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Ya nunca despertar. por CosmosLycoris

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Se están mirando, por segundos que se tornan minutos. Están totalmente serios pero desde mi distancia puedo sentir la pesadez de su química. Se desean y todo eso solo lo demuestran con verse directo a los ojos. Jaehyun le pasa la mano por la nuca y puedo observar cómo Taeyong se estremece por el roce, seguro es sensible en esa zona trasera de su cabeza. Su cabello, suave y lacio está siendo tomado por el chico que tiene en frente, que de la nada pasó de una tierna caricia a un brusco movimiento con la intención de acercarlo a sí. Se están besando, tantas veces, sin detenerse y su pasión aumenta cada vez más. Estoy lo suficientemente lejos como para pasar desapercibido pero al mismo tiempo logro captar casi todos los detalles de aquel acto de dos personas que se aman desenfrenadamente. Estoy en la primera fila y con toda comodidad para ver cómo la persona que más amo en el mundo, es tomada por la persona que más ama en el mundo. 


Casi puedo escuchar sus gemidos de placer y solo por el hecho de que se están comiendo a besos. Esa faceta no la muestra a nadie más que a Jaehyun. Odio esto, me odio por torturarme de esta manera. Si no fuera porque estamos en un lugar público ya hubieran llegado más lejos pero están aprovechando la oscuridad de la noche para darse cariño. Sí, ellos siempre escondiendo su relación, la única persona que lo sabe soy yo.


Me detesto, quiero desaparecer, quiero ser Jaehyun, deseo a Taeyong, lo quiero... En cambio, solo lo sigo todo el tiempo y al final del día siempre es lo mismo. Observo todo su amor hasta el cierto punto en la que no puedo más. Me doy media vuelta y me retiro, tapando mi rostro para que nadie note mis lágrimas. Para que nadie se fije en lo lamentable que soy. 


Amo una persona que es feliz con alguien más, a alguien que nunca voy a tener.


Estoy en mi casa, recostado en mi sillón. Me fulminan imágenes estremecedoras: Taeyong con el cuerpo descubierto, desnudo. Seguramente estoy exhausto y la mente me hace malas jugadas. Un amigo me ha dado un poco de hierba y la uso para olvidar e igual me ayuda a detener mis pensamientos. Me da un frustrante insomnio y si no fuera por la bendita droga nunca tendría descanso. Quedarme en blanco para poder dormir en paz es lo segundo que más amo de este mundo. 


 


Me enamoré de Lee Taeyong desde hace tanto tiempo que ya perdí la cuenta de los años. Ni siquiera recuerdo a mí yo de antes de conocerlo. De la nada él se volvía el núcleo de mi universo. Tuve un sin fin de oportunidades de expresarle mi amor y casi obsesión por él, sin embargo, siempre fallaba en el intento. Suelo tener el ego por los cielos, pero realmente la presencia de Taeyong me lastima tanto a tal grado de reducir mi existencia a la nada. A veces no me imagino que pueda vivir alguien como él. Por esta y mil razones más, nunca declaré mis sentimientos y ese fue el peor error de mi vida, el segundo peor... El primero sin duda, fue enamorarme de alguien tan inalcanzable. ¿Por qué él debe estar primero en todo? Por su puesto, mis posibilidades fueron pisoteadas el momento en la que llegó el nuevo empleado, un joven tan bello, elegante, esbelto pero sobretodo gentil. Totalmente contrario a mí Primero solo perseguía a Taeyong pero al pasar los días, terminé acosándolos a los dos y así me di cuenta que estaban saliendo. 


 


Me di cuenta que me quedé dormido en el sofá, creo que me sobrepasé con la dosis y me dejó noqueado. Si no fuera por la tela y la consistencia cómoda del sillón abría despertado con el cuerpo adolorido, aunque esa mañana sí luzco unas horribles ojeras y el dolor de cabeza matutino se hizo presente ese día también. Cada vez me veo más consumido, demacrado, me noto en el espejo y soy un total desastre. Debo regresar al trabajo, donde me encontraré con mi peor pesadilla y mi eterna perdición, que irónicamente es mi impulso para levantarme cada día. Laboro junto con Taeyong y claramente, con Jaehyn también. Los malditos días pasan tan lento y no puedo dejar pasar desapercibido esos momentos en que esos dos se ponen coquetos y se hacen indirectas que, supuestamente nadie nota. Taeyong se pone feliz en seguida cuando el otro le trae una taza de café y con aquella obra de arte que tiene de rostro me siento agobiado por la perfección de su sonrisa. No sé que quiero realmente: matarme por no ser yo quién lo hace sonreír, matar a Jaehyun por ser la persona que lo hace sonreír o matar a Taeyong por sonreí. Soy el peor ser humano de la historia...


Por fin la jornada concluye, otro día más de mi monótona vida termina. O eso quisiera, tengo un serio problema: como los cleptomaníacos que no pueden evitar robar, yo no puedo evitar ir tras de ellos. 


 No sé qué pasa pero no van a los lugares de siempre, caminan tomados de las manos una vez que se han alejado de la zona rural. Huele a sal y la luna brilla como nunca, tan cercana a la tierra y así los perseguí hasta una playa. Desolada, poco iluminada, gracias a eso el cielo lucía único y la vista al mar era preciosa. El problema es que no había lugares para que me pudiese ocultar así que me mantuve lo más alejado posible. Es increíble que durante todo este tiempo que los he estado espiando no me hayan descubierto. Podrían fácilmente denunciarme por acoso y sin duda ganarían el juicio. No los oigo y apenas puedo ver sus siluetas. Podría reconocer a Taeyong aunque estuviera mezclado entre una inmensa multitud. Me doy cuenta que Jaehyun se hinca sobre su rodilla, se queda quieto por un rato y yo solo quedo petrificado. Esto está pasando, ni siquiera debo estar cerca de ellos para adivinar qué pretende hacer Jaehyun. Mi ritmo cardíaco se dispara, me duele cada órgano de mi interior. No quiero seguir viendo esto, voy a quebrarme por completo...


Sucedió: Jaehyun le pidió matrimonio a Taeyong que entre lágrimas afirmaba con un movimiento de cabeza. Se abrazaron, se besaron. Ni siquiera lloré, solo fui destruido en todos los sentidos.


Soy tan imbécil, era más que consciente de que algo así podría pasar. ¿Realmente pretendía pasar el resto de mi vida detrás de ellos? Llegué a mi casa, me serví un vaso de del primer licor que me encontré en un estante. Al terminar mi bebida lancé a la nada el recipiente, que se rompió en mil pedazos, ni me molesté en recoger el desastre. Agarré la botella y proseguí a tomarla. Lo acompañé de un cigarro de hierbas, aun me quedaba y no la desaproveché ni un poco. Después de acabar más de la mitad de la botella, no estoy en mis cinco sentidos, me siento completamente mareado y la verdad no me importa. No me importa nada ahora. Miro fijamente el suelo, me siento totalmente vacío. Me voy a la cocina y busco en el almacén otra botella, de lo que sea que me deje inconsciente lo más rápido posible. Solo me topé con un vino tinto y a lo lejos divisé un frasco de medicamento, las agarré. Esto hará que me duerma rápido. De nuevo, sin rodeos inicié a tomar desde la botella. Tan amargo y sublime, lo acompañé de unas dos pastillas para así darle fin a esta desgraciada agonía. Ya no podía mantenerme de pié y como era de esperarse caí rendido. Quería dormir, no despertar nunca en la vida. Mi motivo para seguir era Taeyong y mis esperanzas habían sido asesinadas por completo. Ya no vale nada, yo nunca valí nada. Soy un total fracaso. Eso es, dormir y nunca despertar. Ya no vivir...

Notas finales:

Gracias por darle la oportunidad de leer.


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