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Complicidad por yuhakira

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Notas del capitulo:

El epilogo por fin salió del horno, espero cure el mal sabor de boca que dejo el final.

Se presentó frente a Kakashi, una tarde casi noche. Sasuke se había ido un par de meses antes, hasta ese momento no sabía nada de él, pensó que por la hora Kakashi lo llamaba para darle noticias, sabía de antemano que los dos se mantenían en contacto, a pesar de los sentimientos de Kakashi por Sasuke y de su enojo por haber intentado matar a sus compañeros de equipo, el ahora Hokage lo seguía teniendo en muy buena estima, seguía siendo su más preciado estudiante, aun cuando Sasuke ya no necesitará de su tutela.

 

Pero Naruto lo sabía, sabía que entre ellos se hablaban, de vez en cuando veía su halcón cruzando por encima de la alea, pero Kakashi insistía en no decirle nada, por más que Sakura o él preguntarán. Estaba un poco harto de la situación, no solo porque no recibía noticias de él, sino porque desde que él se fuera se sentía más aburrido y taciturno de lo habitual, antes su motivación había sido encontrarlo, había entrenado su cuerpo, su mente y su alma por encontrarlo, sus pensamientos estaban todos para él, pero desde que volviera a la aldea había tenido un sentimiento amargo que no podía poner en palabras, incluso cuando ahora concentraba todas sus energías en convertirse en Hokage.

 

El Hokage en vez de darle noticias lo envío en una misión tonta según él, alguien más podría hacerlo, desde que había terminado la guerra no había tenido una misión real, se sentía un mensajero, todas sus misiones eran similares y aburridas, aunque le causaba alegría encontrarse con Bee, sentía que toda su habilidad y destreza de la que ahora era dueño se desperdiciaba, más no tuvo otra opción más que cumplir.

 

Se encontró con Bee, compartió con él unos días antes de regresar a la aldea, hablaron mucho, sobre todo lo que había pasado, sobre el futuro de las aldeas, de su futuro como Hokage, Bee no escatimó en recordarle lo importante que era que formará una familia, que se acerca a una buena chica, no dejaba de hablar de que ya era tiempo de conocer los placeres que daban las mujeres, de alguna forma le había hecho creer que su posición como Hokage sería más respeta si tenía una buena mujer a su lado, y las palabras podrían haber quedado en el aire si hubiera sido el único en decirlas, pero no era así, constantemente Iruka también se lo recordaba, incluso el Kazekage que no había tenido la necesidad de hacerse con un mujer le decía a menudo que si conocieras a la indicada lo haría, sería una forma muy válida de mejorar sus niveles de estrés, de tener algo más en que pensar que no fuera la aldea, nunca le negó la cantidad de chicas que pasaban por su despacho enviadas casi todas por su hermana con el fin de que él contrajera matrimonio, el cargo de Kazekage necesitaba un heredero fuerte, y ninguno mejor que uno de su propia sangre.  

 

De camino a casa se detuvo en un pueblo cerca de la aldea, había enviado un informe a Kakashi con una de las ranas avisando de que su regreso estaba pronto, su equipo iba agotado, a pesar del descanso en el país del rayo el camino había sido difícil y agotador, por eso se detuvo en aquel pueblo, esperando que ellos descansaran, su resistencia era mucho mayor por eso aburrido aprovechó para ir al pueblo, quería comer algunos dangos dulces, trozos de pulpo, o ramen en el mejor de los casos, quería tomar sake o beber una cerveza, necesitaba despejar su mente.

 

Afortunadamente encontró un local que vendía ramen, entró y emocionado y sonriente pidió una taza enorme de ramen, escucho el crujir de los palillos separándose cuando el plato fue puesto en frente suyo, el vaho caliente adentrándose en sus fosas nasales le recordaba un olor familiar y acogedor, comenzó a comer sin mucha demora, el jugo de las pastas exquisito en su paladar, la carne crujiente, todo. Mientras comía sintió una mano posarse sobre su hombro, se giró curioso de quién podría conocerlo en aquel extraño lugar, sonrió en cuanto la luz de la luna lo dejo reconocerlo, era una agradable coincidencia sin lugar a dudas, su nuevo acompañante se sentó a su lado, pidió un plato más pequeño de ramen y comió con él, Naruto no dijo mucho mientras comían, se deleitaba con el sabor de su plato mientras miraba de reojo al Uchiha, feliz de encontrarlo, feliz de compartir de nuevo la mesa con él; luego de terminar de comer fueron a recorrer la aldea, Naruto conversaba sobre lo aburridas que estaba las cosas últimamente, de cómo Sakura se alejaba más de él diciendo que esperaba que Sasuke volviera, de repente todo su amor hacia él había vuelto, pero Naruto sentía que ya no le hacía falta, la invitaba a salir más por la costumbre de ser rechazado.

 

Lo invitó a beber sake y él lo siguió, le preguntó que había estado haciendo, con quién andaba, Sasuke le contó las cosas que resultaban menos molestas, que Jugó y Karin estaban con él, que en ese momento estaban en algún lado de los alrededores de la aldea buscando información, ellos le habían visto venir y le habían informado que estaba cerca, pensó en los lugares donde podría encontrarlo y su primera opción fue la acertada. En cuanto el sake iba haciendo su efecto, las preguntas se fueron haciendo más directas también, le preguntó con un deje de dolor por qué no se había comunicado hasta ahora, Sasuke le recalco que, si lo había hecho, enviaba el halcón dando información, el rostro de Naruto entonces se puso triste y evitó su mirada.

 

—No te comunicas conmigo. Solo lo haces con Kakashi, con la aldea en general.

—No sabría qué decir.

—Estaría bien solo con saber que como estás.

 

La conversación no avanzo mucho a partir de ese punto Sasuke se sentía extraño tratando de darle explicaciones, pero el rostro triste de Naruto lo ponía aún peor, sin saber cómo o porqué.

 

Ya muy tarde en la noche se encontraron solos en un parque sentados sobre una banqueta de cemento, habían bebido más de lo habitual, habían conversado y Naruto había desahogado casi todo lo que tenía por decirle, sus inseguridades y los pensamientos que lo habían atormentado desde que se fuera, le contó acerca de sus conversaciones con Iruka y el Kazekage, incluso lo que le había dicho Bee hace solo unos días, Sasuke no dijo mucho, él mismo había pensado es eso, desde niño había pensado que tenía la tarea de revivir el clan, postergar el apellido Uchiha después de él, sin embargo esa necesidad de hacerlo no era tan fuerte en su corazón, creía que aún era demasiado joven para eso, tenía muchas cosas que arreglar antes, le sorprendió que Naruto al contrario tuviera pensamientos tan fuertes al respecto, las voces a su alrededor tomaban demasiada fuerza en sus pequeñas cavilaciones, en medio de su discurso sobre la familia, sobre una esposa y la forma en que eso se relacionaba con ser Hokage, metía de forma irresponsable palabras de su madre, de Jiraiya, ese habido hombre que nunca había tenido ojos para una sola mujer, pero que había logrado sembrar en lo más hondo de su cerebro esa idea sobre familia, pero es que con Naruto, que nunca había tenido una, la promesa de la felicidad a través de esa simple idea representaba para él algo importante, que valía la pena intentar.

 

Más al tiempo que hablaba de todo eso, no dejaba de verle y sonreír, de acercarse e invadir su espacio personal, Sasuke pocas veces lo permitía, por no decir ninguna, pero Naruto se movía con demasiada familiaridad alrededor suyo, lo invadía sin pedir permiso y Sasuke no sentía la necesidad de alejarlo. Sus palabras y sus actos eran dos cosas distintas y contradictorias en sí mismas.

 

Naruto estaba confundido, entre más se acercaba a Sasuke, mayor era su necesidad de estar más cerca, sus pensamientos y cavilaciones sobre el futuro se esfumaron de su mente en cuanto estuvieron en su habitación de hotel, su equipo dormía y ni siquiera repararon en su llegada. Su habitación era íntima y apartada de todo lo demás, Sasuke no opuso resistencia, lo dejo inmiscuirse entre sus piernas desnudas, lo dejó saborear su cuerpo, sus labios. Había sido un acto meramente físico, inducido por sus hormonas, por el sake, pero sobre todo por la necesidad de cariño que tenían ambos. Sasuke no dijo nada cuando despertaron, creyó que con decir adiós sería suficiente, pero Naruto lo detuvo, el chico rubio era un manojo de nervios sin saber cómo actuar, con todas las palabras dichas el día anterior revoloteando en su cabeza, sus palabras y sus actos tan diferentes el uno del otro, Sasuke intentó salir, dejarlo de ese modo, pero Naruto seguía impidiendo que se fuera, no era que fuera una necesidad urgente de Sasuke escucharlo, pero su agarre era tremendamente caliente y acogedor, se sorprendió a sí mismo sintiéndose a gusto en sus brazos, se sorprendió de lo mucho que se había esforzado para impedir que su cuerpo terminará impregnado con su aroma, sintió la necesidad de huir, entre Naruto más se aferraba a él, más sentía la necesidad prominente de huir de lo que podría ser el inicio de una pesadilla, pero no pudo hacerlo, al final lo único que logró fue que Naruto se sentara frente a él en la cama deshecha, impregnada con sus esencias y fluidos corporales.  

 

—¿No vamos a hablar sobre esto? ¿solo vas a irte?

—No hay mucho que decir, ve, cásate y conviértete en Hokage, ¿no es eso lo que quieres? no hay más de que hablar.

—¿No te gusto?

—Naruto ¿de qué hablas?

—¿Dime que no sentiste lo que yo? —Sasuke lo miró extrañado— mi mente voló, fue como si todo se aclara dentro de mí, no voy a casarme, ni siquiera sabría con quién hacerlo.

—No me involucres en tus planes, ¿qué vas hacer? ¿caminar de mi mano por toda la aldea? ¿o piensas abandonarlo todo y venir conmigo?

 

Naruto entonces guardó silencio y todas las conversaciones que había tenido alrededor del tema de su futuro volvieron a arremolinarse en su espalda; Sasuke hizo ademán de levantarse hastiado del tema, bien era cierto que la idea en sí misma no le incomodaba, si alguno en la aldea se atrevía a decir algo de él o de Naruto no le temblaría la mano para darle su merecido, o si decidiera escaparse con él, tampoco sería una mala idea aunque lo prefería como Hokage, pero si no aceptaba ninguna de las dos, él seguiría su viaje junto a sus compañeros y en un par de días olvidaría todo lo ocurrido. Antes de salir Naruto volvió a detenerlo.

 

—¿No me odias?

—¿Porque preguntas eso?

—Antes me odiabas, volviste a irte de la aldea, intentaste matarme, pero dejaste que todo esto pasara, ¿por qué?

—Le das muchas vueltas al asunto.

—¿Podemos vernos de nuevo?

—¿De nuevo?, ¿estás diciendo que quieres seguir haciendo esto?

 

Naruto resignado volvió a la aldea, su cabeza era un enredijo, en cuanto llegó, Iruka le invitó a comer, lo atrajo hacia su cuerpo con uno de sus brazos, sonriendo alegremente.

 

—¿Sabes de que me entere? —preguntó impaciente mientras Naruto terminaba su segundo tazón— Me dijeron que Hinata está interesada en ti —las mejillas de Naruto se sonrojaron.

—Eso no es un secreto.

—Oh vamos, si lo sé, siempre tuve la sospecha, pero lo confirmé, ¿porque no sales con ella?

 

Naruto que hasta ese momento no había vuelto a pensar en otra cosa que no fuera Sasuke, en su presencia, en lo que había sentido estando con él, y como cuando pensaba solo en él de alguna forma todo su malestar se difuminaba, pero hay en ese restaurante que había sido su refugio desde niño con el viejo Ichiraku sirviendo su anhelado platillo, supo entonces, que jamás lo dejarían en paz, no lo dejarían tampoco estar con Sasuke, hasta ahora en la aldea no había visto una relación de ese tipo, ninguno de los chicos había mencionado nunca que algo así fuera posible, se sentía distinto a todos, pero lo cierto era que toda su vida había sido diferente, y agregar otra cosa a su currículum le parecía agotador, era consciente de que la única forma que tenía de estar con Sasuke sin que la gente pusiera su mirada de nuevo sobre sí de forma despectiva e hiriente, era huyendo con él, pero el Uchiha había renunciado a su propia meta de ser Hokage confiando en que haría un buen trabajo. Volvió a su casa meditando, el diminuto apartamento se le hizo enorme desde su cama, mientras pensaba lo mucho que le hubiera gustado probar aquello antes, tener el cuerpo de Sasuke desnudo sobre su cama se le antojaba de una forma irracional, no podía alejarse de Sasuke, no quería hacerlo, aún sin estar seguro de los pensamientos del otro, de lo que él sentía, si acaso lo dejaría ser.

 

Al día siguiente partió de nuevo, Sasuke le había dicho dónde estaría los días siguientes, si no le había mentido, lo encontraría pronto, le aviso al Hokage que iría a entrenar unos días, intentó convencerlo de que no fuera solo, pero logró escaparse de él. Pasados tres días lo encontró, Sasuke no se sorprendió al verlo, de alguna forma había estado esperándolo, había estado pensando que olvidarlo sería fácil, pero entre más pasaban las horas más descolocado se sentía, ¿debería empujarlo a estar con él? pero, sobre todo, ¿qué era eso que estaba sintiendo? ¿por qué se salía tan fácil de su control?

 

Permanecieron sentados el uno al lado del otro en un prado fuera de la aldea donde había encontrado a Sasuke, en silencio, viendo como el atardecer llegaba, Naruto seguía repasando en su cabeza como decirlo, como explicarle la forma en que su cabeza había imaginado que todo iría bien.

 

—¿Qué haces de nuevo aquí? —pregunto Sasuke, un poco exasperado por su silencio.

—Hinata, ella… —Sasuke lo miró sorprendido— ella me quiere, ella puede convertirse en mi esposa.

—ÖK, eso está bien, es lo que querías.

—Sasuke… —le tomo la mano, cruzándola con la suya— yo te quiero a ti, siempre te he querido a ti.

 

Sasuke no entendió, volvió a quedarse en silencio mientras Naruto seguía buscando en su cabeza las palabras adecuadas, sintió en el tacto de Naruto una calidez que le invadió, no podía soltarlo, por más que quiso hacerlo no pudo, presiono con fuerza su mano a medida que iba entendiendo sin palabras lo que Naruto le pedía, no era que lo amara, para ese momento no sabía muy bien lo que sentía, él era la representación de un lazo que se había negado a romper durante toda su vida, era su único polo a tierra, el único que había logrado salvarlo de la oscuridad, el único que lograría tomar su mano bajo el manto de estrellas sin que el tuviera como oponerse.

 

—Dices que me quieres, cosa que no entiendo, dices que te casaras con Hinata, pero estas aquí conmigo —respiro hondo antes de continuar— lo que me pides, es que siga tu juego y lo acepte.

 

Los ojos de Naruto se abrieron como platos, intento contener su nerviosismo, pero no pudo más que aferrarse a él con fuerza, lo abrazo con todo lo que pudo, tratando de evitar el temblor de su cuerpo, desde ese día tomo la costumbre de decirle al oído que lo amaba, solo a él, haciendo promesas en el aire, que Sasuke acepto, sintiéndose incapaz de decirle que no.

 

—Es tu decisión, si yo acepto esto, quiero que quede claro, que es tu decisión.

—Toda ira bien.

—Está bien, pero será únicamente hasta que yo encuentre a alguien para formar una familia también —Naruto asintió un poco emocionado de que Sasuke aceptara y triste a la vez de pensar que no era para siempre—. Hay otra cosa más, debes prometer que nadie sabrá de esto, no tengo intensiones de lastimar a nadie.

 

Naruto entonces se vio con la libertad de besarlo, no sintió que fuera necesario decir nada más, sus ojos negros le penetraron el alma, aun cuando decía que un día existía la posibilidad de que se fuera se convenció a si mismo de que eso no pasaría. Paso un día más con él, se encerraron en una habitación de hotel, tal como empezarían hacerlo desde entonces, encontrándose en aldeas esporádicas, esperando que sus caminos se cruzaran para desvestirse en la noche y darse el calor que tanto anhelaban.

 

Sasuke conforme aumentaba el número de veces que se encontraban también lo hacían sus sentimientos, cada vez se le hacía más fácil admitir que estaba enamorado, que lo amaba, cada vez que se sentía abrazado por sus brazos, cada que Naruto le susurraba al oído que lo amaba, cada que veía venir su silueta sonriéndole y agitando una mano en el aire, le encantaba verlo sonreír, contar con ganas sus historias, verlo convertirse en hombre con forme pasaban los meses y los años; nunca volvió a preguntarle acerca de su decisión, él había prometido en silencio que jamás le hablaría de ella, de su vida en la aldea que tuviera relación con ella, todo de lo que él hablaba era del entrenamiento de Shikamaru, de Kakashi y Sakura, de cómo cada vez estaba más cerca el convertirse en Hokage, pero el día llego pronto, la invitación a su boda, llego envuelta en un listón blanco amarrado a una de las patas de su halcón, supo desde el principio que había sido ella, aun así le hizo el reclamo a Naruto una vez se encontraron; por primera vez desde que se formara su nido de amor en cuartos de hotel discutieron, de una forma que había quedado muy oculta en el pasado, Sasuke sintió la necesidad de nuevo de golpearlo, de tratarlo de idiota, le dolía por dentro, había dejado que sus sentimientos se volvieran cada vez más fuertes, y pagaba las consecuencias por ellos, se aferraba a su cordura mientras Naruto seguía insistiéndole que lo amaba.

 

Era un acuerdo cruel y doloroso, y solo hasta ese momento en que la realidad se estrelló en su casa lo noto, aun así no tuvo las fuerzas para alejarse y seguir su camino, aun así asistió a la boda y guardo silencio cuando lo único que quería era quemarlo todo, tal como debió hacer años atrás, le devoro los labios a un clon que se acercó a él cuando salía de la aldea, Naruto se despidió de él con un clon, sus visitas empezaron a ser más esporádicas, sin embargo cada una de ellas era intensa y refrescante, después de su accenso a Hokage la situación se volvió complicada, vio en eso la oportunidad de alejarse por fin, aguanto lo más que pudo, se alejó de la aldea lo más que pudo, hasta que su propia necesidad, dos años después, le obligo a buscarlo, casi rogándole que fuera a buscarlo, lo espero con anhelo sentado sobre el banco de madera del local, esperando que su silueta apareciera por el sendero, se reprimió al verlo cerca, evito lanzarse sobre él y abrazarlo, lo extrañaba, el hombre que era ahora Naruto era muy diferente al niño que le había hecho promesas de amor bajo un prado, pero igual le amaba, sus cabellos cortos, sus ojos azules opacos por la responsabilidades en sus hombros, sus manos con las marcas de la pluma y los cortes de las hojas, los nudos en su espalda que solo mostraban su carga, pero en cuanto lo vio sus labios sonrieron y para Sasuke fue suficiente sintiendo su corazón dar un vuelco, fue paciente lo más que pudo, compro el vino para poderse relajar y calmar sus nervios y su necesidad de tenerlo cerca, se dejó invadir se dejó amar, lo observo en silencio mientras dormía impaciente por que todo aquello terminara, por ser más fuerte que sus sentimientos y poder dejarlo ir; discutieron antes de que él se fuera, se había convertido en una costumbre desde la invitación a la boda, pero eso les permitía estar alejados por más tiempo, paso los siguientes meses solo, los de su equipo en ocasiones tomaban rumbos distintos, y terminaba viéndose a sí mismo así, solo entre el bosque, gobernado por sus sentimientos, antes de darse cuenta la noticia llego, lo escuchaba por las aldeas, incluso las más lejanas, su sistema se descontrolo, de repente pensó en cómo sería un hijo de Naruto, sus cabellos rubios y sus ojos azules, vivos de inocencia, si el pudiera darle un hijo no lo dudaría, pero en cambio estaba hay sentado en medio de la nada, pensando que él mismo había dejado que el tiempo pasara, su apellido y su herencia se perdía con el soplar del viento, cuando él muriera no había nada más, ¿qué era lo que quería? ¿que debía hacer ahora?, era una oportunidad sin duda de avanzar y dejarlo todo, pero tenía que decírselo, terminar con él, se lo debía, por todo lo que habían vivido juntos desde que se enfrentaran por primera vez en la academia siendo solo un par de niños mocosos y maleducados.

 

Pero su excusa se alejó en cuanto lo vio sentado en su sillón, sus ojos azules más apagados que nunca, las ojeras debajo de sus ojos, intensas y permanentes, lo vio débil, sumiso, destrozado, le dejo saber que odiaba la idea de tener un hijo, toda su idea sobre familia se había destrozado, no era un hombre que mereciera una, se había convencido de eso, se sentía como el villano de la película, él solo había convertido su vida en un infierno, y sus pies se hundían cada vez más en la lava hirviendo, estaba destrozado, todos los planes de Sasuke por dejarlo solo, por abandonarlo a su suerte se esfumaron en cuanto le aclaro que no era cierto, se dejó tocar, se dejó amar de la única forma en que Naruto sabía hacerlo, de nuevo lo observo mientras dormía, sintiendo como si este no hubiera podido hacerlo en un buen tiempo, acaricio sus ojos, buscando que el poder en su interior sanara también sus heridas del alma, pero ni aún el poder del Rikudo había servido para eso.

 

Hinata finalmente exploto, y no era su culpa, Sasuke pudo haber explotado igual y finalmente quemarlo todo, sin confrmarse con acabar con Naruto, le sorprendio ver al clan Hyuga dispuesto a revelarse contra su Hokage a favor de su heredera, pero era algo de esperarse, fue conciente de que pudo haber hecho más para que Naruto no fuera herido, pero de algún modo sintió que él también quería hacerlo, por haberlo enredado en esa historia cruel y dolorosa de la que ninguno había sido triunfador, lo vio sangrar, adolorido, tocando fondo, vio la desesperación en los ojos de Hinata, el odio del clan colándose por las fisuras de las ventanas, vio el sentimiento de culpa de Shikamaru cuando invadió la habitación y Naruto empezaba a recuperarse, todos fueron cómplices de la situación, todos ayudaron para llegar a ese punto.

 

Una vez Sakura saco el veneno del cuerpo de Naruto se encontró a si mismo sin saber qué hacer, había estado esperando una oportunidad para alejarse desde que todo empezara, y aunque había tenido cientos de señales, solo entonces viéndolo hay sentado y agotado en su sillón entendió que era el momento, cada uno tenía heridas que sanar, Shikamaru -quien se había visto envuelto en todo eso sin quererlo-  Hinata, Naruto, él, por eso se fue, abandono la aldea esa misma noche, Naruto no volvió a saber nada de él, más que estaba vivo por los informes que seguían llegando.

 

Naruto seguía recluido en su despacho, aquel recinto había tomado la forma etérea de una prisión cualquiera, cumplía con sus deberes lo mejor que podía, para eso había sido entrenado. Después de lo sucedido Hinata firmo los papeles y abandono la casa, Naruto tardo dos años en decidirse a venderla, luego de encontrarla llena de polvo y telarañas un día que había decidido pasarse a descansar, olía a moho, a abandono, él no había podido cambiar la costumbre de dormir conjunto a su despacho, esa torre se había convertido en su refugio, sus clones recorrían la aldea sin pausa, saludando a los aldeanos, cenando con Iruka que continuo varios meses lamentándose por el divorcio, nunca nadie supo del incidente, no hubieron represalias contra el clan Hyuga, no se volvió a mencionar el tema, Shikamaru pretendió olvidarlo también, Kakashi nunca supo lo sucedido, pero desde entonces le visita en la oficina con más frecuencia, aún sin saber porque su estimado estudiante se había ido sin despedirse, luego de haber cuadrado almorzar el día siguiente.

 

Los halcones de Sasuke seguían apareciendo, traían información sobre otras aldeas, aviso a tiempo sobre los planes de invasión de una aldea pequeña, que fue controlada a las afueras de la aldea antes de llevar a cabo su plan, sin duda era un miembro activo de su cuadrilla, no solo activo, fundamental. Pero ya eran cinco años donde él había dejado de ir a buscar el halcón cansado de que ningún mensaje estuviera destinado para él, el vacío en su interior se hizo demasiado grande, tras mucho intentarlo había logrado que Hinata volviera a trabajar, evitaba al máximo el contacto con él, pero había vuelto a ser un ninja activo, Sakura le reprocho hasta donde más pudo el que Sasuke no volviera, igual que con Kakashi se había ido sin despedirse.

 

Shikamaru estaba sentado frente a él cuando lo descubrió disperso en sus pensamientos.

 

—Mañana tenemos reunión con el consejo, debemos enviar las invitaciones para los exámenes chunin de este año… —no obtuvo respuesta— ¿Naruto?

—Necesito una licencia Shikamaru.

—Estamos aún mes de los exámenes, no puedes pensar en descansar justo ahora.

—Necesito solo una semana, por favor.

 

Shikamaru sobo sus sienes, a duras penas quedaba un rastro de lo que había sido Naruto, le gustaba verlo compitiendo con Konohamaru cada vez que este llegaba a mostrarle otro nivel del Sexy no jutsu, era de los pocos momentos en los que los ojos del rubio recuperaban un poco de ese brillo que tuviera en la juventud, no tenía ni treinta años, pero su presencia se sentía vieja y senil.

 

—¿Qué es lo que quieres hacer? —le miro extrañado— aún es pronto para ir a las aguas termales de Suna, seguro el Kazekage estará gustoso de que vayas a visitarlo, aún faltan un par de meses.

—Llama a Kakashi, necesito hablar con él.

 

Naruto hacia eso últimamente, evitaba conversiones y daba órdenes sin más. Shikamaru salió de la oficina, él mismo fue a buscar a Kakashi lo previno de lo que podría decirle, la única forma de que el consejo le aprobara un descanso de al menos una semana, era que el anterior Hokage asumiera el cargo, en modo de suplente, dependía de él que Naruto lograra su cometido, por eso Shikamaru se lo advirtió, para que este pudiera tomar una decisión ante de verse presionado por el Hokage.

 

Kakashi no había durado mucho en su cargo, lo suficiente para verificar que Naruto estaba listo, una vez tuvo la oportunidad de retirarse lo hizo, sin embargo admitía que estar al lado del cañón era complicado, siempre había preferido cumplir con las misiones tipo S que en ocasiones le eran encargadas, hacia el papel de consejero cada que Naruto lo solicitaba, y sabía que no era la primera vez que se enfrentaba a tal petición de su parte, pero siempre había sabido como esquivarlo, y en conocimiento de que los exámenes chunin estaban a la vuelta de la esquina, pensó que esta vez tampoco era oportuno hacerlo, pero Naruto no le estaba dejando otra opción.

 

—Sensei —le rogo con la voz entrecortada— siento como si se me estuviera acabando el tiempo, necesito encontrarlo.

—Estoy seguro que Sasuke está bien, las malas noticias son las primeras en llegar.

—No me refiero a eso, Sasuke… —no sabía cómo seguir, ya le había dicho todo los argumentos razonables que pudo, pero no funcionaba— tengo un dolor aquí —dijo señalándose el corazón— sé que es mi culpa, jugué con él de la peor forma, pero necesito saber si él, en el fondo de su corazón aún tiene un espacio para mi… solo te pido un par de días, los ambu me han dado información de donde esta, iré, y volveré antes de que los exámenes den inicio.

 

El tono suave y débil de su voz por fin se rompió, los ojos de Kakashi se aguaron al verlo, trato de limpiar sus lágrimas mientras ocultaba el rostro en los puños de su capa, ya lo sabía desde antes, pero hasta ese momento no se había detenido a pensar en lo complicado que se había vuelto la situación, Naruto tal y como estaba no podía gobernar una aldea, era solo cuestión de tiempo para que comenzara a cometer errores, con ese pensamiento accedió, pero más que por eso supo que lo hacía, porque en donde sea que estuviera, seguramente Sasuke lucia igual que él.

 

Naruto partió solo un par de horas después, Kakashi asumiría el cargo, con eso él no tendría que dejar su chacra con los clones como lo hiciera la primera vez, ahora trataba de hacer las cosas al derecho. Shikamaru lo intercepto antes de la salir de la aldea, se acercó a él listo para recibir una reprimenda, más lo único que recibió de su parte fue un abrazo sincero, no de su mano derecha, si no de su amigo.

 

—Quiero a mi amigo de vuelta, si este viaje va a servir para eso, me doy por bien servido.

 

Naruto sonrió para él, como no lo había hecho desde muchos años atrás.

 

Sabia por los ambu que Sasuke se había instalado en una casa en medio de un bosque dentro del país del fuego, no muy lejos de la aldea, lo sabía desde hace unos meses, Sasuke estaba tranquilo, el mundo ninja lo estaba, contrario a su corazón y a su mente.

 

Estuvo cerca de la cabaña en las primeras horas de la mañana, esquivo un par de trampas que encontró en el camino, sin duda el Uchiha se cuidaba, y antes de darse cuenta o tal vez divertido de lo fáciles que resultaron las trampas termino colgado por el pie de un árbol cerca de la entrada. Sasuke se asomó solo un par de minutos después, el cuerpo de Naruto aún se mecía de un lado al otro, tenía el gesto aburrido, si bien había podido soltarse quiso saber cuánto tiempo tardaría el Uchiha en salir.

 

 —El Hokage todavía cae en trampas insignificantes.

—La tenías bien escondida —Sasuke se mantuvo en su lugar—. Anda ven bájame.

 

No tuvo que esperar mucho para que Sasuke se acercara a ayudarlo, lo invito a entrar en la cabaña, le pidió que sentara en el sofá mientras le llevaba una taza de té, Naruto espero tranquilo, feliz de no haber sido rechazado, su cuerpo le temblaba, se sentía nervioso, el lugar completo estaba impregnado con su olor, con su esencia, una que reconocía tan lejana en sus recuerdos.

 

Sasuke se debutó en su despensa, busco entre sus cosas las que necesitaba para preparar el té, desecho el que tenía listo antes de que Naruto llegara; se percató de su chacra, lo sintió venir, y aun así no había podido hacer más que esperar, no se esperó tampoco que cayera en una de las trampas que había colocado Karin una vez se instaló en la cabaña, según ella así estaría más tranquila mientras no estaba con él; respiro hondo cuando la tetera empezó a hervir, vacío el contenido transparente en dos vasos de barro y llevándolos en una bandeja volvió a la sala; se sentó frente a él; tal cual lo hiciera muchos años atrás Naruto permaneció en silencio, nervioso, acariciando sus manos sin saber cómo proceder, sin embargo, y a pesar de eso, no era el mismo Naruto quien estaba frente a él, Sasuke se preguntó si el castigo había sido suficiente, si Naruto había aprendido de sus errores.

 

—Están pronto a empezar los exámenes, en verdad tienes tiempo de venir hasta aquí, ¿o te escapaste de nuevo?

—Kakashi Sensei tomo mi lugar temporalmente.

—¿Cometiste un error?

—No, pero si sigo así estoy cerca de hacerlo —volvió a guardar silencio, pero esta vez levanto el rostro para mirarlo—. ¿Hasta cuando vas a castigarme?

—No es un castigo. Vi la oportunidad de alejarme de ti y la tome, te he olvidado, ya es tiempo de que hagas lo mismo.

 

Los ojos de Naruto se aguaron, había examinado en su mente las posibilidades a las que podía llegar esa conversación, necesitaba estar seguro de que Sasuke ya no sentía nada por él, para así poder seguir con su vida hasta que el vacío en su corazón se hiciera tan grande que todo terminara por sí solo.

 

—Siento que me muero por dentro, con cada día que pasa, no volviste a decir nada nunca respondiste mis mensajes no volviste a la aldea… me muero Sasuke —guardo silencio tratando de recuperar el aliento—. ¿Qué debo hacer?

—¿Qué paso con Hinata?

—Es un ninja idóneo, de las mejores que hay, quisiera decir que es una amiga, pero no cruza palabra conmigo, no vale cuanto me disculpe, no hay forma de borrar el daño hecho.

—¿Qué te hace pensar que conmigo hay una forma?

—Porque ya no tengo nada que perder, así que estoy dispuesto hacer lo que me pidas.

—¿Estarías dispuesto a quedarte aquí conmigo?

—Sas…

—Espera, al verte me da la sensación de que te estaría haciendo un favor, sacándote de esa torre.

—Lo cierto es que sí, estoy feliz de poder defender a la aldea y los aldeanos, pero me está empezando a dar claustrofobia.

—Tu lugar es ahí, no hay forma de que yo te quité de tu lugar.

—¿Estás diciendo que tengo una oportunidad?

—No, solo juego contigo, no lo vez, sigues siendo simple.

 

Naruto hizo ademan de levantarse, apenas si probo el té amargo que Sasuke le había ofrecido, pero no tenía la intención de irse; sus ojos aún estaban rojos por las lágrimas que apenas se habían detenido, se posiciono frente a Sasuke, una a una doblo sus rodillas frente a él, y agacho su cuerpo hasta que su frente desnuda toco el suelo frio de madera.

 

—Perdón.

 

Sasuke no aguanto más, una lagrima resbalo por su rostro, una que se afano en ocultar, sabía que Naruto se había arrodillado una única vez en frente del Raikage, intercediendo por él, perdiendo su orgullo a cambio de su vida, ahora hacia lo mismo ante él.

 

—Levántate.

—Perdóname

 

Su voz se escuchó entrecortada, Sasuke sabía que su piso estaba siendo humedecido por el torrencial de sus lágrimas. Cinco años habían pasado, cinco años huyendo de todo lo que lo recordara, su único lazo era con una aldea lejana de la que apenas fingía recordar el nombre; solo cuando sintió que sus heridas estaban sanadas, que sus deudas estaban pagadas, volvió al país de fuego y se instaló allí en la pequeña cabaña a solo unas horas de la aldea, bien sabía que olvidar a Naruto no había podido hacerlo, si así hubiera sido, seguramente ni siquiera habría tenido necesidad de volver al país del fuego, pero hay estaba, confirmando que sí, que aún seguía enamorado del rubio de ojos azules. Lo obligo a levantarse mientras respiraba hondo tratando de recuperar el aliento.

 

—Ya levántate, no hagas más esto.

 

Naruto se levantó sin soltarlo, se aferró a su cuerpo en un abrazo fuerte, Sasuke no tardo en devolverle el abrazo, hasta que se alejó tratando de limpiarle el rostro, la sonrisa tímida en los labios de Naruto, las lágrimas diminutas que recorrían sus mejillas aprecian arrancar de sus ojos su opacidad capa por capa, recuperando así poco a poco su azul característico, su vivacidad.

 

—Vuelve conmigo a la aldea.

 

Sasuke lo beso, impaciente por hacerlo desde que entrara en su casa, Naruto no lo detuvo, al contrario, se apodero con fuerza de sus labios, cuando termino rozo con su nariz la del otro y sosteniendo su rostro lo miro directo a los ojos, esos ojos negros, los únicos capaces de llenarlo de vida.

 

—Hay una cabaña en los límites de la aldea, aún no está lista, este sitio es temporal, en un mes estaré viviendo allí permanentemente, a partir de entonces tendremos todo el tiempo para recuperar lo que hemos perdido.

 

Naruto sonrió satisfecho, era más de lo que podía pedirle, más de lo que merecía, paso esa noche con él, y la siguiente semana también hasta que su licencia hubo terminado y regreso a la aldea.

 

Hinata desde algún lugar de la aldea lo vio llegar, su caminar orgulloso y alegre había vuelto, no era un clon el que saludaba a los aldeanos, sus cabellos dorados brillaban intensamente ante los rayos del sol que parecían haber vuelto a la aldea, lo vio saludar a sus amigos a Iruka que lo abrazo como si no lo hubiera visto en años, disculpándose por haberlo empujada a esa vida, Kakashi tiro su capa del sexto dejando que el renovado Naruto volviera a su puesto, la aldea fue un festival desde entonces, con la celebración de los exámenes, y la visita de Sasuke, ya no los odiaba, aun le costaba hablarle a Naruto, pero se sentía tranquila de que él hubiera vuelto a ser el mismo del que se había enamorado.

 

Fin.

 

 

Notas finales:

Gracias por acompañarme en la odisea que fue escribir este fic, no se imaginan lo que fue, al principio lo tenía muy claro, pero después los pensamientos se me enredaron y no supe muy bien como continuar, aun asó me siento satisfecha con el final, siento que es mi venganza personal contra el final de Kishimoto, aun no lo supero, ya debería hacerlo pero no puedo.

No olviden dejar sus comentarios, me dan vida.


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