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Un Mal Novio por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Shot para celebrar el cumpleaños de Tae Tae ^o^!

Notas del capitulo:

Lo escribí super rápido para no publicarlo tan pasada la fecha del cumple del baby maknae♥ 

Taemin jadeó, inspirando rápidamente. No tenía sentido seguir esperando, por más que quisiera pensar que si dejaba que pasara un segundo más, Minho aparecería disculpándose por su retraso, pero con un enorme regalo entre brazos. No, no iba a pasar. Minho era un hombre muy ocupado, y últimamente tenía más trabajo que antes. Lo entendía, a pesar de que entenderlo no hiciera que su decepción se disipara. Sopló la vela de aquel pastel que habían comprado un día antes, para tener que perder más tiempo en vueltas innecesarias, pidiendo aquel deseo de rigor.

-Feliz cumpleaños, Taemin.- Exhaló, quitando la vela antes de que se derritiera por completo.

Minho no había podido llegar, a pesar de que le había prometido estar ahí, y ser la primera persona que vería en la mañana. Pero no podía enojarse, no debía. Se levantó de la silla de mala gana, metiendo el pastel dentro del refrigerador. Ni siquiera podía tomar un pedazo del pastel, porque había quedado con Kibum de verse en una cafetería…y conociendo a su amigo, él probablemente le había preparado una fiesta sorpresa. Sonrió de medio lado, imaginando el esfuerzo que su amigo había puesto en ello, así que al menos debía verse sorprendido.

Tomó su chaqueta, buscando las llaves de su auto en ella, y asegurándose de que su cartera estuviera en el bolsillo de su pantalón. No podía demorarse más. Condujo hasta aquella cafetería que había frecuentado últimamente debido a su insistente amigo. Incluso ante de empujar la puerta para entrar, pudo sentir el bullicio ser callado abruptamente. Ese debió ser Kibum dando las últimas comandas. Sonrió, entrando con un rostro bastante inocente, como para ya haber descubierto el plan de su amigo.

-¡Sorpresa!- Todo el mundo gritó, soltando serpentinas y soplando cornetas.

Oh, ahí estaban todos. Cada uno de sus amigos de universidad; incluso los que no había podido frecuentar últimamente. Hasta ellos se habían hecho un espacio en su agenda, escuchó al fondo de sus pensamientos. Tragó aquel amargo pensamiento, soltando a cambio una sonrisa muy sorprendida, junto con resuello de júbilo.

-¿Qué es esto?- Se acercó a las personas que se aglomeraban alrededor de él. –Ustedes, todos…

-No podíamos desperdiciar tan buena ocasión para celebrar.- Key rio. –Es tu cumpleaños, Tae baby.

-Ya no soy un bebé, hyung.- Resopló.

-Cierto, ya no lo eres…- Key rodó los ojos, no creyendo en lo absoluto lo que había dicho. -¡Bien! Es hora de celebrar.

Taemin sonrió, asintiendo. No sabía que la cafetería se podía rentar para tales celebraciones, no había más personas que los invitados a su fiesta sorpresa. Suspiró, acercándose a una mesa donde unos cuantos de sus amigos, que había conocido en su primer semestre de universidad, se encontraban conversando. Poco a poco habló con cada uno de sus amigos, sentándose al fin en una mesa cerca de la entrada. Los meseros iban y venían, llevando café y algunos aperitivos. Pero pensar en eso no le distrajo. Todos ahí, había hablado poco con ellos después de la graduación, más que nada porque sus tiempos no coincidían. Con el que más se juntaba, era con Kibum, pero porque era su mejor amigo, y él siempre se presentaba los viernes por la noche en su departamento con una pila de películas y helado.

-Hey, ¿por qué la cara larga?- Key se sentó frente a su amigo, al ver que Taemin ya no daba para más. Se veía que no estaba disfrutando del todo la fiesta.

-No estoy haciendo una cara larga, hyung.- Taemin sonrió, sacudiéndose todos los pensamientos de sus hombros.

-No me mientas, Taemin ah…Oh, ¿acaso esto se debe a ese novio tuyo que tienes?- Frunció el gesto. No conocía en lo absoluto al novio de Taemin, pero ya podía decir que no le agradaba en lo absoluto.

-No he sabido nada de él hoy…- Murmuró por lo bajo, porque no podía esconderle nada a Kibum, era su mejor amigo. Y porque necesitaba quejarse con alguien.

-¿No te ha llamado?- Sonó sorprendido. –Lo sabía, ese hombre no es para ti. Te mereces algo mejor, Tae. Me alegro que no nos hallas presentado aún, así puede ser borrado de la lista sin miramientos.

-No sea así, hyung.- Chilló por lo bajo. –Él es un hombre muy ocupado…Tiene mucho trabajo, y por eso no ha podido conocer a mis amigos…

-Ni a tu familia.- Key se cruzó de brazos. –Sinceramente, suena que es un hombre muy egoísta. ¿Tampoco te ha escrito un mensaje?

Taemin negó con la cabeza, bajando la mirada. No sabía nada de Minho, a pesar de que la mañana del día anterior habían estado retozando en la cama como un par de idiotas enamorados.

-Él realmente está muy ocupado. Ayer le llamaron, para que regresara a la oficina…- Mordió su labio inferior. –Dijo que saldría hoy en la mañana, para estar conmigo, pero…No pudo llegar.

-Eso es entendible, cariño, pero ni siquiera se ha tomado diez segundo para enviarte un mensaje.- Kibum rodó los ojos. Realmente le fastidiaba el novio de Taemin. -¿Acaso tampoco le dejan ir al baño? Porque no hay mejor escusa que eso para poder salir y enviar un texto, o hacer una llamada.

-Hyung…- Gimoteó. No quería escuchar más, sabía que estaba mal que Minho no hubiese dado señales de vida, se sentía decepcionado, pero en el fondo lo entendía. –Por favor, ya no quiero hablar de esto.

-De acuerdo, no te arruinaré tu cumpleaños.- Jadeó, alzándose. Hizo un gesto a uno de los meseros, que rápidamente dio la orden que un enorme pastel de chocolate se trajera. –¡Es hora de cortar el pastel!- Sonrió, cambiando los ánimos para poder hacer sentir mejor a Taemin.

La fiesta continuó, hasta que cada uno de los invitados se despidió, con la misma excusa de todos. Se les hacía tarde para dirigirse al trabajo. Taemin sólo les agradeció por haber ido, y por seguir siendo parte de su vida, a pesar de la lejanía. Incluso él sabía del esfuerzo que ellos habían hecho para estar ahí, a él también se le hacía tarde.

-Key hyung, debo irme, se me hace tarde para llegar a la oficina…- Suspiró, mirando su reloj.

-Por supuesto, cariño. No te preocupes, terminaré de recoger las cosas que sobraron y el viernes nos vemos para la película.- Le sonrió, dejando brevemente lo que estaba haciendo para acercarse y darle un apretado abrazo. –No olvides llevarte tus regalos.

-No lo haré hyung.- Rio, agradeciendo al menos haber podido convivir con su mejor amigo. –El viernes, no lo olvide.

-Nunca, Tae baby.- Le dio una palmada en la espalda y le acompañó hasta la puerta del lugar.

Taemin se despidió una última vez con la mano, después subiendo a su auto. Todavía debía llegar a la oficina y enfrentarse con el caso de una empresa que malversaba fondos. Exhaló, metiendo el tercer cambio antes de acelerar el motor y entrar en la avenida principal. Si se concentraba en su trabajo, podía dejar de pensar en esa sensación aún amargosa en el fondo de su garganta.

Nunca espero que al bajarse del elevador, y poner un pie en la oficina, todos brincaran de ningún lado, con un pastel en manos y puños de confeti. Eso sí que era una sorpresa. Abrió la boca, más que sorprendido. Todos en la oficina eran serios, normalmente con un rictus en el rostro que demostraba un estado permanente de análisis.

-¿Q-qué significa esto?- Jadeó.

-¿Creíste que no sabíamos cuándo cumplías años, angelito? Te recuerdo que está escrito en tu hoja de vida.- Su jefe habló.

Oh, ya entendía todo. Lee Jinki, su jefe, era todo lo contrario a los demás. Era más parecido a él, parecía ser suave, cuando en realidad escondía por dentro una visión demasiado certera. Además, su jefe siempre llevaba una sonrisa plantada en el rostro, que era imposible de esconder.

-Sí, bueno…No pensé que usted lograría movilizar a todos…- Torció los labios en un mohín, sin darse cuenta. –Nunca creí ver a Yunho sunbaenim cubierto de confeti y cargando un pastel jamás en mi vida.- Se atrevió a burlarse.

-Yah, es una ocasión única, no deberías ser tan grosero angelito.- Yunho le gruñó.

“Angelito” Ese era el apodo que le habían dado en el bufete, debido a su rubio y rizado cabello. Y más que ser cariñoso, o despectivo, simplemente era una informalidad; porque para poder trabajar en un ambiente así de tenso, necesitaban encontrar cualquier vía de escape, además de que les ayudaba ser un poco más unidos.

-Gracias…- Terminó por exhalar. –Ustedes…Realmente…- Su voz se cortó. –Es muy grato que…

-Oh, el angelito está conmovido.- Sunny, una de sus compañeras se acercó para abrazarle por los hombros. –No somos seres serios siempre.- Rio. –Además, nos agradas lo suficiente como para detener el trabajo por un momento.

Taemin sintió de nuevo aquella punzada con sabor amargo dentro de su cuerpo. Respiró hondo, tratando de alejar los pensamientos enfadados que se acumulaban en su mente, y aceptó con gusto la rebanada de pastel que le estaban dando. Una más, que tendría que desquitar después con dos horas de cardio, oh no sería capaz de volverse a meter en sus pantalones para ir al antro.

Charló con sus compañeros, como pocas veces, acerca de cosas que no tenían que ver con el trabajo. Sabía que Yunho era un hombre casado, pero no tenía idea que su primera hija había nacido hacía poco. También estaba Henry, que hacía poco había viajado para celebrar las bodas de oro de sus padres.

-Angelito, ¿otro trozo de pastel?- Sunny ofreció, mientras cortaba una segunda ronda para todos.

-Oh, no.- Sonrió, negándose. Realmente no podía comer más. En la cafetería había estado picando aperitivos, y después había comido pastel, ahora una vez más se encontraba comiendo pastel. Se sentía reventar.

En cambio, sacó su celular revisando sus mensajes y llamadas. Nada, ni un mensaje por ver, ni una llamada perdida. Minho aún no se reportaba. Jadeó, dejándose caer en la silla de su escritorio, y cerrando los ojos. Él debía de estar muy ocupado, probablemente…Deben de tenerle como esclavo si no es capaz de llamarte, escuchó una voz dentro de su cabeza sisear. Temía que parte de su conciencia había adoptado la voz y punto de vista de Kibum.

-¿Qué ocurre, Taemin ah?- Jinki arrastró una silla, hasta quedar frente a Taemin. –Te vez algo decaído.

-Ha sido un día largo, nada más.- Se limitó a responder. –He comido tanto pastel que rodaré de regreso a casa…Y ahí también tengo un pastel.

-Entonces has sido muy requerido el día de hoy.

-No exactamente…- Jadeó. –Tengo mucho que hacer hoy, así que empezaré de una vez, si no le molesta.

-Está bien, Taemin. Solo no vayas a malpasarte.- Jinki se levantó perezosamente de la silla y ordenó que terminaran pronto con el festejo, para volver a trabajar.

Un día largo, lleno de papeleo que tuvo que archivar al final del día, y que le habían ganado un dolor de cabeza. Aun así, sus compañeros no quisieron dejar que se desanimara, le invitaron a beber una cerveza antes de que volviera a casa. Se negó, agradeciéndoles por el gesto. Sólo quería dormir, y que su cumpleaños terminara ya, para poder dejar ir aquel sentimiento atrapado entre pecho y espalda.

Suspiró, estacionando su auto, para subir las escaleras hasta el cuarto piso. Sentía que sus músculos estaban tensos, y lo que más necesitaba y deseaba era un baño de agua caliente para poder desestresarse. Sin embargo, antes de tan siquiera poder acercarse a la puerta de su apartamento, alguien le llamó.

-¡Taemin goon!

Taemin cerró los ojos, evitando que su vecino mirara aquel rodar de ojos que se le escapó. ¡Estaba cansado! ¿Acaso no podía ir a su apartamento sin interrupción alguna? De cualquier modo, plasmó una bonita sonrisa en su rostro, y se giró para poder saludar al hombre que salía de su propio apartamento.

-Jonghyun ssi, ¿qué se le ofrece?

-Escuché de tu amigo bonito que hoy era tu cumpleaños.- Explicó, bajando un poco la voz al mencionar aquel bonito con el que había calificado al amigo que siempre visitaba a Taemin los viernes. –Así que ¡feliz cumpleaños!- Sacó de la pequeña bolsa que llevaba uno de esos pasteles pequeñitos que en realidad son una porción personal.

-Oh~.- Taemin abrió los ojos, enternecido por aquel gesto. –Gracias, ¿pero por qué?

-Has sido el mejor vecino que he tenido hasta ahora.- Se encogió de hombros. –Además, tienes esa aura de…¿hermano menor?- Rio. –No lo sé, es divertido celebrar los cumpleaños.

-Gracias.- Taemin hizo una reverencia, agradeciendo por el pastelito.

-Es una porción personal, cómelo tú solo. No le des nada a ese hombre que viene a veces.- Le indicó. Al parecer, a su vecino tampoco le agradaba mucho Minho.

-No se preocupe, él está algo ocupado…- Jadeó. –Me aseguraré de comerlo.- Miró la caja con el pastel. –Será una buena cena.

-Entonces te dejo comerlo ahora, porque si lo cenas más noche te darán pesadillas.- Se despidió. –Buenas noches Taemin goon.

-Buenas noches Jonghyun ssi.- Sacudió su mano como despedida, después ingresando la contraseña de su puerta para poder entrar a su apartamento.

Se sentía totalmente exhausto. Dejó sus cosas sobre la mesa, decidiendo que realmente lo primero que quería hacer era tomar aquel baño que se había idealizado desde que venía subiendo las escaleras. Incluso, se tomó la libertad de usar la bañera, en vez de la regadera, para poder terminar de relajarse. Se sumergió en el agua caliente, haciendo una pequeña recapitulación de su día; dentro de lo que cabía, había pasado un buen cumpleaños. Con tres pasteles sorpresa, y un cuarto en el refrigerados. Además, había visto a sus viejos amigos, y a los nuevos los había visto en una faceta que no conocía. ¡Hasta su vecino te felicitó! De nuevo aquel pensamiento recurrente llegó a su cabeza, haciendo que sintiera un molesto nudo en la garganta.

Se sumergió por completo bajo el agua, después saliendo de la bañera. Lo único que quería hacer ahora era cenar e ir a la cama. Drenó la bañera, se colocó su bata de baño y se dirigió así a la cocina. Tomó un largo vaso de vidrio, el cual llenó con leche, y se sentó a comer aquel pequeño pastel de chocolate con relleno de dulce de leche. Sabía tan bien, y entendía que eso equivalía a más ejercicio por hacer. Pero, sinceramente, no le importaba; sólo quería terminar su pastel y meterse a la cama. Ni siquiera le daría un vistazo a los papeles que había llevado a casa como trabajo extra.

Dejó los platos sucios en el lavavajillas, arrastrándose hacia su habitación. Sin molestarse en encender la luz, logró deslizarse dentro de su cama.

.

.

.

-Taemin~, amor despierta.

Taemin se despertó de sobresalto al escuchar aquella voz tan masculina. Se encontraba algo aturdido, y no podía entender cómo Minho estaba ahí.

-¿C-cómo entraste?- Se frotó los ojos, mirando a través de la oscuridad aquel rostro que tan bien tenía identificado.

-Amor, ¿olvidas que sé tu contraseña?- Se atrevió a reír, acuclillándose por un costado de la cama, para así poder verle mejor.

Taemin se giró un segundo, mirando la luz neon que proyectaba la hora en su reloj. 11:55, vaya hora de llegar. Tragó duro, revolviéndose entre las sábanas para poder sentarse.

-Minho, es tarde, deberías estar en casa durmiendo.- Jadeó. -Anda, entra a la cama. Mañana hablamos.- Intentó volver a acostarse.

-No...- Minho le tomó de las manos, evitando que regresara a su posición original. -Déjame hablar, ¿de acuerdo?

Taemin asintió, frunciendo ligeramente el ceño.

-Minho...

-Sé que no pasamos tu cumpleaños como lo planeado.- Suspiró. -Lamento no haber podido estar aquí, incluso te tenía planeado un regalo de cumpleaños.

-Minho, entiendo, no tienes que excusarte.

-Soy un mal novio, ¿no?- Preguntó, soltando una media sonrisa.

Taemin sostuvo el aliento por un segundo, escuchando cada vez más fuerte aquella voz en su interior que le había estado reclamando todo el día. Sí, le creía un mal novio, por no haber estado a su lado como lo habían planeado, por no haberle llamado nunca, ni enviarle ningún mensaje. Le creía un idiota, egoísta, que no se había detenido ni un segundo a pensar en cómo se sentiría él al pasar su cumpleaños sin saber nada de la persona a quien amaba.

Pero, también había otra voz, mucho más racional y lógica susurrar aquellas cosas que sabía y que le hacían no poder estar molesto. Minho era un hombre ocupado, era terriblemente importante en su bufete de abogados. Algunos clientes incluso iban preguntando directamente por Minho, a lo que él tenía que estudiar el caso y ver si era mejor delegarlo a alguien más. Así le había conocido, Minho era el abogado defensor en el caso donde él había sido el abogado acusador. Se suponía que no debían hablar más que en los tribunales, pero su cabello rubio había hecho que Minho se acercara con curiosidad. Minho había vivido 24/7 para su trabajo, hasta que le conocío; y siempre buscaba hacerse tiempo para estar a su lado. 

-No; eres un novio ocupado.- Sonrió, soltando sus manos de las de Minho para poder tomarle por las mejillas. -Estuviste trabajando todo el día, no puedo molestarme por eso.- No, no podía hacerlo; había veces en que él mismo pasaba días enteros encerrado en la oficina, por no dejar escapar aquello que sabía era importante para el caso.

-Al menos pude cambiar la hora de tu regalo de cumpleaños.- Jadeó.

-¿Ah? Minho, ¿qué es mi regalo?

-Tuve que reprimir muchas veces mis ganas de decirte...- Sonrió. -Por eso no te llamé, sabía que iba a terminar hablando de más.- Rio al ver que Taemin fruncía el ceño y los labios. -Ven, vamos a la ventana.- Le tomó por la mano y le llevó hasta la angosta ventana de aquella habitación, que le permitía ver el resto del barrio. -En cualquier segundo...

Taemin abrió abrió la boca, sin palabras al ver como el cielo era iluminado por fuegos artificiales de multiples colores. Pequeños, grandes, incluso uno muy sonoro que hizo que el vidrio de la ventana retumbara. Taemin colocó la mano sobre la venta, incapaz de cerrar los ojos, ni para parpadear, cuando observó que el edificio pequeño de enfrente, en el techo se iluminaban más fuegos artificiales que escribían las palabras te amo siendo sostenidas por un armatoste. Ese detalle era lo más dulce que nadie jamás le pudo haber hecho. Sin querer quitó la mirada, sólo para el ver el reloj. 11:58, Minho había llegado a tiempo aún para celebrar su cumpleaños.

-No eres un mal novio, -Exhaló. -sino uno muy ocupado.- Rio, girándose para abrazarle por el torso, acurrucándose en él. -Y también eres el más dulce y amoroso del mundo. No quiero nunca tener otro novio que no seas tú.

-Me alegro de escuchar eso.- Enredó una de sus manos en el cabello rubio de Taemin. -Feliz cumpleaños amor.

-Gracias, Minho.- Susurró, abrazándole con más fuerza. -Yo también te amo. 

FIN

Notas finales:

Taemin ya tiene 25 años, en Corea


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