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Apocalipsis por Escritora-Kun

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Notas del fanfic:

Holo~

The Zombie Song de Stephanie Mabey fue la canción que me inspiró para realizar este Fic <3

 

 

_¡¿En serio crees que voy a permitir que permanezca en esta casa?! ¡Por amor de Dios, es uno de ellos!_

¿Por qué había tanto escándalo? No podía escuchar bien, pero aun así notaba el bullicio que de un momento a otro llenaba el tétrico silencio que, desde hace buen rato, sólo escuchaba en todos lados.

_¡No lo es!_Alguien estaba gritando de un modo tan desesperado y lleno de coraje que incluso el, que no se sentía en sus 5 sentidos, se sintió intimidado. Tuvo el impulso de retroceder y alejarse de la fuente de aquellos gritos, sin embargo, su cuerpo no le respondió, dejándolo parado y con su mirada observando únicamente manchas blancas y negras. _¡Tenemos 72 horas antes de que se transforme por completo!_

¿De quién hablaban? Alguien se estaba convirtiendo en… ¿Qué? Realmente quiso saberlo y así integrarse a la plática, pero, nuevamente, no hizo absolutamente nada. ¿Qué le sucedía a su cuerpo? Otra vez, no hubo ninguna reacción.

_¿Y qué? ¿Lo mantendrás encadenado en el sótano hasta que su transformación sea completa y termine por matarnos a todos? ¡No seas estúpido!_

¡¿De qué estaban hablando?! Se estaba desesperando demasiado; la nula movilidad en su cuerpo, su voz que, de un momento a otro, se había ido, su vista que no le permitía ver nada que no fuesen sombras distorsionadas de lo que fuera que tuviera en frente, sus miles y miles de preguntas que no tenían respuesta y la curiosa sensación de ser apretado con fuerza por lo que quería creer era un brazo, todo eso y probablemente más, le causaban una ansiedad enorme.

No quería estar fuera de la conversación ni tampoco quería permanecer sin información de lo que estaba pasando. Se estaba sintiendo tan perdido, hasta que un grito, uno potente y lleno de tantas emociones que llegaron a abrumarlo, lo aturdió por completo, provocando que su cuerpo, luego de tantos intentos fallidos, reaccionara de golpe.

_¡NO PERMITIR… QUE MI HERMANO SUFRÁ CONVIRTIENDOSE EN UN ZOMBIE!_

Su parpados, como si tuviesen resortes, se abrieron de golpe, dejando a la vista sus ojos color azul pálido, los cuales miraron asustados a su alrededor.

Los recuerdos dolorosos de hace tan solo unos minutos atrás habían llegado a su cabeza de una manera tan repentina que se sintió mareado. El brazo que lo mantenía unido a otro cuerpo, tal vez para ayudarlo a no caerse debido a su falta de equilibrio y coordinación, se aferró con más fuerza a él, al mismo tiempo que todo se iba distorsionando y regresando a la normalidad.

_¡Goku, ¿Me escuchas?!_De nuevo… Era esa voz que hace unos instantes atrás lo había aturdido con su gran grito. Sólo que ahora, la preocupación le estaba haciendo una mala pasada, causando que las palabras le salieran temblorosas. _Goku, por favor…_

O, tal vez, eran sus oídos que ya comenzaban a fallarle.

_Es inútil_Una segunda voz, para la desesperación que se apoderaba de sus pensamientos, se sumó a la conversación. Sólo que esta no sonaba preocupada ni asustada como la primera, sino que sonaba… Exasperada y resignada. _Cuando comienza el proceso de descomposición, ellos se vuelven sordos, mudos y ciegos. Sólo conservan su olfato para saber cuándo hay humanos cerca_

Si esa persona tenía razón, ¿Por qué los escuchaba tan claramente? ¿Por qué comenzaba a ver todo con mejor claridad? ¿Por qué sentía el impulso de hablar? Estaba equivocado, y cuando las palabras salieran de su boca, estaba seguro de que le haría ver su error.

_Cariño, escucha…_Otra voz, ¿Cuántas personas había a su alrededor? _Goku ya no está aquí, lo único que hay es otro cuerpo vacío a punto de convertirse en un zombie…_Esta otra voz sonaba mucho más suave y fina que las primeras dos. _Será mejor que nos vayamos de aquí, es muy peligroso_

Ante la mención de estas últimas palabras, la persona que, pensaba, lo estaba abrazando con fuerza contra su cuerpo, mientras hacía intentos desesperados por hacerlo reaccionar, giro el rostro con brusquedad.

_¡No pienso dejarlo sólo!_El abrazo lo sintió sofocante, y algo comenzó a escurrir por su rostro. Era algo húmedo y cálido… Claro que, al poco tiempo, lo sintió tan frío que, incluso, llego a experimentar una especie de escalofrío a travesarle toda la espina dorsal de manera lenta e irritable. Cuando menos se había dado cuenta, sus ojos azules, los cuales parecían reflejar un cielo muerto y sin sol, comenzaban a reconocer el rostro que estaba sobre el suyo… Llorando sin consuelo, y con una expresión de agonía. _No puedo… E-él debe estar… Muy asustado_Nuevamente sus palabras estaban temblando.

Ah, si las palabras del segundo sujeto fueran ciertas, entonces ¿Por qué sentía dolor al escuchar el llanto de quien no conocía? ¿Por qué su pecho se comprimía?... ¿Por qué sentía que algo le faltaba?

_Raditz…_El llanto se hacía mucho más fuerte, las lágrimas caían en más frecuencia y los sollozos comenzaban a salir, al principio en forma de pequeños lamentos, y terminando siendo gritos llenos de coraje e impotencia. Vaya que dolía. _Goku ya no puede sentir nada, el no estará asustado, ni siquiera sabrá que existe o que está muerto, así que estará bien_

_L-lo sé… Pero él… Seguramente estuvo asustado cuando… C-cuando…_Podía sentir el esfuerzo que llegaba a emplear para decir cada palabra, así como también trataba de comprender porque lucía tan deshecho. _Lo siento tanto…_Su doloroso llanto continúo sonando luego de haber dicho esas últimas palabras.

Con sus ojos entrecerrados, parpadeando con una lentitud digna de una tortuga, lo único que distinguía era el techo de madera, del cual colgaban unos grandes y muy destrozados candelabros, los cuales parecían estar a punto de caerse encima de todos ellos. También lograba visualizar unas cuantas tablas de madera, puestas, seguramente, para cubrir algún agujero hecho con sabrá Dios que cosa.

Sin embargo, habían pasado un par de minutos más en los que sólo escuchaba sollozos lastimeros, seguidos de lamentos y promesas tristes que, juraba quien las decía, iba a cumplirlas. “Que tierno…” Un pensamiento que no entendía del todo, pero que sabía a quién iba dirigido.

_Goku, prometo que te curaré, no permitiré que mueras de esta manera, así que… Resiste_Hasta ese momento, todo había sido confuso; los gritos que provenían de 3 personas diferentes, el aroma espantoso que no lo había dejado en paz desde que sintió sus sentidos despertarse, la desesperación plasmada en una calidez húmeda que, minutos antes, había mojado su piel, unos brazos estrujándolo con fuerza, el dolor que no dejaba de experimentar, antes solo en su pecho y cuello, y que ahora lo sentía expandirse por todo su cuerpo, y había muchas cosas más, pero no sentía la necesidad de decirlas en ese momento. Pero… Toda esa confusión que no le había permitido ni un solo momento de relajación, de un momento a otro, se había ido, dejando en su lugar unos orbes negros que lo observaban sin parpadear, mientras que eran acompañados por unos labios que, antes de alejarse, le relajaron una caricia en su frente… Fue entonces que todo se aclaró con la misma fuerza que el sol entrando por la ventana de una habitación pintada completamente de color negro.

Con la misma rudeza que cualquiera emplearía para derribar una puerta, sintió su cuerpo pararse de donde fuera que estuviese tirado como un vil costal de composta, para después mirar a su alrededor. _M-mierda… Sigo aquí…_Sus sentidos estaban sobre estimulados, y se sentía ansioso, como si le hubiesen inyectado alguna especie de droga directamente en el sistema nervioso y locomotor. Miro un momento en donde estaba, y gracias al cielo, podía sentirse algo tranquilo al ver que continuaba en la casa de Toma, el mejor amigo de Rad… Un momento. _¿Raditz?_Sino estaba su hermano con él, seguramente estaría en la segunda planta de dicha casa.

Por instinto, miro las escaleras que conducían a las demás plantas de aquella mansión, y no lo pensó mucho cuando corrió hacia ellas y comenzaba a subir los escalones, esperando subir rápido y encontrarse con su hermano mayor, Raditz. Sonrió al recordarlo y se empeñó en aumentar el ritmo… Sin embargo, el camino había terminado casi a la mitad de las escaleras debido a un repentino jalón que sintió en sus manos.

_Maldita sea, ahora qué…_No pudo completar la frase, ni siquiera pudo sentir que continuaba respirando. Ante sus ojos sorprendidos, abiertos de par en par, se encontraban unas gruesas cadenas que envolvían sus manos y terminaban en un enorme candado unido a un gigante pilar, el cual lucía, por demás, difícil de a travesar y lo suficientemente fuerte como para retener a una bestia. _¿Eh…? Pero, ¿Por qué?_Mientras intentaba saber alguna razón lo suficientemente buena como para lograr explicar del porqué se encontraba encadenado como un maldito animal, en la casa de Toma, completamente solo y a merced de los zombies, sentía como comenzaba a desesperarse. _¡Chicos, oigan!_Silencio. _¡Esto no es divertido, malditos, quítenme estas porquerías!_Más silencio, ¿En verdad no había nadie en casa?

¿Lo habían dejado de esa manera tan desprotegida en medio de una apocalipsis zombie? ¡Prácticamente, era un blanco fácil, un bocadillo!

Oh, no… No estaba bien, por Dios que no lo estaba, y la simple idea de verse en ese estado, sintiendo la necesidad de escapar y escuchando los sonidos de la destrucción que provenían de afuera, lo orillaron a no saber qué hacer. No quería morir. Al menos no de esa manera ni en ese lugar. No en ese momento y mucho menos sin haber visto antes el rostro de Raditz…

La ansiedad y desesperación lo consumieron, hasta el punto en que el mismo intentaba quitarse las cadenas, moviéndose de un lado para otro, al mismo tiempo que chocaba con el barandal de la escalera… El cual, debido a los constantes daños y el siempre aplastante pasar del tiempo, se encontraba en condiciones deplorables. Sólo le faltaba un pequeño empujón para caerse… Y, ese pequeño y mísero empujón, se lo proporcionó Goku, en medio de su exasperación y sus patéticos intentos por liberarse de ese infierno.

Por desgracia, tan sumergido estaba en sus forcejeos inservibles que ni siquiera se había dado cuenta del sonido que producía el barandal desprendiéndose de su lugar, alertándolo de que, en cuestión de nada, todo se caería.

Un grito ahogado salió de lo más profundo de su garganta al sentir como sus pies ya no pisaban ningún escalón y como su cuerpo caía en picada, junto con el barandal.

Hubiera sido un alivio saber a qué altura se encontraba, así el miedo disminuiría al verse a tan sólo unos pocos metros encima del suelo… Pero, la adrenalina que aún corría desbocada por sus venas, no le permitía pensar correctamente, causando que el miedo de verse así mismo caer de cabeza desde las escaleras fuese mayor.

“Maldición…”

El repentino sonido escandaloso que provocaba el derrumbe no le importo, ni siquiera sintió la necesidad de moverse de donde estaba al ver como poco a poco, todas las escaleras se venían hacia abajo, sepultándolo en una montaña de madera de roble. …l, simplemente, dejo que todo sucediera, al mismo tiempo que caía en la inconsciencia a la misma velocidad que un humano siendo devorado por un zombie…



El viento helado llevándose las pocas hojas secas que poseían los árboles, el aroma hediendo de cadáveres descomponiéndose por todas partes mientras que sus restos eran devorados por los gusanos, el tétrico silencio que parecía venir acompañado siempre de hordas hambrientas de malditos y asquerosos zombies dispuestos a matar a cuantas personas se les antojen, la desesperante sensación de no poder estar tranquilo, la necesidad de escapar, y el miedo en general, era lo único que se podía sentir en esos últimos meses, en los cuales el mundo, luego de haber soportado muy bien a los desgraciados humanos durante millones de años, por fin se había ido al carajo, junto con toda la raza humana que, cada minuto que pasaba, disminuía.

Detuvo sus pasos. Recordar esos aterradores datos siempre le producían unas tremendas ganas de vomitar.

_Raditz, no nos podemos detener, debemos darnos prisa…_Levanto la mirada para así ver a Toma, su mejor amigo que, en ese momento, portaba todo un arsenal de armas en su cuerpo. Era una especie de campo minado con dos patas. _Al paso al que vamos nos van a oler y, en menos de 1 hora, nos veremos como el blanco principal para esos hijos de perra_Su tono serio y su mirada afilada le dejaban muy en claro que debía de continuar.

Asintiendo a las palabras del más alto, Raditz, tragándose su dolor y sus aún vigentes ganas de llorar, se levantó con gran esfuerzo. No se podía permitir lujo de derrumbarse de esa manera. No debía hacerlo, porque, en ese momento, sólo tenía un objetivo; llegar a la zona segura, contactarse con una de sus viejas amigas, obtener el antídoto y regresar para dárselo a su adorado hermanito menor… Goku.

Oh, sí, lo ayudaría a salir de ese dolor. …l sería quien lo rescataría de ese triste final. Sólo debía esperar…

“Espera por mí, hermano”

CONTINUARA…
Notas finales:

No, no me he suicidado...

Al menos, aún no.


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