Luego de pasados dos años del ascenso a Hokage de Naruto apareció en el cielo azul el halcón que solía enviar Sasuke, Naruto lo vio cruzar frente a su ventana dirigiéndose al área de las aves, soltó todo lo que estaba haciendo dejando a un sorprendido Shikamaru detrás de él, corrió lo más que pudo y atravesó la puerta justo cuando el ave se posiciona sobre el brazo de uno de los ninjas de la aldea, sonrió de lado a lado, el halcón en cuanto lo reconoció salto a su brazo y Naruto acaricio suavemente su cabeza.
—Eres un buen chico.
Consiguió una galleta de una de las mesas del lugar y se la acercó al halcón que la recibió animado, para luego dejar que el Hokage sacara de su pata el pequeño papel; los ninjas encargados quisieron convencerlo de que le permitieran decodificar el mensaje, pero sabían que tratándose de Sasuke no había mucho que pudieran hacer, el Hokage sin muchas explicaciones volvió a su oficina con el pequeño documento en la mano.
Uno de los jutsu más fuertes del Uzumaki seguía siendo el KageBushin, se le podía ver por diferentes áreas de la aldea realizando diferentes actividades, incluso se rumoraba entre los habitantes de la aldea, que quien estaba siempre en la oficina no era más que un clon y que no se podía saber con certeza dónde estaba el real. Todos y cada uno de los aldeanos se sentía de la misma manera, incluida Hinata, que, aunque se lo propone no logra acostumbrarse a que el cuerpo a su lado desaparezca en medio de la noche cuando adivina a un Naruto real durmiendo profundamente en algún cuarto de la torre, lejos de ella, pero quien podría acostumbrarse a eso, aún en su mundo sentía que, si en algún momento decidiera volverse loca, con una razón así cualquiera lo aceptaría.
Naruto, luego de tantos años entendía la importancia de sus clones, lo mucho que le habían servido para entrenar su propio cuerpo, para conocerse a sí mismo, le permitían estar en varios lugares al mismo tiempo, cumplir con la mayoría de sus tareas y creía que si se concentraba lo suficiente le permitirían salir de la aldea sin que nadie se diera cuenta.
Era cierto que prácticamente dominaba el jutsu, pero jamás había hecho algo como eso, ya era Hokage y debía permanecer en la aldea, si algo pasaba y él no se encontraba sería toda su responsabilidad, pero se sentía seguro de que todo saldría bien, debía confiar en su gente, en el personal que vigilaba la aldea, en Sasuke que estaba cuidando sus intereses desde lejos; solo debía cuidar que Shikamaru no notara su ausencia y reconociera al clon como su yo verdadero, debía confiar en que aquellos que cuidaban la aldea no lo vieran salir o podría ser sospechoso; necesitaba saber que tanto tiempo podía estar lejos antes de que los clones empezaran a desaparecer por sí solos. Preparo todo con detalle, eran las seis de la tarde y Shikamaru estaba cerca de abandonar la oficina, él era el único al tanto del número de clones que deambulaban por la aldea y sus funciones, se supone él era el único capaz de identificar entre un clon y el real, y superar eso sería la prueba más grande de todas, hasta ahora a pesar de haberlo intentado no había sido capaz de ganarle una sola partida de shogi, juego al que se había dejado arrastrar sin entender mucho de su funcionamiento pero con el Shikamaru lograba explicar un montón de cosas sobre estrategia y liderazgo; sin duda engañarlo a él sería la prueba más grande.
Necesito hacer una de pruebas antes del movimiento principal, convencerse a sí mismo de que estaba listo para hacerlo. No habían pasado si no dos años desde que se convirtiera en Hokage, uno más desde que se casara con Hinata y casi seis desde que se Sasuke abandonara la aldea de nuevo. Primero lo haría durante una noche, uno de los clones estaba en su casa junto a Hinata, otro cenando con Iruka, y el que se supone era el original estaba firmando documentos sentado en la oficina principal al lado de Shikamaru que hacía lo mismo; había aprovechado un momento en el que Shikamaru había ido al baño para intercambiar con el clon, trato de nivelar sus niveles de chacra para que su mano derecha no notara la diferencia; se alejó de la torre lo más que pudo, para poder vigilar y observar lo que sucedía; su clon se comportó tal cual debía hacerlo y Shikamaru aparento no sospechar, pronto abandonó la oficina y su clon se acostó en el cuarto contiguo a la oficina donde pasaba la mayoría de sus noches, pero la prueba apenas comenzaba debía mantenerse alerta, los demás clones no podían solo desaparecer y ya, una vez terminada la cena con Iruka, el clon desapareció frente a él; desde su posición observo como Shikamaru pasaba por el lugar justo cuando este desaparecía, el clon con Hinata debía permanecer hasta la mañana siguiente cuando fingiera ir a trabajar. A la mañana siguiente Shikamaru debía encontrar al clon a medio vestir sentado al borde la cama, recién levantado y sin asearse aún, tal cual lo encontraba todas las mañanas, y los más importante aún sería que el clon debía ser capaz de crear tres clones más frente a Shikamaru, quienes cumplirían las funciones del día. Todo fue un éxito o así lo creyó hasta que regreso a la oficina y tomó su lugar reemplazando al clon, Shikamaru regreso con un té que Naruto le había pedido y se sentó frente a él.
— Toma, traje bocadillos también, debes estar agotado.
— No más de lo normal.
— ¿En serio?, después de mantener dos clones toda la noche y crear tres más hoy, dormir en la intemperie y no comer durante el día, pensé que estarías, aunque fuera un poco agotado, pero supongo que te subestime.
— ¿Como lo notaste?
— ¿Estabas intentando engañarme?
— El clon actuó bien, no lo entiendo.
— Dame más crédito, estoy contigo casi todo el tiempo, me doy cuenta de todo, incluso cuando estas triste o pensativo, cuando extrañas a alguien también lo noto, como no iba a diferenciar entre un clon y el tú real. - Naruto bajó el rostro decepcionado - ¿qué sucede?
— Necesito salir.
— Déjame adivinar, ¿Sasuke? - Naruto se echó hacia atrás y restregó sus cabellos en un gesto, aunque infantil un tanto desesperado - él es el único que te puede llevar a cometer una locura.
— Su último informe fue ayer, está cerca según dice, desde que me convertí en Hokage no ha sido posible verlo.
— No tienes que engañarme para verlo, puedes ir - durante un segundo Naruto pareció sorprendido, pero luego entendió - ¿además, acaso no envió el informe completo?...
— No puede ser un clon, tengo ir personalmente.
Intento explicarle sin ahondar en los detalles, trato de convencerlo de lo importante que era para él, para los dos, poderse ver, pero Shikamaru era testarudo, sabía que desde su posición su deber era hacer que el Hokage no cometiera una locura, procurar por la seguridad de la aldea, pero estaba seguro que si salía nadie lo notara, nadie más que él lo notaria, y básicamente no iba a poder hacerlo si no lo convierte en su cómplice.
— Porque no le envías un mensaje diciéndole que venga, que pase un par de días y luego continúe con su viaje.
— No es tan sencillo.
— Puedes explicármelo — Naruto respiro hondo examinando sus opciones — Naruto?
— Eres mi mano derecha, confió en ti más que en nadie.
— Lo sé.
—Esto no es sobre la aldea, confío en que todo va a estar bien, confío en que vas a mantener las cosas en orden, tres de mis clones estarán contigo, viajare solo, y en tres días estaré de regreso nadie notara mi ausencia.
— Naruto...
— Es personal, confió en ti
— Ya dijiste eso.
— Haz visto como cada noche yo me quedo en el cuarto de al lado y un clon va con Hinata — Shikamaru asintió sin comprender — Tú vas cada noche al lado de tu esposa ¿por qué?
— Siento que estas involucrándome con algo muy problemático.
— Confió en ti, Hinata es espectacular, pero no soporto pasar mis noches con ella, un día de ida un día de vuelta, para estar un día con la persona que amo, es todo lo que pido, nada pasara.
Shikamaru quedo en silencio no dijo nada más. Naruto respiro hondo arrepintiéndose de cada palabra dicha, en su deseo de ir a verlo había roto una promesa hecha muchos años atrás, pero necesitaba hacerlo, necesitaba la seguridad de que Shikamaru se haría cargo de las cosas mientras él no estaba, y que no le diría nada al consejo, ni a Hinata.
El tiempo seguía pasando, ya se cumplían tres días desde que llegara el halcón de Sasuke, debía hacerlo volver y enviar un mensaje con el que le diera a entender donde debía esperarlo. Seguía con los preparativos de su viaje, si su intuición era cierta, él debería estar en alguna aldea cercana esperando que el halcón volviera. Sasuke necesitaba verlo. Saldría esa misma noche, no tenía tiempo de esperar si podía contar con Shikamaru o no, una vez él no estuviera, no tendría otra opción más que fingir. Pero no fue necesario, una vez el halcón salió volando, Shikamaru apareció en su espalda.
— ¿Cuándo sales?
— Esta noche.
— ¿Que debo decir si alguien lo nota?
— Nadie notara nada, y si lo hacen estoy seguro que sabrás que decirles.
— Es problemático, odio que me involucres.
— Fuiste tú quien eligió ser mi mano derecha, son los gajes del oficio, no te compliques por eso, y quiero que sepas, que igual te hubiera elegido a ti.
— Si, adúlame, eso te está llevando muy lejos.
Naruto abandonó la aldea esa misma noche, dejo un clon en la torre y otro con Hinata.
A la mañana siguiente, luego de las diez de la mañana, Hinata se acercó a la torre, tomó el té junto a Naruto y Shikamaru, luego Shikamaru la acompaño hasta la entrada.
— ¿Dijo cuándo va a volver? — pregunto Hinata cabizbaja, sosteniendo con fuerza la canasta de los bocadillos.
— Tres días.
— Ok, gracias.