Ya habían pasado más de 7 años de que había conocido a aquel hombre que en un bar de mala muerte, que guiado por su amigo Daniel casi lo violan, en un principio había sido aquello tan repentino, se entregó a él, demostrándole todo el amor que se desarrolló por el vampiro, todo lo que había pasado valió la pena, porque después de aquello y del despertar de sus poderes todo fue diferente.
Como todas las parejas tenían altibajos, como la vez que Marcus le había revelado a Esteban que Demetrio saldría libre y se iría con Lárus su carcelero, aquello fue muy sorpresivo, además el hecho que su suegro había accedido sin antes consultarle le hizo recordar el daño que le había hecho, todo el tiempo le rogaba a Marcus que persuadiera a su padre, pero este no podía hacer nada si la decisión ya estaba tomada.
Pero aquel día que el hombre entro a los jardines donde se encontraba con su pequeño y le pidió perdón supo que Demetrio había cambiado y que ahora estaba dispuesto a vivir su amor con aquel hombre que había logrado entrar en el corazón de un hombre que fue criado para odiar a los vampiros.
Sus hijos ya estaban crecidos, Valdi ya era todo un jovencito, a pesar de que apenas iba a cumplir 7 años de nacido ya aparentaba tener los 21 años y había llegado a su madurez máxima, más que su hijo parecía su hermano, ya que después de que despertó su poder y naturaleza de Ángelus su envejecimiento se detuvo y ahora tenía la apariencia perpetua de un joven de 23 años.
Su otro tesoro, una niña de 3 años llamada Eirný, aquella niña de ojos miel y rizos pelirrojos, llenaba de luz sus días, la pequeña había heredado el color de su cabello y el de los ojos de Marcus, pero en su caso dominaba la naturaleza humana de Esteban es por eso por lo que ella a su edad tenía la apariencia de un infante de 6 años. Sabía que en esa pequeña algún día se manifestaría la parte Ángelus en ella, él lo sentía. La niña era la consentida de Marcus y de sus abuelos, le cumplían todos sus caprichos, pero a pesar de esto ella no era malcriada, al contrario, estaba llena de humildad y amor.
Marcus y Esteban se sentían orgullosos de sus hijos y aunque no le agradaba la idea que su hijo mayor estuviera enamorado de un Lycan, Marcus entendía que contra el amor no se puede luchar ya que él y su esposo eran la mejor prueba de aquello.
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Alek y Valdi caminaban por el bosque que estaba cerca de su casa, el joven había crecido y en solo 3 días más cumpliría 7 años o 21 como a él le gustaba decir, estaba mas que impaciente, el joven Lycan le había prometido 3 años atrás que en cuanto llegara a esa edad lo desposaría, reforzando su amor.
Ambos hombres se detuvieron, aquella noche estaba iluminada por una luna llena preciosa, además estaba flanqueada por una hermosa aurora boreal que hacia una vista magnifica, ahí se encontraban ambos hombres, Alek que por su naturaleza Lycan y porque ya había encontrado a su pareja se veía como un chico normal de 27 años, aquello había detenido su crecimiento.
Acostados sobre una manta en el suelo, contemplaban la belleza de aquel cielo nocturno en el bosque de Islandia, la belleza que se dejaba ver era impresionante, Alek y Valdi estaban tomados de la mano apreciando como el color verde se confundía con el rojo, aquella mezcla perfecta surcaba el cielo, aquella hermosa escena le recordaba a sus padres, su amor era tan grande que había logrado que dos personas de raza y personalidad distintas se amaran, el esperaba que le pasara lo mismo con Alek, aunque a esas alturas de su vida ya lo tenía más que claro, instintivamente Valdi se acomodó en el amplio pecho del mayor sin dejar de sostener aquella mano grande y fuerte. Así era la mayoría de sus noches, se quedaban abrazados mirando el cielo nocturno hasta que uno de los dos se quedaba dormido, casi siempre era Valdi y Alek lo llevaba cargando a su casa, donde Marcus lo esperaba con la mirada expectante. Aquel vampiro era demasiado sobreprotector con sus hijos y como no serlo si los dos eran hermosos y llenos de dones que algún día los llevarían muy lejos.
Alek tenía una mano en la espalda del joven, sabía que el pequeño ya se había dormido, ya era una señal que al acurrucarse en su pecho el menor caía en los brazos de Morfeo, últimamente aquella simple acción por parte de su novio lo inquietaba, era como si Valdi lo estuviera seduciendo ya que aquella piel nívea y tersa tan cerca de su rostro, su olor tan dulce y cítrico, además aquella forma de levantar su trasero hacia que su imaginación volara. Resistirse a aquella tentación siempre le era demasiado difícil y ese día no fue la excepción.
Cerciorándose que el joven ya estaba dormido, deslizo lentamente su mano, hasta posarla en aquel trasero que cada noche soñaba con tocar, era como se lo había imaginado, redondo y firme.
- ¿Por qué me tocas el trasero Alek?
Aquello descoloco al mayor, lo que hizo que rápidamente quitara la mano y la colocara en el hombro del joven.
- Creí que estabas dormido pequeño.
- Pues ya vez que no.
Rápidamente el joven rompió el contacto, se levantó y empezó a caminar, antes que Alek pudiera reaccionar Valdi ya estaba de camino hacia el lago y en un dos por tres se adentró, al escuchar el chapuceo del agua el mayor corrió en dirección al lago y en gritos llamo al joven, este salió rápido, enseguida se refugió en los fuertes brazos de su amado, este al sentir el cuerpo helado del menor se preocupó.
- ¿Por qué hiciste eso Val?
- Porque estaba excitado – aquella confesión lo avergonzaba demasiado – así que quise calmar mi calor – decía mientras escondía la cara en el pecho del mayor.
- ¿Cómo?
- Si Alek, últimamente me excito demasiado cuando me tocas y hace un momento que me tocaste el trasero no fue la excepción, pero como aun quiero esperar hasta que nos casemos por eso decidí hundirme, en el lago.
- Y que bueno que lo hiciste pequeño, porque yo también deseo con toda mi alma ser tuyo por completo, pero creo que tu familia no me perdonaría hacerlo antes de tu cumpleaños.
Ambos hombres se abrazaron una vez más y tomados de la mano se dirigieron a la casa de Valdi, caminaron lentamente disfrutando de la compañía del otro, aquellas simples acciones dejaba al descubierto el amor que se tenían el uno por el otro y no era para menos, desde el primer día que Alek había visto a Vadi su mundo se detuvo, aquel simple apretón que el pequeño le había dado fue la señal que necesitaba para saber que había encontrado a su alma gemela, el menor le demostraba cada día que su amor era puro y sincero.
La luz de la luna iluminaba el camino que los llevaba hacia la casa de Valdi, Alek había dejado de vivir con ellos cuando el menor se convirtió en un adolescente y Esteban los descubrió besándose en el cuarto del mayor, el pelirrojo pareció no enojarse sin embargo hablo seriamente con el Lycan y le pidió que esperara a que su hijo madurara completamente para que pudiera tener una relación con él.
Flashback
Últimamente Valdi se la pasaba en su habitación, siempre que llegaba de visitar a sus abuelos se metía a su cuarto y ahí se quedaba hasta que él llegaba, a su edad tenía que aprender todo lo que su raza necesitaba, es por eso por lo que, aunque todo el tiempo estaba en clases con Esteban o con Marcus siempre encontraba un momento para estar a su lado.
Alek había estado buscando una casa cerca, ya que, aunque tenía muy claro que por el momento no podía tener nada con el joven ya que apenas tenía un desarrollo de 15 años, el chiquillo se había vuelto sumamente seductor y sabía que de un momento a otro todo su auto control se iría al carajo, ya solo faltaba cambiar las pocas pertenencias que tenía y amueblar la casa, acababa de cerrar el trato y ahora era dueño de una pequeña granja que poseía una casa espectacular.
Llego a la casa de Esteban y llamo a los integrantes, nadie contesto, lo más seguro es que estarían en la casa de los patriarcas mimando a la pequeña Eirný, se adentró en su habitación y ahí estaba el pequeño, acostado en su cama, dormido y abrazando su almohada, al parecer Valdi se acababa de bañar porque lo único que llevaba puesto era un bóxer apretado y diminuto, aquella escena había hecho que el mayor tuviera una erección, trago saliva ruidosamente “despertando” al pequeño.
- Por fin llegas mi amor, te estaba esperando.
Lentamente Valdi caminaba hacia Alek contoneando su cadera y haciendo que su aroma llegara hasta las fosas nasales de este, el mayor estaba en shock, aquella escena lo había dejado atónito, apenas había logrado entrar unos pasos en su habitación, cuando el menor ya le devoraba los labios en un beso torpe y apasionado, Alek no aguanto más y tomo a Valdi de las caderas, este rápidamente rodeo la cintura del mayor con las largas piernas dejando libre paso a que el Lycan sobara lascivamente su trasero, apenas iba a dar unos paso en dirección a su cama cuando una voz los saco de su mundo.
- ¡Alek, Valdi, ¿que creen que están haciendo?!
Rápidamente el adolescente se desprendió de los labios del mayor y se escondió en la espalda de este, dejando que el regaño que estaba a punto de propinarles Esteban fuera recibido en su totalidad por Alek.
- Esteban no es lo que piensas – apenas atino a decir Alek, que todavía no salía de aquel sopor.
- Como que no es lo que estoy pensando ¿eh?, estabas a punto de tener sexo con mi hijo, un niño.
- Eso no es verdad papá.
- Valdi, vete a tu habitación en este momento si no quieres que te congele por un mes – aquella amenaza surtió efecto inmediato en el joven que salió corriendo de la habitación para perderse en el segundo piso – En cuanto a ti Alek, ¿que estabas pensando?
En ese momento Alek quería reír a carcajadas ya que ver a Esteban enojado y rojo de coraje era una escena muy cómica pero no quería que por hacer enojar más al pelirrojo este lo desapareciera así que lo único que hizo fue suspirar y apretarse el puente de la nariz.
- Esteban, no tengo justificación hacia lo que viste, es por eso por lo que para evitar que esto pase otra vez, es mejor que me vaya.
- Pero ¿Cómo que te vas? – aquello no lo veía venir, así que su mirada se tornó de enojo a preocupación, preocupación por el bienestar anímico de su hijo.
- Esteban, lo que quiero es evitar que algo como esto vuelva a pasar, así que ya compré la granja que está al lado, tenía pensado esperar hasta arreglarla y compara unos muebles, pero después de esto creo que lo mejor será que me vaya hoy mismo, solo me llevare mis cosas y esta misma noche la paso allá.
- No es necesario que te mudes en este instante, solo quiero que te controles y esperes hasta que mi pequeño sea mayor.
- No podre controlarme Esteban, además no es la primera vez que llegamos a esto así que por seguridad de ambos es necesario que me vaya.
Esteban sabia de lo que había pasado hacia un año, así que comprendió la postura del mayor y en un gesto de agradecimiento en un chasquido se trasladó a la nueva casa de Alek y con su magia hizo que la casa quedara como nueva, dejando que se instalara en su nuevo hogar.
Fin del flashback
- Alek, Alek.
El chasquido de los largos dedos de Valdi frente a sus ojos lo hicieron salir de su ensoñación.
- ¿En que estabas pensando?
- En muchas cosas amor mío.
- Ah si ¿En que?
- No seas curioso y entra a tu casa anda.
Valdi abrió la puerta después de despedirse y de la casa un remolino de rizos pelirrojos salto a los brazos de Alek.
- Al, eres malo – decía la pequeña Eirný con un puchero.
- Eny no le digas Al.
- Tú me dices Eny y él te dice Val ¿Por qué yo no le puedo decir Al? ¿Eh?
- Déjala Val, me gusta que me diga así.
- Síguela consintiendo Alek y será una malcriada.
- Pues no Val – decía la pequeña mientras le sacaba la lengua a Valdi, Alek no puedo evitar reír sonoramente.
- Val mi amor, puedes traerme agua por favor.
- Esta bien pero ya baja a la zanahoria – dando la media vuela, escapo del reclamo infantil de la pelirroja.
- Eny, necesito que me ayudes a algo con Val, ¿Podrás?
La pequeña sonrió y frenéticamente movió su cabeza en señal de afirmación por el pedido de su Lycan favorito.