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Grados por Gato-de-Cheshire

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Notas del capitulo:

No es tanto como un proyecto. Sólo algo que quería escribir, de modo que no sé si continuarlo. 

Su pecho se aplastaba contra el suelo duro y frío. Respirar se volvía cada vez más difícil. Intentó voltearse sobre su espalda, pero un dolor punzante en su costado le obligó a detenerse en seco. Ahora estaba segurísimo que había un par de cosas rotas por ahí. Hace poco había comenzado a caer nieve. Francamente no recordaba cuándo había empezado a nevar pero no podía importarle menos. Sólo significaba que, tal vez, en vez de morir desangrado, moriría congelado. Ni siquiera morir significaba algo nuevo.

 

-¿Un ave muerta ? - la voz habló casi en un susurro, lo suficientementer03; alta para ser oída, pero tan baja como si no quisiera ser oída.

 

-¿quién carajos-…? - su pregunta quedó en el aire. Decidió que no iba malgastar sus últimos momentos discutiendo con un loco de la calle que andaba  confundiendo moribundos con aves. De seguro con este frío se le había congelado el cerebro. Ni siquiera se dignó a mirarle y continuó concentrado en su inminente muerte. Pensó en Scarlett, pensó que quizás también ella murió de esta manera, bajo el cielo de una ciudad de mierda, congelándose.

 

El extraño, en vez de alejarse, se sentó a su lado pero no dijo ninguna palabra. Sólo sentía su presencia a su lado, por más que lo intentaba no podía escuchar su respiración ni era capaz de percibir el calor que suele desprender cualquier cuerpo humano. Se convenció que era culpa de la nieve que amortiguaba los sonidos y atrofiada sus sentidos. Tal vez también tendría algo que ver el hecho de que se estaba muriendo, tal vez.

 

-¿Qué quieres? - preguntó con un hilo de voz que le hizo sonar tan débil que sintió asco de sí mismo.

 

-Estás muriendo - ¿qué clase de respuesta era esa? No logró saber si el extraño seguía hablando, pues sus sentidos estaban cayendo al suelo junto a su conciencia. Los sonidos comenzaron a mezclarse. Lo último que escuchó con claridad fue el pitido de su comunicador, pero en ese momento su mente ya volaba lejos y ni siquiera pudo tener la oportunidad de desear contestarlo. Todo se volvió negro. Como siempre.

 

. . .

 

Creyó sentir aún el frío calándose en su piel y sus huesos. Pero fue sólo su imaginación; de hecho, todo era muy cálido y suave y cómodo. Casi le molestó. Casi, porque estaba muy ocupado disfrutándolo. Estaba apunto de volver a caer en un sueño dulce cuando todo lo ocurrido le arrastró al estado de vigilia a la fuerza. Casi muere… de nuevo. ¿o había muerto y volvió a la vida nuevamente? No no no no no no. Observó su alrededor y reconoció una de las muchas habitaciones de la mansión Wayne dedicadas especialmente a imbéciles heridios. No, no podría estar muerto, o estaría en un ataúd... ¿o no? Las posibilidades comenzaron a arremeter contra su cabeza sin piedad, sin orden ni jerarquía se montaban una sobre otra. Un sonido en extremo molesto lo estaba irritando más todavía, no paraba, se hacía más insistente.

-¡ Silencio! - gritó sin pensarlo.

 

-¿Todd? - la voz infantil interrumpió el excesivo tránsito mental y lo trajo de vuelta al mundo material. No se dió cuenta cuando cerró los ojos y se incorporó sobre la cama. Pero ahora notaba que no había sido una buena idea. Su cuerpo había comenzado a doler y palpitar, de modo que volvió a recostarse - Pensé que no iba a ser necesario decirlo, pero al parecer las experiencias cercanas a la muerte no te hacen más inteligente, de modo que lo diré. Todd, no te muevas demasiado pues tus heridas eran graves y aún no sanan.

 

- Mocoso del demonio ¿Por qué tienes que ser lo primero que veo al despertar?

 

- Tampoco es un placer para mí. Alfred salió a comprar algunas cosas y me pidió que fuera niñera de imbéciles ya que Gordon y Drake están en una misión - esto llamó de inmediato la atención de Jason.

 

- ¿Qué pasó? ¿Cuánto he estado así? ¿Qué pasó con…-? - no puedo terminar su tercera pregunta.

 

- Fuiste impulsivo y casi consigues que te maten - era la voz de Bruce, quién acababa de entrar a la habitación - Te dije que esperaras refuerzos - Jason hizo el ademán de intentar decir algo pero nuevamente fue callado por la voz grave del murciélago - No lo volverás a hacer ¿entendido? - Jason simplemente desvió la mirada. Tal vez tenía algo que ver con el hecho de que aún estaba débil, pero una vez más volvió a sentirse como un mocoso ignorante y desobediente frente a Bruce.

 

-¿Qué pasó con DeathStroke? - preguntó aún evitando la mirada del mayor.

 

- Está muerto - la respuesta sorprendió tanto a Jason que volcó de lleno su mirada atónita sobre Bruce y Demian.

 

-Bruce ¿Tú…?

 

- Batman no asesina, Jason. Lo sabes - respondió Bruce intuyendo la pregunta del muchacho.

 

- ¿Entonces quién?

 

- Eso es lo que queremos saber, pero tu amigo se niega a decir algo al respecto. E intuyo que tú no tienes idea - respondió Demian despectivamente.

 

-¿Amigo? ¿A qué te refieres?

 

- El chico búho - Jason negó con la cabeza, pidiendo especificaciones -. Ya sabes. Pelo negro, heterocromía, pálido como un muerto, garras…?

 

- Demian, no sé de qué demonios estás hablando.

 

- Fue quién respondió la llamada y nos dijo dónde estabas - explicó Bruce con calma -, pensamos que se trataba de un civil cualquiera.

 

- ¿Dónde está? - preguntó Jason recordando de repente al extraño de la calle.

 

- Padre decidió que era sospechoso así que decidió traerlo a la mansión para interrogarlo. Pero desde que llegó no ha hecho más que dormir y negarse a hablar. Aunque tampoco ha tenido la intención de irse ¿de dónde lo conoces, Todd?

 

- No lo conozco.

 

- Jason, él sabía tu nombre - sentenció Bruce gravemente.

 

- No… no sé Bruce. Tal vez si lo veo..?

 

- Luego - replicó Bruce mientras se dirigía hacia la puerta -, ahora debes descansar - dijo deteniéndose antes de salir -. Y Jason, me alegro que estés bien - y acto seguido salió.

 

- Será mejor que no te vuelva a ver así, Todd. No pienso volver a ser tu niñera - dijo el niño mientras seguía s su padre fuera de la habitación.

 

Jason suspiró largamente. De tal palo tal astilla, pensó. Deseó con toda su alma que Bárbara estuviera ahí. Todo sería más fácil. Por otro lado estaba ese extraño que sabía su nombre y probablemente mucho más. Y además el asunto de DeathStroke ¿Quién podría ser lo suficientemente fuerte en Gotham para acabar con el asesino? Esto sólo significaba que había otra gran amenaza asechando desde las sombras y esto no le gustaba.

 

-Todos en tu nido estaban preocupados, ave - Jason no pudo evitar dar un respingo al escuchar la fría voz que emergía desde las penumbras de la habitación.

-Qué-… ¿quién demonios eres? - preguntó mientras observaba con ojos inquietos toda la habitación que ahora se le antojaba demasiado oscura.

Notas finales:

Yo soy tu padre >:D


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