La primera vez que lo vi... todo en mi cabeza se aclaró.
Todos los tics... todas las imágenes que siempre se repetían en mi cabeza simplemente desaparecieron.
Cuando tienes un Trastorno obsesivo compulsivo realmente no tienes momentos tranquilos.
Incluso en la cama estás pensando:
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
¿Dejé la luz apagada? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
¿Saqué la basura? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
Vuelve al baño y lava otra vez tu manos. No olvides entre los dedos.
Los dedos, no olvides entre los dedos.
Seca tus manos.
¿El espejo está limpio? Sí
Revisa el piso ¿Está sucio? No
Bien ¿me lavé las manos?
Cuando lo vi por primera vez en lo único que podía pensar era en la forma de sus labios rosados... y la pestaña perdida en su mejilla... La pestaña perdida en su mejilla... La pestaña perdida en su mejilla.
Sabía que tenía que hablarle. Perderlo no era una opción.
Lo invité a salir 6 veces... en 30 segundos.
Él aceptó sonriente desde la tercera pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que por eso insistí.
En nuestra primera cita me pase más tiempo organizando mi comida por colores que comiendo o hablando con él.
Pero a él le encantó.
Le encantaba que tuviera que besarlo 16 veces para despedirlo o 24 si era en miércoles.
Le encantaba que caminábamos despacio a casa porque había muchas grietas en el camino. A veces hacía lo mismo que yo para que no me sintiera solo.
Cuando nos fuimos a vivir juntos, Baekhyun decía que se sentía seguro; como si nadie nos fuera a robar porque yo me había asegurado de cerrar la puerta 18 veces.
Yo siempre veía su boca cuando él hablaba... cuando él hablaba... cuando él hablaba... cuando él hablaba.
Cuando me decía que me amaba su boca se curveaba hacia los bordes y mostraba esa hermosa forma cuadrada que era única en el mundo. Sus mejillas se tornaban rosas y su respiración se detenía.
Solía contar el lapso de una inhalación a otra. Ver su pecho subir cada 7 segundos era mi pasatiempo preferido.
En las noches Baekhyun se acostaba en la cama y me veía apagar las luces... Y prenderlas y apagarlas, prenderlas, apagarlas, prenderlas, apagarlas, prenderlas, apagarlas, prenderlas apagarlas.
Él cerraba los ojos e imaginaba que los días y las noches pasaban frente a él.
Pero todo se deformó en un lapso que ni yo mismo fui capaz de estimar.
De repente en algunas mañanas empezaba a besarlo para despedirme y él se iba solo porque llegaría tarde al trabajo. Ni siquiera volteaba a verme.
Cuando me detenía en las grietas del piso, Baekhyun seguía caminando.
Cuando decía que me amaba su boca era una línea recta y su cara se contraía.
Pensé que era una etapa, pero Baekhyun no pensó igual.
Un día me dijo que yo estaba quitándole mucho tiempo.
No había sentido tanto frío en mi cuerpo desde aquella vez que derramé por error mi propia orina y me bañé bajo el agua helada en invierno durante dos horas.
La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que no debió permitir que me apegara a él.
Que todo esto había sido un error.
Pero ¿Cómo podría ser un error no tener que lavarme las manos después de tocarlo?
El amor no es un error.
Mi amor no es un error.
¡NOSOTROS NO FUIMOS UN ERROR!
Me está matando que él se pueda ir y yo no.
No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre estoy pensando en él.
Usualmente, cuando me obsesiono con algo... veo gérmenes metiéndose en mi piel y correr por debajo de ella hasta perderse en mi cuello.
Me veo a mi mismo siendo atropellado por una fila infinita de carros, y él es la primer cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero despertar todas las mañanas pensando en cómo agarra el volante, igual que cuando me abrazaba o tomaba mi mano; cómo mueve las manijas de la regadera como abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas... cómo sopla las velas... cómo sopla las velas... cómo sopla las velas... cómo sopla las velas... cómo sopla las velas... cómo... ¡Mierda!
Ahora sólo pienso en quién está besándolo.
No puedo respirar porque yo sólo lo besé una vez.
Y a él ahora no le importa si es perfecto.
Lo quiero de regreso, quiero que esté aquí palmeando mi espalda cuando tengo mis crisis. Lo quiero tanto que...
Olvido lavar mis manos...
Dejo la puerta sin cerrar...
Dejo las luces encendidas.