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En cinta por ryuzaki uzumaki

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Notas del fanfic:

Si no has leído la primera parte de esta historia, no te preocupes, puedes entenderla sin necesidad de saber que paso anteriormente.

Notas del capitulo:

Pedradas y amenazas de muerte al final
¡A LEER! 

-¿¡En cinta?!- Pregunto Saori emocionada, con un leve sonrojo en sus mejillas y una sonrisa de oreja a oreja

-Efectivamente señorita, los síntomas apuntan a eso, sin embargo para estar seguros tomare una muestra de sangre y la llevare a analizar en los laboratorios, mañana a las 7:00 a.m. podrán venir a recogerlos- La doctora se levantó, tomando de un cajón una jeringa sin abrir y una liga para hacer un torniquete en mi brazo

-Pero… es imposible- Por otro lado yo estaba incrédulo, era tanto que digerir.

-No lo es señor Kido, usted está esperando un bebé, calculo que tiene un mes como mínimo por todo lo que usted me cuenta- “¿Cómo era posible?” era lo único que mi mente podía pensar

-Pero… soy hombre… ¡Lo juro!-

-Señor Kido, comprendo que este asustado y que esto le sea tan incoherente, pero esto le sucede a uno de cada mil hombres-

-¡¿Mil hombres?!- Saori se cubrió sus labios con la punta de sus dedos al pensar que había elevado su tono más de lo necesario

-Sí, normalmente los hombres escogen a mujeres, es por eso que no se detectan con facilidad, piénselo de esta manera señor, usted es capaz de engendrar a un bebé y capaz de embarazar a una mujer-

-Pero… ¡¿Pero cómo nacerá?!- estaba tan asustado… nunca hubiera podido ver venir esto

-Shun… tranquilo- Saori tomo mis muñecas en un intento de protección maternal

-En estos casos no podemos darnos el lujo de “un parto natural”- la doctora hizo comillas con sus dedos –La cesaría es la única opción-

Un silencio sepulcral se hizo dueño del consultorio, casi sentía que mis latidos se podían escuchar incluso en el pasillo –La operación… ¿Qué tan riesgosa es?- Saori miro con seriedad a la doctora mientras yo mire al suelo esperando la respuesta

La doctora tardo un rato en responder -60% efectiva…- eso helo completamente mi sangre

-¿Y si no quiero tenerlo?- esa pregunta fue casi instintiva, realmente no pensé lo que decía

-Shun…- Saori me miro entristecida y preocupada a la vez, aun así estaba en todo mi derecho de decidir si quería tener a ese niño

-Está el aborto…- odiaba escuchar esa palabra –Pero debo confesar que es aún más riesgoso-

-Mira Shun- Saori tomo mi mejilla derecha haciendo girar mi rostro hacia ella –Por el momento, hagamos que te tomen los análisis, aun no es seguro que estés embarazado, aprovecha hasta mañana para pensar bien las cosas… ¿De acuerdo?-

Solté un suspiro pesado –Tienes razón Saori-

Deje que me tomaran las muestras de sangre y nos retiramos del hospital de la fundación, Tatsumi esperaba fuera con la limusina estacionada, al abordar solo miraba la ventana, viendo pasar los arboles tan rápido, casi podía jurar que ellos eran los que se movían y no el coche, fue cuando todo llego a mi mente ¿Cómo era posible? Hace un mes aproximadamente recuerdo haber encontrado un pequeño sangrado en mi ropa interior en la parte trasera, pensé que él me había lastimado accidentalmente al hacer el amor, pero no sentía dolor, ni mal estar alguno, así que lo ignore, pero hay no termino, poco después comencé a sentir un dolor abdominal que jamás había experimentado, no era insoportable, solo incomodo, pero varias veces en la primer semana hizo que me quedara tumbado en la cama, no solo ese dolor, también sentía los pezones diferentes, a veces picaban o dolían, cuando hacíamos el amor le rogaba por lo que más le importara que ni siquiera los lamiera o rosara, estaban tan sensibles que me era imposible ignorar esas molestias, lo que hizo hacerme venir al hospital fueron los constantes mareos y vómitos, no había día que no corriera al baño a vomitar después de cenar, o comer, Saori comenzó a preocuparse y varias veces me rogo venir al doctor, pero siempre me excusaba con que estaba delicado del estómago, mi hermano se empezó a preocupar cuando vio que mi estómago se hinchó un poco, además de que iba muy seguido a orinar y sentía una extrema fatiga, recuerdo que un día me lo pase completamente dormido, sin comer o levantarme, solamente en la cama.

Eso no fue lo peor, desde hace una semana tenía un apetito voraz, no exagero, ¡Incluso Seiya parecía estar adieta a comparación mía!, varias veces nos encontramos a mitad de la noche asaltando la nevera y yo me llevaba la mayor parte, otras de las cosas que había cambiado era que me asqueaba con olores o sabores que yo adoraba, recuerdo cuando Saori compartía unas fresas frescas con Shiryu, me ofrecieron comer una y al mínimo contacto con el hedor en mis fosas nasales salí corriendo a vomitar al baño, amaba las fresas ¿Por qué me vomite con tan solo olerlas? Y mil cosas más, vértigos, cambios repentinos de humor, dolores en la cabeza, en la lumbar, espinillas en mi rostro o espalda, etc.

Ahora meditando todo con calma era más que obvio mi embarazo por excepto una cosa… ¡Yo tengo pene y no vagina! ¿Cómo rayos iba a pasarme por la mente el usar condón cuando biológicamente es imposible que yo pudiese terminar embarazado? ¡Era ridículo!

La cálida mano de Saori me distrajo de mi ensimismamiento, la mire a los ojos esperando respuesta –Shun… quisiera preguntarte algo…-

Regrese mi cabeza a la ventana del automóvil, viendo su reflejo en la misma –Supongo que ya sé que quieres preguntarme…- cerré mis ojos esperando la pregunta

 

-El padre… ¿El padre es Ikki?- Eso no me lo vi venir

-¡¿Qué?!- me gire incrédulo, pensé que me preguntaría quien era el padre, más no que diera por seguro al padre, además -¡¿Por qué mi hermano?! ¡Sería incapaz!- No sabía si sentirme ofendido o triste, ¿Tan poca vida social parecía que tenía?

-¡Disculpa me! Es solo que… es el único con el que convives de manera tan íntima que pensé que él… ustedes-

-No, para nada y para ser honestos no sé cómo voy a decírselo si es que resulto estar en cinta- mire mis pies y al mismo tiempo apreté mis puños sobre mis rodillas –Saori te lo ruego… no digas nada hasta mañana-

Nuevamente Saori puso su mano derecha sobre mi puño izquierdo –Seré una tumba-

La limusina se había detenido, habíamos llegado a nuestro destino, me asome por la ventana y mi hermano estaba esperando fuera de la mansión, era natural, estaba preocupado por su hermano menor, baje del automóvil y el entro a la sala de la mansión, Saori iba delante mío al costado de Tatsumi, tenía tanto miedo de entrar a la casa, pero ¿Qué más podía hacer?

-¡Regresaron!- Seiya hizo notorio nuestro regreso, mi hermano y Seiya esperaban de pie en las escaleras mientras que Shiryu y Hyoga llegaron corriendo, Shiryu de la biblioteca y Hyoga del pasillo de arriba

-¿Cómo te encuentras Shun?- Shiryu se detuvo delante de Saori y Tatsumi buscando mi mirada y lo único que yo hice fue evadirla

-¿Qué te dijeron?- Ikki le siguió, pero este se colocó a mi lado 

-Chicos… chicos… déjenlo respirar- Saori los aparto de mí y yo no pude evitar salir huyendo

-¡Shun!- escuche como todos gritaron mi nombre, Hyoga apenas y alcanzo a rosarme el dorso de la mano intentando alcanzarme, me oculte en la esquina del pasillo cubriendo mi boca evitando dejar salir sollozos

-¡¿Saori que es lo que tiene Shun?!- Grito Seiya

-¡¿Es mortal?!- le siguió Ikki

Temía asomarme por las escaleras –Es complicado, les pido que lo dejen tranquilo, cuando este más relajado seguramente él les dará explicaciones- no quise escuchar más, me fui directo a mi habitación, cerré la puerta con seguro, las ventanas igual, incluso cerré las persianas para que ni los rayos del Sol me molestaran, des tendí mi cama, eche abajo mis almohadas me senté en el suelo usando como respaldo el borde de la cama, tome la cobija que estaba en el suelo y me cubrí con ella dejando solo mi rostro descubierto.

Tenía ganas de llorar, de gritar, pero a la vez estaba feliz, tenía un niño dentro de mí, su hijo y mío también yacía dentro, ¿Cuántas parejas homosexuales no desearían tener un niño propio? Y yo que lo tenía me había atrevido a decir que quería abortarlo…

Las horas habían pasado como si fueran un rio en plena tormenta, mi cuerpo también se había percatado, tenía hambre, pero no quería bajar a comer, no quería ser objeto de miradas curiosas, suponiendo lo peor, haciéndose extrañas hipótesis fallidas, ¿Quién de ellos se imaginaria que estaba embarazado? Incluso da riza, apostaría todo a que ninguno de ellos se lo imaginaria, solté una pequeña carcajada al pensar en ello.

Luego recordé a mi hermano, seguro que a él no le haría gracia… mi puerta fue golpeada levemente -¿Qui-Quien es?-

-Soy yo Shun, te traigo de comer- era Saori, menos mal… en estas circunstancias era a la única que quería ver, me levante sin quitarme la cobija de encima

Abrí la puerta y del otro lado efectivamente estaba Saori, pero también Seiya, Shiryu, Hyoga e Ikki detrás de ella, con una sonrisa de complicidad en su rostro, mire asombrado a todos e intente cerrar la puerta, pero Ikki de inmediato evito que la cerrara poniendo su mano en la puerta, recargue todo mi cuerpo para intentar cerrarla pero fue en vano, el resto excepto Saori empujo la puerta y termine cayendo al suelo.

-¡Shun eres un grosero!- grito Seiya

-¡Shun!- grito Saori dejándole la bandeja de la comida a Hyoga corriendo a mi lado -¡¿Te encuentras bien?! ¿¡Te golpeaste fuerte?! ¡¿Te duele algo?!- Saori me revisaba con extrema minuciosidad, alertando a los otros cuatro que estaban aun de pie en la puerta, era natural el que se asustaran, no sabían que tenía, cualquier cosa “podía ser fatal”

-Me duele… ¡Duele mucho!- me abrace el pecho y deje caer mi cuerpo en posición fetal al suelo

-¡¿Qué han hecho?!-  Saori les miro con enojo

-¡Shun lo siento! ¡No quería…! ¡Yo! ¡Nosotros!- Seiya estaba alarmado, al igual que los demás y comencé a reír

Todos me miraron atarantados e incrédulos, me senté en el suelo y los mire con una sonrisa –Era broma- 

-¡Shun no hagas eso! me asustaste- Mi hermano me reprocho dando un pequeño coscorrón en mi frente

Me reí y sobe con delicadeza el golpe –Lo siento-

-¿Cómo te sientes?- me pregunto Hyoga ayudándome a levantar

-Algo mejor, gracias- apreté sus manos disimuladamente y después las solté

-Solo queríamos ver como estabas, come algo- Hyoga me entrego la bandeja con la comida y salió de la habitación, Shiryu le siguió y después el resto

-Regresare por los platos después-

-Despreocúpate Saori, yo mismo los bajare- le sonreí y encendí las luces de mi habitación

-Si insistes- Saori salió de mi cuarto y tras de ella cerró la puerta

Me senté en el suelo a comer, estaba tan a gusto, además de que la comida estaba deliciosa, era espagueti con salsa de crema, un gran filete y de postre una gelatina de leche, levante todo mi trastero, me dirigí a la cocina para dejarlo y lavarlo, una vez que termine me disponía a regresar a mi cuarto, pero me encontré a Hyoga sentado en el sofá grande de la sala de estar.

-Hola…- me acerque a él

Me dedico una tierna sonrisa –Ven- palmeo el asiento que estaba al costado suyo, pero le mire con inseguridad –Despreocúpate, Ikki no está y los demás seguro que se alistan para dormir-

Camine con algo de inseguridad hasta llegar frente suyo, me tomo de mi cadera jalándome hacia él, me quito la cobija que aun traía colgando en los hombros y nos cobijó a ambos –Así está mejor- me abrazo fuertemente y yo correspondí –Te extrañe tanto- beso mi frente

-Y yo a ti…- recargue mi cabeza sobre su pecho, cerré mis ojos y deje que mis fosas se impregnaran de su hedor, era delicioso, jamás en la vida me asquearía tal aroma, estuvimos abrazados muchísimo tiempo, en silencio a no ser por que escuchaba sus latidos en mi oído –Hyoga…-

-¿Mmmm?-

-Si yo fuese mujer… y quedara embarazada, ¿Tendrías al niño conmigo?- Después de todo… era el padre de este supuesto bebé

Se giró a mirarme extrañado -¿Qué pregunta es esa?- su tono tenia severidad -¡Por supuesto que sí!- Le mire algo enternecido, pero después sentí como me afligí, eso decía porque él cree que era mentira, ¿Qué tal si realmente no lo quiere? ¿Qué tal si mañana cambia de opinión? ¿Si me abandona? ¿Si me odia…después de eso? -¿Shun?- ladee mi cabeza despertando de esas teorías y le mire -¿Te encuentras bien?-

-Esperemos que si…- sentí como sus brazos me estrujaron una vez más para caer rendido en un profundo sueño.

Desperté entre mis sabanas y una nota pegada en mi almohada “Buenas noches amor” una sonrisa boba se dibujó en mis labios, tome dichoso papel y lo bese –Buenas noches…- me levante, duche y arregle.

Alguien había golpeado levemente mi puerta -¿Shun ya estás listo?-

-¡Sí! ¡Ya voy Saori!- camine con temor hasta la salida y aborde la dichosa limosina una vez más, Saori tomo mi mano intentando tranquilizarme, pero era inevitable, hoy sabría si solo estaba inflamado del estómago o había vida dentro de mí.

Faltaban menos de cuatro cuadras, un semáforo nos había impedido continuar, mientras cambiaba la luz para poder seguir el camino vi a una madre con un bebé en sus brazos, sonriéndole de la manera más pura posible, yo no pude conocer a mi madre, Ikki cuido de mi cuando niños y hasta la fecha, si acaso fuese a ser padre ¿Cómo cuidaría de un niño? Si yo no experimente la calidez de una madre, ni mucho menos decir un padre, Ikki era todo lo que yo tenía.

El semáforo cambio de luz, volvimos a avanzar y fue cuando una voz en mi mente abogo, eso no es verdad, tengo a Hyoga y si estoy en cinta tendré a este bebé que es mi hijo, que será mi amigo, uno de los más grandes tesoros en mi mundo, Hyoga y yo le daríamos el amor de unos padres que nosotros no tuvimos el lujo de tener y si Hyoga me abandonase yo le daría más amor, yo le daría el amor que Hyoga se negaría a obsequiarle, saldría adelante.

Estábamos a una cuadra o hasta menos, dimos vuelta entrando al estacionamiento del hospital, Tatsumi igual que el día anterior nos dejó en la entrada y después fue a estacionar la limosina cerca, baje del coche junto con Saori, permanecí estático mirando la entrada del hospital.

Saori tomo mi mano -¿Entramos?- yo asentí y comenzamos a caminar hasta estar frente a la puerta automática que se abrió al estar presentes en su sensor de movimiento, entramos y yo sentí el repentino cambio de ambiente a uno fresco, caminamos hasta la recepción –Buenos días-

-Buenos días señorita, ¿En qué puedo ayudarles?-

-Venimos a recoger unos análisis, a nombre de Kido Shun- La enfermera tecleo en el ordenador, cada sonido de los pequeños cubitos de plástico hundirse me ponía más tenso

-En efecto, ya están listo, un momento- arrastro su silla y entro a una puerta que decía “Solo personal autorizado” estaba nervioso, apretaba cada vez más la mano de Saori, esta se soltó del agarre, posiblemente le dolía, pero paso su mano a mi espalda para comenzar a acariciarla, era un tacto tan reconfortante, la enfermera regreso con un sobre azul marino con detalles blancos y el nombre del hospital, lo coloco justo frente a mí, eso me horrorizo, es como si ese sobre fuese a hacerme daño, ¿Qué tontería no? Pero estaba asustado –Firmen aquí por favor- Saori firmo por mí, tome el sobre tembloroso y después nos fuimos del lugar.

Subí al auto de inmediato, estaba ansioso, las manos me temblaban estaba a punto de abrir el sobre cuando Saori tomo mis manos –Sera mejor que lo abras en la casa-

-Si… creo que si- solté el sobre en medio de nosotros, era tanta la tensión que podía ser capaz de cortarla con una navaja –Tatsumi, apresúrate por favor, tenemos prisa-

-Sí, señorita Saori- Se notaba que ella también comía ansias ¿Y quién no?

La mansión estaba ya a la vista –Shun, si lo deseas podemos ver juntos los resultados en mi despacho-

-Si- Seguramente si corría a mi cuarto aventaría al sobre por el miedo

Nuevamente todos estaban fuera de la mansión, al ver nuestra llegada entraron a la casa, pero nuestra intención era evadirlos y entrar directamente al despacho de la señorita, bajamos del auto y Saori entro corriendo a la mansión, yo le secunde y entre corriendo.

Todos estaban mirando correr a Saori asombrados, ella me había abierto el paso, pues cuando pase frente a ellos apenas pudieron reaccionar -¡¿Shun que ocurre?!- mi hermano intento seguirme pero era tarde estaba dentro del despacho -¡Shun!- Saori cerró la puerta con seguro y se vio como se movió ligeramente por ser golpeada por mi hermano -¡Shun estas asustándome maldita sea! ¡Dime si estás bien!-

-Déjenos un momento a solas por favor- Saori pidió amablemente

-Venga Ikki, déjales un rato, ya nos dirán a su debido tiempo- Seiya estaba apelando al lado bueno de Ikki, se escuchó un suspiro y después varios pasos alejarse de la puerta

Permanecimos un momento estáticos, hasta que Saori tomo asiento en la silla detrás del escritorio y yo en el sillón del lado de la ventana -¿Estás listo?-

Negué con mi cabeza –Estoy asustado…- Me dedico una cálida sonrisa

-No tienes por qué estarlo… Estoy aquí contigo, no temas yo te protegeré- tome una gran bocanada de aire y después la deje salir

-aquí voy- el sobre venia sellado por lo que con cuidado comencé a romper una de las orillas, mi corazón estaba latiendo cada vez más fuerte, saque una hoja del sobre –No puedo…- mis ojos se cristalizaron y le di el papel a Saori –Por favor… dime que dice-

Saori tomo el papel -¿Estás seguro?- asentí con mi cabeza, puse tenso todo mi cuerpo, como si me fuesen a dar un golpe, espere a que Saori leyera el papel hasta encontrar la respuesta –Por lo tanto la prueba de embarazo resulto ser…- aquí iba el golpe que tanto estaba esperando –Positiva- abrí completamente mis ojos y me gire a mirar a Saori.

Ella tenía una gran sonrisa en sus labios, un sonrojo y unas cuantas lágrimas queriéndose escapar de esos ojos azules -¿Qué…?- estaba incrédulo

-¡Shun vas a ser padre!-

-¿Qué?-me deje caer de rodillas al suelo con lágrimas en los ojos, estaba tan feliz… pero aterrado a la vez ¿Yo un padre? -¿Qué…?- solloce –Yo…- tome mi vientre con ambas manos –Tú… estas aquí… mi amor- lo abrace fuertemente y comencé a llorar y gritar

-¡Shun!- Ikki derribo la puerta y me encontró en el suelo, los demás llegaron inmediatamente corriendo, sus rostros eran de confusión o de horror me atrevería a decir, no los culpo ninguno sabía que ocurría -¡Mierda! ¡Me van a decir que ocurre! ¡Ahora!- Saori se colocó frente a mí y yo no podía dejar de llorar

-¡Ikki tranquilízate por favor! Oh Shun va-

-¡¿Oh Shun qué?! ¡Solo dime si está bien mi hermano!- había causado un gran escándalo, tome la hoja de la mano de Saori y me levante mirando a todos con una gran sonrisa e instintivamente corrí a los brazos de Hyoga, este me recibió gustoso pero preocupado

-¿Shun…?- acaricio mis cabellos

-Hyoga… Hyoga yo… tú…- Hyoga miro a Saori esperando recibir una interpretación de mis sollozos –Estoy esperando un hijo tuyo- sé que no fue la mejor manera de decirlo y mucho menos con todos presentes, pero algún día tendrían que saberlo

-¿Qué?- respondió mi hermano, se giró a mirar a Saori -¿Qué?-

Seiya se puso pálido y Shiryu simplemente abrió completamente sus ojos, quizá no se lo esperaban, quizá lo suponían pero no querían creerlo, quizá ya lo sabían, no lo sé pero hoy lo admitía frente a todos.

Ella simplemente asintió con una sonrisa –En la hoja dice tener seis semanas-

Todos guardamos silencio, escuche como el corazón de Hyoga incremento en ritmo, mire su rostro con una gran sonrisa, él estaba inmutado, sus ojos miraron al espacio y su tez bronceada se asimilaba a la mía -¡¿Qué mierda?!- Ikki grito del otro lado de la habitación -¡Entonces Hyoga y tú se han estado revolcando desde hace dos meses!- de echo era desde más tiempo, pero no me iba a arriesgar a corregirlo, Ikki corrió en dirección a nosotros, quería golpear a Hyoga y no lo permitiría, extendí mis brazos y me plante con seguridad frente a él

Seiya detuvo a Ikki y Shiryu le ayudo sujetándolo de la espalda -¡Ikki tranquilízate!- grito Seiya mientras lo empujaba por su abdomen

-¡Basta ya!- grito Shiryu igualmente intentando detenerlo

Ikki forcejeaba intentando zafarse del agarre de mis amigos -¡Hermano detente!-

-¡Tú ya no eres mi hermano! ¡¿Cómo te acostaste con un hombre?! ¡Teniendo a tantas chicas tras de ti escogiste ser un maldito joto! ¡¿Qué hubieran dicho mis padres de ti?! ¡Shun ¿Cómo se te ocurre?!- sus palabras me hirieron como ningún otro golpe lo había hecho

-Hermano…- baje mis brazos con lentitud, no por temor si no porque repentinamente perdieron fuerza

-¡Joder Shun! ¡Eres hombre! ¡¿Cuántas veces te defendí al decir que no tenías esos gustos? y me sales con que eres mujer!-

-Basta- mi respiración se agito

-¡Tienes una puta vagina en el ano! ¡Mierda ¿Por qué no tuve un hermano macho!?-

Me costaba respirar, comenzó a dolerme el estómago, sentí como me faltaba el aire, termine de rodillas en el suelo sujetando mi estómago intentando tranquilizarme –Basta… basta…-

-¡Shun!- Saori corrió a mi lado, comenzó a sobar mi espalda intentando tranquilizarme -¡Alguien lléveselo de aquí!-

Sentí como unos brazos me levantaron, eran los de Hyoga -¡Shun! ¡Vuelve aquí! ¡Shun!- mi hermano gritaba desde la habitación que Hyoga y yo habíamos dejado atrás, me llevo cargando hasta su habitación aun llorando yo en su pecho.

Me recostó en su cama y acaricio mis cabellos hasta que mi respiración se normalizo, seguramente tendría preguntas, quizá estaba tan asustado como yo lo estaba en un principio –Shun…- le mire asustado, me senté en el borde de la cama justo a su lado y tome su mano -La pregunta de ayer…- susurro Hyoga y después de un lapso de tiempo me abrazo -¿No es broma? ¡Dime que no es broma!-

-Jamás podría bromear con algo así…- comencé a llorar –Hyoga… vas a ser papá… serás papá…-

-Seremos padres- me abrazo tan fuerte que sentía que el bebé se me saldría con ese abrazo -¡Voy a ser padre!- grito mientras me separaba y buscaba mi abdomen un poco abultado, acaricio mi estómago por sobre la ropa  –Seré tu padre…- comenzó a llorar –Ya quiero conocerte…- abrazo con mucho cuidado mi abdomen y deposito un cálido beso en el –Ya quiero verte- sentí como sus manos acariciaban mi espalda baja, metió sus manos por debajo de mi playera y después se deshizo de ella, admiraba mi estómago, parecía que incluso quería mirar dentro, viendo a su futuro hijo

-Hyoga…- acaricie su nuca –Estoy tan aliviado…- me miro curioso, era clara su pregunta “¿Por qué?” leí su mirada con claridad –Pensé que me abandonarías… que no querrías a este niño… que- me silencio con un cálido abrazo

-¿Cómo puedes si quiera imaginar eso? No podría llamarme hombre y mucho menos caballero si hubiera pensado en hacer tal acto…- sobo mi estómago –Este bebé es mío… y soló mío, jamás dejare que algo le pase, jamás lo abandonare, estaré contigo durante el embarazo, cuando nazca y después lo cuidaremos juntos hasta envejecer, lo veremos crecer, lo veremos casarse, veremos a sus hijos y a ellos también los veremos crecer, ¿Te gusta la idea?-

-Me encanta- comencé a llorar y él beso con delicadeza mi frente

La puerta había sido golpeada, me asuste al pensar que sería mi hermano aun lleno de cólera, pero fue Seiya –Hyoga… soy yo, ¿puedo entrar?- Hyoga me soltó, se recargo en el borde de la cama, abrió sus piernas y me coloco entre ellas, recargue mi espalda desnuda sobre su cálido pecho, Hyoga paso sus manos entre mis brazos para dejar abrazado mi estómago y darle algo de calor

-Adelante- Seiya entro algo avergonzado, era claro que tenía mucho que decir o quizá no tenía nada que decir, solo quería venir y corroborar lo que una hoja de papel había dicho

-¿Co-como estas Shun?-

-Bien… ¿Ikki?-

-Descuida, salió a caminar, él… no dijo todo eso enserio, solo estaba molesto y asustado-

-Lo sé Seiya, gracias-

-Voy a ser tío… Coño… nunca me espere esto- Shiryu había entrado en la habitación sentándose en el sillón individual que estaba al lado de la ventana que Hyoga utilizaba para poder leer

-Nadie- respondió Seiya -¿Cómo es que Shun está…?- con sus manos simulo una gran barriga y yo solo pude reír ante eso, estaba a punto de esforzarme en explicarle algo que no entendería y que ni yo mismo comprendía como había llegado a esa situación, pero Hyoga lo resolvió con dos palabras

-¿Acaso importa?- La verdad es que no, pasara lo que pasara este bebé estaba en mi interior y nadie lo movería de ahí, hasta que fuera tiempo

-¿Y cómo va a nacer?- pregunto Seiya tomando asiento en el suelo

-Cesaría, no hay otra opción- respondí

Hyoga me miro confundido -¿Qué quieres decir?-

Me inmute al comprender lo que había dicho –No puede ser parto natural por mi anatomía, tiene que ser operación de Cesaría-

-¿Entonces es segura?- pregunto Shiryu algo confundido

Sentí mi cuerpo rígido y Hyoga lo pudo notar, me miro preocupado -60% segura…- respondí

-¡¿Qué?!- dijeron al unísono

-¡¿Tan riesgosa es?!- Hyoga me miro a los ojos asustado

-Quiero verlo como una operación laboriosa y no peligrosa-

-Shun, pero si ese niño nace y hay complicaciones tú podrías…- Seiya fue interrumpido por Hyoga

-De ninguna manera… ¡No lo permitiré!-

El ambiente se tensó, durante varios minutos permanecimos en silencio, pero no era un silencio incomodo, creo yo que era un momento necesario, un momento que todos teníamos que ocupar para digerir los pocos acontecimientos que habían sucedido apenas esta mañana –Y… ¿Desde cuándo?- Shiryu se atrevió a romper tal atmosfera

-Los estudios dicen que seis semanas- le extendí la hoja

-No… quiero decir ustedes- me sonroje inmediatamente –Quiero decir, si no hay inconveniente con que pregunte-

Mire a Hyoga buscando su consentimiento de decir tal información, él me miro con una sonrisa boba y yo la correspondí –Casi cuatro años- Seiya y Shiryu se asombraron

-¡¿Cuatro años?! ¡Y apenas te embarazas! ¿¡Que acaso usaban condón!?- Shiryu miro a Seiya con reproche –Lo siento…-

-La verdad es que yo tampoco lo entiendo bien, de haber sabido que esto podía pasar nos hubiéremos cuidado, pero… - Seiya tenía razón, si se supone yo era capaz de dar a luz a un bebé y embarazar a una mujer, porque no había quedado en cinta desde las primeras veces que lo hice con Hyoga, pude haber quedado preñado desde aquella noche cuando vimos esa película o las siguientes veces que no fueron una o dos, fueron mil veces, era tan confuso y a decir verdad repentino –Pero como sea esta aquí- sonreí alegre a esos dos

-Shun…- Seiya se sonrojo un poco

-¿Si?- le mire curioso

-¿Crees que pueda?- el sobo su estómago, yo reí ante su acción y solo asentí, se levantó en sus rodillas, camino sobre ellas hasta quedar frente a mí, Hyoga levanto sus manos dejándolas sobre mi pecho, lo cual hizo que me sonrojara un poco aquel contacto, sentí como sus manos acariciaron aquellos delicados botones, Seiya con cuidado extendió la palma de su mano, pude ver como esta le temblaba, posiblemente sentía miedo de herirme o al bebé, eso me causo tanta ternura, sentí su fría mano tocar mi abdomen apenas abultado –Hola… - acaricio delicadamente en círculos

-Es tu tío Seiya- respondí alegre –Seguramente te enseñara el arte milenario de asaltar la nevera a las tres de la mañana- bufe

-¡Shiryu esto es grandioso! ¡Ven toca!- Shiryu se levantó y camino hasta nosotros, se arrodillo al lado de Seiya, me miro a mi junto con Hyoga buscando nuestra aprobación

-Anda hazlo- Hyoga respondió con una sonrisa burlona Shiryu toco mi abdomen y lo acaricio con un suave vaivén

-Yo soy tu tío Shiryu…- una boba sonrisa se le escapó de sus labios –Te enseñare el arte milenario de leer y molestar a tú tío Seiya- todos nos reímos

Hyoga no se quedó atrás y yo tampoco, al poco rato los cuatro estábamos sobando mi abdomen, dando mimos a aquel pequeño embrión, que aunque no le conocíamos ya lo amábamos

-¡Ojala no salga feo como su…!- Seiya se silenció, los tres le miramos preocupados, ¿Por qué se habría detenido? -¿Quién es el papá y quien la mamá?- Shiryu le dio un pequeño golpe en su nuca

Hyoga y yo nos miramos, nunca habíamos pensado en eso –Supongo que yo soy la mamá…- después de todo yo lo traía dentro

-Entonces yo seré el papá- Hyoga se sonrojo y miro a otro lado

-Y yo seré el tío soltero y amargado- los cuatro nos giramos asustados a la puerta, Ikki estaba recargado sobre el marco de esta con los brazos cruzados y una cara de completo desagrado, Shiryu y Seiya retiraron sus manos de mi estómago como si estuviesen haciendo algo completamente imperdonable, pero Hyoga cubrió mi abdomen con sus manos en seña de protección, era claro que no permitiría que algo le pasara a ese bebé o a mí –Shun, ven un momento- despego su hombro del marco de la puerta y salió al corredor

Seiya se levantó y me ayudo a levantarme extendiendo su mano, acepte su ayuda, me levante y volví a poner la playera, mire a Hyoga asustado, pero tenía que ir –Ya… ya regreso-

Hyoga se levantó y tomo mi rostro –Apenas pienses que las cosas van mal grita… iré corriendo ¿Si?-

-Sí…- nuestras frentes se unieron y nuestros ojos se cerraron, sentí como las manos de Hyoga no querían soltar mi rostro, seguramente ni siquiera quería que dejara la habitación, pero era mi hermano el que hablaría conmigo, pese a todo no me haría daño o al menos no más del que me había causado, me separe de Hyoga con brusquedad, pues si me quedaba o dejaba que me persuadiera ya no iría al encuentro con mi hermano.

Salí al corredor e Ikki estaba en el borde de la escalera, camine en su dirección tembloroso, el descendió las escaleras y yo solo le seguí, hasta llegar al patio, tomo asiento bajo un árbol y yo me mantuve en pie exactamente a un metro de él –siéntate, no te hare nada- era claro que estaba molesto, no valía la pena arriesgar mi vida o la de su sobrino por un orgullo que no tenía lugar, me senté en el pasto y me dedique a mirarlo –Shun… ¿Por qué no me dijiste nada?-

Mire mis rodillas avergonzado –Temía que pasara exactamente lo que paso…- 

-Lamento eso- guardamos silencio un momento -¿Hace cuánto?-

-Cuatro años, casi cinco…-

Mi hermano soltó un gran suspiro –Shun… antes que todo yo soy tu hermano, creo que enloquecí por el estar tan poco informado, incluso Seiya que es un dramático se lo tomo mejor que yo- bufo de sus propias palabras, dejando escapar una sonría melancólica para transformarse en una mueca, chasqueo con su lengua –No soy la persona con mejor tacto, de hecho esto me está costando bastante trabajo, pero… Estoy contigo-

Le mire asombrado –Hermano…-

-Después de todo ese bebé es sangre mía también, jure que cuidaría a la única familia que tenía y él está en tu interior por lo que también entra en mi juramento-

-¡Hermano!- lo abrace con fuerza y este me correspondió -¡Gracias!-

-La familia está creciendo- se burló  -Más vale que no salga rubio- y yo también me reí

Las cosas habían quedado claras, por lo que mi embarazo causo cierto… ¿Pánico? Pues tanto mi hermano como Hyoga se la pasaban detrás de mí, cuidando que no me faltase nada. No podía estornudar porque ya creían que tenía gripa o Influenza, Saori estaba más que emocionada, sentía que era la tía rica y bella que contaría anécdotas sobre los padres y parientes en las fiestas “Familiares” no había día que no se cuestionara si sería niño o niña, ella había buscado nombres como histérica y yo aún no me preocupaba por esos detalles, aún tenía tiempo.

Seiya y Shiryu se habían vuelto mis confidentes, cuando Hyoga e Ikki me hartaban iba a refugiarme en sus habitaciones, tan siquiera para que yo pudiera dormir un rato, mi ropa poco a poco dejo de quedarme, como no quería comprar ropa de embarazada únicamente me dejaba abiertos los botones del pantalón o no lo subía con totalidad, claro que al estar en mi habitación me la pasaba en bóxer.

La ansiosa semana 20 había llegado, estaba marcada en mi calendario, esta semana sería lo más importante pues en el ultrasonido conoceríamos el sexo de nuestro pequeño hijo, el ultrasonido estaba reservado para el día de mañana gracias a una llamada que había realizado la señorita Saori, todos en la mansión estábamos emocionados, en especial Hyoga y yo.

La noche había dado presencia hace mucho, pero éramos incapaces de pegar un ojo por la emoción, mi sonrisa no podía desaparecer, mi temblor tampoco, simplemente mañana sabría que sería mi bebé, podríamos comprar su ropita, sus juguetes y pensar en nombres para nuestro bebé, no solo eso, pintaríamos su habitación, imaginaríamos una vida como familia como lo habíamos hecho Hyoga y yo, ya estábamos planeando los roles.

Yo sería la madre dulce y comprensiva, lo ayudaría en sus tareas, me levantaría temprano para preparar el almuerzo de mi futuro esposo y mi bebé para su día, uno en la oficina y el otro en la escuela, durante la noche le contaría las historias de nuestras batallas, de cuantas personas maravillosas conocimos y como otras no siempre encontraban el camino del bien. Si era un bebé travieso que pintaría las paredes yo no dudaría en pintarrajear las con él. Hyoga sería el papá listo y serio, porque simplemente se le daba perfecto ser el que nos pusiera en control; todo estaba bellamente planeado.

-Duérmete ya- dijo Hyoga abrazándome y acariciando mi vientre –Mañana es el gran día- dijo alegre mientras besaba mi frente -¿Estas contento?- le pregunte –Eufórico- respondió de una manera tan tierna que simplemente me volví a enamorar de él.

Como pude cerré los ojos para conciliar el sueño, soñé con nuestro bebé, soñé como lo levantaba de su cuna color blanca con encaje dorado, le cantaba una canción para que dejara de llorar y con cuidado lo mecía en mis brazos, escuchaba sus ruidos apenas guturales por el movimiento delicado, mi sonrisa era pacífica y agradecida por tan bello bebé.

Todo era perfecto… hasta que un horrible dolor me golpeo en el abdomen haciendo que despertara, desperté sudoroso y exaltado, aquello solo había sido parte del sueño o eso creí hasta que volví a sentir el dolor en mi vientre, con prisa encendí la lámpara del buro a un costado de mi cama, cuando regrese mi mirada a las cobijas una mancha de sangre estaba incrementando en estas.

Entre en pánico -¡Hyoga!- grite, este despertó de inmediato, no tuve que decirle nada la mancha de sangre fue lo primero que llamo su atención –Hyoga… Hyoga… ¿¡Qué es esto?! ¿De dónde salió esta… esta sangre?- estaba en shock –Tranquilo, tranquilo todo está bien- con prisa se levantó de la cama, se colocó una chamarra que fue lo primero que pudo sujetar por los nervios -¡Ikki! ¡Saori!- grito Hyoga mientras corría al lado de mi cama.

Tomo mi rostro para que dejara de ver la sangre en las cobijas –Mírame Shun, tranquilo, todo está bien, solo no te asustes, te prometo que todo estará bien-  al finalizar aquella frase, todos los de la mansión entraron de golpe en nuestra habitación -¡¿Qué ocurre?!- grito Ikki -¡El coche ahora!- dijo Saori corriendo de regreso a despertar a Tatsumi después de ver la sangre.

Todos quedaron petrificados, en especial mi hermano, Hyoga me levanto en sus brazos cubriéndome del frio con una de las cobijas, me aferre a su cuello por inercia, me llevo cargando hasta salir de la mansión, el coche estaba listo para irse, Tatsumi delante junto con Saori esperándonos a subir.

Seiya, Shiryu e Ikki venían detrás nuestro, Hyoga subió conmigo al coche colocándome sobre sus piernas –Ikki deberías ir con ellos- dijo Seiya con las voz temblorosa, sin embargo se negó –Adelántense, los alcanzaremos en otro coche- dijo mi hermano cerrando la puerta y de inmediato Tatsumi arranco el coche a toda velocidad.

Mi abdomen dolía, mi cadera temblaba y yo me sentía asustado, la madrugada era nuestra aliada, pues no había ni un solo auto en la carreta, Saori llamaba al hospital pidiendo un doctor que nos recibiera en cuanto llegáramos pues era una emergencia.

Y por otro lado estaba Hyoga, mirando la ventana tembloroso conmigo sobre sus piernas –Hyoga…- dije apenas en un susurro –Nuestro hijo estará bien, ¿Verdad?- pregunte buscando esperanza, preocupado por la vida que llevaba dentro de mí, él me miro con los ojos vacíos, sé que una parte de él deseaba decirme la verdad y la otra solo buscaba mi bien estar, no pudo responder pues habíamos llegado al hospital de la fundación, casi por instinto Hyoga me bajo del auto y me coloco en una silla de ruedas que estaba destinada para mí.

Un enfermero corrió conmigo en la silla por un pasillo blanco metiéndome en una sala blanca y después nada… no recuerdo nada, quizá por tanta tensión me desmaye, quizá por mi nerviosismo olvide lo que paso en esa habitación, quizá por mi dolor me forcé a olvidarlo… pero nunca olvidare cuando estaba en una camilla cubierto por cobertores con Hyoga abrazándome, viendo como el doctor se acercó hasta nosotros -¿Cómo está el bebé doctor?- pregunte antes de que el incluso pudiera llegar al borde de mi camilla.

El doctor se silenció, miro sus manos entrelazadas como si eso fuese a resolver las cosas para después decirnos –Lo lamento mucho- el corazón se me detuvo y mi cerebro no pudo procesarlo, antes de preguntar a qué se refería volvió a hablar –Estas cosas pasan- no había necesidad de preguntar y no quería hacerlo de cualquier manera.

Había perdido a mi bebé, no solo mío, el de Hyoga, en sobrino de Ikki, de Seiya, de Shiryu, ¿Cómo le diría a Saori que ya no sería la ti rica que hacia maldades con su sobrino? ¿Cómo le explicaría a mi hermano que después de tanto ese niño no conocería el mundo? ¿Cómo podría mirar a Hyoga de nuevo habiendo perdido nuestro tesoro más valioso? ¿Cómo podría verme al espejo sabiendo que no pude proteger a mi niño estando en el vientre? ¿Cómo podría volver a imaginar ese bello futuro? ¿Cómo podría desear que ese sueño se volviera realidad? Sabiendo que el niño que debía estar en ese futuro, en ese sueño no estaría.

Mis lágrimas se derramaban –Es mentira… No es verdad- dije antes de soltarme en llanto y ser consolado por los brazos protectores de Hyoga, él no lloro y estoy seguro de que no fue porque no le doliera, porque sé que por dentro estaba pasándola igual o peor que yo, no lloro porque quería darme fuerza para seguir adelante, porque sabía que lo necesitaba.

El enfrento a nuestra familia en la sala de espera, pues yo no hubiera podido ver sus caras de tristeza o decepción al saber que ese niño nunca llegaría, todos y cada uno de ellos pasaron para abrazarme y consolarme, esa misma noche regrese a casa.

No quería ver o hablar con nadie, me fui directamente a mi habitación y Hyoga se fue conmigo, no me dijo nada y estuvo bien, no quería que fuera fuerte conmigo, quería que él también se desahogara, ambos nos recostamos en la cama, me abrazo mi espalda rodeando mi pecho con sus fuertes y protectores brazos y beso mi nuca.

-Lo siento… Lo siento tanto- dije llorando –No es tu culpa- me dijo abrazándome más fuerte –No es tu culpa- y pronto me acompaño a llorar.

Hijo mío, seguramente estas en el cielo viendo a Mamá y Papá, que suerte tienes, al menos tu pudiste vernos desde arriba yo solo me quedaría con la imagen de ese bello sueño al cantarte para poder dormirte.

Notas finales:

Esta historia fue muy importante para mí, me llevo mucho tiempo escribirla pues el algo que me ocurrió, llego un momento en el que no supe como liberar ese mal sabor en mi vida y pensé ¿Qué mejor que escribirlo? Shun y Hyoga no tienen la culpa jaja pero no supe de qué manera dejar ir esa experiencia. Espero no haber ofendido a nadie y más que nada espero que les haya gustado la historia independientemente del significado que hay tras él.

Gracias por leerla, espero sus comentarios me motivan mucho para seguir adelante y continuar con mis historias nos estaremos leyendo, espero ansiosa.


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