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Días inesperados. por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Una mini historia que espero sea de su agrado.

 

 

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su  creador Tadatoshi Fujimaki.

Su pequeño hijo nació bien de salud con el color de cabello igual a su " mami " y los ojos de un tono lila, una enfermera pidió el nombre que llevara el niño antes de ponerlo en el cunero. — Seika, su nombre será Seika Murasakibara.


— Lindo Seichin, nuestro hijo se parece mucho a ti. Acunandolo en sus brazos, viéndole la pelucita de cabello rojizo. — No quiero que se lo lleven pero tú debes descansar y luego ...

— Prepare lo necesario para el funeral de mi padre. No es que fuese insensible sin embargo en ese punto de su vida ya sabía como actuar ante sucesos así, por supuesto que le dolía pero sufría más al ver a su progenitor desgastarse día tras día, ahora ya se encuentra descansando en paz quizá aún lado de su querida esposa. Por obvias razones el tan esperado enlace se vio retrasado por unos meses dándole tiempo a la pareja para reponerse tanto física como mentalmente.

— Seichin sería lindo que nuestro hijo lleve los anillos al altar. Llenándose la boca con trocitos de panqué relleno de fruta.

— No es mala idea, puedo verlo claramente con su trajecito blanco, sosteniendo en sus manitas el cojín con las argollas.

— Sed veram mug hermojo. Intentando hablar con la boca llena, provocando una risa en su futuro esposo.

— Ese aspecto de ti no ha cambiado, aún eres un poco infantil y es por eso que me enamoré de tí. Atravesandose por la mesa, retirando las migajas del pan.

Ambos se quedaron viendo a los ojos, acercándose poco a poco y justo cuando estaban por besarse el llanto de un recién nacido les hizo reaccionar. — Parece que esperaremos al anochecer para estar juntitos, bebechin busca atención de su mamá.

— Debo enseñarle a no interrumpir a sus padres cuando están en plan romántico. Levantándose de la silla, camino coqueto hasta llegar con su hijo dandole su biberón.

— Bebechin debes darme unos minutos con tu mami. Abrazándole por la espalda, besando su cuello.

— Atsushi agh más nhg más al rato mng prometo atenderte bien aaaah. Le encantaba ser mimado por su amado quien ya le conocía sus puntos fuertes para provocarle.

— Iré un rato a la oficina, quédate con seikachin porque en la noche serás todo mío. Robándole un beso antes de partir a trabajar.

A raíz del fallecimiento de su suegro ahora debían dividir su tiempo entre la oficina del corporativo Akashi, la empresa de su esposo y su propio negocio dejándole sólo unas cuantas horas para estar con las personas más importantes en su vida. Al caer la noche llegaba a su hogar viendo a su bebé dormir pacíficamente y a su pareja esperándole en la habitación contigua listo para satisfacerle en todo.

Cuando el pequeño Seika cumplió los siete meses, sus padres decidieron que su enlace se llevase a cabo durante los próximos treinta días, justo cuando las hojas se tornan en un color rojizo y caen como lluvia. Como buena pareja el alto pelivioleta cumplió el sueño de su amada cereza casandose en el momento exacto cuando el cielo se vuelve carmesí y las estrellas empiezan a centellar, más de un invitado quedó fascinado por tan hermoso matrimonio, las vestimentas que llevaban ambos de lo más elegante en colores negro y blanco, la revista que tuvo acceso a tan importante suceso, tomaba fotos del pequeño fruto del amor de la pareja, dejando en segundo plano a los anfitriones.

— Seikachin se robó toda la atención y eso que nosotros fuimos los que se casaron.

— Es un niño hermoso como no se robaría los reflectores, además tú y yo pasamos de ser percibidos, podemos hacer otras cosas no optas para menores.

— Si por mi fuese te llevaría directo a la alcoba y te haría muchos bebéschin. Cargandole por la cintura lo llevo lejos del patio donde se llevó a cabo el festín, quiso escabullirse adentro de su casa pero la amiga del pelirrojo los detuvo.

— Ustedes dos a donde creen que van, primero hay que partir el pastel ya después pueden ir a su luna de miel.

— Satchin es malvada. Bajando a su ahora esposo, caminando enojado.

— Mukkun no te enfades conmigo, recuerda que yo cuidare del pequeño Seika para que ustedes tengan privacidad. Acercándose un poco susurrándole algo que lo hizo sonreír.

— De ser así Satchin tendrá doble rebanada de pastel. Recuperando su buen humor, partió la tarta, convivió un rato con sus invitados para más tarde robarse a su ceresita, dejando a la pelirosa el cuidado de su hijo con la promesa de traerle un hermanito directo de París.


4 Años Después.

— Mami Seika me quito mi dulshe.

— Saki, ya te he dicho que no comas muchas golosinas, en ese aspecto eres igualita a tu padre. Cargando a su pequeña hija de tres años, la viva imagen de su esposo, sus ojitos y cabello largo de color violeta además de su obsesión por los dulces.

La noticia de su segundo embarazo fue recibido con alegría por su gran amiga, como el niño apenas cumpliría un año, no resintió mucho la llegada de su hermanita, durante los últimos años se las arreglaron para atender a sus bebes, su relación como pareja y su trabajo logrando una armonía perfecta en todo los aspectos. Hoy en día las cosas siguen de la mejor manera, sus hermosos hijos crecían sanos y fuertes al igual que ellos como esposos y así continuarían por el tiempo que puedan.
Notas finales:

Gracias por leer y comentar.

 

Sus dudas quejas y sugerencias serán respondidas en la brevedad posible.


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