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Cuento de Navidad (2min) por Aerin

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Notas del fanfic:

Hola mis queridos lectores, este año que paso ah sido terriblemente duro para los shawols del mundo, pensé escribir esta historia como una especia de regalo navideño, pero cuando estaba en pleno proceso creativo la peor de las noticias llego a mí. Aun no puedo creer lo que esta pasando, me siento tan perdida y angustiada que pensé en abandonar todo esto, pero con el pasar de los días me fui dando cuenta que dejar todo lo que me gustaba no seria rendirle un buen homenaje, además, no podría jamás romper mi promesa y abandonar la otra historia que estoy escribiendo, así que aquí me tienen, dejando esta historia que sigo considerando un pequeño obsequio navideño. Pronto tendrán noticias de la otra también. Se que muchos como yo habrán experimentado la perdida de sentido y el desgarro, pero quiero decirles que aun con un dolor muy intenso en mi corazón debemos ser fuertes. Hoy más que nunca debemos ser valientes para llorar nuestra perdida como es debido y avanzar hacia la vida. Fuimos afortunados en amarlo cuando estaba con vida y saber que es mucho más que el recuerdo que hoy se forman. Yo hoy pongo mis fichas por los que quedamos aquí, por mis seres queridos y por SHINee que nos va a necesitar más unidos que nunca. Así que, en post de mis propios pensamientos, les traigo esta historia, se que no calmara el dolor, pero espero sea un pequeño bálsamo que empiece a sanar un poco la herida de algunos.

Saludos Aerin

Seis horas, ya llevaba seis malditas horas subido a ese auto y quería bajar. Y lo peor era que todavía no entendía bien como era que había terminado envuelto en esa pesadilla. Taemin no se describiría como alguien que odiara la navidad o a su familia, pero una cosa era una fiesta normal y otra cosa era eso. Desde que habían subido, los clásicos villancicos no habían parado de sonar y lo peor era su estúpida familia, que en vez de estar tan artos como el, simplemente cantaban a viva voz, arruinando un más, si fuera posible, las canciones. Es que él no entendía cómo podía pertenecer a esa familia, porque parecían uno más desesperado que el otro por la navidad. Primero estaba su padre, Jinki el cual solía tener competencias silenciosas con su vecino por ver cual tenia la casa más iluminada, luego estaba su madre, Jessica que se pasaba alrededor de dos semanas cocinando comida que sobraría por meses porque nunca sabia calcular bien, pero el peor de todos sin dudarlo era su hermano: Lee Sungmin. Todos los años llegaba con una bolsa inmensa de regalos, siempre el ideal para cada uno, se encargaba de armas juegos para entretener la noche, de hacer los postres, la decoración y diablos de elegir hasta la maldita música. Era total y completamente odioso. Todos lo consideraban el hijo perfecto, muy diferente a Taemin que en cuanto cumplió la mayoría de edad había dejado de ir a esas fiestas familiares hasta ahora. Todas las navidades en la casa Lee se habían limitado a unas 10 o 15 personas, pero este año era diferente, la prima rica de su padre, Sunny, había organizado la fiesta y todos estaban obligados a ir, no era la primera que hacía una, sus celebraciones eran legendarias, Taemin tenía vagos recuerdos de algunas antes de que dejara de hacerlas. No era algo que se comentara mucho, pero según él tenía entendido, después de la muerte súbita de su esposo, la mujer cayo en un poso depresivo y no había querido hacer ninguna más hasta ahora. Su madre había sido taxativa, con respeto a la celebración, cuando Taemin intento insinuarle que su mejor amigo Key haría una fiesta para navidad y quiso preguntar si podía ir, como los últimos años, la mujer lo miro con ojos fulminantes y se lo negó. Así fue como termino atrapado allí, viajando miles de kilómetros, para ir a la casa de una tía que ni siquiera recordaba y hablar con puros desconocidos en un ambiente que odiaría.

-Taemin… Cariño… - le hablo su madre en su característico estado de felicidad que le daba la festividad – tu hermano acaba de avisar que llegara un poco más tarde, y como somos los primeros en llegar, vas a tener que ayudar a la tía con las decoraciones ¿Esta bien dulzura? – cuestiono acariciando su cabello castaño y él ya sabía cómo sería eso, porque, aunque fuera toda cariñosa y preguntara, no tenia una real elección, debía hacerlo.

-Claro mama… no hay problema – respondió con fingida alegría.

- Gracias tesoro… eres el mejor – su madre dejo su pelo para volver a mirar al frente y el muchacho revoleo los ojos ¿Era una tortura ideada específicamente para él o qué?    

Estuvieron viajando media hora más por esa ruta empinada, hasta que llegaron al lugar, una imponente casa se desplegaba a lo alto de una colina, la casa tenia el encanto de lo rustico y lo moderno, todas las terminaciones eran de madera pulida, pero una de las paredes parecía haber desaparecido e imponían un gran ventanal donde se podía observar todo el salón.

-wwwooowwww – exclamo el castaño casi inconscientemente, mientras cargaba una de las cajas con comida.

- Increíble ¿no cielo? – cuestiono Jessica – pensar que vive sola aquí

- Estos es más que increíble… es fabuloso – acoto el muchacho comenzando a caminar. Subieron unos metros por las resbaladizas escaleras de piedras hasta llegar a la entrada.

- ¡querido Jinki! – Exclamó la mujer saliendo a abrazar a su padre – ¡qué bueno que llegaron! Se acerco dejar un mojado beso en los cachetes del muchacho y su madre - pero… ¿Qué es todo esto? – pregunto confundida la mujer observando lo que cargaban los hombres.

- No pensaste que vendría con las manos vacías – sonrió orgullosa Jesica

- Ohhhh querida ¡no era necesario! Tengo comida de sobra para todos… pero vengan, pasen a la cocina para dejar las cosas – Y eso termino de enojar al níveo, le había a su madre toda la semana que no cocinara sin preguntar, que seguro ya iba a haber cosas, pero no lo había escuchado en ningún momento y ahí estaban, cargando ese peso innecesario, que más que ayudar, causaría problemas. 

- oooohhh Sica… ¡Cómo ha crecido tu hijo! Aun recuerdo cuando se ponía en ese pequeño escenario improvisado y nos cantaba esos villancicos hermosos… ¿Cómo estas Sungmin? – cuestiono dirigiéndose al chico que lo miro con los ojos abiertos.

- No Sunny… el no es Sungmin, el es Taemin… el pequeño – explico su madre

- ¿Taemin? – cuestiono confundida…

- Si… le gustaba correr alrededor en la cocina y tirar las cosas… - su padre sonrió pareciendo recordar algo gracioso de eso.

- ooooohhh claro… Taemin… es difícil reconocerte con tu ropa puesta – rio su tía alegre – claro claro Taemin… ¿Cómo has estado? – y si tuviera que responder en ese momento, se sentía avergonzado.

- Muy bien tía ¿y tú? – cuestiono sabiendo que esa familia la cortesía era mejor arma que la rebeldía.

- Ya sabes como puede estar una mujer sola en esta casa, pero cuéntame ¿qué haces? ¿Estudias? ¿trabajas? ¿tienes novia? – y de repente las preguntas de Sunny ya no le parecían simpáticas.

- Estoy estudiando arte escénico, aun no tengo trabajo y no… no tengo pareja – sabia que no todo el mundo tenía porque saber que era gay, pero estaba acostumbrado que su familia y amigos lo supieran y que alguien le preguntara si tenia novia a estas alturas le chocaba un poco – Voy a buscar más cajas – dijo cortante saliendo del lugar a paso decidido.

El chico ya estaba más enojado que en todos los días del año juntos y solo habían pasado unos minutos… no tenía idea como soportaría el resto de la noche. Camino por las escaleras resbaladizas de piedras hasta su auto donde saco unas de las cuantas cajas que quedaban cuando lo vio. Alto, moreno, morocho, ojos grandes y expresivos, una sonrisa de ensueño y un cuerpo de infarto. A Taemin literalmente se le cayo la quijada cuando lo vio bajar de ese auto “tal vez la noche no sea tan aburrida” se dijo sorprendido. El chico hablaba con la que el supuso seria su madre y rodeo el auto para tomas la mano de una pequeña niña que conjeturó seria su hermana porque no se veía tan grande para ser padre. Del mismo vehículo salió un señor que tomo el brazo de la mujer y entonces confirmo sus sospechas de que esa debía ser su madre y el su padre. El castaño se quedo paralizado mirando a ese moreno caminar que vigilaba atento a los pasos de la niña, cuando su vista se despegó de la pequeña y paso directo a él. Sintió como sus mejillas comenzaron a arder en tan solo un segundo y como si hubiera sido descubierto cometiendo un crimen, trato de disimular desviando su mirada nerviosa, logrando quedar aún más en evidencia que antes “mierda Taemin” se auto reto por su estúpida reacción. Algo atónito y nervioso se decidió que lo mejor sería caminar con la mirada baja directo a la cocina y tratar de evitarlo hasta el final de la noche, pero cuando hizo dos pasos un sonido lo paralizo.    

-¿Necesitas ayuda? – pregunto una voz grabe y penetrante que erizo todo el vello de su cuerpo.

-aeeeaaahh – balbuceo el castaño sintiéndose un idiota – no es necesario – hablo aun sin levantar la cabeza, pero de repente el peso que sentía se vio aligerado y tuvo que levantar la vista

- vamos… no te preocupes, aun quedan muchas cosas por sacar… seguro vas a necesitar ayuda – acoto mostrando una hermosa sonrisa que solo logro encandilar un poco más al joven.

- Gracias… - hablo el níveo tímido sintiéndose un idiota. Ambos comenzaron a caminar rumbo a la casa en total silencio, generalmente Taemin era más el estilo hombre arrollador, sabia seducir y lo hacia con gusto, pero hoy estaba actuando como un bobo.

- ¿de verdad pensabas cargar todo esto solo? – cuestiono el alto – apenas si puedo cargar una de las cajas – se quejó dejando las cosas en la mesada

- que puedo decir… estoy acostumbrado – explico el castaño – a mi mamá le encanta exagerar con la comida – levanto sus hombros indiferentes ganando una sonrisa del mayor, como si su historia fuera una broma, cuando no lo era.

- Mi mamá es igual – acoto el morocho con una sonrisa tierna – puede que sea algo de familia

- ¿de familia? – pregunto un poco preocupado el menor pensando que ese moreno de infarto podía llegar a tener algo que ver con él

- Claro Taemin ¿no sabes que nuestras madres son primas? – y en ese momento sus ilusiones de una navidad divertida se fueron por el inodoro.

-ppppfffff claro – respondió tratando de sonar convincente – obvio que se que son primas – pero el moreno no le creyó.

- ¿Quién soy Taemin? – cuestiono gracioso sintiendo la desesperación del chico, era evidente que no sabía quién era y eso le divertía en sobremanera.

- Mi primo claro está – dijo convencido ganando más risas

- si eso es fácil… ¿pero quien soy… como me llamo? – un silencio no muy prolongado se formo entre ambos cuando su tía Sunny apareció por la puerta.

- Miiiiinhoooo queriidooo ¿Cómo estás? – cuestiono la mujer acercándose a abrazar al alto

– muy bien tía ¿y tú? Los chocolates que enviaste la semana pasada estuvieron muy ricos, gracias – respondió amable

- no hay de que dulzura, te mereces eso y mucho más… supongo que ya te encontraste con Taemin… - dijo alegre la mujer dejando de ignorar al joven que parecía el único desconcertado ahí

- si… ya estuvimos hablando, Taemin está un poco confundido, pero ya le explicare yo que puede hacer – contesto casi con una sonrisa maliciosa

- oooohhh Minho, eres un sol – hablo pellizcando sus mejillas – porque no van por los adornos arriba y me ayudan a decorar la casa ¿sí? – y el castaño estuvo a punto de oponerse cuando un

- estaremos encantados – lo interrumpió dejándolo anonadado

- muchas gracias tesoro, están donde siempre los dejo – acaricio la mejilla del muchacho y se fue.

- ¿Qué…que…que…? – trato de hablar el níveo cuando el mayor lo miro divertido.

- Sígueme Taemin, los adornos están arriba – y aun un poco perplejo y molesto, lo siguió.

- ¿Cómo tu si recuerdas todo? – cuestiono aceptando su falta de conocimiento y sintiéndose un poco mal por ser el único ignorante

- ooohhh Taemin, tú eras muy pequeño cuando venias aquí, pero yo si me acuerdo de tu desnudo trasero corriendo por la cocina… aun tengo una marca por un vaso que me revoleaste – respondió levantando un poco su flequillo, evidenciando la cicatriz en su frente.

- lo siento – contesto avergonzado

- aaaahhh… está bien, fue una historia graciosa, y además me dieron regalos extras por esto, así que estuvo bien – el alto se detuvo delante de una de las puertas indicando que habían llegado al lugar – es aquí – lentamente abrió la puerta a un armario espacioso, ambos entraron quedando algo juntos por el espacio reducido – veamoooosss – pensó en vos alta el morocho mientras revisaba la estantería – esto debería estaaaaaarrr mmmm ¡aquí! – tomo una pequeña escalera y subiendo a ella empezó a retirar una caja - ¿puedes ayudarme? – cuestiono mirando al níveo desde arriba    

-si… claro – balbuceo atento mientras el mayor comenzaba a pasarle caja tras caja.

- la tía Sunny, tiene adornos como para decorar tres casas – explico mientras sacaba las cosas – pero le gusta que todos se pongan – dijo bajando la última de las cosas para quedar prácticamente pegado a Taemin y mirarlo a los ojos – así que es nuestra tarea que todo este listo antes de la cena -  con un coqueto movimiento le guiño un ojo y salió de ahí. El níveo trataba de moverse, pero se había quedado hiperventilando unos segundos. No llevaba ni una hora de conocerlo y ya lo tenia en ese estado “¿Qué rayos te sucede Taemin?” se retó tratando de volver a la normalidad, el no era alguien que se impresionara fácil y menos por un par de coqueteos fugaces que no terminarían en nada porque era su primo y porque estaba prácticamente seguro de que a ese chico no le gustaban otros hombres, pero la actitud de ese muchacho le volaba la cabeza – ¿vienes? – inquirió desde afuera llamando la atención del joven.

-s…siiiiii – contesto tomando la primera caja que vio y llevándosela consigo.

La tarde continuó sin mayor sobresalto, Minho no volvió a hacerle insinuaciones y Taemin limito un poco sus hiperventilaciones, aunque aún lo veía como a un pedazo de carne cuando el no se daba cuenta. Y es que ayudar a alguien con esas piernas y trasero a colgar adornos no era una tarea sencilla. Y menos cuando eres Lee Taemin y consigues todo lo que quieres.

-¿me pasas la guirnalda? – cuestiono el alto

-mmm eeehhh – se sorprendió el castaño que se había quedado hipnotizado viéndolo – aaahhh si claro – dijo tomando las luces a su costado y alcanzándolas – aun no puedo creer que nos obliguen a hacer esto – se quejó mientras el joven terminaba de acomodar la última luz y bajaba de esa escalera.   

- ¿nos obliguen?... Taemin, tu no hiciste nada – se burló el alto – solo te limitaste a verme trabajar y de vez en cuando pasarme algunas cosas. Yo lo hice, y no me molesto – el níveo revoleo los ojos, sabía que tenía razón, pero no tenía ganas de dársela.

- si… como sea… Entonces me decías, la prima Hyoyeon y es hija del tío Kai y la tía Crystal y ella es prima de Hyuk, pero él no es nuestro primo porque es de parte de padre

- Exacto y el tío Leetuk es hermano del tío Chanyeol, pero ellos no se llevan muy bien –

- entiendo… y tú eres hijo del tío Siwon y la tía Taeyeon y tu hermana es Sooyoung –

- perfecto – sonrió orgulloso de su trabajo –

- eso nos convierte en primos cuartos – conjeturo analizando el parentesco

- si… podría decirse que sí

- genial – sonrió el menor sintiéndose un poco mejor – eso significa que nuestro hijos no serían monstruos – el alto rio por la broma, pero el castaño lo había dicho para tantear el terreno.

- no… supongo que no… pero sería bastante complicado que pudiéramos tener alguno – el níveo rio, pero no le causo ninguna risa su reacción.

- ¿y tú a que te dedicas? – cuestiono tratando de obtener un poco más de información que le sirviera pero en ese momento más personas comenzaron a entrar a la casa.

- ¿Dónde está mi nieto favorito? – el alto revoleo lo ojos y respondió abriendo sus brazos

– aquí abuela – la mujer semi corrió en su encuentro estrujándolo contra su cuerpo

-ooohhh eres un dulce de canela hermoso – se separó mirando al chico – tu madre no te está alimentando bien, cada día estas más flaco

- no es mi culpa que coma y no engorde se defendió Taeyeon que salía de la cocina junto con su esposo – hola mamá

- ven aquí pequeña – Minho siguió saludando a la gente que llegaba, mientras Taemin observaba desde un costado, hasta que sus propios familiares fueron los que llegaron. La casa poco a poco comenzó a llenarse de gente, cada uno que venía, era recibido con un cariñoso saludo y una nueva historia. El castaño decidió que hablar con más de dos docenas de parientes que no recordaba era suficiente para él y que merecía una recompensa, así que se dirigió a una de las mesas a tomar una copa cuando su mirada se cruzó con la del chico con el que había estado pasando la tarde. Lentamente y sin que él lo advirtiera, se acercó, como un felino acechando a su presa. El alto estaba tan entretenido con su propia conversación que no noto cuando el joven se coloco a su espalda y le susurro.

- así que tú eres el chico popular de la fiesta… - el cuerpo del alto tembló y níveo se sintió satisfecho dibujando una media sonrisa en su rostro.   

- me asustaste – respondió ignorando a la persona con la que hasta hacia unos segundos compartía una charla animada

- dicen que tengo ese efecto en la gente – contesto alzando los hombros – parece que el lugar ya se llenó – dijo mirando a su alrededor.

- Si… las fiestas de la tía Sunny siempre fueron así – hablo mirando con cariño a los presentes, cosa que molesto un poco al castaño, no es como si no quisiera a su familia, pero el hecho de no reconocer a la mayoría le fastidiaba.

- Si… y tu conoces a todos… me hacer acordar a alguien – comento al pasar pensando en su odioso hermano perfecto – parece que la tía sabe cómo hacer las cosas… -

- ¿Por qué estas así? – cuestiono el moreno mirándolo extrañado - ¿eres malhumorado siempre, o solo en las fiestas? – el castaño abrió grande los ojos por el comentario, muy impropio del joven amable que conoció, pero luego se calmó ¿cómo le iba a explicar a alguien que odiaba las fiestas porque todos en su familia parecían amarla? ¿cómo le iba a explicar que odiaba sobre todo la navidad por alguien que se parecía mucho a él mismo?

- no lo entenderías -  dijo desviando su mirada.

- tal vez deberías probarme – lo miro perspicaz acercándose un paso hacia él – ¿no crees que me lo eh ganado? – pregunto con una sonrisa seductora, en ese momento la vista del menor dejo de jugar con las formas del suelo y fue a parar directo al chico frente a él, perdiéndose en esos ojos grande y profundos que habían llamado su atención desde el primer momento.

- ¿realmente te interesa mi vida? – cuestiono sin despegar sus miradas

- Si Taemin… realmente me interesa… - y el níveo ya no supo si estaban hablando de su odio por las fiestas o de otra cosa porque la distancia entre ambos cada vez se hacia más corta y su corazón cada vez latía más rápido.

- ¡FELIZ NAVIDAD FAMILIA! – entro gritando un joven logrando romper su burbuja, ganándose el odio del níveo, pero si eso no fuera suficiente, ver de quien se trataba logro despertar aún más su ira – ¡Taeminnie querido! – exclamo ignorando al resto – ¡¡¡Muy Feliz Navidad!!! – salto a lo brazos del chico estrujándolo contra su cuerpo, ahogándolo.

- Feliz Navidad Sungmin – respondió palmeando su espalda y revoleando sus ojos

- ¿Cómo está mi hermano favorito? – pregunto estrujando sus cachetes, feliz de verlo, provocando que el menor se alejara.

- aaawwww – se sobo sus mejillas enrojecidas – bien, bien… - contesto con fastidio – ¿y tú? ¿Dónde esta tu familia? – cuestiono sorprendido de que no llegaran tras de sí, porque si, Sungmin no solo era perfecto, había encontrado a la esposa perfecta y ahora tenia los hijos perfectos.

- Están bajando los regalos – sonrió nervioso – pero yo quería venir primero para darle un abrazo especial a mi hermano favorito.

- Soy tu único hermano Sungmin… - contesto revoleando sus ojos, sin poder entender la emoción del joven

- y aun así eres mi favorito – llevo su mano a su pelo y lo despeino por completo - ¿y el quien es? – pregunto mirando con un poco de desconfianza al joven alto que los miraba atento, Sungmin no era posesivo ni celoso, pero cuando se trataba de su hermano menor, se transformaba por completo, odiaba que los chicos se acercaran tanto a él y mucho más si no los conocía.

- Él es Choi Minho… nuestro primo – las últimas palabras lograron relajarlo un poco.

- aaahhhh ¡Minho! ¿Tú eres el pequeño Minho? – cuestiono mirándolo como si de un objeto se tratara – ¡realmente has crecido! ¿Cómo está la tía Taeyeon?

- bien… ella está bien - respondió cortante llamando la atención del menor, durante toda la noche el morocho había sido más que amable con todos y esa contestación parecía más propia de él que del alto.

- que bueno… - dijo su hermano tratando de llenar el silencio que se había producido – Taeminnie, voy a buscar a mamá y papá… estoy ansioso porque veas mi regalo… realmente espero que te guste – le dedico una ultima sonrisa sincera y se fue.

- fffuuuuu – suspiro el níveo relajándose, la verdad era que no odiaba a su hermano y en realidad lo quería mucho, pero su actitud radiante todo el tiempo lo alteraba.

- Lamento mi reacción – hablo avergonzado el alto sin despegar su mirada del suelo – no quise ser grosero con Sungmin, pero nunca nos llevamos muy bien –

- eso si que es extraño… ustedes parecen llevarse bien con todos – dijo eso ultimo rodando los ojos

- Cuando éramos chicos, el parecía siempre fastidioso conmigo… nunca entendí bien porque… -

- ¿de verdad? pocas veces lo eh visto enojado… debiste hacerle algo – respondió pensativo

- puedo llegar a imaginarme algo… - hablo el alto mirándolo fijo – pero no estoy seguro.

- supongo que lo van a resolver… son muy similares, además son las personas más insoportablemente amables que conozco – levanto sus hombros en señal de indiferencia.

- ¿no te cae bien Sungmin?

- mmmm – se debatió unos segundos – yo no diría que me cae mal, es insoportable y mis padres lo idolatran, pero es mi hermano y en el fondo lo quiero… solo no soporto su actitud

- ¿Cuál actitud? – cuestiono inquieto

- esa… la de “todos me caen bien y soy perfecto” – hablo imitándolo, ganándose la risa del alto.

- no me parece perfecto – expreso aun con algo de risa

- porque no estuviste más tiempo con él… tooooodooooo brilla en Sungmin… - dijo alargando las letras y rodando los ojos - es insoportable

- no dijiste que se parece a mí… ¿tampoco te caigo bien? – pregunto algo inseguro  

- tus padres no son mis padres… - aclaro levantando su ceja – creo que si vivieras con ellos lo entenderías.

- eso no responde la pregunta ¿te caigo bien? – el chico no supo bien porque la pregunta de repente le resulto crucial

- mmmm… algo – respondió pensativo

- ¿algo? -

- si… algo… tampoco me gusta que sepas todo de todos… pero eres gentil y generoso, eso me gusta y te interesa por mí – una pequeña sonrisa inconsciente se dibujó en su rostro

- eres una persona muy particular Taemin… - el morocho dio un paso al frente acercándose para mirarlo directo a los ojos - algo de ti me llama poderosamente la atención y no puedo descubrir bien que es –

- tal vez deberías pasar más tiempo conmigo hasta descubrirlo… - contesto el níveo algo nervioso tratando de sonar interesante.

- tal vez… - el sonido de un cristal siendo golpeado llamo la atención de los presentes sacándolos una vez más de su burbuja.

- Buenas noches, muchas gracias a todos por venir – hablo su tía Sunny que portaba un elegante vestido largo – espero que todo este siendo de su agrado, en unos minutos vamos a estar sirviendo la cena así que los invito a tomar sus lugares en la mesa principal – y con un movimiento de manos señalo el salón continuo que tenia una larga mesa servida con bajilla de cristal y cubiertos de plata. Taemin nunca había visto algo así, encandilado por el lujo dio unos pasos adelante hasta que fue interceptado por sus padres.

- Cariño… ven con nosotros, tu padre estaba ansioso por hablar contigo – dijo su madre tomándolo del brazo logrando sacar al chico de su letargo. El castaño busco con su mirada a su primo, pero este parecía haber desaparecido. Resignado siguió a su madre hasta donde lo guiaron. Frente a él se sentó su hermano y a su lado su padre. La comida no tardo en llegar y pronto todos se encontraban envueltos en un agradable ambiente… todos menos Taemin.

- ¿Así que tu empresa subió sus acciones? – pregunto Jinki a su hijo mientras cortaba su comida.

- Pa… es navidad, no quiero hablar de trabajo… ¿Por qué no nos cuenta Taemin como va en la universidad?

- le va bien… es arte – hablo restándole importancia – pero dinos ¿cómo es el nuevo producto que quieres sacar al mercado? Tu madre dijo que era el mejor invento después de internet – eso hizo reír al mayor.

- mamá exagera como siempre – dijo avergonzado – solo es un dispositivo para poder controlar las cosas desde el celular… no es nada del otro mundo.

- ¿puedes lavar la ropa desde el sofá? – pregunto la mujer tratando de dar énfasis a la idea

- si… puedes hacerlo desde otro país… - respondió rodando los ojos, porque realmente no le gustaba alardear, pero sus padres no parecían poder entenderlo.

- brillante – acoto Jinki tomando la mano de su esposa, orgulloso.

- y tu Taeminnie… ¿Cómo va escenografía? La ultima vez que hablamos me dijiste que estaba difícil – cuestiono interesado

- mal… voy a tener que re cursarla – respondió sin importancia aun con la mirada fija en su comida.  

- ¿Cómo? – inquirieron sus padres al unísono, el castaño los miro confundido.

- ya les había dicho la semana pasada… ¿no me escuchan cuando hablo? – pregunto irritado

- ¿Qué modo de hablar es ese jovencito? Te hicimos una pregunta ¿Cómo es eso de que vas a re cursar? Lo único que haces es estudiar, ni siquiera tienes trabajo, como puedes fallar – hablo taxativo.

- lo siento… no siempre es tan fácil – dijo por primera vez dejando su comida a un lado y levantando la mirada.

- tu hermano a tu edad estaba terminando la carrera, trabajaba y ya salía con Sa Eun –

- papá – susurro Sungmin tratando de calmarlo, logrando que viera la mirada de su esposa y su propio hijo, sus ojos estaban cristalinos.

- lo siento… - se disculpo desviando la mirada, era navidad y lo último que quería era eso – no debí reaccionar así, es que me preocupas Taemin… a veces pareciera que no sabes el rumbo de tu propia vida.

- y crees que es fácil para mí – respondió el níveo enojado y frustrado de la reacción – crees que me gusta desaprobar o no conseguir trabajo o incluso que no me quieran – de sus ojos comenzaron a salir lágrimas de frustración e impotencia que rápidamente fueron limpiadas. Los cuatro comensales quedaron en un total silencio, cada uno mirando su plato, pero sin poder probar bocado.

- Bueno… - hablo Jesica con vos dulce – se que ambos dijeron cosas que no querían decir, pero es navidad… podemos dejar estas discusiones para otro momento – el comentario de su madre solo logro humillarlo aún más, no solo lo ninguneaban y le decían cosas horribles, ahora tenia que hacer como que nada había pasado.

- claro mamá… voy a esconder mis emociones para que no los moleste, no te preocupes – las campanadas que indicaban las doce de la noche comenzaron a sonar en todo el lugar provocando que los invitados se levantaran de sus sillas y comenzaran a brindar – ah… Feliz Navidad – el níveo se puso de pie, levanto su copa con una sonrisa irónica en sus labios y lágrimas en sus ojos, sorbio de ella y se fue del salón sin mirar atrás.

Taemin atravesó los cuartos a toda velocidad hasta llegar a la puerta de salida de la cocina. Sin dudarlo la atravesó para encontrarse de lleno con el frio exterior. El cambio de ambientes hizo temblar al joven, pero después de la discusión que había tenido, no tenía humor para estar ahí adentro. Afuera, la temperatura ya había bajado lo suficiente para que nevara. Pequeños copos de nieve se depositaban en las copas de los árboles regalando un hermoso paisaje invernal. El castaño entre la nieve avanzó hipnotizado por la imagen hasta quedar completamente expuesto a ella, con la luna iluminando sus pasos, trato de tomar uno de los copos que caía con la punta de sus dedos. Siempre había sentido una especie de conexión con el agua y ver como ellos se derretían al contacto con su piel era todo un espectáculo.

- ¿no tienes frio? – cuestiono una vos grabe que hoy había conocido bien.

- Minho- exclamo dirigiendo su mirada al joven que ahora se acercaba a él – no me di cuenta de que estabas aquí… - dijo bajando su cabeza, odiaba pelearse con su familia, más en esa época del año, porque a pesar de su actitud y de lo que hacía, era un Lee y la Navidad era importante para el. 

- Te seguí – confeso avanzando sobre la nieve hasta quedar justo frente a él – vi tu discusión con tus padres – el castaño sonrió aun sin levantar su cabeza

- no es problema… ya se me va a pasar, son solo tonterías – tímidamente levanto su vista encontrando esos ojos oscuros mirándolo penetrante

- no creo que sea una tontería si te hace llorar… - con su dedo atrapo una lagrima rebelde que se escapaba de sus ojos - te vas a congelar si sigues aquí… - antes de que el castaño pudiera reaccionar extendió sobre sus hombros un abrigo que tenía en su brazo – así está mejor – sonrió inconscientemente. El corazón de Taemin comenzó a latir a toda velocidad.

- ¿Por qué eres tan amable conmigo? – cuestiono confundido – lo único que hago es molestar a la gente – el alto levando su mano y la llevo a su mejilla acariciando su piel, la sensación le envió miles de sensaciones a todo su cuerpo, haciéndolo temblar, le habían gustado cientos de chicos a lo largo de su vida, pero Minho era especial, era la primera persona que le había robado el aliento y lo hacia temblar de esa forma.   

- tu piel es tan suave… – sus ojos se conectaron haciendo temblar sus corazones – estaba ansioso por volver a verte, pero no pensé que me sentiría así.

- ¿así como? – pregunto el meno perdido en esa atmosfera que los rodeaba, una sonrisa se volvió a dibujar en el morocho como si la pregunta estuviera de más.

- Feliz Navidad Taemin -  dijo tomando con más fuerza esa mejilla que aun sostenía para acercar sus labios al otro y comenzar a besarlo. Por unos segundos el níveo no pudo reaccionar por la sorpresa, pero cuando se dio cuenta lo que estaba sucediendo, paso sus brazos por sobre sus hombros y lo correspondió. Juraría que había visto fuegos artificiales adentro suyo, porque besar a Minho era una de las mejores experiencias que había tenido en toda su vida. Parecían haber nacido para eso, como si hubieras sido creados el uno para el otro, sus bocas se unían una y otra vez creando una sensación única, disfrutando del contacto, deleitándose en la sensación y el calor del cuerpo ajeno no hacía nada más que mejorar aún más la sensación. Jugaron con las sensaciones que brindaban sus labios un poco más hasta que lentamente la falta de aire fue deteniéndolos. El níveo se despego reposando su frente en la ajena, manteniendo sus ojos cerrados, tratando de extender, aunque sea unos segundos más, la sensación en su cuerpo. Pausadamente abrió sus ojos hasta encontrarse con los ajenos pegados a los suyos, dibujado inconscientemente una sonrisa.

- ¿Por qué…? – comenzó una pregunta que no sabía a donde iba.

- Me encantas Taemin… me gustas mucho – el alto paso sus manos a la cintura del chico para acercarlo aun más a su cuerpo – y por tu beso creo que también te gusto – El castaño estaba demasiado impactado para poder responder algo – cuando éramos chicos solo quería venir a estas fiestas para poder jugar contigo, pero nunca me imaginé que me generarías todo esto cuando te viera otra vez, eres muy hermoso.

- no me conoces…  – respondió algo entristecido, pensando que alguien tan bueno como Minho no debía estar con alguien como él – no sabes como soy, te cansarías de mi muy rápido, eres demasiado bueno para mí, además, somos parientes, esto no se puede – el morocho solo reacciono acercando aun más su cuerpo al de él, aferrando esa pequeña cintura.

- tu tampoco me conoces Lee Taemin ¿no crees que me estas juzgando muy a la ligera? Es imposible que sepas lo que es bueno o no para mi… - lentamente se acercó más a su cuerpo,  cerrando sus ojos y olio un poco el perfume de su pelo dejándose envolver por las sensaciones que esto le provocaba – No sé si esto funcionaria o no… pero puedo asegurarte que no me voy a cansar de ti – se despego un poco volviendo a recobrar el contacto con sus hermosos ojos avellanas.

 - ¿Qué sugieres entonces? – cuestiono el castaño pegándose aun más a su cuerpo

- conozcámonos mejor, veamos a donde nos lleva lo que sentimos, porque estoy seguro de que esto no es algo solo mío – los cachetes del níveo se colorearon con esa afirmación porque sabía que tenía razón.

- entonces que dices ¿que salgamos? pero eso no se puede… - dijo pensando en su parentesco

- tu mismo dijiste que nuestros hijos no serían monstros – roso juguetón su nariz con la del contrario – además, eso no te detuvo a coquetearme durante todo el día – una sonrisa inconsciente se dibujo en el castaño al sentirse descubierto - ¿Qué dices… quieres salir conmigo Lee Taemin? – El níveo volvió a levantar su mirada para conectarla nuevamente con el alto, y de repente todas sus excusas y sus objeciones dejaron de tener valor, porque estar en los brazos de ese morocho que le había robado el aliento era lo único que necesitaba para estar feliz. 

- Feliz Navidad Choi Minho – y dicho eso acerco nuevamente sus labios para iniciar un nuevo beso que no seria ni el ultimo del día ni el de sus vidas, porque mientras los brindis, los regalos y la fiesta continuo adentro como si nada, esa noche en esa fría nieve dos personas habían cambiado su historia para siempre.   

Notas finales:

Feliz Navidad y Feliz 2018 Shawols


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