.

-Pero…

-Tae, ve con él.- Kibum le impulsó.  Se notaba a leguas que esos dos necesitaban hablar, y se podía, también que tuvieran una sesión de besos con lo que arreglarían las cosas. –No te preocupes por mí, en quince minutos me veré con Jjong, así que realmente no estaré solo.

-…- Taemin miró a su amigo con indecisión, después regresándole la mirada con Minho. Él se veía tan bien, a pesar de todo. Y no supo si eso le dolió, exactamente, o le causó algo de curiosidad. Quizás ambas. –…De acuerdo.- Jadeó. Recogió su mochila, y siguió a Minho hasta un lugar apartado de las personas.

-Taemin…- Minho se atrevió a acariciarle la mejilla, sin importar el gesto algo triste que el menor estaba haciendo. –No sabes cuánto te extraño, bebé.

-Minho…- Taemin jadeó, lloriqueando. –Por favor, déjalo ya. No necesitamos esto…

-Bebé, escucha, tenemos una oportunidad.- Le calló, juntando su frente con la del menor. –Quiero estar junto a ti, y si esta es la manera, entonces…

-Minho, ¿de qué estás hablando?- Se alejó, soltándose de los brazos del mayor. -¡Minho! Explícate.

-Le conté a mamá sobre esto…

-¡Omo!- Taemin se cubrió la boca, colorándose por completo. Había estado tan sumido en su desdicha, que no había pensado que la madre de Minho también tenía que enterarse. Ahora se sentía más avergonzado y culpable que antes. Ella sólo había sido buena y amable con él, cuando supo de su relación con Minho, y él mismo no era más que el producto de su exesposo con otra mujer.

-Ella me motivó a que no te dejara por ningún motivo.- Minho le tomó de las manos, sonriéndole. –No le importa nada de esto, dice que si nos amamos en verdad, no tenemos por qué separarnos.- Ahora más que nunca, estaba decidido a darlo todo por su amor. –Además…Hay otra cosa…- Extendió el sobre con los resultados de ADN al chico. –Mi mamá me ha dicho que tal vez no sea hijo de…tu padre…- Fue precavido al hablar, no quería alejarle de algún modo con su diálogo.

-¿Qué?- Taemin miró el sobre, y después a Minho. -¿N-no eres su hijo? ¿C-cómo?

-Mamá también tuvo un amante.- Exhaló. –A ella no le interesa saber el resultado, y a mí tampoco. Sin importar qué, yo te amaré, porqué nací para eso.- Acercó su rostro al contrario. –Te amo, te amo tanto, y no renunciaré a ti, sin importar lo que ese papel diga.

-Minho…- Taemin bajó la mirada, sintiendo su rostro arder. ¿Sería posible? ¿Las cosas si tenía solución, después de todo? -¿Por qué me das esto?

-A ti te importa el resultado, creí adecuado que tu fueras quien descubra qué dice ahí.- Jadeó, tomándole por la cintura. –Sólo, por favor, prométeme que no te alejarás de mí, aunque el resultado no sea favorable.

-Minho…- ¿Cuántas veces había dicho su nombre ya? Le gustaba tanto decirlo, y saber que esta vez estaba ahí para oírle. Dio un paso más cerca, apoyando la cabeza en el hombro del mayor. Ya no se hallaba asustado, tenían una oportunidad para seguir juntos. –No tienes idea de lo mucho que te he extrañado. Quería desaparecer, para dejar de sentirme así.

-No podría seguir viviendo si desaparecieras, cariño.- Le acarició la espalda. –Me sería imposible saberte inalcanzable. Por eso, déjame estar junto a ti. Ambos podremos seguir adelante. El mundo no tiene que estar en nuestra contra.

El mundo no tiene que estar en nuestra contra. Es frase hizo que Taemin alzara la vista, encontrándose con esa mirada tan competitiva y retadora de Minho. Él pensaba luchar por su amor, aunque tuviera que llevarlo a cuestas solo. Sonrió en una disimulada mueca, recordando una de las muchas razones porque se había enamorado de Minho. Estaba absorto pensando en ello, cuando se dio cuenta que estaba siendo besado por aquel hombre que amaba. Quiso llorar, había anhelado tanto ese beso. Extrañaba por completo a Minho, estar abrazado a él, llamarle a todas horas aunque fueran por cosas tontas. Regresó el beso, vertiendo todos sus sentimientos en él, deshaciéndose entre los brazos de Minho. Le amaba tanto…

-Minho…- Susurró. –No es así de fácil…- Cerró los ojos, tratando de reponerse. –Si lo que dice aquí es lo que ya sabemos, entonces las cosas no serían diferentes.

-No, las cosas son diferentes.- Le aseguró. –Lo sabes, yo no renunciaré a ti…

-Mmh.- Taemin asintió, sonriendo. –Te amo.

-Yo también te amo, bebé.- Le acarició. –Tengo que irme al trabajo. Prométeme que me llamarás cuando hayas leído los resultados.

-Lo haré.- Exhaló, apretando el sobre contra su pecho.

-Te amo, Tae.- Se despidió, con un último beso.

Taemin asintió, guardando aquel sobre en su mochila. Tenía demasiado que pensar, y mucho que entender, antes de poder abrir ese sobre que le estaba regalando una segunda oportunidad.

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Dio una vuelta más sobre su cama. Había pasado toda la tarde pensado en lo que Minho le había dicho, tentado a abrir el sobre con los resultados. Pero no lo había hecho, no podía hacerlo. Más que nada porque las palabras de Minho diciendo que no tenían por qué estar contra el mundo, le resonaban dentro de su cabeza todo el tiempo. Exhaló, sintiéndose de nuevo como se sentía antes de saber que Minho correspondía de la misma manera sus sentimientos. Podía imaginarse toda la vida con Minho, y no había mejor escenario que ese. Sin pensarlo, miró el reloj sólo para decidir que no era tan tarde como para llamar a Minho. No pasaba de media noche, así que sabía que él estaría despierto. Rápidamente marcó su número.

-Minho...Podemos vernos...- Exhaló, sin responder a las preguntas que el otro le hacía. -En el parque, neh. Te amo.

Se levantó de la cama, guardando aquel sobre sellado dentro del bolsillo de su pantalón, se arregló el cabello, y corrió escaleras abajo. ¿Qué más daba ya? Sus sentimientos por Minho no cambiarían, aunque intentara vivir lejos de él. No iría contra la corriente. Se calzó los zapatos, mientras las luces a su alrededor se encendían.

-¿A dónde vas?- Su madre sonaba preocupada. No habían vuelto a hablar como antes, haciendo que su relación fuera más que tensa.

-Me veré con Minho, en el parque.- Dijo seco, ni siquiera le volteó a ver. Sabía que a lado de su madre estaba su padre, era de las pocas veces en que dormía en casa, y no quería verle.

-No puedes.- Se escuchó la voz de aquel hombre. -No es hora de salir, y tú y Minho...

-No puedes hablar sobre Minho y yo.- Taemin le interrumpió, tratando de guardar la calma. Sabía que tendría que enfrentarle, a pesar de que no quisiera hacerlo. Era su padre, lo amaba, pero el hombre había arruinado las cosas. -No tienes derecho a decir nada.- Se giró, sólo para verle. -Te alejaste de Minho sin siquiera mirar a atrás. Y, seamos sinceros, nunca has sido una figura paterna estable conmigo. Apareces y desapareces todo el tiempo, así que no puedes prohibirme nada. No puedes decidir sobre mí, ni sobre Minho.

-¡Taemin!- Más que un regaño, la madre de Taemin parecía que perdería los nervios dentro de poco.

-Lo siento, mamá, pero las cosas son lo que son, no lo que quieres que sean...- Entonces sonrió, escuchando sus propias palabras.

Salió de casa, sabiendo bien la decisión que había tomado. Y así se dispuso a correr a aquel parque en el que se había visto con Minho varias veces. Corrió, como si temiera no poder ver a Minho, a pesar de saber que él estaría esperándole allí por siempre. Y cuando llegó, y le encontró ahí, de pie, demostrando que le esperaría por siempre, se dio cuenta que las cosas no podían ser malas ya. Le saltó encima, besándole con pasión y desespero, como nunca lo hizo antes.

-...Mmh, Tae...- Minho jadeó, tomándole por el rostro y la cintura. -¿Qué dicen los resultados? ¿Acaso...

-No lo sé.- Sonrió, besándole de nuevo, muchas veces. -No quiero saberlo.- Gimoteó. -El resultado no hará que cambien nuestros sentimientos. Y si tu madre nos apoya, otras personas también lo harán. No estaremos sólo, ¿cierto?

-No bebé, no lo estaremos.- Minho exhaló con alivio, juntando su frente con la del menor. -Por un momento pensé...

-Nunca hubieras dejado de insistirme...- Se atrevió a reír. -Eso hubiese sido más doloroso, tenerte tan cerca, y tan lejos...No me importa ya que sea algo prohibido, te amo.

-Nunca dejaría de amarte, ni aunque fueras mi hermano.- Le acarició el cabello. -¿Estás listo para las cosas que tal vez enfrentamos?

-Sí, lo estoy.- Sonrió. -Ah...La primera será volver a casa.

-¿A qué te refieres?- Le soltó, para tomarle de la mano, mientras iban calle abajo a la casa de Taemin.

-Papá está en casa...Y le dije algunas verdades antes de venir a...verte...- Masculló. -Será un poco difícil la llegada...Lo que me preocupa son los días siguientes.

-Entiendo.- Exhaló. -Le quieres mucho, y no deseas pelear con él.- Gesticuló. -No sé qué pensar con respecto a él, siempre ha sido un recuerdo gris, pero tú...

-Siento que te robé algo, Minho.- Jadeó, apretando su mano con la del mayor. -Ahora no quiero volver a casa, papá habrá perdido la cabeza, y si se ve contigo probablemente te culpe...Cuando él es el único culpable. Después de eso, cada vez que esté en casa él, será un campo minado.

-Tae, no tienes por qué quedarte ahí.- Vio la sorpresa, y las ganas de replicar en el menor, así que se apresuró a explicarse. -No te digo que dejes de verles, sólo que no tienes que estar ahí todo el tiempo.

-¿A qué te refieres?- Taemin hizo uno de esos gestos con su ceja y su boca que le hacían verse tan estilizado.

-Ven a vivir conmigo.- Soltó, probablemente perdido en la mueca del menor. -Te quiero a mi lado, y sé que es algo no planeado pero...No quiero que estés cerca de lo que pueda hacer que cambies de opinión.

La mirada que Taemin le dio, seguido de esa risilla nerviosa, fue suficiente para dar a entender que había entendido por completo el punto de Minho. Entrelazó sus dedos con los de Minho, asintiendo levemente mientras se ruborizaba. Sólo alcanzó a morderse el labio inferior, antes de tener algo que decir.

-Sí...Esto suena loco, sobretodo si acabamos de volver.- Rio. -Pero quiero hacerlo. Quiero estar contigo. No hay nada que quiera más, que lo te quiero a ti.

-¿Lo dices en serio?- Minho jadeó con alegría. -Tae, ¡te amo! ¡Te amo!- Le abrazó, cargándole y girando cómo lo hacen en las películas.

-¡Yah! Minho.- Rio, obligándole a que le bajara. -Entonces...tendré que hacer  maletas al llegar.

-Uh, creo que tendrás que tomar sólo lo necesario, bebé.- Torció los labios. -No creo que tu madre quiera, y menos te deje ir así de fácil.

-Papá tampoco...- Mordió su labio. -Sí, sólo lo necesario. Después iré a recoger el resto.- Taemin planificó lo que haría. Volvió a tomar la mano de Minho, entrelazando dedos, mientras caminaban calle abajo.

No les tomó demasiado llegar a casa de Taemin, y menos les costó notar que las luces de esa casa seguían encendidas. Era obvio que esperaban a que Taemin volviera. Pero el chico no temió, ni soltó la mano del mayor hasta ya encontrarse frente a la puerta. Apenas logró tocar el picaporte, cuando la puerta fue abierta rápidamente.

-¿Por qué demoraste tanto en volver?- Su padre le interrogó, antes de notar la compañía de Minho. -¿Por qué vienes con Minho? No deben de estar juntos.

-Taemin vendrá conmigo.- Minho se cruzó de brazos.

-¿Qué?- Y la madre de Taemin salió a escena. Se notaba preocupada, y escuchar aquello no había sido nada reconfortante.

-Así es mamá.- Taemin entró a la casa, con la mirada firme. Ignoró los reproches de su padre, y las insistencias de su madre. Sólo quería llegar a su habitación y empacar sus cosas.

Sabía que estaba siendo seguido por su madre, y no la detendría. Tenía que hacerla entender que esa había sido su decisión. Jadeó al entrar a su habitación, necesitaba sacar algo de ropa, el uniforme de la cafetería, sus libros y útiles. Después vería cómo sacar lo demás. En su mochila trató de meter las cosas de la universidad, y luego buscó algún bolso dónde meter su ropa.

-Hijo...- Colocó su mano sobre el hombro de Taemin. -No te vayas, por favor...- Se escuchó el nudo en su garganta. -Si es por tu padre, le diré que no vuelva...

-No, mamá. Tú lo amas, y aunque él no es el mejor hombre del mundo, sé que no lo dejarás de amar.- Se movió, siendo cuidadoso de no rechazarla. Metió ropa dentro de su maleta, y algunas cosas más. -No te pediré que le prohíbas venir, no es mi derecho.- Entonces la miró, su madre lloraba.

-Por favor, Taemin. Eres mi hijo, no quiero perderte.

-No me vas a perder mamá. Cometiste un error al enamorarte de papá, pero tomaste tu decisión, y decidiste quedarte con él.- Suspiró, acercándose a ella. -Ahora es mi turno de decidir. Amo a Minho, y me quedaré con él, tal y como tú te quedaste con papá...Trata de entenderme, mamá. No me alejaré de ti, pero no quiero que papá me separe de Minho. No dejaré que nadie nos vuelva a separar, nunca más.- Jadeó.

-...Entiendo.- Gimió, limpiándose las lágrimas. Se acercó a su hijo, dándole un abrazo, para después ayudarle a empacar.

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-¡No hagas esto, Minho!- Aquel hombre comentó molesto. -No pueden, ustedes dos son hermanos. Está mal.

-¿Hermanos?- Rio sarcástico. -¿Cómo podemos ser hermanos si tú dejaste de ser mi padre al momento de desentenderte de mí y mi mamá? Hubiese entendido la separación, sino me abandonabas a mi también. ¡Pero las cosas no fueron así!- Se quejó. -Y puedes tenerlo por seguro, después de esto, has dejado de ser el padre de Taemin.

-¡Cállate!- Le abofeteó. -No tienes derecho a hablarme así. Me debes respeto.

-¿Respeto?- Minho se burló, empujando a su padre.

-¡Minho!- Y desde la escalera, Taemin les había observado. Corrió escaleras abajo, interponiéndose entre ambos. -No hagan nada de lo que se arrepentirán.

-Taemin, te prohíbo que vayas con él.

-No papá.- Le miró severo. -Me iré con Minho, es mi decisión.- Tomó su mochila y su bolso. -Los amo, pero...Ahora es mi turno de irme.- Se despidió de sus padres, tomando a Minho de la mano y saliendo de casa.

Subió todo a su auto, y antes de encender el motor, miró su casa. Ahora todo debía de ir mejor, lo sabía. Sintió la mano de Minho sobre la suya, confortándole. No habría podido enamorarse de nadie más que no fuera él. Le sonrió, asintiendo. Era hora de irse, continuaría su vida juntos.

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Taemin suspiró, colocando la caja sobre el sofá. Había conseguido un par de cajas, para sacar el resto de sus cosas, lo cual ahora parecía mala idea porque sabía que sería difícil acomodar lo suyo con lo de Minho.

-¿Qué tienes, bebé?- Minho se acercó, dejando unos libros de lado. Él había estado acomodando en el librero que tenía los libros que Taemin tenía.

-Se sintió raro ir a casa, cuando mamá no estaba ahí.- Suspiró, sentándose. -Cuando se de cuenta que ya no están mis cosas, ella va a llorar.

-No te aflijas, Tae.- Le abrazó por los hombros. -Sabes que ibas a poder tomar el resto de tus cosas si ella estaba presente.

-Pero siento que la estoy lastimando.- Se cubrió el rostro, ahogando las ganas de llorar.

-Escucha Tae, a veces se lastima a las personas, aunque no queramos. Si es necesario, se tiene que hacer.- Trató de consolarle. Se acuclilló frente al menor, tomándole de las manos. -Si te parece, ¿qué tal si la visitamos mañana? Así no se sentirá que la has dejado por siempre.

-...Sí.- Asintió, soportando las lágrimas. -Estaría bien ir a visitarla...Ahora que papá no está.- Él se había ido una vez más.

-¿Te sientes mejor?- Le animó. -Aún tenemos mucho por hacer.

-Neh.- Sonrió.

No pudieron poner a arreglar todo de nuevo, ya que el timbre de la puerta sonó. Minho se puso de pie, para atender la puerta. No era común que tuviera visitas, así que se le hacía raro que nadie hubiese llamado antes para informarle que iba a ir de visita.

-Mamá.- Se sorprendió de ver a su madre, con una vasija con comida, en la entrada.

-¡Señora! ¿Qué hace aquí?- Taemin se alzó del sillón, acercándose a la puerta.

-Minho me dijo que hoy terminaste de mudarte.- Miró dentro del departamento. -Pero, por lo que veo, no acabarán dentro de poco.

-Lamento el desorden, señora.- Taemin hizo una reverencia, pidiendo disculpas.

-¿Cuándo dejarás de llamarme señora, querido?- Le sonrió. -Es normal que no sepan poner una casa en orden, aunque sea un lugar pequeño como este departamento.- Pareció burlarse, pero fue bastante cálida. -Les traje comida, y supongo que me quedaré a ayudarles.

-Gracias.- Taemin volvió a hacer media reverencia.

-Gracias mamá.- Minho simplemente sonrió.

-Vamos, hay mucho por hacer.                      

Esa tarde no hicieron otra cosa más que poner el departamento en orden. Después de todo, ese sería su nuevo hogar, en su vida juntos. Porque ya no pensaban separarse, ni aunque fueran hermanos. 

FIN

Notas finales:

Espero les haya gustado ^-^ 

 

Para quienes esperan Ojos Bonitos, subiré capítulo dentro de dos semanas, ya que haya acabado con mis trabajos ♥ 

¡Besos!

 


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