Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

INSANO por Mariposa23

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

23-para nuestra querida Lili. Nena discúlpanos por lo q vas a leer. Debriamos poner advertencia de AU, y un Chris muy cretino. Te aseguro q escribimos esto llorando, asique por favor, no nos mates, a menases ni nada, se es muy, muy triste, pero, pero.
Mariposa: Somos fans de este shipp, como fans debemos explorar todos los escenarios posibles y desenvolvernos en ello. No hay nada personal contra Chris. De todo modos gracias por leernos.

Compendios y Desgastes

No lo mereces por q no tuviste, la capacidad, el coraje. Los huevos.
Para defenderlo, para valorarlo, para amarlo.
No lo meces por q él es demasiado bueno para ti. Un pobre miserable, q por evitar la soledad, fue a dar con quien no debía y ahora ya no tiene escapatoria. Eres el pobre diablo q encontró, muy tarde al amor de su vida.
Fuiste injusto y ahora estas pagando tu maltrato.
¿Cuantos años van ya desde la misma mentira?, ¿ocho, siete años?
Te enamoraste de él, desde el primer momento en el q le viste su honesta sonrisa, sus rojizas mejillas y su cabello ondulado. Su talento actoral. Le codiciaste allá por los camerinos, cuando veías su esbelto cuerpo ceñido en ropas q la vedad no le hacían justicia. Tom era perfecto. Aún lo es.
Y es tan amable, y divertido, tan accesible para ayudarte, es tan bueno. Y tan inocente.
Tom se enamoró de ti, cuanto tú te enamoraste de él.
Fue un flechazo espontaneo, amor a primera vista de un par de ojos extranjeros, en la tierra de los sueños.
Fue el comienzo de una triste historia.
Dos amigos, un largo rodaje. Tiempos compartidos.
Donde reían o se hablaban de cosas profundas. No fue sino hasta una tarde, un retraso por un problema con los escritores les llevo a un merecido descanso. No había mucho en el lugar en el q estaban rodando. Pero había un pequeño rincón de césped junto un árbol, en medio de la hierba; ambos escaparon ahí, para pasar el rato. Tom como siempre, hiso algo gracioso y te hiso reír. Y estaban tan cerca uno del otro. Tan perdidos mirándose el fondo de los ojos. La brisa de media tarde, tibia y perezosa.
Para ti Chris, fue cuestión de estírate unos centímetros más. Para Tom probablemente, quedarse, muy quietecito. Hasta q ya empezaron a sentir la piel de sus brazos rozarse.
Y entonces. El primer beso.
Las mejillas de Tom ardiendo, sus ojos sorprendidos y brillantes. Y cabello ondulado y desparramado al viento. La mejor visión del mundo.
Sentiste ahí tu lugar, tu momento. Aquello más importante en tu vida q querías culminar. Tus sueños hechos realidad.
A ese beso le siguieron muchos más. Junto a momentos compartidos, y promesas de verse más seguido. Una llamada aquí, otra llamada allá. Contando los días para volver a rodar, todo para estar juntos, aun q tuvieran mucho q trabajar. Lo valía, si veías 24/7 la sonrisa tierna de Tom. Estaban enamorados. Asique todo era muy privado, muy de solo ustedes dos.
Asique no habían etiquetas, ni formalidades. Y aun q sonara poético y muy agradable.
No estaba bien. Porque aun q el amor existiera. Ellos como pareja, no lo hacían. No era del todo real, aun q sus sentimientos dijeran lo contrario.
Aquello fue lo primero alarmante.
Pero aun así, era el comienzo de su “no” relación, se amaban y querían seguir estando juntos, embobados en ese sentimiento de unión.
Pero. El tiempo pasaba. Y Tom quería más. Quería poder ir abiertamente de la mano tuya. Quería salir a cenar. Y hablarlo con sus padres, quería hacerlo público para q pudieran darse más libertades. Tom estaba seguro de lo q sentía, Tom te amaba.
Pero tú. Te asustaste.
Lo estabas y mucho, porque recién iniciaba tu carrera, y querías despegar “sin ninguna mancha, con todo el apoyo de un público q tal vez, no estaba listo, para el tipo de relación q mantenían tú y Tom” asique ese fue tu discurso, tu mentira. Tú excusa y tú sentencia.
Fue la primera vez viste llorar a Tom.
Sus hermosos ojos, empañados, tan dolidos. Su imagen vulnerable. No lo soportaste. Pero tampoco hiciste nada.
Quedaron algo distantes entre ambos. Tom estaba muy mal, y tú no mucho mejor.
Pero ya dice el viejo adagio.-Lo q une el desino. Nada, ni nadie lo separa- al final todo ese mal tiempo fue como correr en círculos; porque, ninguno de ustedes dos era capaz de separarse por completo del otro.
De nuevo volvieron, y aun q todo era distinto. El amor no lo era.
Tom volvió a ti y tu fuiste a esperarlo.
Y terminaste de arrastrarlo a una vida de pesadilla. La más sufrida para alguien q no se lo merecía
Convenciste a Tom, con besos dulces pero venenosos, de mantener lo suyo en secreto. Le llenaste la cabeza de miedos, pusiste entre tus palabras de persuasión, hasta a tu propia familia.
Y Tom eran inocente, tan bueno. Y te amaba tanto. Que acepto. Todas y cada una de tus condiciones. Incluso aquellas q no le dijiste pero quedaron sobreentendidas.
Iniciaste una relación. Todo el mundo la alabó.
Ella, era hermosa sin dudada. Interesante, un poco caprichosa, un poco superficial. Pero era lo q se esperaba de un actor de tu talla. Nada más y nada menos q una modelo.
Fue la primera vez q viste a Tom enfadado.
Y comprendiste de primera mano, por q él era el indicado para ser la encarnación del dios del caos. Porque Tom, con ese maravilloso cuerpo, tenso y gallardo. Sus ojos bicolores flameando en celos posesivos y demoniacos. Los risos ya no solo curvos sino puntiagudos como muchos cuernos u astas afilados, su hermoso cabello erizado. Era como la encarnación del dios del caos, Tom era idóneo para el papel de Loki, Tom es magnífico aun q este enfadado.
El daño entre ustedes dos. Ahora era más notable, más palpable la herida sangrante.
Pero eres egoísta y retorcido. Eres pervertido y descarado.
De nuevo, tu afilada boca de serpiente izo a caer a Tom. Tentaste, por no decir, robaste un ángel del cielo. Le arrastraste hasta tus propósitos; le recodaste q nunca, alguno de los dos iban a amar a alguien de la manera en q se amaban. Le dijiste en la cara, y se lo repetiste tanas veces hasta q se lo creyó, q nadie, nadie le amaría como tú, y q él tampoco podría amar a nadie como te amaba a ti. Le dijiste q Elsa, era necesaria en la ecuación, para q ustedes dos tuvieran sus momentos más descarados y q nadie sospechara por q ahora ya tendría esposa.
Así fue como le anunciaste tu compromiso. Y Tom solo lloro.
Pero estaba tan aterrado de perderte, de no poder volver a amar o ser amado. Que de nuevo, para suerte tuya. Se dejó guiar por tu corriente, mientras quebraba su alma, en el intento de seguirte el ritmo.
Asique en la boda. Minutos antes de q tú y Elsa dijeran el “acepto”. Tenías la cara hundida en la entrepierna ajena. La boca llena de Tom en aquel punto sensible de placer. Obligándole prácticamente, Tom estaba destruido, fingiendo sus únicas sonrisas, pero llorando a todas horas, Tom ni siquiera hubiera deseado asistir a tu boda, menos ser tu padrino; a Tom realmente le había parecido horrible lo q le hacías a su cuerpo, justo antes de reunirte con Elsa en el altar y besarla, con los mismos labios, q tenías bien ocupados. Pero Tom no era un hombre q supiera rechazarte. Él te aceptaría, como lo hizo siempre, aun si eso representara su muerte.
La misma noche de bodas. Terminaste de matarlo.
Cuando mientras Elsa dormía, tenías a Tom para obligarlo a hacer mucho más durante toda la noche, hasta q te fueras por unos cinco días de luna de miel a Paris.
Tom dejo de ser esa persona linda y feliz. Respetable.
Tom perdió el autoestima desde el momento en q le pediste q fuera tu amante.
Ni bien estabas casado y ya tenías a “la otra”.
La persona q robaría tu atención de tu verdadera mujer. La persona q en verdad amabas, al margen de tu mujer.
Seguiste en ese duro camino, mancillando a Tom en el proceso. Tétricos senderos de espinas y sal sobre las heridas recién abiertas y las otras q no serraban, carne fresca y sensible expuesta a la amargura de tus mentiras. Constante dolor q no sierra jamás las heridas de Tom.
Y entonces vino el primer bebe.
El primer gran quiebre. El primero de muchos.
Porque esto, no era igual a todo el daño q le habías hecho a Tom hasta el momento. Esto era mucho peor. Porque Tom se hacía daño a sí mismo. Amando de sobremanera a tu propia hija, tanto como deseara q fuera suya. La bebe q nunca tenderás con él, una extensión de ti, q por ende Tom amaba. Aun así la prueba más grafica de como Elsa y tú se podían unir. Tan doloroso
Una hija q no amaste ni odiaste. Si no q te dio igual. Porque no era de la persona q en verdad amabas. Otras vidas más q dañadas. Los colaterales de tus malas dicciones.
Tom apenas si se mantenía en pantalla. Su salud estaba intensamente comprometida. Tan débil, con insomnio y una depresión severa. Que ni podía tratar. Porque el escándalo debía mantenerse a raya ¿verdad Chris?. Porque tú le habías hecho jurar q nunca dirían nada sobre su relación.
Sobre q en verdad el gran Chris Hemsworth era gay. Y toda su vida hetero era una fachada.
Más silencio, más secretos. Más alto el costo de esconder tu relación, más daño le hacías a Tom. Y claro q intentabas compensarlo; con cosas. La típica de “intento comprar tu perdón”, por q más de las quintas partes de tu sueldo iban para regalos; perfumes costosos, trajes, abrigos, camisas, sombreros, relojes, gemelos. Tom jamás recibía bien tus regalos, eh incluso algunas veces lloraba al tener q ponérselos. Aun si no los quería, no podías evitar comprárselos y aun q sea apilarlos en su correo.
Pero a resumidas cuentas, no hubo regalo q compensara, el q nuevamente Elsa volviera a quedar preñada. De gemelos esta vez.
Eso fue algo más q un duro golpe.
Lo rompiste.
El día donde se supone descubrirían el sexo de los bebes. No estabas ahí, al lado de tu mujer mirando la ecografía en la clínica, junto a toda la familia.
Estaba manejando furioso a toda velocidad al aeropuerto, al vuelo más próximo q tuvieran al Reino Unido. Porque tenías q ir por él.
Porque esa vez, había sido el colmo, Tom valientemente, quizá suicidamente. Había tomado la decían de dejarte, y volver a casa, ir con sus padres y esperar a algún día sanar, de todo el daño q le habías hecho. Considerando q ahora tendrías, nuevamente más hijos. Tom tenía una profunda culpa q lo torturaba. Y solo creció cuando fuiste a buscarle, para arrastrarlo de nuevo asía esa vida vacía de ser “el segundón” “el otro” “el amante” aquel q nunca tiene lugar, q nunca tiene familia; le demostraste q eras el tipo de hombre q podía hasta ignorar a sus propios hijos, con tal de cumplir sus intereses y buscar su propia satisfacción. Tom supo rota, toda la ilusión q una vez tuvo de ti, de q era un hombre bueno, un hombre de familia demostraste ser, solo otro más de aquellos rostros sin alma q toman lo q les importa y deja lo q no; le arrastrando a quien no lo merece. A un infierno de existencia. Una muerte en vida.
Tom aseguró morir eh ir al infierno de inmediato, porque lo q estaban haciendo era muy malo; lo coaccionaste; de nuevo más miedos y besos, un amor lastimado. Tom lloro y se enfadó todo al mismo tiempo, pero te negaste a regresa a tu casa, si es q él no iba de vuelta contigo; Tom te reprocho por tus hijos, te dijo q no podías dejarlos, ni a Elsa en un estado tan vulnerable; el buen Tom, siempre pensando en los demás antes q en sí mismo. Pero tu decisión estaba tomada y tu voluntad era rotunda. No regresarías si no era al lado de Tom, y él lo entendió, supo q esa discusión era un caso perdido en cuento su vista tan especial, choco contra la tuya color celeste, las cartas sobre la mesa, la apuesta en el aire, y para el día siguiente el vencedor se alza orgulloso. Eras tú, lo habías conseguido, a Tom de vuelta contigo, pero ¿A qué costo?.
Regreso a tu lado, más triste de lo q jamás le habías visto, y como siempre ese sentimiento inquietante dentro de ti, te dijo q lo dejaras, q si lo amabas era mejor dejarlo ser libre y parar de lastimarlo; aun así, como siempre, tu egoísmo pudo más y lo único q hiciste fue, ceñir fuertemente su estrecha cintura junto a tu cuerpo, no querías una vida sin Tom, asique no la tendrías, esa era tu decisión y arias cualquier cosas para cumplir tus objetivos. Tom se había equivocado antes, porque podías ser mucho peor de lo q él veía ahora, podrías ser realmente, malo. Si es q Tom no estaba a tu lado, para balancearte, complementarte, él era el centro de tu gravedad.
Como siempre, Tom no pudo decirte q no. Y aprovechaste de ello, una y otra vez, prácticamente lo usaste. Hasta q la situación fue insostenible.
Chantajes emocionales, migajas de amor, tiempo q no es suyo, más “sobornos de amor”. Y largas horas de “paz” con los tranquilizantes, q le auto-recetaste. Consiguieron cautivar a Tom a tu lado, por un tiempo más. Te valiste de cada arma sucia q concias, todo con tal de no perderlo, te aferraste a él, pero de manera perversa.
Aun con todo eso, tú mismo empezaste a salirte de control. Te volviste celoso y huraño, sobre todo con Tom, cada vez más paranoico. Conseguiste q despidiera a su agente, y a su asistente también, por q sospechabas de una posible infidelidad; es q era casi cierto, habías visto codicia lujuriosa en los rostros de esos hombre, y es q era completamente normal, Tom era tan sexy. Pero era solo tuyo, así es, SOLO TUYO, asique nadie más tendría derecho a regodearse en esa piel del inglés, solo tú y arias lo q sea para ello, Tom no podía dejarte, por q lo necesitabas más q a nadie, más q todos.
El problema es q, acusaciones q lanzaste a la ligera, hirieron el doble a Tom. Quien te dio todo y de ti no recibió nada. Ni siquiera la confianza.
Aun a pesar de q él único infiel eras tú. Infiel a ti mismo, a tus sentimientos, a lo q creías, a lo q eras. Al amor de tu vida.
Habías conseguido enclaustrar completamente a Tom, donde lo único q Tom vería seria a ti, y entonces solo a ti te amaría, y solo tú lo tendrías, para ti. Era una paranoia desquiciante, una posesividad enferma, extrema.
Incluso te molestaba q fuera actor. Que todo el mundo viera lo maravilloso q era, q alguien además de ti, otros q lo admiraran. No soportabas esos “besos de pantalla”. Asique de apoco, de manera rastrera y manipuladora; alejaste a Tom de las cámaras.
¿Para siempre? Tú esperabas q sí.
Tom nada más debía ser grandioso, pero solo para ti.
¿No es verdad Chris? ¿Acaso no creías firmemente en ello?
Y no solo su relación empezó a distorsionarse. Sino también. Tu matrimonio.
La crianza de gemelos y una niña aun chiquita era muy complicada. Se notaba más tu ausencia, porque se necesitaba toda la ayuda posible y toda a la atención, aun trio de niños traviesos en edad de explorar. Y mientras, tu mente solo estaba con Tom.
Fue ahí cuando Elsa noto q nunca estuviste para ella o con ella realmente. La rubia modelo, sería un poco, “lenta”, pero no tanto. Era fácil disimular con una sola hija. Pero con tres, todo era más obvio. El hecho de q no estabas ahí, y cunado si lo estabas, era q no querías estar allí.
Dejaba en evidencia, tu desapego con los niños, con tu matrimonio eh incluso la casa en general. De no ser por las cosas de Elsa y los niños, la casa seria, muy impersonal. Tus cosas parecían, acomodadas como en un set de estudio, acomodado pero de una forma falsa. Como si estuvieras a punto de dejar de grabar eh irte a tomar el siguiente vuelo, pero ya.
Listo para irte, ¿a otros brazos?
Todos, empezaban a sospechar q sí. O solo era de nuevo tu paranoia hablando. Era lo más probable.
Vinieron las discusiones. Uno tras otro quiebre en un vidrio ya roto.
Elsa sospecho, y con justa razón. Que tenías un amante. Gracias a dios nunca supo quién, pero lo dio por hecho. Asique empezó a pedirte cosas, como tu estado de cuenta, para saber en q tanto gastabas, empezó a pedirte más tiempo, q cuidaras a los niños, q la acompañaras en tus tiempos libres. La vida más controlada.
Aquella noche, en q los gemelos volaban en fiebre. India estaba asustada y no paraba de llorar y tú y Elsa discutían. Porque tu querías ir, y ella te necesitaba en casa.
Al final esa misma noche amenazo con divorciarse de ti.
Y tú, como un vil carroñero acorralado. Hiciste lo q ya era típico en ti. Malversar.
La amenazaste, jugaste con sus sentimientos. Y solo al final. Le preguntaste.
¿Qué tan mal, se veri una “súper” modelo, q fue engañada y abandona por su esposo?. Después de tres hijos, entre ellos gemelos, el cuerpo cambia, podría ser ese el final de su carrera como modelo, asique no tenía más opción q quedarse contigo, para seguir manteniendo ese estilo de vida. Eras tú y el silencio. O la verdad y toda su vida hecha pedazos, públicamente.
Te metiste con su autoestima, haciéndola sentirse vieja y gorda y acaba después de parir, como, y en tus palabras sito: “una perra”. Y le aseguraste q arias todo de tu parte para q no le volvieran a abrir las puertas de nada. Ahora q si se quedaba contigo, entonces no tendría por q volver a trabajar ni nada. Te ofreciste a mantenerla.
Y aun q Elsa no era mala persona, solo estuvo en el lugar, el momento y entre las personas equivocadas. Su error le costó caro y aun así, te encargaste de lastimar a quien realmente no tenía la culpa de nada más q de su propia estupidez por haberse dejado engañar por ti.
Entre Elsa, tus hijos y sobre todo Tom. Tenías una larga condena en el purgatorio.
Los siguientes en sospechar y enterarse fueron tus hermanos. Te regañaron y discutieron todos. Al final tu solo afirmaste. Que te tenia sin cuidado lo q pensara el resto. No ibas a dejar a tu amante. Porque lo amabas en verdad. Mucho antes q a Elsa. Tus hermanos no entendieron como se desarrolló la historia. O porque aun así, amando a alguien más. Elegiste casarte con Elsa. Solo mostraron su desaprobación. Y aquello termino por separarte de tu familia. Alejar a todos aquello q alguna vez, te querían.
Más y más damnificados.
Y como siempre ahí estaba Tom. En medio de todo. Lánguido y pálido, lento y adormecido. Resistiendo sin querer el viento y la marea de una vida horrorosa con una sonrisa triste en la cara, q iba y venía como un sol de medianoche, ojos q solo lloraban y no conocen paz, cielos q llueven todo el tiempo.
Aun así, labios q no podían negarte, por q te amaban. Labios castos q machaste tú con tus actos.



El final de todo

Fue caótico.
Tom herido. Tú perdiendo la cabeza. Todos dándose cuenta.
Menudo escándalo. Tu familia te acribillo. Te hicieron responsable y con justa razón.
Tu mente tratando de reconstruir los últimos acontecimientos, sabia q. En algún momento.
Tom no pudo más.
No pudo con las mentiras, el silencio, el engaño, la traición, la vida familiar tuya, según él, sus manos. Tom no pudo con la culpa.
Dejo una maldita nota. Y decidió quitarse la vida.
Lo más sensato para expiar sus culpas, según él. Cuando en realidad, solo era un mártir.
Un corte profundo en cada muñeca, delimitaban la vida y la muerte, mientras estaba recostado en la cama, durmiendo como un principito de cuento de hadas.
Hermoso y desolado.
Herido para siempre.
Demacrado, cansado; un Tom q nada tenía q ver, con aquel joven inglés q conociste hace años. Todo alegre, divertido y de fácil sonrisa. Este era un Tom apagado, terriblemente bello, como siempre. Pero destruido. Por ti, por tu vida. Por lo q le obligaste a hacer.
Llegaste a tiempo y por poco no lo salvan. Aun así. Todo se desmorono.
El cristal, se quebró completamente, y ya ni las astillas eran rescatables.
Una mentira, unas personas, tu familia, su familia. Todos hechos pedazos.
Elsa a pesar de su inseguridad. Más por sus hijos q por ella misma. Te dejo. Definitivamente.
Tus padres. No te perdonaba. No q fueras gay. Sino q hubiera engañado de esa manera a todos. Que hubieras lastimado a tantas personas, por ser intolerante contigo miso. Tus hermanos. Resentidos por lo q paso. Por toda la desconfianza ajena a la feliz infancia q habías tenido.
Y al final. Solo y triste. En la incómoda sala de espera del hospital.
Tomaste una decisión.
La redención.
Retroceder para avanzar. Mutilarse una parte para salvar el resto del cuerpo.
En una carta, en la sala donde descansaba Tom. Dejaste tu corazón. Junto a una despedida.
El merecido adiós.
Un descanso. La verdadera paz, para la pobre alma de Tom q habías sometido y corrompido hasta obligarlo a odiar la vida. Sin q te pudiera decir, aun, un “no” por respuesta…
Sabias q Tom lloraría, q sufriría y eso te quitaba el sueño, el aliento, los días, la vida. Pero era mejor así. Era mejor dejarlo libre y q aun tuviera la oportunidad de ser feliz. A q se quedara a tu lada en una vida, en un futuro q no tenía un final feliz. Que no tenía esperanza. Era mejor dejarlo ir…
Preferible cortar ahora. Por lo poco q quedaba de rescatable. A ya no tener nada más en la vida, ni siquiera la posibilidad de q Tom, algún día fuera feliz…
Este era el fin…

Extra:

Reencarnación

Chris tenía apenas 12 años cuando recordó por primera vez. Que en alguna de sus vidas pasadas. Hiso y sufrió mucho, por la clase de hombre q había elegido ser.
Eso lo hiso, un chico solitario y algo tímido; temeroso de volver a lastimar como en aquella vez pasada. Aun q, en realidad. Chris siempre fue algo tímido y algo solitario, solo muy íntimos podrían saber eso de él. En esta y en su vida pasada…
Pero.
Su mundo cambio, giro otra vez. Cuando se reencontró con él.
El chico de los ojos bicolores, el cabello rizado, las piernas largas y la sonrisa fácil; al q llamaban Tom. Un estudiante de intercambio directo desde el Reino Unido.
Fue un tiempo de muchas sorpresas. Donde vivió muchas experiencias, sobre todo con Tom. Y su vez, recibió la declaración de una chica bastante guapa y popular llamada Elsa.
Y justo cuando iba a responder q si, por todos los beneficios q significaba tener a semejante chica en el instituto. De repente, se dio cuenta de q esta vida. Era muy similar a una q tuvo. En la cual todo acabo mal.
Pese a ello. No desaprovecho esta oportunidad idéntica. Y no se equivocó en su elección esta vez.
Y eligió a Tom, por sobre todo.
Esta vez, limpia y exclusivamente a él. Esta vez de mara valiente, de manera savia.
Y solo entonces. Recién, fueron felices por siempre.
Como siempre debió ser.

Fin.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).