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No es tan malo tener cola y orejas de gato por NASU

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Notas del fanfic:

Este es un especial que intente hacer para Navidad, espero que les guste.

Notas del capitulo:

Bien SOLO PIDO, NO ME MANTEN, plissss. estuve muy ocupada estos dias, no tuve mucho tiempo para escribir. Por favor no me manten. me esmere mucho para que fuera largo y tenga todo lo que nos gusta.

Los personajes le pertencen a Kishimoto-sensei.

“Naruto Uzumaki, el famoso y joven heredero de la corporación Namikaze; un soltero de 22; un líder innato igual que su padre y su madre. Y que ahora logro formar alianzas con potencias mundiales.

Pero parece que actualmente no le interesa comprometerse con alguna hermosa heredera, ni mucho menos tener algunas citas por que sin duda alguna hay chicas que literalmente estarían formando fila por él…”

-Podrías parar- hablo harto un rubio que estaba metiendo sus maletas en su camioneta negra.

-Tienes humor de perros últimamente – contesto desde la puerta del garaje un hombre de cabellos blancos mucho mayor que el rubio- Pero sabes que tienes que estar al tanto de lo que escriban y digan de ti lo medios- señalo agitando una revista.

-Sí, lo sé. –se disculpó- pero siempre es lo mismo en estas épocas, por eso me voy-

-Relájate chico-dijo con calma- pero hay que darle un punto a esta revista, ahora no sales con nadie, deberías divertirte y dejar que formar rumores aquí y haya, y después, si quieres terminas con la chica y ya

Naruto se quedó mirándolo cansado.                     

-Ero-sennin, ya hablamos de esto-

-Parece que solo tuvieras habilidad en los negocios, deberías relajarte más Naruto. Salir por ahí y…-

El rubio lo miro con molestia

-Ya, ya- lo calmo- solo digo que deberías salir con tus amigos, no solo una vez al mes, cada fin de semana no estaría mal. Y luego buscar una mano derecha. Yo no voy a durar para siempre.-

-Ero-sennin- lo miro con pena- lo tengo en mente siempre, tu también quieres descansar, prometo que pensare en alguien estas vacaciones. Pero ahora solo quiero irme de una vez. Hablaremos bien de esto cuando regrese.-

-Una cosa más Naruto, si tu prefieres otras compañías…, yo no tendría ningún problema, nadie lo tendría. Estamos en el siglo…-

No pudo terminar su discurso antes del que el carro partiera alejándose entre la nieve que empezaba a  caer.

 

 

. . .

 

 

Naruto se dirigía a un lugar apartado de la ciudad, entre las montañas que estaban al lado norte del país. Un gran bosque frondoso cubría esas montañas.

Le gustaba la nieve, por eso desde que pudo empezó a ir cada vez que podía, al inicio se hospedaba en un hotel, pero apenas tuvo dinero compro una gran zona central del bosque solo para él, muy privada. Y la razón era simple. La navidad estaba a una semana.

Siempre que podía se tomaba desde unos días hasta un mes en días festivos como este. No le gustaba estar rodeado de gente que lo miraba con pena o empezaban a hablar del accidente de sus padres; y eso no era nada agradable.

Se supone que esos días son para pasarlo en familia, pero la única familia que le quedaba eran sus padrinos, Tsunade y Jiraiya. Ellos lo criaron desde que sus padres murieron, en las mismas montañas a las que se dirigía ahora.

 

Había cumplido apenas nueve años cuando sucedió. Minato y Kushina no tuvieron mejor idea que llevarlo a esquiar el día de su cumpleaños. Todo estaba yendo de maravilla, su mamá le enseñaba como usar los esquíes en la base de la montaña y su padre mientras tanto sacaba fotos y grababa todo.

Cuando escucharon un grito y al instante toda la gente empezó a correr. Los Namikaze miraron hacia la montaña y vieron como una gran cascada de nieve caía desde ella, una avalancha se aproximaba hacia ellos a gran velocidad.

Al instante Kushina cargo al pequeño rubio en su espalda y en los esquíes empezó a bajar los más rápido que pudo junto a su esposo los seguía de cerca. Pero se dieron cuenta que no iban a poder escapar de la nieve para siempre; Minato y Kushina se miraron y luego observaron al pequeño Naruto.

Empezaron a buscar desesperadamente un lugar donde cubrirse, la nieve solo estaba a unos metros; hasta que encontraron una roca lo suficiente grande para protegerlos. Llegaron lo más rápido que pudieron antes que la nieve los alcanzara,  para cuando la nieve empezó a caer encima de ellos cubrieron a Naruto con su cuerpo; la nieve continuaba cayendo haciéndose difícil respirar, hasta que paro.

Naruto quería empezar a llorar.

-Tranquilo mi niño, todo va a estar bien- dijo su madre.

-No llores- hablo su papá- pronto nos encontraran-

El pequeño rubio se calmó un poco, pero sus temblores no se iban, estaba haciendo demasiado frio.

-Tienes que ser fuerte, no te dejes vencer-

-Tú puedes-

Siguieron hablándole, intentando mantener el  calor entre los tres. Naruto empezó a sentirse un poco más seguro teniendo cerca a sus padres. Pero el pánico volvió a apoderarse de él cuando empezaron a cerrar los ojos.

-¿Mamá?...¿mami?- empezó a mover sus ropas intentando que despertaran-¿Papá…?-

Minato y Kushina apenas mantenían los ojos abiertos, intentado sonreírle. El miedo creció en él, la respiración de sus padres era lenta, ya no salía el vapor de antes y apenas sentía que movían su pecho para respirar.

-Ayuda- murmuro, apenas tenía fuerzas.

-¡Ayuda!- empezó a gritar -¡¡Ayuda!!- grito más fuerte

-¡¡¡Ayuda!!!- sus lágrimas empezaron a salir -¡¡¡Ayuda!!!... mi mamá, mi papá…-

 

Poco tiempo después unos rescatistas los encontraron, pero sus padres tenían huesos fracturados y el frio había hecho que se formaran coágulos en todo su cuerpo, intentaron hacerlos reaccionar, pero ya era demasiado tarde. Habían dado su vida para salvar a su hijo, que salió con apenas unos rasguños.

 

Hubieron más víctimas en ese accidente, la noticia recorrió casi todo el mundo. Y como era de esperarse el pequeño Naruto desarrollo un gran trauma hacia la nieve y el frio. Poco tiempo después cuando tuvieron la custodia sus padrinos se encargaron de él; Jiraiya se volvió en nuevo director de la empresa hasta que Naruto tuviera suficiente edad para manejarla.

Sus padrinos intentaron de todo para ayudarlo, verlo con miedo cada vez que se acercaba el invierno y la nieve cubría todo no les causaba más que pena y preocupación; pero no lograron nada en dos años, hasta que Jiraiya hablo con él.

-“Eres un sobreviviente, tú y tus padres vencieron a eso que tienes tanto miedo”-

-“Eso mato a mis padres” –

-“Crees que ellos lo vieron de esa manera, para ellos que tu estés aquí es victoria suficiente”-

Tardo un poco en comprender aquellas palabras, pero cuando lo hizo, la nieve y el frio pasaron a ser algo que de alguna forma lo conectaba a sus padres; después de todo había pasado los últimos momentos felices con ellos en ese lugar.

Le tomo cerca de cinco años poder volver a ese lugar; y desde entonces cada vez que puede va a las montañas a alejarse de todos, y estar en paz por un tiempo.

 

. . .

 

 

 

 

Cuando llego empezó a limpiar, organizar y ambientar el lugar. Nunca le gusto tener sirviente que le hicieran todo, nunca se logró acostumbrar a ello; pero en situaciones especiales cuando ya no le alcanzaba el tiempo contrataba a alguien.

Así que en la tarde del primer día tenia limpia y ordenada su cabaña. Solo había traído comida para ese día, por lo que empezó a prepararse para cazar antes de que oscureciera por completo.

Vivir en el casi aislamiento le hizo que aprendiera ciertas cosas. La caza por ejemplo, la zona donde había construido su cabaña estaba tan escondida de todo que era capaz de encontrarse con lobos salvajes y otros animales, con el tiempo aprendió a ubicar y mantenerse alejado de la zona de caza de los depredadores, y estos a cambio respetaban la zona de caza que se ganó el rubio. A veces cazaba conejos, otras veces pescaba en un pequeño lago no muy lejano y cuando tenía suerte podía cazar un venado, pero siempre tenía cuidado de no meterse con los animales en peligro de extinción.

A lo largo de los años incluso logro que algunos animales le tomaran cariño cuando empezó a entender su comportamiento, como un zorro que en temporada de invierno su pelaje se tornaba blanco y luego regresaba al color naranja, y de uno o dos lobos que a veces se topaban con él cuando salía a caminar o explorar por ahí. Con tanta naturaleza que lo rodeaba nunca se sentía solo.

 

Sus días nunca eran monótonos ni aburridos, siempre encontraba que hacer, a veces se hacía una fogata, otras se quedaba viendo desde su azotea el cielo estrellado, y otras simplemente se daba un maratón de películas; después de todo tenía todas las comodidades que quería.

 

 

. . .

 

 

 

En la noche de su segundo día decidió que era buena idea pasar el rato en su azotea y observar con su telescopio alguna nueva estrella o constelación aun no descubierta, cuando se percató de unos gruñidos de lobos cerca de la cabaña. El extraño comportamiento de los lobos lo puso en alerta, nunca actuaban violentamente a menos que se les incitara o se metieran en su territorio. Ningún animal sería tan tonto de meterse en un territorio de casa de una manada de lobos, así que debía de tratarse de una persona perdida, y si era así estaba en problemas. Sin llevar ningún arma se fue hacia el origen de los aullidos.

 

No demoro mucho tiempo en llegar al origen del problema. Había una persona en el suelo con sangre cubriendo su cuerpo; parecía que el dolor le hacía quedarse donde estaba inmóvil, porque si no fuera por su respiración pareciera que estaba muerto. Los lobos estaban avanzando hacia esa persona, había más de seis. Naruto analizo la situación desde una posición segura, no sería nada bueno aparecer de golpe y alterar más a los lobos. Así que camino hacia ellos poco a poco, intento mostrarse tranquilo.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca recién pudo notar que se trataba de un hombre, más específicamente de un chico que no podía pasar de los dieciocho.

Empezó a mirar a cada lobo, donde estaba el chico ya era su territorio, y los lobos eran los invasores; al darse cuenta de ese detalle puso más presión en sus pisadas y los miro más amenazante. Hasta que estuvo delante del chico, protegiéndolo.

Los lobos empezaron a retroceder sin quitarle la vista. Naruto cargo al chico en sus espaldas, pesaba menos de lo que esperaba. Sin bajar la guardia avanzo hacia su cabaña, los lobos lo observaron alejarse y luego se retiraron.

Cuando el rubio ya no sintió las miradas detrás suyo empezó a correr para atender al chico lo más rápido posible. Para cuando recostó al chico en su cama, su temperatura corporal estaba muy baja, la ropa que traía puesta no era para este clima; una sudadera con capucha que cubría su cabeza, unos jeans sueltos y unas zapatillas, era lo único que traía puesto.

El rubio empezó a quitarle la ropa húmeda por la sangre y la nieve. Pero cuando le quito los jeans algo broto de la parte trasera envolviendo su cuerpo, tenía la forma de una cola de gato, era la cola de un gato. Intento ignorar ese detalle, era más importante atender al chico, así que empezó a quitarle la sudadera, había subido la calefacción para que no llegara a la hipotermia.

Con el calor del ambiente en poco tiempo llego a la temperatura normal, se recuperó rápido del frio, así que opto por dejarlo en boxers. Con un riesgo menos empezó a revisarle las heridas; todo su cuerpo estaba lleno de moretones, tenía rasguños no tan graves en la parte superior de su cuerpo, pero cuando reviso sus piernas la derecha tenía una herida causada por el mordisco de un lobo, era grande se notaba que había brotado mucha sangre pero ahora ya se estaba formando una costra.

Cuando estuvo seguro que no tenía ninguna fractura empezó a limpiarle los rasguños, la cola empezó a moverse dificultando su trabajo; pero luego de un tiempo logro terminar. Con la herida en su pierna tuvo más cuidado, la desinfecto cuidadosamente y luego la vendo, para que no se contaminara con el exterior.

En su rostro increíblemente no tenía ninguna herida ni golpe, pero de su cabeza noto que tenía un hilo de sangre seca. Con cuidado empezó a limpiar su rostro y a seguir el hilo de sangre, temía que tuviera una herida en el cráneo. Los cabellos del chico eran bien oscuros y estaban totalmente revueltos, así que se hizo bien difícil buscar el origen de la sangre, hasta que se topó con algo inusual.

Entre sus cabellos había un bulto que sobresalía extrañamente de su cabeza. Temiéndose que se tratase de un tumor o algo empezó a tocar el bulto; resulto ser suave y no era para nada un tumor era más como una oreja de un animal, como… la de un gato.

De pronto escucho un quejido del chico, alarmado de separo de él, y de lejos empezó a observarlo analizando la situación, había encontrado una cola y si observaba bien habían unas orejas del tipo de un gato, que clase de persona podría tener eso, y no podría tratarse de un cosplay o algo, eran demasiado reales. El chico no era una persona normal, ¿era un gato…?- pensó sin encontrar explicación, no los gatos no son tan grandes y tienen pelo en todas partes.

Naruto supuso que tenía pelo donde los chicos de su edad tenían, pero además de eso no había rastro de pelaje. Debía de tratarse de alguna clase de sueño loco, y esto era producto de su imaginación, no creía tener ese tipo de fetiche para imaginar a alguien con orejas y cola de gato. Se calmó pensando que esa era la razón. Así que el rubio le coloco algo de su ropa, lo cubrió con mantas en su cama y bajo a dormir en su sillón, esperanzado que todo se tratase de un extraño sueño.

 

 

. . .

 

 

 

Sasuke empezó a sentir una gran comodidad en donde estaba, se estiro ligeramente para seguir abrazando una almohada, se sentía tan a gusto que ignoro que el olor de todo era totalmente extraño para él. Hasta que poco a poco fue consciente de lo que había pasado hasta ahora.

Ayer se había escapado de la cabaña, estaba harto de ese lugar. Pero más que pensarlo solo fue un impulso para escapar de todo. Por eso salió corriendo sin más que lo que tenía puesto en ese momento. Cuando estuvo consciente estaba demasiado alejado y no se podía ubicar ni por el olor.

El frio empezaba  a bajar, y su estado se empezaba a volver inestable; sus sentidos se entumecían. Siguió caminando con la esperanza de encontrar un lugar donde pasar la noche, no importaba que fuese una cueva, una madriguera o un tronco hueco necesitaba calor o se volvería totalmente inestable, sin control y como consecuencia mantendría su otra forma por el resto del invierno.

Empezaba a oscurecer, con más desesperación busco algún lugar. Pero entonces escucho las pisadas de una manda aproximándose a él, por el olor descubrió que se trataban de lobos, y no era solo eso; todo cuanto lo rodeaba olía a lobo. Se había metido a una zona nada segura, así que empezó a correr hacia donde el olor era menos fuerte, suponía que si seguía por esa zona se encontraría otro territorio de un animal más amigable.

Pero no fue lo suficientemente rápido para escapar, los lobos empezaban a acercarse más a él y con el terreno tan accidentado, en cada paso se rasguñaba y golpeaba con ramas y piedras haciéndolo sangrar, y con eso atraía más a los lobos. La nieve no lo dejaba correr y sus pulmones ya no daban a más, el frio le había calado hasta los huesos. Entonces un lobo lo alcanzo y mordió su pierna, ni la regeneración rápida que tenía podría curar esa herida en su estado.

El dolor era insoportable, aun así logro sentir que se acercaba a otro territorio ya faltaba poco, corría con más fuerza, intentando dejar atrás a los lobos, hasta que piso en falso y tropezó. Su cuerpo no quería responder a sus órdenes, estaba demasiado agotado. En ese instante solo rogaba para que todo terminara rápido.

Sin embargo, antes de perder totalmente la conciencia sintió el olor de otro animal, más específicamente de un humano que no parecía hostil, por lo menos no con él; entonces perdió la conciencia.

 

 

El moreno con gran pereza se levantó. Ya más consciente se dio cuenta que todo al lugar olía como la persona que lo rescato. Tenía una ropa diferente así que debía haber visto su peculiar situación, en invierno no podía ocultarlas; aunque no sentía nada de hostilidad no podía quedarse ahí, esa persona podría estar llamando ahora a alguien, avisando de su gran descubrimiento. 

Decidido se dijo que escaparía de ahí, ya estaba cerca de la ventana cuando sintió un delicioso olor, esa persona estaba cocinando el desayuno; solo en ese instante estuvo consciente que no había comido nada desde ayer en la mañana. Con su estómago hambriento pensó que no sería mala idea bajar a ver la comida. Así que con sumo cuidado se aproximó al borde de las gradas para ver al primer piso.

Había un hombre rubio de espaldas mucho más alto que él preparando con gran animo unos panqueques en la cocina. Se fijó en cada movimiento que hacía, tenía una gracia y suavidad única al mover las manos preparando la comida, parecía un chef profesional. Cuando giro para servir el platillo recién pudo verle la cara, debía de estar en sus veintitantos, aun rebosaba de energía y extrañamente sentía un aire atrayente para él, con curiosidad quiso acercarse más, pero al hacerlo provoco un sonido en las tablas que puso en alerta al hombre rubio.

-¿Sera otro mapache?- pensó en voz alta Naruto.

Sasuke de inmediato se alejó del borde y quiso empezar a correr, pero la ropa que traía puesta era demasiado grande que entorpeció su huida haciéndolo caer.

 

Naruto subió las gradas con prisa esperando encontrar algún animal, pero su mente se quedó en blanco cuando vio a un chico en el suelo boca abajo con una cola que salía de sus ropas.

-N-no no no… era un sueño- titubeo el rubio mirando atónitamente al chico.

-Maldición esta ropa es demasiado grande- se quejó el chico. Sasuke no se percató de la persona a sus espaldas.

-E-estas bien, tus heridas…- hablo Naruto recuperando su mente e intentando de procesar todo esto.

El moreno se crispo, y con suma cautela giro a ver al otro.

No supo porque pero Naruto sintió que su garganta se secaba al ver detalladamente al chico. Su expresión era la de un felino con los sentidos alerta, los ojos negros fijos en él. Pero el detalle de su ropa contrastaba bastante, sin duda le quedaba grande, la sudadera se le resbalaba por un hombro exponiendo su piel blanca, y el pantalón era lo suficiente grande para resbalarse por sus caderas mostrando sus boxers. Las orejas y la cola extrañamente lo provocaron más.

-Oye…- pudo pronunciar el rubio.

Sasuke no espero más y de un salto bajo al primer piso. Naruto se alarmo pero el chico había aterrizado perfectamente, con la gracia de un felino. Maravillado el rubio opto por solo observarlo; el chico empezó a mover sus orejas muy quieto, observándolo a Naruto con cierto desafío en su mirada. Aun así, el rubio no podía dejar de verlo fascinado.

El olor del plato de comida era demasiado fuerte para el moreno, su cuerpo necesitaba comer, así que sin bajar la guardia se acercó al plato y empezó a devorar la comida. El rubio aprovecho para bajar poco a poco por las gradas, intentado acercarse, estaba usando el mismo método que uso en los otros animales para poder acercarse. Sin embargo, el chico termino de comer todo el plato y volvió a fijar la mirada en el rubio. Naruto se quedó inmóvil, pero no tuvo paciencia suficiente para aguantar dar un paso más acercándose al chico. Sasuke no espero más y corrió hacia la ventana más cercana, la abrió y salto por ella corriendo hacia al bosque.

Naruto no fue lo suficiente rápido para alcanzarlo una vez que cruzo los árboles que bordeaban su cabaña.

 

. . .

 

 

 

 

El frio al instante choco con su cuerpo, en esa cabaña sentía la temperatura tan cálida que al salir al exterior su cuerpo le pedía a gritos regresar. Sasuke no hizo caso y siguió corriendo, sus padres siempre le habían advertido que no se mostrara en esa forma frente a nadie más que la familia y los sirvientes que estaban bajo juramento. Aunque el hombre que lo rescato no lucia nada hostil debía alejarse, no podía confiar en nadie.

Cuando sintió que estuvo al borde del territorio del hombre rubio paro. Sentía que estaba en el límite donde empezaba la zona de caza de los lobos. Recupero el alieno y ya más tranquilo evaluó su situación, otra vez había salido sin prever nada, tenía una ropa que le quedaba grande y lo entorpecía; además que la herida de su pierna no estaba del todo curada. Empezó a arreglar el traje adecuándolo para él, remango las mangas y las bases del pantalones, agradecía que por lo menos esa ropa era más abrigadora que la que tenía.

Entonces cayó en la cuenta que todavía no sabía dónde estaba, los únicos olores que había era la de los lobos y ese hombre. No quería regresar donde el hombre rubio, pero avanzar en territorio de animales salvajes tampoco era buena idea.

El día avanzaba, primero tendría que encontrar un lugar donde dormir, y luego comida; por el momento no podía hacer más que sobrevivir. Confiaba en sus instintos, ahora estaba alimentado y más abrigado. Así que toda la mañana lo dedico a hacer un refugio oculto en la nieve, cuando termino empezó a buscar alguna presa para la noche.

Con sus oídos logro encontrar un conejo comiendo algo, con cuidado se fue acercando, pero la nieve crujía con cada paso y al final el conejo salió corriendo. Maldiciéndose empezó a buscar otra estrategia; pero cada vez que intentaba algo no salía como esperaba y su presa se escapaba, estuvo horas intentando cazar algo pero en la nieve le era muy difícil.

Volvió a su refugio para descansar, fue entonces cuando escucho las pisadas de alguien. Sasuke se acercó al origen y vio al hombre rubio con una caña de pescar en su espalda. El moreno empezó a seguirlo, si había un lugar donde pescar, talvez él también podría hacerlo. Se sorprendió al notar que las pisadas que deba el hombre eran más suaves y casi ni se escuchaban; debía de tener experiencia en estos terrenos. Sasuke lo seguía de cerca, observando cada detalle hasta que paro, el moreno se acercó un poco más para ver cuál era el motivo de parar.

Naruto se agacho para ver la trampa que había puesto, no había la presa que esperaba tener, era más bien el cachorro de un lobo. Al instante Sasuke se crispo, la madre de ese cachorro debía de estar cerca y no con buen humor. Pero para sorpresa del moreno tanto el cachorro como el hombre estaban en calma, ninguno mostraba hostilidad ni miedo. El cachorro se quedó quieto mientras le desataba la pata el rubio, cuando lo hizo este le lamio la mano y luego se fue corriendo al lado opuesto de donde estaban, y solo en ese instante se percató que había un lobo observando todo.

El corazón de Sasuke latía a mil, su cuerpo se quedó tieso listo para esperar escapar de ahí al mínimo movimiento; la loba se quedó viendo al hombre y luego se alejó del lugar junto al cachorro. El moreno se quedó sin aliento, el hombre rubio ni siquiera estaba tenso, los animales salvajes lo respetaban; no pudo evitar sentir cierto grado de asombro.

 Naruto siguió avanzando, hasta que volvió a encontrar otra trampa, esta vez con un conejo.

-Lo siento- hablo el hombre rompiendo el cuello del roedor. Sasuke pensó que sin duda, ese hombre era demasiado peculiar.

El rubio siguió avanzando, el conejo lo había puesto en una bolsa que colgaba de su mochila. Después de un buen rato caminando por fin llegaron al lago, era un tanto grande, pero estaba congelada la superficie.

El moreno vio como el hombre se acercó al borde y de una pisada rompió una pequeña parte del lago lo suficiente grande pescar, el hombre se sentó en el borde de la orilla y con calma empezó a pescar a alistar todo para pescar.

-No te hare nada, porque no sales- dijo al aire, pero Sasuke sabía que se dirigía a él.

El moreno se lo pensó un rato, pero salió de entre los arbustos, por el olor se dio cuenta que esta era una zona neutral, no había peligro. Con más seguridad avanzo hacia la orilla, pero se mantuvo a metros de distancia del hombre.

-¿Tienes hambre?- volvió a hablar el rubio mirándolo.

Sasuke no respondió nada, más bien le dirigió una cara nada amigable.

-Ok, entiendo. – respondió volviendo a concentrarse en su pesca.

El moreno miro que debajo de la capa de hielo había una gran cantidad de peces. Con gran felicidad empezó a mover la cola, el rubio lo observaba de reojo. Sasuke imito lo que hizo el otro e intento pisar el hielo para que se rompiera, pero el hielo se mantuvo intacto,  empezó a patear más fuerte pero nada; en un último intento piso con tanta fuerza que no pudo evitar resbalarse al perder el equilibrio.

Cayo sentado en el hielo, intento pararse pero el hielo era demasiado resbaladizo, y sin darse cuenta estaba ya demasiado lejos de la orilla.

-Con cuidado, no hagas movimientos bruscos- escucho al hombre intentando acercarse.

El moreno se mantuvo quieto cuando escucho como crujía el hielo bajo su peso. Naruto intento buscar zonas donde el hielo estuviera más grueso, pero no tenía muchas opciones. Sasuke entro en pánico, el agua debía de estar a bajo cero grados, intento estirarse hacia la orilla sin moverse demasiado, el rubio hizo lo mismo y se estiro para alcanzarlo. Entonces se escuchó un crujido fuerte y el hielo se quebró bajo él.

El golpe del frio entumeció sus músculos dificultando que se mantuviera en flote. Naruto al instante se quitó su abrigo y salto hacia el agua, levanto al chico y empezó a nadar a la orilla. Pero se le hizo difícil moverse al sentir unas garras clavadas en su ropa que rasguñaban su piel.

Hasta que llego a la orilla y el chico se separó de él acurrucándose en sí mismo. El rubio coloco su abrigo encima del chico y lo llevo en sus espaldas de regreso a su cabaña. El moreno no paraba de temblar, otra vez sentía que se volvía inestable.

Naruto corrió de regreso, el tiempo era crucial; la temperatura estaba bajando muy rápido y el cielo se estaba oscureciendo.

 

 

Apenas entraron a la cabaña Sasuke se separó de un salto del rubio.

-Tranquilo…-dijo con cautela el rubio. El moreno se subió a un mueble y se mantuvo ahí mirándolo tenso y con odio.

-Necesitas ropa seca…- se alejó un poco Naruto- No te muevas te traeré un abrigo- el rubio esperaba que lo entendiera. Salió disparado a su cuarto y saco la primera ropa que encontró junto a una manta y unos boxers.

Cuando regreso a la sala el chico seguía estando encima del mueble inmóvil observándolo.

-No hare nada…- se fue acercando al sillón cerca del mueble sin quitar la mirada- te dejare esto aquí, no me acercare-

Sasuke lo miro con desconfianza, pero el frio en su cuerpo era demasiado; deseo no haber votado el abrigo cuando salto al mueble.

-No te hare nada, lo prometo- volvió a decir alejándose.

Cuando vio que el rubio estaba lo suficientemente lejos el moreno bajo con cautela hacia el mueble. Reviso la ropa, y al ver que no tenían nada oculto se empezó a desvestir para ponérsela.

Naruto se sintió extrañamente incomodo así que volteo mientras el chico se vestía. Cuando Sasuke termino se puso la manta encima y se quedó en el sillón sin dejar de observar al rubio. Naruto le sonrió en respuesta, pero luego se alejó a uno de los cuartos del primer piso, no demoro mucho y salió solamente con unos pantalones diferentes, exponiendo todo su torso perfectamente marcado.

-Solo quiero curar mis heridas- se excusó el rubio, sonriéndole otra vez. Sasuke no quito la vista de él - tienes unas garras filosas- se acercó ligeramente al chico y saco un botiquín del mueble donde estuvo parado.

Naruto se sentó en suelo y empezó a desinfectar las heridas en sus hombros, el rubio puso una mueca cuando al alcohol toco sus heridas. El moreno no pudo evitar sentirse culpable, empezó a mirarlo con otra expresión. Entonces recordó las veces que tuvo incidentes similares, y como reaccionaban sus padres.

-Lo siento- hablo al fin el chico, intento mostrar indiferencia pero la voz le fallo.

-Oh, puedes hablar- contesto maravillado el rubio. –pero no te preocupes, es una reacción normal, sé que no quisiste dañarme-

No hubo respuesta.

-Mi nombre en Naruto Uzumaki, ¿Cuál es el tuyo?- le volvió a dirigir una cálida sonrisa.

El moreno se quedó viéndolo, ya había escuchado ese nombre antes. El heredero de la corporación Namikaze; su padre siempre hablaba de querer hacer negocios con él. Pensó que sería irrespetuoso no decir su nombre a la persona que lo ayudo en dos veces, pero estaba seguro que si revelaba su apellido al rubio este llamaría a su padre sin duda, y los problemas que traerían serían muy malos para él.

 

-Sasuke- respondió después de un buen rato.

-Bueno Sasuke, creo que tienes una herida en tu pierna, ¿me dejarías revisarla?- pregunto con cautela.

El moreno asintió. Naruto se acercó y tomo su pierna con cuidado. Sasuke no estaba acostumbrado a que lo trataran de esa manera, el rubio levanto la tela del pantalón para ver bien la herida.

El moreno que quedo observando como Naruto veía su herida, tan concentrado. Aún seguía con el torso desnudo así que teniéndolo tan cerca no evito mirarlo, como había logrado tener esos músculos, no parecía mucho mayor que él.

-Parece que no se infectó, y ya está cerrándose, es increíble- le dijo al moreno- lo vendare para evitar cualquier problema-

Hace mucho que alguien no lo tocaba, su hermano solía acariciarle la cabeza, pero hace mucho de eso; y mientras que su madre… no recordaba la última vez que sintió el contacto de ella. Sin poder evitarlo sentía que la forma en como tocaba su pierna era tan delicado que podría compararse con la de una caricia.

Naruto se quedó observando la piel de Sasuke, era increíblemente suave y blanca, sin ninguna cicatriz  y al observar bien, su pierna tenía una forma perfecta.

-Ah…, b-bueno. Si quieres puedes quedarte aquí- logro decir el rubio, extrañamente nervioso- puedo prender la chimenea para que entres más en calor, a los gatos no les agrada mucho el frio verdad-

Sasuke lo miro con burla, ahora se estaba planteando bien ciertas cosas sobre el rubio.

-Usoratonkachi- hablo mirándolo desafiante y divertido.

-Oye…- el rubio intento calmarse, qué clase de persona insultaba a quien lo salvo, dos veces.-Si no quieres puedes quedarte aquí sin más- contesto algo molesto.

-La chimenea… no, no es mala idea- se retractó el moreno.

Naruto le divirtió la reacción, de cierta manera parecía un niño. El rubio prendió la chimenea y se fue a preparar algo para la noche. Sasuke se quedó en el sillón disfrutando del calor.

Al poco rato apareció Naruto con unas tasas de café y unos panes.

-Al tuyo le agregue algo de leche- le dijo ofreciéndole la taza. Sasuke lo miro con cara de “es enserio”, pero igual acepto, aun no confiaba del todo en el otro; pero no iba a desperdiciar tener estas comodidades alejado de todo sus problemas.

 

 

 

. . .

 

 

 

Naruto empezó a sentir su cuerpo pesado en la mañana. Después de haber tomado el café con el chico se fue a su cuarto.

-Te dejare la chimenea prendida- le dijo a Sasuke antes de subir.

El moreno solo asintió, se había quedado hipnotizado viendo el fuego, su cola se movía al compás de las llamas. El rubio lo observo un rato divertido y luego lo dejo solo; estuvo tan cansado que apenas toco la almohada se quedó dormido.

Suponía que ya era de mañana pero su cuerpo parecía estar inmovilizado por algo, o más bien alguien que estaba a sus espaldas; no se le ocurrió otro más que el chico. Sin ganas abrió los ojos y vio que unos brazos lo rodeaban.

-Sasuke…- intento despertar al intruso, pero no hubo respuesta.

Naruto logro aflojarse lo suficiente para girar y mirar de frente al moreno. Fuera cual fuera el motivo no le causo más que gracia. Ahora que estaba de frente a él podía observarlo a detalle, tenía una cara tan pasiva  que no daban ganas de despertarlo, creyó que podría quedarse observándolo todo el día. Tenía las pestañas largas y los labios finos, y para completar todo las adorables orejas en su cabeza, no pudo con su curiosidad y volvió a tocarlas esta vez disfrutando de la suavidad.

Sasuke se sentía tan a gusto como estaba, no sentía nada de frio y la cama era tan suave, pero su tranquila felicidad se vio interrumpida cuando empezó a sentir una picazón en las orejas; molesto entreabrió sus ojos para quejarse pero se encontró con un rostro muy cerca al suyo. Cuando estuvo consiente de cómo estaba no pudo evitar su vergüenza.

-N-no es lo que parece- se alejó del otro del inmediato- l-la chimenea se apagó y-y… con el frio…-

-Tranquilo…-le respondió el rubio calmándolo- no te culpo, debí haber puesto más leña.- disminuyo todo, aunque no pudo evitar reírse un poco de la reacción del otro.

-Que es tan gracioso- se molestó el moreno.

-Tenías una cara graciosa- explico entre risas- como la de un niño en apuros buscando una excusa-

-No soy un niño- le contesto molesto- tengo dieciocho-

-Ya lo suponía- se acercó a él y sin poder contenerse le acaricio la cabeza- pero actúas como un niño.-

-Si lo vuelves a decir te matare- le contesto con la mirada de un animal salvaje- veras tu garganta fuera de tu cuerpo y no serás consiente de nada, luego sentirás como tu piel es arrancada de tu cuerpo mientras te desangras…-

-L-lo siento…-se disculpó el rubio alejándose del otro temiendo por su vida.

Sasuke lo miro con burla.

-Eres un viejo que huye de la amenaza de un niño- se mofo el moreno.

-No soy un viejo, ni siquiera llego a los veinticinco idiota-

-El viejo cayo en la provocación de un niño- volvió a burlarse.

-Teme…- el rubio se intentaba calmar, no iba a caer en las provocaciones del otro.

-Que pasa, el viejo se quedó sin ideas- volvió a hablar.

Esa fue la gota que derramo el vaso, Naruto no se caracterizaba por tener paciencia.

-Ven aquí maldito gato- empezó a perseguirlo.

Sasuke se rio del otro, nunca sería capaz de seguir su ritmo; el sin duda era mucho más rápido. Pero cuando intento salir del cuarto de un salto tropezó con el dobles de la ropa.

 

-Creo que pediré una muda de ropa de tu talla- se acercó el rubio cuando lo vio caer, aunque después no pudo evitar las carcajadas que le produjo verlo en el suelo enojado- creo que eso que los gatos siempre caes parados no el del todo correcto en tu caso- volvió a reírse.

-Maldito- dijo con voz gutural. Y en un movimiento le clavo sus uñas en su brazo, en ese instante el rubio se arrepintió de haber abierto la boca.

 

 

. . .

 

 

 

 

-Sera mejor que tu elijas la ropa, no quiero equivocarme trayéndote algo que no te pondrás- dijo Naruto acercándole al moreno su laptop para que elija la ropa en una tienda online.

Sasuke se tomó su tiempo eligiendo la ropa, nunca lo dejaban elegir nada; así que después de un rato decidiéndose el pedido ya estuvo hecho, y el envió estaba en camino.

-Con los drones el pedido llegara en la tarde, hasta entonces tendrás que conformarte con mi ropa- hablo Naruto mientras arreglaba la sala, al parecer anoche Sasuke intento volver a prender la chimenea pero no tenía los fósforos así que improviso intentando prender fuego con unas ramas, pero solo consiguió ensuciar todo; así que el moreno aburrido y cansado se fue en busca de otra fuente de calor, sus instintos a veces eran más fuertes que lo que su mene ordenaba.

-Deberías ayudarme, este es tu desastre- hablo recogiendo los leños quemados.

-No creo que sea de mucha ayuda- dijo perezoso desde el sofá mirándolo.

-Así que eres un minino mimado- concluyo el rubio.

-Nunca fui mimado- respondió fríamente dándole la espalda.

Naruto entendió que ese no era un tema agradable.

-Bueno cuando termine me ayudaras a arreglar la cabaña. Navidad es mañana y noche buena es hoy, quiero tener todo listo-

-¿Van a venir personas?- pregunto con cautela.

-No, nadie vendrá- respondió algo distraído.

Sasuke observo la reacción curioso.

-Porque decidiste quedarte aquí en medio de la nada-

-Bueno tú no te sentirías mal o incomodo si te dirigieran siempre miradas de pena o algo parecido, cada festividad-

-Tal vez- mintió, en su caso fue toda su vida; pero las miradas eran distintas a las de pena.

-Pues esa es mi razón, además escapar un tiempo de todo no es tan malo- le sonrió.

Fue entonces cuando Sasuke recordó el accidente de los padres de Naruto, empezaba a comprender ciertas cosas.

-Si no puedes con algo tan simple, ni modo tendré que ayudarte- dijo con aires de superioridad.

-Gracias- le volvió a decir con una sonrisa.

El moreno se sintió extrañamente nervioso, así que solo asintió.

Después de terminar de limpiar Naruto saco la caja donde tenía los adornos de navidad. El moreno le ayudaba a colocar los adornos en lugares altos donde podía trepar, para el final dejaron el árbol.

-No creo que te trepes al árbol, verdad- pregunto curioso el rubio.

-No seas idiota, no me treparía a algo tan inestable- contesto como si lo que le dijo fuera un insulto. Pero la verdad era que no había visto un árbol de navidad en su vida, siempre por esas fechas lo privaban de salir de su habitación.

-Ok- contesto divertido Naruto, nunca tuvo un gato pero por lo que le contaban sus amigos que si tenían gatos, era un caos cuando se trepaban a las cortinas o hacían caer adornos de la mesa; pero aun con todo eso era divertido tenerlos.

Cuando el árbol estuvo en el lugar correcto empezaron a colocarle los adornos, todo iba yendo de maravilla, hasta que una esfera se cayó del árbol Sasuke se quedó quieto mirando rodar la esfera, parecía hipnotizado. Estiro su mano y empezó a mover la esfera, por su cola se notaba que estaba feliz. Naruto coloco la estrella y lo observo con cuidado, al rubio le dieron unas ganas horribles de jugar con él; así que saco un láser que tenía en un mueble cerca y lo empezó a mover delante del moreno. Sasuke miro el punto, se colocó en cuatro patas y balanceo su cola esperando la oportunidad para saltar sobre ella.

Entonces lo hizo pero el punto escapo, así lo siguió, no le importo subirse a los muebles o saltar a las mesas; no le importaba nada solo quería atrapar ese punto. Todo esto empezó a divertirle, nunca lo dejaban esas cosas, soltarse al fin se sentía tan bien, hasta que volvió a tropezarse con el dobles del pantalón y por el impulso termino en la chimenea con el carbón encima de su cuerpo.

-Ah…, lo siento- se acercó Naruto.

-Maldito, no me trates como un gato- le reclamo.

-Pero eres uno, o bueno parte gato-

-Usoratonkachi- se quejó saliendo de la chimenea, estaba enojado y a la vez avergonzado, no acostumbraba jugar de esa manera, más bien nunca jugaba

-Este lleno de ceniza, será mejor que te bañes-

Sasuke se crispo y lo miro enojado.

-No vas a caminar aquí tan sucio- se quejó el rubio sin importarle la mirada que le dirigía.

-Yo me puedo limpiar solo- reclamo intentando lamer una mancha de carbón, pero el sabor lo asqueo.

-Vamos a bañarnos- dijo divertido al ver la mueca del otro- yo también necesito un baño.

El moreno se volvió a crispar alejándose del otro, pero no sirvió de nada. Al poco rato ya estaba en el baño, que era más grande de lo que esperaba con una bañera que ocupaba la mitad del lugar.

-Vamos quítate la ropa- le dijo el rubio desvistiéndose. Sasuke se sintió algo nervioso, nunca se había bañado con otra persona; es más ni siquiera lo consideraba normal, se sentía extraño así que opto por no mirar más de lo necesario. Aunque no evito mirar la espalda ancha y fornida del otro.

-No pasa nada, ambos somos hombres- le dijo ya con solo una toalla en la cintura

Naruto se sentó en un banco y empezó a lavarse los cabellos. Sasuke se desvistió rápido aprovechando que el rubio estaba concentrado en otra cosa, se puso una toalla en la cintura y se sentó en un banco lo más alejado posible del otro.

-Te estas demorando mucho- se quejó el rubio acercándose a él- ya quiero entrar en la bañera-

-No molestes- le respondió- no me gusta mucho el agua-

-A los gatos no les gusta el agua, pero también eres humano así que no te quejes-respondió detrás de él.

El moreno se crispo ante la cercanía, cuando había llegado tan cerca.

-Te ayudare, el agua se va a enfriar- le dijo echándole el shampoo en su cabeza. – tendré cuidado con tus orejas-

Sin poder evitarlo Sasuke se resignó, no tenía caso luchar con el idiota rubio. Naruto le divertía todo esto, le recordó las veces cuando su papá hacia lo mismo; al rubio le sorprendió que el cabello del chico fuera tan suave, pese al carbón que tenía encima, cuando empezó a lavar la parte baja de las orejad quiso intentar algo, así que empezó a acariciar la parte baja de las orejas al poco rato sintió un hormigueo, y al agudizar su oído pudo escuchar un ronroneo. Se sintió maravillado de escucharlo.

-Oye, idiota- se levantó listo para clavarle sus garras, pero no conto que el piso estaba resbaloso.

-Cuidado- reacciono el rubio sujetándolo por la cintura y atrayéndolo a su cuerpo. –Eso estuvo cerca- tomo un respiro.

Sasuke sintió que su cuerpo se crispada, pero no era por enojo; el contacto era demasiado real, estaban piel con piel y no los separaba más que un par de toallas. El moreno sentía que perdía el control de sus instintos, nunca había tenido esa clase de reacción.

-¡Maldito idiota!- se separó del rubio, y en un instante le clavo las garras en el brazo.

 

 

 

. . .

 

 

 

-Deberías tener más cuidado- se quejó el rubio curándose la herida.

-Tú te lo buscaste-

-Al menos quería pasar noche buena con mi cuerpo intacto- respondió mirando los rasguños.

Sasuke ignoro el comentario, había encontrad una manera de distraerse jugando los juegos en línea que encontró en la laptop del rubio.

 

De pronto sintió una corriente eléctrica por todo el cuerpo, era una señal que conocía muy bien.

-¿Qué día es hoy?-

-Que…- pregunto confundido el rubio.

-¿Qué día es hoy?- volvió a repetir alarmado.

-Es veinticuatro, noche buena. No lo sabias-

Sasuke no acostumbraba celebrar la navidad, y por ese pequeño detalle se había olvidado que por estas fechas era cuando ocurría su cambio.

-Escucha, solo quiero advertirte- se acercó Naruto bien serio.- Este y el día siguiente mi cuerpo cambiara-

-A que te refieres- dijo sin entender.

-Mi condición en esos días no es estable-

-Eso es peligroso…-

-Solo es una advertencia, ya no tendré forma humana solo es eso- dijo con indiferencia, para volver a la laptop.

-E-espera no debería hacer nada…-

-No hay nada que puedas hacer- contesto frio.

 

Naruto se quedó pensando, no podía ser nada simple para que se lo dijera de esa manera. “ya no tendré forma humana”, dijo. En la mente del rubio se empezaron a producir posibles situaciones, tal vez se convertiría en una especie de hombre-gato, más grande y más salvaje, o tal vez se convertía totalmente en una pantera negra.

 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando empezó a escuchar los sonidos de los drones aproximándose.

-Ya llego tu ropa- le aviso al moreno.

Sasuke se aproximó a la ventana y vio con sorpresa que se aproximaban unos diez drones con paquetes, no creía que todas fueran ropa.

-Oh, parece que se juntaron los paquetes- dijo divertido.

Los drones aterrizaron en la puerta de la cabaña, dejaron el paquete y esperaron a que Naruto firmara unos papeles y luego se fueron.

-Esto es para ti- le dijo entregándole una caja donde estaba la ropa que pidió.

-Y lo demás…-pregunto curioso al ver cajas más grandes que la suya.

-Pedí unas cosas para tu cuarto, tengo una cama extra pero no tenía mantas, también compre un futon por si prefieres quedarte el lado de la chimenea. Sasuke se quedó sorprendido, no sabía que podría pensar es esos detalles.

-Y creo que no pediste un abrigo para la nieve y ni unas botas, así que también los pedí-

Todo lo que había comprado para él sumaban un total de cinco cajas. Miro con curiosidad las demás.

-Esto es para la cabaña, necesita reparaciones y compre algo de comida para mañana, comer solo conejo es algo aburrido a veces.- le dijo al notar su curiosidad.

-Esta caja tiene un olor diferente a las otras- le dijo señalándola.

-Ah…, esa es de mis amigos. Siempre me dan algo- contesto con orgullo- luego veré que es esta vez-

Empezó a ordenar las cajas del moreno, acomodándolo en el cuarto de al lado.

-Tú ve cómo quieres organizar tus cosas- le dijo saliendo de la habitación.

Lo primero que hizo Sasuke fue ponerse la ropa que si era de su talla, se sintió un poco extraño sin el olor del rubio en todo su cuerpo. Luego empezó a ordenar lo que sería su habitación, aunque se sentía extraño en ella, prefería dormir al lado de la chimenea.

Al cabo de un rato bajo, le parecía extraño no tener a Naruto encima todo el tiempo. Entonces se dio con la sorpresa de que estaba mirando muy entretenidamente algo en su laptop.

-Sasuke…ya terminaste-dijo distraído mientras miraba la pantalla.

El moreno no le vio el caso de responder, pero la curiosidad que tenía era más fuerte que otra cosa.

-Si quieres puedes venir a ver- le hablo luego de un rato el rubio.

-No me interesa- contesto con indiferencia, pero se acercó ligeramente.

-Solo siéntate y mira- le insistió.

Naruto volvió a reproducir un video.

<¡Hola Naruto¡> se escuchó al inicio, un grupo grande de personas se mostraron en el video.

<Bueno esto es casi en vivo> apareció la cara de una chica de cabellos rosa.

<Tus padrinos como siempre nos invitaron para noche buena, estamos casi todos. Kiba, Gaara, Shikamaru, Chouji, Ino> hablaba mientras pasaba la cámara por cada persona.

<Espero que te gusten los regalos, pero solo los debes de abrir a las doce, no vale hacer trampa> advirtió divertida.

Sasuke vio que Naruto estaba muy concentrado viendo el video, en especial en esa chica. Después de pasar la cámara por cada persona mandándole saludos o diciéndole chismes según él, despues aparecieron unas personas mayores deseándole lo mejor.

<¡Feliz Navidad!> dijeron todos al unísono <No te resfríes, cuídate, besos y abrazos, te estaremos esperando> hablo la pelirosa y con eso el video termino.

-Se lo están pasando genial- dijo relajado.

-No te importa estar aquí- pregunto Sasuke, extrañamente nervioso por la respuesta.

-La verdad no, hace mucho que deje de sentirme solo. Además ahora tengo compañía- le sonrió.

El moreno desvió la vista.

-Usoratonkachi- dijo molesto- pero… esa chica- no supo porque dijo eso, con cierto temor.

-Ah… ella es Sakura Haruno, nos conocemos desde niños; igual que la mayoría que viste-

El moreno se quedó viéndolo, Naruto entendió la indirecta.

-Con Sakura…, tuvimos algo en el pasado pero no duro. Porque, acaso te pareció linda-

-Idiota- se alejó molesto.

-O… es que nunca has tenido una novia-volvió a molestar.

Sasuke de un salto le volvió a clavar las uñas en su brazo.

<Como se le ocurre pensar en eso>- se dijo molesto.

 

 

 

. . .

 

 

 

 

 

Llego la noche, y a Naruto le entraron ganas de ir a la azotea, así que fue por Sasuke, el chico se había encerrado en su nueva habitación después de comer en la tarde.

-Sasuke que te parece si vamos a la azotea, tal vez encontremos algún cometa- hablo desde la puerta, pero no hubo respuesta.

-Sasuke…-volvió a llamar esta vez entrando en el cuarto.- ¿Sasuke?-

No hubo respuesta, miro por toda la habitación pero no había rastro de él, hasta que se fijó en la cama, donde había un extraño bulto, levanto las mantas y debajo encontró un gato negro, más grande que el promedio pero aun así para el rubio ese tamaño era normal, la ropa del chico estaba alrededor del gato.

Naruto se quedó viendo al gato, estaba durmiendo plácidamente, pero sus ganas de tocarlo eran más fuerte que otra cosa. Lo levanto con mucho cuidado y lo llevo en sus brazos a la azotea, pero un viento helado los recibió despertando al moreno.

El gato saco las garras y empezó a moverse para escapar del agarre del rubio. Naruto se las arregló para sostenerlo hasta que se cansó de luchar.

-Ya relájate, solo quiero que veas algo, después si quieres te regresas-

El gato negro lo miro pensativo y luego se resignó, ahora era más débil que el idiota rubio. Naruto al ya no sentir tensión en el moreno le sonrió.

-Ya que está siendo frio y no tengo abrigos de tu tamaño, solo queda esto- le hablo colocándolo dentro de su abrigo.

Sasuke quiso protestar, pero sabía que no iba a escuchar más que un maullido; resignado se mantuvo quieto dentro del abrigo. El rubio apago todas las luces de la cabaña, ahora estaban en la total oscuridad, sino fuera por la luna; Naruto se aproximó al borde de la azotea.

-No es como las del polo norte, pero igual son hermosas- le dijo señalando la noche estrellada.

Cuando Sasuke levanto la vista hacia el cielo se quedó sin aliento, lo que veía no se comparaba con nada. Nunca vio un cielo nocturno tan brillante. Había una aurora boreal que cubría gran parte del cielo negro, alumbrando todo con sus colores, y las estrellas con un gran brillo le hicieron sentir por un instante que estaba en otro planeta. Era un espectáculo que recordaría toda su vida.

-Mis padres me enseñaron el mismo paisaje, una noche antes del accidente- empezó a hablar, el moreno esta vez le presto suma atención.

-Creo que no hable con nadie más que mis padrinos sobre ese día- dijo serio.

Entonces empezó a contarle sobre ese cumpleaños, desde que llegaron al hotel hasta como sucedió el accidente. El moreno le sorprendió que no se le quebrara la voz al contar todo eso, se notaba que tenía un gran pesar en su voz, pero lo contaba con calma, y a veces sonreía.

 

 

 

 

 

-Ya es media noche- dijo mirando su celular- hora de abrir los regalos- término de hablar y bajo hacia su sala. Prendió las luces y puso música navideña; el ambiente se volvió más acogedor y animado.

-Te compre algo, pero creo que te será más útil cuando regreses a tu forma humana- le hablo al gato negro sentado en el sillón, le había preparado un plato con leche caliente.

Mientras lo miraba abrir lo regalos feliz como un niño, Sasuke aún no comprendía porque le dijo todo eso, si no era nada cómodo para él hablar de ello entonces por qué lo hizo. Supuso que solo quería que alguien lo escuchara, aunque se tratara de un extraño en su vida.

Se pasó un buen tiempo observándolo, juntando todo lo que había pasado hasta hoy; y ahora que recordaba bien, desde el primer momento en que lo vio en su mirada no capto más que curiosidad y asombro, no le dirigió ni una sola vez las miradas a las que estaba acostumbrado; de odio, miedo o repulsión. Se planteó la idea de confiar más en él, se preguntaba que podría llegar a pensar después de que le contara su historia.

 

-Wao, Gaara acertó esta vez- dijo viendo unos juegos para PSP.- hace mucho que quería este juego-

Ya solo le quedaba un último regalo. El rubio rompió el papel de regalo y saco una chalina, se notaba que estaba hecha a mano.

-Se nota que lo hiciste tú - hablo al aire mirando con ternura la chalina. El moreno pudo leer que el remitente era Sakura, se sintió extrañamente incómodo.

-Fue una buena noche, no te parece Sasuke- le hablo- Creo que me iré a dormir, supongo que te quedaras a dormir aquí- dijo mientras subía las gradas a su cuarto.

El moreno miro la fogata, ahora no le daba ganas de quedarse en la sala, solo. Así que cuando Naruto apago las luces de su cuarto, el gato negro también subió, sin hacer nada de ruido se coló en la habitación y subió a la cama del otro.

-Eres un caso, si querías venir solo debiste decirlo- hablo adormilado Naruto, dándole espacio al lado suyo. Sasuke se acurruco en las espaldas del otro, cayendo dormido casi al instante.

 

 

. . .

 

 

 

-¡Feliz Navidad!- dijo a primera hora de la mañana, el gato se acomodó más en la cama ignorando a Naruto.

 

Todo el día para el rubio fue muy divertido, ahora que tenía la versión gatuna del chico le era más fácil tratar con él, ya no le importaba controlarse cada vez que quería acariciarlo o jugar con él. Incluso lo llevo a pescar dentro de su abrigo, pero empezaba a extrañar a la otra versión, la que si hablaba y podía molestar

 

-Se está siendo aburrido, ¿cuándo volverás a hacer como antes?- le hablo al gato negro. Sasuke le respondió mirándolo con burla.

-Eres desesperante lo sabias- le contesto el rubio.

El moreno se empezó a sentir acosado, cuando el otro solo que quedo observándolo; se lo pensó bien y se le ocurrió algo. Con pereza se acercó a la laptop del otro, para suerte de él estaba abierta y funcionando. Con sus patas logro abrir una carpeta de Word y empezó a escribir, pero no tener dedos lo desesperaba a la hora de apretar las teclas.

“Mañana terminara, hasta entonces deja de mirarme y mantente alejado, me das repelús” logro escribir.

-Ok…- respondió aburrido, ahora le parecía que el rubio era un niño.

Naruto se fue a su cuarto y después de un rato salió con su abrigo y botas para la nieve.

-Volveré a salir, creo que tu querrás quedarte aquí- le dijo saliendo disparado de la cabaña.

Sasuke lo observo desde una ventana, para su sorpresa el otro se quedó en el borde del bosque, haciendo el ademan de llamar a alguien. El moreno se sintió inquietamente molesto, no esperaba que el otro lo dejara así sin más, sin oponerse ni nada.

Siguió observando al rubio, esperando que apareciera un lobo y se lo comiera. Pero al cabo de un rato lo que apareció fue un zorro con el pelaje blanco, no lograba escuchar lo que le decía el idiota, pero se mostraba muy feliz de verlo y el zorro también.

Entonces era por eso que se fue, pensó el gato negro. Prefiere animales más tontos y que sean fáciles, volvió a pensar molesto. Harto se separó de la ventana y se puso a pasear por la cabaña, tal vez encontraría algo que romper.

Pero luego de un rato de vagar, termino volviendo a la ventana. Ahora Naruto estaba jugando con el zorro, lo cargaba y se revolcaba con él en la nieve, al cabo de un rato el rubio se sentó en la nieve y coloco al zorro en su regazo, lo empezó a acariciar debajo de las orejas y en el cuello, se veía tan feliz de hacerlo que le molesto verlo desde la ventana y no supo la razón.

Después de casi dos horas de jugar el zorro este fue de regreso al bosque, y Naruto se encamino a la cabaña. Sasuke lo esperaba con una sorpresa.

-Sasuke quieres comer algo…- dejo las palabras al aire, el árbol que le costó adornar estaba en el suelo con los adornos esparcidos por toda la sala.

-Dijiste que no te treparías- le hablo molesto- no puedes mantener lo que dices- levanto la voz.

Por primera vez el moreno sintió miedo, y se alejó por instinto. Naruto miro, y al ver sus ojos se dio cuenta de su error.

-Lo siento-se disculpó sinceramente- pero este árbol y los adornos son de mis padres, y no me gustaría que se dañaran-

El moreno entendió, pero aun así  mantuvo lejos; no creyó que se enojara tanto.

Después de limpiar y ver que nada estuviera roto, se sentó en un sillón junto con su laptop; no había revisado su correo desde hace mucho.

-Me estoy atrasando- hablo al aire empezando a escribir y leer documentos referidos a su empresa, al poco tiempo se notó su cansancio y estrés. Sasuke lo miro de lejos, sentía una extraña culpa, pero no quería disculparse.

Al cabo de un rato su instinto empezó a moverlo, con cautela se fue acercando, hasta que se subió al sillón, pero el otro no se percató de nada. Estaba muy inmerso en su trabajo. El moreno se sintió ignorado, se acercó más y se puso a mordisquear y jalar la ropa del otro, pero nada; en su último intento se subió en su regazo y empezó a jugar moviendo sus patitas intentando atrapar las manos del rubio; solo entonces Naruto lo miro.

-Eres tierno cuando quieres- respondió acariciándole las orejas, y jugando con sus patitas. Sasuke no puedo evitar el ronroneo que salió por puro reflejo. El rubio se distrajo un rato jugando con el otro, pero después volvió a dedicarse a su trabajo.

El moreno volvió a sentirse en calma, jugar con él de esa manera y que le acariciara no le pareció tan malo, le había gustado, y mucho. Quería que lo volviera a hacer, así que no se alejó, solo se paró en la parte alta del sillón observando lo que hacía, parecía estar atascado en decidir si era bueno o no invertir en una empresa pequeña. Sasuke recolecto información con lo que veía y rápidamente encontró una buena opción. Harto de verlo tan pensativo con eso, salto encima del rubio e intento escribir con sus patas una buena solución.

-Sasuke después jugaremos- movió al felino cargándolo. Entonces se dio cuenta de lo que había hecho.

-Increíble, de esa manera nos ahorraríamos varias cosas- dijo mientras leía la propuesta.

-Si fuera un chico en busca de trabajo, te lo daría sin preguntar nada- volvió a elogiarlo. Aunque no estaba acostumbrado a los elogios el moreno no le mostro interés, para él no era tan complicado calcular esas cosas.

 

 

Entonces termino el día. Naruto preparo unos documentos, los envió y luego se fue a su cuarto preparándose para dormir, se metió en su cama.

-Por qué no entras de una vez- se dirigió al minino que se quedó mirándolo desde la puerta. Sasuke no quería que pensara que deseaba dormir con él, solo lo hacía porque su cama era la más cómoda, se dijo así mismo. Pero al cabo de un rato observándolo quedarse dormido acepto la propuesta y subió a la cama de Naruto acurrucándose en su espalda.

 

 

 

. . .

 

 

 

 

-Se supone que ya deberías cambiar- se quejó mientras desayunaban a la mañana siguiente.

Sasuke escribió en la laptop.

“Es inestable, no sé cuándo suceda”.

 

-Pero es aburrido, tu versión gatuna no está mal, pero prefiero tener una conversación-

El moreno pensó en decirle idiota, pero escribirlo lo haría sentir como uno.

-Bueno, saldré a cazar algo- le dijo mientras se alejaba de la cocina, cuando escucho como si algo estuviera hirviendo.

-No voltees- ordeno una voz que conocía bien, el moreno se fue rápido hacia un sillón donde había una manta, se cubrió el cuerpo y empezó a subir las gradas con pesar. Al rubio le pareció extraño, le era extraño que el moreno se comportara así; después de un rato decidió que era buena idea subir. Encontró a Sasuke sentado en su cama, con las orejas y la cola que conocía bien.

El moreno se había puesto a meditar ciertas cosas, Naruto ya había visto las fases de su metamorfosis y aún estaba ahí, con él. Eso le resultaba extraño.

-Ahora te quedaras así…- le dijo mirándolo desde la puerta.

-Siempre es inestable después de estos días, puede que este como ahora por un rato y luego vuelva a ser un gato; es al menos así por un día más-

-¿Desde cuando tienes esa condición?- pregunto con cautela- …si no quieres responder está bien-

-La tengo desde que nací- contesto sin importancia.

-¿Tus padres no buscaron alguna manera de arreglarlo?-

-No es ninguna enfermedad o algo parecido, solo es una maldición- contesto pensativo- es parte de la familia desde hace cientos de años-

Naruto guardo silencio, había aprendido que a veces el silencio te da más respuestas que seguir preguntando.

-Mi abuelo lo tuvo, mi padre no, y ahora me tocó a mí- guardo silencio un momento- estuvieron contentos que el primogénito no lo heredara. Desde que nací me mantuvieron oculto.- hizo otra pausa- Me encerraban en un cuarto todos los inviernos, desde que tuve edad para caminar. Solo me daban comida, y para cuando cumplí doce me mandaron a una cabaña en medio de la nada con personas que solo se dedican a vigilarme como un animal en una jaula-

-Pero son tus padres…-intervino.

-Mis padres…- se quedó pensando sobre el significado de esa palabra, para él no eran más que un par personas más que lo odiaban.

-Los padres a lo que te refieres…- continuo, cada vez más molesto- Obligaban a un niño de cuatro años a negar sus instintos. Esos padres estarían felices de deshacerse de mí, no soy más que un engendro para ellos- hablo con asco- El único que jamás me rechazo fue mi hermano, pero mi padre lo mantiene alejado de mi -

El rubio se quedó mirándolo, no esperaba ese tipo de historia.

-Sentir pena por mí no hará nada, hace muchos años que dejo de importarme- lo miro molesto.

-No deberías hablar así-

-Cómo quieres que lo diga. Decirlo con otras palabras no cambiara el hecho que  mi madre me rechazo- dijo enojado -me mira como un monstro, me mira con miedo, miedo de su propio hijo. Yo no pedí esto-

Naruto se acercó hacia él lentamente, había mucha rabia en su voz pero nada más era eso, no había rastro de tristeza ni de dolor. Solo rabia e ira.

-Lo sé, tú no tienes la culpa- lo rodeo en sus brazos y le acaricio la cabeza.

-Déjame- le dijo frio intentado alejarse- ya no me importa-

-Puedes decir lo que quieras, pero los ojos nunca mienten- lo presiono más hacia su cuerpo.

Entonces Naruto empezó a sentir que la temperatura del otro subía demasiado rápido, empezó a salir vapor del cuerpo del otro, sentía que se encogía; pero no se separó de él. No demoro mucho cuando empezó a sentir le forma de un gato en sus brazos.

Lo miro, ocultando su rostro.

-Con tu hermano somos dos personas- le dijo levantándolo para que lo mirara- dos personas que no te rechazarían, jamás.- le sonrió- y si tus padres quieren deshacerse de ti, pues… quédate conmigo. No me importaría tener que vivir contigo, con tu mal humor y tus garras clavadas en mi brazo- lo miro directamente a los ojos.

Sasuke no supo cómo reaccionar, en toda su vida nadie le había pedido quedarse. Una calidez se esparció por su cuerpo, se sentía tan a gusto. Por primera vez sentía que alguien lo aceptaba como era.

El gato estiro su pata y toco la nariz del rubio. Naruto le sonrió en respuesta.

 

Después de eso el rubio simplemente se recostó se puso a jugar con el minino, esta vez a Sasuke ya no le importo contenerse, no tenía porque; estaba con el idiota rubio y estando ahí, con él, era libre.  

Siguieron jugando, hasta salieron de la habitación. Parecía que los juegos de gatos pasaron a ser uno de persecución,  como los de un cazador a su presa; y al ser más grande que un gato promedio Sasuke sentía que tenía la ventaja; bajaron a la sala.

 

Hace mucho que Naruto no jugaba así, se estaba divirtiendo y mucho. Hasta que de un salto el gato negro logro que el rubio perdiera el equilibrio y cayera en el sillón, todavía riendo.

-Nunca me aburriría contigo…- dijo con el gato encima de su pecho bien sentado. El rubio lo miro, nunca lo había  visto felicidad en sus ojos. Con una sonrisa empezó a acariciarlo y el gato respondió ronroneando echándose en su pecho, al cabo de un rato se quedó dormido.

-Jamás dejaría que te hicieran daño- logro escuchar entre sueños, antes de perder totalmente la conciencia.

 

. . .

 

 

 

Cuando despertó lo primero que vio fue el rostro del rubio durmiendo tranquilamente debajo de él, todavía mantenía la forma de gato así que no le importo quedarse ahí. Ahora era la primera vez que lo veía detenidamente, tenía el rostro de una persona madura pero aún conservaba unos rasgos aniñados, tenía unos labios carnosos bien definidos.

Debía de tener miles de pretendientes siendo como es y con la fortuna que tenía…- pensó el moreno. Al instante sacudió su cabeza maldiciéndose por pensar cosas raras, pero no quito la vista del otro. Estiro su pata y se dirigió hacia la mejilla del otro, se preguntó porque tenía esas líneas. Con curiosidad acerco su rostro felino para verlas de cerca, resulto que eran marcas naturales y no cicatrices. Entonces sintió la respiración del otro muy cerca de él, estaban a centímetros de distancia. Se quedó inmóvil solo observándolo, tan inmerso en la imagen que veía que no sentía que su cuerpo empezaba a transformarse hasta que vio cómo su mano humana se paseaba hasta los labios de otro.

Naruto hizo una mueca, empezó a sentir un extraño peso encima de él. Sasuke de un salto se alejó del otro y se fue corriendo a su cuarto.

-¿Sasuke…?-dijo medio adormilado.

-Estoy ocupado- contesto una voz.

-Volviste a ser humano- dijo totalmente despierto- ¿Tengo hambre, bajas a cenar…?- se dirigiéndose a la cocina.

-Dentro de un rato bajo- contesto intentando sonar como siempre. Mientras buscaba desesperadamente que ponerse, pero su cuerpo lo sentía diferente, sentía unos hormigueos raros en partes raras.

Se hecho un poco de agua fría del baño e intento restarle importancia, pensó que si no hacia eso dejaría de sentir el hormigueo. Empezó a bajar las gradas al comedor.

-Quiero…- no pudo terminar, su cuerpo se volvió a transformar en un gato.

-Bueno parece que si es muy inestable- miro al gato que se dirigía a la cocina con una expresión de enojo.

Terminaron de cenar.

Al rubio se le ocurrió ver unas películas, la primera era de terror, la segunda era de misterio y la tercera era de acción con su toque de romance. Ambos disfrutaron todas las películas, hasta que en la tercera película sucedía un momento demasiado romántico para el gusto del moreno; los protagonistas se confesaban bajo la lluvia después de haber salido vivos de una explosión, se acariciaron los rostros y poco a poco se fueron acercando hasta que se besaron.

Sasuke extrañamente lo comparo con lo de hace un momento, ¿esa era la razón por la que se quedó viéndolo tan cerca?- se preguntó. Nunca había estado en una situación parecida, y se sentía inquieto al respecto.

-Hora de dormir- anuncio el rubio apagando las luces y dirigiéndose a su habitación.- ¿Vienes?- le hablo al gato.

Sasuke se trepo de un salto a la espalda del rubio, esta vez sin arañarle. Se acostaron y durmieron como siempre.

 

 

. . .

 

 

 

Sasuke volvió a sentir los hormigueos. Debía de ser todavía media noche, abrió los ojos y entonces se dio cuenta que había vuelto a su forma humana, y estaba completamente desnudo al lado del rubio que le estaba dando la espalda. La vergüenza recorrió todo su cuerpo así que intento encogerse sobre sí mismo, al instante escucho el suave gemido del otro. Naruto se acomodó entre sueños acercándose al moreno, ahora Sasuke sentía la respiración del otro en su cuello. Se maldijo, si hacia otro movimiento seguro lo despertaría, pero sentir la respiración tan cerca le había producido un cosquilleo eléctrico a lo largo de su columna.

Tan cerca.

La respiración del rubio mantenía un ritmo pausado y constante, estaba totalmente dormido. Mientras que Sasuke estaba hiperconsciente del cuerpo tumbado en su espalda, y adicionando eso el hormigueo no paraba. No sabía lo que quería en ese instante, si salir de ahí y vestirse o quedarse y… su mente era un total caos. ¿Por qué se sentía así? Sentir tantos nervios cuando ambos eran hombres, era muy raro

Entonces su cola en un reflejo se enrollo en su torso, e hizo que Naruto volviera a gemir en reclamo, pero esta vez levanto su brazo y lo rodeo a altura de su torso empujándolo hacia su cuerpo.

-Sasuke…-dijo entre sueños.

Ahora sus instintos lo estaban volviendo loco, su cuerpo quería moverse sin que él lo ordenara; intento controlarlo pero al final su cuerpo empezó a arquearse hacia el otro.

¿Qué debía de hacer?-pensó

Ahora todo su ser descansaba contra el pecho del otro.

¿Qué debía de hacer?-

Duro. Cálido. Y musculoso.

Gotas de sudor empezaron a formarse en su frente ¿Cuándo empezó a hacer tanto calor ahí?-se preguntó.

El peso del brazo lo empujaba más contra el cuerpo del rubio, empezó a sentir pánico y pensó en saltar fuera de la cama. Pero eso lo despertaría, una ola de vergüenza lo empezó a atacar, otra vez; sus caderas querían moverse. Como era posible que se sintiera así, cuando el otro solo dormía pacíficamente. Trato de calmarse, pensar que el otro estaba tan dormido que ni siquiera estaba consiente que él estaba ahí, en su forma humana.

Entonces fue exquisitamente consiente de que el pulgar de la mano del rubio estaba rozando su pezón. Un pensamiento se deslizo en su mente, y de repente ya no podía –ni quería- parar y escapar de ahí. No importaba cuanto lo ordenara su mente, sus instintos ahora dominaban su cuerpo. Empezó a mover ligeramente su pecho, provocando que el pulgar se moviera encima de su pezón.

Y entonces todo cambio.

Los dedos de Naruto empezaron a moverse pellizcando y jalando el pezón, parecía que era un reflejo inconsciente pero Sasuke no aguanto más, se giró y empujo al rubio colocándose encima de él.

-Sasuke que…- el rubio recién estaba tomando conciencia, se quedó en blanco cuando lo vio sin nada de ropa encima de él- estas desnudo…-logro pronunciar.

El chico empezó a besarlo, al menos como él creía que se hacía mientras su cola se iba deslizando entre los pantalones del otro bajándolos ligeramente.

-Sasuke- lo separo de él- e-espera… que estás haciendo- lo miro confundido.

El moreno pareció que recién se daba cuenta de lo que estaba haciendo, lo miro con pena, tristeza, vergüenza y otras cosas más mezcladas en su cabeza.

-¿Por qué pones esa cara?- le dijo más confundido y algo culpable.

-N-no lo se, simplemente…-

-Simplemente…- repitió Naruto

-Simplemente estoy excitado- confeso con una gran vergüenza en su rostro.- Pero no lo entiendo. Besarte… ¿Por qué… se siente tan bien…? Quiero decir…- oculto su rostro entre sus manos y se encogió en sí mismo.

-Sasuke…-

-Esto… te debe de dar asco- dijo todavía oculto- somos hombres, y yo… no soy normal…-

-Sasuke…-volvio a decir.

-Esto no está bien…- dijo empezando a temblar.

-Sasuke- insistió obligándolo a levantar su rostro- no me da asco, está bien. No hay ningún problema-

-Pero…, esto no es normal- lo miro con pena.

-Y que…, desde el momento en que te vi quede prendado de tu rareza, nada en ti es normar y eso es maravilloso, todo en ti me resulta increíble. Y… agrego acariciándole el rostro, que tengas orejas y cola… ahora es demasiado sexy- Sasuke no pudo evitar ponerse rojo.

Naruto le pareció tan tierna la expresión que no pudo evitar abrazarlo atrayéndolo hacia él.

-No puedo creer que me ganaras- hablo mientras le acariciaba la cabeza- Desde hace un tiempo que me preguntaba porque no podía dejar de observarte, y pensar en ti. La respuesta era simple, me gustabas, me gustaba todo de ti-

El moreno se quedó nervioso y extrañamente feliz ante la confesión.

-Pero no quería estropear lo que habíamos avanzado, ya me había ganado tu confianza y quería ir poco a poco.- le hizo levantar el rostro y lo beso en la frente- Soy mayor que tú, y no quería que se viera como si me hubiera aprovechado. Y adicionando a eso, somos del mismo sexo. Quien iba a saber si algún día seria correspondido.-

-Soy legalmente mayor, no habría nada raro- contesto ligeramente molesto y a la vez feliz.

Naruto rio un poco ante la respuesta.

-Si…, pero quien iba a imaginar que tu tomarías la iniciativa- volvio a sostener su rostro y lo miro fijamente- ¿Quieres continuar…?-

Sasuke oculto su rostro, pero asintió.

-Te enseñare como se hace- le sonrió triunfante.

 

 

 

 

Hecho al moreno en la cama y él se colocó encima. Empezó a besarlo con más deseo, metiendo su lengua y jugando con ella. Con una mano empezó a pellizcarle el pezón y la otra empezó a recorrer su cuerpo hasta que llego a su ingle y la empezó a tocar. De la boca de Sasuke empezaron a salir gemidos, alarmado de tapo la boca.

-¿Es tu primera vez…haciendo esto?- separo sus labios.

-Por... supuesto ¿tú ya lo hiciste antes? –logro decir entre gemidos.

-Bueno nunca lo había hecho con un chico - empezó a besarlo en el cuello, el moreno se encogió ante el contacto. Pero eso no evito que tomara su rostro entre sus manos y lo obligara a verlo a los ojos.

-Más te vale que no lo hagas con nadie más- lo miro receloso.

-Eres todo lo que puedo desear y más. Nadie me daría esto más que tú- lo tranquilizo volviéndolo a besar.

-Entonces ¿no sabes como… como se hace?- pregunto con vergüenza.

-Estuve investigando- contesto orgulloso con una sonrisa.

Sasuke se aferró a las sabanas mientras movía sus caderas al compás de las manos que se movían en su pene erecto.  Mientras su cola se aferraba a la pierna del otro.

-Eres muy erótico, lo sabias…- le susurro en sus orejas de gato.

-C-cállate, no hables- logro decir entre gemidos.

Naruto le sonrió lascivamente, con su mano junto sus brazos y los levanto encima de su cabeza. Empezó a succionar con su boca los pezones del otro. El moreno no sabía que podía sentir tanto placer, no quería acabar nunca. El rubio paro un segundo para quitarse la camiseta.

-Tócame…- le dijo- no quiero ser solo yo…-

Sasuke no quería cometer un error y arruinar todo, así que solo se quedó mirando el perfecto cuerpo encima de él.

-Aprenderás…- le sonrió comprensivo.- ahora abre la boca

-Que…- no pudo terminar de hablar, tenía los dedos del otro en su boca; sin entender mucho empezó a chuparlos.

Naruto emitió un leve gemido que al moreno disfruto, así que empezó a hacerlo con más ganas mientras el otro seguía mordisqueando sus pezones.

-Ya está- saco sus dedos de la boca del moreno.-sentirás algo raro, avísame si te duele-

-Raso…-repitió confundido levantando la cabeza.

Entonces vio como un par de dedos se aproximaban hacia su trasero.

-E-espera- no pudo hacer nada, el rubio introdujo los dedos y él emitió un gran gemido junto a un líquido blanco de su entrepierna.

-Solo con los dedos…- se asombró mirándolo.

-L-lo siento- se disculpó cuando miro como el semen había manchado todo el tórax de Naruto.

-No pasa nada- respondió mientras lo esparcía por su cuerpo intentando limpiarlo.-continuemos- dijo mientras empezaba a mover los dedos dentro del orificio.

-Te duele…-

-E-está bien…- logro decir mientras su cuerpo temblaba de placer. El rubio volvio a levantar los brazos del otro, esta vez besándolo mientras recorría su abdomen.

Hasta que se levantó y paro todo, sacando sus dedos. Sasuke levanto ligeramente la cabeza dispuesto a quejarse, hasta que vio como de la entrepierna de Naruto sobresalía un bulto. Sabía lo que era, y lo que significaba, lo deseaba.

El rubio levanto la pierna del otro empezando a besarla bajando poco a poco, hasta llegar a su ingle.

-Solo métela ya…-dijo aguantando el  hormigueo que le producían los besos.

-Que apurado- dijo lamiéndose los labios- incluso tu cola se aferra a mí- hablo desenrollándola de su pierna y la agarro recorriéndola hasta la punta.

En otra situación que tocara su cola no le habría provocado más que enojo pero ahora era una extensión de su cuerpo que le mando un choque eléctrico a todo su cuerpo que lo hizo arquearse con aun más placer. Naruto ya no pudo contenerse más, se quitó el pantalón y sus boxers, y por fin libero su miembro erecto.

Con cuidado abrió más las piernas de Sasuke levantándolas, y luego fue introduciéndose lentamente hasta que estuvo totalmente adentro.

-Muévete…-ordeno con desesperación.

El rubio dudo un poco, pero empezó a mover sus caderas, entrando y saliendo de Sasuke. El moreno solo dejaba salir sus gemidos sin importarle que fueran ruidosos, solo sentía placer y no quería contenerse.

-Sostente aquí…- le hablo colocando los brazos del otro alrededor de su cuello- se sentirá mejor- con esa ayuda bajo por su columna hasta toparse con un sobresaliente trasero, que apretó hacia su cuerpo.

El sexo siempre fue así de bueno- se preguntó Naruto mientras llegaba al clímax.

-Sasuke… ya no aguanto más- dijo entrecortadamente, el moreno le había clavado sus garras en la espalda pero más que dolor le produjo mas placer.

-Hazlo adentro- dijo excitado -yo tampoco aguanto más-

Entonces casi al mismo tiempo expulsaron el semen.

 

 

 

. . .

 

 

 

 

 

-Levántate dormilón- empezó a jugar con los cabellos del moreno.- no puedo dejarte así, necesito limpiarte-

-Y-yo lo hare después- dijo cubriéndose la cara aun dormido, le estaba matando la espalda.

-Sasuke…-

-Ya dije que después- se quejó.

-Hay algo que tengo que decirte…, mañana regresare a la ciudad-

 

 

 

Notas finales:

Que les parecio, de nuevo me disculpo por haber demorado mucho. como se dieron cuenta, esta mas del doble de lo suelo escribrir y el tema es totalmente diferente a lo que estoy acostumbrada. espero que les haya  gustado, no se olviden de dejar comentarios, y/o sugerencias (enserio que les parecio esta nueva tematica). la segunda parte estara en una semana, y lamente no poder cumplir con las fechas. U.U

Nos leemos, bye.


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