Sasuke Uchiha, coronel de la prisión de mejor nivel de seguridad y reformatorio de Japón. Acababa de cumplir los 40 años y después de 12 años de entregarle toda su fuerza, sudor y lágrimas a la prisión al fin tomaba unas vacaciones.
Junto a sus dos hijos, decidió pasar días en su casa y poder convivir con ellos, ya eran unos adolescentes que necesitaban guía de su padre y no descarrilar, Sasuke quería brindarles un futuro brillante así que comenzó a ver universidades.
-Papá -Su hijo entró a su despacho, donde Sasuke solía leer un poco y fumar su opio, en esta ocasión únicamente miraba la computadora viendo las opciones de colegio. -Te llego esta carta...
-Gracias Keitaro -Tomó la carta y la dejó a un lado sin siquiera mirarla mientras seguía concentrado en su computadora- En cuanto termine con esto podremos salir a alguna parte, ¿Les gustaría a ti y a tu hermana?
-Supongo, le haría bien un poco de aire a Tomoe, se la vive en el teléfono te culpo a ti por darle uno nuevo cada año. -Sin decir más salió del despacho y el pelinegro lo único que pudo hacer fue suspirar hondo, criar a dos adolescentes no es nada sencillo y mucho menos solo.
Sus colegas le pedían y sugerían que dejara pasar lo de Naruto, que se consiguiera un nuevo amor el cual podría ayudarle a afrontar la paternidad, pero Uchiha simplemente se rehusaba a dejar lo que una vez amó tanto y por supuesto que no lo dejaría cuando podía verlo en el humo de su opio, para él eso era estar en compañía de su amor. Incluso sus mismos hijos le recomendaban que siguiera con su vida y que no solo se enfocara en el trabajo ya que desde luego Sasuke se había vuelto un típico padre un poco adicto al trabajo, al menos con ellos era mucho más amable y solo daba por terminado el tema cuando les decía que nadie quisiera estar con un viejo como él que apenas y puede con su propia alma, claro adicionandoles el comentario de que con ellos tenía más que suficiente.
Y hablando de sus hijos aún tenía muchas cosas que pensar para su futuro, estaba dispuesto a gastar lo que sea para enviarlos a una universidad de primera y entre mas pronto mejor, ¿No es así? Solo para distraer su mente breves segundos tomó la carta que le había llegado, por poco y había olvidado que estaba ahí. La carta tenía por título "Banco de las islas Canarias" él no recordaba haber invertido en esas islas, lo cual se le hizo extraño y no dudó en abrirla.
"Estimado Sasuke Uchiha:
Por medio de la presente, me permito informarle que a partir de este momento usted puede hacer uso efectivo de los fondos de inversión del señor Naruto Uzumaki que tiene en nuestro banco, informando de este modo que usted es beneficiario del 100% del fondo.
Esperamos su pronta visita.
Saludos
Banco de las islas Canarias."
Eso es lo que contenía el sobre, un informe sobre fondos de inversión de los cuales el nunca tuvo conocimiento, el sabá que Naruto le había dejado todo, pero jamás creyó que tuviera dinero hasta fuera del país. ¿Que tan rico y poderoso fue Naruto en vida? Nada que este en las islas Canarias es legal ¿Cierto?
En esos momentos una pregunta que debió haberse hecho hace mucho tiempo cruzó por su cabeza, ¿Que tanto sabía el de Naruto? Si era verdad ellos conversaban pero todo lo que le había contado en su convivencia era apenas el pico de un enorme iceberg como los que se ven en las películas y el jamas se tomo la molestia de averiguar mas al respecto, quizás por la misma tristeza o porque con lo que sabía estaba bien pero ahora que sabía que no sabia todo, solo sabia que debia saber mas, por complicado que eso sonara, cosa que se escuchaba más coherente y que si la decía en voz alta todos se reirían pero estaba decidido.
-¡Iremos de viaje niños!
Dicho y hecho, se llevó a sus dos hijos a las islas Canarias, le harían bien a él y a sus dos hijos un poco de sol y mar. Dejó a sus hijos en el hotel y prometió que volvería pronto, tenía que averiguar más sobre ese fondo.
Al llegar al banco, donde todo se veía increíblemente lujoso, un ejecutivo de cuenta lo atendió, daba la casualidad que ya lo esperaban e incluso sabían quién era él.
-No se sorprenda al saber como lo conocemos señor Uchiha, el señor Uzumaki dio claras instrucciones e incluso nos compartió una foto suya, así que si es tan amable, debemos retirarnos a una sala privada para poderle hacer entrega de la llave de la bóveda de Naruto Uzumaki.
-Tengo derecho a sorprenderme es la primera vez que escucho hablar de estas cuentas ni siquiera sabía de su existencia -Por breves segundos sonrió, nuevamente la astucia y preparación de su amor lo sorprendieron aun después de muerto.
Entraron a la habitacion, donde habia una serie de papeles y una llave, el ejecutivo le pidió que leyera la sesión de derechos y contrato y después de eso podrían proceder a ver la bóveda. Sasuke tomo la primera hoja y en ella venía escrito nada más y nada menos que la fortuna que estaba dejando Naruto.
Cualquiera se habría desmayado de solo ver la primera cifra escrita en esa hoja de papel, estaban hablando de 70.000 millones de yenes, nada más ni nada menos pero la sorpresa no terminaba solo ahi, habian varias joyas e incluso lingotes de oro guardados en la dichosa bóveda lo suficientes como para no tener que volver a preocuparse por dinero en lo que le restaba de vida e incluso también para sus hijos. ¿En serio como había hecho Naruto para tener toda esa cantidad?
Al salir del banco y solo retirar un poco de fondos, la curiosidad de Sasuke no dejaba de palpitar en su mente por lo que en una llamada express solicitó a un detective privado que escarbara en el pasado de Naruto para conocerlo mejor, quería saber de dónde había sacado toda esa fortuna que posiblemente fuera insana y no está de más sospechar que era insana porque ¿Quien a sus 25 años de edad cuenta con tal cantidad de dinero?. Por largo rato se sintió como un completo tonto, esa investigación debió haberla hecho desde hace mucho tiempo ya y no ahora que descubre que aquel tipo que conoció de la manera más inesperada le había dejado una fortuna que cualquier persona envidiaria y claro, como cualquiera en su situación empezó a sentir nervios por lo que podría descubrir, aunque estuviera muerto ya esperaba no descubrir un secreto sucio que no quisiera que saliera a la luz...una novia secreta quizás, y ahí en medio de sus divagaciones se reía de sí mismo, si eso era lo que realmente le preocupaba entonces no debería de tener tanto pánico porque había cosas peores que una estupidez de esas.
Por un momento dejó de preocuparse por lo que Naruto pudo haber hecho y solo quería pasar un buen tiempo en la playa con sus hijos, o sin antes haber dejado pagado los estudios de sus más amadas personas.
Al regresar a Japón, el detective que había contratado estaba el la puerta de su casa, Sasuke lo invito a pasar a su despacho.
-Gracias por aceptar mi cita Coronel Sasuke. -El joven de traje se sentó frente a Sasuke, quien le ofrecía una copa de whisky - Es importante destacar que saber de Naruto Uzumaki no es fácil. -Al escuchar esto, Sasuke comenzó a sentirse decepcionado - Cabe mencionar que tendré que estar entregando cada semana un nuevo diario, usted me ha dado mucho trabajo e investigar sobre el zorro yakuza no es nada fácil, con suerte obtuve su primer diario. -Sasuke al escuchar esto se sorprendió, jamás imaginó que Naruto escribiera un diario. -Cuidelo bien y trate de no llorar, puede que haya conocido al zorro cuando su pelaje era más brillante, no sabe cómo es que fue siendo un cachorro. La entrega del diario sera la proxima semana, el abogado de Naruto ira a su casa a entregárselo, es interesante como los deseos del yakuza fueron que usted investigara sobre él, ya que el abogado no puso ni un pero ni un no en los diarios.
-No recuerdo cuál fue la última vez que llore por algo pero será interesante saber que puedo encontrar. -Se sonrió a sí mismo- Créame, lo esperare con muchas ansias, no puedo esperar para saber cómo fue ese zorrito en sus primeros años. Ah y olvide decir, quiero que esto sea con la mayor discreción posible, aun después de muerto no quiero que me de problemas por estar investigando cosas que no debería.
Pasó una semana y como lo prometió el detective, en sus manos le entregó el primero del que seguramente eran muchos diarios, tenía que admitir que su amor había sido muy inteligente y había guardado celosamente esa informacion, si las circunstancias hubieran sido distintas no habría tenido que obtenerla de esta forma pero ahí estaban las respuestas que quería.