La puerta del salón se abrió bruscamente de repente, golpeando sonoramente la pared. Tal fue la conmoción, que cada uno de los estudiantes que se hallaban en el aula, saltaron de sus asientos por el susto. Incluso el docente se sorprendió de tan inesperada acción.
El causante del escándalo, se hallaba en la puerta, observando con detalle a cada estudiante.
Ahí estaba el muchacho por el que Hongbin no había podido concentrarse en nada de lo que se había hablado en la clase, ni ese día ni los 22 días anteriores. Pero la atención que le daba Hongbin no era la única, no había una sola mujer en ese lugar que no se babeara por el muchacho en cuestión y además algunos chicos también lo miraban fijamente.
Era alto, muy alto, su presencia era imponente. Su rostro era angular y sus ojos marrones. Sus labios; aparentemente apetecibles, eran rosados y carnosos. Y una nariz perfecta. Su cabello al igual que el de Hongbin era negro.
Hongbin había observado al muchacho desde hacía varias semanas pero no había podido acercarse a él, necesitaba a alguien que se lo presentara, no era tan valiente como para hacerlo solo. No se podía clasificar así mismo como tímido, pero no sabía cómo llegar al muchacho y se dedicaba a verlo hacer cosas, como caminar o comer o leer. Lo vio jugar basquet en las canchas de la universidad y por dios que sabe jugar, su altura está justificada.
-¿Que es esa manera tan irrespetuosa de irrumpir en mi salón?- le gritó el docente. El muchacho solo le dio una mirada. Finalmente volvió a ver hacia los estudiantes y se quedó mirando justo a Hongbin.
Sin preámbulos, el chico camino con paso firme hacia Hongbin. Se paró a lado de suyo, mirándolo intensamente, Hongbin levanto la mirada hacia el muchacho sin entender el repentino interés. Tomo la mano de Hongbin y lo halo hacia la puerta del salón. Hongbin estaba tan confundido que sus pies solo actuaron, siguieron al muchacho.
-¿Qué? ¿Oye? Espera… -Hongbin solo balbuceaba, no sabía que pasaba y ni porque era arrastrado por el muchacho fuera del salón. Aun así, el muchacho no dijo ni una sola palabra. Así de impetuoso como entro, salió, sin mirar atrás o disculparse por como había interrumpido la clase.
Hongbin seguía siendo arrastrado hacia quien sabe dónde, por aquel muchacho impresionante. De cerca le parecía aún más impresionante. Pero más allá de lo hermoso que fuera el chico en cuestión, no tenía derecho a llevarlo a cualquier lado. Hongbin de repente se dio cuenta que tampoco estaba haciendo nada para detenerlo. Con un movimiento brusco de su brazo logro zafarse del poderoso agarre del muchacho, pensando que tal vez él era realmente estúpido por dejarse llevar por la belleza del chico.
-Deja de arrastrarme como un juguete- le dijo al muchacho que se había girado a encararlo cuando Hongbin se había alejado de su mano.
-Eres un humano, no un objeto-Hongbin frunció el ceño ante la respuesta tan objetiva del muchacho.
-Como sea. ¿Por qué me sacaste del salón?- Pregunto intentando no darle importancia a la respuesta.
-Necesitaba hablar contigo. Por cierto mi nombre es Hyuk, Han Sang Hyuk- Semanas intentado saber su nombre y es mismo muchacho se lo dice, Hongbin no podía creerlo. Esto era muy extraño.
-No era necesario que me sacaras así del aula. Podías acercarte a mi cuando terminara- le regaño Hongbin. Hyuk solo elevo sus hombros- En fin. ¿Dime qué necesitas?
-Quería saber porque me has observado todos estos días- Hongbin no sabía dónde esconderse.