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Tu olor es mi favorito por Drabracruz14

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Notas del fanfic:

Es la primera historia que hago de esta pareja y espero que no sea la última.


Esto salió a partir de distintos fics ZoSan que he estado leyendo.


Gracias por leer y disculpen los posibles fallos que pueden haber. 


Éste one-shot también se encuentra en https://www.wattpad.com/story/130025395-tu-olor-es-mi-favorito-zosan

Notas del capitulo:

Espero que les guste. Quizás algún día comience a escribir un fanfic de este mismo tema. Por mientras, solo les digo 'Gracias por leer'.

Hace tan solos unos minutos, la banda de los Mugiwara habia arribado en una tranquila isla soleada del Nuevo Mundo.

Con una base de la marina a horas del lugar, lo tomaron como el lugar perfecto para abastecerse de las cosas necesarias antes de seguir su aventura.

Nami repartió las tareas de cada uno, y algunos con más efusividad que otros, salieron del barco dejando a Ussop y Brook a bordo.

En el caso de Sanji, como solía pasar, estaba encargado de las proviciones de comida y algunas otras cosas que Ussop le encargó.

Entrando a lo que parecia la calle principal de la isla, lo primero que vio fue a dos jóvenes damas vendiendo flores en un carrito.

El olor de ellas, llegó a sus fosas nasales y no pudo evitar ir a cortejarlas.

Hola bellas señoritas~! ¿Alguna vez le han dicho que su olor es espectacular~?-

Ambas chicas le miraron con rareza. Y como no. Ellas eran unas omegas jóvenes sin reclamar. Y que un omega reclamado le diga tales cosas, era demaciado extraño.

Las chicas tomaron el carro y caminaron como si nada hubiera pasado.

Sanji siguiendolas por unos metros, para seguir sintiendo el delicioso olor a flores de las chicas, solo sonrió levemente.

Por que si. Tal y como leyeron más arriba, el cocinero del amor es un omega reclamado. Aún asi su caballerosidad y cortejo hacia las mujeres jamás terminaría. Por que el habia nacido para amar a las mujeres. Y más el olor de éstas.

Aún asi su olor favorito no era el de ninguna mujer. Pero al destino no se le podía cuestionar y eso es algo que Sanji aprendió con el tiempo.

Una vez que las chicas se alejaron lo suficiente como para que el olor desapareciera, Sanji se dedicó a buscar lugares donde podía comprar las proviciones.

La avenida poco a poco iba tomando más anchura y cada vez se llenaba de más gente.

Sanji en su camino desviaba todas las miradas hacia las damas que pasaban cerca suyo. Sentía el olor rápidamente, les decía un par de cumplidos y seguia su camino.

Algunas de ellas iban acompañadas de hombres que le miraban mal. Aun asi nadie se atrevía a decirle nada por ser un omega y estar reclamado.

Sanji pensaba que al menos, la marca era de ayuda cuando no queria meterse en enfrentamientos así. Más porque casi siempre iba con un tiempo límite y no le gustaria gastarlo en una pelea sin sentido.

Siguió el camino hasta dar con un mercado atiborrado de gente.

Aún era temprano y parecía que los comerciantes recién habian armado sus puestos.

Fue comprando poco a poco todo lo que necesitarian hasta llegar a la siguiente isla. Le dio cumplidos a algunas vendedoras y se quedó conversando con las más mayores.

Cuando ya iba por la mitad del mercado, se dio cuenta que ya tenia todo lo que necesitaba y aún le sobrsba algo del tiempo. Asi que en vez de fijarse únicamente en los alimentos, comenzó nuevamente a fijarse en las damas y otras cosas que le interesaban.

Salió del mercado, terminando de ver todo y se dedicó a buscar el par de cosas que Ussop le habia encargado.

La avenida se habia convertido en un montón de tiendas y bares. Al parecer en esa parte de la ciudad, el alcohol era bastante famoso.

Pensó en  su compañero que amaba el alcohol y se dijo a si mismo que lo más probable es que estuviera por ahí cerca.

Vio una tienda de jardineria, la cual era la que estaba buscando para lo del nariz larga y dejando las cosas fuera de la tienda, entró. Obviamente siempre con una mirada a las provisiones.

Compró lo que necesitaba y cuando estaba acomodando la reciente compra en el carrito que le habia hecho Franky para llevar todo, un hombre salió disparado de uno de los bares hacia la calle.

Según la aguda vista de Sanji, era un alfa. Sin embargo, éste estaba completamente asustado y tirado en el suelo.

Gritos se escucharon de adentro del lugar que ahora tenia su puerta totalemente rota y dos cuerpos más salierom volando. Ambos con diferentes cortes.

Sintiendo una ráfaga de viento con aquel olor, se quedó observando el cuerpo que iba saliendo.

Un peliverde alto con una yukata igualmente verde iba saliendo con una de sus espadas en mano y una cara de pocos amigos.

-Será mejor que no acaben con mi paciencia.-

-¡L-lo sentimos! ¡Ten! ¡Quédatelo, ya no lo queremos!-

Y los tres hombres como pudieron, salieron corriendo.

Zoro caminó hasta el objeto que habian tirado y lo recogió. Se enderezó y envainó su espada.

-Debí suponer que eras tú, marimo.-

Zoro le miró con una ceja alzada.

-¿Qué haces aquí, ero-cook?-

-Eso no te incumbe, pasto andante.-

Ambos se acercaron un poco tratando de provocar al otro a una pelea. Sin embargo, ésta no ocurrió.

Zoro habia tomado la mano de Sanji y en su palma puso un objeto.

-Iba a esperar a dártelo en la noche. Pero ya que estás aqui, ten.-

Dejó el objeto y quitó su mano, dandose una vuelta y comenzando a caminar quien sabe a donde.

Sanji miró el objeto. Un fuerte sonrojo se apoderó de sus mejillas. Apretó el pequeño objeto y lo metió en su bolsillo, para seguir su caminata.

Ya en la noche, varios ya estaban en el Sunny. La cena estaba casi lista y el cocinero era acompañado por un animado Brook que le estaba contando lo que hizo entre el día.

-Etto... disculpe, Sanji-san. ¿Podría preguntar por esa bonita sortija en su dedo anular? Yohoho...-

Sanji volvió a sonrojarse y miró el anillo que desde esa tarde estaria adornando su dedo. Sin poder evitarlo, acercó la sortija a su nariz e inhaló el olor.

El olor era su favorito. Quizás la persona que se lo dió lo llenó de él a propósito.

Rió un poco y miró a Brook.

-Esas no son cosas que se le pregunte a las personas, Brook. Más te vale que nunca se lo digas a una señorita.-

-Yohohoho~... felicidades.-

Terminó por decir. Y la cocina quedó solo con el sonido de la comida friendose y del toque de los utensilios.

Después de la cena es cuando venia lo que habia de verdad esperado todo el día.

El haber parado en esa tranquila isla no habia sido coincidencia. Y, es que él le habia pedido un pequeño favor a la navegante y a su capitán.

Obviamente, al único que tuvo que rogarle un poquito fue a la pelinaraja, a quien también tuvo que pagarle una pequeña suma de dinero. Y pequeña nada más, porque eso contaba como el regalo de Nami.

Esa noche, estaría solo con su olor favorito en el barco y por la mañana partirían temprano a la isla que les correspondía ir a explorar.

Y es que, ese día no era un día cualquiera.

Era el día de aniversario que tenían Sanji y Zoro.

Un año juntos. De sentir todo lo que el otro sentía, a travez de un lazo. Y un año en que el cocinero podía oler sin tapujos su olor favorito; acero con un toque de sake y agua de mar.

Porque a pesar de que ese olor era por lo demás, inusual, amargo y algo salado, para el cocinero era altamente adictivo.

Cuando ya todos sus nakamas de habian ido al hotel que habia reservado la navegante, sacó un sake de la mejor calidad que tenia guardado para el marimo y un par de onigiris, debido a que eran la comida favorita de su alfa.

Y si. También habia dejado salir a su omega. Algo que no hacia para nada seguido debido a que siendo piratas, su omega no tenia nada que hacer.

Pero en momentos como estos, le dejaba salir para que pudiera corresponder y demostrar todos los sentimientos que tenia que retener para su alfa.

Eran esos momentos donde dejaba salir su lado tierno y cariñoso con la única persona que se permitía serlo en verdad.

Con las cosas en una bandeja puesta en su mano, subió a la torre de vigia donde siempre se encontraba el marimo.

Al llegar, encontró al peliverde sentado en el suelo mirando por la ventana hacia el basto mar.

Sanji se acercó en silencio y se sentó a su lado, dejando la bandeja frente a ellos.

-Gracias cocinero.-

-A tí, maldito espadachín. ¿Cómo se te ocurrió lo del anillo?-

-Bueno, siempre te quedas oliendo mi cuello. Asi que supuse que cuando no lo hacías, me extrañabas.-

Habló burlón. Con una sonrisa sarcástica.

Sanji rió levemente abriendo el sake.

-Feliz aniversario, marimo.-

Dijo entregándole la botella y acercando su nariz al cuello del alfa para oler todo lo que quisiera el olor tan adictivo.

-Lo mismo digo, cejillas.-

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Y gracias por leer.

Les invito a leer otros one-shots que tengo por aquí, o si lo prefieren también tengo más fanfics en Wattpad. 

Aquí les dejo mi cuenta por si les interesa: https://www.wattpad.com/user/Cloudingtheworld_


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