Los días en la universidad pasan lento, como de costumbre. El verano terminó hace dos meses y siento como si hubiera pasado una eternidad. Mis amigos están bebiendo alegremente en el bar y contando sus anécdotas mientras yo miro dubitativo mi cerveza. Realmente estoy jodido, todos disfrutando la noche y yo sumido en pensamientos inútiles.
Mi amigo pelirrojo hace una que otra broma y me voltea a ver cerciorándose de qué esté bien, fingo una risa mientras bebo de mi tarro disimulando que no escuche ni una sola palabra de lo él dijo. Los comienzo a escudriñar con la mirada, buscando algún problema con ellos, puesto que siempre están felices, debe haber algo malo con ellos ¿no? Yo no puedo ser el único sumido en depresión por cotidianidad, ¿o quizá sí? Suspiro mirándolos. Para comenzar a mi lado derecho está Orihime, bien, ella es linda y sé que está interesada en mí, pero, hay algo que ella que no me termina de atraer completamente por más que los chicos me animan a que salga con ella continuo dudando que sea una buena idea. A su lado está Rukia, es algo así como una hermana para mí, podría decir que ya es de mi familia, siempre sonriendo y siendo algo ruda conmigo y Renji, quien está a su lado, me encanta molestarlo, es la persona más volátil que conozco, si quiero pelear con solo una palabra ya tendré un debate y pelea realmente divertidos, a lado de Renji están sus amigos, Yumichika, Izuru, Hisagi e Ikkaku, a los últimos tres casi no los trato pero Yumichika comparte un pequeño secreto conmigo, más bien soy su cómplice, pero fuera de eso, es muy buen amigo. Sonrío sintiendo como la amiga curvilínea de los chicos choca su tarro conmigo y hace una broma la cual no entiendo por no estar prestando atención a la plática, pero aún así me rio, la chica es Matsumoto, es mayor que Renji y sus amigos, pero todos se conocen porque vienen de la misma ciudad, por eso el tonto de Renji siempre los invita, finalmente está momo callada a un costado de Matsumoto riendo tímidamente y entre ella y yo esta Chad, callado también, respondiendo pequeñas frases a las preguntas que se le dirigen de vez en cuando. Me siento cómodo con ellos pero hoy estoy realmente jodido, los ánimos no me permiten ni disfrutar ni estar al cien. Supongo es la depresión. Siempre que se acercan las fechas de aniversario luctuoso de mi madre me sucede esto. Maldita sea, sigo siendo un niño asustadizo.
-Hey, Ichigo, ¿tú que opinas? -Renji me mira esperando una respuesta pero al ver mi negativa vuelve a preguntar- Entre no volver a comer jamás hamburguesas o no volver a tomar jamás cerveza, ¿eh?
Sonrío ante la pregunta- Es más que obvio -me encojo de hombros- No más hamburguesas -contesto alzando mi tarro para darle unos sorbos grandes escuchando a los demás reírse de mí.
La plática continúa y veo a Rukia pararse haciéndome una seña de seguirla a lo que enseguida respondo yendo con ella al fondo del bar donde hay un área de fumadores que está completamente desocupada dándonos privacidad.
-¿Te sientes bien, Ichigo? Está pasando de nuevo... -me mira con tristeza.
-Lo siento, quiero controlarme pero la tristeza me está consumiendo, ya se me pasará -sonrío intentando que ella se relaje.
-Es que esta vez es diferente -me sonríe de lado- Estás así desde hace un mes y te ves más abatido que otras veces, ¿seguro que todo está bien? -me mira esperando respuesta.
-Venga, estoy bien, no seas tonta -le sonrío viendo cómo hace muecas- Sucede que, los veo a todos a un paso de dejar la universidad y pues, pronto me quedaré sin ustedes -hago una mueca de tristeza, que aunque me cueste aceptarlo estoy comenzando a sentir la tristeza de que mis amigos se irán graduando.
-¿Entonces qué soy yo, tonto? ¿Un adorno? Me gradúo junto contigo, aaay, me estresa que seas tan bobo -me dice poniendo cara de enojo.
-Ya lo sé -le grito para después reírnos- Es solo que saber que se acaban los momentos así... todos juntos, ya sabes -sonrío con nostalgia.
-Eres un tonto -Rukia me abraza apretándome. De verdad que su tamaño es adorable.
-Suéltense, que tengo que cuidar a Rukia, imagina que el gran Kuchiki vea a Rukia estrujando a un hombre. Ay no, un escándalo en la alta sociedad -entra Renji burlándose de forma sarcástica mientras enciende su cigarrillo- Idiotas, tardaron mucho.
-No nos hemos desaparecido por más de 5 minutos -le miro alzando una ceja. A veces pienso que Renji siente algo más por Rukia que simple amistad, pero quizá lo imagino- Bueno, bueno, dame un cigarro -tomo el que acaba de encender para darle una calada honda mirando como su cara se torna roja del enojo. ¿Lo dije o no? Es una persona volátil.
-Maldito, es mi cigarro, devuélvemelo, inútil -Renji intenta tomarlo mientras Rukia y yo solo reímos.
De ahí la noche pasa rápido, me siento más relajado después de haber hablado con Rukia y hasta participo haciendo un par de bromas. Llego a mi dormitorio y siento como de nuevo la soledad me invade. Demonios, estos días me afectan demasiado.
-Te extraño tanto, mamá -suspiro recostándome en la cama.
Escucho como se abre la puerta, es mi roomie seguramente, Uryuu Ishida, como siempre ha de estar llegando del dormitorio de su novia o algo así. Cierro los ojos y fingo estar durmiendo, así el no me dará excusas que no necesito saber y estoy seguro que él no me las quiere dar. Me relajo casi durmiéndome cuando escucho mi teléfono sonar estrepitosamente. Y leo el nombre de Renji en la pantalla. Juro que lo haré pedazos, maldito, ya estaba por dormirme. Silencio la llamada y de paso pongo en modo avión el teléfono. No quiero saber de “afters” a media noche. No hoy. Por favor; veo a Ishida asomarse por la puerta del baño, al notar que no hay más movimiento cierra la puerta y escucho la regadera. Hora de volver a dormir. Mañana obligaré a Renji a darme una disculpa, es un idiota llamando a esta jodida hora.
Camino por las afueras del campus listo para mis clases, de repente los gritos de una voz conocida me hace temblar.
-Tú, maldito, ven acá
-Cielos, Renji, es muy temprano para gritos, ya cállate -finjo desinterés en su llamado
-Eres un idiota, te llamaba para avisarte de una fiesta -me dice señalándome acusatoriamente.
-Lo siento, tenía sueño, además ya sabes que no me gustan los afters -me encogí de hombros.
-Pues era una fiesta por una razón especial -me mira fijo- Ya no soy banca, soy oficialmente un miembro del equipo de americano -me dice demasiado feliz, vaya, hasta en su mirada puedo ver brillo.
Ha de decir verdad, ya lo sabía, este semestre que pasó se graduaron varios del equipo dejando vacantes pero hasta unas semanas antes de iniciar la temporada develan quienes son los que ocuparán los lugares y Renji ya figuraba desde el año pasado para ser miembro oficial.
-¡Wow, Renji! Felicidades -Lo abrazo, no puedo hacer otra cosa que compartir la felicidad con él.
-Gracias, gracias, pero eso era obvio, yo tendría que ocupar un puesto -me sonríe sin modestia alguna -Pero, ¿sabes qué es lo mejor? Izuru y Yumichika también ya son miembros -pone gesto pensativo- Aunque no sé si Yumichika pueda aguantar... como sea, si éramos buenos como reemplazo ahora seremos los mejores -me sonríe de nuevo triunfante.
-Vaya, de verdad me siento feliz por ti, maldito -le sonrío jugando.
—¡Hey, Renji, vámonos! -en ese momento volteamos los dos al origen de la voz.
No era más que el equipo de americano, todos juntos, con sus chaquetas y hasta el momento no había notado que Renji cargaba la chaqueta azul característica del equipo que en la espalda llevaba una pantera bordada y el escudo de la universidad, estaban los miembros que para mí mal ya conocía porque son el cliché de los populares con el plus de que dos de ellos son los amigos de Renji, Ikkaku e Hisagi, acompañados de personajes nuevos, unos 3 que no había visto jamás sin incluir a Yumichika y Kira que también portan sus nuevas chaquetas muy orgullosamente sobre todo Yumichika, que se moría por la chaqueta, ya que decía que le haría ver estilizado y atractivo y no se equivocó.
-Vamos, Renji, no tenemos todo el día -la voz volvió a sonar e identifiqué al portador.
Demonios, sentí un escalofrío recorrer mi espalda y se estremeció mi estómago, el chico que llamaba a Renji era alto, podría decir que un poco más alto que yo, su cabello azul ¿Cómo demonios lo dejan entrar con el cabello azul, sobre todo como dejaban que estuviera en el equipo? Pero, su mirada fue la que me causó esa sensación, ¡maldita sea una y mil veces! Sus ojos eran para perderse, nunca había tenido la sensación de que la mirada de alguien fuese filosa, felina, que me cortaría con solo verme fijamente, hasta que vi a este hombre, aunque su cara era seria, no podía dejar de sentir que sus gestos escondían una sonrisa con sorna. Volteé a ver a Renji que los miraba sonriente.
—Bien, nos vemos, el capitán del equipo me llama -me hace un ademán de despedida para integrarse al equipo.
-Si, claro, adiós -respondo automáticamente ya que mi mirada está clavada en el chico, pues igualmente me está sosteniendo la mirada.
Es un momento incómodo en el que siento que con su mirada azul me está leyendo por completo, me intimida pero me deja la sensación de intriga, intento mirarlo igual para devolverle algo de lo que me está haciendo sentir. El chico quita la mirada de mí cuando Renji se integra a ellos saludando, pero continuo viéndolos solo para descubrir que el chico me mira por última vez de reojo. Una electrizante sensación me invadió. ¿Como diablos podía ese estúpido intimidarme y llevarme al nerviosismo solo con una maldita mirada? Lo odié, su primera impresión fue horrible. De verdad si alguna vez tengo la oportunidad de golpearlo lo haré con todo el gusto del mundo.
Continué mi día en el campus para verme lleno de mensajes ya para la tarde. La mensajería instantánea del teléfono solo servía para que mis amigos hicieran chats de grupos para salir a beber, decidí ignorarlos. Se supone que esta semana debo de guardar respeto, por mi madre. Me reuní con Rukia en la biblioteca, estuvimos haciendo tareas un rato y ya para la noche la acompañé a la puerta de su dormitorio para después irme a mío.
Fue un día de lo más cotidiano de no ser que al llegar a mi habitación tuve un flashback de la mirada del capitán de Renji. Demonios. El tipo debe de ser nuevo, no recordaba haberlo visto, sobre todo recordaría a alguien tan atemorizante. Intento salir de esos pensamientos y me meto a bañar, un día más un día menos. No puedo pedirle más a la vida. Termino de bañarme y como de costumbre, Uryuu no llegará ¿Que tanto hace con su novia o estudiará en la biblioteca toda la noche? Digo, es de los mejores promedios de medicina, supongo que estudia toda la noche.
La semana pasa y todos parecen estar metidos en sus actividades extracurriculares, tanto así que me puse de acuerdo con Rukia para regresar a Kickboxing, ambos practicamos el semestre pasado pero lo dejamos por falta de tiempo por los proyectos finales de semestre. Quedé de ver a Rukia a las afueras del gimnasio, para entrar juntos. Sé lo mucho que le molesta que la haga esperar así que me decidí a llegar unos minutos antes.
-¡Eh, Ichigo! -me saludan a lo lejos- ¿Qué haces aquí? Por fin te decidiste a entrar con Renji, ¿eh? -Yumichika, quién lleva una diminuta cola de caballo, el rostro y cuerpo sudado, me da un codazo.
-¿Qué? ¿Ese tarado? Claro que no. Vengo con Rukia, la estoy esperando -respondo alzando mi bulto de gimnasio.
-Venga, ya veo. Entonces, ¿qué harás? ¿Spinning? ¿Pilates? -comienza a reír.
-No, tarado 2, vamos a kickboxing, para que te pueda patear el trasero cuando vuelvas a molestar -sonrío burlón.
-Qué mal amigo -se rie- Como sea, Ichigo, ¿puedo pedirte un favor? -me dedica la cara más suplicante de todas y ya sé cuál es su favor.
-¿Cómo el de la otra vez? -alzo una ceja.
—Vamos, Ichigo nada te cuesta, además te prometo que está vez no tardarás tanto como la otra vez, he platicado mucho con él así que creo que si hay conexión -me sonríe mientras se sonroja.
Suspiro largamente- Supongo que está bien, mándame mensaje, solo para confirmar, por favor.
—Muchas gracias, ya verás que te lo recompensaré algún día -Yumichika brinca en su lugar sonriendo- Nos vemos -se despide coquetamente.
Desde el semestre pasado por razones en las que me vi envuelto terminé de chaperón de Yumichika en un bar gay no muy lejos de la universidad, él tenía su primera cita gracias a una jodida aplicación y ya que todos lo abandonaron ese día, yo fui el único pendejo que le dijo que sí lo acompañaría, yo cuidaría de él de lejos esperando que nadie lo golpeara, secuestrara o violara y que la persona en la foto fuera con la que estaba platicando. Hemos repetido este ritual unas 6 veces, siempre con el mismo resultado “Estábamos bien pero resultó no ser lo que quería”. No me molesta acompañarlo. Salgo de mis pensamientos al sentir un cosquilleo en la nuca, como si alguien me estuviera mirando, volteo a ver de reojo y le veo ahí. Maldita sea, sus ojos estaban cortándome la nuca, por eso esa jodida sensación. Maldito orate de cabello azul, ¿por qué diablos me mira mucho?
-Eh, Grimmjow, ¿qué ese no es el amigo de Renji que se decolora el cabello? -Mi cuerpo vibra y volteo a ver. Esta es mi oportunidad de golpear al maldito por querer matarme con la mirada.
Me congelo, al ver que comienza a pronunciar una frase.
-Starrk, eres un idiota, deja de molestar al chico -me mira haciéndome sentir inferior.
-Así que Grimmjow, ¿eh? -intento sostenerle la mirada- De cualquiera manera, ¿Qué rayos les pasa? Si tienes algún problema dímelo directamente -contestó mirando al chico que acompaña al de ojos azules.
-Tranquilo, no tenemos intenciones si quiera de hablarte -me responde el de cabello azul con voz desdeñosa. En seguida siento la sangre hervir. Quiero golpearlo.
-¡Ichigo! -la voz de Rukia interfiere- ¿Qué sucede? -me pregunta mientras se para a mi lado.
-Nada, pequeña, nosotros ya nos íbamos -el chico de cabello castaño y actitud relajada responde- Saludos a Renji -se despide caminando a lado de su amigo.
Pero mi mirada no deja de seguir a Grimmjow hasta que se pierden en el estacionamiento.
-De verdad que Jearjaquez no cambia, al igual que el bocón de Starrk -rompe el silencio Rukia haciendo mueca de desaprobación- Como sea, no es como que sea de mi incumbencia su vida -se encoge de hombros- Vamos, ya estoy mas que lista -sonríe enseñándome que ya tiene sus guantes puestos- De verdad que estaba deseando regresar, estoy muy emocionada -su voz me hace sonreír riendo junto con sus gestos.
La tarde pasa y solo tengo una cosa en mente. No dejar que ese idiota me vuelta a hacer sentir como un pendejo. De verdad que me intriga no haberlo visto jamás, más que al parecer Rukia lo conocía.
Me encuentro recostado en mi cama, mirando al techo. Decidí dejar el tema por un lado. Entre menos lo piense, más fácil me será relajarme. De cualquier forma ya es hora de salir de mi estado depresivo. Guarde luto como cada año pero ni así la tristeza se va. Qué bueno que ya el fin de semana comienza mañana. Gracias Dios por haberlos creado. Sonrío por que en ese justo momento me llega el mensaje de Yumichika:
“Hey, tonto, mañana a las 8, paso por ti. Vístete lindo, al menos sé un acompañante atractivo”.
Sonrío ampliamente pues eso quiere decir nada más y nada menos que alcohol gratis, todo lo que tome mientras Yumichika está flirteando él me lo paga. No hay mejor trato que ese. Así que tengo un “pre” gratuito y de ahí puedo irme a beber con los chicos ya entrado. Escribo a Renji rápidamente:
“Mañana, a la fiesta que sea, llévame contigo” le anexo un emoji de sufrimiento.
Renji no tarda en contestarme: “A las 10, tarado, no me dejes mal”.
Perfecto, ya puedo dormir en paz habiendo planeado una noche que sé que será muy buena, pues me la merezco.