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Don't call me ¨Fag¨. por Lizzy-chan

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Notas del fanfic:

VOLVI.

¿Quién soy yo si no escribo algo de mi amado anime favorito? La verdad, este fanfic empezó como una idea para hacerlo con personajes originales, pero me di cuenta que quedaba muy bien si agregaba a mi OTP como protagonistas.

Y, pues. . . Básicamente esto será el diario de Mello. ¿?

Notas del capitulo:

Trataré de actualizar lo más pronto posible. Ya cambié, ya seré puntual. ¿?¿?

 

Espero que lo disfruten. <3

"A veces necesitas sangrar para saber que estás vivo".

Oh, diario, algunas frases suenan tan profundas y buenas en tu mente o en un trozo de papel, pero cuando las dices en voz alta suenas como el peor maricón y sentimental. No quiero ser llamado maricón por el simple hecho de gustarme aquella frase y tener un diario.

¿Debería dejar de escribirte? 

Nah, ni siquiera creo que te encuentren alguna vez.

En fin, escribo esto porque muero de aburrimiento, y necesito un amigo, un compañero con el que pueda ser sincero. Quiero decir, soy uno de los mejores peleadores de todo el vecindario, bebo cerveza con mis amigos y me acuesto con cualquier chica que me coquetee y esté buena. . . No puedo darme el lujo de hablar sobre mis sentimientos con las demás personas, o terminarían tachándome de maricón. ¡Y no lo soy!

Pero hoy me siento especialmente sentimental; quizá porque he estado más de tres horas en el auto, es más de media noche y el cielo está despejado y bonito. Todo arriba está moteado de estrellas y brilla tanto que no se necesita luz artificial.

También llevo los auriculares puestos y I Want to Break Free de Queen acaba de empezar. Quizá no debería decirle a Elle y a Beyond que me gusta esa banda; ya puedo escuchar sus carcajadas llenas de escupitajos y el olor de cerveza emanando de sus horribles bocas.

— ¡Mercury era maricón, Mello! ¿Acaso tú también lo eres? — es lo que dirán, y yo les daré un puñetazo y defenderé mi hombría. . .

Hablo de esto porque en realidad, estoy cansado, de pelear, de caminar con altanería y hacer siempre esa expresión estoica e imponente, y quizá quiero ser libre, también.

No me malentiendas, diario, no soy maricón, pero hay un chico de nuevo ingreso y su nombre es Mail, es pequeño y delgado y todos lo molestan, no entiendo por qué, si es tan simpático y su sonrisa es encantadora. . .

¡No me gusta, diario! Pero no puedo evitar mencionar lo obvio, ¿un chico no puede halagar a otro sin ser llamado homosexual? Como sea, hace una semana Beyond lo tomó del cuello y lo encerró en el armario del conserje.

— ¿Qué carajo estás haciendo? — le pregunté, enarcando una ceja y cruzándome de brazos, como si no me importara nada.

— ¿Estás ciego o pendejo? Dándole una lección de hombría al mariposón de Jeevas. — Beyond pateó la puerta, causando que Mail soltara un muy breve grito. Joder. . . Sonó muy tentador.

No dije nada y sólo caminé hacia el baño, pero cuando el idiota de Beyond se marchó para orinar, di media vuelta y corrí hacia la puerta del conserje para abrirla.

— ¿Quién es? — lo oí preguntar, con voz temblorosa y a punto de llorar.

— Cállate y escucha: No dirás nada de esto a alguien, ¿bien? O te patearé el trasero y te encerraré esta vez en uno de los casilleros apestosos del gimnasio. — y lo saqué.

No soy alguien de buenas palabras, no puedo evitar amenazar a la gente, además no quiero que el afeminado de Jeevas crea que me gusta o algo así, sólo estaba siendo una buena persona. 

No soy malo, diario, sólo quiero parecer intimidante.

En fin, recordé eso mientras regresaba de un pequeño viaje de fin de semana a una playa que queda a unas tres horas y media de mi hogar. No es la mejor, pero mi madre quería distraerse un poco de todo el pueblo atestado de gente entrometida y vulgar.

— No entiendo qué carajo seguimos haciendo ahí. — comento, golpeando mi cabeza en el cristal de la puerta.

— Existir, duh. — mi madre, mi progenitora y, a veces, mi mejor amiga. Lo sé, es ridículo llamar a tu madre "mejor amiga", diario, pero ella no actúa como si lo fuera. — Ah, también porque somos pobres.

— Touché.

Vivimos en una pequeña casa dentro de un vecindario mediocre, así que no esperes que trate de verme culto o refinado por medio de palabras, ¿bien? Te amenazaría con golpearte pero eres un inerte pedazo de papel y cartón.

Como sea, está oscureciendo y casi llegamos a casa, además mi mano está cansada de tanto escribir y necesito energía para esta noche. (La masturbación en adolescentes no es ningún secreto, así que no te sorprendas tanto), también mi madre me ha preguntado qué es lo que estoy escribiendo, pero opté por excusarme con la tarea.

Te escribiré después, cuando me aburra o tenga algo interesante que decir.

 

Mihael.

 

Notas finales:

Y. . . Eso es todo. ¿?


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