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W H I L E por Mena Matsuoka

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Notas del fanfic:

*Pareja principal: HaruRin
    *Pareja secundaria: SouRin
   
    .Portada: @DoriPanda
    .Historia: @DoriPanda.
    .Personajes: Free! Eternal Summer.
    QUEDA ESTRICTAMENTE PROHIBIDO CUALQUIER ACTO DE PLAGIO, YA SEA TOTAL O PARCIAL.

Publicada también en Wattpad bajo mi otro seudónimo @DoriPanda y el mismo título.

Notas del capitulo:

AMÉNLO

Rin no era el mismo.

Era cierto que desde que Haruka se había trasladado a Tokio al igual que Rin a Australia, nada era lo mismo desde entonces.

Pero había algo más.

Sus ojos carmín destellaban contra el vidrio de la ventana que mostraba las estrellas por encima de la ciudad.

Su rostro era de angustia, se veía distraído y frágil.

Cuando llegó a su destino, le pagó al conductor, y con una sonrisa bajó del auto.

Miró al gran edificio que se encontraba frente a él, su departamento estaba en el piso 6, y desde el suelo se notaba que era el único ausente.

Suspiró y se dispuso a entrar, saludando a quien reconociera, entró al ascensor con calma.

Miraba hacia el techo, después al suelo, buscando una distracción para quitarse de encima el aburrimiento.

Cuando llegó al piso, caminó directo hacia su departamento mientras sacaba las llaves.
Con suma tranquilidad abrió su puerta, para después cerrarla tras de sí.

Ni prendió la luz. No hacía falta.

Llegó a su habitación y cerró la puerta.

Su espalda golpeó la puerta, mientras que en un movimiento lento se llevó una mano para abrazarse y con la otra se cubrió la boca para evitar que sus sollozos se escucharan.

Lentamente resbaló por la puerta. Se dejó caer arrastrando su espalda hasta llegar al suelo.

¿Qué iba a hacer? No podía ir simplemente por la calle y decir: "¡Estoy embarazado!"

Tenía urgentemente que volver a Japón.
No iba a ocultarlo por siempre, no iba a impedir que el pequeño conociera a las personas más importantes de su vida.

Cubrió su rostro, llorando y suspirando.
Sus mejillas estaban tiesas, las lágrimas se habían secado.

Sabía que se veía fatal, pero no podía evitarlo más.
Todo el camino del hospital a su departamento había sido silencioso, por que sentía que si entablaba alguna conversación se quebraría.

Alzó la mirada, y entre la obscuridad de la habitación vio parpadear su celular. Con manos temblorosas se acercó y lo tomó del suelo.

¿Cómo te ha ido?

Haru

¿Por que ahora? ¿Por que justo ahora?
Había pasado un mes y ahora tenía que enviar ese maldito mensaje.

Prefirió no contestar, dejar las cosas como estaban. Además, al no responderle, tenía que ser obvio que no se encontraba bien.

[...]

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo que te vas?!

Su entrenador tenía una expresión de horror en el rostro.

-Lo siento... pero no puedo seguir.

No puedo seguir Esas palabras le habían llegado a fondo.

-Chico... ¿Hay algo que pueda hacer?

Rin, a pesar de estar evitando, derramó una lágrima mientras negaba lentamente con un movimiento de cabeza.

Su entrenador suspiró, y esos ojos azules le miraron. Le posó una mano en su hombro.

-No te preocupes... estas cosas pasan.

Rin se fue antes de derrumbarse nuevamente no sin antes recibir un apoyo del entrenador.

Nada de esto le era fácil.

Estaba perturbado, con rabia, confusión... sólo.

No podía decírselo a Haru cuando el negó lo que ambos habían hecho aquella noche de turismo en Australia.

Después de tanto caminar, se dio cuenta de que había llegado a un lugar apartado, era de el inicio de una construcción.

Miró alrededor verificando que nadie estuviese cerca.

Y se desahogo.

Su grito desde la garganta le perjudicaría después, pero ahora no importaba nada.

Con sus puños golpeó la pared mientras gritaba desesperado.
La ira era poderosa y destructiva.

Rin se desmoronaba poco a poco, le dolía, se llevó una mano a la garganta y la otra a su barriga.

No dejaba de gritar, su garganta ahora le dolía, pero no iba a encontrar otra oportunidad. Sus nudillos se agrietaron, a pesar de que el le ardían, no iba a detenerse por más que quisiera.

Era imposible toda esta situación, pero sabía que la sociedad evolucionaba, la ciencia, inclusive las misma personas.

Y el, desafortunadamente para él, era de esas.

Acarició levemente su abdomen aún plano y lo observó detenidamente. ¿Esto era un milagro o una maldición? para su doctor era un milagro más... para él era una maldición.

Esa maldita cosa en su interior le había hecho la vida imposible desde ahora, no iba a poder seguir el suelo por el cuál tanto sufrió, tanto se desgarró. Todo el esfuerzo que hizo por años se desvaneció en tan sólo un momento de pasión.

Pataleó en el suelo, se llevó ambas manos a su cuello y lo tomó con fuerza, las lágrimas no tenían alguna señal de cesar pronto. Su ira comenzaba a apoderarse de su mente.

Iba a abortar, su decisión fue realizada al llegar a aquél abandonado lugar.

Pero no lo iba a hacer en Australia, lo iba a hacer en Japón, para volver cómo nuevo, como si nada hubiese pasado, que los malos recuerdos se quedarán en aquella isla y no los tuviera aquí en Australia.

Aquél engendro iba a desaparecer.

[...]

-¡Gou!

La aludida miró y vio a el mejor amigo de su hermano llegar junto con ella para saludarla.

-Oh, Sousuke-lo saludó con una cálida sonrisa.

-¿También te llamó?

La pelirroja asintió.

-¿Te dijo que no le dijeras a nadie más?

Y confundida asintió.

Era una situación extraña, Sousuke estaba preocupado por su mejor amigo, se veía feliz en Australia por las fotos que subía a sus redes sociales, pero hace unos días dejó de publicar, cuando antes publicada por lo menos una foto al día.

No se veía con pensamientos de regresar pronto, incluso creía que en vez de volver cada vacaciones, iba a volver cada 2 años.

Inclusive, sus mensajes que antes contenían muchos emoticones ahora eran de lo más secos.

Bueno, solo había recibido el cuál le avisó que vendría.

Regreso a Japón. Ven sólo

Rin

Mucha gente apareció por una compuerta, algunos rubios y otros de raza asiática, y vio una cabellera roja incomparable. 

Pero había algo mal.

Su palidez era notoria, traía ropa demasiado casual a comparación de su estilo habitual. Su cabello lucía seco y un poco maltratado, la obscuridad se apoderaba de abajo de sus ojos, se notaba más delgado.

Lo vio acercarse, y una sonrisa débil apareció en su rostro. Pero traía vendas en sus manos, Sousuke trató de fingir que había ignorado los detalles.

-Hola Rin.

-Sousuke...

Ambos se miraron, y Rin sólo le tomó del brazo, acariciando, para poder evitar saludarlo con su choque de puños cómo era así de siempre.

-Onii-chan, que bueno que ya estás aquí con nosotros.

Rin se veía un poco alterado, pero al ver a su pequeña hermana relajó sus hombros, sintiéndose feliz y a gusto.

-Gou... ¿Puedes ir a casa? Sólo para que avisaras a Mamá... Pero no le digas a nadie más por favor.

La chica asintió y le abrazó para después irse.

-Sousuke... tenemos que hablar...

El azabache miró confundido, pero no tuvo más remedio que aceptar.

Al salir del aeropuerto, Sousuke le ayudó con su maleta al pelirrojo, y la anduvo cargando hasta que llegaron a un café cercano.

Rin se cubría con la sudadera que traía, no hacía mucho frío, incluso estaba soleado, lo cual le extraño a Sousuke.

-Rin, ¿Estás bien?

Era obvio que no, pero aún así, asintió.

-Bien... ¿Qué era lo que tenías que decirme?

Rin tembló un poco, y tomó del café que se posaba en su mesa, tranquilizándose un poco.

-Es... difícil de decir...

Rin se mordió levemente su labio, luchando por encontrar las palabras correctas.

-Es que... yo...

Dudaba.

Por mucho de que Sousuke fuera su mejor amigo, lo conocía perfectamente, podría enloquecer, o podría alegrarse, podría pensar que era una broma, u obligarlo de la forma cualquiera de decirle quien fue el responsable.

-Vamos Rin.

Sousuke le tomó de la mano y la apretó, sentía que Rin había pasado por algo difícil en Australia, sabía que Rin quería decírselo, quería gritárselo, pero era un tema sumamente importante y personal que no sabía cómo.

-No necesitas buscar palabras correctas-le aconsejó-sólo di-

-Estoy esperando un bebé.

Pero Sousuke miró fríamente al pelirrojo.

Rin se asustó un poco por la presión que Sousuke aumentó en su mano.

Miró a los ojos del moreno, no mostraban sorpresa, ni molestia, mucho menos felicidad... no tenía emociones.

Sus ojos se tornaron sombríos, y su boca estaba en forma de una fina línea.

Empezaba a creer que todo era una mala idea, esto de decirlo era mala idea, sólo tenía que haber ido al hospital y sin avisar a nadie, abortar a la basura de su vientre.

Sousuke se levantó y sin mirar atrás, sólo al frente, salió. Rin dejó unos billetes y salió a perseguirlo.

-Sousuke.

No respondió, parecía que se iba a un parque cercano. Era época de clases, por lo que no había niños cerca, estaba vacío.

-Sousuke, escucha.

Pero no se detuvo, y comenzaba a asustarse.

-N-No te preocupes... V-Voy a deshacerme de él.

No recibió alguna respuesta, sólo siguió al mayor.

-Voy a abortar.

Sousuke se detuvo.

 

Notas finales:

DENLE MUCHO AMOR


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