Todo el cuerpo del pecoso temblaba sin control.
Aunque había conseguido estabilizarlo a pesar de la situación, el agarre desesperado del menor hacia su saco de 500 dólares comenzaba a incomodarlo. Estaba consiente que decir algo en ese momento no sería adecuado.
Él era un hijo de puta. Lo reconocía.
Pero no en esos momentos. Después de todo era su profesor y tenía la obligación de poner el ejemplo.
-Quiero irme – sollozo Izuku. El chico trato de limpiar el rastro de sus lágrimas sin mucho éxito, pues aun no paraban de salir.
-No podemos – dijo Aizawa con calma –Podemos retirarnos dentro de un par de horas. No antes. El menor asintió, tratando de mantener la calma.
-Tenemos que encontrar una habitación desocupada – menciono Shota, buscando con la vista alguna señal de poder ingresar a un lugar. Izuku levanto la vista, asustado. Aizawa, quien había descifrado los pensamientos de su alumno, sonrió de lado.
-No voy a abusar de ti, a menos que me lo pidas – comento el mayor divertido. El rostro de Izuku tomo un color carmín por el cometario de su profesor. –Creo que el bloque oeste no es tan popular.
Izuku se sobresaltó cuando Aizawa lo tomo de la mano para guiarlo hasta un área aparentemente segura. El agarre Izuku se intensifico cuando comenzaron a escucharse lloriqueos tan fuertes que comenzaban a ensordecerlos.
-¿Por qué me ayuda, sensei?
Shota lo vio de reojo y volteo hacia enfrente.
-Eres mi alumno. Es mi deber como docente no permitir que algo malo te suceda. Supongo que eso responde a tu pregunta.
-En realidad no – suspiro - Los alfas han seguido una serie de normas y decretos desde siempre. Ayudar a un omega no está dentro de sus prioridades. Himura Kenji planeaba marcarme sin importarle nada más que el placer.
Aizawa masajeo el puente de su nariz, con evidente estrés.
-No todos los alfas buscamos sexo ¿sabes? – Gruño el azabache – Se supone que tú eres uno de mis alumnos más listos. Recuérdame quitarte un punto en clases por las idioteces que estás diciendo en estos momentos.
-Lo siento – murmuro bajando la vista.
-Llegamos.
Y en efecto, la parte oeste de la mansión se encontraba desocupada. Se trataba de una pequeña habitación con pequeños destellos rojos, gracias a unas lámparas instaladas en él. Aizawa supuso que esa área de la mansión no era tan popular por la sencillez que poseía. ¿Cómo rayos no la había localizado antes?
-¿Podemos traer a más omegas?- Pregunto Izuku, con esperanza en sus ojos.
El mayor negó con la cabeza, provocando que Izuku rompiera a llorar por la impotencia.
Impotencia por ser el único sin ser marcado esa noche.
Impotencia de no poder ayudar.
Impotencia por ser solo de un omega.
.
***
Los brillos del sol comenzaron a golpear su rostro.
El amanecer había llegado.
Aizawa se levantó pesadamente del suelo, buscando entre su bolsillo su celular para ver la hora. Recordó de golpe que Midoriya se encontraba en la misma habitación que él, acurrucado entre las sabanas de la única cama de la pequeña habitación.
Shota, después de encender su cigarrillo, no pudo evitar ir en dirección de su alumno. El mocoso seguía durmiendo, así que no le fue problema acercarse a su rostro, rápido y desapercibido.
Movió el cabello desordenado de Izuku, dejando ver sus facciones bastante tentadoras. Su piel parecía suave y sus labios demasiado carnosos.
Quiso darse un golpe por pensar idioteces.
-¿Sensei?
Las pupilas esmeraldas y rubí se miraron en silencio, esperando que alguna reaccionara antes que la otra.
-Despertaste. Es hora de irnos.
-¿Podemos?
Interpreto el incómodo silencio del mayor como un sí.
.
***
Aizawa movió sus ojos en dirección de la salida. Si alguien descubría que Midoriya no tenía una marca, seguramente la condena seria para ambos.
Para su sorpresa, nadie les impidió el paso.
-Quiero que vayas directo a casa, ¿entendido? – ordeno Aizawa sin dudar ya fuera de la residencia –Te veo el lunes en la escuela.
Izuku había creído que ya todo estaba perdido. Por lo que, y sin vacilación, rodeo con un abrazo el cuerpo del mayor en señal de agradecimiento.
- Gracias - mascullo – En verdad, gracias.
Aizawa sonrió de lado, mientras acariciaba el suave cabello verde de su alumno.
-Aun así voy a quitarte puntos.
-¿Eh?
.
***
Dos días habían pasado y en salón 1-a del curso de héroes se encontraba preparándose para la segunda clase del día.
Exactamente la clase de Aizawa – sensei.
-¿Cómo les fue el fin de semana? – pregunto Kaminari emocionado. Izuku se removió incomodo de su lugar. Por palabras de sus vecinos, se enteró de que dos omegas que habían asistido a aquel lugar, optaron por quitarse la vida.
-“¿Quisieron partir siendo libres?” – pensó melancólico.
La voz grave de Aizawa se escuchó en el salón, indicando que se encontraba demasiado estresado como para soportar un mínimo de ruido.
-Si no fuera por Aizawa-sensei, ¿Seguiría vivo?
Una voz desconocida lo saco de sus pensamientos.
-Buen día, soy Ozamu Dazai – saludo aquel hombre con traje oscuro y de ostentoso portafolio – El director Nedzu me autorizo para poder hablar con dos personas - Aizawa, quien se encontraba escribiendo en la pizarra, movió su mano en señal para que el extraño procediera.
-Midoriya Izuku, ¿Podrías salir un momento del salón? – Izuku se levantó de su asiento, asustado.
El castaño dirigió su vista hacia el profesor de la clase.
-Usted es Aizawa Shota ¿Cierto?
-Lo soy, solo le pido que se apresure a sacar al otro estudiante. Esta distrayendo a mis otros alumnos por si no se ha dado cuenta.
-No estoy buscando a otro estudiante. Lo estoy buscando a usted.
Aizawa levanto la ceja, confundido. Sabía que el asunto era serio, pues hasta el mismo director sabía que no era buena idea interrumpir sus clases.
-Mocosos, quiero que todos los ejercicios de la pared sean resueltos antes del receso – dijo, mientras abandonaba el salón junto a Midoriya y el tipo con cara de idiota.
.
***
Izuku siempre había pensado que la oficina del director era muy cálida. A decir verdad, era de suponerse, pues Nedzu era alguien amable con todas las personas.
-Tomen asiento – Ozamu se inclinó tomando algunos documentos para su pequeña reunión.
El pecoso trago saliva.
-Aizawa Shota-san, según el registro, usted asistió a la mansión de Chisa Yaororuzo el viernes pasado, sin embargo no marco a nadie.
El azabache asintió, desganado.
-Y tú eres Midoriya Izuku-san, el omega que por alguna razón tampoco fue marcado, a pesar de que Kenji Himura mostro interés por ti.
Ya sabía dónde se dirigía la conversación. Izuku bajo la mirada, tratando de contener las lágrimas. Seguramente sería obligado a estar con aquel alfa de la reunión.
-Bueno, quiero ir al grano. Aizawa-san, el gobierno se ha enterado de lo que ha hecho y quiere que asuma las consecuencias por ayudar a un omega.
-¿Esta vez de cuánto será de multa? ¿3000 dólares?
-No se librara esta vez con solo pagar otra ostentosa suma de dinero – suspiro, cansado - El gobierno ordena que marque al omega Midoriya Izuku. Si no lo hace, otro se encargara de marcar al niño.
El silencio se instauro en la oficina del amable director.