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Perdona si digo que te amo por Parepi_

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Notas del capitulo:

Wuenaas, ¿qué tal?

Espero que hayan pasado un bonito 14 junto a las personas que quieren<3

Sin más, espero que disfruten del cap<3

Estaba inquieta.

No sabía la razón, pero algo en su pecho simplemente le incomodaba.

Su pie se movía cada vez más rápido contra el piso y su mirada se desviaba del entrenamiento hacia el camino que llevaba al edificio principal.

Ni Emily ni Christina daban indicios de aparecer, y ya llevaban un buen rato en el baño, si es que de verdad habían ido allí. Ryan tampoco se aparecía, según le dijeron los chicos cuando se acercaron a tomar agua, el subcapitán tenía que tomar un medicamento y se retiró un rato a la enfermería.

No se lo creía.

Miró por décima vez el camino por donde los tres habían desparecido, pero, otra vez, ni una sola alma parecía volver por ahí. Chasqueó la lengua con fastidio, pero el bullicio de alrededor logró hacer que su molestia no se oyera. Aunque solo se encontraba con Camila en ese momento, pues Fernanda y Joseph se habían ido a ver el entrenamiento del club de fútbol para ver a Antonio, aunque dejaron sus cosas diciendo que volvían en un rato.

— Se están demorando, ¿no? —dijo Camila alzando un poco la voz para ser escuchada— Emily y Christina, me refiero.

No se esperaba la repentina charla, pero aceptaría cualquier cosa que lograra hacerla ignorar la injustificada ansiedad que estaba sintiendo.

— Sí, llevan buen rato en el baño.

Por un momento la conversación murió, no había nada más que comentar al respecto, pero la ansiedad que estaba sintiendo Tatiana no pasó desapercibida por Camila, quien también estaba comenzando a tener malas pasadas de su imaginación acerca de lo que estaba sucediendo.

— Iré a verlas —soltó Tatiana poniéndose de pie—, a lo mejor alguna se ha puesto mal o algo.

— Vale, yo me quedo cuidando las cosas.

Tatiana asintió y comenzó a caminar, aunque en el primer pasó fue detenida de manera repentina por Camila.

— Están detrás del edificio de artes.

Se tomó dos segundos exactos para asimilar la información dicha por Camila. En un inicio quiso preguntar a qué se refería, pero la expresión seria de que tenía su amiga fue toda la respuesta que necesitó. Le surgieron muchas más dudas acerca de cómo Camila sabía eso y si también sabía de lo que pasaba con Ryan, pero no verbalizó ninguna, ya habría otro momento para ello. En su lugar, dio un suave asentimiento y un tácito gracias, luego partió con más prisa que antes.

•     •     •

Emily no recordaba muchas ocasiones en que haya sentido miedo nato ante algo. Cuando pensaba ello se le venían situaciones que ella misma calificaba como banales: encontrar algún insecto en su cuarto, ver una película de terror en la madrugada, algún que otro vídeo de Dross con screamers. Podría decir que el sentimiento era un poco similar a cuando su padre le pegaba, pero multiplicado por cien. Lo que estaba sintiendo en ese momento era terror, estaba asustada del hombre delante de ella y de lo que podía hacerle.

Ryan le estaba agarrando con brusquedad del cuello y de los cabellos. Su mirada, la que solía mostrar amable, ahora mostraba su verdadera naturaleza psicópata. El rubio seguía amenazándola mientras mantenía la cínica sonrisa en el rostro.

El corazón le palpitaba con fuerza, sentía sus extremidades arder y su respiración agitada. Relacionó todos aquellos cambios fisiológicos con la situación en la que estaba, pero no iba a dejar que Ryan viera que estaba asustada. Prefirió mostrarse molesta, dejar salir toda la ira que había acumulado por el rubio a través de sus ojos.

— ¿Aún no me dirás que sí?

— Púdrete.

Ryan no se tomó bien la respuesta, pues zarandeó con fuerza a Emily como si se tratara de un trapo. No por nada era el subcapitán del equipo de básquet, era alto y fornido, al menos eso no era una mentira en su persona. Sin embargo, aquello no parecía intimidar a Emily, y eso solo lo hacía enojar más.

Por un momento Emily se sintió aliviada cuando Ryan soltó al fin su cabello, pero en cuanto notó como alejaba su mano supuso que lo que venía a continuación no era mejor. Dejó de sujetar el brazo que el chico tenía en el cuello de su camisa y se cubrió la cara con la mayor rapidez que pudo para apaciguar el golpe que se venía.

El golpe llegó dos segundos después, aunque ella no sintió nada; al contrario, se liberó del agarre de Ryan con brusquedad. Confundida, dejó de cubrirse para ver lo que pasó. Ahí estaba Tatiana frente a ella, agitada y despeinada, pero con una ira que se podía sentir a kilómetros.

— ¿¡Se puede saber qué mierda te pasa?!

La pregunta, obviamente, no era para ella, sino para el chico se encontraba ahora en el suelo con la muñeca cubriendo su nariz. Emily supuso que Tatiana llegó asestando un golpe directo en la cara del chico.

Ryan tardó un poco en levantarse, el derechazo de la ojimiel lo había dejado atontado y con la nariz doliéndole a gritos. Comprobó que no estaba sangrando y se levantó. Cuando posó sus ojos en Tatiana la miró con odio, como maldiciéndola por haberse metido en donde nadie le llamaba.

— ¿Tú no deberías estar cuidando las cosas de tu novio?

— Vete al infierno imbécil.

— ¿Es esa la manera en que le hablas a tu pareja? Que mal me siento —se burló tocándose con fingida pena el corazón, pero su broma no duró mucho porque su mirada volvió a llenarse de ira—. No te metas en esto, no tiene nada que ver contigo.

— Tiene que ver todo conmigo. El trato era que no la metieras en esto.

— Fuiste tú la que la metió y me quisiste ver la cara de imbécil. Agradece que en cuanto me di cuenta no publiqué su asquerosa foto —caminó hasta estar frente a ellas, Tatiana le seguía con la mirada asegurándose de cubrir a Emily a sus espaldas—. En su lugar, pensé en algo que podría beneficiarnos a todos, pero repito: no tiene que ver contigo, así que lárgate.

— Y un carajo me largaré, no dejaré que te le acerques.

— Creo que ninguna de las dos recuerda que no están en posición de negarse a lo que les digo —mostró la imagen de ambas que tenía en su celular con una soberbia sonrisa. Tatiana dudó un poco al verla, pero Emily dio un paso firme.

— Puedes hacerla pública si quieres, no me interesa —Tatiana la miró con sorpresa, pero Emily le dio una rápida una sonrisa para tranquilizarla y volvió a mirar seria al chico.

— Pues de seguro a tu padre sí que le interesaría esto.

— Di lo que quieras, pero no cambia el hecho que me da igual que publiques o no esa foto.

Irritado, Ryan dio un paso para acercarse a Emily, pero fue interceptado al instante por Tatiana quien, al igual que la ojiazul, le estaba mirando con todo el odio que había contenido todo ese tiempo. Por un momento el rubio dudó de si avanzar más, pero al darle un segundo vistazo a Tatiana y ver la diferencia de altura y masa corporal sonrió.

— ¿Tú realmente quieres pelear conmigo?

— Lo haré si vuelves a acercarte a ella.

Se mofó de ella y, aun manteniendo su arrogante sonrisa, alzó su brazo para poder tomarla de del uniforme y hacerla a un lado de un solo empujón. Sin embargo, no se esperaba que Tatiana reaccionara tan rápido y, a una velocidad que no fue capaz de seguir, usó la fuerza que él había empleado a su favor.

Ryan volvió a caer al piso, esta vez de espaldas y con tal brusquedad que logró quitarle el aire. Estaba desorientado, no entendía que era lo que acababa de suceder, pero no era el único, pues Emily también observaba la escena con sorpresa.

— Estudié artes marciales y defensa personal, no quieres meterte conmigo.

Incapaz de aceptar el resultado, Ryan se volvió a poner de pie y arremetió contra Tatiana, esta vez con mucha más fuerza y velocidad, pero volvió a ser repelido. Esto sucedió una y otra y otra vez; había logrado golpear algunas veces a Tatiana, pero al instante ésta se recuperaba y le devolvía el golpe.

En su último intentó pensó que podría noquearla de un golpe, pero no vio venir que Tatiana, en lugar de esquivarlo, tomaría su brazo y lo doblaría de tal manera que lo tuvo inmovilizado. Ryan hizo uso de toda su fuerza para evitar que los gemidos de dolor escaparan de su garganta, pero cada que Tatiana apretaba el agarre se hacía más difícil.

— Ahora me vas a escuchar tú a mí —habló Tatiana a sus espaldas—. Tú te vas a largar de aquí y nos vas a dejar tranquilas de una vez por todas a Emily y a mí. ¿Entendiste?

— Jódete —el agarre se apretó y sintió su brazo comenzar a doblarse—. ¡Mierda! ¡Ya! ¡Está bien, me voy!

Solo por gusto propio Tatiana dio una última apretada al brazo del rubio, logrando hacer que un chillido de dolor al fin se le escapara. Lo soltó empujándolo para adelante y haciendo que caiga sobre el césped. Ryan no tardó en ponerse de pie y tomar su brazo adolorido mientras miraba con odio a las dos chicas frente a ellas.

— Se arrepentirán de esto, se los prometo.

Y sin más palabras, Ryan al fin se fue.

Solo cuando lo vieron desaparecer por la esquina del edificio ambas pudieron volver a respirar con normalidad. Tatiana, quien se había mostrado calmada e impasible hasta ese momento, sucumbió ante el temblor de sus piernas y cayó sentada en el césped, miró sus manos temblar a la par que comenzaba a sentir el dolor de los golpes que habían logrado alcanzarla.

— Dios, hace tiempo que no peleaba así —susurró dejando escapar un tembloroso suspiro—, pensé que moriría.

Sus lamentos y quejidos se vieron interrumpidos por el fuerte abrazo que Emily le dio. La ojiazul también estaba temblando, aún asustada por todo lo que había pasado. Se aferró a ella con tanta fuerza que hizo que los golpes le dieran un poco más, pero no le importó. Aquel abrazo, tan ansiado y esperado, era el mejor analgésico que podía tener para su agitado corazón.

— Siento haber demorado en llegar —susurró hundiéndose en su cuello—. ¿Estás bien?

— Eres tú la que se enfrentó a ese idiota, ¿y me preguntas a mí si estoy bien? —solo cuando habló Tatiana notó que su voz también temblaba, como conteniendo las ganas de llorar.

— Yo estoy bien si tú estás bien.

— En serio eres un dolor de cabeza —deshizo el abrazo, solo lo suficiente para poder verla cara a cara. Los ojos de Emily estaban brillosos, pero tenía una genuina sonrisa—, pero te amo a pesar de eso.

Si antes no había sentido el nudo en su garganta, ahora sin duda lo hacía. Había pasado tanto tiempo desde que había escuchado a Emily decir que la amaba. Sí, se lo escribían con frecuencia, pero el escucharlo de ella mientras le veía sonreír y con los ojos brillosos era, por mucho, mil veces mejor. Su corazón volvió a agitarse, pero ahora por una buena razón.

— También te amo —contestó evitando llorar—, te amo mucho. Siento haberte hecho pasar por todo esto.

— No te disculpes, no es tu culpa —acarició su mejilla, Tatiana se acurrucó en su tacto—. Tan solo vuelve a decir que me amas, por favor.

— Te amo.

Emily se apresuró a besarla. Ya no le importaba nada, le daba igual si alguien las veía, les tomaba foto o las grababa. Lo único en que pensaba es cuanto había extrañado esos labios y cuánto quería besarlos.

El beso tomó por sorpresa a Tatiana, pero no demoró en corresponderse con fuerza. Acercó a Emily más a ella y continuó besándola hasta que el aire les hizo falta a ambas. Cuando se separaron se miraron a los ojos con una cómplice sonrisa en sus rostros.

— No importa lo que venga ahora, enfrentémoslo juntas.

— Hecho.

Estaban a punto de volver a besarse, ya habían olvidado por completo el lugar en el que estaban, pero una forzada tos cerca a ellas les obligó a volver a la realidad. Ambas giraron su cabeza hasta toparse con Christina a unos cuantos pasos de ellas. Daba la impresión de que llevaba ahí un rato, pero no se había atrevido a interrumpir antes.

— Disculpen por interrumpir su reconciliación, pero —levantó su celular y sonrió con autosuficiencia— tenemos a ese imbécil.

•     •     •

Cuanto más se alejaba del lugar, Ryan comenzó a sentir la consecuencia de todas las caídas que había tenido por culpa de Tatiana. Ya no era solo su brazo, sino gran parte de su cuerpo estaba adolorido. Maldijo en voz baja a ambas chicas, se habían atrevido a burlarse de él y desafiarlo. Pero ninguna sabía con quien se habían metido, les haría pagar por tratarlo como imbécil, aunque le costaría hacerlo mucho más.

— Solo esperen que llegue a mi casa, les haré la vida…

No pudo terminar su amenaza dado que, justo cuando doblaba para entrar por una de las puertas del edificio principal, chocó contra alguien que justo parecía ir al lugar de donde él estaba regresando. No estaba de humor para tratar en ese momento con nadie; aun así, puso la mejor cara que podía para la persona delante suyo.

— Ostia tío, lo siento, no te vi —Joseph lo miró apenado, pero en cuanto le dio otro rápido vistazo al rubio su semblante pasó a ser de preocupación—. Que cojo- ¿Qué te ha pasado?

— Nada, estoy bien.

— Bien mis huevos, estás demacrado. ¿Pelaste con alguien?

— No es nada, en serio —negó rápidamente—. ¿Qué haces aquí?

— Buscaba a Tatiana, la vi viniendo por aquí hace un buen rato y no tenía buena cara. Pensé que algo pudo haberle pasado.

— No sabía que eras tan amigo de Tatiana.

— No diría que somos tan amigos, pero sé que es buena amiga de Emily, así que quiero que esté bien.

El subcapitán vio en Joseph genuina preocupación por ambas chicas que había nombrado, era obvio que no estaba tan tranquilo como se mostraba.

En ese momento una idea cruzó por la mente de Ryan: ¿y si hacía que Joseph se pusiera de su parte en todo ese asunto de la foto? Si mal no recordaba, el pelirrojo tenía sentimientos por Emily desde hace tiempo. Si le ofrecía la oportunidad de estar con ella, entonces habría la posibilidad de que lo ayudara.

Antes hubiera descartado la opción al instante, pero ahora, estando cansado, alterado y sin muchas opciones sobre el cómo proceder, tomaría todo lo que pudiera.

— Oye, a ti te gusta Emily, ¿no?

— ¿Qué? —se mostró descolocado por el cambio tan abrupto de tema— ¿A qué viene esto tan de repente?

— Solo pregunto, creo que puedo ayudarte a estar con ella —notó un ligero interés en la mirada de Joseph y eso fue todo lo que Ryan necesitó para continuar—. Digamos que tengo cierta información que podría resultarte útil, pero a cambio quiero me ayudes también en algo.

Joseph no se mostraba del todo seguro, Ryan lo notó por su silencio y expectante mirada.

— ¿Qué clase de información?

— Oh, bueno, una que conseguí hace unos meses y a mí me ha sido bastante útil.

— Si me la muestras siento que sería más fácil tío.

Dudó por un momento, pero no creía que conseguiría nada del pelirrojo si es que no era directo con él. Era un gran riesgo el que iba a tomar, pero haría lo que mejor sabía hacer: manipular a las personas.

— Tienes razón —se acercó a Joseph y, con toda confianza, pasó un brazo por sus hombros y lo acercó para que viera de cerca su celular—, sería mejor si lo ves por ti mismo.

Cuando le mostró la foto de Emily y Tatiana examinó con cuidado la expresión de Joseph, pero, además del asombro inicial, no vio nada más en él. Y, en vista de que no planeaba decir ni comentar nada al respecto, volvió a retomar la palabra.

— Resulta que nos han gustado chicas que nos han visto la cara de idiotas todo este tiempo, pero tú y yo podemos cambiar eso con esto —agitó el teléfono—. Si jugamos bien nuestras fichas entonces podrás estar con Emily, y yo podré seguir mi feliz relación con Tatiana.

Joseph permaneció en silencio, y eso solo exasperaba al rubio.

— Suenas como si esto ya te hubiera servido a ti.

— Lo hizo —aseguró sonriente—, ¿de qué otra manera la princesa de miel me hubiera hecho caso si no?

El silencio volvió a apoderarse de ellos por un largo rato. Justo cuando Ryan pensó que la había cagado completamente, Joseph se giró hacia él con una sonrisa que le hizo devolver un poco la esperanza de conseguir su ayuda.

 

 

Notas finales:

Gracias por darse el tiempo de leer, significa mucho<3

Nos estamos leyendo otra vez en unos días :)

Cuidense gente bella<3


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