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El chico de mis sueños por RafaelAksnes

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Cansado de otro día aburrido, Azul fue a su cama con la esperanza de que el día siguiente fuera mejor. Muy pocas esperanzas le quedaban y las vacaciones tardarían mucho en llegar.

Su profesor de Inglés lo tenía amenazado por no completar los puntos de la materia, tendría un examen mañana y Azul sinceramente no se sentía preparado (aunque tampoco le importaba mucho)

Se acostó justo cuando una gran tormenta comenzó, pasaron varias horas (él calculó que fueron varias) y no podía dormir.
-Ojalá se inunde la ciudad y no haya escuela mañana- pensó. Siguió moviéndose de un lado a otro y nada. Siempre que llovía así, el ruido no lo dejaba dormir...

De repente Azul dejó de escuchar la lluvia, iba sentado en un tren viendo hacia afuera. El pasto era rosa como algodón de azúcar y las vacas del lugar lo comían, hasta le dieron ganas de bajarse a probar ese pasto, volteó y a su lado iba un niño de unos 6 años, leyendo un libro con runas desconocidas.

-¿Será Europeo?- se preguntó Azul al ver las runas del libro- ¡Qué tonto! En Europa no se escribe con runas.

El niño lo volteó a ver y le sonrió, Azul se apenó y volvió a voltear hacia la ventana, ahora el pasto era morado. Pero no veía a ningún animal por ahí. El niño se levantó y corrió hacia la puerta del vagón. Azul no podía creer lo que estaba viendo

-¿Y los padres de este niño? -pensó- ¡Oye! ¡Ten cuidado, no abras esa puerta!- gritó asustado. El niño volvió a verlo y le sonrió.

-No te preocupes, vámonos. Ya es la última parada. -Dijo el niño con un tono que no era propio de un niño, parecía más maduro- ¡Ya, levántate!

Azul lo siguió hasta la puerta del vagón, afuera el pasto era verde como cualquier otro, de repente el niño saltó afuera y Azul se quedó impactado. No veía a nadie más en el vagón y tampoco indicios de que el tren bajara su velocidad- ¿No que ya era la última parada? -Nunca había vivido algo así por lo que cayó en cuenta de que era un sueño. Claro, un sueño ¿qué más podría ser? Así que sin pensarlo dos veces y sin perder más tiempo saltó hacia afuera.

 

Como si la física no existiera en ese lugar, Azul cayó de rodillas en el pasto, intacto, no salió rodando como esperaba que pasara.
Buscó al niño por todas partes pero no lo encontró. Estaba en un valle verde muy bonito y a lo lejos se veía el valle morado que había visto antes. Caminó hacia esa dirección, pues el niño debía de estar de ese lado.

 

Caminó unos minutos y llegó a una cabaña, pero había algo muy raro pues Azul se hubiera dado cuenta que estaba caminando hacia ella. Tocó la puerta y se dio cuenta que estaba abierta. Entró y se sorprendió mucho por el espacio, parecía una pequeña cabaña, pero ya dentro se dio cuenta que tenía dos pisos y una sala muy grande —¿Qué importa eso en los sueños?—pensó— en la sala había un sillón negro que se veía muy cómodo. Una televisión y un router de wi-fi ¿espera qué? Sin duda era una cabaña moderna; en los cuadros había pinturas bastante extrañas estaban acomodadas como cuadros de cómic y de hecho parecían contar una historia.
Las observaba cuando en la parte de atrás escucho ruidos, era la voz del niño y de otra persona.
—¿Lo trajiste?
—Sí, lo traje, pero fue muy difícil no estoy seguro de poder regresar a ese lugar.
—Vas a tener que hacerlo, pero no por ahora, descansa. Te necesitamos.
—Gracias Milan.

 

Azul se sintió incómodo de escuchar conversaciones ajenas y claro que no quería ser descubierto. Caminó hacia la salida y al abrir la puerta estaban frente a él, el niño y un joven, en definitiva no entendía la física de ese lugar, juraba escucharlos del otro lado. El joven era atractivo sólo que tenia un pequeño detalle, su piel era de color azul, sus ojos eran azul rey y su cara de sorpresa no ayudaba mucho.

 

Notas finales:

¿Les gustó? Quiero saber si continuar o no :) es mi primer historia.


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