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Felino perdido por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Mi primer inteto de omegaverse con esta pareja 

espero sea de su agrado.

 

mala ortografía

los personajes no me pertenecen

Notas del capitulo:

espero les guste

serán tres capitulos

 

Joder. Joder. Joder.

A buena hora se vino a separar de su hermano mayor.

¿Cómo lo encontraría sino podía olfaterarlo? 
Tampoco podía liberar sus feromonas para que Tatsuya lo encontrará. Cualquier alfa podía cazarlo.

Soltó un suspiro. Gracias a la lluvia no podía ver ni oler nada. El agua había eliminado todo rastro de alfas cercanos

Y no es que temiera que lo atacarán, simplemente eran molestos, más cuando...

Se paró en seco cuando un gran lobo gris pasó a su lado siendo seguido de un lobo negro. Se podía decir que el más viejo era el negro, y que el lobo parecía un Omega. De seguro se iban a aparear.

Lo mejor era huir de allí.

Doblo en la esquina y corrió tres cuadras. No sé veía nada.

Siguió caminando cuando de pronto lo sintió. Había alfas rodeándolo. No atacaban a nadie. Simplemente se vigilaban los unos a los otros.

-¡Mierda¡- exclamó cuando un gran oso café se lanzó sobre otro oso.

No pudo dar un paso más ya que un un zorro dorado y uno rojo comenzaron la pelea detrás de él.

¡Estaba en medio de una pelea por los territorios! Conocía perfectamente los movimientos. 
De seguro el alfa líder estaba en su cómoda casa hasta que le avisarán que la manada contraria estaban debilitada.

Joder.

¿Por qué Tokio era tan complicado?

Un paso en falso y se darían cuenta de su presencia, si es que aún no se habían dado cuenta. No. Lo pero, que descubrieran que era un Omega sin marca.

Agudizó sus sentidos. Ningún alfa le prestaba atención. Era mejor estar alerta.

_________________

-J-Jefe.

Bostezó - ¿Qué sucede Ryō?

Tembló -Unn...
Unnn

Miró al omega -¿Qué? Habla de una vez.

-Un desconocido quedó atrapado entre la pelea.

Dejó de prestarle atención a la televisión -¿Un alfa se metió en nuestra pelea?

-Si. No se mueve. No hace nada. Posiblemente sea el líder de alguna manada a la espera para cazar.

Frunció el ceño disgustado. Tenía meses peleando por el territorio. No lo perdería por un alfa cabeza hueca -¿LA OTRA MANADA?

Se estremeció -E-Esta acabados. Solo quedan tres de píe.

-Avisa que voy. Qué acaban con ellos de una vez y que me dejen a ese imbécil.

-De inmediato.

__________________

Moría de los nervios. Una de las manadas ya había Sido derrotada y ahora lo miraban a él. Lo estaban vigilando. Conocía ese rodeo. Y no le gustaba: el alpha lo iba a atacar.

Joder.

Comenzó a retroceder. Pero los demás se lo hacía imposible.

Entonces lo sintió.

El poder abrumador. Tenían que defender. Debía defenderse.

¡Al demonio las reglas!

Tenía que salir vivo de allí y encontrar a su hermano.

Se enfocó en la dirección del poder. Comenzó a retroceder pero el lobo negro le impidió el paso.

-Esto va hacer divertido.

Escuchó claramente. Se preparó.

Lo único que vió antes de caer al suelo fue unos ojos azules oscuros.

-Estúpido. Queriendo atacar mi manada.

-N-No e-es cierto- respondió asustado ¡ERA UNA PANTERAN-Yo no...- se giró rápidamente pero recibió un fuerte arañazo en el brazo.

Todos sus sentidos se pusieron en alerta e hizo lo único que podía hacer: atacar.

Los expectadores soltaron un jadeó de sorpresa al ver la forma del alfa al que su jefe iba a atacar.

-Un tigre...

-Por supuesto que soy un tigre, estúpidos. Y TÚ PANTERA. ERES UN IMBÉCIL. YO NO VINE A ATACAR PERO SE DEFENDERME. MALDITO IMBÉCIL.

Se alejaron. El tigre había cavado su propia tumba.

La pantera se lanzó sobre el tigre y la pelea comenzó.

Los de la manada se sorprendieron al ver que el tigre rivalizaba con su jefe. Vaya que se estaban dando una paliza.

-Maldito tigre-gruño la pantera al sentir el rasguño sobre el lomo. Se lanzó sobre el tigre y le mordió fuertemente el cuello. Aquello sometida al alfa a obedecerlo. Claro, en los omegas era diferente, era una marca de pertenecía, lo marcaba como su pareja.

-¡No!- gritó abrumado. Comenzó a pelear para soltarse.

-Quieto- ordenó cansado. La pelea con el tigre le había agiotado pero por j segundo... Negó y ordeno, -Regresa a tu forma estúpido tigre.

Negó. Pero no podía resistirse a la orden. Regreso a su forma humana dejando soprendidos a todos.

Un chico, desnudo, de tez morena, ojos rojos, cabello negro y rojo, un par de orejitas y cola, que lo hacían ver adorable. Se mostraba... Y eso no era lo peor...

-Estúpido, alfa- sollozó mientras agarraba su cuello. Se sentía húmedo y con mucho dolor -. Me has marcado.

-... Me has marcado. Me has marcado. Me has marcado

Las palabras se repetían en la cabeza del alfa. Negó. No podía ser cierto... Abandonó su forma de pantera para verlo se más cerca. Tenía que ser a jodida broma.

-¡Eres un omega!

-¡Por supuesto que soy un Omega, maldito imbécil! ¡Es que acaso no tienes olfato!

Respiró lentamente. El aroma a sangre y cerezos le confirmaron la verdad

Cuando llegó al lugar le había parecido el olor a un alfa y no a un Omega. Olfateo, el aroma a menta que había sentido provenía de la ropa del omega... -Mierda.

-Shit.I told tatsuya that it was a bad idea to come to Japan. but no. We thought that vebie and now an imbecile has marked me. stupid alpha.

-Daiki-san... Su ropa... Será mejor que se lleve a su pareja a casa. Pueden atacarlo si lo deja aquí- mencionó en un susurro.

Todos estaban preocupados. Conocían a su jefe, la pantera había jurado nunca marcar a alguien...

-¡Yo no soy su pareja!- negó fervientemente -. No pienso ir con él.

-Daiki. Llévatelo. Estamos rodeados.

-Perooo...

-¡Espabila, Daiki!- gritó un azabache -. Ahora es tu pareja. Tú responsabilidad. Y llévate Ryō.

Asintió. Sin esperar más, se quitó la chaqueta y cubrió al pelirrojo. Lo cargo al estilo princesa y comenzó a correr junto con Ryō y otro alfa.

Claro. El tigre no se dejaba. Pelea para zafarse.

-¡Deja de moverte!- ordenó con la voz de alfa. Jamás le había gustado usarla con omegas, pero ese pelirrojo era difícil.

Se sintió herido por el uso de la voz. Pequeñas lágrimas surcaron sus mejillas. Se las limpio rápidamente.

Se sentía tan humillado.

Había sido marcado por error, porque la pantera lo había creído alfa. Sentía a su omega internó contrariado al igual que él.

Ryō observó al pelirrojo. De verdad no parecía un omega. Y al parecer no estaba nada feliz por lo que acababa de suceder.

_______________

Cuando llegaron con el resto de la manada. Muchos se sorprendieron al ver al alfa jefe cargado a alguien, y más que ese alguien tuviera el aroma de su jefe.

Daiki cruzó el umbral de la casa, con el pelirrojo en brazos. Sabía que un omega recién marcado debía estar en el aroma de su alfa. Así que lo llevo a su habitación. Lo depósito con cuidado y se percató de que yacía dormido. En su rostro se podía observar lágrimas frescas.

Le quitó su sudadera y vió complemente desnudo. No podía negarlo. Tal vez el tigre no parecía un Omega, pero era muy bello. Y más con esas orejas y cola.

Negó. No iba a tocarlo aunque su alfa se estuviese muriendo por tocarlo.

Se dirigió a su guardarropa. Tomó un boxer y una camisa y se dispuso a vestirlo...

Sangre.

Con cuidado lo giró y noto que le había rasguñado la espalda. Tomó una toalla y le limpio la herida. Una vez libre de sangre se dedicó a lamerlo. Poco a poco la herida fue cerrando.

-Mierda- farfulló. Eso terminaba por confirmarle que realmente era su omega.

___________________

Sentía un delicioso aroma, chocolate amargo y moras; sus pósteres favoritos. Estaba en el paraíso, y lo mejor, su omega se sentía sumamente complacido y extasiado.

Abrió sus ojos encontrándose con algo moreno y duro. Sentis una calidez desprender de eso... Miró más arriba.

-Waaaaaa...

- Joder. ¿ Qué fue eso?- el grito le despertó. Miró alrededor el omega yacía en el suelo. Frunció el ceño -. ¿Qué haces en ese lugar?

-Jugando con el piso- respondió con sarcasmo.

Tembló lleno de miedo. Podía sentir la ira del alfa.

- Mira, gatito. A mí respetas.

-¡¿Por qué voy a respetar a alguien que no me ha respetado?! Me mordiste sin mi consentimiento- gritó furioso.

-¡Pues tú olías a alfa! Creí eras un alfa.

-¡Pero no lo soy! Por supuesto que tenía que oler a alfa si mi...

-Cállate- ordenó enfadado. Si olía a alfa se debía a que estaba con uno. Nada más de imaginar sentía furia y rabia al saber que SU Omega estaba con otro alfa.

No pudo evitar soltar un gemido lastimero. Ese alfa se la pasaba usando su voz. ¡Nunca la habían utilizado en su contra, y que lo hiciera su alfa le dolía!

-Lo... Lo siento-dijo incómodo. Nunca se disculpaba. Pero sentía a su omega triste y angustiado.

-Nada de lo siento. ¡Rompe el lazo!

Frunció los labios -No.

-¿PERDÓN?- se levantó y miró fijamente al alfa.

-No lo voy a romper.

-¡ROMPERLO! NECESITO ENCONTRAR A MI...

Saltó sobre el pelirrojo y lo cayó, besándolo.

El pelirrojo se sintió tranquilo al ser besado. Su alfa... Era su alfa aunque no lo quisiera.

La pantera deslizó sus manos hasta los glúteos del tigre y lo apretó.

_________________

-¡Maldito alfa calenturiento!

Todos se quedaron callados... Se miraron unos a los otros y rieron. 
Aquella desconocida voz debía ser del omega de su jefe.

-La tendrá difícil- sonrió Souchi Imayoshi, alfa lobo negro.

-Espero que el Omega este bien...

-Lo estará, Ryō. Ya viste la forma de se defendió de Daiki.

-Eso si que fue sorprendente. Jamás imaginé que un omega fuese a darle batalla a nuestro jefe.

-Ninguno. A mí me pareció, y olía, un alfa.

-Lo mismo.

_______________

Se frotó la mejilla. Tenía que salir de allí antes de cometer una tontería.

-Tienes prohibido abandonar la casa. Créeme. Si sales te dispararán mis chicos. Nada entra ni sale del territorio sin mi permiso, y tú no lo tienes hasta que aprendas a respetarme.

No sé atrevió a contradecirlo. El alfa se miraba muy intimidante.

-Nombre. Edad. De dónde eres, y manada- exigió.

Bajo la mirada -Kagami Taiga. 17 años... América. No tengo manada. Solo a mi hermano.

Un linea se formó en sus labios ¡Un jodido menor de edad! Menuda broma. El omega parecía mayor, mucho mayor.

-Bien. Soy Aomine Daiki, tengo 27 años. Soy alfa líder del territorio Tōō. Fuera de los muros de la manada se encuentran varios territorios. Tengo amistad con los líderes de Rakuzan, Shutaku, Yōsen, el imbécil de kise y Seirin.

Frunció el ceño -Aun así no tienes permitido salir. Ninguno te conoce, y con tu complejo de alfa te pueden atacarlo y hacer daño. Eso no lo permitiré.

Miró asombrado al atractivo alfa.

-Mas tarde Ryō vendrá a recoger tus tallas para ropa.

Asintió. Vio al peliazul cruzar una puerta. Después escuchó la ducha.

¡A escapar se ha dicho!

Tomó el pantalón del suelo y se lo colocó rápidamente. Se aproximó a la puerta grande y la abrió con sumo cuidado. No había nadie.

Rápidamente, salió y recorrió el pasillos. Encontró unas escaleras y las descendió.

-Será mejor que regreses a la habitación.

Se giró rápidamente. Un pelinegro lo miraba con una sonrisa rara -Yo...

-Daiki es de poca paciencia. Hace lo que quiere. Y no quieres verlo enojado.

-Yo...

-Regresa a la habitación. Ryō te llevará el desayuno. Daiki es un lindo gatito cuando está tranquilo, no le hagas enojar o conocerás su peor lado.

Asustado, asintió y regreso a la habitación rápidamente. Cuando llegó, la ducha aún se escuchaba. Subió la cama y se cubrió hasta la cabeza.

-Tatsuya- sollozó.

Daiki salió del baño y vió la bola temblando en la cama. Negó y busco sus ropa.

Tendría que pensar que haría.

El muy idiota le dijo que le quitaba el lazo ¿Acaso no sabía lo que eso implicaba? Jamás lo haría... No lo volviera hacer.

Taiga escuchó como el mayor se paseaba por la habitación.

El teléfono sonó -¿Qué pasa Akashi?... Entiendo... Ya veo... ¿Cómo lo sabes?... Bien. Estoy en media hora.

El pelirrojo se descubrió cuando escucho la puerta cerrarse y soltó un suspiro. Se levantó y fue a la ducha. Tenía que darse un buen baño. Olía a sangre y a Daiki...

Por más que intentaba quitarse el olor del alfa no podía. Olía complemente a él, y lo odiaba. Y se odiaba porque su omega interno disfrutaba del aroma.

Aunque debía admitir que el alfa era muy atractivo. El azul de sus ojos era precioso. Sus labios antojables y sus... ¡En qué estaba pensando! Negó fervientemente y continuó duchándose.

_____

Escuchó el toque de la puerta -A-Adelante.

Un omega castaño entró a la habitación -B-Buen día. Le traje el desayuno Omega-sama.

Taiga arqueó la ceja.

-Favor de decirme su talla. Daiki-san me dijo que le compre ropa de su gusto, Omega-sama.

-Taiga...

-¿Perdón?

-Kagami Taiga. Es mi nombre.

-Mucho gusto, Kagami-sama.

-Soy Ryō Sakurai. Me uni a la manada desde los 17. Tengo 10 años aquí.

-¡TIENES 27!

-Claro- sonrió -¿Kagami-sama?

-17...

Una perfecta o se formó en su boca -Imposible...

Soltó un suspiro -Lo sé. Parezco de 30, y un alfa.

Adorable. Pensó al ver el puchero del pelirrojo -Espero nos llevemos bien. Y por favor, tenga paciencia con daiki-san. Es un... Bruto.

Taiga sonrió al ver alarmado al castaño —Gracias por la advertencia.

—Un omega vendrá y le enseñará la casa.

—Gracias.

Observó al castaño salir, a los montos un rubio entró— Por aquí.

Taiga siguió al rubio.

La casa era realmente hermosa. Tenía varios pisos y habitaciones.

El aroma de su alfa salía de una habitación. Se acercó a la puerta y empujó... Nada.

—Mantente alejado de esta habitación. Todos tiene prohibido el paso.  Y aunque ahora seas su omega no te dará permiso.

Frunció el ceño —¿Por qué?

—Pregúntale a él. Por aquí.

Taiga suspiro... El leve aroma de tulipanes llenó sus fosas nasales. Miró la puerta, el olor provenía de esa habitación.

—Omega.

—Es Kagami— respondió y siguió al rubio.

____________

Daiki regreso a casa.  Había sido agotador responder las preguntas de sus amigos.

Entró a su habitación y se encontró dormido  al pelirrojo. No tenía ganas de ducharse. Se quitó la ropa hasta quedar en bóxer. Se metió a la cama, y observó al pelirrojo.

Las cejas dividas le dieron gracia. Se miraba adorable con ellas.

—Tatsuu...

Frunció el ceño al escuchar el nombre ¿Quién demonios era Tatsu? De seguro era ese maldito alfa con olor a menta.

El pelirrojo se giró, olfate y murmuró :— delicioso chocolate.

Daiki se sonrojo a causa de las palabras, y más al sentir al tigre pegarse a él y su ronroneó. Acarició la espalda del tigre y quedó profundamente dormido.

____

Taiga despertó al sentir calor, y más al sentir algo cerca de su lo ombligo.

Su alfa dormía abrazándolo. Y aquello que sentía en su ombligo era la erección.

Se avergonzó. Aomine Daiki estaba muy bien dotado.  Intentó alejarse pero el peliazul no le dejó apartarse.

________________________

Dos mes había pasado desde que había llegado a la manada Tōō.

Casi todos lo trataban bien, excepto su alfa. Además de que no lo dejaba abandonar la manada. Por más que le explicaba que tenía que buscar a su hermano, él no lo dejaba.

Y no solo eso.

Ahomine le tocaba a cada oportunidad.  Incluso lo había masturbado. Eso había sido bochornoso, jamás se había dejado tocar por un alfa. 

Ese testarudo alfa le estaba haciendo sentir muchas cosas. Entre ellas amor.   Se estaba enamorando de aomine Daiki.

Pero había algo que le molesta,  el hecho de que no le dejaba acercarse a esa habitación cerrada.

Cuando pasaba por esa puerta, su omega interno se sentía intranquilo... Dolido. Y no sabía por qué, pero temía saber la respuesta.

----

Un calor insoportable llegó de golpe cuando estaba duchándose. No... No ... No.

_______________

Daiki se dirigió a su habitación después de un agotador día, y de abandonar esa habitación. Necesitaba una ducha.

Al abrir la puerta, el fuerte olor  le  golpeo. Su pantera ronroneo complacido.

Sus colas y orejas salieron mientras entraba al baño.

Un apeticible pelirrojo estaba sentado en el piso, mientras abrazaba fuertemente sus piernas.

Ojos rojos y azules de encontraron.

Daiki no dudó, y se lanzó contra el pelirrojo. 

Taiga respondió al demandante beso. Su omega saltaba de felicidad.

Daiki no dudó y cargo al pelirrojo, lo llevó a la cama y lo dejó caer para luego subir sobre él.

Taiga gimió al sentir la erección del peliazul sobre su pelvis ¡Enorme!... No tuvo tiempo de pensar y respondió de nuevo a los besos.

La pantera olfateo el cuello del omega... Allí estaba ese olor. Ese olor que le volvía loco y que tanto anhelaba —Satsukiii....

Se quedó petrificado. Ese nombre nuevamente. Su omega se sintió mal. Sintió un nudo en el estómago, y las lágrimas agolparse en sus ojos.

No quería dejarse tocar.

Con fuerzas renovadas empujó al peliazul, tirándole de espalda. Rápidamente  se levantó y cubrió.  —¡Alfa idiota!

Daiki despertó solo para ver al pelirrojo alejarse y huir por la puerta —Mierda.

Taiga corrió por la casa. No tenía escapatoria.  Intentó abrir algunas puertas y nada. 

Llego a la única puerta que se abrió. Era esa habitación.

—¡Taiga!

Asustado entró rápidamente y cerró la puerta; la luz estaba encendida. Movió el mueble más cercano y lo empujó  a la puerta para evitar que el alfa entrará.

Soltó un suspiro, tenía quedarse una ducha muy fría. y se giró se arrepintió de haber entrado.

Su herido corazón no soporto eso.  SatsukiElla debía ser... Era su esposa.

¡Esposa!

Su omega se descontroló. El celo había cesado por completo.

___________________

Aquello rugido no solo puso en alerta a toda la manada, sino que les hizo sentir una gran tristeza.  Y a cierto peliazul un profundo dolor.

Seguido de ese rugido se escuchó cristales romperse y las alarmas encenderse.

Daiki corrió al lugar de donde provino el rugido y ruido.

Era esa habitación.

Empujó la puerta y nada. No se detuvo hasta que empujó el mueble fuera.

Al entrar vio la cama echa trizas,y la ventana rota. No solo eso. Había rastros de sangre en los cristales.  Miró por la venta y vió al tigre atacando a sus muchachos.

Corrió fuera de la habitación, hacia donde el tigre mantenía la pelea con uno de sus alfas.

—¡Detente Taiga!— ordenó con esa voz que tanto odia.  Pero su Omega lo ignoro.

No le quedó de otra, se transformó y peleó con Taiga hasta calmarlo, pero eso no sucedía.  Mordió fuertemente del cuello y fue como Taiga dejó de luchar.

—Tranquilo, gatito. Duerme, mi  tigre.

Odio fue lo que los hermosos ojos rojos le dieron a entender antes de que se durmiera.

—¿QUÉ HA SUCEDIDO?— gritó Imayoshi. Tenía unos fuertes rasguños en el torso.

Regreso a su forma humana y acarició el pelaje de su tigre —Una estupidez...

—Será mejor que llames a un doctor. Tiene cortes profundos en las patas— informó, Ryō preocupado. 

—Llama a Midorima.

Asintió y fue corriendo dentro de la casa.

—Ayúdenme a llevarlo a la habitación— ordenó y llevaron al gran tigre a la habitación que compartían.

Esperó pacientemente mientras Midorima revisaba a Taiga.  La había regado. Había metido la pata por completo.

—Aomine.

—¿Cómo está?

—Mal. Le aplique una medicina para que volviera a su forma humana. Sus manos están lastimada y tiene una cortadas en los brazos.  Tiene fiebre. Todo indica que se cortó su celo de golpe, y por ello tiene fiebre. Para que un Omega frene su celo de esa manera era debe estar mal mentalmente.

—...

—¿Qué sucedió Aomine?

Se cubrió el rostro —Llegue en medio de su celo... Yo... Yo le beso..  y bueno. El olor... Ese bendito olor. Le dije su nombre. Maldición Midorima ¡Le dije su nombre!

—Entiendo la situación.

—Lo peor es que entró a esa habitación. Ha visto todo.

—... Ya veo. Le daré un calmante. Tal vez así se tranquiliza.

—Gracias.

Asintió y se compadeció de su amigo.

____________

Taiga despertó. Se sentía mareado. Sentía dolor en sus brazos, miró y había vendas. Y un dolor en su pecho como si algo faltará.

Miró al rededor. Estaba en la misma habitación. observó toda la habitación hasta el balcón.

Su alfa... No. Aomine Daiki lo miraba fijamente.

Desvió la mirada, regreso ala cama y se cubrió por completo.

—Taiga...— el pelirrojo no respondió —. Taiga. Déjame explicarte.

—...

—Maldición, Taiga— enojado se acercó y subió sobre el bulto. Lo sintió temblar —. Por favor, Taiga. Mírame.

Negó fervientemente.

Frunció el ceño. Enojado jalo la sábana y miró fijamente los ojos rojos, los cuales se desviaron.

—Escúchame. Efectivamente, Satsuki fue mi mejor amiga, mi esposa, mi omega.

Sintió las lágrimas en sus ojos.

— Estaba enamorado de ella.  Fui feliz cuando nos comprometieron. Mi familia es rica, y la de ella también.  Ya sabes. Las empresas. En fin, todo iba bien. Nos casamos, la marque y la hice mi mujer.  Pero... Ella no me quería. Ella estaba enamorada de otro alfa. Yo la ví sufrir y jamás volví a tocarla. Soportaba que cada día ella llegará con el aroma de él. Un día me arme de valor e hice lo que ella quería, romper el lazo.

Taiga miró al peliazul. Lágrimas surcaban sus mejillas. Su omega se removió inquieto.

—Maldición, Taiga. Rompí el maldito lazo sin saber que la llevaría a la muerte.  Yo creí que como ella estaba enamorada de él otro, fácilmente podría recuperarse y ser marcada por él. Pero no fue así. Ambos sufrimos, yo porque la amaba y ella por qué me amaba como su hermano.  Diferentes, pero era amor.  Entonces ella no soporto  que el lazo estuviese roto y murió.  Murió de dolor y tristeza al saber que siempre estuve enamorado de ella.

Sintió el dolor de su alfa.

—No la sigo amando. Fue mi esposa, la mejor amiga que tuve... Siento haberla nombrado.

—Me dolió.

—Lo sé— respondió. Hay sentido el dolor de Taiga —. Y discúlpame. No volverá a suceder.

—...

Sintió la desconfianza —Joder Taiga. Te quiero. Te deseo. Eres mi omega. Te he aceptado. No podría vivir sin y ti, y no pienso romper nuestro lazo.

—¿De verdad?

—Si— besó la frente del pelirrojo —Te quiero tiger. Sin importar el vil carácter que te cargas.

—Hey!

—¿TÚ ME QUERÉS?

—idiota. Si no te quisiera no me hubiese puesto así— farfulló desviando la mirada.

Daiki sonrió y acarició las mejillas del pelirrojo. Aproximó sus labios y lo beso.

Taiga abrió la boca cuando la humedad lengua intentaba abrir su cavidad.

Tan entretenidos estaban que saltaron cuando un fuerte rugido se escuchó, así como las alarmas.

—¡Tatsuya!— gritó Taiga emocionado. Empujó al peliazul y salió corriendo.

Daiki frunció el ceño tras escuchar el nombre. Corrió detrás de su omega.

Al salir al jardín. Varios alfas tenían rodeado a un tigre blanco. Claro, este estaba en una batalla con el lobo negro.

Taiga sonrió y corrió sin portar la pelea. Se lanzó sobre del tigre blanco —Tatsuya.

El lobo negro se detuvo abruptamente para no acatar a la pareja de su jefe.  Mientras, el lobo blanco lamió la mejilla del pelirrojo.

—Te extrañe, Tatsuya.

Aquellas palabras hicieron enojar a cierta pantera.

El alfa blanco olfateo a al pelirrojo para asegurar que estuviese bien. Rugió al sentirlo.  Miró fijamente al hombre que estaba a unos pasos.  Se separó del pelirrojo y miró desafiante al peliazul —¿POR QUÉ HAS MARCADO A TAIGA?.

—¡Tatsuya! Regresa a tu forma humana. Estás en territorio desconocido.

Todos vieron aparecer a un alfa apuesto. Un lunar debajo de su ojos le hacía ver sexi.

—Taiga ¿Por qué te has dejado marcar?

—No me he dejado marcar. Fue en medio de una pelea.

—¡Pelea!

Taiga bajo la mirada al sentir el enfado.

—Después de separarnos, termine en medio de una pelea por territorios. Ahomine creyó que era alfa y bueno..._ rascó su mejilla-… me mordió para que lo obedeciera pero todo salió mal... Me marco y bueno, el resto es historia.

—¡Estúpido! Te dije que no te soltarás y lo hiciste ¡Ahora estás marcado!

Taiga se cubrió los oídos al escuchar los gritos de su hermano. Miró al peliazul. Claramente estaba dispuesto a saltar sobre Tatsuya.

—Ahomine— la mirada azul se posó sobre él —. Él es Himuro Tatsuya. Mi hermano... Bueno, compartimos mamá.  Tatsuya. Es él Aomine Daiki... Mi alfa.

Tatsuya se sorprendió de ver el sonrojó y la aceptación en su hermano. Soltó un suspiro —le haces daño a mi hermano y te desgarró la garganta gatito.

—He y tú quien..

—No discutan— Taiga se metió entre ambos —Hablemos...

__________

Muy a su pesar, Daiki había dejado que Tatsuya se quedará  temporalmente en la manada. No le hacía gracia, pero su tigre se miraba feliz.

Tal vez  no hacía mal acceder.

Taiga se levantó y besó la mejilla del peliazul —Gracias. Pero aún no te perdono por lo de tu ex..

Daiki supo que le costaría mucho que Taiga Kagami le perdonará. Pero no importaba. Tenía mucho tiempo para enamorar a su tigre.

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

;)


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