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El dragón y el rey [Destiel AU] por erickkbaj

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Capítulo II: El secreto del Bosque.

Después de ver al ganado muerto en los establos del castillo, el Rey Arturo convocó a una reunión de emergencia en donde pretendía llevar una expedición al bosque, en donde los granjeros aseguraban una bestia se encontraba. Desde luego todos querían quedar bien con el Rey, pero el rumor de la bestia se había escurrido por todo el pueblo y no muchos estaban convencidos de participar, tenían miedo.

Pasó mucho tiempo para que el monarca obligara a varios soldados a ir al bosque a aniquilar aquella bestia, entre ellos Dean, aunque él iba por gusto, se sentía atraído aquel bosque, pensaba que aquel hombre o cosa se estaría escondiendo ahí.

—Anna se lleva muy bien con su hermana menor ¿Verdad? —Murmuró Dean al rey, terminando de empacar provisiones para su viaje.

—Sí, dice que le ayudará con muchos temas de mujeres o algo así comento. Creo que tiene que ver con su virginidad, no quise saber más. —Dean se extrañó un poco, no es que fuera un tema común de conversación, aunque desde luego eso se quedaba entre mujeres.

Desvió un poco su vista a la princesa Anna con la hermana del rey. Vio algo diferente en los ojos de la mujer, tal vez fue su imaginación, pero sus ojos lucían como los de una serpiente, no tendría sentido, los ojos de Anna eran verdes podría tener sentido de esa forma, su imaginación estaba muy activa desde hace varios días.

***

El viaje transcurrió en silencio, algunas veces los hombres se quejaban por ser obligados a ir, pero ya no podían hacer nada y menos con alguien tan estricto como Dean al frente de la misión. Al entrar al bosque todos se sintieron más tensos, menos Dean, él sintió una agradable sensación. En cuanto cayó la noche instalaron un campamento temporal, prendiendo una fogata y vigilando a los alrededores.

Dean entró a su tienda de campaña para tratar de dormir un poco, a él le tocaba montar guardia hasta el día de mañana, sería mejor aprovechar ahora. Pero eso no le duró mucho pues cuando abrió los ojos frente a él estaba aquel ser de bella apariencia humana.

—¿Qué quieres? —Dean desenfundó su espada y la mostró ante Castiel, éste se asustó viendo el arma, salió corriendo del lugar.

—¡Ahí está! —Gritó uno de los hombres, tomando un palo con fuego de la fogata para alumbrar.

Dean salió corriendo tras Castiel, pero encontró el alboroto de los soldados, tratando de buscar a la bestia que los había encontrado. Hubo entonces un sonido ensordecedor que los hizo cubrirse sus oídos, era insoportable, intolerable.

Uno de los hombres lanzó un palo con fuego a la oscuridad, chocando con algo, las llamas iluminaron un poco el lugar dejando ver a un gran ser, era tan grande como los árboles del bosque, incluso más grande que unos, una de sus extremidades golpeó el suelo, y su grito se volvió más insoportable, la bestia estaba alterada y buscaba huir, algunos árboles cayeron e hirieron a algunos hombres, después una fuerte brisa los empujó, derribándolos y apagando el fuego del lugar.

El campamento estaba destruido, las provisiones estaban esparcidas por todo el lugar y estaban heridos, Dean solo quedó impresionado por la imponente figura de la bestia, ¿Qué sucedería con Castiel? ¿A dónde huiría? 

Todos los soldados quedaron asustados, así que tan pronto amaneció tomaron lo poco que quedó y emprendieron el regreso, Dean no podía retener a todos, así que simplemente los dejó irse, eran unos cobardes, él iría a matar a la bestia después de todo parecía temerle al fuego, y si necesitaba prender fuego a todo el bosque lo haría para acabar con él.

—Está loco, no me importa lo que diga el Rey, no voy a morir tragado por esa cosa. —Comentaba uno de los hombres heridos.

—Mejor me voy con mi familia y consigo una granja que cuidar, lejos de Londres. Esas cosas que dicen parecen ser Dragones. —Hablaba otro soldado.

—Es una maldita leyenda, solo son mitos. —

—Por algo surgieron ¿No? —

—¿Esa no es una mujer? —Un soldado hizo que se detuvieran, entre las raíces de los árboles una mujer con ostentosa vestimenta les vio.

—Señorita, ¿Está perdida? —Se acercaron para tratar de ayudar, debía de estar aterrada, seguramente escondida de aquella bestia.

El soldado con una pierna herida apenas llegaba al lugar, cansado se sentó sobre una roca viendo a sus compañeros detenerse alrededor de algo.

—¿Podrían ayudarme? —Se estaba molestando y desde luego cansando del recorrido, pero su expresión desapareció y su rostro palideció. Sus compañeros gritaban, unos intentaban correr, pero algo los lanzaba hacia los cielos.

De pronto, una gran criatura, llena de escamas y cuerpo alargado, como el de una serpiente, con alas de murciélago los tomaba con sus extremidades entre los aires y los devoraba con sus dientes, sus ojos parecían de una serpiente, el hombre con la pierna grita gritaba, arrastrándose por el suelo en cuanto vio a la bestia correr hacia él.

***

Dean maldecía a su cobarde tropa de exploración, debió de tomar un poco de provisiones del suelo antes de separarse de ellos, ahora tenía hambre y estaba cansado y un poco desorientado, estaba lo suficientemente profundo en el bosque como para que todo le pareciera igual, ahora debía de guiarse de sus instintos para sobrevivir o al menos intentar.

Pasaron varias horas y pudo escuchar el ruido de un río, eso traía muchos regalos consigo, agua, comida y al menos un refugio cerca, podría pasar la noche cerca y descansar un poco para seguir.

Llegó a la orilla del río corriendo para lavándose las manos y meterse dentro del río, bebiendo agua como loco, sintiéndose tan contento de sentir el líquido mojar su cuerpo, cuando terminó vio a un hombre sentado sobre unas rocas cercanas. Vio como aquel hombre tomaba entre sus manos un poco de agua y se la dejaba caer sobre su cuerpo, este se iluminaba en algunas partes en una luz azul suave.

—¿Castiel? —Susurró Dean. Castiel se dio la vuelta espantado y con algo de temor, dejando ver marcas de fuertes quemaduras por todo su rostro y cuerpo desnudo. Castiel se asustó viendo la espada entre las manos del hombre fue entonces que alzó sus manos, haciendo que Dean volara por los cielos y cayera sobre el suelo, dejándolo inconsciente.

Cuando Dean abrió los ojos se sentía mejor, estaba debajo de la sombra de un árbol a la orilla del río. Pudo ver a Castiel en el mismo lugar en que lo había encontrado, ahora estaba en cuclillas lavándose el rostro, pudo ver que su piel estaba mejor e incluso sus manos parecían humanas, no entendía que sucedía, su piel mantenía un brillo en cuanto el agua le tocaba y con el paso del tiempo, quedándose en silencio esa agua curaba sus heridas, en algunas partes seguía habiendo marcas oscuras, pero en la mayor parte solo se habían esfumado.

Se preguntó si se había herido con el fuego de la noche anterior, se preguntaba si era una clase de hechicero como lo era Merlín, uno de los amigos del Rey, tenía tantas preguntas y pocas respuestas.

—¿Cómo haces eso? —Cuestionó al acercarse a Castiel. Éste solo se puso de pie, frunciendo su entrecejo.

—¿Por qué me mandaron a buscar? —Le miró con molestia, dándole la espalda sumergiéndose un poco en la corriente.

—¿A qué te refieres? —Susurró admirando su cuerpo sanarse con el agua acariciando el mismo, sintiendo un poco de envidia.

—Mandaron a asesinar a la bestia del bosque. ¿Por qué tu especie usa términos tan…degradantes? —Sumergió todo su cuerpo, en cuanto salió a flote ya sus marcas habían desaparecido casi por completo.

—¿A caso tú eres lo que mata al ganado y a…? —Castiel le interrumpió.

—Aleja esa cosa de mí y te daré todas las respuestas que quieras. —Castiel salió del agua, Dean no entendía a lo que se refería, solo veía el cuerpo desnudo acercarse, percibiendo ese aroma tan agradable y embriagante que percibió hace unos días.

No supo en que momento, pero Castiel había tomado la espada de su mano, saliendo vapor de entre su mano la arrojó y enterró entre las piedras del borde del arroyo. Dean abrió sus ojos con preocupación, en parte porque este ser de la nada lo tomó por sorpresa y con la guardia baja y le quitó su arma con tremenda facilidad, pero era más su preocupación por la quemadura que se había extendido por la mano de Castiel.

Dean se acercó a él, tocando su brazo para ver la herida, su piel había desaparecido y se preocupó aún más, Dean pensó en que algo del bosque lo ayudaría a curarse o cubrir la herida, se puso de pie pensando en que hacer, en que planta buscar para curarlo. Por su lado, Castiel le miró confundido, no entendía su actuar, solo lo ignoró y sumergió su mano en el arroyo del agua, curándose poco a poco.

—¿Cómo haces eso? —Cuestionó Dean, sintiéndose completamente estúpido por olvidar lo que Castiel podía hacer con su magia.

—Porque soy especial. —Sonrió, borrando su seria expresión, Dean se sorprendió, no pensaba que pudiera siquiera sonreír.

—¿Eres una bestia? —Castiel lo miró indignado. Se sumergió entre las aguas nadando un poco.

Dean tuvo que cerrar sus ojos al ver una fuerte luz asomarse fuera del agua, cuando abrió los ojos vio a una criatura gigantesca, de un tono azul claro que parecía degradarse a blanco, tenía unas extremidades muy semejantes a los brazos humanos, pero a gran escala, muy largos y otras extremidades como las de un León, una cola alargada y dos pares de alas blancas, como las que le había visto a Castiel aquella noche en su habitación, pero inmensas, el rostro de la criatura parecía alargado, blanco también, con algunos cuernos salir de su frente, dos pares de ojos azules y una gran boca, el cuerpo era alargado, semejante al de una serpiente, era majestuoso, un ser que ni la más loca mente podría imaginar, con esos colores tan serenos que solo lo hacían querer admirar por horas.

Las alas se agitaron un poco, Dean se acercó, metiéndose al agua y así tocar una de sus extremidades, el ser entrecerró sus ojos brillantes, ladeando su cabeza bajó sus alas, rodeando al humano delante de él, dando un suspiro Dean sintió una fuerte brisa que lo hizo cerrar sus ojos, al abrirlos tenía entre sus manos el brazo de Castiel, estaba impresionado.

—No tienes miedo. ¿Por qué? —Cuestionó con desconfianza, nunca antes algún humano había mostrado interés o ese tipo de miradas por un ser como él.

—¿Por qué debería, Castiel? Eres hermoso. —Murmuró bajando y subiendo su mirada sobre su cuerpo, Castiel sintió su cuerpo calentarse y su corazón acelerar por las palabras del humano.

—Todos me temen…pensé que huirías como los otros…los que me quemaron. —Cambió su expresión a una más melancólica.

—Yo no hui desde un inicio, Castiel. —Sujetó su otro brazo, jalando de él para acercarlo.

—Lo sé…¿Por qué no huiste? —Cuestionó curioso, moviéndose para salir del agua.

—Porque…creo que me siento atraído por ti. —Confesó sintiéndose extraño, nunca antes había dicho esas palabras o algunas similares. —Me llamó Dean. —Sonrió volteándolo a ver, ambos sentados a la orilla del río con sus pies mojándose con la corriente.

—Hola, Dean. —Murmuró encogiéndose de hombros.

—¿Qué criatura eres Castiel? —Dean le miraba atento, lejos de sentirse incomodo se sentía en calma junto a él.

—Soy un ángel, Dean. —Castiel sonrió levemente con orgullo, viendo sus pies debajo del agua. Dean abrió sus ojos con asombro, enderezando su espalda y abriendo ligeramente su boca.

Notas finales:

Espero les haya gustado y gracias por leer <3


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