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El Suspiro de un Rey por yue-sama

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Notas del capitulo:

 

Hola que tal? muchas gracias por darle una oportunidad a mi historia.

 conteste sus rw.

Sé que dije que sería mañana, pero mañana voy de viaje y no creo poder subir nada, así que por eso hay nuevo capítulo hoy, espero que este guste también.

 

Si tienen alguna duda por favor hacerla.

 

Sin más aquí el capítulo.

Capítulo 2

 

Recostado en un árbol, miró como el cielo se oscureció de repente, el viento se levantó en feroces vendavales y comenzó a nevar rápidamente. Naruto miró fascinado el cambio tan brutal que se había suscitado en el ambiente, mientras que a lo lejos pudo ver la silueta de un hombre aparecer, un hombre alto como los dioses, vestido con una armadura negra.

 

 

Pudo notar como el viento se arremolinaba contra él y la nieve llenaba el camino por donde pasaba, haciendo notorias las huellas bajo sus pies, huellas de sangre, sangre que hacía derretir el hielo. Llevaba también una rosa de fuego azul en la mano izquierda y era acompañado por un gran venado, que caminaba a su lado .

 

 

Naruto miró atento hasta que lo tuvo más cerca, su rostro le fue privado por una capucha negra, y, al detenerse, el venado también paró su caminar quedándose al lado derecho del extraño. El rubio no tuvo valor para moverse, pero el hombre tampoco hizo movimiento alguno, el venado simplemente lo miraba con sus intensos ojos azules, haciéndolo sentir ultrajado, luego parpadeó por un momento y todo fue oscuridad.

 

 

 

 

Despertó de golpe y respiró agitado, nunca había soñado algo como eso, ese ser era un hombre completamente desconocido para él.

 

 

Estaba sudando, así que se levantó del nido y fue hacia la ventana tratando de tomar un poco de aire, permitiendo que el viento fuera amable con él y secara su cuerpo. Miró el sol que apenas se asomaba por el horizonte iluminando toda Ilargia, que, a su vez, parecía estar tranquila y en paz, luego se puso una bata para tapar su desnudez y salió de su cuarto.

 

 

Cuando salió del castillo bajo las sombras que la madrugada todavía le regalaba, fue a ver al sabio del reino y al llegar entró con cuidado. Fue directo a las pieles en donde dormía el sabio y le pegó un manotazo para que despertara, el chico se despertó de inmediato arrugando el ceño y mirando en la dirección de Naruto, reconociéndolo por el aroma.

 

 

—¿Quién es el que osa despertarme de mi horrible sueño? —dijo el chico pelirrojo.

 

 

—Sabes bien quién soy —dijo el rubio, ayudándole a sentarse.

 

 

—¿Y qué es lo que quiere, mi señor?

 

 

Naruto mordió su labio y miró fijamente al sabio, una maldición recaía en él, los dioses le habían concedido el don de comunicarse con ellos, pero a cambio, le habían quitado la vista, una de las maravillas que el ser humano tenía.

 

 

—Gaara, ¿un extraño tocará a mi puerta?

 

 

—Si esa es la voluntad de los dioses, así será…

 

 

—¿No has visto nada?

 

 

—Si los dioses no quieren comunicarme nada, no puedo exigirles respuestas ni apresurarlos.

 

 

—Pero… —el rubio se quedó callado pensando en su sueño.

 

 

—Las estrellas guardarán su secreto, pero recuerde mi rey —habló Gaara—, que hasta la capa de hielo más gruesa puede quebrarse.

 

 

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó inquieto, pero el pelirrojo no abrió más la boca y Naruto tuvo que ceder, se levantó un poco y acarició los cabellos de Gaara, besando con cuidado los párpados del chico—. Espero que pronto acabe tu maldición.

 

 

—El día en que eso pase, alguien morirá y mi conexión con los dioses se romperá.

—¿Qué?

 

 

—He dicho suficiente su majestad, ahora… ¿podría dejar a este pobre chico dormir en paz?

 

 

Naruto asintió e hizo una reverencia, sabía cómo era el sabio, siempre hablaba con enigmas y nunca aclaraba bien las cosas, además, él nunca había logrado descifrar a tiempo sus predicciones.

 

 

Regresó al castillo con las dudas en su cabeza y en el jardín encontró a Mahats haciendo una corona de flores, corona que acostumbraba poner en la cabeza de Naruto para resaltar su belleza y que el rubio recibía gustoso.

 

 

—Mi pequeño Mahats —le acarició el cabello con amor—. ¿Qué haces despierto tan temprano?

 

 

—No podía dormir… un extraño tocaba mis sueños.

 

 

—¿Qué? —dijo Naruto, un poco inquieto.

 

 

—No lo sé, no pude verlo bien. Solo vi una silueta negra y tan rápido como apareció me desperté, no vi más. Me dio mucho miedo.

 

 

Naruto se quedó callado, ¿sería el mismo hombre con el que él había soñado? No lo sabía muy bien, así que, simplemente se acomodó al lado de su hijo arrodillándose y dándole un abrazo para tranquilizar su alma, arrullándolo contra su pecho.

 

 

—Pues solo fue un sueño Mahats, sabes bien que yo no dejaría que nada les pase. A ninguno de ustedes.

 

 

—Lo sé, mami —dijo el niño—. Yo quiero ser tan valiente como tú…

 

 

—Pero no es necesario, Mahats. No puedes obligarte a hacer lo que no quieres. Yo siempre estaré orgulloso de ti sin importar cuál sea tu decisión.

 

 

El niño le miró con los ojos tristes y asintió, su pequeño Omega tenía el pelo rubio como él y ojos negros como los de Kakashi, él presentía que su hijo tendría un gran futuro, y no mentía, estaría orgulloso de él pasara lo que pasara.

 

 

Agarró con delicadeza la corona de flores y se la puso en la cabeza, logrando que la mirada de su hijo se iluminara rápidamente, razón por la que ambos sonrieron. Con las manos unidas entraron al castillo donde las esclavas ya se movilizaban para preparar la comida, así que Naruto decidió ir por sus demás hijos.

 

 

—Ve donde Haize y tíratele encima. ¡Demuéstrale que eres muy feroz!

 

 

Mahats asintió inseguro, se soltó de la cálida mano de Naruto y miró el nido donde dormía su hermano, con temor comenzó a correr, pero conforme fue agarrando impulso la adrenalina lo llenó y gritó con fuerzas al tirársele encima a su hermano, quien despertó gruñendo adolorido por el golpe, sin embargo, Mahats no se dejó intimidar.

 

 

Los niños se miraron con desafío puro y fue la sonora risa de su madre la que rompió su silencioso desafío.

 

 

—¡Eso es Mahats! ¡Fuiste feroz como el dios Indarrean, el estará muy complacido!

 

 

El niño brincó feliz y Haize rodó los ojos, vio a lo lejos a Zerura hacerle burla y bramó molesto lanzándole con fuerza su zapato, pero el pequeño Beta sonrió burlón al esquivarlo.

 

 

—Vamos a comer —dijo Naruto y ambos niños asintieron conformándose con la paz, pero cuando Haize tuvo a su hermano en la mira le dio un buen golpe que hizo chillar al Beta, y que, finalmente, los hizo reír a ambos.

 

 

*

*

*

 

 

Miró a su alrededor y acomodó su cabello lleno de sudor, estaba entrenando a la nueva generación de Gerlaris, chicos valientes que querían ir con sus padres a nuevas tierras y traer riquezas a Ilargia, formar un nombre importante y ganar fama.

 

 

—Más fuerte —gritó Naruto y arremetió sin compasión contra el Alfa que estaba al frente tirándolo de lleno al suelo—. ¡Tus defensas arriba Lee!

 

 

—Lo siento, mi señor —dijo el Alfa.

 

 

—Arriba, si no hay una herida en tu cuerpo, no hay forma que te des por vencido. Si la muerte te busca no pares hasta el fin, ¡hasta que sientas que tu último aliento se escapa! ¡Se valiente!

 

 

El Alfa tomó fuerzas de las palabras de su rey y volvió a intentarlo, nadie dijo que era fácil ser un guerrero, terminabas con la piel hinchada y rota, las heridas sangrantes y los moretones te acompañaban. Podías presumir orgulloso las enormes cicatrices que lograste en batalla, y de las cuales sobreviviste, todas esas profundas heridas que escocerían hasta sanar.

 

 

Cuando Lee logró golpear a Naruto se detuvo asustado, pero el rubio sólo sofocó un gemido de dolor para luego sonreír radiante. Se acercó al alto hombre y le dio fuertes palmadas en la espalda alentándolo.

 

 

—Lo hiciste bien, cachorro, no tienes nada de qué preocuparte.

 

 

—Gracias, mi rey.

 

 

—Ahora ve —dijo señalando a otra persona para que comenzaran un combate. Cuando el Alfa se fue, pudo tomar aire, ese golpe se lo había sacado por completo de los pulmones, luego estiró sus músculos calientes por el ejercicio y sintió en su piel lo frío del ambiente.

 

 

—¡Mamá! —escuchó los gritos de sus hijos y volteó a verlos, estaban con Ino, que cargaba a Badén. Se acercó lleno de tierra y sudor y acarició a cada uno de sus hijos para luego tomar en sus brazos a la bebé.

 

 

—Te lo encargo, Kiba —dijo Naruto a uno de sus comandantes, uno de los pocos que le servían fielmente a él en lugar de a Kakashi.

 

 

—Sí, mi señor.

 

 

Vio como el Alfa se iba a ayudar en el entrenamiento y Naruto pudo caminar con sus hijos alrededor de Ilargia. pensó que sería buena idea ir a comprar comida y bebidas que les dieran confort, en un momento Ino puso una suave tela de seda en sus hombros y Naruto agradeció.

 

 

Los habitantes sonreían al verlo, lo saludaban y aclamaban su nombre, Naruto se sentía bien, sabía que tenía el favor de su pueblo, pues, tanto Kakashi como él, buscaban lo mejor para el reino y ellos parecían apreciarlo de verdad.

 

 

Entre la multitud vio una cabellera roja asomándose y fue hacia ella de inmediato.

 

 

—¡Sasori! —bramó feliz al ver a su amigo, el cual cargaba a un pequeño recién nacido—. ¡Qué buen saber que tu hijo nació con bien!

 

 

—Muchas gracias, aunque aún no puedo creer que Deidara me haya dejado así después de que su hijo naciera. Maldito Alfa…

 

 

—Son bárbaros y la lucha les llama, no hay nada que podamos hacer.

 

 

—Claro que sí —murmuró el Omega pelirrojo—. Seducirlos y dejarlos tendidos en la cama, cabalgándolos fuerte.

 

 

—Veo que tienes satisfecho a tu Alfa —dijo con gracia Naruto.

 

 

—Así no busca a otros Omegas.

 

 

Naruto tuvo que guardarse una mueca de incomodidad, que no pasó desapercibida para el otro Omega.

 

 

—Supongo que dije algo que te incomodó.

 

 

—Supongo —comenzó a caminar y Sasori siguió sus pasos—. Kakashi ha perdido el fuego que sentía por mí.

 

 

—No es así —dijo rápidamente

 

 

—Sé que ha dejado pequeños bastardos por otros lados, no soy tonto, pero no importa. Kakashi ama a sus hijos, así que mientras no pierda eso no anularé nuestro matrimonio.

 

 

Ambos callaron, ese no era un tema que al rubio le gustara tocar, después de todo, Kakashi era un hombre libre, no era ningún esclavo, era el rey, y por ello, Naruto no podía imponerle nada.

 

 

Le cedió su hija a Ino y cuando llegaron a la plaza central pudo ver con deleite como sus órdenes habían sido cumplidas, aquel Alfa violador de la noche pasada yacía colgado ahí mismo, mostrando su piel desnuda llena de azotes y con la carne desgarrada, marcas de sangre seca corrían a lo largo su cuerpo, y, en la parte del frente, su adorado pene había sido removido. El pobre diablo había muerto desangrado.

 

 

—Los dioses no lo recibirán —dijo Sasori y Naruto le dio la razón—. Débil de alma.

 

 

Al pasar por el lugar varios escupían al suelo cerca del cuerpo del hombre, así que Naruto rápidamente se dio la vuelta y le hizo una señal a Ino para que no dejara que los niños vieran la escena, la esclava rápidamente se dio la vuelta y jaloneó a los niños con ella.

 

 

—Tengo que irme —informó Sasori.

 

 

—Te acompaño hasta tu carreta.

 

 

Ambos Omegas llegaron a la carreta que tenía rumbo a las montañas, Naruto dio un suave beso en la frente del cachorro recién nacido y después un fuerte abrazo a su amigo, lo vio subirse en la carreta con las compras que había hecho para luego alejarse en el camino.

 

 

Se quedó fijo en ello, hasta que la seda que llevaba en los hombros salió volando, corrió hacia la delicada pieza casi atrapándola, pero algo más llamó su atención y la tela se fue volando en al aire.

 

 

A lo lejos, por el mismo camino en el que Sasori se había ido, había una silueta negra acercándose, tal como la de su sueño, sin embargo, no había nieve, ni mucho menos el día había pasado a ser noche, y por supuesto, sus huellas, no dejaban rastros de sangre.

 

 

Sus manos iban vacías y ningún animal le acompañaba, pero Naruto, muy en el fondo, sabía que era el mismo hombre, aquel que soñó. No se movió y lo vio llegar hasta él, el extraño se detuvo a unos cuantos pasos de distancia y se quitó suavemente la capucha, dejando ver a un hermoso hombre de piel blanca, ojos negros tan oscuros que ninguna estrella podría reflejarse en ellos, cabello largo atado en trenzas que caían sobre su espalda y labios rojos que pedían a gritos por un beso prohibido.

 

 

El viento azotó y Naruto sintió una corriente eléctrica correr por su cuerpo, pero, antes de caer sin remedio en la sutil trampa y quedarse admirando la belleza sin fin, reaccionó.

 

 

—¿Quién eres tú, forastero?

 

 

—Estoy delante de un rey —su voz lo hizo temblar, parecía amable, pero tenía tal fuerza y poder que demandaba sumisión, su Omega se removió inquieto—. Tu voz al pedir mi nombre me lo dice.

 

 

El hombre se acercó más a él y Naruto tuvo la necesidad de huir, nunca se había sentido tan indefenso ante nadie, pero ese extraño con divina cara y pulcra armadura lo dejaba buscando aire mientras sus ojos negros de apariencia cruel iban en busca de su alma.

 

 

—Umm… —murmuró sin saber muy bien qué decir.

 

 

El azabache hizo una fina reverencia y agarró su mano para besar su dorso, fue en ese momento cuando Naruto notó el pequeño tatuaje de una rosa en su mano izquierda.

—Soy conocido como Sasuke, mi señor.

 

 

Sus labios rojos ardieron contra su piel y el aliento caliente erizó su cuerpo haciéndolo jadear, y luego, lo último que pudo ver antes de que todo se volviera negro, fue la sonrisa maliciosa en los labios del extraño.

 

 

Notas finales:

Pues apareció sasuke! qué demonios va a pasar?

 

Para el aproximo cap les tengo un pequeño dibujo, muchas gracias por todo, espero saber sus comentarios sobre el cap.

 dar clik para ver.

tatuaje de sasuke

Nos vemos pronto, mis princesas y príncipes.


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