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Jamás te olvidaré... por Fany no Hime

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Notas del fanfic:

LOS PERSONAJES PERTENECEN AL SEÑOR MASASHI KISHIMOTO.

LA HISTORIA ES DE MI CREACIÓN.

Respiro dos veces agitadamente. Le costaba respirar, como si hubiese olvidado como hacerlo.
 
Se sentía perdido. Desorientado. Se estaba asfixiando. Su corazón latía con fuerza. Trato de abrir sus ojos, le pesaban los párpados y su cabeza punzaba. A lo lejos podía escuchar algo, trato de agudizar sus sentidos: era una risa, pero no sabía de quién.
 
Sus pies se movían, la sensación de la grama húmeda bajo sus pies era extraña, y le producia un molesto cosquilleo en la planta de los pies.
El sol le acarició la piel y el olor a humedad y a polen le causaban estornudos.
Se detuvo unos segundos, la cálida risa volvio a sonar inundando sus sentidos. Sus pies descalzos se movieron más rápido y de pronto se encontró corriendo torpemente entre los matorrales, lastimando sus pies y tropezando, mientras la luz del sol le impedía ver con claridad y la risa, cada vez más intensa, daba vueltas en su cabeza. Finalmente se detuvo apoyando sus manos sobre sus rodillas para recuperar el aire perdido. Lentamente se fue reincorporando y la fuerte brisa primaveral sacudió su liviano cuerpo. Sus ojos azules se abrieron con pereza, parpadeo sutilmente batiendo sus largas pestañas y sus finos labios se separaron ligeramente dejando escapar un jadeo de admiración.
Allí, bajo el sol, en un inmenso campo de flores, revoloteando como una mariposa se encontraba la fuente de su búsqueda, la fuente de aquella cálida risa. ¿Era una chica?,no, un doncel, como él, se corrigió rápidamente.
Lo observo dar vueltas torpemente entre las flores mientras sus cortos cabellos rubios volaban a su alrededor, riéndose de nada y de todo, mientras canturreaba tontamente algo que para él era prácticamente inaudible, inentendible y que estaba casi seguro de que no tenía sentido. 
Se veía feliz. Libre.
 
- Es libre.- pensó, sintiendo los músculos de su rostro flexionarse en una sonrisa. Las comisuras de sus labios se sentían rígidas, y le costaba mantener la sonrisa, como si tuviese mucho tiempo que no lo hacía.
 
De repente sintió que alguien pasaba a su costado, tuvo que alzar el rostro para poder verlo ya que lo doblaba en altura. Era un varón, lo supo por la manera en que la piel se le erizo en el momento que pasó junto a él. La boca se le seco y la respiración se le corto. Nuevamente su ritmo cardíaco había explotado, su pecho subía y bajaba bruscamente. La fragancia de aquel chico había entrado en su sistema, inundando sus sentidos, inhabilitando sus defensas. 
Había olido aquella fragancia antes, había visto aquellos profundos ojos ónix y palpado aquella piel pálida y cremosa, había acariciando aquel cuerpo pecaminoso, contemplado aquel rostro perfecto, enredado sus dedos en aquel sedoso cabello negro y besado aquellos labios carnosos. 
 
Lo conocía, su corazón se lo decía, sin embargo su cerebro se negaba a recordarlo.
 
-Naruto.- murmuró el más alto.
Sus ojos se abrieron al escuchar aquel nombre,¿Estaría hablando con él?,¿Acaso aquel era su nombre?.
 
-¿Quién eres?.- murmuró, sin embargo el mayor no pareció haberlo escuchado, es más parecía que ni siquiera le hubiera visto porque había empezado a caminar hacia delante con una sonrisa en sus labios.
Se había echado a correr detrás de él, extendiendo una mano para poder agarrarlo, sin embargo esta solo logro traspasarlo. Lo observo caminar lentamente, hasta quedar solo a unos metros de distancia del chico al que se había quedado observando solo unos minutos antes, que hasta aquel entonces no había parado de dar vueltas.
Este al ver al pelinegro había parado de girar, y se había quedado allí parado, observándolo con sus grandes y curiosos ojos azules, batiendo coquetamente sus largas pestañas, para luego echarse a correr y lanzarse a los brazos de este, quien lo abrazaba como si aquella fuese la última vez que lo fuese a ver...
 
Escucho al más pequeño reír tontamente cuando el más alto susurró algo a su oído, y se puso de puntillas para besarlo cuando esté le entrego un ramo de girasoles que tenía escondido detrás de su espalda.
 
Los observo entrelazar delicadamente sus dedos, y caminar en dirección opuesta a la suya. El crepúsculo se cernía lentamente sobre ellos y las risas del más pequeño se escuchaban cada vez menos a medida que se alejaban.
 
Una oleada de soledad y desconcierto lo abatió y se echó a correr tras lo que ya eran indistinguibles siluetas bajo la luz de la luna.
 
Su rostro se empapo de lágrimas y la desorientación y el desespero no paraban de aflorar. 
 
-¿Quién eres?,¿Cómo te llamas?,¿Dónde estás?,¿Porqué que me abandonas?...vuelve.
 
Su garganta dolía, apenas le quedaba un hilillo de voz y sus ojos le ardían.
 
Sus piernas ya no podían soportar su peso, y su mente estaba apunto de colapsar.
 
Echado en la fría grama y temblado de ansiedad, sentía que su conciencia lo abandonaba.
Poca a poco sus ojos se fueron cerrando. Su cerebro le pedía rendirse y olvidar, pero su corazón le rogaba quedarse y luchar.
 
No quería olvidar, ya no. 
 
- No me abandones...- murmuró suavemente antes de perder la conciencia.
 
.........
 
Nuevamente se asfixiaba. Su cuerpo convulsionaba y temblaba. Estaba llorando como un niño cuando perdía a su madre.
 
Se acercó a su cuerpo en la cama y se inclinó sobre él palpando suavemente sus mejillas, estaba frío pero sin embargo sudaba.
Se acostó a su lado, abrazándolo tiernamente por la cintura, entrelazado sus pies y besando su sien.
 
-Shhh, tranquilo, estoy aquí. Ha sido solo una pesadilla.- susurró suavemente contra su oído, mientras acariciaba sutilmente sus cabellos.
 
Él más pequeño se removió bajo su cuerpo, calmándose y buscando el calor de su cuerpo. Lentamente fue abriendo sus ojos, desorientado.
Se le quedó viendo fijamente, con la duda evidente marcada en sus ojos. Suavemente el más alto aminoró el agarre de su cintura, listo para el rechazo del de ojos azules. Pero esta vez no fue así...
 
Observo como los ojos del pelirubio se inundaban en lágrimas. Desesperado y aterrado se lanzó a sus brazos, obligándolo a apretarlo con más fuerza contra su cuerpo.
Suave y tímidamente se fue separando del calor de su pecho para mirarlo a los ojos. El mayor extendió una mano temblorosa a la mejilla del más pequeño, dándole tiempo a rechazar su acción, sin embargo este no lo hizo y cerró los ojos entreabriendo los labios cuando el cálido dorso de su mano acarició su fría mejilla.
Él ojiazul tomo su mano entre las suyas acariciando suavemente sus largos dedos.
 
- Al fin te he encontrado.- murmuró.- ¿Quién eres?.-pregunto sentándose en su regazo disponíendose a retirar los dos largos mechones de pelo negro que le impedían poder contemplar bien su rostro.
 
El mayor sonrió con tristeza, lo había olvidado casi por completo tres años atrás tras un espantoso accidente de auto, sin embargo se prometió que no lloraría, no, porque aquel chico se merecía las mejores de sus sonrisas.
 
- Uchiha Sasuke.- murmuró suavemente cerrando los ojos mientras recibía suaves besos del más pequeño en los labios.
 
-¿Y yo quien soy?.-pregunto el de ojos azules risueño.
 
- Naruto de Uchiha, mi a amado esposo.- respondió Sasuke sonriendo ante la tonta risilla de Naruto.
 
-Me has asustado tanto.- dijo el menor.- pensé que me habías abandonado. Me sentía tan perdido- susurró entre sollozos.
 
-Jamás.- contesto Sasuke limpiando con delicadeza las lágrimas de sus mejillas y luego abrazandolo contra su pecho.
 
-¿Me prometes que nunca me abandonarás?.- pregunto Naruto, perdiéndose en la intensidad de sus ojos oscuros.
 
-No te lo prometo. Te lo juro.- respondió Sasuke.
 
-¿Y tú...?,¿Me prometes que jamás me olvidarás?.- pregunto Sasuke sintiendo un nudo en la garganta y los ojos arder.
 
Naruto río.
 
-¿Cómo voy a olvidarte?, apenas te acabo de conocer...
 
FIN
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

Hola...

Bueno, realmente no sé cómo les habrá parecido la historia, de todos modos espero que les haya gusto y si no:Ook, XD.

Si hay algo que no entendieron o tienen alguna sugerencia estaré encantada de asistirlos.


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