Limit
JunMyeon sabía que no podía tirar a la basura tantos años de amistad. Sabía qué era débil, algo que el mayor le gusta del pequeño. Yifan y JunMyeon se conocían desde varios años atrás, pasaron juntos su infancia, adolescencia y la cuenta sigue. Conforme al paso del tiempo, ambos llegaron a conocerse muy bien en tan poco tiempo, si se definiría en algo sería; destinados, y por un lado lo eran, pero Yifan fue el qué cambio todo.
Sabían que estaban destinados amarse por razones tan simples como que en tan poco tiempo supieron leer sus miradas y hasta tal punto su mente. Sabían que esto no era normal por qué nunca les había pasado antes.
JunMyeon camina de la cocina a la sala de estar con una taza de café en las manos. Se sienta en el sofá y bebé de su café que ya está un poco frío. Da un sorbo y cierra sus ojos. Piensa en cómo ambos habían llegado a esto. Sabe qué esto está mal, que no deberían ser así pero era consciente que tuvo la culpa al no detenerle cuando tuvo la oportunidad. Sabía que corresponder un beso y caricias de un hombre casado estaba mal, pero sus sentimientos por Yifan nunca habían cambiado; le amaba estaba enamorado del desde más joven. JunMyeon sabía qué estaba mal mirarle con esos ojos a su mejor amigo pero no pudo evitar enamorarse de Yifan.
JunMyeon había aclarado sus dudas al momento en que los celos y las ganas de estar siempre con el fueron indicio que no estaba confundido, se había enamorado.
Su teléfono celular sonó. Dejo la taza en la pequeña mesita y tomo su celular en las manos. Desbloqueo el aparato y la pantalla iluminada con un mensaje en ella. Se sabía aquella rutina de memoria, ya ni le daba curiosidad saber el contenido de aquel mensaje, se lo sabía de memoria. Aquel mensaje que por tres años había recibido. Dejo de pensar más en el asunto y abrió el mensaje. Lo leyó sin prisa, JunMyeon sabía que era lo que seguía después.
Termino de leer y arrojó su teléfono lejos de él . De nuevo la culpa le volvía a invadir ilógico por qué desde hace tres años se siente así. Sabía que todo estaba mal y qué un día todo esto saldría a la luz y sería muy tarde.
Trató de descansar un poco en el sofá. Estaba por quedarse dormido cuando el timbre del apartamento sonó. Abrió sus ojos, estaban un poco hinchados pero no le importo, había aprendido a callar y luchar en vano pero seguir.
Camino hacía la puerta. Otra vez el sonido del timbre resonó por el oscuro y silencioso lugar, poso su mirada en el reloj que colgaba de la pared 03:00AM como siempre desde hace tres años niega con la cabeza y trata de despejar aquellos sentimientos y abre la puerta. Sabe que vale la pena luchar y seguir adelante, sabe que vale la pena por qué puede esperar todo el tiempo del mundo para ver aquella sonrisa que tanto ama y amara. El amor de su vida está frente de él y no duda en abrazarle hasta más no poder. Le había extrañado y trató de hacerle llegar ese sentimiento por medio de aquel abrazo.
-¿Puedo entrar?- Dijo Yifan mirandole a los ojos de su pequeño.
-Siempre serás bienvenido.- JunMyeon con aquella sonrisa hacía que para Yifan todo su mundo desapareciera y sólo estuviese con JunMyeon y nada ni nadie más. En su mundo real, Yifan sufría pero una vez que entrarán al mundo de sólo ellos dos era feliz; cosa que últimamente no lo era y sólo con JunMyeon se daba ese lujo aunque fuese sólo por unas horas.
Una vez que entraron los besos y caricias no se hicieron esperar. Ambos sabían que esto estaba mal, que nunca debieron romper aquella linda y leal amistad, pero eran débiles y cayeron en los sentimientos. JunMyeon pasó sus brazos detrás de la cabeza de Yifan y seguían con aquel beso tan apasionado. Yifan tomo los muslos de JunMyeon y lo levantó hasta topar con la puerta. Ambos se necesitaban y sabía que ya no había vuelta atrás una vez que JunMyeon aceptara dejarlo entrar a casa quizá para JunMyeon si lo fuera pero para Yifan no. JunMyeon era consciente que él ya tenía una. El pequeño trato de separarse pero el alto no lo dejo; le necesitaba, días que no le veía y se extrañaban. JunMyeon trato de nuevo y sólo sirvió para que Yifan lo levantará de nuevo y llevarlo hacia la habitación.
El pequeño logró posarse muy bien en la cintura del alto para no caerse. Llegaron a la habitación y los besos seguían en demasía. Yifan poso a JunMyeon delicadamente en la cama y se separaron un momento para regular sus respiraciones. Se miraron y como siempre JunMyeon no resistió más y una lágrima cayó. Yifan removió aquella lágrima mientras que JunMyeon como siempre, negaba con la cabeza.
-No te preocupes, estoy bien.- JunMyeon lo decía con voz suave queriendo convencerse que estaba bien. Yifan sufría hacerle llorar. Yifan sabía que su pequeño no merecía todo esto.
Yifan no contestó nada y repartió besos por todo su rostro y pudo sentir a JunMyeon sonreír. Sabía que era su turno para hablar.
-No se ha podido resolver aún, te prometo que mañana hablaré con ella.- JunMyeon asintió sin pensarlo. Ya no sabía si era cierto o ya es la rutina.
Yifan le volvió a besar como si no hubiera un mañana, quería hacer sentir a JunMyeon amado y especial, aunque fuese sólo en estas cuatro paredes. JunMyeon había tenido que aprender a valorar estos momentos y conformarse con esto por qué no quería perder al mayor; al amor de su vida, a Yifan.
JunMyeon no tenía cara para reclamarle. No eran nada al fin de cuentas. Ante la vista de los demás, un amante no tenía la cara para exigir amor cuando el robo amor. JunMyeon sabía que aunque Yifan le traicionó, no aceptó sus sentimientos en un principio y que a pesar de que Yifan fuese prohibido no le había importado, por qué el amor en un momento te vuelve ciego.
Yifan mordía cada parte de su piel, le gustaba dejar marcas en la piel del pálido muchacho con el fin de que estas quedasen como signo de que ya tenía a alguien. Yifan siempre tuvo sentimientos por JunMyeon pero prefirió callar y deslindar todo tipo de sentimientos. Lo había logrado, pero todo se vino abajo cuando JunMyeon le había besado meses después de que se había casado. Fue ahí cuando empezó todo. Sabía que JunMyeon estaría ahí para él desde ese día y que el pequeño no le daría la espalda en nada. Sabía que JunMyeon siempre le sería leal, a pesar de que Yifan nunca lo fue.
Despojaron sus ropas. Ambos ya no podían resistirse más y pasó lo que ambos habían querido desde mucho tiempo atrás, sentirse cuerpo a cuerpo.