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Tú historia, mi historia por Hando Kurai Tamashi

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Notas del fanfic:

Holaaa
bueno estas son las notas, así que explicare lo principal. Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Echiro Oda, solo la historia es mía nvn

Notas del capitulo:

Bienvenidas sean mis queridas almas!! Aquí Hando y Asistente reportándose con esta nueva locura que espero les guste nvn

Cuanto tiempo ha pasado xD pero hemos vuelto con toda la intensidad posible xD la verdad teníamos muchas ganas de escribir esta nueva historia, ya la teníamos planeada pero han habido varios contratiempos por lo que se nos ha complicado owo. Este fic la verdad no sé si llegue a ser largo o corto pero cualquiera de los dos solo espero que sea de lo más placentero nvn

Hando: Como siempre aquí con nuestras historias fumadas x´D

Asistente: Por lo que veremos si podemos atraer su atención n_n , que nervios :S

Hando: Como es el primer cap. empezaremos con algo sencillo, conforme se vaya desarrollando harems los caps más extensos nvn

Asistente: tómenlo como un prólogo. Y como siempre las sorpresas aquí están de más xD

 

                Bueno sin más que comience la historia!!!

Era una mañana soleada del mes de Noviembre, una mañana tranquila y normal para un joven hombre de universidad, quien se encontraba de camino a su casa después de un largo día en la escuela, no era que la odiase, sino que detestaba lo rutinario y como tal le aburría. Caminaba con la mirada clavada al suelo, dando poca importancia a lo que sucedía a su alrededor, después de todo en la calle nada cambiaba, todo seguía como en todo día, o eso pensaba, pues al pasar por una calle poco transitada, se encontró con un local que despertó en el curiosidad, era un pequeño departamento, con una sola puerta de cristal y una enorme vidriera al lado, mostrando algunos de los artículos que ofrecía, sin cambiar su expresión de desinterés por el mundo se dirigió hasta el cristal para satisfacer su curiosidad, solo una miradilla y se retiraría; observo collares, amuletos, barajas, y otras cosas extrañas, tal parecía que el negocio se dedicaba a las antigüedades y las artes de la adivinación o magia. Satisfecho se retiro del cristal dispuesto a seguir su camino, mas sin embargo.

 

-              Disculpe joven, ¿no le gustaría mirar algunos de nuestros artículos?- Escucho a su espalda a un hombre de plateada cabellera, ojos celestes, tez durazno, vestía un suéter mostaza, unos pantalones grises y zapatos cafés. Al parecer había estado afuera limpiando, pues traía una escoba, lo cual se le hizo raro, dado a que no se percato de aquel extraño cuando pasó

 

-              No gracias- Corto el rubio

 

-              No sea tímido, hay cosas muy buenas y en oferta- Insistió.

 

-              No creo que haya algo que me interese- Rechazo de nueva cuenta.

 

-              Admito que esta clase de negocios no suele atraer jóvenes de su edad, pero tengo algo que estoy seguro será de su interés- Afirmo, su rostro no mostraba duda alguna de lo que decía.

 

-              De acuerdo- Dijo, no quería fastidiarse, después de todo el dueño del local parecía ser de esas personas que no dejan escapar a los clientes, así que mejor decidió comprar cualquier cosa inútil que le ofreciera, no tenía tiempo para estresarse. Entro al local después del hombre; una vez dentro observó los objetos que se encontraban colgados en las paredes o en los mostradores.

 

-              Puedes observar lo que hay, no tengo problema con eso- Dijo el hombre. Marco solo dio una mirada rápida.

 

-              Como le he dicho no encuentro nada que me sea útil-

 

-              Si ese es el caso, ¿qué te parece esto?- Dijo sacando debajo del mostrador una vieja caja color marrón de algunos 30 x 40 cm –Pareces curioso por ver lo que hay dentro- Sonrió

 

-              Je puede ser- Respondió con el mismo tono del hombre en frente

 

-              Bien- Dijo a la vez que abría la caja mostrando el contenido, era una vieja pintura, afectada por el tiempo; se mostraba en ella un paisaje, uno muy hermoso, de verdes praderas y cielos claros, con muchos árboles, y en uno de ellos, en sus raíces parecía estar una persona sentada en ellas, mas no se distinguía bien.

 

-              ¿Esto es lo que se supone me interese?- Pregunto desfavorable –No le veo lo interesante-

 

-              Deberías-

 

-              Solo es una vieja pintura de un paisaje, cualquier pintor barato podría pintar esto-

 

-              No es cualquier paisaje- Aclaro – Es ni más ni menos que las tierras de Avalon-

 

-              ¿Avalon?-

 

-              Así es, es esa tierra mágica que casi todos los hombres quieren encontrar-

 

-              No le veo el chiste a un montón de tierra- Reprocho.

 

-              Jeje por lo que veo eres un joven muy materialista-

 

-              ¿A qué se refiere?-

 

-              Olvídalo- Dijo – Quizás carezcas de espíritu para comprender estas cosas, bueno después de todo los jóvenes de estos tiempos solo piensan en salir con chicas, vagar, nada nuevo- Suspiro.

 

-              De acuerdo, entonces con su permiso- Iba a dar media vuelta.

 

-              Espera- Le detuvo – Quiero que te quedes con esto- Dijo cubriendo de nuevo la pintura, y entregándosela.

 

-              No la quiero, no quiero algo que no me sea útil- Rechazo

 

-              Eso es lo que tú crees, pero estoy seguro que en algún momento será tu mayor tesoro- Aseguro

 

-              Esta bien, ¿cuento es por esto?- Expulso con cansancio en el habla

 

-              Déjalo así, te lo daré-

 

-              ¿Eh, porque habría de hacerlo?-

 

-              Creo que eres la persona indicada para tenerlo, de todos los jóvenes que pasan ni uno muestra tanta nobleza como tú, aquellos la destruirían, la tirarían al primer bote de basura que encontrasen-

 

-              ¿Y cómo sabe que yo no lo hare?-

 

-              Supongo que es una corazonada- Dijo como si fuera la razón más lógica posible, Marco solo le miro incrédulo; amor, presentimientos, destino, magia, fe, ni una de estas palabras lograban entrar en su diccionario, no lograba comprenderlas, no entendía como la gente se basaba en ellas como si pudieran tocarlas con firmeza, no tenia lógica alguna para él. Sin más el hombre se la entrego, el rubio solo agradeció y salió del local; camino varias cuadras.

 

-              Oi Marco- Se escuchó a alguien llamarle a su espalda; ante el llamado giro.

 

-              ¿Tatch?- Dijo al reconocerlo - ¿Qué haces aquí?-

 

-              Jeje ¿Por qué tan antipático? – Bromeo una vez lo alcanzo – Recuerda que por aquí vivo, es una sorpresa encontrarte. Por lo regular sales temprano ¿Qué a atrasado tu horario perfecto?-

 

-              Nada en especial- Giro el rostro, a lo que el castaño dio con la caja que llevaba el rubio en manos.

 

-              ¿Fuiste de compras? ¿Qué es?- Insistió casi en suplica

 

-              Es solo una caja…- Al mismo tiempo la abrió, mostrando el viejo cuadro

 

-              … Si pensabas adornar tu sala déjame te digo que tienes unos gustos muy raros amigo- Dijo pensándolo un poco, a lo que el rubio frunció el ceño.

 

-              No es que sea un amante del arte… de hecho ni me interesa… ¿No la quieres?- Le tendió la caja.

 

-              ¿Eh? Pero… ¿cómo la conseguiste?- Quería asegurarse

 

-              Me la regalo el viejo dueño de aquel local- Indico hacia atrás, y cuál fue su sorpresa cuando no había más que un callejón, sin nada construido, más que vacío. Ambos chicos quedaron confundidos, mas Marco; pues no llevaba ni el minuto de haber salido de allí.

 

-              ¿Me quieres ver la cara? – Arqueo una ceja.

 

-              ¡¿Qué?! Claro que no ¿Cuándo me he andado con bromas? –

 

-              Es verdad… eres bien amargado…- Froto su barbilla

 

-              … mejor ni me ayudes… ¿La vas a querer, sí o no?-

 

-              No, si lo que dices es cierto no me gustaría estar maldito. Ya sabes esos brujos y sus espíritus chocarreros –

 

-              No me digas que crees en esas cosas… sabes, mejor olvídalo- Soltó un pesado suspiro.

 

-              Bueno será mejor que no me retrase o me meteré en problemas – Rio el castaño – No te quito tu tiempo y disfruta tu fin de semana- Dijo tras correr por la acera y girar en la esquina. Dejando al rubio solitario, este giro nuevamente, incrédulo de lo que veía, miraba el callejón y después la pintura ¿Qué rayos había pasado? Froto sus ojos más el resultado era el mismo. Ya un tanto irritado decidió continuar. Anduvo unas cuadras más hasta llegar a su vivienda. Una antigua casa al estilo oriental, amplia tanto en su interior como en su interior, por azares del destino había estado viviendo solo. Pues su padre se encontraba siempre fuera por su trabajo, mientras que su madre había fallecido hace años en un accidente.

Abrió el portón, y después se introdujo en la vivienda, recorrió el pasillo hasta dar con las escaleras, al subirlas camino hasta la segunda puerta, la cual sería su habitación. Un cuarto de paredes blancas una cama amplia, con sabanas marrones, suelo tapizado de madera, una alfombra color arena y sobre esta una mesa para té y delante una televisión sencilla. Solo poseía dos ventanas, una dando al patio y la otra mostraba parte de la calle.

Agotado cayó sobre el mullido colchón, miro una vez más la caja que reposaba a un lado suyo, no deseaba dejar las cosas regadas, pues su naturaleza era demasiado disciplinaria así que se paró y extrajo el cuadro, pensaba en donde sería buena idea el colocarlo; sus ojos dieron con un retrato que una prima lejana le había regalado. Lo retiro y coloco la pintura, permaneció mirándola un momento, intentando convencerse si lucia bien allí o conseguirle otro lugar.

 

-              Me pregunto si aquel sujeto agrego algún clavo de perdido- Se dijo y se arrimó a la caja, buscando en su interior. Para su sorpresa dio con una llave, una muy peculiar de algunos 10 cm. Y mucho detalle. Parecía estar hecha de oro – Pero que mierda – Maldijo – No… no puede ser ¿Ese viejo estaría bien de la cabeza? La abra echado por error… - Nada lograba tener lógica, llego a pensar que sería alguna broma del viejo aquel. Inclusive pensó en devolvérsela pero ¿Dónde? Si ya no estaba el local. Era fin de semana  todo parecía salir de la rutina, lo cual le estresaba. Estaba a punto de devolver la llave a la caja pero se detuvo; escucho algo… juraba que oía algo ¿voces? Tal vez ¿Estarían cantando? No… ¿Gritando? Tal vez… Quedo mudo viendo aquel retrato, juraba que aquellos gritos enfurecidos venían de aquel cuadro “Genial, ahora la casa quedo maldita” Dijo para sus adentros “Que fastidio lidiar con fantasmas”, un destello llamo su atención, la llave soltaba leves destellos. Intrigado pensó en soltarla, pero la curiosidad pudo más, por lo que la dirigió hacia el cuadro, fue entonces que aquel brillo se intensifico. Había algo que le decía que se acercara, no sabía porque lo hacía, no sabía si se arrepentiría después. Al estar a medio metro del cuadro tuvo una visión, un vasto campo y en el había caballos y personas. Era una cruel escena, no era más que una batalla de la antigüedad. Hombres envueltos en una encrucijada del poder y control. Cuando dio un paso hacia atrás, un espacio entre él y la pintura se abrió, saliendo entonces un joven chico de ondeantes mechones oscuros como la noche, ojos del mismo tono y una piel nívea, alto y bien fornido, envuelto en una armadura de plata; había sido todo tan repentino que terminaron en el suelo. Cuando Marco reacciono se apartó y una vez calmado observo que el chico aun seguía tendido en el suelo.

 

-              Hey… ¿estás bien?- Ahora que lo notaba la armadura había desaparecido, solo quedando con una ligera vestimenta al estilo colonial, una camisa azul con caída de holanes blancos en el cuello hasta el vientre, un pantalón del mismo material y color. Botas de un café oscuro por debajo de las rodillas llevaba. Permanecía inmóvil bocabajo al suelo – Hey…- Insistió, esta vez acercándose hasta romper la distancia, le meció un poco hasta que cayó en la cuneta de que el joven estaba herido, su mano palpo un líquido cunado paso por el costado del joven pelinegro –S…Sangre- Se estremeció ¿Qué demonios estaba pasando allí? ¿Acaso ese joven moriría? Resignándose a ese hecho, lo coloco bocarriba de forma que pudiera observar el cuerpo del chico, una mancha carmín se asomaba por el flanco derecho, por debajo de las costillas. En un desespero le despojo de la camisa, encontrándose con aquel encantador dorso, solo que había un detalle, y era esa herida, que parecía no muy grande ahora que lo pensaba, al parecer algo le había rozado, desgarrándole le piel, mas no al punto de atravesarla mortalmente. Ahora consiente de esto respiro con calma. Echo una mirada al rostro del pelinegro y quedo embobado, el chico poseía un rostro placido mientras dormía, y unas cuantas pecas adornaban sus mejillas; ahora que lo veía bien se le hacía demasiado lindo, como un pequeño ángel caído del cielo, literal.

Se aproximó entonces al botiquín de primeros auxilios que tenía en el baño. Con el contenido, desinfecto la herida y le cubrió con vendajes. Parecía que el muchacho estaba completamente noqueado pues no había siquiera quejadose mientras atendía aquella lesión. Le tomo en sus brazos con cuidado mientras lo colocaba en la cama. Allí le dejo un rato, mientras el esperaba en el sofá que se encontraba a un lado. Mientras el tiempo pasaba, se había formulado varias preguntas que quería que el chico respondiera una vez recobrara el conocimiento. Sabía que tenía que cumplir con actividades, según su rutina pero esto lo había estropeado todo; lo cual le daba la impresión de que sería algo interesante.

No fue esta entonces que el joven pelinegro abrió poco a poco los ojos, estando algo aturdido aun levanto su peso en un brazo aun recostando medio cuerpo, mientras que con la otra mano frotaba su frente, confundido. Soltó un quejido.

 

-              Emmm… Hola…- Apenas pronuncio para llamar la atención del chico y este reacciono levantándose de golpe hasta estar en un rincón de la habitación pegado a la pared, con los ojos bien abiertos de la sorpresa – Hey, descuida… - Intento calmarlo.

 

-              ¿Quién eres? ¿Eres sirviente del Rey Lot? ¿Me habéis capturado?- Fueron las primeras palabras, hablaba en un Ingles Británico perfecto. Aun así Marco pudo entenderlo, después de todo hablaba 4 idiomas.

 

-              ¿Disculpa?- No lo entendía, no entendía que demonios estaba pasando

 

-              Si desean hacer caer a mi país, tendrán que derrocarme primero- Insistió, intento caminar hacia el rubio pero cayó en la cuenta del dolor en su herida y después en el vendaje. Lo que creo confusión ahora en el - ¿Por qué me has ayudado?- Quiso una explicación.

 

-              Escucha no entiendo que demonios está pasando, ni siquiera sé quién eres. Estas en mi casa, estas en Japón y no se dé dónde demonios vengas- Soltó malhumorado - ¿Estás perdido? ¿Llamamos a tus padres?- Propuso y se acercó, cuando estuvo a unos centímetros del muchacho este le derribo, estando en una posición de lucha sobre el suelo.

 

-              Peleare por mi vida, hombre de Lot. Tráeme a tu Rey-

 

-              País, Rey y bla bla bla ¡Que demonios quieres!- Bramo deshaciendo aquella posición, pasando a otra, dejando al chico ahora sobre el suelo. Supo que le había lastimado tras escucharle quejarse. Había sido demasiado brusco – P…Perdón…-

 

-              De acuerdo… Yo he perdido, toma mi vida…- Dijo mirando con resignación hacia el vacío de la habitación. Su cara giro tras una bofetada por parte del rubio.

 

-              No pretendo tomar tu vida, ni nada de ti ¿Por qué tendría que hacerlo?- Decidió intentar comunicarse entonces de esa manera. El pecoso tras entender le miro confundido – Escucha, donde estas ahora se llama Japón. Aquí no hay Reyes como dices…. ¿As perdido la memoria? ¿O trabajas para alguna película? ¿O eres miembro de una pandilla y acabaste así tras una riña? Créeme que yo también estoy confundido-

 

-              ¿Eh? Pero… ¿Japón? ¿Qué es eso? –

 

-              No, este SI perdió la memoria – Y él estaba a punto de perder la cordura.

 

                Permanecieron un tiempo allí en silencio, el joven estaba demasiado concentrado en sus pensamientos, se notaba confundido, asustado y perdido. Marco le había explicado solo un poco entonces de la situación, como que se encontraban en el siglo XXI junto con fecha. Inclusive le dibujo en una hoja el globo terráqueo, al mismo tiempo diciendo la ubicación.

El confundido pecoso quedo meditando hasta media noche, parecía un chico inteligente, pero la confusión le estaba entorpeciendo o nublando el juicio.

 

-              ¿Sigues confundido?- Pregunto el rubio por lo que el chico asintió con la cabeza – Realmente has perdido el conocimiento- a lo cual negó.

 

-              Es solo que… tu realidad… esta realidad es muy confusa…- Explico – Que se supone hare… no tiene sentido nada- Bajo la mirada

 

-              Hey tranquilo, aunque no lo parezca, estoy dispuesto a ayudarte en lo que pueda, después de todo has aparecido en mi casa. Por cierto ¿Cómo te llamas?-

 

-Portgas D´Ace- Respondió al cabo de un momento de silencio. Marco supuso que habría estado intentando recordar hasta eso.

 

-              Mucho gusto Ace, yo soy Marco-

 

 

 

Notas finales:

Aquí paramos xD

Hando: Yuju primer cap ouo

Asistente: Yep uwu

                Jeje bueno, antes que nada muchas gracias por leernos, por dedicar un pedazo de tu tiempo. Gracias nvn La verdad me encantaría saber qué opinas sobre esta nueva historia, alguna teoría loca o cualquier cosa n_n . Para esto les invito a dejarnos un comentario :) . Trataremos de ser lo más puntual posible ;-;

Estamos mentalizándonos de actualizar como anteriormente lo hacíamos cada 15 días owo, haremos lo posible por sacar cap uwu

Sin más que decir Muchas gracias y nos leemos en el próximo capítulo!! <3

 


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