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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del fanfic:

Espero que disfruten leyendo este fic, tanto como yo disfruto el escribirlo.

 

Yugi-oh! no me pertenece.

Es de su creador, yo sólo uso sus personajes de manera recreativa y sin fines de lucro.

 

Para ustedes!!!

Notas del capitulo:

Introducción a esta nueva historia!

Era tarde. Miércoles en la madrugada. Una noche fría de invierno. El ambiente estaba helado, y el cielo nublado.

En una limosina, el CEO de Kaiba Corporation se dirigía a su casa, su mansión. Estaba cansado. Casi agotado.

Pasadas las 2 de la mañana, y después de un día lleno de papeleo, juntas, y uno que otro imprevisto, Seto Kaiba deseaba, como única cosa en ese momento, su cama calientita, su pijama y dormir plácidamente, aunque fueran pocas horas, para mañana seguir con el trabajo de todos los días.

Porque así eran sus días. Ajetreados, cansados, y sobre todo largos. Cualquier otro hombre fácilmente se quebraría en su lugar, con todo su trabajo y responsabilidades. Pero no él. Seto Kaiba estaba entrenado para seguir adelante, más allá de lo que cualquiera le pudiera decir y aconsejar, incluso más allá de su propia salud.

Pero en esta noche, que tanto ansiaba llegar a descansar, la vida no se lo concedería tan fácilmente. Porque la vida nos pone pruebas. A veces difíciles, a veces complicadas, a veces inentendibles… pero nunca que no podamos superar.

 

En la parte trasera de la limosina donde viajaba el CEO, reinaba el silencio, hasta que su celular comenzó a sonar. Enarcó su ceja, se extrañó por la hora, y más por no reconocer el número del que le hablaban.

-Kaiba- contestó secamente.

-Señor Kaiba, buenas noches. Disculpe que lo moleste a estas altas horas de la noche- El CEO no reconoció la voz que le hablaba. Y no dijo nada, solo se limitó a escuchar.

-Soy el oficial Miyamoto. Le hablo de la jefatura de policía. Quería avisarle que su hermano, Mokuba Kaiba, fue detenido por participar en una fiesta que fue reportada por manejar fuertes cantidades de alcohol y drogas-. Kaiba se impresionó, lo tomaron totalmente por sorpresa… pero no lo demostró.

-Cómo está mi hermano?-

-Está bastante alcoholizado, pero bien. Esta detenido aquí conmigo, y para poder dejarlo libre usted debe de acudir a firmar el papeleo y pagar una fianza-. “Genial, lo que me faltaba este día…”

-Muy bien, voy para allá- Colgó sin escuchar respuesta.

 

Cansado, casi agotado, Seto le indicó a su chofer que cambiaban de dirección. Fueron rumbo a la jefatura de policía indicada, mientras éste se masajeaba las sienes, tratando de amortiguar el fuerte dolor de cabeza que creció aún más con esta noticia.

 

Castaño, de ojos azules, alto de estatura, y con una fortuna incalculable, Seto Kaiba era deseado por todas las chicas de Japón. Y, por qué no, por muchos chicos también. Pese a su corta edad, él era un hombre joven pero maduro, al que estaban comiendo las responsabilidades. Nunca le había importado. Su mayor preocupación y foco de atención era su pequeño hermano Mokuba.

Pero desde hacía un tiempo, ese pequeño hermano ya no era tan pequeño, y a falta de figura paterna presente, y con él mismo en la empresa todo el día, se le estaba yendo de las manos.

Por primera vez en mucho tiempo, Seto Kaiba tuvo miedo de que Mokuba fuera por mal camino. Tenía que tomar medidas serias con él. Ya no era un niño. Y así como no lo debía tratar como un niño, las consecuencias de sus actos tampoco podían ser las de un niño.

 

-Llegamos Señor Kaiba- La voz de su chofer lo sacó de sus pensamientos. Tenía un plan para enderezar el camino de su hermanito.

Vio como le abrieron la puerta y bajo con su típico semblante frío y se dirigió adentro del edificio. Se acercó a un mostrador a pedir información, y lo condujeron con el oficial que le llamó rato atrás.

 

-Buenas noches Señor Kaiba- El oficial era inteligente. Sabía con quién trataba, y sabía que el otro podía incluso tener más autoridad que él. Así que fue amable y cortés, aún sin dejar a un lado su condición de oficial, sabiendo que también sería respetado.

-Vengo a buscar a mi hermano- Rápido y directo, como era él siempre.

-Sígame- El oficial dio media vuelta y comenzó a caminar. El castaño lo siguió en silencio.

 

Llegaron a otro apartado de la jefatura, y el oficial pidió a una secretaria que le extendiera los papeles para dejar libre a Mokuba, pagando una fianza, por supuesto.

Se los extendió al CEO, a la par que le dijo.

-Aquí está el papeleo para que podamos sacar a su hermano. Lo dejaré ir esta vez con esta fianza menor, y  con el compromiso de que ya no se estará metiendo en problemas, ni involucrando en reuniones o fiestas que tengan algo de alcohol o drogas. Él no estaba drogado, pero sí bastante alcoholizado. Y al ser menor de edad, si esta conducta se repite, le aseguro Señor Kaiba que no será tan fácil de sacarlo- El castaño lo escuchó con atención y sin responderle comenzó a llenar los papeles. El oficial desapareció por una puerta, para regresar minutos después seguido por un evidentemente cansado Mokuba.

El ojiazul le entregó los papeles firmados.

-Muchas gracias oficial Miyamoto. Esto NO se repetirá- dijo, a la par que al negar miró de reojo a Mokuba, quien la verdad no parecía avergonzado por sus actos.

-Muy bien Señor Kaiba, que pasen buenas noches- Ambos hicieron una ligera reverencia al otro, y los Kaiba se encaminaron a la salida, el castaño por delante.

 

Llegaron a la limosina, en donde el chofer rápidamente les abrió la puerta. Ya adentro, el mayor dio instrucciones para irse a su casa, y aisló la parte de atrás de la parte de adelante, para no ser molestados.

 

-En qué demonios estabas pensando Mokuba?- empezó el regaño el mayor.

-Ha, no es para tanto Seto, solo fui a una fiesta en casa de unos amigos, y los vecinos se histerizaron y por eso llamaron a la policía- Mokuba parecía no darle importancia a los acontecimientos de esa noche.

-Solo una fiesta? Si mal no recuerdo, me informó el oficial que había alcohol y drogas ahí- El castaño hacía todo en su poder por no explotar. Pero era muy difícil.

-Pues el chico de la fiesta llevo algo de alcohol, pero solo unas cuantas botellas, nada para alarmarse, y de las drogas… tú has de saber, chicos quieren agarrar ambiente y por eso llevan drogas. Pero no te preocupes, no es lo mío- La alarma interna del CEO se encendió al escuchar a su hermanito hablar de esto con demasiada naturalidad. Y por sus palabras, pudo saber que ya había probado de lo que había ahí… y no le gustó nadita.

-Mokuba, eres menor de edad, y según se la mayoría de tus amigos lo son también. De dónde sacan eso?- dijo el castaño cada vez más enojado.

-Sabe…. No tengo idea. Yo nada más asisto, no es como si llevo yo el alcohol. Y aunque sea menor…. Vamos Seto! Son solo unos tragos. Quién no los da en una fiesta?- Ese fue el acabose de la paciencia y buena onda del CEO.

-MOKUBA! Estás castigado por el resto del mes. No saldrás sin avisar y corroborar exactamente a dónde vas, y solo para cuestiones de la escuela. Cero fiestas a partir  de ahora!- La verdad es que el CEO estaba sumamente molesto. El menor estaba relajado, pero sí brincó ante eso. 

-Vamos Seto, fue solo una fiesta! Y solo unos tragos! El fin de semana viene otra fiesta, y quedé de ir y participar- Lo empezó a mirar suplicante, con lo que siempre lograba lo que quería de su hermano mayor. Pero no por nada el mayor era un genio, sabía que esta vez no debería ceder ante las palabras de su hermanito, pues era simplemente perjudicarlo.

-Olvídalo Mokuba- se negó, y fue en donde el menor comenzó a ponerse agresivo, en buena parte por el efecto del alcohol que todavía traía en la sangre.

-Pues si no me dejas ir, me voy de la casa! No te necesito!- Y fue ahí donde se le prendió el foco al castaño.

-Ah, quieres irte de la casa? Y cómo te vas a mantener tú sólo?- el ojiazul comenzó a encaminar la conversación a su favor, hasta donde quería llegar.

-Cómo que cómo? Por supuesto que tenemos dinero para que yo viva en mi propio departamento sin ningún problema- Típico adolescente que encontró la solución perfecta para todos sus problemas. Y aunque también era muy inteligente, Mokuba aún estaba bajo los efectos del alcohol y no se dio cuenta que estaba cayendo en la trampa de su hermano mayor.

-Pues no, fíjate que no. Es más, no vas a volver a ver un centavo del dinero por el que me la paso trabajando. Si quieres salir y divertirte, tendrás que trabajar para tener dinero para eso. Porque no tendrás a disposición a ningún chofer para irte a juergas, y no permitiré la entrada a la mansión de ningún auto extraño. Así que a partir de que se te levante el castigo, si quieres salir, te las vas a ingeniar para obtener tus propios recursos. Haber si así aprendes algo de responsabilidad en la vida!- El castaño no levantó la voz para nada, pero sí fue firme en sus palabras y decisión. Y Mokuba, no daba crédito a lo que oía.

-QUÉ!? Hermano, no puedes hacerme esto!!!-

-Yo no te estoy haciendo nada, simplemente no vas a malgastar el dinero que nos cuesta horas de trabajo en tonterías como esa- Mokuba pasó de estar atónito a estar realmente molesto.

-Seto! El hecho de que tú seas un antisocial que no te gusta ni hablar con las piedras no quiere decir que todos seamos así! Me gusta divertirme con mis amigos! Me gusta salir a socializar y convivir! Me gusta tener una vida! No quiero pasar toda mi vida en una oficina tras un escritorio trabajando, sin tener una vida y volviéndome amargado como tú!!!!- Mokuba estaba sobrepasando límites que no debía… y lo sabía, pero en la urgencia del momento no le importó herir a su hermano.

Seto simplemente enarcó una ceja. Por dentro, le dolieron las palabras de su hermano. Él siempre había trabajado por dos simples razones; Primero para sacar adelante la empresa y superarse a sí mismo cada día, como meta personal… y dos, por ese niño, ahora adolescente, que estaba frente a él diciéndole que era un amargado. Para que nunca le faltara nada, y poder ser un buen ejemplo para él. Por eso, el dolor interno que sintió con ese comentario decidió no mostrarlo, simplemente lo vio fijamente y le respondió.

-Como tú quieras Mokuba. Si quieres darte a la fiesta y a la parranda, por mí hazlo. Simplemente yo no voy a trabajar ni me voy a prestar a eso. Si quieres seguir saliendo, buscarás un trabajo para ganar dinero y darte los gustos que quieras, como cualquier muchacho de tu edad- Mokuba no podía creer lo que estaba pasando. Para él, su hermano le estaba quitando su apoyo para él poder divertirse y crecer socialmente.

Estaba a punto de seguir replicando sin medirse, cuando la limosina paró, y les anunciaron que habían llegado a la mansión.

El chofer les abrió la puerta, y ambos pasaron a su casa. Antes de subir las escaleras e irse a dormir, Seto Kaiba le dijo a su hermano.

-Te amo y me importas Mokuba. Eres lo más importante para mí. Pero si quieres echarte a perder, no seré yo quien te lo fomente. En serio, más te vale que consigas un empleo y aprendas un poco de la vida. No porque podemos comprar lo que sea tenemos todo en la vida asegurado. Espero que entiendas y aprendas eso- El ojiazul no esperó la respuesta del otro, no quería dar pie a seguir la discusión. Subió inmediatamente a su habitación, se quitó la ropa y se puso una playera cualquiera.

Se acostó en su cama, y antes de quedar dormido, vio el reloj. Pasaban por poco las 4:30 am. Tendría tiempo para dormir un par de horas. Cerró los ojos y no supo más de esta realidad, simple e inmediatamente se quedó dormido.


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