Me imagino que ya sabrán que paso luego ¿no?... Pues si piensan que Dazai-bakka y yo tuvimos sexo en la oficina de nuestro jefe… están en lo correcto, debo de admitir avergonzado.
Pero no crean que todo fue miel y chocolates después de eso y que aquí acaba esa historia de amor… no… ese día… fue la última vez que vi a Dazai en la Port Mafia.
Nunca estuve muy al tanto de que había sucedido. Incluso hasta el día de hoy no se me fue revelada esa información. Lo único que recuerdo fue, que Mori-san me dijo que ese tonto nos había dejado y que un tiempo después se unió al grupo de perdedores y tenia un nuevo compañero… ese maldito egocéntrico ahorrador… Kunikida Doppo.
Por un tiempo odie a muerte a Dazai y a su estúpido amiguito… hasta que por fin el día de volverlo a ver llego.
Yo me encontraba en el jardín lustrando mi cuchillo, cuando uno de mis subordinados más cercanos corrió hacia mí. Cuando llego agitado, le puse una mano en el hombro y le sonreí;
- ¿Por qué estas tan apurado? - le pregunté sin dar importancia al brillo que tenía su mirada - ¿ah pasado algo?
-esta aquí- me dijo agitado
- ¿Quién está aquí? - volví a decir sin comprender
-Akutagawa-san lo trajo… Dazai-san esta aquí- dijo tomando mi mano
- ¿Qué? - exclame aun en shock. Por fin… después de tanto tiempo… podría volver a ver a mi pareja destinada…ha aquel que me abandonó después de salvarme y llamarme “su esposa” … lo mataría en este preciso momento. Me levanté y levante a mi Kohai con fuerza, - ¿Dónde está? - volví a preguntar
-en los calabozos sempai… lo han dejado ahí- me dijo con miedo cuando vio la ira en mi mirada. Me alejé de él y corrí hasta los calabozos.
Al llegar, lo vi… ahí estaba ese bastardo traidor, atado a la pared con cadenas. Lo miré por un momento, hasta que decidí acercarme;
- ¡hasta que por fin me muestras tu tonta cara de nuevo! - le grite mientras que lo escuchaba cantar… odio cuando se hace el que no estoy cerca
- ¡Chuuya! - me dijo con una enorme sonrisa, como si no pasara nada, lo cual me irrito aún mas
-te dejaste atrapar muy fácilmente- le dije para molestarlo
-no realmente, - me contesto con su habitual desinterés -solo quería verte de nuevo. Fue más fácil de esta forma-. Al oírlo, mi sangre se helo… ¿verme? Debe ser un maldito juego;
-ocúpate de tus propios asuntos- exclame dándome la vuelta. Extrañaba aquel olor que desprendía… mi amor por él no se había ido como yo pensé durante tanto tiempo… lo odio,
-eso hago- escuché que decía, cuando lo sentí abrazándome por detrás. De nuevo me hele… no sabia que hacer. Tenía ganas de golpearlo, pero también de abrazarlo. Mi cabeza en ese momento era un caos.
Me quede quieto, sin mover un solo musculo, cuando sentí como paso su lengua por mi nuca, lo cual hizo que me estremeciera y me separara de él de un salto, algo que al parecer le resulto muy gracioso, ya que empezó a reír a fuertes carcajadas mientras que yo me sostenía el pecho con una mano;
-no pensé que fueras tan cosquilludo- me dijo entre risas mientras que yo sentía como me sonrojaba
-Sa-sabes que ese es… un lugar muy delicado pa-para un omega- le dije tartamudeando… de verdad que me asusté, aunque me sentí muy bien cuando lo hizo. El tonto continúo riendo, hasta que se acerco a mi y tomo mi mano;
-salgamos de aquí- me dijo cuando comenzamos a subir hacia los pasillos que llevaban a la salida. Yo me detuve en seco y él me miró;
-se-se supone que estas secuestrado- le dije avergonzado y fue cuando me miro y me dirigió aquella hermosa sonrisa que tiene
-exacto. - dijo y me tomo de la mano -Estoy siendo secuestrado por mi esposa-. Al decirlo, de nuevo me sonroje… Esposa… esa palabra me causa gran alegría… aunque obviamente Dazai nunca… NUNCA… lo sabría.
Comenzamos a correr por los pasillos, hasta que por fin salimos del enorme edificio de la Port Mafia. Ambos parecíamos un par de colegialas corriendo por las calles, cosa que me avergonzaba mucho.
Después de mucho andar, llegamos hasta un parque que estaba por la costa, sabia donde estábamos… el lugar favorito de Dazai. Lo recordé porque una vez me había traído. Era un parque muy sencillo, no era la gran cosa, pero… lo sentía muy privado, algo que me gustaba. Esa privacidad en la cual, por fin tendría al tonto de nuevo a mi lado. Esta vez no lo dejaría ir.
Dazai me guio hasta una pequeña banca que estaba junto a un pequeño jardín de piedra y me indico que me sentara. Cuando lo hice, se encamino hacia el jardín y trajo algo consigo, cosa que me mostro cuando se sentó a mi lado;
-estas son mis bellas Chuuya- me dijo cuando me paso una pequeña flor de color naranja, que tenia un olor hermoso. Yo mire la flor aun sonrojado… le puso mi nombre a una flor que posiblemente ya tuviera uno, pero no me importo… él me amaba, lo sabía… me lo demostró con ese simple gesto, -Empecé a plantarlas hace un par de años, - continúo hablando mientras sostenía mis manos con aquella flor -Su olor me recordaba a ti y este bello color… es como el de tu cabello-. Al decir eso, coloco su mano en mi mejilla. No me había sentido tan feliz en años y sin notarlo, comencé a llorar mientras mi hermoso Dazai mantenía su bella sonrisa.
Pasamos hablando toda la tarde y sin notarlo se nos hizo de noche, lo cual me preocupo, ya que Dazai debía volver a la Agencia;
-debes irte ¿cierto? - le dije cuando miré al oscuro mar
-creo que ya va siendo hora. - me respondió –Kunikida debe estar preocupado-, de nuevo ese hombre… eso me molesto demasiado, así que me levante y acerque a la orilla
-pues deberías irte con él ya, ¿o no? - le dije sin pensar y fue cuando él volvió a reír, haciendo que me molestara de nuevo, - ¿Qué es tan gracioso?
-estas celoso, - me dijo colocándose junto a mi -no puedo creerlo
- ¡no estoy celoso! - le grite y lo empuje. Él aprovecho y jalándome hacia él, me abrazo
-si lo estas, pero no importa… solo tengo ojos para ti- me dijo, dejándome un suave beso en los labios, cosa que obviamente recibí con gusto, aunque un poco enojado. Cuando nos separamos, lo mire;
-vuelve conmigo… se que Mori-san no te castigara- le dije, con la esperanza que aceptara, pero miro hacia el mar muy pensativo
-no puedo hacerlo. - dijo por fin ante mi cara de decepción -Cuando me fui… no quedamos en buenos términos
- ¿me dirás porque te fuiste? - pregunté, pero de nuevo me evadió
-no, - contesto -pero, me gustaría llevarte conmigo a mi casa. - y se volteo de nuevo hacia mí, tomándome la mano -Me gustaría que esta vez, si fueras mi esposa- termino diciéndome, cuando coloco un anillo en mi dedo. Eso no lo espere y lo mire anonadado;
- ¿Qué? - dije suavemente
-Desde que me fui, lo único que desee fue tener un suicidio doble con una bella chica, ya que pensé que tu me habías olvidado. - comenzó a decirme aun sin soltar mi mano -Pero… la verdad es que yo no podía olvidarte así que me gustaría, estar junto a ti por siempre- y me abrazo de nuevo. Yo comencé a llorar y fue cuando me descubrí el cuello;
-por favor… estemos juntos por siempre… mi único amor… Osamu Dazai- le dije cuando sentí como sus dientes mordían fuertemente mi cuello… por fin… este lazo seria eterno.