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Un cumpleaños con sabor a té con leche por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de KNB no me pertenecen, son solo usado por diversion 

 

 

Notas del capitulo:

Holi!!!! se que hace mucho que no escribo nada para KnB, pero obviamente hoy debía hacer algo para una persona tan especial como mi amiga, querida Kure, si lees esto, que sepas que eres tremendamente importante para mi y que espero que te agrade mi pequeña locura que te dedico en tú cumpleaños y que soy feliz de que nacieras en este mundo, por tener la oportunidad de conocerte...

 

 

FELICIDADES KURE!!!!!!!!!!!!!!!!!

Muchas veces se había perdido en esas calles, como si sus pies supieran mejor que él su propio rumbo, aunque en el fondo no tenía un camino que seguir, simplemente se buscaba la vida, solo buscaba sus sueños y luchaba, hasta que las fuerzas dejaban su cuerpo.

Himuro se perdió en los caminos llenos de hojas, mirando como el invierno se dejaba ver sobre los follajes de los prados de ese parque, que diariamente veía sus caminatas.

Dos largos años había pasado, desde que en busca de sus sueños había dejado los estudios, todo este tiempo buscándose la vida, buscando estar bien, luchando con alma y corazón por aquello que tanto deseaba, por aquello que tanto añoraba, por esos sueños con los que soñaba siempre que cerraba los ojos.

Se sentó mirando al pequeño rio, no eran ni las 6 de la mañana, su turno había terminado y tenía un par de horas para dormir y descansar, pero en ese instante le parecía más reconfortante estar sentado en ese mismo lugar y apagar su cerebro, solo sintiendo, solo encontrándose.

El aire estaba realmente fresco, en octubre el otoño en su esplendor lo hacía sentirse un poco solo, un poco perdido.

Sacó su celular, sabiendo que durante la mañana los llamados comenzarían a llegar, felicitándolo por un año más de vida, de esos pocos amigos que le quedaban, de esos que no se habían alejado por su actuar, de aquellos que a pesar de saber la verdad no lo habían juzgado.

El sonido de su teléfono sonando lo hizo volver a la realidad, no pudo dejar de sonreír al ver el nombre en la pantalla.

—Shun…—Himuro adoraba decir su nombre, solo con mencionarlo podía sentir ese suave sabor que el otro le dejaba.

—Hoy está de cumpleaños el mejor novio que he tenido.

—¿Creí que yo era tú primer novio?

—Bueno, si también, pero no arruines mi saludo. —Himuro sonrió, notando como el humor de su pareja parecía salir por el aparato, lo escuchó reír, agradeciendo que el otro se mantuviera a su lado a pesar de lo difícil que había sido dejar de estudiar. — Himuro Tatsuya, ¿me estás escuchando?

—La verdad no, estaba perdido en mis pensamientos. —Himuro era honesto con su pareja y aunque esto podía significar una discusión, prefirió aceptar que estaba recordando, lo maravilloso que era estar junto a Shun. — Estaba perdido en nuestros recuerdos, en nuestra vida, en como desde que eres parte de ella simplemente me siento pleno y feliz, en cómo pueden pasarme las peores cosas y a pesar de todo eso, mientras estés a mi lado, tendré las fuerzas para seguir adelante…

—Tatsu, amor…—Shun se oía emocionado.

—Quiero verte…—Tatsuya quería estar, aunque fueran unos minutos, con Shun, quería recibir su felicitación.

—Eso, mis padres y hermanas quieren verte, ven a casa a comer con nosotros.

—Pensé que tendrías clases.

—Suspendieron la de la tarde, podremos estar juntos, hasta que debas ir a trabajar. — Shun se escuchaba ilusionado, logrando que el cansancio y la soledad que Tatsuya había sentido minutos antes, simplemente se fuera de su cuerpo.

—Iré, agradece a tus padres de mi parte y prepárate para tus clases.

—Sí. —Shun estaba feliz. — Nos vemos.

—Shun, no te olvides que te amo…

 

Tatsuya cortó la llamada, sintiendo como su pecho se llenaba de algo maravilloso, de algo que podía jurar era un calorcito que subía hasta su rostro.

El pelinegro pensó en irse a dormir a casa y descansar lo suficiente para que esas ojeras que llevaba desaparecieran de su rostro, pero era como el sueño se hubiese ido de su cuerpo.

Retomó su camino, encontrándose en la cafetería donde tiempo atrás se había reunido con Shun, luego que sus padres descubrieran la verdad.

El lugar funcionaba desde muy temprano en la mañana, así que simplemente entró, buscando algo de comer, ya que en su casa, probablemente no había nada, la fecha de pago estaba cerca y sus ahorros se agotaban en pagar el piso.

Cerró los ojos, sintiendo el suave olor a café, pensando en que le sería más agradable beber y como si de un sueño se tratase, el recuerdo de ese té con leche, que había sentido al besar a Shun esa tarde de febrero.

“No importa lo que pase Shun, no importa lo que ellos te digan, estaré siempre a tú lado y saldremos de esto, juntos”

Abrió los ojos recordando en como simplemente habían terminado su desayuno ese día y se habían ido a la casa de los padres de Izuki, donde, de la mano, habían dicho la verdad y donde los mayores simplemente habían abrazado a su hijo, dejando las lágrimas correr en el proceso.

Himuro se llevó el té a los labios y se quedó pensando, mirando su teléfono, preguntándose si su padre estaría presente ese día.

Pensó en como su padre lo había golpeado, le había dado unos minutos y simplemente lo sacó de la que había sido su hogar desde siempre y en como esa noche había dormido en una banca de ese mismo parque, sin ahorros, sin un lugar a donde ir, pensó en llamar a Taiga, pero no sabía cómo podría enfrentar a su hermano y mucho menos sería capaz de afrontar que este lo rechazara.

Himuro llegó a su pequeño departamento, estaba en mal estado, pero realmente limpio, no tenía problema con el lugar, pagaba muy poco y con eso podía ahorrar un poco de lo que ganaba.

Se lanzó sobre el pequeño catre donde tantas veces había dejado salir las lágrimas de desesperación, donde tantas noches se había preguntado que estaba mal en su vida, para que lo castigaran de esa manera y donde tantas veces se había puesto de pie, con nuevas esperanzas, con energías que fluían de donde no las habían, con una fuerza salida directamente de su corazón.

Tatsuya soñó muchas cosas, no había notado lo cansado que estaba hasta que despertó en la misma posición en que horas antes se había perdido en los brazos de Morfeo.

Miró su celular, el tiempo estaba bien, aun podía ducharse e ir con Shun a comer, por su cumpleaños, tenía varios mensajes, de Taiga, de Atsushi e incluso del mismo Shun, dándole a entender que estaba ansioso de verlo.

El moreno se alistó, buscó entre sus ropas, aquellas que estaban en mejores condiciones y se armó de valor para ver a sus suegros, había bajado de peso, pero estaba bien y saludable, estaba luchando, no tenía miedo a la crítica, tenía miedo que Shun en la universidad, fuera para el algo inalcanzable.

Salió tranquilamente, mirando en las tiendas algún postre que no lo sacará de su estrecho presupuesto, pero que evitará llegar con las manos vacías a la casa de su pareja.

Himuro llegó siendo recibido por sus cuñadas, quienes lo rodearon y lo felicitaron, las chicas eran tiernas y siempre lo habían aceptado, su suegra sonriente lo había rodeado en un fuerte abrazo, algo que logró que el pecho de Tatsuya se comprimiera un poco.

Su suegro llegó un poco más tarde, junto a Shun.

La comida había sido silenciosa, pero extrañamente reparadora, Shun bajo la mesa, buscaba la mano de Tatsuya y de vez en cuando, con suaves apretones, le recordaba que estaba a su lado y que lo quería mucho, le decía cuanto lo amaba, sin palabras.

Himuro se sentí en familia, sabía que para los mayores debía ser difícil de comprender, pero estaba agradecido que a pesar de todo, estuvieran con Shun.

—Tatsuya, la verdad es que tenemos una razón además de tú cumpleaños, por la cual queríamos verte hoy.

El moreno sintió su pecho apretarse, cuando Shun bajó la cabeza y alejó la vista de él. Por un segundo el miedo a verse solo y rechazado lo asustó, esa familia era la que tenía ahora, ese era el amor que tenía con él y pensar en ya no contar con ellos lo angustiaba.

—Hijo. —El mayor puso una mano sobre su hombro y agregó. — Queríamos saber, si te gustaría vivir aquí, con nosotros. —Himuro levantó la cabeza y miró a los otros asombrado. —sabemos que es difícil, estás delgado, pasando hambre y frío, sabemos que tú sueño es ser músico y que estás luchando, por eso queremos estar contigo ahora.

Tatsuya no podía creer lo que escuchaba, sentía tantas ganas de llorar, no podía entender como algo tan tierno le estaba pasando.

—A veces los regalos que menos esperan, son aquellos que demuestran el amor que te tienen, nosotros te queremos amor, Feliz Cumpleaños Himuro Tatsuya. —Shun abrazó al moreno, quien simplemente dejó salir la angustia que tenía y agradeció el maravilloso regalo que en su cumpleaños la vida le estaba brindando, agradeciendo por ese gustito dulce que le quedaba en los labios, ese sutil sabor a té junto con la dulce leche, que endulzaba y endulzaría para siempre su vida.

 

 

 

Fin 


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