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Vida Regular por NovenaCampanada

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Observaba la creciente oscuridad con una mirada entre distraída y pensativa. Las estrellas salpicaban el cielo oscuro. No parecía escuchar otra cosa más que sus pensamientos.

Continuo recolectando ramitas secas a lo largo del bosque, había pasado una hora desde que dejo el campamento con la excusa de recolectar más leña, aunque había suficiente para una semana dentro de la camioneta de Skips.

El viento fresco de la noche le silbo en los oídos, Rigby tirito dejando caer una par de ramitas. Solo llevaba un atuendo simple, pero tampoco era un frio insoportable. Habían pasado dos meses y sus comportamientos cambiaban más con los días, todos lo miraban de forma extraña cuando empezó terminar los deberes, llegar a primera hora a cada junta matutina e incluso aseaba el trampolín donde dormía. Bennson estaba tan desconcertado, no sabía si se trataba de un engaño, pero lo que fuera no lo podía tocarlo pues cumplía con todo y hacia aún más de lo que correspondía, en un mes Rigby ya era un trabador ejemplar. Mordecai intento hablar con él, pero siempre respondía lo mismo “Estoy bien, no pasa nada” le decía con una sonrisa. Desde que la relación con Margarita se volvió solida no le quedaba mucho tiempo para su mejor amigo.  Rigby lo evitaba más con el pasar de los días, hasta que por fin decidió cambiar de habitación, sin objeciones de nadie y con el consentimiento de Papaleta, se mudó al ático siendo este el único lugar disponible, pero fue suficiente para Rigby. 

-Rigby- Mordecai  salió de entre los pinos y lo sujeto del hombro – Esto es suficiente, tenemos que hablar-

-Bien te escucho, viejo- Respondió Rigby indiferente, tomando más ramitas del suelo sin mirarlo

-¡Deja eso!- arrebato las ramitas de los brazos de Rigby y las arrojo detrás de los arbustos- ¡Esto tiene que parar!-

Rigby solo miraba hacia un lado sin prestarle atención, Mordecai ya había perdido la paciencia. Agitado lo tomo de la camisa levantando del suelo. Rigby seguía sin mirarlo. Las sienes le palpitaban y temblaba de ira, Mordecai apretó los puños y rechino los dientes.

-¡Basta!, ¡Rigby! –Mordecai estrujo con fuerza intentando sacarle las palabras, no estaba acostumbrado a ser ignorado por su amigo, no de aquella manera- ¡Qué demonios te ocurre! ¿Estas molesto? Si es así solo dilo. Lo que sea que pase lo podemos resolver, siempre lo hacemos-

Rigby cada vez más nervioso contuvo los sollozos, sabía que continuar ocultando el asunto era igual que decirlo. Lo entendió al fin, perdería la amistad de Mordecai, no lo postergaría más.

El silencio hizo presencia. Los labios de Rigby estaban sobre los de Mordecai, quien con ojos abiertos como platos lo arrojo lejos y callo de bruces al suelo. Nuevamente hubo silencio, un silencio distinto, pesado, incómodo y abrumador. Rigby se puso en pie sacudiéndose el polvo.

-¿! Qué significa esto ¡? ¿! Por qué lo hiciste ¡?- Grito Mordecai, llevándose la mano al pecho, el corazón se le acelero tanto que le dolía.

El viento aulló y el ambiente se llenó con el sonido de las hojas de los arboles rosando unas con otras. Rigby lo miro, las lágrimas ya rodaban por sus mejillas. Mordecai esperaba impaciente por repuestas.

-Yo… yo trate de alejarme, pero tú seguiste insistiendo- Sollozo al momento que temblaba, pero no era de frio –No pude evitarlo y cuando te veía con margarita tan feliz, los odie por eso. Ailyn salió lastimada por mi culpa, ella es demasiado buena, no le dijo nada a nadie. Después de tanto tiempo no pude ocultarlo más y todo se salió de control. Te amo Mordecai- Dijo finalmente con voz estrangulada y las mejillas rojas por el frio que descendida más.

Mordecai abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró.  Paso la vista del suelo a Rigby y otra vez al suelo.  

-Rigby… ¡Por qué tenías que estropearlo todo!- Alzo la voz, los frondosos árboles amortiguaron el grito -¡Maldita sea! ¡Cuando pensé que todo marchaba bien!-

Se volvió hacia la espesura y avanzo sin ver atrás. Rigby quedo solo, soportando las ganas de llorar.   Permaneció unas horas en la misma zona, hasta que Skips y Papaleta acudieron en su búsqueda y regresaron los tres a campamento sin decir nada.  

 


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