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Leyendo el Fanfic por Mihael k

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes ni nada que tenga que ver con ellos es de mi propiedad , ni lucro con ellos, entretenimiento de fans para fans.

Notas del capitulo:

Éste pequeño one-shot lo escribí mientras buscaba inspiración para un fic más largo, así que no esta muy en serio jajaja

 

Una madrugada de abril, una lechuza color plata aleteaba con fuerzas pues su destino estaba cerca, el pobre animal cansado, sediento y hambriento deseaba con todas sus fuerzas dejar el dichoso pergamino enredado a su pata.

 

Una vez toco la madera adherente a la ventana del Número 12 de Grimmauld Place su pico destello lucecitas de tantos picotazos dados.

El animal inteligente y bien entrenado logró distinguir una figura del otro lado del cristal abriéndolo rápidamente para tomar al ave cuidadosamente; quitó el pergamino atado, dio una orden efusivamente  a lo que un elfo doméstico (el más feo que había visto la lechuza en su vida) le servía  un tazón con agua y otro con comida a la par que murmuraba palabras que no entendía del todo pero encontraba muy feas.

 

El animal comió y bebió largo y tendido mientras observaba al elfo hacer una reverencia exagerada al humano que leía el pergamino, sin dejar de murmurar para luego desaparecer. Extendió un poco sus alas esperando una respuesta pues la persona que le envió no le dijo si debía o no llevar algo.

 

El humano parecía confundido como en esas ocasiones cuando hacían salir lucecitas de las ramas de árbol que siempre llevaban encima al atacarse uno a otros, graznó al recordar ¡Cuánto le gustaban esas jugarretas que llevaban los humanos de vez en cuando!

 

Él pareció salir un poco de su trance hipnótico con el sonido proveniente de su pico, le miro unos segundos para decirle:

-No sé a quién pertenezcas, pero no le daré el placer  de mandarle una contestación puedes irte.-  

¡Vaya qué clase de rufián podía recibir una carta en envió especial de media noche para llevar tal acto vil como omitir su contestación!

 

 

El ave batiendo sus alas de nuevo ofendida por tal comentario pensó en marcharse seriamente sobrevolando por su cabeza dejando caer unas cuantas heces sobre el cabello, idea que desecho cuando vio como caía ese ser sobre una de esas cosas en las que solían sentarse y que ella pensaba no eran tan cómodas como los arboles ¿Quién podía entender a esa raza que les tenía como fieles mensajeras?

 

-Sirius ¿Qué sucede?-  ella giro su cabeza visualizando a otro más bajando de las escaleras, posiblemente del lugar donde tardo tanto en salir antes de que el receptor* le abriera.

 

-Moony. Alguien…alguien se ha pasado de listo. Me aventuraría a decir que es del maldito de Snivellus por hacer tan mala broma, pero no lo creo capaz de hablar tan asquerosamente de sí mismo.-

 

El segundo humano pasó de largo junto al ave.

 

-¿A qué te refieres Padfoot?-

 

El otro le entregó el pergamino.

 

-Capitulo 1: De como Snape y Black se enamoraron.- no pudo decir más de las líneas escritas pues soltó una gran carcajada.

 

-¿te parece gracioso? – inquirió él grosero.

 

Suspirando para calmar su risa Remus John Lupin tomó asiento.

 

-Es obvio que es una broma ¿por qué te molestas?-

 

-Ahí dice que yo molestaba a Snape porque me gustaba- 

el ave no entendía porque a uno de ellos le hacia enojar mientras que al otro parecía ponerle de buen humor, generalmente las cartas que llevaban solían poner de un solo humor a todos los presentes. Les observa ladeando la cabeza, humanos locos, piensa. Si tan sólo pudieran hablar como los centauros, exigirían ante eso que los magos llamaban el “Ministerio”  comida extra y una lechuzeria en cada cuidad para descansar después de sus vuelos.

 

- ¡Yo y Snivellus enamorados! Que bestialidad ¿qué alma tan enferma fue capaz de narrar eso?-

 

Remus seguía leyendo a pesar de los comentarios dramáticos de su acompañante.

 

Al fin, enrolló el pergamino de nuevo poniéndolo sobre la chimenea.

 

-       Ve a dormir, el único fin de esa exótica narración es para quitarte el sueño por lo que resta de la vida, venga a dormir.-  invita al dirigirse de nuevo por las escaleras.

 

Sirius ve a la lechuza plateada observarlo con tal intensidad que jura es un animago.

 

-Ojalá pudieras hablar para contarme quién te dio aquello- dijo mientras acariciaba la coronilla del animal que mansamente se dejaba.

 

Después de eso emprendió el vuelo libre al llamado Ministerio, donde le habían dado aquello, para descansar en su jaula.

 

Black una vez ya en su cama, apunto de dormir recordó la historia, la cual era idénticamente igual a uno de sus muchos sueños con Severus. Paso sus dedos por sus labios, deseaba se hicieran realidad, en algún momento, en un sueño, una fantasía o en una realidad alternativa, donde alguna chica escribiera su imposible historia de amor  con su enemigo más querido.

 

Pero aquello existía, en el departamento de misterios, una sección donde llegaban historias de quien sabe dónde sobre todos los magos, en su mayoría cumpliendo sus fantasías más secretas.

Notas finales:

Espero les guste :3


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