El anuncio ya se había dado y toda persona en Japón que supiera al menos un poco de moda hablaba de ello. Esa semana habían comenzado a correr rumores acerca de una alianza entre las agencias de modelaje ADA y PM, los cuales habían sido aclarados justo este día por la mañana, cuando ambas realizaron conferencias de prensa por separado en las cuales anunciaron que lanzarían en conjunto un nuevo producto al mercado y los rostros encargados de promocionarlo serían los modelos más famosos de sus respectivas marcas; lo cual causó gran revuelo y tenía al público expectante por el nuevo lanzamiento. Sin embargo, los dueños de cada agencia se cuestionaban ahora si había sido una sabia decisión el realizar el anuncio antes de poner el proyecto en marcha, pues las cosas no parecían salir según lo planeado.
- No sé quién rayos pensó que tienes siquiera el atractivo suficiente para estar frente a una cámara – gritaba el modelo de PM – pero seguramente debe haber tenido serios problemas con su visión o una percepción muy distorsionada de la belleza.
- Yo puedo decir que soy apuesto, y mis seguidores lo respaldan – respondía calmadamente el contrario – pero, ¿qué me dices de ti, Nakahara? Pequeño, pelirrojo y gruñón... Luces como un duendecillo o un hada del bosque que al enfadarse lanza llamas – dicho esto , retrocedió un par de pasos, pues sabía lo que estaba por venir.
Tal como se esperaba, el aludido lanzó un fuerte puñetazo al aire, justo al lugar donde segundos antes se encontraba Dazai Osamu. Su "compañero" sonrió burlonamente por lo fácil que había sido leer sus acciones, lo cual sólo logró enfurecer más al de baja estatura.
- ¡Tú, estúpido...!
- ¡Oh! ¿Cómo unos labios tan pequeños y delicados pueden lanzar semejantes palabrotas? – le interrumpió el moreno – ¡Vamos, las damas no deberían decir groserías! Es de muy mal gusto –dijo fingiendo pena mientras negaba con la cabeza.
- ¿A quién llamas dama, desperdicio de aire? – respondió mientras lo fulminaba con la mirada – Te voy a dar verdaderos motivos para estar confundido cuando te tenga debajo mío suplicando que me detenga.
- Que propuestas tan interesantes haces, Chuuya – contestó Dazai con un tono sugerente – No es algo que acostumbre, pero quizá haga una excepción contigo... Podría ser interesante.
Una sonrisa luminosa y unos ojos marrones con una luz de interés se mostraban en la cara del más alto. Chuuya, que aún no lograba asimilar lo que recién había escuchado, simplemente se mantenía estático en su lugar hasta que pudo al fin darle sentido y lanzó una patada cuyo objetivo era el rostro frente a él, pero desgraciadamente (para él), ésta fue detenida cuando se interpuso un brazo cubierto de vendas.
- ¡En la cara no, que de eso vivo! – gritó Dazai.
- Pff – farfulló – Menudas ganancias debes tener con un rostro tan soso.
- Vaya, pero si eso no es lo que parecías pensar hace unos instantes – sonrió malicioso – "cuando te tenga debajo de mí, suplicando" – le imitó.
- ¡Eh! – soltó abruptamente el de ojos azules – ¡Y..yo no me refería a eso! ¡Como si alguien en este mundo quisiera echar un polvo contigo! ¡No lo haría aunque me pagaran lo suficiente para comprar un lote de Petrus!
- Chuuya – pronunció el moreno con un tono y rostro tan serios, que detuvo las quejas del otro – Yo nunca dije nada de tener relaciones sexuales... Jo jo. Que pervertido.
- ¡Tú, idiota!
Esta vez si logró asestarle un golpe, y aunque fuera en el estómago, eso bastó para poner una expresión de triunfo en su rostro , pues con ello logró que el otro perdiera el equilibrio, cayendo de sentón al frío suelo.
- ¿Qué rayos crees que haces tirado en el suelo? – gritó Kunikida, quien llegaba en ese instante donde ellos se encontraban – Seguro fue otro fallido intento tuyo para suicidarte. ¡Más vale que te levantes y te pongas a trabajar o seré yo mismo quien cabe tu tumba!
- Ah, que injusto eres, Kunikida-san – reclamó el moreno – En realidad yo estaba haciendo una meditación en el suelo, eso ayuda mucho para poder enfocarte y trae buena suerte.
- ¿Eh? – exclamó perplejo - ¿meditar, dices?
- ¡Sí! – asintió efusivamente el suicida – ¿Por qué no lo anotas en tu libreta? Eso te será de gran ayuda para realizar tus ideales.
Y así comenzó a hacerlo el rubio, hasta que...
- Jajaja. Sólo bromeaba. Que ingenuo eres.
Fue entonces cuando Kunikida molesto por haber sido estafado por milésima vez, le soltó un golpe a su despreocupado colega.
- Sólo no te he golpeado más porque eso arruinaría todos los planes – dijo mirándolo con los ojos entrecerrados para dar la vuelta y marcharse, aunque se detuvo por un instante para hablar –. Más vale que se apresuren. Quedan 15 minutos para que comience la sesión.
Sin muchas ganas, Dazai se levantó del piso y comenzó a sacudirse el vestuario.
- Vaya. – comentó el pelirrojo, que hasta el momento se había mantenido en silencio –. Veo que no has cambiado mucho desde que te fuiste de nuestra agencia.
- Oh, ¿acaso me extrañas Chuuya?
- Si, claro – respondió con sarcasmo – El día que te fuiste sufrí tanto que casi acabo con una botella de mi mejor vino.
- Me halagas. Yo también sufrí mucho al irme... Incluso tomé algo tuyo para poder recordarte – admitió.
- ¡Eh! ¿De qué hablas?
- Tu oveja de peluche – contestó sonriente.
- ¡Fuiste tú...!
- Espero que hayas podido dormir bien sin ella.
- Y yo espero que estés listo para dormir eternamente...
- ¡Dazai! – escuchó resonar la voz de Fukuzawa, líder de la agencia a la que pertenecía - ¿Cómo es que lograste lucir así? Estás desaliñado... Corre a que te retoquen el maquillaje, ya está listo el resto del equipo.
- ¡Sí, señor! – volteó hacia el ojiazul – Mis disculpas, pero debo retirarme.
Chuuya simplemente observaba prácticamente lanzando llamas mientras los esteticistas se encargaban de que Osamu se viera presentable nuevamente. Ya se las pagaría por haber robado su preciado peluche.
Una vez listo todo, comenzaron a tomar fotos del dúo tratando de mostrar siempre elegancia y distinción (características por las que se destacaban las agencias PM y ADA).
- ¡Oh, Fukuzawa! – vociferó de pronto Mori – ¿No crees que sería buena idea una foto en la que estuvieran de espaldas al otro?
- Mm... Es una buena opción.
Dicho lo anterior, comenzaron a dar instrucciones para que se tomara aquella fotografía.
- Lo que buscamos es que sus posturas y expresiones reflejen sus diferencias como miembros de distintas agencias, pero al mismo tiempo que muestren la colaboración que existe – habló El líder de ADA – ¿Entendido?
Ambos modelos se dieron la espalda, quedando el más bajo ligerament recargado en el contrario.
- Perfecto – exclamaba el camarógrafo mientras hacía los ajustes necesarios.
Por desgracia (o afortunadamente), el joven de ojos achocolatados tuvo la brillante idea de seguir sus instintos y tomar el sombrero que segundos antes se encontraba sobre la cabeza del chico a su espalda, quien al notar su ausencia volteó listo para arrebatarlo de sus "manos de momia". Al final, se creó una cómica escena en la que Dazai sujetaba el accesorio lo más alto posible mientras que Nakahara trataba de alcanzarlo dando saltitos, aunque cuando se cansó de ser molestado notando que se aprovechaba y hacía burla a su corta estatura, le propinó un codazo en el estómago, logrando así que bajara sus brazos a la zona golpeada y recuperara su prenda.
Por supuesto, el camarógrafo no desaprovechó la oportunidad y tomó tantas fotos de la divertida escena como le fue posible. Y al terminar la sesión los dueños de las agencias creyeron que sería bueno agregarlas como parte de la sesión en la revista de moda a la que venderían la exclusiva para su publicación.
A los pocos días ya circulaban las fotos de la divertida pareja por las calles de Japón, y el público comentaba que seguramente ambos tenían una gran amistad, pues lucían muy cómodos y amigables el uno con el otro en cada una de las imágenes, había incluso personas que comentaban la buena pareja que harían, pues se notaba que había química entre ellos.
A los pocos días de que se publicara la sesión fotográfica de lo que los fanáticos llamaran la pareja Soukoku (pues gran parte de los vestuarios usados por ambos eran en tonos oscuros o negros), ambos se reunieron para dar una entrevista en la que trataron de dejar sus hostilidades de lado solamente mientras estaban rodeados de la prensa, pues una vez libres de las miradas ajenas no tardaron en volver a sus habituales tratos.
- Chuuya, el golpe que me diste después de que te quitara el sombrero casi me saca el desayuno.
- ¿Y de quién es la culpa? – contestó indiferente.
- Tuya, por supuesto. De hecho, deberías recompensarme por ello.
- Sigue soñando. Fuiste tu quien se lo buscó.
- Ah – hizo un mohín –. Eres tan malo conmigo, yo sólo quiero agradarte...
A los ojos del modelo estrella de PM, las palabras del contrario sonaban muy honestas, pero también podría estarle jugando una de sus bromas. Por ello decidió ponerlo a prueba.
- Tal vez lo haga. Pero a cambio quiero que me regreses a mi oveja.
- ¡Lo haré!
Chuuya no cabía en su asombro, por lo que no pudo evitar acercarse involuntariamente al castaño y mirarlo esperanzado.
- ¿En serio?
- Por supuesto – hizo una pausa y continuó –. En tus sueños.
Cuando estaba a punto de ser embestido (y duramente golpeado), aprovechó el movimiento a su favor para sujetar la pequeña mano de su compañero y juntar sus labios con los contrarios. Al principio sólo fue un ligero toque, pero enseguida comenzó un lento y dulce movimiento entre ambas bocas que mostraba todos los sentimientos contenidos que jamás serían capaces de expresarse en voz alta; se separaron lentamente, sabiendo que en el fondo ninguno de los dos quería perder ese contacto, por lo que Dazai recargó durante unos instantes su frente en la de Chuuya, mientras recuperaba el aliento.
- Bien. Con esto estás perdonado.
Sonriendo al contrario que aún se encontraba aturdido, se marchó. Dejando tan sólo confusión y enojo tras de sí. Como siempre que se apartaba del pelirrojo...