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Moonlight por Na Na

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Notas del fanfic:

No sé si está mal, pero va dedicado para JongHyun <3

Notas del capitulo:

Escribí este fic hace mucho, según word fue el 22/04/2017, y que lo finalice el 16/09/2017. Estoy segura que lo empecé antes, pues me gusta escribir en papel, y esta historia estaba escrita en hojas sueltas. Está basado en la canción homónima de Ariana Grande, y fue con la finalidad de hacer a un Jong muy dulce. 

—No puedo cancelar tu agenda cada que quieras, JinKi. —El rubio lo miró con el ceño fruncido.

—Lo sé, Key, pero, en serio, quiero ir con Jong hoy.

El menor suspiró rendido.

—Hyung, es la última actividad que te cancelo en el mes. —KiBum lo apuntó con el esfero, una bola de pelos rosa en la parte superior de éste—. No habrá más cancelaciones, no importa cuánto ruegues. —JinKi asintió con una sonrisa, su cabello castaño sacudiéndose. —Bien. La sesión fotográfica te la dejo para mañana en la tarde. Te quiero en mi departamento a la una, JinKi —lo retó, aun apuntándolo con el esfero.

— ¿A las dos?

—A la una. —La mirada fiera con la que el menor lo vio, y lo autoritaria de su voz, lo hizo asentir—. Y más te vale llegar limpio—. JinKi levantó una ceja antes de asentir—. Ahora, vete.

—Gracias.

El mayor abrazó a KiBum, apresando sus brazos, sacudiéndolo y salió de la pequeña oficina del menor. El rubio se quejó, se acomodó su chaqueta y sonrió, sintiéndose feliz por la felicidad de su amigo.

—Un tipo suertudo ese JongHyun —murmuró, llamando a la fotógrafa para cambiar la sesión.

JinKi, en cambio, corrió al ascensor con el teléfono y su abrigo en sus manos. Tenía una sonrisa que le iluminaba todo el rostro. Cuando las puertas del ascensor se abrieron salió corriendo hacia el estacionamiento esperando ver a JongHyun apoyado en su auto. Y ahí estaba, con su cabello rubio peinado a un lado y su sonrisa de dientes blancos.

—Cariño.

JinKi se acercó sonriendo aún más debido al sobrenombre que acababa de usar en él y enredó sus manos en el cuello del menor.

—Amor. —Unieron sus labios en un corto beso que los dejó sonriendo como los dos enamorados que eran—. Estaré contigo hasta el mediodía de mañana, cariño.

— ¿Key te dejó quedarte tanto tiempo conmigo? —JinKi asintió—. Así que tengo a hyung para toda la noche. —El mayor rio y asintió con la cabeza—. Entonces aprovechemos el tiempo desde ahora.

Era poco más de mediodía, con el sol brillando ligeramente sobre el cielo. Jong manejaba a las afueras de la ciudad, llevando a JinKi a almorzar. Había un restaurante de pollo que habían descubierto hacía unas semanas atrás y el mayor adoraba comer ahí. JongHyun sabía que la semana de JinKi había sido pesada y quería que el mayor se relajara, se olvidara de sus problemas y se divirtiera un poco. Y él se encargaría de que así fuera.

JinKi estaba feliz de poder pasar ese día con el bajo. Su semana había sido difícil, y un poco de descanso no le caería mal. JongHyun era su pilar de soporte cuando se sentía cansado. También estaba KiBum, pero no era lo mismo que con JongHyun.

El restaurante al que iban no solía acudir mucha gente, lo cual era una ventaja. Eso permitía que JinKi pudiese entrar sin necesidad de disfrazarse. La otra ventaja era que se había hecho amigos de la dueña del local. Ella los recibía alegre, cerraba el lugar y los atendía lo mejor que podía. Luego los dejaba solos. Ella sabía de la relación de ellos dos y no quería molestarlos en su estancia.

JinKi comió hasta estar satisfecho. No había comido tanto desde hacía semanas. JongHyun se sintió feliz de verlo relajado un momento.

Pagaron y se despidieron de la mujer, prometiendo ir más seguido.

JongHyun condujo hacia su apartamento, esperando que pudiesen hacer algo divertido.

—Salgamos mañana en la mañana —comentó JinKi, dejando su abrigo en el perchero.

JongHyun lo miró; le preguntó si hablaba en serio y el mayor asintió varias veces. El bajo sonrió. Le gustaba ver a JinKi asentir repetidas veces. Desde su perspectiva, lo hacía lucir más tierno de lo que ya era.

—Casi no hemos tenido oportunidad de salir —explicó JinKi, caminando hacia el sofá de la sala.

JongHyun lo siguió. Se sentó en la esquina contraria a la de JinKi, apoyando la espalda en un reposabrazos, con las piernas recogidas, casi chocando contra su pecho. JinKi se sentó al igual que él, y tocó los pies de su novio, una sonrisa traviesa en sus labios. JongHyun le regresó el golpe, y el mayor rio divertido. JinKi puso uno de sus pies entre los del menor, y empujó uno, haciendo que la pierna del rubio cayera al suelo. Rio con más ganas, y se acomodó en el sofá, gateando hacia el menor.

JinKi se dio la vuelta y se acomodó entre las piernas de JongHyun, con su espalda pegada al pecho del rubio, siendo capaz de sentir los fuertes músculos bajo la camiseta que vestía el hombre.

JongHyun rodeó la cintura de JinKi con sus brazos, quien apoyó sus manos sobre las del menor. El bajo empezó a repartir ligeros besos por el cuello del actor, quien cerró los ojos, moviendo su cabeza para darle más terreno a su novio. JongHyun no tenía segundas intenciones con JinKi, sólo quería poder demostrarle su amor, y poder calmarlo un poco. El mayor solía relajarse cuando le besaba el cuello.

—Ha sido una semana horrible —murmuró el alto.

— ¿Quieres hablar de ello? —Depositó un ligero beso tras la oreja del castaño, quien negó con la cabeza casi imperceptiblemente—. Lamento los rumores que han corrido acerca de ti —musitó, apretando su agarre en la cintura.

JinKi suspiró.

El mayor estaba grabando un dorama. La oportunidad de un protagónico se le había presentado y no la desaprovecharía. Fue así como conoció a HaRi, la protagonista. La pelinegra tenía novio, y no se acercaba a JinKi más que cuando debían filmar una escena o coordinar algo. El mayor no entendía por qué la chica guardaba distancias con él, así que tomó la iniciativa de acercársele para eliminar la tensión que había en el set, y para cuando pudieron notarlo se habían hecho buenos amigos.

De pronto, empezaron rumores de que JinKi la pretendía. Al inicio no pasaron a más que murmullos y cotilleos en el set, pero cuando los rumores se extendieron y se hicieron virales, JinKi llevó la peor parte. Todos empezaron a creer que él quería meterse en la relación de HaRi con su novio, y los comentarios negativos hacia él no se hicieron esperar.

A pesar de que era él quien llevaba la peor parte, lo prefería así, ser él el culpable y no HaRi. Aunque nadie tenía la culpa de nada.

¿Era tan malo querer ser amigo de una chica con novio?

—No tienes qué, no es tu culpa.

—Tuya tampoco, vida mía. —JongHyun apretó un poco más su agarre y hundió la nariz en el cabello castaño frente a él—. Es culpa de todos los demás. Sólo ignóralos.

—No es fácil —balbuceó, y por el tono con el que el mayor pronunció aquello hizo que el corazón de JongHyun se encogiera.

—Lo sé, bebé, —El rubio apoyó su mentón en el hombro de su novio—, pero si les prestas atención será peor—. JinKi apoyó su cabeza en el hombro del bajo—. ¿Qué ha dicho HaRi al respecto?

—Dijo que daría un comunicado explicando la situación, pero no creo que aplaque todo lo que ha pasado.

—Pero servirá de algo, mi vida. Creo que peor es nada.

JinKi suspiró.

—Cambiemos de tema —pidió el castaño, girando un poco su cabeza y dejando un beso en la mejilla del bajo.

— ¿Quieres ver una película? —JinKi asintió con una ligera sonrisa.

Se desenredaron el uno del otro y JongHyun tomó su teléfono de la mesa del centro. JinKi encendió el televisor y el rubio puso una película. Se sentaron uno al lado del otro, el menor apoyando su cabeza en el hombro de su novio, quien estaba atento a su respiración. Le encantaba pasar tiempo con JongHyun. El menor sabía qué hacer o qué decir para hacerlo sentir mejor, para que todo lo que le preocupara desapareciera. JongHyun era su amuleto y su calmante.

—Hyung, la película es en la televisión, no en mi cara. —JinKi miró hacia aparato en seguida. Empezó a sentir la cara caliente y trató de respirar con normalidad para no sonrojarse más. Si JongHyun no levantaba la mirada no sabría que se había sonrojado—. Aún me sorprende que te sonrojes, amor. —El actor sintió su cara más caliente que antes, y pudo escuchar a JongHyun reír.

Tomó un cojín y lo golpeó con él; JongHyun hizo lo mismo e iniciaron una pequeña guerra. Poco después se rieron y el menor besó a JinKi. El mayor se dejó guiar, como siempre lo hacía; el bajo sabía cómo hacerlo. Sus manos se enredaron en los cabellos rubios, mientras que las de JongHyun estaban en la cintura de JinKi. El baile de sus labios hizo que el actor eliminara algo de la tensión que tenía y de la cual no había sido consciente.

—Creo que no veremos la película, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa. JinKi asintió—. Por qué mejor no salimos ahora, y pasamos toda la mañana de mañana en casa —propuso el rubio. La sonrisa de su novio se ensanchó—. ¿Es eso un sí?

—Sí.

JongHyun sonrió más amplio.

Apagaron la tv y, tras hallar sus billeteras y que JinKi se disfrazara un poco, salieron del departamento. El mayor llevaba un gorro de lana negro que JongHyun le había comprado en un viaje a JeJu. Se metió todo el cabello bajo él y se puso unas gafas enormes que el menor detestaba.

—Todo sea por no ser reconocido —explicó el mayor cuando las compraba, a pesar de las negativas del bajo.

JongHyun lo llevó al río Han. Pasear un poco debería calmar al mayor, como siempre lo hacía. El rubio sabía que el alto no había tenido unas vacaciones decentes desde hacía un año atrás. Y, aunque ya tenía menos de un día, quería que JinKi se desestresara un poco. Al menos por unas horas merecía escapar de la realidad.

El bajo le dio un cubre-bocas antes de bajar del auto.

—Podrían reconocerte los labios, hyung. Los tuyos son únicos —explicó el menor, haciendo que las mejillas del actor se tiñeran de un suave rosa.

JongHyun rio entre dientes, bajó del auto y se acercó al mayor, se puso unas gafas y, junto a él, empezó a caminar. No hablaron mucho. JinKi sólo decía lo necesario, como que hacía calor, que tenía sed, que quería uno de los dulces que vendían o que quería un perrito. JongHyun lo complació en lo que pudo antes de que se sentaran a orillas del río.

— ¿En serio quieres un perrito? —JinKi asintió—. ¿Cómo harías para cuidarlo?

JinKi abrió la boca para decir algo, pero se abstuvo.

—No creo poder cuidarlo —murmuró con tristeza.

JongHyun se arrepintió de haberle preguntado aquello. Lo abrazó por los hombros, antes de decirle que necesitaría un cuidador de perros.

—No le pagaré a alguien para hacer eso. Yo quiero cuidar del perro —aclaró JinKi jugando con sus dedos.

—Pero, ¿KiBum no hace eso con Commedes y Garcons? Aun así él puede cuidarlos. —El mayor suspiró.

—Ya no quiero un perrito —susurró bajo. JongHyun podía imaginar el puchero que debía tener.

Deshizo su abrazo, tomó la mano de JinKi y le besó el dorso. Entrelazó sus dedos y apoyó su cabeza en su hombro. El cielo se estaba pintando de naranja y JongHyun no quería dejar de verlo. Mucho menos con el mayor a su lado.

—Me gusta estar a tu lado, Jong —comentó el castaño. El corazón del rubio se llenó de alegría pero no dijo nada, tan sólo apretó su agarre en la mano de su novio.

Le gustaba que JinKi fuera su pareja. No fue fácil conquistarlo, mucho menos con la apretada agenda del mayor, pero lo hizo. Y se sentía feliz de haberlo hecho.

Cuando la noche cayó, el bajo propuso ir a cenar. JinKi estuvo de acuerdo y caminaron un poco más. Hallaron una carpa que vendía fideos y cenaron ahí. Aunque JinKi estaba a dieta, un día que la rompiera no sería malo. Además, si no le decían a Key no tendría por qué enterarse. Comieron, hablaron, rieron y bebieron soju. JinKi se había entusiasmado con la bebida, que para cuando regresaron al apartamento estaba algo mareado. JongHyun se divirtió al escucharlo decir sus líneas del dorama.

— ¿Tú ves mi dorama, Jong? —El aludido respondió que sí mientras lo guiaba a la habitación—. Y, ¿te gusta HaRi? Dime la verdad. —Para ese punto, JinKi estaba arrastrando las palabras.

—Me gustas tú, amor —contestó abriendo la puerta. El mayor empezó a reír—. Ahora ve y toma una ducha.

—No quiero —se quejó con un puchero. JongHyun estuvo a punto de besarlo, pero se contuvo.

—Hazlo, hyung. —La voz autoritaria que usó hizo asentir a JinKi.

El rubio lo vio caminar lento hacia el baño y no pudo evitar reír. Fue hacia el armario sacando ropa de pijama que JinKi tenía en su apartamento y la puso en la cama. Se sentó a un lado esperando a que el menor saliera para él poder entrar. Aunque tenía ganas de entrar con él. Se contuvo de hacerlo y solo esperó. Se lanzó a la cama, sus brazos sobre su cabeza.

El mayor salió con una toalla en la cintura, y se tambaleaba un poco. JongHyun lo ayudó a llegar a la cama, le dijo que se vistiera y que se metiera a la cama, y fue hacia el baño. Tomó una ducha con agua fría, esperando que el agua se llevara su cansancio. A pesar de que no había hecho gran cosa, estaba cansado. Supuso que era porque se divertía con JinKi, así lo único que hicieran fuera respirar.

Rio ante la idea y salió de baño, con una toalla en la cintura y con otra secándose el cabello. Entre sus planes estaba dormir con el mayor en sus brazos, pero se llevó una sorpresa al ver a JinKi acostado de lado en la cama, con la cabeza apoyada en su mano, mirándolo con una ligera sonrisa.

JongHyun se quedó estático al verlo solo en ropa interior.

—Hyung… —Al menor se le secó la garganta al verlo.

—Quiero que bailes conmigo, amor —dijo JinKi, con la voz baja.

JongHyun sonrió ligeramente. Él no podría negarse a esa petición.

Dejó la toalla que tenía en las manos en la silla del escritorio y se acercó a su novio. En el camino se dedicó a admirar el cuerpo de JinKi. Se mordió los labios al subir la mirada por sus piernas, al ver esos muslos pálidos y tentadores, al ver más arriba de ellos…

No perdió tiempo y se subió a la cama despacio, con JinKi acomodándose. Se colocó sobre él, con una rodilla entre sus muslos. El mayor estaba boca arriba y subió sus manos al rostro del menor, acunándolo y luego besándolo. El beso fue lento, como a JongHyun le gustaba hacerlo.

El alto desató el nudo de la toalla y la lanzó a un lado. JongHyun besó a JinKi por todas partes, antes de quitarle la única prenda que llevaba.

Susurros, gemidos, caricias, suspiros, besos... Todo combinado llevaba a la pareja al cielo.

Cuando el clímax los alcanzó, ambos pronunciaron sus nombres sobre la boca del otro.

JongHyun apoyó su frente en la del mayor, tratando de estabilizar su respiración.

—También me gusta estar a tu lado, JinKi —murmuró el rubio muy cerca de sus labios; el alto se encargó de eliminar la distancia que los separaba.

Cuando Morfeo llegó por ellos, encontró a JinKi entre los brazos de JongHyun.

Al amanecer, el primero en despertar fue el rubio; tomó una ducha y preparó el desayuno. Cuando la comida estuvo casi lista fue a despertar al mayor. Lo obligó a tomar una ducha y saliera desayunar. JinKi obedeció sin rechistar.

Mientras servía la comida vio a JinKi salir de la habitación sólo con los pantalones de pijama. En mañanas como esas JongHyun se sentía afortunado. Podía ver el cuerpo que las fans tanto deseaban ver.

El mayor se acercó, acunó su rostro con una mano y le dio un beso en los labios.

—Buenos días —murmuró tras separarse sólo un poco.

—Buenos días —contestó JongHyun con una sonrisa adornándole los labios—. ¿Dormiste bien?

—De maravilla. —JinKi sonrió, le dio otro beso y se sentó a desayunar.

Hablaron sobre lo que harían durante el tiempo que les quedaba juntos ese días. Sin ánimos de salir se quedaron en el departamento. Hicieron palomitas de maíz en el microondas, se sentaron en el sofá y vieron la película de la noche anterior.

Se divirtieron un poco antes de ducharse, almorzar y que JongHyun fuera a dejar a JinKi al departamento de KiBum.

Faltaban pocos minutos para que fuese la una de la tarde cuando JongHyun entró al estacionamiento del edificio departamental donde vivía KiBum.

—Dale mis saludos a Key —pidió el menor.

—Lo haré. —JinKi le robó un beso antes de bajar.

JongHyun salió del estacionamiento al mismo tiempo en que JinKi salía del ascensor al pasillo. Tocó la puerta del departamento de su manager y esperó. Sus ojos se abrieron de par en par al ver a Choi MinHo en pijama, sin camisa y a KiBum, un poco más atrás, en un albornoz rosa.

—Y me pediste que viniera a la una —dijo con reproche el mayor.

KiBum mostró los dientes en una sonrisa a modo de disculpa mientras Choi se hacía a un lado y lo dejaba pasar.

—Al menos me queda la satisfacción de que, si llegamos tarde a la sesión de fotos, no será mi culpa —habló despreocupado JinKi mientras se sentaba en el sofá.

Un cojín aterrizó en su cara, mientras escuchaba a Key rezongar y culpar a MinHo camino a su habitación.

JinKi simplemente empezó a reír.


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