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Perdona si digo que te amo por Parepi_

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Notas del capitulo:

Bueenaas, lamento la demora. Retomé animes y el el estreno de TOH y Amphibia han tenido mi cabeza en otras xd

Tenkiu por la paciencia<3

En comparación al día sábado, el domingo se dio con mucha más tranquilidad. La mayor parte de los estudiantes decidió tomárselo con calma y reponer energías para el día siguiente, algunos otros terminaban tareas que habían pospuesto y unos pocos aún tenían la energía suficiente para salir a pasar el rato con sus amigos y familiares.

El grupo se había planteado juntarse también, pero algunos, como David y Camila, ya tenían planes con sus familias; otros, como Marcelo y Antonio, tan solo querían tirarse en sus camas el resto del fin de semana, y Tatiana tenía tarea pendiente. Por ello, la salida fue descartada y pospuesta para más adelante.

El domingo llegó a su fin con la usual rutina de la ciudad, la cual se daba un respiro todo el ajetreo diario también ese día. Sin embargo, pocos minutos antes de que el día acabara oficialmente, un chico hizo un primer clic en una red social. Y como todo en internet, los clics no tardaron en multiplicarse en cuestión de minutos.

Algo de interés se había vuelto viral mientras más de la mitad de la ciudad dormía.

•     •     •

Cuando llegó el día lunes la emoción de los pasillos parecía haberse apaciguado un poco, pero no lo suficiente para que el día escolar sea mucho más llevadero para los docentes. No obstante, parte del bullicio y cuchicheos que se daban en el pasillo no eran solo por el torneo del día sábado, sino por una foto que había comenzado a circular en internet.

No todos estaban al tanto de la foto, pero en cuanto llegaban y saludaban a sus amigos, el tema salía a flote y, como cualquier chisme, no tardaba en esparcirse cada vez más y más. Al inicio trataban de ser discretos sobre el tema comentándolo solo en sus círculos sociales, pero sus voces no demoraban en subir de tono mientras más personas iban llegando.

Sin embargo, cuando llegaron las dos chicas que aparecían en la foto, los murmullos poco a poco se fueron apagando. A medida que Tatiana y Emily se adentraban cada vez más en la institución, seguidas por Joseph y Christina a sus espaldas, más miradas curiosas y sedientas de chisme se posaban en ellas.

Se oían algunos susurros indescifrables y algunas risas poco discretas, pero también algunos llamados de atención por otros alumnos hacia aquellos que parecían burlarse desde las sombras. Aun así, ni Emily ni Tatiana prestaron atención a ninguno de ellos, y no porque no se percataron de lo que sucedía, sino porque querían evitar llamar más la atención.

Había sido la rubia la primera en percatarse de lo sucedido cuando revisaba las redes ni bien se despertó. No tardó en llamar a Tatiana y a Emily para avisarles que Ryan, finalmente, había movido su ficha, así que era momento de que ellas también movieran la suya. Por suerte, Christina ya tenía todo preparado, con un solo toque desde su celular en el momento exacto terminaría con el rubio.

Está de más decir que intentaron quitar la foto de las redes, y aunque pudieron tumbarse algunas cuentas y links, era un hecho que más de uno la habría descargado o tomado captura para seguir corriendo el chisme. En ese punto, ya no había más que podían hacer respecto a ese tema.

Christina les dijo que, si iban al colegio, tenían que estar preparadas para ser el centro de atención, aún más de lo que ya lo eran. Estaba la opción de faltar, claro está, pero Emily no lo haría tanto porque no podía como por orgullo; y Tatiana no iba a dejar que Emily lidiara con todo eso sola. Habían prometido afrontar todo juntas y eso es lo que harían.

El siguiente que se percató fue Joseph, quien no tardó en llamar a Emily y unirse en la llamada grupal que estaban teniendo. Tuvieron que escucharlo maldecir unos largos minutos, pero para cuando terminó y estuvo mucho más calmado sus siguientes palabras les dio a las chicas una nueva carta para usar contra el rubio.

— Les diré a mis padres lo que pasó, estoy seguro que hay una ley para toda esta mierda.

Tatiana y Christina no le entendieron al instante, pero Emily sí: Su mamá era jueza y su padre, abogado; sin duda ellos encontrarían la manera de hacer pagar al rubio por todo lo que hizo y darle la verdadera sanción que merecía. Joseph se despidió para ir a hablar ya mismo del tema, pero justo antes de colgar dudó.

— ¿Emily?

— Dime.

— Yo… ¿Puedo contarles a mis padres? —preguntó tímido y en voz baja— Digo, quiero contarles, pero es más asunto tuyo que mío, y como debo explicarles todo, pues…

Aunque el pelirrojo no lo dijo directamente, Emily no demoró en entender a lo que se refería: si querían la ayuda de los adultos, tendrían que explicarles el tema. Todo el tema. Ella ni siquiera lo había considerado, pero Joseph sí lo tenía presente, y la ternura que le causó ese gesto fue mucho más que la leve ansiedad que surgió en su pecho. Por ello no dudó, ella ya tenía bien claro lo que quería y haría desde el fin de semana.

— Está bien, tranquilo —le interrumpió riendo de ternura—. Gracias, pero está bien, puedes contárselos. Yo…ya no me voy a esconder más.

— Vale, ¿y tú Tat?

— ¿Eh? ¿Qué?

— ¿Puedo contarles a mis padres?

— Sí, sí. Por mi no hay problema tampoco.

— Genial, cuelgo entonces. Nos vemos en el colegio, lleguemos juntos para que pueda golpear a quien sea que les diga algo.

Joseph colgó sin darle tiempo a ninguna para rebatir lo que dijo. Por un momento tan solo comentaron lo impulsivo que era, pero lo bien que les vendría tener la ayuda de sus padres en el asunto para que manejen todo el tema legal de lo que había sucedido.

So, ¿van a anunciar que son novias?

— ¿Qué? —respondieron Tatiana y Emily a la vez.

— Dijeron que ya no se iban a esconder, ¿pondrán en Facebook que están en una rela?

— Bueno…

It’s joke. Sé que no tienen pensado gritarlo a los cuatro vientos ahorita mismo —aseguró riendo, aunque pronto volvió a ponerse seria—. But… tal vez decirlo ahora no sea…

— Lo sabemos.

— Lo hemos hablado, Chris —aseguró Tatiana—. Lo único que queremos hacer ahora es terminar el asunto de Ryan de una vez, luego veremos lo demás a su tiempo.

— No tenemos la intención de exponer todo lo sucedido, tan solo decir lo suficiente para que ese imbécil no vuelve a acercarse. Lo demás…vendrá a su tiempo, como dijo Tat.

No agregó nada más a lo que dijeron, parecía que ya tenían claro el asunto y se habían mentalizado todo el fin de semana para ese día. Sonrió satisfecha y aseguró que ella tenía un plan que lograría mostrar la verdadera cara del rubio y, además, lograría apaciguar el tema de la foto a un segundo plano –casi– sin importancia.

Ni Tatiana ni Emily tenían idea de lo que haría Christina, la rubia solo les dijo que, cuando llegara el momento, le siguieran la corriente en el colegio. Insistieron, pero no mucho, ambas ya conocían el amor que tenía su amiga por mantener el misterio hasta el final.

Tal como habían acordado, los cuatro fueron juntos al colegio para enfrentar lo que se venía en grupo. Tatiana iba con Emily en su auto mientras que Chris y Joseph iban por su parte. La rubia se había ofrecido a llevar a Camila con ellos, pues ella también le había escrito al percatarse de la foto viralizada; sin embargo, esta se negó diciendo que iría con el resto del grupo. No se lo dijo, pero Christina se imaginaba que quería hablar con ellos antes de llegar al colegio.

Cuando cruzaron los pasillos, los murmullos y miradas parecían hacerse cada vez menos discretos. El solo llegar a su salón de clases había sido agotador, ni se imaginaban como sería el resto del día si es que no cerraban ese asunto de una vez por todas.

El resto de sus amigos aún no llegaba, así que solo eran ellos cuatro contra el resto del salón en ese momento. Tatiana y Emily seguían ignorando las curiosas miradas que tenían sobre ellas; Christina y Joseph se mantenían a su lado, cuidándolas de cualquier acto o comentario que sea fuera de lugar. Sin embargo, nadie se atrevió a acercarse por un buen rato, se sentía un aire de tensión a su alrededor.

— Hey Tat, ¿qué tal?

Cuando levantó la mirada se topó con Dan, un chico con quien solía hablar seguido y que, de hecho, le caía muy bien cuando no estaba intentando coquetearle. Tatiana demoró unos segundos en responder, pero devolvió amable la sonrisa que el chico le daba.

— Bien, no me quejo. ¿Tú qué tal?

— Cansado luego del sábado, gasté mucha energía nadando.

La charla siguió sin salirse del tema del torneo por un rato; aun así, Christina se mantenía atenta de manera disimulada mientras mandaba un mensaje a Camila y a Joseph.

Tatiana, por su parte, comenzó a relajarse a medida que seguía conversando con Dan sin que saliera el tema de la foto. Pensó que tal vez, al igual que él, el resto también decidiría obviar el asunto para seguir con su cotidiana y normal vida como de costumbre.

Pero como pasa en la mayoría de seres humanos, si existe la oportunidad de distraerse de su aburrida realidad –a pesar de que sea a costa de alguien más–, lo más probable es que no la dejen pasar.

Dan no lo iba a hacer. Tenía curiosidad, sí; pero prefería no presionar a Tatiana con el tema, pues si lo hacía sentía perder la poca amistad que había construido con ella. No obstante, Piero, otro chico del salón con quien suele juntarse, no iba a desaprovechar la oportunidad de ser el héroe de todos los curiosos que miraban la escena.

— Yo también ando muerto luego del sábado, casi falto hoy, pero saldré con mis amigos de otros clubs luego para celebrar que varios pasamos de ronda —soltó pasando un brazo por los hombros de Dan de manera amigable—. Hablando de eso, ¿qué pasó con Ryan, Tat? Cuando fui a ver al equipo de básquet me dijeron que había faltado.

Y ahí estaba uno de los temas que quería evitar, pero que, tarde o temprano, tendría que enfrentar.

La pregunta había sido casual, o al menos así la hizo sonar el chico pelinegro mientras mantenía una sonrisa inocente el rostro. Dan lo llamó por lo bajo con un claro tono de advertencia, pues sabía lo molesto y entrometido que podía ser en temas que no tenían nada que ver con él. Sin embargo, Piero poco o nada de caso le hizo y, aun sonriendo e ignorando la dura mirada de su amigo, volvió a insistir en el tema.

— No tengo idea, tampoco he hablado con él.

— ¿Y eso? Es tu novio, ¿no? ¿Han peleado o algo?

Otra vez el tono que había empleado era solo una fachada para hacerse el ingenuo. Tatiana podía ver tan claro como el agua como los ojos del chico se reían a pesar de que su rostro reflejaba sorpresa.

Exhaló un largo y pesado suspiro, esperando que con eso se fuera un poco de la tensión y ansiedad que se estaba esforzando por esconder. Ordenó las palabras en su mente y, luego de darse valor un poco de valor a sí misma, volvió a mirar a Piero, quien se hallaba discutiendo en susurros con Dan.

— Ryan ya no es mi novio, así que no me preguntes más por él.

Lo dijo firme y con su usual tono de voz, pero dado que todos los presentes estaban atentos a la escena pudieron escucharlo a la perfección. Al igual que el resto del salón, los dos chicos la vieron con genuina sorpresa, pero Piero no demoró en sonreír para seguir preguntando sobre el asunto.

— ¿Qué pasó? Se les veía bien juntos.

— No importa, ya no somos pareja, así que deja el tema.

Es probable que aquella haya sido la primera vez que Tatiana haya mirado de manera tan fría y molesta a alguien en toda su secundaria, o al menos la primera vez que lo hacía delante de tanta gente. Por lo general, siempre tenía una sonrisa y mirada amigables; sin importar que le dijeras o pidieras, su expresión siempre era amable. Claro que de vez en cuando se le veía cabizbaja o molesta, pero las veces eran tan pocas que se podía contar con una sola mano.

Por ello, Piero no pudo evitar sentirse un poco intimidado por la chica que tenía frente a él. Sentía que, si no le hacía caso, se llevaría un golpe que le reiniciaría la vida, o al menos eso le gritaba su instinto cuando se percató como las manos de Tatiana se cerraban en puños. Solo pudo susurrar un “está bien” y asentir mientras daba un paso atrás, dejando solo a Dan otra vez con ella.

«Esa es mi chica», no pudo evitar pensar Emily orgullosa del progreso que Tatiana había hecho. Antes tan solo se hubiera quedado callada y contestaría todo con una sonrisa a pesar de que prefería no hablar del tema, pues tenía miedo del cómo reaccionara la otra persona.

De hecho, Tatiana tenía miedo en ese momento y una parte de su cabeza aun le gritaba que tan solo se dejara llevar mientras contestaba todo con una sonrisa, que era mucho más sencillo de esa manera. Quizás y sí sea más fácil, pero el tema no solo la involucraba a ella, sino también a Emily; por ende, lo que ella haga y diga también le afectaría. Y ya la había visto incómoda y cabizbaja por su debilidad de no poder aclarar las cosas.

Tenía que ser fuerte no solo por ella, sino también por Emily. Definitivamente no la iba volver a hacer llorar.

— Si estabas aquí entonces debiste pasar a saludar al menos.

Y en ese momento tenía que ser más fuerte que nunca.

— Tenemos que hablar.

En la puerta del salón estaba Ryan, tenía un par de vendajes en los brazos y manos, y un parche en la mejilla izquierda, su labio y su ceja estaban partidos y con una leve hinchazón; también parecía que llevaba vendajes en el abdomen que su uniforme no dejaba ver. Joseph no había exagerado cuando había dicho que le dio una paliza.

Al instante en que entró y se hizo escuchar todas las miradas se posaron en él. Los murmullos volvieron a escucharse creando miles de teorías sobre lo que había sucedido y de lo que estaba a punto de suceder.

Tatiana lo miró irritada, pero sabía que no era el lugar ni el momento para explotar. Sabía que Christina tenía algo en mente, pero no tenía idea de qué se trataba; así que tan solo trataría de que el subcapitán se vaya.

— No tenemos nada de qué hablar —contestó volviendo a ordenar sus cosas sobre la carpeta, aunque en realidad solo buscaba algo que hacer para evitar cualquier conversación no deseada.

— ¿Cómo qué no? —caminó hasta la ojimiel lo que dejó en evidencia un pequeño cojeo de su pierna derecha— ¿No piensas explicarme nada?

La duda se mostró en su rostro al instante. ¿Explicarle qué? Ella no tenía nada que explicar, mucho menos a él. Se giró hacia él dispuesta a repetirle que no tenían nada de qué hablar, pero en cuanto lo tuvo cara a cara notó la expresión triste e impotente que estaba dibujada en su rostro. Ryan la miraba con pena y dolor, exigiéndole con la mirada una respuesta.

Era una máscara perfecta para el papel de víctima.

— ¿De qué estás…?

— ¿Qué es esa foto? ¡¿Qué significa esa foto?!

Si se lo propusiera de verdad, Ryan sería un actor estupendo, un poco más y las lágrimas saltaban de sus ojos para mostrar lo herido que estaba por la supuesta traición de su novia.

Tatiana ya ni siquiera se molestó en preguntarse qué tan cínico podía a llegar a ser, le había quedado claro que el límite no existía para Ryan, en especial para ser un idiota psicópata. Pero no tuvo ni tiempo para maldecirlo en su mente pues, al instante, notó como todos volvieron a murmurar mostrando compasión por el rubio y tildándola a Emily y a Tatiana como las malas de la historia de internet.

— Yo no tengo que explicarte ni decirte nada, se terminó.

— ¿Tan solo así? ¿Me dejas y ya? ¿A pesar de todo? —la tomó a por los hombros y la zarandeó con fingida desesperación, pero en la cercanía Tatiana notó como sus ojos se reían— ¡¿Me dejas por ella?!

— ¡Suéltala tío!

Nadie supo cómo ni en qué momento, pero Joseph ya había cruzado medio salón hasta estar al lado ambos. De un empujón apartó a Ryan de Tatiana y se puso entre ellos mirando con odio al rubio. Por un momento Ryan dudó al recordar la paliza que el pelirrojo le había dado, pero continuó desempeñando su papel de víctima.

— ¿No significo nada para ti, Tat? ¿Nada de nada?

La repuesta estaba clara en su mente, pero atorada en su garganta. Sabía que, si la decía en voz alta, la mala de la historia, la persona sin corazón y empatía sería ella. Sin embargo, decir algo que no sea un rotundo “no” tampoco era una opción.

«No importa qué piensen los demás», se repitió a sí misma como un mantra para darse valor, convenciéndose de que, mientras las personas importantes para ella sepan la verdad y se queden a su lado, los demás poco o nada pintaban más en su vida.

Tatiana llegó a pronunciar su negativa, pero esta quedó ahogada cuando una repentina voz masculina llamó al subcapitán con un grito. Al dirigir su mirada hacia la puerta vio al resto de sus amigos, siendo David quien había gritado. El chico tenía una expresión seria, no recordaba haberlo visto tan serio antes en algo que no sea básquet en todo lo que llevaban de amistad. Pero él no era el único, pues el resto tenía la misma expresión seria y molesta en sus rostros.

El grupo avanzó hasta donde estaban ellos, formándose un incómodo y tenso silencio. Ryan seguía metido en su papel de víctima, pero la mirada de David fija en él lo estaba haciendo vacilar, casi sintiendo vergüenza y pena por lo que hacía. Pero no podía darse el lujo de dudar luego de todo lo que había pasado, no en ese momento.

— ¿No podemos hablar, aunque sea un poco? —preguntó volviendo a ver a Tatiana— Intentemos arreglar las cosas, si me lo explicas tal vez…

— Vienes y te comportas como un maniático desconfiado, y aun así, ¿sigues pidiendo explicaciones? —se burló Christina apagando su celular para girarse a verlo con burla— Ya te dijo que no tiene nada que hablar contigo.

Sus palabras le habían irritado, lo notó por la manera en cómo apretó la mandíbula para evitar decir lo que realmente pensaba.

— Soy su novio, merezco una explicación por esa foto.

— ¿Todo esto por esa foto? What a bullshit —giró los ojos y se paró para acercarse más al rubio— Bien, yo te lo explico entonces.

Ryan la miró desconfiado, pero no fue el único. Emily, Tatiana, Joseph e incluso Camila la miraron con duda. Ninguno sabía muy bien qué era lo que diría la rubia a continuación.

Christina señaló a Tatiana, Emily y Joseph mientras los nombraba uno a uno, y se incluyó a sí misma en la lista para pasar a contar lo que sucedió: En primer lugar, aclaró que la foto no era reciente; en segundo lugar, dijo que Joseph y ella también estaban presentes, solo que la posición de la cámara no los había captado a ellos; en tercero, dijo que tan solo era un juego que estaban haciendo para pasar el rato.

— No es novedad que a Emily, Joseph y a mí nos vienen a recoger. Ese día había congestión vehicular en el centro, así que demoraron un poco más y nos quedamos en el aula de música, Tatiana nos hizo compañía. Estábamos aburridos, así que jugamos verdad o reto —se cruzó de brazos y se encogió de hombros—. La famosa foto de la que todos están hablando es solo un reto que ellas hicieron porque nosotros se lo mandamos.

No era verdad.

Nada de lo que había dicho era verdad.

Christina lo sabía, Joseph lo sabía, Emily y Tatiana lo sabían. Claro, Ryan también lo sabía. Él tomó la foto, él no vio ni a Christina ni a Joseph ese día en el salón, no vio a nadie jugando un tonto juego de verdad o reto.

Pero el resto que no había estado ahí no lo sabía. Ellos no habían estado ahí, nadie podía asegurar o negar la versión que estaba dando Christina porque nadie podía corroborarlo, nadie más que los implicados. Era obvio que ni Tatiana ni Emily le darían la contra, pero Ryan tampoco podía hacerlo.

¿Por qué? Porque la foto fue publicada desde una cuenta anónima. En el momento en que Ryan dijera que eso era mentira un “¿cómo lo sabes? ¿Estuviste ahí acaso?” saldría de los labios de la rubia. Había logrado arrinconarlo en su propia mentira, con otra mentira.

— Solo fue eso, are you happy now? —se giró hasta Tatiana, quien tenía su mirada puesta en ella, y le sonrió apenada— Todo este malentendido fue por el reto que te mandé, sorry.

— No pasa nada, solo fue un juego —sonrió quitándole importancia al asunto—. Quien iba a saber que justo alguien estaba viendo y tomó la foto.

El ambiente del salón poco a poco fue bajando de tensión. La explicación sobre la foto había convencido a gran parte del salón, algunos aún estaban un poco escépticos, pero mientras más murmuraban que tenía sentido, la versión fue cada vez más aceptada. Los curiosos que andaban en la puerta no tardaron en pasar la voz de lo sucedido, así que solo era cuestión de tiempo para que el asunto pasara a segundo plano.

— Así que eso pasó —murmuró Ryan luego de permanecer en silencio un largo rato—. Lo siento, reaccioné mal porque, ya sabes, me enteré de esto de golpe —sonrió apenado al tener la atención de todo el grupo—. No es bonito despertar y ver una foto de tu novia besándose con una mujer.

Si no podía ir por el camino de la víctima, iría por el camino del odio.

Oh, please! Seriously?

— ¿Qué? —se hizo el desentendido.

— Estamos en pleno siglo XXI, abuelo —se burló y algunas risas se oyeron de fondo.

— No digo que esté mal —se defendió—, solo que es un poco raro.

Christina giró los ojos exasperada, si no salía con canas verdes ese día sería un verdadero milagro. Se acercó a Camila, quien se hallaba a tan solo dos pasos de ella, y, sin previo aviso, tomó su rostro para depositarle un casto y corto beso en los labios, separándose luego de un par de segundos. Todos la miraron con sorpresa, incluida Camila quien se había quedado congelada en su sitio, pero Christina obvio la mirada de todos y se fijó de nuevo en Ryan.

— ¿Ves? Nada de otro mundo —miró a Joseph quien también la miraba boquiabierto—. Te toca, solo falta que tú cumples el reto que quedó pendiente.

— ¿Q-Qué…? Oh, ¡cierto! ¡vale!

Joseph se giró y tomó la cara del chico que se hallaba más cerca de él: David. El capitán no reaccionó cuando los labios del pelirrojo estuvieron sobre él, para cuando su cerebro lo hubo procesado este ya se había separado. Nuevamente, todos se quedaron boquiabiertos, pero Christina tan solo asintió sonriendo satisfecha.

— Y con eso ya está —volvió a mirar a Ryan y sonrió con superioridad mientras llevaba una mano al bolsillo de su falda—. Ahora que tienes tu explicación, ¿puedes retirarte?

Demoró un par de segundos en responder, su cerebro aún procesaba lo que había visto.

— Aun quiero hablar con Tat, sigue siendo…

— ¿Tu novia?

— Sí.

— Ya no —negó al instante Tatiana enfrentando la dura mirada que le dedicó Ryan—. Tú y yo no somos más pareja.

— Hey, no digas eso, reaccioné mal, lo siento —se disculpó intentando tomar su mano, pero Tatiana se alejó—. Hablemos, ¿sí?

— Ella no quiere hablar contigo.

La helada voz fue inconfundible para todos. Al igual que Joseph, Emily llegó al lado de Tatiana y se enfrentó al subcapitán mirándolo con odio. Se había cansado de ver todo desde la esquina y no formar parte, no iba a dejar que solo ellos peleen una batalla que también le involucraba a ella.

— No tiene que ver contigo.

— Claro que sí, es mi amiga y te dijo que no.

— ¿Solo tu amiga? —la provocó sonriendo— ¿O ese beso te ilusionó para algo más?

Emily se irritó y estuvo a punto de contestarle, pero quien reaccionó fue Antonio quien se abrió paso entre el grupo y tomó a Ryan por el cuello de su camisa. Eso tomó por sorpresa tanto al rubio como a los demás, pues nunca habían visto al chico alterarse de esa manera. Antonio no dijo nada, pero su mirada era una clara advertencia para el rubio de que, si se atrevía a decir algo más, sus heridas empeorarían.

Lo único que rompió el silencio que sobrevino fue el vibrar de un celular, que luego fue seguido de otro, y otro, y otro. Christina sacó su móvil de su falda y miró sus notificaciones. Era la misma red social donde se había viralizado la foto, solo que ahora habían publicado un vídeo que, poco a poco, se estaba viralizando también. Al reproducirlo todos comenzaron a mirar con malos ojos a Ryan, quien no entendía lo que pasaba hasta que su propio celular vibró.

Se libró del agarre de Antonio y miró el vídeo que estaba circulando, pero tan solo ver la imagen de portada su sangre se heló y su corazón comenzó a agitarse temeroso.

Él sabía lo que era aún sin abrirlo, y sabía que, definitivamente, estaba a punto de tocar fondo.

 

 

Notas finales:

Fue un capítulo larguito, pero espero que les haya gustado<3

Gracias por leer, nos leemos otra vez en el siguiente cap :)


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