Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Modales, maleducado por Topo

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nop. No se aceptan protestas/quejas.

Esto es una pendejada random, chueca y medio incoherente que salió de mis atrofiadas neuronas en un cuatrimestre de mierda, JÁ-JÁ-JÁ. Ay.

 

 

Notas del capitulo:

cofcofUnicornioMoradoteamocofcof

 

 

Figura peligrosa y delicadamente esbelta, delicada piel nívea y tersa, pelo rojizo y alborotado, rapado a un lado, impresionantes ojos grandes y profundos, sonrisa acorazonada adornada con un diminuto piercing negro en el labio inferior, labios jugosos y apetecibles, presencia fuerte y sutil al mismo tiempo -olvidando su decepcionante estatura que no pasaba de los 1.70-; llego a la conclusión de que realmente era hermoso, sin duda alguna.

Una belleza exótica como Do Kyungsoo no se veía en todos lados. No era justo que un espécimen de macho alfa como él recibiera una jodida polla en su redondo, virginal, jugoso, hermoso y bien torneado culo. No lo era. Do Kyungsoo no iba abajo nunca. Y un cuerno. Do Kyungsoo era más que un simple mortal qu--

-¡Eres un bastardo hijo de puta! ¡Se acabó, estoy harto! ¡Que te jodan! -sus amorosos y para nada narcisistas pensamientos fueron interrumpidos por Baekhyun, quien estaba fuera de sí, y su potente voz llegó hasta sus oídos por encima de la estridencia de la música del antro, hecho una furia mientras se dirigía hacia la pista de baile, acompañado de Chanyeol.

El mas alto le dedicó una mirada de lástima antes de perderse de vista con Baekhyun, y no pudo evitar gruñir de frustración. Aquella discusión siempre salía a colación cada vez que Baekhyun estaba lo suficientemente despreocupado gracias al alcohol y dejaba salir sus frustraciones. No era su culpa, el le había advertido desde el principio a Baekhyun que no sera el pasivo, ni estaba dispuesto a recibir. Y aunque el mayor no perdía la esperanza de ser activo en algún momento, había aceptado sin quejas.

Soltó una corta maldición cuando vio a su ahora ex-novio que bailaba y restregaba sus caderas contra Chanyeol, y éste no lo detenía. “Como siempre ha sido un estúpido perro faldero y un perdedor que estaba colgado del mayor desde que era un patético mocoso fracasado...” pensó con desprecio, vaciando el vaso de cristal que apretaba entre sus manos. El whisky le quemó la garganta mientras bajaba, e hizo una mueca de desagrado. Prefería el tequila o el vodka.

Alborotó su pelo y decidió marcharse, acomodándose su campera de cuero.

El aire fresco de la noche le dio la bienvenida. Kyungsoo fijó un momento sus ojos en el cielo. Era obvio que tendría que volver a casa caminando. Era una reverenda estupidez creer que Baekhyun lo llevaría a su casa en su auto.

La luna arrancó destellos apagados a su pelo rojo, e hizo brillar el piercing de su carnoso labio inferior. Kyungsoo caminó desganado, arrastrando esporádicamente sus zapatillas contra el pavimento, la cabeza gacha y las manos hundidas en los bolsillos de su campera. Sus pantalones, negros y pegados a sus piernas, emitían un leve crujido casi imperceptible cuando la tela se frotaba entre si.

Escuchó delicados pasos tras el, y no tardo en deducir que se trataba de una chica, no tan agraciada, porque nadie es mas atractivo o atractiva que Do Kyungsoo.

La escuchó hablar pero no prestó atención, demasiado ocupado en maldecir a Chanyeol. Giró la cabeza y le dedicó, sin mirarla, un gesto grosero con el dedo.

La escucho hablarle, pero apenas podía registrar su voz, enfrascado en sí mismo.

Lástima que la mujer no entendía que el no estaba interesado en lo que sea que ella dijera, y que definitivamente no tocaba pechos, iugh, no. No estaba dispuesto a enrollarse con la chica, solo quería regresar a casa y aburrirse maldiciendo a Chanyeol por aprovecharse del quiebre de su relación con Baekhyun.

-Modales, maleducado. -escuchó la voz de la desconocida tras su espalda, interrumpiendo el rumbo de sus pensamientos, y antes de poder girarse airado para echar ese insoportable estorbo, algo con un olor picante fue apretado contra su boca y nariz, y perdió el conocimiento sin poder defenderse como quería, viendo con impotencia como la luz de la farola más cercana era engullida por las sombras de la inconsciencia.

~*~*~*~*~

Kyungsoo despertó con un dolor de cabeza terrible, y definitivamente muy mareado. Su estómago se revolvió peligrosamente, amenazando con devolver el alcohol antes ingerido.

Estaba en una habitación de hotel, posiblemente. Todo estaba limpio y pulcro. Las paredes estaban pintadas de blanco, no habían muebles, y las cortinas que daban a un pequeño balcón ondeaban sosegadamente. A un lado, había un pequeño armario, con un diseño tan pulcro y aséptico como todo lo que le rodeaba. Mas allá del armario, una puerta daba a un baño, y por otro lado había otra puerta. La de salida, dedujo.

Intento levantarse, pero comprobó que seria difícil porque sus muñecas estaban atadas a su espalda. El frio aire acondicionado hacía erizar su piel y tiritar, y se dio cuenta de algo que no había notado hasta ese momento: solo tenia sus boxers puestos.

Dios, Buda, Mahoma, Cristo, Zeus, ¡quien sea! ¡AYUDA!

Kyungsoo abrió mucho los ojos, y notar a alguien acostado a su lado, evidentemente noqueado también, solo agravo el horror que empezaba a tener. Antes de darse cuenta, un grito salió despedido de sí y sus esfuerzos por alejarse del desconocido surtieron efecto cuando su trasero y espalda se estamparon dolorosamente en el suelo.

Un grito ahogado, un ruido seco y una sarta de maldiciones le avisaron que el desconocido también había despertado gracias a su grito y había caído al suelo.

*

Después de varios minutos de confusión e histeria plagados de gritos y maldiciones en todas las lenguas conocidas, intentos desesperados por abrir la puerta y escapar, más gritos y una corta charla donde ambos se dieron sus respectivos apodos de secundaria; ambos miraban con recelo a su alrededor, como si una bomba fuera a aparecer en cualquier momento.

Kyungsoo no dejaba de vigilar a su compañero de encierro de reojo. Kai, como se presentó, soltó sus antebrazos y se dedicó a buscar posibilidades de escape, pero era inútil. No habían ventanas, el sistema de ventilación era demasiado estrecho para que pudiesen caber entre los conductos, y la puerta estaba bloqueada desde afuera con algo.

El armario estaba cerrado con llave, y estaba atornillado a la pared, así que no podían usarlo para derribar la puerta, que era mas recia de lo que parecía.

-Hola, Kai, D.O. -los dos chicos dieron un salto cuando la voz, salida de ningún lado, se hizo presente, y Kyungsoo la reconoció al instante.

-¡TÚ! -bramo, levantándose de un salto- ¡Jodida bastarda desquiciada! ¡Voy a--!

-Mal comienzo, maleducado.Cálmate o haré que te arrepientas de no hacerlo. -la voz lo cortó limpiamente, y Kyungsoo gesticuló furioso, levantando el dedo corazón a todos lados.

La risa de la joven se hizo presente, y luego su voz se endureció, sin dar lugar a réplicas.

-Bajo la almohada donde estuvo la cabeza de D.O, hay una llave. Esa llave abre el candado del armario. En el armario, hay un par de juguetes. Kai debe elegir, como mínimo, cuatro, y usarlos con D.O. De lo contrario, ustedes dos serán los únicos pasivos en una orgia de un par de sementales muy amigos míos, ¿queda claro?-la voz incorpórea dejó de sonar, y Kyungsoo sintió que la desesperación lo embargaba.

Kai se levantó dudoso, alternando miradas de el al armario. Kyungsoo asintió, y Kai soltó sus manos y se encamino al armario, abriendo las puertas de par en par.

Ante la vista de ambos apareció un amplio surtido, tanto de tamaños, como diseños y colores, de tapones, dildos, vibradores, anillos, pinzas, esposas, vendas, fustas, mordazas, slips, cadenas, collares, látigos, agujas, lubricantes, aceites, separadores, lociones, cuentas anales, pastillas afrodisiacas y sedantes, bolas chinas, y todo juguete sexual no apto para seres humanos vainilla.

Los ojos de Kyungsoo se abrieron tanto que Kai temió que se saltaran de sus cuencas y rodaran por el suelo.

-Oh, no. No, no, no. No haré nada, no me toques.- Kyungsoo entró en pánico, negando repetidamente con la cabeza y mirando el ventanal, casi como si estuviera reconsiderando lanzarse por allí.

-No tenemos otra opción. -Kai empezaba a sentirse inquieto a su vez y se acercó con cautela hasta tomar una de sus manos- Escucha, -dijo con suavidad, intentando calmar a un Kyungsoo que empezaba a hiperventilar y tironeaba su mano- sé que no me conoces, pero es necesario que confíes plenamente en mí. Me esforzaré en ser cuidadoso. Por favor. -rogó, apretando levemente la mano ajena.

Kyungsoo lo miró fijamente, horrorizado.

-No quiero ser atado, ni que pongas nada de esas cosas dentro de mí. -dijo tan rápido que al de tez morena le costo un poco entenderlo.

Kai asintió.

-Elige lo que puedes tolerar. -señaló con la barbilla el montón de cosas que se hallaban ante ellos.

-Nunca los he usado antes, aparte del lubricante. -admitió a regañadientes- Dame opciones.

-Yo sugiero... obvio, el lubricante. Creo que seria mejor que te bebas la mitad de una de las pastillas, ayudara a que te relajes. Si te bebes una entera literalmente quedaras dormido, y no me interesa ni un poco la necrofilia. -comentó serio- Entre las cosas más suaves que quedan... -dudó- Están la venda para los ojos... y creo que el separador. Las lociones y los aceites duran demasiado haciendo efecto, y dudo que quieras tener una erección de campeonato por seis horas. -murmuró, terminando.

-¿Lubricante, pastilla, venda y separador? ¿En ese orden? -enumeró, no muy tranquilo.

Kai se encogió de hombros y asintió por segunda vez. Parecía estar nervioso.

-Solo es lo que sugerí porque me pareció más inofensivo. Aunque es posible que tu creas que hay otra cosa.

Kyungsoo repasó con la mirada el repertorio en el armario.

Tapones, dildos, vibradores, bolas chinas, cuentas anales... ni de coña; anillos, pinzas, esposas, vendas, fustas, mordazas, slips, cadenas, collares, látigos, agujas... ni muerto; aceites, pastillas afrodisíacas, lociones... no gracias. No había nada en lo que confiara.

Solo quedaban las cosas que Kai eligió. Aunque la venda para los ojos no le hacia mucha gracia, la pastilla parecía demasiado inofensiva como para serlo de veras, y el separador no le daba buena espina.

-¿Para que son los separadores? -interrogo ceñudo, teniendo una mala sospecha de su uso.

-Son para... -Kai tosió, ligeramente incómodo- mantener tus piernas separadas, se ajustan para una determinada longitud en un rango de amplitud.

Kyungsoo casi se ahoga con su propia saliva, sus ojos desorbitados.

-Yo... uh... no se si pueda... -murmuró, horrorizado.

-D.O. -Kai suspiró y lo miró serio- Es cuestión de prioridad. ¿Es preferible que te follen varios a que lo haga uno solo?

Los labios de Kyungsoo temblaron, y negó lentamente con la cabeza.

-Nunca he hecho de pasivo. No me gusta.

-¿Lo has probado, siquiera? -inquirió Kai con demasiado interés para su gusto.

-Una vez, casi. Ni deje que me metiera nada. Tampoco me apetecía caminar como pato. -contesto con un gesto de desprecio.

Kai rió, y el sonido de su risa hizo que Kyungsoo se relajara un poco.

El moreno, para no perturbar al hombre más bajo, saco las cosas que utilizarían y volvió a cerrar las puertas del armario, cosa que contribuyó a que D.O detuviera las miradas desconfiadas hacia el armario y luego hacia él.

Titubeó cuando una pastilla perlada en la palma de la mano de Kai se extendió a el. Kyungsoo tomó la pastilla, vacilante.

-La cubierta es suave, en cuanto se moje con tu saliva pasara sin problemas. Te recomiendo que lo hagas rápido o el contenido de la cápsula se regara en tu boca y dudo que te guste. -lo animó Kai, con una sonrisa condescendiente.

D.O apretó los ojos y mordió con rapidez una parte de la capsula perlada, entrándola en su boca y tragándola con algo de dificultad.

Contuvo las ganas de escupirla y mandarlos al diablo a todos, pero temía en la amenaza de la desquiciada que muy seguramente les observaba. Suspiró y miró a Kai, preguntándose qué haría después.

-Un momento. -murmuró, percatándose de algo muy importante- No he visto condones. ¡No hay condones! ¡Esa bastarda hija de perra puso todo lo que le llego a su enferma cabeza llena de mierda y no puso condones! ¡Hija de la gran perr--! -bramó furioso, y Kai lo interrumpió.

-¡Cálmate un poco, ¿quieres?! -estalló, nervioso- Diablos. ¿Estás limpio? No es tan grave si no tienes alguna enfermedad venérea y eso...

-¡Pero, ¿qué diablos me preguntas pedazo de imbécil?! -rugió el mas bajo, alterado- ¡Pues obvio! ¡No follo sin condones! ¡Y definitivamente no me apetece que aparte de violar mi culo también me llenes con tus fluidos!

-¡¿Disculpa?! ¡Solo te hice una pregunta! -Kai empezaba a perder la paciencia.

-Pues si, limpio y con un culo virginal, ¿quieres más? -le espeto D.O agriamente.

-No era tan difícil decir eso desde el comienzo, ¿o sí? -Kai suspiro.

-No te corras dentro. -le advirtió Kyungsoo.

-Hecho. -accedió.

Ambos se quedaron en silencio, hasta que Kai miró a D.O.

-¿Qué haces? -interrogo con brusquedad el más bajo cuando Kai avanzé hasta él, deteniéndose muy cerca.

-Besarte. -contestó con simpleza- Estás tenso, estoy tenso. Una erección no resultará si estamos tensos. -alegó, bajando la cabeza hasta que sus labios alcanzaron los suyos.

*

-Ten cuidado. -siseó el hombre de piel pálida cuando Kai lo empujó con gentileza contra la cama, pero no se resistió.

Kai alargó el brazo y alcanzó la venda para los ojos, haciéndole una mueca significativa al hombre bajo el. D.O se rindió y cerró los ojos, gesto que Kai interpretó como una señal para continuar.

Deslizo sus manos por el cuerpo del hombre mas bajo, acunando su media erección y acariciándola hasta que las piernas de D.O no tuvieron fuerzas para mantenerse juntas.

-Veamos aquí... -murmuró el moreno, besando y succionando con suavidad la piel que bordeaba un endurecido pezón color rosáceo.

D.O se removió levemente, admitiendo sin palabras que se sentía bien. Rehuyó al contacto cuando hubo un leve mordisco en su piel sobrecalentada y temblorosa y dejó salir un suspiro cuando el mordisco fue subsanado por otra lamida. Se removió otra vez, intentando no hacer ruido. Odiaba el ruido excesivo a mitad de follada.

Pero, cierto, al que estaban follando era a él.

Sin embargo, Kai sabía lo que hacía. Eso era obvio. Manos ejerciendo lo justo de presión para hacerle cosquillear la piel, toques acertados y movimientos calculados y lentos. Estaba en medio de un colapso mental mientras se concentraba en no ahogarse con su propia saliva y mantenerse lo mas silencioso que podía.

Kai lo hizo girar hasta que quedó boca abajo, rodillas contra el colchón y cara contra las mantas, y con rapidez le colocó el separador, con tanta maestría que cuando Kyungsoo intento resistirse el otro ya terminaba de abrochar los cierres en su pantorrilla.

-¡E-Espera! -el mas bajo medio se ahogó cuando intentó cerrar las piernas con más ímpetu en respuesta a la corriente de aire frío que golpeó el lugar que pensaba no dejar profanar.

-Relájate. -ordenó Kai con suavidad, poniendo una mano en medio de su espalda y presionándolo hacia abajo, de modo que su trasero quedara justo a la altura de su rostro.

-No es tan fácil cuando estás en mi posición. -protestó el otro con obvia molestia.

-Eso fue muy sugerente. -bromeó el otro hombre con ligereza, antes de dedicarse a su tarea.

Su respiración caliente puso a Kyungsoo a temblar como una hoja, ansioso y asustado. El hecho de no poder ver nada solo estaba agravando su nerviosismo ante la posibilidad de ser empalado en seguida, pero todo aquello se fue por el caño cuando los labios bulbosos de Kai rodearon sus testículos y su lengua rodó por ellos, alcanzando también la base de su pene.

La protesta murió en algún lugar de su garganta y sus ojos casi rodaron hacia atrás a la vez que uno de los dedos húmedos de Kai acariciaban perezosamente su apretada entrada, como si solo buscara hacerle cosquillas placenteras allí.

Tanta estimulación allí atrás lo tenía empujando sus caderas en un intento desesperado por conseguir un orgasmo.

-Hazme terminar, diablos, deja de jugar. -farfulló entrecortadamente, extendiendo una de sus manos por debajo de su cuerpo en un intento por localizar la cabeza de Kai y presionarlo contra el, pero solo pudo alcanzar las sábanas bajo su sudoroso cuerpo.

-Necesito que te relajes, ahora. -murmuró Kai desde allí atrás, su lengua moviéndose perezosamente por el mojado pene de D.O y las vibraciones de sus cuerdas vocales repercutiendo en su eje.

-¡Maldita sea, ya deja de jug–! -D.O se atoró con su saliva y ahogó un profundo gemido que reverberó desde lo profundo de su garganta cuando los dedos de Kai presionaron los contornos de su entrada para abrirla, y su lengua, caliente, mojada y suave, acarició su esfínter.

El shock atravesó a D.O, dejándolo paralizado, todos los músculos tensos y su boca abierta en un silencioso sonido. Tal fue la fuerza que Kai se detuvo, dudoso.

-¿Estás bien? -murmuró preocupado de haberse pasado, dando una caricia relajante a los tensos y apetitosos globos pálidos.

-Hazlo otra vez. -hubo un jadeo derrotado, y D.O escondió el rostro, para que Kai no viese su cara enrojecida.

Otra profunda lamida, y su cuerpo estaba empujándose hacia atrás. Kai le soltó, dejándole marcar su ritmo, y D.O se movió con desespero, buscando mas fricción.

Diablos, si Kai le pidiese algo, no dudaría en dárselo.

Sin embargo, el moreno no estaba dispuesto a dejar que el mas pálido tomase las riendas, y se separó, provocando un gemido de irritación. Esbozó una sonrisa de satisfacción y presionó su mano entre los omóplatos de D.O, obligándolo a bajar completamente la parte superior de su cuerpo, exponiendo aun más su indefensa retaguardia.

Entonces, empezó el asalto.

D.O olvidó que su cadera empezaba a punzar y sus piernas se resentían, poco acostumbradas a aquella posición prolongada y a la presión del separador, olvidó su reticencia a ser pasivo, olvidó que era observado, olvidó todo mientras aquella lengua pecaminosa hacia algo tan sucio en el, lamiendo, chupando, haciendo sonidos obscenos que solo le llenaban azuzaban la desesperación, hasta que solo quedó la cruda necesidad de correrse hasta morir.

Un momento de lucidez lo hizo recordar a Baekhyun, intentando convencerlo de las ventajas de hacerle un rimming.

-Tenía razón... -farfulló, atrayendo la atención de Kai- Aah~

-¿Quién? -preguntó el moreno en un distraído tatareo, intercalando lamidas con caricias.

-M-Mi novio... no, m-m ex... -Kyungsoo solo podía alzar más su trasero.

-¿En que tenía la razon? -murmuro, y su aliento caliente hizo que Kyungsoo temblara.

-Fastidiaba demasiado para que comiera su culo y ¡oh–! -se mordió la lengua cuando Kai, malicioso, prorrumpió con descaro en el interior de su trasero, su lengua acompañada de un dedo que se dedicó a abrir sus paredes.

Para D.O todo aquello se sentía extraño, pero estaría mintiendo descaradamente si afirmaba que no le gustaba. Por todos los cielos, se estaba volviendo loco por gritar para liberar la sensación que lo tenía clavado allí, alzando sus caderas mientras su trasero era comido por Kai, por un completo desconocido.

Desde allí atrás era audible el sonido mojado de la saliva de Kai y el lubricante, junto con los chasquidos húmedos contra su piel.

Kai se incorporó, pegando su pecho a la espalda de D.O y vigilando su expresión cuando introdujo dos dedos de golpe y los dejo allí. Los labios gruesos del más bajo se fruncieron en incomodidad, y su mandíbula se tensó. Sin embargo, no hizo nada para protestar.

-Duele. -murmuró.

-Lo estas haciendo bien, solo mantente relajado. -el moreno estaba algo impaciente mientras procuraba ser cuidadoso expandiendo la entrada de D.O para recibirlo. Ni siquiera estaba pensando en la loca que los miraba.

No era de piedra, y su pene estaba más que ansioso en enterrarse en las profundidades de D.O., sin contar que el hecho de ser el primero en tomar su inerior fuese él lo tenia frenético, con los impulsos bestiales y primarios a flote.

-¡Maldición! -el hombre bajo Kai gruñó, modulando con dificultad y respirando por la boca.

Kai sonrió y clavó los dedos hasta el fondo, viendo con satisfacción cuando el otro cuerpo se crispó violentamente e intentaba inútilmente salir de su agarre.

-Hola~. -canturreó con malicia.

D.O supo que estaba perdido cuando el moreno clavó un par de veces mas sus dedos. Apretó las sábanas entre sus dedos, modulando maldiciones y a punto de echar por la borda su orgullo y lloriquear un poco por piedad.

Kai se sostuvo solo con sus rodillas y movió la mano que usaba como apoyo para su cuerpo hacia en pene chorreante de D.O. Solo bastaron un par de movimientos cuando el interior del mas pálido se contrajo con fuerza alrededor de sus dedos y su pene se hinchó para dar paso a una carga de semen perlado que ensució los dedos de Kai.

El cuerpo de D.O se rindió, lánguido, pero ni por asomo Kai había terminado, y aprovechando el estado de relajación de D.O, forzó una rápida entrada a su interior, impulsando sus caderas. Y como respuesta, igual que un reflejo, las caderas del pálido empujaron hacia adelante.

-Hijo de puta... -se quejó Kyungsoo en un jadeo, girando el rostro hacia atrás a pesar de no poder ver nada y moviendo una de sus manos para morderlas y mantener a raya su voz.

-Relájate. Ábrete para mi y déjame entrar. -murmuró Kai con suavidad, intentando tranquilizarlo.

Kai no se movió, su eje enterrado a medias en el interior de D.O.

Con suavidad empezó a empujar, apretando los dientes y mordiendo su lengua para evitar sujetar las pálidas caderas y embestir a un ritmo bruto.

D.O emitió un gruñido adolorido, pero no protestó realmente, demasiado aturdido por la recién descubierta sensación de tener un pene profundamente enterrado en su culo, llevándolo a un lugar desesperante y extraño, pero aun así caliente en un grado desconocido.

El moreno no pudo reprimir un gruñido placentero. Acababa de descubrir que le encantaba el interior aterciopelado y palpitante del otro.

Kai había esperado demasiado, y empezó a embestir, a un ritmo lento pero contundente. D.O estuvo a punto de decirle un par de cosas nada amables cuando un lento pero potente empujón lo hizo perder balance y caer de rostro a la cama, pero lo olvidó cuando el mas exquisito calambrazo atravesó su médula como un shock eléctrico, dejándolo flojo, y a seguidas, otro volvió a dejar estrellas multicolores tras sus párpados cerrados.

Toda protesta murió cuando otro empujón, desesperantemente lento pero igual de intenso volvió a sacudirlo.

-Más duro, más rápido, ¡Dios! -suplicó, sujetándose a la tela bao él y arqueando la espalda, estirando su cansada cadera y permitiendo que las correas del separador se clavaran en la sensible carne de sus pantorrillas.

-¿Y? -gruño Kai, agachándose para mordisquear la oreja del otro- ¿A que no es tan malo? -dijo con un toque de diversión.

-Cierra la puta boca y jódeme mas duro, bastardo. -le ordenó el mas bajo, huraño, con el cuerpo hormigueando y falto de fuerza producto del orgasmo anterior y la hipersensibilidad del que se avecinaba a una velocidad alarmante.

-¿Así? -Kai fue más suave, burlándose.

-Púdrete. O te mueves de verdad o yo cogeré tu culo hasta que aprendas. -amenazó débilmente.

-Te lo advierto, me gusta duro. No juegues con fuego. -murmuró Kai, con un ojo entrecerrado por la concentración en llevar el ritmo.

-Jó-de-me. Duro, maldita sea, no seas nena. -gruñó el hombre, y Kai se estrelló contra el.

Kyungsoo no se arrepintió cuando sintió que Kai tomaba un mechón de su pelo y tiraba de el, obligándolo a mover la cabeza hacia atrás. Sus caderas golpeaban con intensidad contra la curvatura de su trasero.

-Oh, tú-vas-a-sentirme-mañana, en-cada-maldito-paso-que-des, y en cada-maldito-asiento-donde-intentes-poner-tu-precioso-culo. -prometió Kai con un gruñido, sincronizando cada palabra con un fuerte empuje.

-Aah... Ahí. -el estrangulado gruñido gutural de D.O se perdió entre sus propios jadeos y los de Kai, los dedos morenos clavándose en sus caderas dejando marcas enrojecidas, y el pistoneo intenso y controlado que Kai mantenía.

Iba a morir o a correrse, lo que ocurriera primero.

Tras el, Kai había perdido el control, remontándose sobre un D.O que se retorcía, dividido entre gritar o suplicar, empujando a su vez para empalarse a sí mismo, la boca abierta en un intento de tomar aire y la piel enrojecida por el esfuerzo.

-Malditamente bueno. -gruño Kai, la mandíbula tensa por el esfuerzo y el sudor empapando su pelo alborotado.

D.O movió una de sus manos hacia su entrepierna para liberarse de la atorrante presión agrupándose en su abdomen bajo y haciendo colapsar sus neuronas, pero con un rápido manotazo Kai apartó su mano, y D.O gruño desesperado.

-Hazme acabar, rayos, necesito acabar! -D.O maldijo como nunca, su voz una octava más aguda, para la total humillación de la mínima parte de raciocinio que quedaba en el.

-Espera. -gruñó Kai, apretando sus caderas y liberando una de sus manos para sujetar su pene en un agarre ajustado y casi doloroso- Ahora, quiero que te corras ahora. -siseó, empujando con mayor fuerza, y como si su voz fuese un detonante, D.O entro en combustión desde adentro hacia afuera, cada uno de sus huesos prendiéndose en fuego y un grito estrangulado saliendo de su garganta.

Pero Kai no había terminado aun, y continuo empujando en D.O, hasta que este se quejó por la insoportable mezcla de dolor y placer. Solo entonces el moreno salió de su interior y bombeó agresivamente su pene hasta que se corrió, salpicando con su semen perlado las nalgas y la espalda del hombre que se retorcía en la agonía del éxtasis.

Para su sorpresa, D.O estaba ya medio duro, y en un impulsivo arranque, Kai arrancó la venda de sus ojos y quitó velozmente el separador, empujando a Kyungsoo hasta que este quedó bocarriba, y a seguidas, se lanzo hambrientamente sobre su pene, chupando agresivamente, hasta que en solo cuestión de segundos D.O se desarmo por completo, sus manos hundidas en el pelo castaño de Kai y sus grandes ojos rodando hacia atrás, temblando violentamente y gritando por ultima vez su liberación.

Kai se separó con una ladina sonrisa, limpiándose los labios con el dorso de la mano, y D.O lo sujetó del pelo con fuerza, tirando de el para un beso castigador.

Ambos estaban exhaustos, y sus labios, gruesos contra gruesos, enrojecidos contra enrojecidos, perforado contra no perforado, se movían con progresiva languidez hasta que solo fueron leves presiones perezosas.

Kai se movió, separándose de el por un momento y tomando la tapa de una de las almohadas y usándola para limpiar a su compañero y luego a él mismo.

-¿Y ahora qué? -murmuró Kyungsoo, incómodo por ser limpiado.

Kai se estiró fuera de la cama, pescando sus boxer y los de Kyungsoo del suelo. Con un gruñido de aprobación regreso a la cama, dándole su ropa interior al otro y colocándose la suya sin vergüenza.

El otro hombre se vistió rápidamente y quedo tieso después, sin saber qué hacer.

-Ven aquí. -el hombre de tez morena tiró de el, halándolo lejos de la zona húmeda por semen y sudor, y acomodándose en una zona seca- Deberías descansar.

Kyungsoo lo miró con el ceño fruncido, y Kai le dio una perezosa sonrisa. Sus ojos adormilados parpadearon suavemente.

-Duerme tú, yo estaré atento a la desquiciada. -gruñó D.O.

-Despiértame si ocurre algo. -murmuró Kai, medio adormecido ya, acomodándose para que sus largas piernas no tocaran la zona húmeda.

Kyungsoo asintió, moviendo la sábana para cubrirlos a ambos.

*

El cuerpo de Kyungsoo se sentía pesado. Hacía mucho tiempo que no se sentía así.

Si bien prefería ser el activo por encima de todas las cosas, eso no significaba que le gustara estar al mando. Prefería moverse poco y dejar a su amante moverse, montando su pene y haciendo casi todo el trabajo.

No por nada muchos de sus ex’s no dudaron en recordarle que era un bastardo egoísta y un cabrón integral.

Sus meditaciones se rompieron cuando un leve movimiento suyo le recordó que estaba dolorido. Sus muslos punzaban, y su cadera se sentía entumecida. Por no mencionar su agujero profanado, que dolía un infierno. Solo en ese momento se arrepentía del estúpido impulso de exigirle a Kai que le follara más duro. Aquello fue inhumano.

El único indicio de dolor expresado en el rostro de D.O fue una torcedura de labios y la tensión de su mandíbula al momento en que Kai se movió medio dormido y se pegó a el, su erección presionando entre las mejillas de sus nalgas, rozando el recién roto agujero.

-¿Qué acaso este tipo es insaciable? -murmuró, acomodándose precariamente, en tanto Kai murmuraba algo y se pegaba aun mas, atrayéndolo contra el y sosteniéndolo apretado.

Kyungsoo no era partidario de ser abrazado, y menos aun de la cucharita, pero teniendo en cuenta las circunstancias, Kai era lo único estable, por el momento, a lo que podía aferrarse.

Cerro los ojos cuando el aluvión de miedo regresó a él. Estaba asustado. No sabía como terminaría todo aquel infierno.

No supo cuando, entre el frio aire acondicionado y el calor del cuerpo de Kai, se adormeció.

*

Un leve crujido que no provenía de Kai alertó a Kyungsoo.

Abrió los ojos de golpe, a tiempo para ver como la puerta que antes estuvo bloqueada se abría y cerraba.

A un lado de la puerta habían deslizado una pequeña mesita de ruedas, con sus ropas dobladas en ella y su calzado justo al lado.

Se quedó quieto.

-¿Aun disfrutando el orgasmo? -la voz irritante de la mujer rompió el silencio, y Kyungsoo dio un respingo.

-Jódete, perra. -contestó, lo suficientemente alto como para que ella lo escuchara. Se arrebujó mejor bajo las sabanas.

-Di lo que quieras, jodido hipócrita, tu realmente naciste para ser follado. Apuesto mi piel a que quieres otra ronda. ¿No es así, lindo pasivo? -se burló ella.

-Púdrete. ¿Qué carajo quieres ahora? -le espetó.

-Qué agrio. Seguro estas mas solo que pingüino en el desierto, jodida perra. -rió ella y Kyungsoo bufó- El punto es, que ustedes son la combinación mas caliente que visto. Me voy a dedear toda la vida con ustedes dos.

-¿Grabaste esto? -se escandalizó Kyungsoo, levantándose de golpe y haciendo una mueca cuando su dolorida retaguardia le recordó que aquello no era una buena idea.

-Ah~ qué amargado, te halago y en vez de agradecer te enfadas. -suspiró, dramática- Pero, para tu tranquilidad, soy tan egoísta como tu, y no voy a compartir mi tesoro. -hubo una risa enloquecida- ¿Crees que voy a dejar que otra persona vea esta obra maestra? Pues no. -otra risa maníaca lastimó los oídos de Kyungsoo.

-Esto es un maldito delito, ¿sabias? -gruñó.

-Oh, lo sé. Pero valdrá totalmente la pena. Mis compañeras de prisión no serán tan felices como yo. Ah~~ realmente quisiera tener un pene y follarte. -canturreó.

-Estás jodidamente loca. Maldita degenerada, desquiciada de mierda. -murmuró Kyungsoo.

Una larga carcajada fue la única respuesta.

-¿Qué hablan ustedes dos? -Kai se despertó al fin, mirando a D.O y a su alrededor, confuso.

-Oh, nada. Solo le comentaba a D.O que su ropa esta junto a la puerta, y que ya son libres de irse. Yo también me voy. Adiós niños~~ -terció la mujer, con otra risita.

Se hizo el silencio, y Kai miro al otro hombre, interrogante.

Kyungsoo frunció el ceño y negó con la cabeza. Kai se encogió de hombros y se estiró después, perezoso.

Se levantó pesadamente y caminó hasta la mesita, tomando sus ropas. Se colocó sus pantalones y miro al hombre que seguía en la cama, sin moverse, mirando al suelo. Entonces un relámpago de pánico cruzó por su cara.

-Mierda. ¿Estás bien? ¿Te hice daño? -avanzo rápidamente y se sentó junto al otro. Escaneo su cara y sus manos flotaron por encima de los hombros de Kyungsoo- Mierda, mierda, mierda. Debí ser mas cuidadoso, lo lamento tanto. -se disculpó.

-Estoy bien. -murmuró al fin el otro hombre, con aspereza.

Kai se levantó y tomó la ropa de D.O, llevándola a la cama. Observó en silencio los movimientos cautelosos del mas bajo, y le alcanzó cada pieza.

Kyungsoo ignoró la penetrante mirada del otro y guardó sus llaves y su móvil, apretándose en su campera y reprimiendo otra mueca cuando se levantó y su irritada intimidad protestó. Usar boxer y pantalones ajustados no estaba haciéndole ningún bien.

En silencio, ambos se levantaron y salieron. Atravesaron un largo pasillo con luces parpadeantes y salieron al fin. El lugar era un motel de mala muerte, a un lado de la carretera que conducía a las afueras de Seúl.

-Vaya. Me alegra que haya tenido la decencia de traer mi auto. -murmuró Kai, mirando un Mercedes plateado estacionado frente al motel.

Kyungsoo tragó saliva y no contestó. Él no tenía auto. Su trabajo le daba para pasar el mes holgadamente, pero no para comprar un auto. Si Kai no le daba un aventón, entonces tendría que regresar a casa caminando. Su teléfono no tenia saldo, así que estaba varado.

-¿Quieres que te de un aventón? -preguntó Kai, dudoso, cayendo en la cuenta del silencio hosco y preocupado del otro.

-Supongo. -contestó con suavidad.

Kai sonrió y empezó a caminar, sacando sus llaves y desactivando el seguro centralizado del auto, que emitió un leve crujido.

 

En la pantalla, el GPS indicaba el punto exacto donde estaba el apartamento de Kyungsoo.

Kai conducía, relajado y concentrado. Había una emisora emitiendo una cancioncilla pegajosa, y el hombre la tatareaba. Una tenue sonrisa adornaba sus labios, y miró una vez al hombre en el asiento del copiloto, y al verlo con los ojos clavados en el le dirigió una sonrisa antes de seguir conduciendo.

Kyungsoo se fijó detenidamente al fin en el hombre.

Tenía que admitirlo, Kai era un hombre guapo. Su piel era ligeramente morena, como si estuviese recubierto de miel opaca. Su pelo revuelto le hacia ver joven, pero la linea de concentración en su cara lo hacia ver maduro. Su aspecto le hacia competencia al de Kyungsoo, realmente era apuesto.

Al llegar al apartamento, Kai detuvo el auto, y D.O asintió.

-Mi nombre es Do Kyungsoo. -dijo quedo al momento de abrir la puerta

-Do Kyungsoo. -lo llamó Kai cuando iba a cerrar la puerta- Soy Kim Jongin.

Kyungsoo sonrió al momento de cerrar la puerta tras el, y caminó hasta el portal, entrando después de dar un ultimo vistazo al auto.

Kai –Kim Jongin– era un hombre muy agradable, tano que no le importaría volver a verlo en otro momento.

 

* * *

 

Kyungsoo emitió un gruñido de queja mientras Yixing pinchaba con delicadeza artística la carne en su plato, insensible ante la molestia de su amigo.

-¿Por qué tengo una mierda de amigo como tú? -preguntó Kyungsoo retóricamente, apuñalando su comida con irritación ante la indiferencia del chino.

-Seguramente porque eres un hijo de puta grandísimo y ya con tenerme de amigo se ha obrado el milagro del siglo. -contestó el chino con simpleza- Ahora, deja de ser tan quejica y dejame comer en paz. No necesito escuchar tus frustraciones mientras me alimento.

Kyungsoo gruñó.

La verdadera razón por la que estaba despotricando no era porque Baekhyun lo dejó por Chanyeol y este le advirtió sin tapujos que como le viera coqueteando a Baek no dudaría en partirle la madre y dejarlo menos bonito.

Realmente se quejaba porque estaba frustrado sexualmente.

Sus ligues de una noche solo lo dejaban peor, e intentar permitirle a alguien follarle acabó de forma desastrosa.

En menos de una semana había golpeado sin querer a uno de sus ligues cuando este intentó ir arriba, su traidor pene se negó a funcionar mientras estaba con otro, y se ganó un golpe porque a mitad de una follada su erección bajo y ni corto ni perezoso se vistió y se largó.

Para rematar la desgracia, lo único que lo ponía dolorosamente duro era el recuerdo de estar inmovilizado, con los ojos vendados, siendo follado por Kai. Y nuevas fantasías se agregaban a esa, añadiendo combustible a un fuego que no podía consumirse ni apagarse.

Necesitaba volver a ver a Kai.

Y cada noche, los largos paseos en solitario que daba solo eran búsquedas desesperadas, ansiosas. Nunca lo vio, nunca localizó al hombre que había hecho que su vida de libertino desconsiderado se volteara patas arriba.

Iba de mal en peor.

*

¿Como, de entre todos los posibles escenarios, terminaba en esa situación? No lo sabía, no lo entendía.

Sus labios se separaron, pero no hizo ruido. Su brazo estaba retorcido a su espalda casi dolorosamente. Tras el, la respiración pesada de Kai enfriaba el sudor de su espalda mientras empujaba contra su dolorido agujero.

Solo sabía que en una de las desesperadas salidas/búsquedas en bar encontró a Kai. De ahí, las cosas habían ido cuesta abajo, y ambos terminaron de esa forma, con él inclinado y con la mejilla apoyada de los frios azulejos del baño en tanto, Kai, aka Kim Jongin, el causante de su distracción en el trabajo y sus frustraciones sexuales, lo follaba hasta la inconsciencia.

Sus pantalones envueltos alrededor de sus tobillos no le permitían mucho margen de movimiento, pero Jongin se las había arreglado para inclinarlo por encima del inodoro y hacerlos perder la cabeza.

Al menos tenía la certeza de que Kai estaba tan desesperado como el. Apenas pudieron intercambiar más que un un par de palabras. Todo era acerca de instintos básicos.

No sabía si era por el alcohol pero su cabeza se sentía pesada, y no podía hacer mas que dejar que Kim Jongin lo follara hasta que olvidara su nombre.

Y al momento en que llego el orgasmo.

Buen Dios, Jesús dulcísimo, Ave María purísima.

Kyungsoo se desmayó. Sin haberle pedido su teléfono.

Muy bien, ebrio desesperado.

*

-¡BUENOS DÍAS, PERRA! -la horrible cantaleta de Yixing era aun peor por el dolor de cabeza del tamaño de toda Asia que Kyungsoo tenía.

Las cortinas de su habitación fueron abiertas de par en par, dejando pasar la hiriente luz del sol, y las mantas que mantenían a Kyungsoo a salvo fueron apartadas cruelmente.

Un demoníacamente radiante Yixing bailoteó por toda el lugar, regodeándose al ver a su amigo gemir y retorcerse en la agonía de la resaca.

Desde algún lugar frente a las alacenas del hogar de Kyungsoo, el estruendoso cacareo de victoria de Sehun se dejó escuchar, indicando que había encontrado algo delicioso de comer y se disponía a disfrutar el botín robado.

El paso de Zitao hacia el baño del resacado durmiente tampoco pasó desapercibido, en conjunto con el ruidoso suspiro de alivio y el sonido de la cadena del inodoro entrando en funcionamiento. Como bonus, estaban los altos comentarios groseros del hombre acerca de la plana decoración sin estilo del baño.

Kyungoo no tuvo de otra que arrastrarse fuera de su cama.

Su día estaba empezando realmente mal.

*

Huraño, no dio su opinión acerca los chismes que intercambiaban Sehun y Tao, e ignoró la sonrisa pervertida de un retraído Yixing texteándose con Junmyeon.

No quería admitirlo, pero se sentía derrotado. Intentó duramente no pensar en Jongin, y se dedicó a dejarlo atrás, como si fuese otra de esas noches de fiesta en que la amnesia se hacía cargo de él.

Dio un sorbo a su batido y tomó su celular, dedicándose a borrar fotos de su galería de imágenes cuando entró un nuevo mensaje de texto.

¿Quieres acompañarme a almorzar hoy?

Frunció el ceño, fijándose en el nombre del contacto que le había enviado el mensaje.

Kim JongIn b25;

Y él no había guardado su número.

Oh. Kim-maldito-Jong-entrometido-In.

Sonrió. Ante sus ojos su celular pareció ser más valioso que el diamante más cotizado del universo.

Empezó a teclear un rápido asentimiento. Ya después discutiría con el hombre acerca del significado de la privacidad de su teléfono.

 

 

Notas finales:

Incoherencias y pendejadas fuera de contexto van a mi cargo, y me vale un huevo~~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).