Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perdona si digo que te amo por Parepi_

[Reviews - 196]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cristina examinó a Tatiana con su mirada por unos segundos para luego sonreír satisfecha.

– Eres tan predecible.

– No… –titubeó un poco antes de seguir hablando– ¿No te parece…raro?

– ¿Raro? Why?

– Pues, es una mujer, estoy enamorada de una mujer.

– ¿Y qué? Yo no le veo lo raro.

– Pero-

– ¿Te gusta?

– S-Sí…

– ¿De verdad?

– Sí.

– ¿Y cuál es el problema entonces?

– No es lo…común. Ante la vista de los demás esto es algo raro.

– Esto no es raro, solo es amor. ¿Qué tiene de malo enamorarse? Si es alguien del mismo sexo o no, al final, ¿no es el amor que tienes hacia esa persona lo que cuenta?

– Pero…¿no te incomoda?

– Al contrario, me fascina –confesó con una sonrisa–. Un amor tan fuerte que es capaz de sobrepasar las barreras del género, realmente admiro a quien que es capaz de amar de esa manera.

Tatiana pudo sentir como un gran peso se le quitaba de encima y en su lugar era reemplazado por una grata sensación de alivio.

– Gracias –susurró sonriendo.

– No hice nada aún para que me agradecieras –contestó riendo por lo bajo–, agradéceme después de que te haya ayudado a estar con Emily.

– ¿A…estar…con…Emily? –repitió incrédula– ¿De qué hablas?

– ¿No es obvio? –pasó su mano por sus hombros– ¡Empezaremos un plan de conquista ya!

– ¡E-Espera! ¿Estás loca? ¡No podemos hacer eso!

– ¿Acaso no quieres estar con ella?

– Sí, pero…

– ¿Y por qué dudas entonces?

– A ella… –desvió la mirada al piso y su semblante se tornó melancólico– A ella le gusta Joseph, saldrán este fin de semana.

Wait, ¿Joseph? ¿Ese alto simpático de ojos verdes?

– Ese mismo.

– ¿Cómo sabes qué saldrán?

– Los escuché de casualidad.

– ¿Y Emily dijo que le gustaba Joseph?

– Sí, bueno no –negó para sí misma–. No lo sé, solo llegué a escuchar cuando aceptó salir con él.

– ¿Y por qué asumes que le gusta si no lo dijo?

– ¡Aceptó salir con él! Si aceptó es porque le atrae de cierta forma.

Cristina miró confundida a su amiga e hizo memoria un poco de memoria: recordaba a Emily y a Joseph y como se comportaban cuando estaban juntos. Era cierto que parecían bastante unidos, pero podía jurar que Emily más de una vez la asesinó con la mirada cuando abrazaba a Tatiana, era más que obvio que estaba celosa. Algo no encajaba en todo eso, pero no tenía idea de qué era.

– Tatiana, ¿podrías contarme toda la conversación que escuchaste de Emily y Joseph?

– Claro, pero, ¿para qué?

– Quiero confirmar algo.

Tatiana demoró entre unos 20 y 30 minutos en terminar de contar todo que había llegado a escuchar de la charla de Emily y Joseph puesto que Christina la interrumpía de vez en cuando para preguntarle un par de cosas. Al terminar, ambas se quedaron en silencio; Christina cruzada de brazos y una mano en su mentón, y Tatiana observándola expectante y curiosa.

I think… –comenzó a decir– I think I finally understand what happen.

And what it is?

Well, maybe he’s trying-

Wait, in spanish please –la cortó–. Mi inglés no es muy bueno.

– Bueno –continuó luego de reír ligeramente–, pienso que a Emily en realidad no le gusta Joseph, solo accedió a salir con él porque no quería hacerle daño.

– No creo que Emily haga algo como eso, ella ya se ha negado a salir con varias personas antes –dijo rodando los ojos.

– Pero Joseph es su amigo de la infancia, hay un cariño especial, y probablemente él quiere hacer el típico probar y degustar.

– ¿Qué es eso?

– Es como dice, solo probar. Quiere tener una cita con Emily para que ella vea como sería si ellos fueran pareja, eso le da más chance en tener alguna oportunidad con ella.

– Mmm… –se perdió en el mundo de sus pensamientos unos segundos– ¿Y si le dice que sí?

Game over for us –suspiró–, pero dudo mucho que le diga que sí.

– ¿Por qué lo dices?

– ¿No te has dado cuenta?

– ¿Darme cuenta de qué?

Cristina la miró y levantó una ceja, no creyéndose para nada lo que Tatiana estaba diciendo, pero cuando vio la confusión en su rostro entendió que ella realmente no tenía idea de nada. Sus azules ojos la observaron incrédula por un par de segundos, pero luego negó con una sonrisa.

– No, nada –contestó riendo–, olvídalo.

– No te entiendo.

– No necesitas hacerlo tampoco –posó su mano en su castaña cabellera–. Por ahora, ¿qué te parece si esperamos hasta la próxima semana para empezar el plan de conquista?

– ¿En serio haremos esto?

Of course! Esta semana nos dedicaremos a la observación, cuando haya pasado la cita de esos dos será cuando decidamos el próximo movimiento.

– No pienso ayudarte, no quiero meterme en problemas.

– Tampoco esperaba tu cooperación en esta parte del plan. No eres nada discreta ni disimulada a la hora de ver a alguien, ¿sabías?

– ¡Eso no es cierto! –exclamó. Era la segunda vez que le decían eso.

– Tranquila, luego te enseñaré un método para acosar a las personas y pasar desapercibida.

– Idiota –frunció su ceño–. Solo no hagas tonterías.

– ¡Confía en mí! –se paró de golpe del sillón y cogió su mochila para ponérsela al hombro– Deja todo en mis manos.

 – Eso no me tranquiliza nada.

Just trust me –repitió con una confiada sonrisa– Bueno, me voy ya, nos vemos mañana.

– Nos vemos.

Se despidieron con un gesto de manos y luego Christina abandonó el departamento.

Al quedar sola nuevamente, Tatiana se tiró de espaldas al sillón y miró el techo de su sala, una grata sensación la invadía y la hacía sonreír de forma inconsciente. Se sentía más segura, y sobre todo se sentía más libre, no estaba sola, ahora tenía el apoyo de Christina quien, a pesar de ser tener más energía de la que ella podía manejar, realmente había regresado en el momento exacto a su vida. Suspiró, expulsando en ese pedacito de aire una pizca de felicidad.

Christina, por su parte, seguía al otro lado de la puerta, apoyada sobre la pulida madera y con la mirada puesta en el piso, inundada en sus pensamientos. Posó una mano en su pecho y una melancólica sonrisa se dibujó en su fino rostro, negó para sí misma mientras empezaba a caminar y se pasaba una mano por su rubio cabello.

What the fuck am I doing?

Al día siguiente…

– ¡TAAATIAAANAAA!

– ¡No te me pegues desde tan temprano!

Trataba de alejar como podía a Cristina, pero no servía de mucho dado que ésta estaba pegada como sanguijuela a su cuello. En medio de sus jaleos, Christina subió su azul mirada y sonrió de manera ladina al percatarse que eran observadas.

– Parece que a alguien no le gusta que me te abrace demasiado –susurró en su oído.

– ¿Qué? –giró como pudo su cabeza y posó sus mieles ojos en donde suponía estaban puestos los ojos de la rubia, topándose por un milisegundo con los azules y oscuros ojos de Emily antes de que ésta volviera la mirada a su libro.

– ¿Por qué no vas a hablarle?

– No hay nada que tenga que decirle –contestó haciendo una mueca de incomodidad.

– Solo saca cualquier tema de conversación –la animó–, después la conversación fluirá sola.

– No creo que sea buena idea.

– ¿Por qué? –se separó de ella y la miró a los ojos con el ceño fruncido– ¿Pasó algo?

– Bueno…–ladeó su cabeza de un lado a otro mientras evitaba la expectante mirada de su amiga– en realidad, hay algunas cosas que no te he contado aún.

– ¿Y son esas cosas la que te impiden hablar con ella? –la ojimiel asintió, Christina no tardó en separarse y asentarle un golpe en la cabeza.

– ¡Au! –se quejó llevando sus manos al lugar del golpe– ¿Por qué la agresión?

Stupid girl, why do you don’t tell me all story?

– Nunca pediste la historia completa –contestó desviando la mirada con el ceño fruncido–, y tampoco se dio la oportunidad, te fuiste antes de que podamos hablar más de…eso.

– Tú solo debiste decirlo –suspiró negando para sí misma–. Hoy, en el recreo.

No necesito nada más, Tatiana solo asintió entendiendo que más tarde iba a tener una larga charla con Christina, y comenzó a prepararse mentalmente para lo que se venía.

El tiempo se pasó más rápido de lo que esperaba y, ante de darse cuenta, la campana que anunciaba el inicio del recreo ya estaba sonando.

– ¡BIEN! ¡HORA DE IR A LA CAFETERÍA Y APROVECHAR QUE HOY ESTÁN VENDIENDO PIZZA! –gritó David levantándose con emoción.

– Recuerda que me debes una pizza por ganarte en el FIFA –Fernanda se acercó a David y apoyó una mano en su hombro–. Estaré esperando ansiosa.

– No te preocupes, te daré tu pizza, tomé la billetera de Antonio esta mañana, él invita hoy –dijo mostrando dicho objeto con su mano derecha.

– Espera, esa enserio es mi… – Antonio revisó tanto los bolsillos de su pantalón como los de su chaqueta– ¡Idiota! ¡Devuélvemela!

– ¡Rápido! –comenzó a dirigirse a la puerta con pasos agrandados ignorando completamente Antonio– ¡Tenemos que ir antes de que se acaben las pizzas!

– ¡Ni hablar! –Fernanda le siguió los pasos, aunque ella estaba prácticamente corriendo– ¡Hoy me das mi pizza sí o sí!

– ¡Oigan! ¡Devuélvanme mi billetera!

Los tres abandonaron el aula dejando atrás las risas de las personas que habían presenciado lo que acaba de suceder.

– Madurez total –comentó Camila mientras reía–, ¿vamos yendo también?

– Claro –respondió Marcelo–, yo también quiero algo de pizza.

Sorry, Tatiana y yo tenemos que hacer algo antes, vayan yendo ustedes.

– Vale, pero no se demoren si quieren llegar a tener algo de pizza –comenzó a caminar junto a Marcelo hacia la salida del salón–, nos vemos al rato.

Se despidieron con un gesto de manos y luego abandonaron el aula; Tatiana y Christina esperaron un par de segundos antes de abandonar también ellas el salón. Subieron un piso y caminaron por el largo pasillo hasta llegar al final, ahí Tatiana se paró frente a una puerta y, luego de comprobar por la pequeña ventanita que no había nadie dentro del aula, la abrió.

– Aquí estará bien, esta aula solo se ocupa de vez en cuando como un almacén.

Entró primero Christina y luego Tatiana, quien se aseguró de cerrar bien la puerta tras de sí. La rubia se dio media vuelta y posó sus ojos sobre los mieles de Tatiana.

– Entonces, ¿empezamos?

No obtuvo respuesta inmediata, en vez de formular alguna respuesta Tatiana solo desvió la mirada al piso, fingiendo interés en la punta de sus zapatillas. No tenía idea ni de cómo empezar, ni por donde comenzar, había tantas cosas pasando en su mente que ordenarlas estaba resultando bastante complicado. Recordaba todo lo que había pasado, y le parecía increíble como es que en tan poco tiempo su vida había cambiado tanto, como había sentido tantas cosas y como nuevas personas estaban llegando a su vida.

Hey, take off your clothes, or… You prefer I am doing for you?

Las manos de Christina estaban puestas sobre los hombros de Tatiana mientras que su boca estaba a solo un centímetro de su oreja. Y en un afán de molestar más a la ojimiel, resopló despacio sobre su cuello. Tatiana se sonrojo de sobremanera y se separó al instante de Christina, retrocediendo varios pasos hasta que su espalda chocó contra la pared.

– ¡¿Q-Qué demonios estás haciendo?! –preguntó con el ceño fruncido y la mano sobre la piel erizada de su cuello.

– Es que parecías muy tensa –respondió sonriendo inocente–, relax my love.

– ¡Pues ahora estoy menos relajada que antes, idiota!

– ¿Entonces qué te parece un masaje? Podría comenzar con tus pechos –simuló que apretaba algo con sus manos –, Luego tu espalda y bajar hasta tu-

– ¡No pienso dejar que me toques, maldita pervertida! –gritó notablemente sonrojada.

Christina estalló en risas y, aunque al principio su ceño permanecía fruncido, pronto Tatiana se contagió y comenzó a reír con ella.

– Entonces, ¿ahora si me vas a contar que ha pasado?

– Sí…pero puede que tome algo de tiempo.

– Siempre podemos saltarnos una que otra clase, así que comienza.

Tomó un poco de aire antes de empezar a hablar. No le ocultó nada, se lo dijo todo tal cual pasó, no omitió los besos, ni los llantos, nada. Soltó absolutamente todo. Cuando acabó miró a Christina quien se encontraba mirando el suelo, pensativa. No dijo nada, iba a esperar que procesara todo lo que le había contado y se decida a hablar, y aunque la espera no fue más que unos dos minutos, a Tatiana le parecieron una eternidad.

– Tatiana.

– ¿Qué?

– Eres una idiota.

– …… ¿Qué?

– ¡Que eres una idiota! –repitió esta vez mirándola a los ojos – Stupid, idiot!

– ¿Pero por qué? –preguntó frunciendo el ceño.

– ¡Era obvio que ella también gustaba de ti! ¿Cómo no lo has notado?

– ¿De qué estás hablando?

– De lo que todos ya saben: Emily está enamorada de ti.

– Claro que no, ¿de dónde has sacado esa idea?

– ¿Hay otra razón para que se deje besar por ti o intente besarte?

– Ya te dijo que todo eso era por el momento –desvió la mirada–, no es como si yo le gustara o algo así.

– En serio eres tonta –suspiró mientras negaba–. ¿Realmente pensaste que te confesaría que está enamorada de ti?

– No lo hizo porque no está enamorada de mí.

– Que terca que eres –frunció el ceño–. Lo pondré de otro modo: Si alguien te preguntara de quién estás enamorada, ¿le confesarías a esa persona que te gusta Emily?

– Por supuesto que no, no es algo que pueda decir así como así.

– Y si esa persona fuera Emily, ¿le dirías que estás enamorada de ella?

– No hay manera de que pueda hacer eso –susurró–. Tendría miedo a que se aleje y que nuestra amistad se arruine.

– ¿Y no crees que Emily pudo pensar lo mismo?

Tatiana se quedó callada mientras miraba el piso, pensativa.

– ¿Ya te diste cuenta?

– No quiero hacerme falsas ilusiones –negó para sí misma, realmente no quería tener esperanzas en algo que parecía imposible.

– Eso es lo mismo que decir que te estás rindiendo.

– Solo quiero volver a hablar con ella –confesó con los ojos vidriosos–, quiero poder estar con ella y verla sonreír, quiero que me miré a los ojos y diga mi nombre, incluso si no siente nada, o aunque se enamoré de alguien más, quiero ser capaz de estar a su lado.

– Terminará matándote.

– Pero moriré feliz.

Cristina se quedó en silencio viendo con algo de pena el dolor reflejado en el rostro de Tatiana. Odiaba verla así, tan triste y apagada, y lo peor era que no tenía idea de qué hacer para hacerla feliz de nuevo. Solo tenía una cosa clara: la única que podría devolverle su sonrisa era la misma quien se la había quitado. Sin embargo, no quería ceder. Por al menos una vez quería ser ella quien hiciera reír a Tatiana, quería ser ella esta vez quien la consolara y la hiciera feliz.

– ¿No sería mejor olvidarla?

– Sería más fácil de esa manera, pero –la miró fijamente y con una triste sonrisa– ¿Cómo se olvida a alguien que simplemente no sale de tu cabeza?

– Creo…saber cómo hacerlo… –se acercó a Tatiana con algo de duda y posó su mano sobre su mejilla con tal delicadeza que parecía que estuviera por tocar una taza de porcelana bastante frágil– Solo tienes que encontrar a alguien más en quien pensar.

– Es más fácil decirlo que hacerlo –mofó irónica mirando nuevamente el suelo–. No es como si pudiera elegir de quien enamorarme.

– ¿Quieres intentarlo?

Levantó la mirada confundida y posó sus mieles ojos en Christina, quien la observaba de una manera tan intensa e indescriptible que, por un momento, Tatiana sintió como se le cortaba la respiración.

– ¿Intentarlo? ¿De qué hablas?

– ¿Quieres intentar enamorarte de alguien más?

– ¿De quién?

– ¿Acaso no es obvio? –se acercó lentamente a su rostro– Estoy hablando de mí, idiot.

– ¿C-Christina? –sus mejillas se ruborizaron al sentir el cálido aliento de la rubia sobre sus labios– ¿Qué haces?

– Déjame intentarlo –susurró a tan solo cinco centímetros de su boca–. Haré que te enamores de mí.

Notas finales:

Disculpen la demora, la universidad simplemente no deja tiempo para nada, y ando tan cansada últimamente que cuando intento editar los capítulos termino dormida sobre el teclado uu  
Procuraré actualizar cada viernes o sábado, pero al menos tendrán un cap cada semana <3
Gracias por su paciencia, espero que el capítulo les haya gustado. 

¡Nos leemos pronto! nn


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).