La noche había caído en el colegio de magia Hogwarts, por fin se respiraba paz y tranquilidad, sin duda alguna está era la mejor época para los magos británicos.
El cielo tornándose en un azul marino, sin estrellas que lo alumbren, solo la luna se alza por encima de las nubes, solo ella es el consuelo de corazones afligidos como el suyo.
Quiere irse de una buena vez, pero escuchar a Harry llamarlo, sabe que todavía tienen que quedarse por más tiempo.
No tiene deseos de cenar, así que rechaza la invitación de su ahijado, sabe que ha estado actuando distante últimamente pero... No puede evitarlo, quiere verlo...desea que venga a su lado. Pero no se puede.
Nunca hablo de esto con James o Remus, que eran sus mejores amigos en esa época, ni en la actualidad con el último.
Pero ahora sus amigos ya no están, solo quedo él, y se siente tan solo, no importa que hoy en día la mansión Black se encuentre habitada, siente que la soledad lo consume por dentro.
Sale hacia el balcón, solo hay una pequeña estrella en todo el cielo oscuro, esa debe de ser la que lleva su nombre, sigue divagando, cuando siente la presencia de alguien más en su habitación, sabe que es Harry, sabe que lleva la capa de James, esa capa que muchas veces usaron para recorrer el castillo juntos, para cometer sus travesuras, para él reunirse a solas con Severus.
No quiere voltear tampoco, siente que si voltea se romperá su máscara de felicidad que lleva puesta y no desea mostrarle al hijo de su amigo un estado tan lamentable como el suyo.
Pero tal vez platicar sea lo mejor... Mira hacia la luna, es con ella con quién conversa, es ella quien la escucha, y es al el a quien se imagina.
- Mi estadía en Hogwarts nunca lo voy a olvidar...
Es así como comienza, Harry se sorprende al escucharlo hablar, está preocupado por su padrino, pensó que su ánimo mejoraría al saberse libre de culpa, por sus crímenes, pero de un tiempo acá, ya no es el mismo Sirius que conoció, pero pronto se da cuenta que no es a él a quien se dirige, piense que lo mejor es irse, pero él nunca a sido prudente y quiere escuchar que es lo que lo tiene en ese estado.
- James, fue el primer amigo que conocí, hasta cierto punto se podría decir que somos familias, su mamá de apellido de soltera Black, se casó con un Gryffindor, que cambió todas las ideales que ella tenía, prácticamente nos hicimos hermanos, luego llegó Remus y Peter a la manada, éramos inseparables...
James conoció a Lily ese mismo día, cuando la selección del sombrero la colocó en nuestra casa, no me arrepiento de haber conocido a James... De lo que si me arrepiento, fue de dejarme llevar por sus emociones.
Lily tenía un amigo... Severus Snape, siempre andaban juntos, siempre se les podía encontrar en la biblioteca o con libros en la mano, siempre pensé que todos hubiésemos estado mejor si Lily hubiese quedado en Ravenclaw... Pero... Creo que los sentimientos de James por ella no hubiesen cambiado.
Nuestro grupo de amigos se hizo fama en el colegio y pronto nos nombraron los merodeadores, conocidos por las grandes bromas que hacíamos, no solo a alumnos; si no a maestros también.
Pronto nuestro objetivo fue claro, James estaba tan cegado con su amor por Lily, que empezó a hacerle bromas a su amigo... En esos momento yo tenía problemas con mi familia por haber quedado en otra casa que no fuera Slytherin, y yo también comencé a apoyar a James con sus acciones, solo para desquitar mi ira.
No importaba a qué hora del día o noche fuera, siempre había tiempo para jugarle una broma a Quejicus... Muchas veces lo enviamos a la enfermería con heridas graves... Pero aún así jamás nos detuvimos.
James y yo mostrábamos una sonrisa enferma al verlo herido y humillado, disfrutábamos haciéndolo miserable; nos hacía sentir que teníamos el poder de hacer lo que quisiéramos en la escuela.
Un día, lo envíe directo a una muerte segura, Remus están en la casa de los gritos, faltaba poco para la luna llena y su transformación, fue James quien evitó la tragedia y más que por ayudarlo, lo hizo por Remus... No por la vida de Severus.
Aun con aquel suceso nosotros no parábamos... Peter nos alentaba siempre y lunático nunca decía nada, su puesto como prefecto nos salvó en muchas ocasiones de castigos... Yo hoy en día, hubiese preferido que hubiese tenido el coraje de enfrentarnos y decirnos que paráramos, siento que incluso Remus, nos tenía miedo a James y a mí.
Fuimos nosotros, los que provocamos que Severus y Lily pelearán, fuimos nosotros los que provocamos que Severus llamara sangre sucia a su única amiga en todo Hogwarts.
Porque el peor error que Severus Snape pudo haber cometido... Fue pisar el mundo mágico. Fue ser seleccionado en Slytherin siendo mestizo, fue haberse llevado con Lily, fue habernos conocido a James y a mí.
Porque Severus sufría la indiferencia de sus propios compañeros de casa, por su linaje, ahora se podía ver a Severus solo por los pasillos sin su pelirroja amiga.
Fue hasta casi a punto de terminar su cuarto año que su perspectiva cambio.
Sirius Black, había pasado sus últimas vacaciones con su "familia" lo tenía decidido, saliendo de Hogwarts asistiría a la academia de Aurores y se alegaría de las relaciones con los Black.
Pero por el momento quería estar solo, donde se encontraba Snivellus cuando necesita desquitar su rabia. No lo vio al subir al tren ni tampoco al bajar. Era muy escurridizo últimamente, se adentro al bosque prohibido, sus amigos no lo buscarían ahí, y era uno de los lugares que no aparecía en el mapa.
La idea de transformarse en animago se le vino a la mente, no estaría mal relajarse un poco mientras corretea por los alrededores.
Y así lo hizo, se lleno de lodo y fango, se revolcó en la hierba húmeda, pronto comenzaría a anochecer, pero él ya había estado en el bosque antes, tal vez no en todas las zonas, pero si en las más cercanas. Estaba en el límite de lo que conocía y lo inexplorado, tenía un deseo enorme por descubrir que clase de criaturas escondían en las entrañas de aquel bosque tan misterioso, y así lo hizo.
Con cada trote que daba sus patas, menos luz había, comenzó a creer que fue mala idea... Se comenzó a sentir observado en todas direcciones, pero cuando quiso volver pareciera que el camino por el que venía hubiese cambiado.
Trato de encontrar el rastro con su olfato, pero parecía que algo en el bosque están aturdiendo sus sentidos.
Comenzó a correr a ninguna dirección, solo quería salir de ahí, voces, había escuchado voces en aquella dirección y esperan no cometer una equivocación al tratar de seguirlas, era una voz que casi nunca se escuchaba, débil y baja pero se le hacía conocida.
Fue cuando lo vio, centauros, criaturas peligrosas y hostiles con todo aquel que pisará sus territorios, su respiración se detuvo por un instante, teniendo miedo de hacer cualquier ruido que captara su atención a su presencia.
Eran 3 en total, pero podía distinguir 4 voces, no fue hasta que uno de los centauros se movió, permitiendole visualizar una figura que bien conocía, Severus.
¿Qué hacía Quejicus hablando con ellos? ¿Porque razón, los centauros no le hacían nada? Muchas cosas pasaban por su cabeza en ese instante, el solo había visto a dos de esas bestias en el bosque, y no eran ninguno de los que estaban ahí con Snivellus. Para empezar, de los dos centauros que conocía, casi los mataban a él y a sus amigos, por tratar de acercarse, ¿Como había logrado Snape acercarse a ello, sin que le atravesarán con una flecha?
Malditas... Malditas sean sus patas, juraba y juraba que solo había movido un centímetro una de sus patas traseras y eso basto para tener 3 flechas apuntando a su cabeza, no tenía planeado morir de esa forma, y sabía que esas criaturas no dudarían en atravesarlo, podía ver en los 3 pares de ojos que sabían que el era un mago.
- Lo lamento... Parece ser que mi perro me ha seguido.
Esa fue la débil voz de Severus Snape que sonó entre tanta tensión.
- Así que es tuyo, Severus. Debería tener más cuidado, un día de su fuerza vital podría dejar de existir.
- Lo lamento mucho Rayhan, no volverá a pasar.
Con esas palabras, los centauros los acompañaron a la salida, y se adentraron nuevamente en el bosque.
Ellos comenzaron a caminar despacio, con todo lo que había pasado hace un instante, a Sirius Black se olvidó el motivo por el cual entro al bosque prohibido.
- Sabes Black, ellos no bromeaban al decir que la próxima vez que te encuentren no saldrás con vida, deberías tener más cuidado la próxima vez.
Con eso, Severus se alejó de Sirius y se fue directo a su habitación en las mazmorras.
Orión se encontraba consternado, que había sido eso, Snivellus siendo amable con él, incluso había sonado ¿Preocupado? Necesitaba llegar rápidamente a su cuarto, necesitaba relajarse y no pensar en nada más.
Pero las cosas no fueron así, al llegar a su torre, sus amigos lo bombardearon con Miles de preguntas y regaños del demonio, sin dirigirles la palabra, solo se tumbó en su cama, corrió las cortinas y lanzó un hechizo insonorizador, lo último que quería era escuchar las "angelicales" voces de sus amigos en sus oídos.
Hablando de voces hermosa, desde cuándo Severus tenía una voz tan delicada, ni siquiera Narcisa tenía ese timbre de voz.
Oh por Merlin, que demonios estaba diciendo. Se cubrió por completo con las mantas y cayó rendido al sueño, pero en ningún momentos dejó de pensar en su extraño encuentro con Severus.
Las bromas continuaban durante el día, pero en las noches, había comenzado a tomar el mapa del merodeador y la capa de James, para poder seguir a Quejicus, lo había visto ir a la sección prohibida, al la sala de pociones, y al bosque prohibido, eso continuo 2 meses más, hasta que en el último mes decidió no llevar la capa, Severus se sorprendió al ver al Black frente a él, pero no dijo nada, Sirius tampoco lo hacía, un mes más, y Snape ya se había acostumbrado a la presencia de Sirius, siempre atento a sus movimientos y siguiéndolo a todos lados, no entendía porque motivo no le decía que parara con eso, o tal vez, era porque era la única compañía que había tenido en casi 2 años, desde que Lily dejó de hablarle.
No se dió cuenta que había dejado de menear la poción que bullía en el caldero, ni tampoco se dió cuenta de las lágrimas que recorrían sus mejillas hasta juntarme en sus labios, ni de los sollozos retenido que poco a poco soltaba su garganta, solo se permitió llorar cuando sintió los brazos de Sirius rodearlo, era tanta su necesidad de compañía, que permitía a uno de sus enemigos, estar a su lado, que clase de compañía era esa, y porque la seguía permitiendo.
De pronto los sollozos se convirtieron en un llanto vivo, sus manos se aferraron con fuerza al suéter de Black, y lloro enterrando su rostro entre el cuello y hombros del mayor, no reprimió nada, solo dejo salir todo lo que guardaba dentro, todo lo que había estado guardando desde su infancia.
No supo en que momento se quedó dormido entre los brazos de Black, no supo en que momento este se acomodó con él el piso, acostando lo sobre su pecho, y no supo de la mirada llena de ternura que este le dirigió, tampoco supo del beso que Black se atrevió robarle mientras dormía, solo supo que Black le había tapado con su túnica durante la noche, y que se había ido en la madrugada como siempre.
Los siguientes días, Severus comenzó a sentirse algo incómodo ante la mirada de Black, este seguía sin dirigirle palabra alguna, pero lo ayudaba con las pociones, a tomar un libro de la sección prohibida, así que porque no llevarlo al bosque prohibido nuevamente.
Por el día, enemigos y por la noche... Nunca lograba a completar la frase.
Cómo pudo, se las arregló para dejarle una nota a Black, acerca de la próxima salida al bosque, normalmente cuando iba, el solo lo esperaba en el límite y lo veía partir acompañado de los centauros, y cuando salía, lo esperaba para poder separarse llegada ala entrad el castillo.
Pero esa noche sería diferente.
Como siempre, eran casi las 11 en punto de la noche, Sirius siempre llegaba puntual, pero hoy, encontró primero a Black, se sorprendió y no lo negó, sin decir nada, ambos se acercaron al bosque prohibido, donde los centauros lo esperaban, un intercambio de palabras entre Severus y ellos, y dejaron pasar a Black sin problema alguno, decir que Orión estaba nervioso no era mentira, no sabía cómo Snape se encontraba tan tranquilo y hablando con naturalidad con esa personas o caballos, lo que fueran más.
Cada vez se alejaban más y más, estaba muy seguro que incluso estaban más profundo que la primera vez que vio a Sev ahí.
Agua, podía escuchar el agua cerca, debía haber un río cerca, lo que vio a continuación lo sorprendió mucho, era una lago, con una cascada inmensa, había todo tipo de criaturas ahí, era como el lado bueno del bosque, tan escondido y rodado de oscuridad, que solo servía para protegerse de los peligros externos.
Severus lo tomo de la mano y se acercaron a la orilla del lago, una enormes piedras emergieron de la profundidad, y dieron paso a un camino al interior de la cascada, camino detrás de él, viendo cómo las criaturas del lago seguían sus pasos, la cascada ocultaba la entrada a una cueva, y dentro, era como un refugio a criaturas heridas, Severus se quitó la túnica y de su bolsa extrajo unas de las pociones que había visto y ayudado a hacer, la mayoría medicinales, y pronto se vio ayudándolo a administrarlas, había criaturas que nunca en su vida había visto, pronto terminaron y de un lado de la cueva, Sirius observó a Severus con un potrillo de unicornio, la imagen se le hizo adorable, el pequeño, apenas si podía sostenerse.
-Es fantástico no, saber que todos ellos conviven sin distinción de raza, cuidando de ellos, los unos a los otros, a veces me pregunto ¿Cuando fue que las casas en Hogwarts se separaron tanto y porque Dumbledore lo permite?
Sirius sabe que es una indirecta para el, pero no tiene palabras para contradecir, sabe que es cierto.
- Lo lamento... Por lo que te hice y por lo que es seguro que te haré cuando llegue el día. Lo siento.
-Descuida... Las bromas ya no duelen, hace bastante que dejaron de doler.
- Perdóname... Severus.
Otra vez, la frontera entre el bosque y el colegio.
Por un momento ambos coincidieron en desear que el día no llegara, pero nadie lo dijo.
-¡SEVERUS!
Un grito los sobresalto y Bane tiró de la mano de Severus con fuerza, sobresaltado a Sirius, quien se puso en guardia, desde que se empezó a llevar con Severus, nunca llevaba la varita cuando salía con él.
Ambos chicos estaban agitados, que sucedía.
- Las estrellas no presagiaba nada bueno, y la luna se irá este invierno, no dejes que la luz del nuevo sol te atraiga demasiado, incluso las mariposas negras te han seguido.
- Lo tendré en cuenta Bean, muchas gracias.
Ambos chicos se fueron, nadie dijo nada después de eso, era un silencio incómodo, Sirius no tenía la menor idea de que significaba lo que había dicho el centauro, pero Severus si, y no estaba tan erróneo, sabía que algo malo iba a suceder, algo relacionado a su entorno, pero a qué se refería con el nuevo sol.
Dirigió una última mirada al bosque, para luego ver el cielo.
Sus noches con Snape continuaron, de un tiempo acá, era Sirius quien provocaba las sonrisas de Severus, quien lo hacía reír, incluso había mejorado en pociones, había logrado convencer a James, que molestar a Snape ya no era divertido, y que si quería que Lily viera el buen prospecto que era, tenía que demostrar que había madurado, y lo logro, ya no se metía con Severus.
Era de madrugada, la primera vez que se verían de día, ambos acostumbrados a verse solo en la oscuridad, como si un encantamiento estuviese sobre ellos, platicaron de tantas cosas en tan poco tiempo, a los ojos de Sirius, Severus brillaba con incandescencia, con fulgor, era alguien que merecía una buena vida, sabía por Lily, que la situación de Severus no era la mejor de todos los alumnos en la escuela, el mismo había hecho mofa, de sus túnica viejas, de sus libros usados, o su material de mala calidad, tal vez el podía ofrecerle a Severus la vida que se merece, tal vez a su lado a Sev no le faltaría nada.
Y solo tal vez, si no se hubiesen visto a la luz del día, todo hubiese seguido un curso diferente... Pero el equilibrio había sido roto, y el sol y la luna habían forzado un encuentro a destiempo... Y se pagaría por ello.
Sirius miraba como la silueta de Severus se alejaba...
-SEVERUS...
Snape volteo, no camino solo se quedó anclado en su sitio, mientras esperaba que Sirius continuará con lo dicho.
-YO TE amo...
Susurro lo último, haciendo imposible que Sev lo escuchará.
-¿QUE?
- ¡QUE TÉ VOY A ESCRIBIR!
Severus río ante lo dicho y solo negó con la cabeza, alejándose del lugar.
Y Sirius cayó en cuenta que él no tenía ni la dirección de Severus.
Vaya cabeza la suya.
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Tiempo actual.
- Las vacaciones de invierno acabaron y no pude ver a Severus abordar el tren, no lo ví ni al bajar, en el comedor para la cena, en la noche... Ni en la primera clase que compartía con Slytherin.
Ese año, Severus no volvió a Hogwarts y jamás lo haría...
Cuando los maestros dieron aviso que Snape no había abordado el tren, Dumbledore llamo a los aurores y fue con ellos personalmente a la propiedad snape, solo para encontrar el cadáver de Severus... Tenia solo 15 años Harry... Y lo habían violado y roto el cuello, su piel que siempre fue de un inmaculado blanco se encontraba azul por el frío y los labios de un color morado... Su rostro era cereno Harry, como si la muerte le hubiese dado la paz que no encontró en vida.
Sabes cómo supe de su muerte, en la escuela solo se corrió el rumor de que Severus Snape había sido transferido de escuela y que se había mudado otro país
Yo no me lo creí, pero eso fue lo que Dumbledore dijo y hasta hoy en día, no logro entender el motivo del porque mentir, tal vez...para que no se creará más rechazo entre los mestizos o los muggles, tal vez fue eso.
Cuando me convertí en auror, tuve derecho a muchos archivos de casos resuelto y no resueltos... Fue una de las primeras tareas que me ordenaron hacer, revisar los casos incompletos y ver a cuales les podíamos dar seguimiento... Me topé con cosas absurdas, otras escalofriantes, pero ninguno me puso en tan mal estado como el que habría minutos después...
Era su nombre, en letras claras y grandes, con el sello rojo marcado como cerrado más no resuelto... Lo leí una y otra vez... Ví las fotos tratando de buscar alguna señal de que estuviese vivo en ellas, solo quería algo que comprobará que no era mi Severus al que se referían en las hojas... El principal sospechoso de su muerte fue su propio padre... También culpado de asesinato a la madre Severus un año y medio antes de la muerte de Severus...
Tomé el caso... Era algo que yo quería y necesitaba hacer. Y lo logré... Di con el bastardo... Seguía vivo, en un estado alcohólico deplorable, le di poción de veritasatum, y me contó todo, desde la primer golpe que le dió a la madre de Sev, hasta la primera golpiza a su hijo. Cómo mató a la madre y como después de la muerte, noto como mi Severus se parecía a ella, conforme crecía, y que finalmente lo violó y lo mató... Quise matarlo en ese instante, pero eso sería un favor a miserable vida... El tipo murió en un asalto.
Después de eso, porfin me permito caer en cuenta, que no volvería a ver a Severus, no escucharía su risa, ni sus ojos volverían a mirarme con tanto afecto... Me arrepiento de no decirle cuánto lo amo en vida...
Un vez, tú me contaste del espejo de Oesed , dijiste que veías a tus lo padres, yo ví a Sev, estaba a mi lado, mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cintura... Y él... Él apartaba los mechones de mi cabellos colocándolos atrás de mi oreja.
Sabes porque no me volví loco en azkaban... Porque de la misma manera en la que tus padres y Remus se te presentaron durante la batalla, Severus me acompaño en la prisión, el creyó en mi inocencia y me mantuvo lejos de la locura, conservo mi estabilidad, y nunca me dejó solo... El cuido de mí estando yo preso, incluso cuando logré escapar... El no me abandono.
- ¿Cómo era Severus? Físicamente, padrino.
-Severus... Tenía el cabellos negro como la noche y un poco ondulado, su piel era de un hermoso blanco, comparable con la nieve, su boca y labios eran pequeños y finos, belfos que siempre se mantenían de un hermoso rojo... Nariz pequeña y respingada... Y unos bonitos ojos negros, y aún así brillaban con tanta intensidad... Era pequeño de estatura... Me llegaba por los hombros, y de fina cintura y estrechas caderas, dedos largos y estilizados.
Era hermoso en vida Harry...
- ¿Lo sigues amando?
- Así es, mis amigos jamás supieron que me enamoré de el, y creo que daban por hecho que yo no me casaba porque no quería estar atado a una sola persona, pero yo encontré a la persona indicada hace mucho tiempo y le seré fiel cual perro.
-¿Entonces que es lo que te tiene en ese estado? ¿Porque tu sonrisa ha empezado a ser falsa?
- ¿Porque? Porque de un tiempo para acá, Severus ya no me visita, y me hace falta su presencia... Quiero reunirme pronto con él, pero... Tú me necesitas vivo Harry.
Tal vez... Él cree que ahora yo puede enfocarme en tí, y brindarte un ambiente familiar decente y quiero hacerlo, quiero verte crecer y que nos des nietos a tus padres, a Remus y a mí.
Harry...no te preocupes, yo estaré bien, siempre he estado en buenas manos.
Y así como le dijo su padrino, el se retiró de la habitación...
Sirius se quitó del balcón y yendo a su cama, busco una dibujo que había hecho de Severus como lo recordaba en sus noches de compañía mutua...lleno de vida
- Harry ha madurado mucho.
-¿Por que no venías?
- Me perdí en el camino.
-Me hiciste falta.
- Lo lamento... No fue mi intención.
- No te disculpes... Te extraño.
-Yo también lo hago... Con cada día que pasa.
-Quieres estar a tu lado...
- Todavía no es tiempo... Harry te necesita.
-¿Me esperarás?
- Todo el tiempo que sea necesario.
- Tu eres la luz que brilla en mi oscuridad, Severus... No vuelvas a irte.
-Nunca lo haré... Incluso si no me ves..
Siempre te esperé.
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Muchas gracias por tomar parte de su valioso tiempo y leer, también gracias por votar y comentar.
Cualquier cosa o duda escriban... Y yo se las contestaré.
Nuevamente, los personajes no son míos... Son de J.K. Rowling.